¿Pero que me pasa?

Sus corazones latían aceleradamente, y la distancia se iba acortando poco a poco. Apenas unos milímetros separaban sus labios, sus alientos se entremezclaban...

Harry encontraba los labios de su mejor amiga increíblemente irresistibles, y parecía que la tentación de besarlos podía más que la cordura que le pedía gritos que recordara a cierta pelirroja. Hermione por su parte, sentía que algo le revolvía el estómago y hacía que un escalofrío le recorriera el cuerpo, la boca entreabierta del chico, le parecía como poder tocar el cielo con las manos... esa sensación de nuevo... durante esos tres años había creído estar equivocada... Pero ese sentimiento que le pedía a gritos que lo dejara salir, volvía a hacerse presente.

La escena parecía suceder a cámara lenta, la castaña cerró los ojos y se dejó llevar por el momento, por una vez en su vida, haría lo que no era correcto, por una vez en su vida no emplearía la razón, esta vez se dejaría llevar por ese impulso, por esa sensación. Harry seguía absorto en los labios de la chica, pero se dejó llevar por el momento, y acortó la distancia que quedaba para llegar a los jugosos labios de Hermione. Al hacer contacto con ellos, un sentimiento gratificante le inundó el cuerpo. Con un solo roce, un innumerable número de sensaciones pasaron por su cuerpo. Los labios de ella sabían a rosa, a ternura, a cariño, pero a la vez escondían pasión... Los del chico sabían a menta fresca, trasmitían pasión, pero a la vez dulzura y una calidez que inundaba el cuerpo de Hermione. El beso, que en un principio comenzó a ser inocente, se fue tornando más pasional, el roce de sus labios pedía que el beso se intensificara más, y ellos iban a seguir sus instintos... La lengua de Harry pidió acceso, y ella aceptó gustosa a aquella parte del chico, iniciando así una lucha interna, conociéndose más, explorándose el uno al otro. Las manos viajaban por el cuerpo ajeno, produciendo que las sensaciones fueran aún más enloquecedoras. Las manos de Hermione revolbían el pelo mojado del moreno, desordenándolo aún más de lo que estaba, mientras, el chico, tomaba con mayor fuerza la cintura de ella y la acercaba más a su cuerpo. Ambos necesitaban en esos instantes fundirse el uno con el otro, ser uno solo...


- Me tengo que ir Draco... – Decía la voz de la pelirroja al rubio, que la miraba sin pudor alguno, mientras ella buscaba la ropa, que había quedado desperdigada por la habitación. Malfoy, no podía permitir que se fuera, no así, después de haber tocado el cielo con las manos no iba a dejar que su ángel, su vida, se marchara como si nada hubiera sucedido. Después de haber hecho el amor con ella, se sentía vacío si Ginny no estaba con él.

- No quiero que te vayas... – Dijo el rubio desde la cama. Pero la pelirroja hizo como si no lo hubiera escuchado, buscaba con ahínco su varita. ¿Dónde la habré metido? Se preguntaba así misma. – Quédate por favor... - No me hagas esto más difícil... se reprochaba Ginny, el sentimiento de culpa comenzaba a hacerse patente.

- Es que he quedado con Ha...

- ¿Vas a decirme ahora que después de lo que pasó podrás mirar a Potter del mismo modo? – Se quedó paralizada, y un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir unas manos que la rodeaban por la cintura, y el aroma, SU aroma, ese que la enloquecía y le hacía perder la razón. Aún no se había vestido, y la sensación de volver a sentir el cuerpo desnudo del chico, con el de ella, tenía como consecuencia que su corazón latiera más deprisa, y el deseo de lanzarse a sus labios de desbocara. No puedo se volvió a recriminar.

- Por favor Draco... – Suplicó, pero el chico esbozó una sonrisa, sabía que lo que ella sentía no se podía comparar ni de lejos, con lo que sentía con Potter. ¿Por qué no aceptaba de una buena vez que no lo quería, que nunca lo había querido? Siempre había sido un capricho, un amor platónico, que nunca la había llenado por completo.

- Mírame a los ojos y dime que no me quieres, que no me deseas, que cuando me ves no tienes ganas de besarme, de sentirme junto a ti... dímelo y prometo dejarte en paz. – La giró para que quedara frente a él, pero ella mantenía la mirada gacha, no podía permitirse caer de nuevo en ese mar de ojos grises en los que se perdía.

- No te quiero... – Su voz se había quebrado, había sonado débil, tal y como ella se sentía en esos instantes, débil ante él.

