Paseo por Londres

Hermione caminaba por el Londres muggle, ya casi había olvidado lo preciosa que era la ciudad. No llevaba rumbo fijo, simplemente quería mezclarse entre la multitud que bullía por las calles. Daría lo que sea por ser cualquiera de esas personas que iban deprisa, con la única preocupación de no llegar tarde al trabajo, o simplemente por no perder un autobús. Pasó por el lado de una librería, y no pudo evitarla tentación de entrar. El establecimiento era bastante pequeño, pero confortable, numerosas estanterías envolvían la estancia, dejando ver centenares de libros. Hermione se sentía como en su casa. Comenzó a divagar buscando algún libro que le llamase la atención. De pronto sintió que alguien le tiraba suavemente de los pantalones, y al bajar la mirada para ver de quien se trataba se encontró con una niña de unos 4 años.

Hola señorita. – Saludó tímidamente la niña, mientras Hermione se agachaba para estar a la altura de la pequeña. Tenía el pelo castaño y liso que le llegaba hasta la mitad de la espalda, sus ojos eran azules y tenía una cara semejante a la de un angelito (o al menos eso creía Hermione) - ¿Podía ayudarme a buscar un libro para mi mamá? – Preguntó inocentemente, señalando a una mujer de unos 25 o 26 años que se encontraba en el mostrador de la tienda preguntando a la dependienta.

Claro. – Se ofreció amablemente Hermione, y le dedicó una sonrisa sincera a la niña. Hacía mucho tiempo de la última, pensó la joven castaña. – Pero antes quiero que me digas dos cosas: La primera tu nombre y la segunda el título del libro que estas buscando. ¿De acuerdo?

Si señorita. – Afirmó de inmediato la niña. – Me llamo Sally ¿y tú? -. Preguntó ahora la niña.

Hermione. Una vez echas las presentaciones, ya me puedes decir el nombre del libro para ayudarte a encontrarlo ¿Sí? – Dijo cariñosamente a la niña de ojos azules.

Sí. – Contestó la niña dando un pequeño saltito en el suelo haciendo que la falda que llevase se levantara un poco. – Se Llama, El Código Da Vinci. - (N/A: me encantó este libro, pese a que no se sí creer el cien por ciento de las cosas que dice, plantea muchos enigmas. Por ello animo al que no lo haya leído que lo haga.)

Hermione se incorporó y tendió su mano para que Sally la agarrase, y ambas se pusieron a la busca del libro. Después de 5 minutos, la castaña divisó el libro. El problema era que se encontraba demasiado alto para su estatura. Se puso de puntillas para intentar cogerlo, pero fue en vano.

Hermione, si quieres me puedes aupar a mi y yo te lo alcanzo. – Sugirió a sus pies Sally, al ver los intentos fallidos de la chica.

No se Sally... – Dudó, pero la niña le dedicó una sonrisa de perrito degollado y aceptó. La elevó con sus brazos y Sally alcanzó el libro.

Muchas gracias Hermione. – Decía la pequeña, dándole un beso en la mejilla, una vez la había vuelto al suelo.

No hay de que... – Dijo algo cohibida Hermione, por el repentino beso. – Mejor vamos a buscar a tu mamá que debe estar preocupada. Sally asintió y ambas volvieron a la parte principal de la tienda, donde una mujer parecía llamar a su hija.

Estoy aquí mamá... – Dijo Sally soltando la mano de Hermione y corriendo hacia la mujer, la misma que minutos antes la niña le había señalado a la castaña.

Sally, te tengo dicho que no vayas a ningún lado sin decírmelo. Me has dado un susto de muerte. Decía la madre de la niña mientras la soltaba del abrazo que acaba de darle a su hija.

Lo siento... – Decía la niña cabizbaja entregándole el libro a su madre.

No es para que te pongas así cariño, solo quiero que no te pase nada malo. – Decía la mujer, para que su hija no se sintiera tan mal.

Prometo que no lo vuelvo ha hacer – Decía Sally haciendo pucheros, pero se volvió a mirar a cierta castaña que no se había perdido nada de la escena. – A mamá esta es Hermione, es una chica muy simpática y guapa que me ha ayudado a encontrar el libro. – Decía alegremente la niña, y presentaba a las dos mujeres.

Encantada. – Dijo Hermione, estrechando la mano de la mujer, que era el vivo retrato de su hija, salvo que tenía los ojos oscuros y ya era toda una mujer. – Su hija es un encanto.

