Poniéndonos al día

Hermione atravesó la calle y entró en una cafetería, que aunque era bastante grande, al entrar, te embriagaba con un ambiente cálido y hogareño. El local estaba a rebosar de magos, que charlaban animadamente.

Se puso de puntillas, ya que la cantidad de magos que había en el lugar a penas la dejaba ver un par de metros más allá de donde se encontraba. Intentaba encontrar la cabellera que había reconocido instantes antes. Comenzó a internarse entre la multitud, tropezando de vez en cuando con alguien. SU mirada iba de un extremo a otro, pero no la encontraba, "¿Dónde se habrá metido?" Se preguntaba para sí la castaña, una vez había llegado al final de la barra, que discurría a lo largo de todo el local. Se dio por vencida, y se hizo hueco entre la gente que había en la barra para pedir un café.

- Un café, señorita. – Pidió Hermione a una mujer regordeta y de ojos negros bibarachos, con su pelo rubio y enmarañado en un moño. La mujer se dio por aludida y pasó olímpicamente de la chica, y siguió llevando cafés y apuntando pedidos. – Un café, por favor! – Volvió a insistir Hermione que no se daba por vencida, pero volvió a ser ignorada, y comenzó a impacientarse. Frunció el entrecejo mientras miraba a la dependiente ir y venir de un lado a otro.

- Creo que así nunca conseguirás llamar su atención. – Dijo una voz a espaldas de Hermione. La cuál, la chica conocía a la perfección.

Se giró rápidamente para contemplar a la joven, que llevaba tantos años sin ver. Apenas había cambiado en esos años, aunque, a decir verdad, su rostro y cuerpo ya eran de toda una mujer. Pero todavía denotaba algo de la inocencia de la niña dulce y simpática que siempre había sido.

- ¡GINNY! – Gritó Hermione, abrazando a su amiga con mucha fuerza, haciendo que la pelirroja tuviera que hacer esfuerzos por no ahogarse. – NO sabes lo que te he extrañado todo este tiempo... – Decía la castaña sonriendo a su amiga, mientras liberaba a la pelirroja del abrazo.

- Yo también.. Me has hecho mucha falta... – Contestó Ginny con un deje de tristeza en su voz, y entristeciendo un poco el rostro. Un gesto que no pasó desapercibido para Hermione, y que pudo entender perfectamente cual era el motivo. Lo que provocó un reacción similar en la chica de los ojos color miel. – Pero, venga siéntate que tenemos muchas cosas que contarnos. –

Intentó disimular Ginny, sacando fuerzas y recobrando su siempre carácter alegre. No quería que el reencuentro con Hermione fuera triste, sino todo lo contrario. Cogió a su amiga de la mano, par que no se quedara atrás y se dirigió hacia una mesa que estaba siendo desocupada en esos instantes. Segundos más tarde ya estaban sentadas y conversando animadamente, mientras recordaban hechos de su estancia en Hogwarts, aunque claro está, que sin nombrar a Ron. Ninguna de las dos quería empañar la alegría de ese momento con el triste recuerdo del pelirrojo. Con solo nombrar el nombre del chico, un escalofrío recorría el cuerpo de las dos, y un enorme nudo se formaba en su garganta, haciendo que la única manera de responder ante tal sentimiento fueran las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos.

- Ahora dime¿Cómo has conseguido que ese camarero te hiciera caso? Yo no he tenido ni la menor respuesta, con esa camarera de antes.- Preguntó divertida Hermione, mientras Ginny le dedicaba una mirada pícara a la joven.

- Es que hay que saber pedir las cosas...- Volvió a sonreír la pelirroja. – Paul, trae un par de cervezas de mantequilla ¿Vale? – Pidió Ginny a un camarero, que era bastante atractivo. Le dedicó un guiño y una sonrisa seductora al chico, que le devolvió el gesto a la chica. Ésta le dedicó una mirada de triunfo a su amiga, e instantes después el chico apareció al lado de ellas con dos cervezas de mantequilla.