- Mírame a los ojos y repítelo... – La tomó de la barbilla y la obligó a que clavara sus ojos avellana en los de él. Un nuevo escalofrío le recorrió la espalda, esos ojos... dios¿Por qué podían causar ese efecto en ella? Definitivamente, lo suyo con Harry no era comparable a lo que sentía con Draco, y así se lo hizo saber al chico... No con palabras, sino más bien con hechos, que son los que en verdad tienen importancia en la vida. Soltó toda su ropa en el suelo, y cortó las distancias con el chico, para volverlo a besar apasionadamente, los besos del chico eran como su oxigeno para respirar, eran su vida. Pero estaba vez los besos eran con mayor fiereza, con mayor deseo... Se dejaron llevar de nuevo por sus instintos y repitieron lo de la vez anterior, para minutos más tarde volver a alcanzar el cielo los dos juntos, y después caer rendidos en los brazos de Morfeo. Abrazados el uno al otro, y con una gran sonrisa surcando sus rostros.


No todo es de color de rosa en la vida, y eso se hizo patente en la reacción que tuvo Hermione.

- Lo siento... – Decía azorada, después de haberse separado bruscamente de Harry, que la miraba confundido. – No era mi intención... - ¿Cómo podía hacerle eso a su mejor amiga? Acababa de besar al chico de Ginny... la imagen de la pelirroja no dejaba de rondar su mente... pero otra voz en su interior le decía... Está con Draco, La has visto esta mañana

- Esto... – Harry se hallaba en medio de un dilema, tenía delante a su mejor amiga de toda la vida, con la cual se acababa de besar, y había experimentado sensaciones nuevas, y por cierto no le habían desagradado en absoluto... Peor por otro lado, la imagen de cierta pelirroja tumbada en el sillón de su apartamento esperando a que él llegara, hizo que volviera a posar sus pies en la tierra. - Yo también lo siento... no se que me a pasado... – Se revolvía el cabello de manera nerviosa, mientras que Hermione se mordía el labio inferior, como cada vez que algo la atormentaba o preocupaba.

- Lo mejor será que lo olvidemos y hagamos como si nada hubiese sucedido... – Dijo la castaña con el corazón en la mano. ¿Por qué insitía en hacer las cosas más difíciles?

- Si... será lo mejor... – El chico no podía describir lo que sentía... "¿DECEPCIÓN?" dijo una voz en su cabeza, por un instante habría jurado que ella sentía algo especial por el, pero ahora allí estaba Hermione Granger, pidiéndole que lo olvidara todo. ¿Cómo iba a olvidarla después de lo que había sentido? Pero aún así decidió guardar ese sentimiento, tenía que pensar en Ginny, si, eso era, el estaba enamorado de Ginevra Weasley...

- Bueno mejor volvemos ¿no?

- Em... si... – Contestó el moreno con aire taciturno, al mismo tiempo que salían del lago, y recogían su ropa que se encontraba esparcida por la orilla.

- ¿Sabes algo Harry? – El chico la miró esperanzadoramente, deseando que las palabras que salieran de su boca fueran un... te quiero, un te amo... ¿EN QUE ESTAS PENSANDO? Gritó una voz en su cabeza, por Merlín¿Desde cuándo veía a su mejor amiga con esos ojos? – Estoy ansiosa por volver a Hogwarts, y más aún impartiendo clases, si supieras como lo he añorado... – Le dedicó al chico de ojos verdes una mirada soñadora, y se volvió a contemplar el castillo. – De vuelta al hogar... – Susurró.

Harry había sentido como lo golpeaban en el estómago, cuando la chica le había dicho eso, por un lado, se alegraba de que trabajar en Hogwarts significara tanto para la castaña. Pero por toro, una sensación de desasosiego le invadió.

- Yo también me alegro de que trabajemos juntos...

- ¿QUÉ...? – Lo miró desconcertada... no recordaba que le hubiera dicho que él trabajaba en Hogwarts, o puede que no lo recordara.

- Si te dije que trabajaba como profesor...

- Bueno creo que de eso me acordaba, pero si no me equivoco nunca me mencionaste el lugar...

- Ups, pues sería con tu madre con la que hablé... – Dijo divertido Harry, disfrutando de la gran sonrisa que se había formado en los labios de la chica, que lucía muy hermosa.

- Me alegra, así podremos vernos más a menudo, y recuperar el tiempo que hemos perdido estos años... – Suspiró la chica, al mismo tiempo que se cerraba la camiseta.

- Bueno... suponiendo que has venido para quedarte... ¿Dónde se alojará Krum? – Harry sintió un golpe de celos al decir el nombre del buscador, pero intentó disimularlo. Aunque no fue nada parecido a lo que sentía la chica bullir por dentro.