Lo mismo digo, aunque lo de encanto es porque no la tiene que aguantar todo el día. – Decía graciosa la madre de Sally mirando a la niña, que se daba por aludida, mientras susurraba en voz baja a Hermione "Eso es mentira". A lo que la chica sonrió disimuladamente, sintiéndose cómplice por la aptitud de la niña.

¿Hermione por qué no te vienes a cenar un día a casa? – Dijo de improvisto Sally, ante la mirada atónita de las dos mujeres. Y una mirada de disculpa de parte de la madre de la niña a Hermione.

Disculpe la imprudencia... – Pedía la madre.

NO mamá yo quiero que Hermione venga a casa, a que ¿sí – Preguntaba la niña clavando sus ojos azules en los marrones de la castaña, con mirada suplicante, para después repetir la acción con su madre.

¿Te he dicho alguna vez que eres una chantajista? –Replicaba la madre a su hija, mientras le regañaba divertida.

Emmmm... si. – Dijo alegremente Sally mientras se dirigía a Hermione y la cogía de la mano.- Di que si mami, andaaaaaaaaaaa. – Pedía suplicando y haciendo pucheros la pequeña.

Si a ella no le importa... – Dijo la madre de la niña.

Claro que no le importa, dale el teléfono mami. – Saltaba de alegría Sally, mientras gritaba "Hermione va venir". La castaña no pudo remitir una pequeña sonrisa.

Ten Hermione, esta es la dirección y el numero de teléfono por si algún día te quieres pasar por nuestra casa. – Decía la madre de Sally, mientras le tendía un papel.

Nose... no quiero ser atrevida señora. – Decía molestamente Hermione, sonrojándose.

Llamame Nicole, y no es molestia ninguna. Me has caido muy bien, y por lo visto también a Sally. – Rió la mujer mirando a su hija que seguía dando pequeños saltitos de alegría por la biblioteca.

Eso parece... – Sonrió Hermione siguiendo con la vista a la niña.

Ginny permanecía aburrida sentada en el sillón del apartamento de Harry, observando aburrida lo que a esas horas echaban por el canal muggle. No entendía como los muggles podían ver esas noticias tan raras y tan estúpidas a la vez. No entendía por qué su novio había decidido irse a hablar con el director de Hogwarts precisamente el día que ella no tenía que ir a trabajar, no le cabía en la cabeza la aptitud del chico. Cuando de pronto volvió a venir a su mente el hecho sucedido la noche anterior...

Flash Back

Un silencio sepulcral invadió la habitación. En el departamento de aurores se encontraba desierto a esas horas, ahora solo quedaban ella y él... que en ese momento estaban en una situación un tanto "comprometida", teniendo en cuenta que eran jefe y empleada, y más aún que la joven en cuestión tenía novio.

- "Me encanta ese aroma a vainilla que siempre lleva" – Pensaba Draco, mientras acortaba un poco más la distancia con la chica.

- "Me perdería en sus ojos grises"- Suspiraba para sí Ginny -. "¿Debo seguir con esto?" – Decía la voz de su conciencia mientras ella también se acercaba un poco más al rostro de Malfoy.

Sus rostros cada vez estaban más cerca, escasos centímetros los separaban, ambos podían sentir la respiración agitada del otro. Sus labios casi se rozaban, una extraña sensación se apoderaba de ellos haciendo que cada célula de su cuerpo temblase ante la cercanía de la otra persona. Y se besaron, comenzó siendo un beso inocente, pero poco a poco se fue volviendo más apasionado sus cuerpos cada vez estaban más juntos y el beso se iba profundizando, la lengua de Draco se abrió paso a través de los jugosos labios de la pelirroja, y la de la chica también se internó en la boca de él. Malfoy por su parte, la agarró fuertemente por la cintura y la atrajo más hacia su cuerpo, mientras Ginny posaba sus manos en la cabellera y el cuello del chico, acariciándolo con pasión.

La situación cada vez subía más de tono, hasta que repentinamente Ginny se separó de Draco. La pelirroja se puso a una distancia prudencial del chico y comenzó a colocarse bien la blusa, que tenía medio desabrochada ante la atenta mirada del chico.

¿Qué es lo que pasa? - Preguntó el chico que se había quedado con la miel en los labios. Tantas noches soñando con ese momento, y cuando llega, la magia se rompe a mitad del sueño.