- Aquí las tienen señoritas. – Dijo Paul, mirando sedutoramente a ambas amigas. – Ginny, no me has presentado aún a tu guapa acompañante... – Dijo el chico fingiendo enfado con la pelirroja, y haciendo que Hermione se sonrojara ante el comentario.

- Lo siento. – Dijo Ginny con falsa modestia. – Ella es Hermione, mi mejor amiga. Hermione el es Paul un conocido desde hace bastante tiempo.

- Encantada.- Dijo azorada la castaña, dándole un par de besos al chico.

- Igualmente Hermione.- Contestó Paul. – Espero que sigas frecuentando la cafetería de ahora en adelante. – Dicho esto, le dedicó un guiño a ambas amigas y siguió con su trabajo.

- Es encantador... – Sonrió Ginny mientras seguía con la mirada al chico, hasta que desapareció. - ¿A qué si Hermione?

- Si amiga... Bueno ahora vas a decirme que ha sido de tu vida amorosa, que en las castas no me decías nada al respecto. Aunque, yo tendría que disculparme... ya que es mi culpa el que fueran tan pocas. – Se disculpó Hermione. La verdad era que durante su estancia en Bulgaria, había dejado todo de lado: sus amigos, familia... cualquier relación existente que hubiese tenido en Inglaterra, quedó aparcada. Ahora se preguntaba si en realidad había merecido la pena tal sacrifio, y todo por un amor, que no resultó ser tan bonito y sincero como ella pensaba en un primer momento.

Ginny miraba preocupada a su amiga, que de repente se había quedado callada. Su rostro estaba algo pálido y sus ojos miel se habían ensombrecido un poco. Aquello no parecía ser muy buena señal, así que decidió sacar a su amiga de ese trance en el que parecía haber caido.

- Hermione ¿estás bien? – Decía preocupada la pelirroja.

- Emm... no es nada... – Fingió las castaña, mientras intentaba aparentar que no había sucedido nada y mostraba una falsa sonrisa. Ginny sabía que algo malo le había ocurrido a su amiga, pero que a no ser que ella se lo contara, no la iba a presionar a hacerlo.

- Bueno, respondiendo a tu pregunta... Si estoy saliendo con alguien, y ese es Harry, desde hace ya bastante tiempo. – Decía Ginny que se había sonrojado un poco, todavía no terminaba de acostumbrarse a decir a la gente que era "la novia" del famoso Harry Potter. Pero Hermione por su parte, se había quedado callada, mirando estupefacta a su amiga, sin poder articular palabra alguna. - ¿No dices nada? – Se impacientó la pelirroja, que temía que a ella no le hubiese sentado bien la noticia.

- ¡ME alegro por ti Ginny! – Gritó la castaña que se abalanzó sobre la pelirroja para abrazarla efusivamente. No sabes, lo preocupada que he estado por ti y por Harry. Pensé que nunca reuniríais el valor necesario como para aceptar vuestros sentimientos, y peor aún, el confesarlos. Al fin los dos juntos...- Suspiró Hermione, y sonrió con melancolía, mientras recordaba sus días pasados en Hogwarts.

- - -- - - --- - - -- - -Flash Back - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Harry mantenía una animada charla con Seamus y Ron, sobre las tácticas de quiddich que utilizarían en el partido contra Slytherin, y que se jugaría la semana siguiente. Por otro lado, Ginny, Parvati, Lavander y Luna tenían un conversación bastante emocionante sobre el último chisme que acababa de pasar. Hermione por su parte, estaba enfrascada en la lectura de un tomo de unas 1200 páginas que trataba sobre "Elfos domésticos y ¿Sus derechos?". La chica llevaba dos horas metida en las hojas del libro sin despegar su cara, fuera que fuese el autor, la castaña estaba totalmente de acuerdo con las ideas revolucionarias que exponía. Ya era hora de que criaturas mágicas como los Elfos fueran tratados como se merecían.

- No lo puedo cree Lavander. ¿Estás segura de lo que dices? – Decía totalmente asombrada Parvati.