No le puedo hacer esto a Harry, él me quiere. – Dijo cabizbaja Ginny, y comenzaba a recoger sus cosas. – Lo ha dado todo por mi.

¿Quieres decir que lo que acaba de suceder no significa nada para tí? – Preguntó con el corazón en un puño Draco, no soportaría que ella estuviera jugando con sus sentimientos. Ginny no articuló palabra alguna, por lo que el hcico lo tomó por un sí. Aunque no se rindió.- Entonces, mírame a los ojos y dime que estás enamorada de Harry Potter. – La desafió Draco, cercándose a ella y levantándole la cara suavemente, clavando sus ojos grises en los de ella. L apelirroja sentía un mar de confusiones recorrer sus venas... quería besarle de nuevo, pero sabía que no debía. – Dímelo. – Volvió a insistir el chico.

Quiero a Harry Potter. – Dijo Ginny bajando la cabeza, y evitando la mirada del chico.

Sabes que no es verdad, que nunca lo ha sido. Quizás sea un héroe, puede que el chico que toda mujer querría tener, pero tú no estás enamorada de él. – Dijo mordazmente Draco, sacándose todo el dolor que llevaba aguantando desde el primer día que Potter llegó a Hogwarts. Siempre había sido el favorito de Dumbledore, todas las chicas corrían a sus pies, y para colmo, en esos momentos todo el mundo quería estar a su lado por haber derrotado a Voldemort. Incluida Ginny Weasley, la pelirroja que llevaba años desvelándole por las noches, la que había echo que Draco le plantase cara a los mortífagos, incluido su propio padre. Tan solo para que ella se percatase de su existencia.

Adiós. – Fueron las últimas palabras que oyó Draco antes de que se escuchase un leve "Plin" y Ginny se desapareciera.

"Siempre he preferido un beso prolongado aunque sepa que miente, aunque sepa que es falso." Pensó Draco mientras se tocaba con los dedos los labios recordando el lugar donde instantes antes le había besado la pelirroja.

Fin del Flash Back

Ginny apagó la televisión y se removió incómoda en el sillón.

- "¿Llevaría razón Draco, al decir que no estoy enamorada de Harry? No puede ser, el ha sido y siempre lo será, mi primer y único amor" Intentaba convencerse así misma. Aunque, si se ponía a pensar lo que la noche anterior había despertado Draco en el cuerpo de ella, no era la misma sensación que tenía cuando Harry la besaba o cuando hacían el amor. Fue distinta a cualquier otra, más especial, más intensa. "Creo que iré a darme una vuelta." Dijo en voz baja la pequeña Weasley intentando borrar de su cabeza la imagen de Draco. Necesitaba despejarse, por lo que decidió salir a dar una vuelta por el Callejón Diagon.

Buenos días profesor. – Saluda Harry a Dumbledore. – Aquí estoy como le prometí.

Buenos días Harry. Toma asiento por favor. – Ofreció el anciano director. El chico de la cicatriz se sentó enuna butaca de terciopelo azuul, y comenzó a examinar el despacho del director. Recordaba cada una de las veces en las que había tenido que visitar aquella estancia, y todas y cada una de las veces, el motivo iba relacionado con Voldemort, u otra cosa referente a la guerra entre el bien y el mal. Pero aunque hacía ya años que había muerto el señor oscuro, y todo había vuelto a una aparente normalidad, el despacho seguía intacto, al igual que el primer día que Harry entró en él. – Se en lo que estás pensando Harry. – Decía la voz pausada del anciano, mirando con nostalgia la sala. – Tantas reuniones, tantos encuentros, tantos momentos felices. – Suspiró Dumbledore. – Aún recuerdo cuando tu padre, Sirius, Lupin y Peter, visitaban casi a diario esta habitación. Yo diría que casi formaban parte del inmobiliario. – Rió el anciano, aunque no fue una sonrisa alegre, sino más bien cargada de añoranza hacia aquellos momentos. – James solía contemplar la habitación con la misma estupefacción siempre, nunca se cansó de decir que entre todas las maravillas que escondía Hogwarts, su favorita era ésta.

Creo que era algo en lo que estábamos de acuerdo. – Sentenció Harry con melancolía, imaginándose a su padre en la misma situación que él. Pero intentó salir de ese tema que le incomodaba, e ir directamente al grano.- Señor, supongo que no me ha hecho llamar para hablar sobre el pasado, así que mejor dígame el por qué.