- Si, fue anoche. Lo sé de muy buena fuente. La prefecta de Ravenclaw dice que la vio salir de su sala común corriendo y llorando como alma que se lleva el diablo. – Decía Lavander bajando el tono de voz y con cierto misterio, como si se tratara del descubrimiento de una cripta donde enterraban a los profesores de defensa contra las artes oscuras.

- Bueno, mirándolo por el lado positivo... Malfoy está de nuevo libre, y no tendrá a la tonta esa de Parkinson rondándole por todos lados . – Todas se giraron para mirar a Ginny, totalmente boquiabiertas por lo que acababa de decir la pelirroja, nunca había mostrado esa faceta suya. – Sino cerráis la boca esto se va a parecer al cuarto de baño de Mirtle la Llorona . – Rió la chica. – Debeis de reconoces que Malfoy tiene un cuerpo bastante logrado, y que en estos últimos años a mejorado bastante su físico. – Dijo Ginny sonriendo pícaramente a sus amigas.

- Oye ¿Qué has hecho con nuestra dulce y tímida Ginny? – Preguntó divertida Parvati. – Aunque... admitirás que para ti, nadie está mejor que tu "querido Harry" –Insinuó la rubia, mirando significativamente hacia el grupo de chicos en el cual se encontraba el susodicho. Ginny se sonrojó ante el comentario y bajó la mirada tímidamente. Provocando que las chicas, incluida Hermione que se había girado al escuchar el nombre de su amigo, estallaron en carcajadas ante la aptitud de la pelirroja.

- Otra vez están con sus chismes, desde luego quien logra entender a las mujeres... – Decía resignado Seamus, que hacía ya bastante tiempo que se había dado por vencido en cuanto a comprender a una mujer se trataba. – Parece que se ríen de tu hermana Ron.

- ¡QUÉ? – Estalló el pelirrojo, todo lo que tuviera que ver con su hermana le involucraba directamente a él. – Ahora mismo voy haber que es lo que pasa. – Se levantó bruscamente y se dirigió al grupo de chicas, que detuvieron las risas al ver asomar al pelirrojo. – Ya me estáis diciendo de que os reíais. – Dijo amenazadoramente el chico, dedicando una mirada asesina a cada una de las que había allí.

- No pasa nada Ron, solo nos reíamos de un comentario que hizo tu hermana. No es nada de lo que debas preocuparte. – Dijo con voz calmada y de infinita paciencia Hermione, que ya estaba totalmente acostumbrada a los ataques de sobreproteccion que sufría el chico, sobretodo cuando se trataba de la benjamina Weasley.

- Espero que estés diciendo la verdad Hermione, y respecto a ti jovencita. – Señaló acusadoramente a su hermana con el dedo índice y frunció el entrecejo. – Más te vale que no me entere de que andas con algun jovencito sin que yo lo sepa. ¿Te quedó lo suficientemente claro? – Los ojos del pelirrojo se clavaron en los castaños de la chica, mientras le decían con la mirada "pobre de aquel que lo haga".

- Creo que ya soy lo bastante mayorcita como para que tu me tengas que ir dando permiso de con quien puedo o no salir, eso es un asunto que solo me incumbe a mí. – Ginny se había aproximado a su hermano y lo había encarado como nunca se había atrevido a hacerlo, ya era hora de que alguien le pusiera las cosas claras, ella había crecido y era totalmente responsable de sus actos. – Y ni se te ocurra volver a levantarme la voz, no eres nadie para decirme lo que tengo o no que hacer, mejor preocúpate por tu vida sentimental y deja la mía tranquila. – Eso fue un golpe bajo para Ron, el chico quedó perplejo ante la aptitud de su hermana, y sobretodo por el último comentario, lo cierto es que llevaba mucha razón... Entre ofendido y avergonzado decidió que lo mejor sería volver con sus amigos. Por lo que dedicó una última mirada asesina a su hermana, y fue a reunirse junto con sus amigos.

- Vaya Ginny, me has dejado estupefacta. Pero me alegro de que mi gatita haya decidido por fin sacar las uñas. – Lavander estaba asombrada por la reacción de la pelirroja, tanto o más, que Ron. – Me está gustando esta faceta tuya...

- Estoy de acuerdo con Lavander, si sigues así, que tiemble el señor Potter con lo que le espera... – Decía Parvati, mirando pícaramente al chico de ojos verdes esmeralda que en esos momentos intentaba sonsacar al pelirrojo que era lo que le habían dicho las chicas como para que llegara en ese estado.

- Tal vez... – LA chica sonrió pícaramente mientras volvía la mirada a Harry.

- Ron puede que ella tenga razón. – Decía la voz del chico de ojos verdes. - ¿No crees que ya es lo suficientemente mayor como para decidir por ella misma? – El pelirrojo miró a su amigo como si hubiese dicho la estupidez más grande, después de lo que propuso Einstein sobre la teoría de la relatividad (N/A: es lo primero que seme a ocurrido, ya que a mí la primera vez que la escuche me pareció la cosa más disparatada e incomprensible que e escuchado. Aunque, si se analiza detenidamente es fácil de entender :D).

- Oye se supone que tu deberías de estar de mi lado, y no apoyando lo que ella dice. Su deber es hacerme caso a mí, que soy quien la quiere y mira por ella. – Ron estaba encolerizado y no atendía a razones.

- Cálmate Ron. No eres el único que se preocupa por ella. Yo también lo hago y no soy tan sobreprotector como tú. Solo te pido que analices las cosas antes de lanzarte al cuello del alguno. – El pelirrojo se tranquilizó y tomó asiento al lado de su mejor amigo, mientras Seamus miraba con la ceja levantada al chico de la cicatriz. - ¿Por qué me miras así? – Le preguntó al chico.

- Es por lo que acabas de decir sobre que te preocupas por Ginny... haber para cuando vas a reconocer que te preocupa mucho más que si fuera tu propia hermana... – Insinuó Seamus.

- ¿No estarás insinuando que a Harry le gusta mi hermana no Seamus? Eso es mentira¿A qué sí Harry? – El chico de la cicatriz se dio por aludido y fingió que su tenedor se había caído al suelo para agacharse y evitar así que su mejor amigo viera que se había sonrojado ante el comentario. Una vez se hubo repuesto del sofoco emergió su cabeza de debajo de la mesa.

- Por su puesto que es mentira... – Miró de reojo hacia el grupo de chicas que habían vuelto a la normalidad y se tropezó con la mirada de la pelirroja que se sonrojó ante el contacto visual.

Hermione que había observado la escena miraba graciosa a ambos chicos, perguntándose para sí misma si algún día reunirían el valor suficiente como para declara sus sentimientos. Pero había que tener en cuenta que con Ron como hermano, era necesario algo más que decisión si se le quería confesar que estabas enamorado de su hermana o que estabas enamorada de su mejor amigo. "Todo un dilema", pensó la castaña, para volver a clavar su vista en el gran tomo de páginas que tenía en su regazo, a la vez que una sonrisa se dibujaba en sus labios.

- - - -- - - - - -- - - - - - - - - - - - - Fin del Flash Back- - - - - - - - - - - - - -

- La verdad no me quejo, nos va bastante bien...- La pelirroja recordaba cada momento que había pasado con el chico de preciosos ojos verdes esmeralda. Pero de pronto, una imagen volvió a su cabeza, el beso con Draco la noche anterior. Su conciencia le repetía una y otra vez que estaba engañando a Harry, pero un deseo, una pasión incontrolable se desataba cada vez que sus ojos se clavaban en los fríos grises del chico. Se maldecía así misma, por estar pensando en Malfoy y no en Harry que la amaba con locura y sería capaz de darlo todo por ella, no era justo.

- Te has quedado muy pensativa Ginny... – La voz de Hermione la sacó de su ensimismamiento. - ¿Es que pasa algo entre ustedes? – LA castaña lo preguntó con voz dulce, evitando que la pregunta le hiriese a su amiga.

- No Hermione, pero quería preguntarte algo...

- Adelante, aquí estoy para lo que necesites...