No es malo recordar hechos del pasado querido Harry, yo más bien diría que recordarlos nos ayudan a saber aprovechar más el presente, y disfrutar a su vez de lo vivido en el pasado. – Decía Dumbledore mirando fijamente a Harry. – Aunque como bien has dicho, ese no es el asunto. – Sentenció el anciano dando por acabado el tema anterior. – El problema es que este año nos falta un profesor de encantamientos, y pese a que he buscado y preguntado a todos los que se encuentran a mi disposición, no he encontrado ningún candidato digno de impartir la asignatura. Por lo que quería pedirte si tu conocías a alguien que se pudiera hacer cargo de esa clase.

Pues nose... así de pronto no seme ocurre nadie. – Contestó Harry con aire pensativo, mientras reflexionaba en alguien que pudiese ser el candidato perfecto, y de pronto alguien llegó a su cabeza. Poseía todas las características que a Dumbledore le gustaban, y de seguro que no se iba a negar, al menos el director, porque el convencer a la persona de la que se trataba iba a ser una tarea bastante más difícil de solucionar.

Veo que ya has pensado en alguien.

Si profesor, y es la persona perfecta para el puesto. Aunque, lamento que va a ser dificil convencerla.

Dejo esa labor en tus manos Harry. – Tienes de plazo 2 semanas.

Creo que será tiempo suficiente para intentar persuadirla. Le traeré noticias profesor. Nos vemos pronto. – Se despidió Harry, para instantes después desaparecer por la chimenea del despacho del profesor.

Hermione salía de la librería acompañada por Sally y Nicole. Las dos mujeres discutían sobre el argumento del libro que llevaba la madre de la niña.

No se Hermione, parece un poco polémico. Aunque, puede que sea cierto, yo eso de que Jesús nunca hubiese dejado descendencia como que nunca he llegado a asimilarlo.

De eso y de muchas cosas más habla el libro Nicole, la trama es súper interesante, y yo casi puedo afirmar que los datos son ciertos. No es el primero en apoyar la teoría de que en la actualidad hay descendientes de Jesucristo. Pero lo que es algo más irreal, al menos en mi opinión, el lo del Santo Grial.

La verdad, estamos de acuerdo en eso. – Decía convencida Nicole, asintiendo ante las explicaciones de la castaña. De pronto Hermione se paró en seco, haciendo que sus acompañantes se quedaran mirándola sorprendida.

Lo siento pero yo me tengo que separar de ustedes aquí. – Se disculpó la chica.

No Hermy – Decía Sally, mientras se aferraba a la pierna de la joven, impidiendo que ésta pudiera dar un paso sin tener que llevársela a ella también.

Sally, recuerda que te dije que iré a tu casa un día. Así que dame un beso que nos veremos pronto. – Decía cariñosamente Hermone a la niña, que le dio un sonoro beso en la mejilla.

Que no se te olvide! – Gritaba la niña conforme su madre la llevaba a rastras, y agitaba la mano despidiéndose de Hermione.

Una vez Sally y Nicole fueron engullidas por la multitud que recorría las calles, Hermione volvió asentir que la tristeza volvía a inundar su cuerpo. Parecía mentira, que con Sally, era como si el mundo hubiese dejado de existir, las risas, bromas y gestos de la niña, hipnotizaban a Hermione. Ahora se daba cuenta de lo que en realidad siempre había querido. Había perdido varios años de su vida pensando que Krum era su príncipe azul, y que con el todo sería un cuento de hadas. Pero la realidad, la había golpeado muy duramente provocando que cayese en la cruda realidad: No había encontrado a ese príncipe y al parecer éste no quería ir en su busca. Comenzó a caminar hacia el Caldero Chorreante, llevaba mucho tiempo sin visitar el Callejón Diagon, y pensaba que ese día era el apropiado para hacerlo. Minutos después se encontraba merodeando por los establecimientos del Callejón, hasta que detrás de un escaparate vio la silueta de una persona conocida, y corrió a saludarla...

N/A: Hasta aquí el capítulo. Muchas gracias a aquellos que me dejaron un reviews mucho besos a todos los QUIERO! Ahora solo espero que me dejen sus comentarios para poder actualizar pronto, presionen GO y listo... un beso muy GRANDE