- No es por mí, es por una amiga que se encuentra en una situación un tanto "comprometida" (N/A: ya saben la excusa de la amiga ¿Quién no la ha utilizado alguna vez?). El problema es que está saliendo con un chico, que es muy atento con ella, la ama con locura y son amigos desde hace mucho tiempo...

- Pues no veo cual puede ser el problema... – Decía la castaña, que según la descripción que la pelirroja estaba dándole de ese hombre, ya le gustaría a ella haberse topado en la vida con uno que la tratase de igual manera.

- Espera que aún no he llegado a la parte interesante del problema... Lo que pasa es que una persona de su pasado ha vuelto a su vida, y está haciendo que ella sienta sensaciones un tanto extrañas con ella...

- Creo que se por donde vas... Está confundida, no sabe si ama al chico que está con ella o al que acaba del volver de su pasado ¿no es así? – Inquirió la castaña.

- En cierto modo se puede decir que sí...

- Pues no se Ginny, es una decisión difícil de tomar. Todo depende de los sentimientos que sienta ese chico del pasado hacia ella, y de sí lo que ella siente hacia él, es mucho más fuerte de lo que siente con su actual novio. Pero creo que lo mejor sería que se sincerara con éste último, ya que en una relación lo más importante debe de ser la sinceridad, y mucho más aun si se han compartido muchos años de amistad.. Aunque nose porque te digo esto si yo en estos temas entiendo muy poco... – Otra vez la imagen de Krum volvió a azotar su mente, pero la chica la borró de inmediato. El que una vez hubiera caído por culpa del amor, no iba a ser un impedimento para volverlo a intentar. La esperanza es lo último que se pierde...

- Creo que le diré tu consejo... es lo más acertado que puede hacer en estos momentos. – Ginny sonrió algo triste, si le decía algo a Harry se arriesgaba a perderlo para siempre, además de que aun no sabía lo que realmente sentía hacia Draco, y mucho menos que sentía el rubio hacia ella... Por el momento esperaría hasta que tuviera las cosas más claras.

- ¡Por Merlín que tarde seme ha echo! – Dijo alarmada la castaña. – Ginny disculpa pero prometía a mi madre que le ayudaría a hacer la comida. NO me mires con esa cara, aun no he logrado perfeccionar el arte de la cocina es un o de los que se ha resistido a mí. – Sonrió la castaña ante la mirada de incredulidad que le había dedicada su mejor amiga. – Hay tienes lo que valen los cafés. – Soltó unas monedas le dio un beso rápido a su amiga y se dispuso a salir a toda prisa del establecimiento, que seguía tan abarrotado como antes. Pese a que le costó mucho salir lo consiguió y pudo llenar sus pulmones de aire fresco.

- Ginny estaba recogiendo sus cosas cuando unas manos la tomaron por la cintura, la giraron rápidamente y la besaron con gran pasión, y atrayendo el cuerpo de la joven hacia él.

-Hermione acababa de darse cuenta de que se había dejado su móvil en el interior de la cafetería. Así que muy a su pesar tuvo que volver al tumulto que había allí dentro, una vez casi estaba en la mesa donde había dejado a su amiga vio una escena que la dejó perpleja. La pelirroja estaba besándose con nada más y nada menos que Draco Malfoy. Sin nisiquiera pensárselo salió de la cafetería dejando aquella escena que tanto le recordaba a algo que ella había presenciado no hacía mucho tiempo.

Al llegar a casa, entró por la puerta dando un golpe seco y soltando su bolso en lo alto de la mesa del recibidor sin levantar a penas la mirada del suelo, aun seguía viendo las escena de la cafetería. "¿Cómo podía Ginny estar haciéndole eso a Harry? No se lo merecía...".

- Hermione tenemos visita. – Anunciaba la voz de la madre de la chica desde la cocina.

- Ya voy mamá. – Decía apagada Hermione. - ¿Quién podía ser? – Susurró la chica

Al ingresar en la cocina descubrió la persona a la que tan alegremente su madre la había anunciado. Pero el problema era... "¿Debía decirle lo que había pasado o por el contrario ocultar la verdad hasta que esta cayera por su propio peso?"

Continuará...

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