- Eso se acabó... – Dijo la chica en tono mordaz, y bajando un poco la voz, que se había quebrado. No puedo llorar, no puedo, no delante de él.

- Lo siento... – en un impulso la rodeó con sus brazos, y Hermione hundió su cabeza en el pecho del chico, como tantas veces había hecho en el pasado. Cuando se sentía mal.- Sabes que aquí estoy para lo que tu quieras.

- Lo sé Harry... – Había sacado la cabeza del pecho del chico, y ahora lo miraba a los ojos, con sus ojos marrones cristalinos, a causa de las lágrimas que luchaban por salir.

- No sé que te habrá hecho, pero juro que como me entere... – El chico adoptó una pose seria y peligrosa. Que en vez de asustar o intimidar a la chica, hizo que ésta se hechara a reír. Dejando a Harry con cara de bobo. - ¿Te parezco gracioso? – Fingió enfado, a la vez que ella se desternillaba de la risa.

- No... Harry... – decía entrecortadamente debido a la risa. – Es que de imaginarme a Krum lleno de espinillas y con la cara hecha añicos, por haberle dado golpes, me da la risa. – Logró articular, haciendo un pausa, y haciendo gestos con las manos. Harry fue el que se echó a reír ahora.

- Te ves muy bonita cuando sonríes... – Hermione se quedó paralizada, y su sonrisa se congeló debido a la sorpresa, en menos de hora y media, el chico le había dicho un par de piropos, y se habían besado.

- Harry... – Se quedó mirando sus hermosos ojos verdes, pero una vez más, aquella voz que le decía que aquello que sentía estaba mal, lograba vencerla. - ¿Por qué mejor no comemos y te cuento que he hecho estos tres años?

- Por mí bien... – Dijo el chico resignado, parecía ser que el beso no había significado nada para ella. Cuán equivocado estaba.

- Pues ya que esto del don de aparecerse es un encanto, iremos a un restaurante que conocí hace un año en Italia... verás lo bueno que es... –La noche comenzaba a caer, y el sol empezaba a desaparecer detrás e los árboles del bosque prohibido. Mostrando así todo el encanto que tenía el colegio de magia y sus alrededores. Se oyó un leve plog, y dos figuras desaparecieron de los terrenos del jardín.

- Bienvenida a casa Hermione Granger... creo que por fin tus sueños se harán realidad, junto con los de otra persona... – Susurró el Director de Hogwarts a nadie en particular, al mismo tiempo que el aura dorada del sol, desaparecía en el cielo. Dejando ver un manto de estrellas.

La noche llegó en un restaurante de Italia, donde dos jóvenes charlaban animadamente, poniéndose al día de lo que había pasado en la ausencia del otro. La cena había sido exquisita, digna de un chef, y el ambiente no podía ser más acogedor. Harry miró su reloj, y vio alarmado la hora que era, cosa que no pasó desapercibida para Hermione.

- ¿YA te tienes que ir? – Dijo la chica algo desilusionada.

- Es tardísimo, quedé con Ginny hace una hora. – Se puso nervioso, su novia no era de esas que tienen mucha paciencia, y si llegaba tarde le esperaba una buena. Aunque la verdad es que merecía la pena, lo había pasado muy bien con Hermione. – Me alegra que hayamos hablado, y más aún que este año compartamos trabajo como profesores, nos vemos pronto, tengo que ponerte al día sobre las materias que tendrás que enseñar este año. – Le dio un par de besos en la mejilla a su amiga, y se desapareció, justo después de haber pagado la cuenta.

- Adiós. – Dijo la chica a la nada, tocándose instintivamente el lugar donde el la había besado, para instantes después desaparecerse.


Harry había llegado a su apartamento, esperando encontrarse a una Ginny roja como su pelo de la ira. Pero no fue así. Si no que se encontró una nota escrita deprisa, y con letra casi ilegible, que ponía "He tenido que ultimar unas cosas del trabajo. Nos vemos Cariño". El chico se quedó algo perplejo por la brevedad de la carta, y más aún porque ella solía explicarle siempre a donde iba y hablaba con el sobre lo estúpido que era su jefe, y desagradecido con las horas extra que ella dedicaba a su trabajo.. (n/a: si él supiera la verdad...)

Visto lo visto, y después de lo ajetreado del día, decidió que lo mejor sería irse a dormir, y reflexionar con la almohada lo sucedido. Se dirigió a su habitación y se quitó la ropa, quedándose en boxers. Ya que el calor era insoportable. Se estirazó en su cama, y se quedó contemplando el techo de la habitación. Instintivamente giró su cabeza a su mesita de noche, donde había una foto del trío Gryffindor, y al lado de ésta, una foto de él con su novia. Todas las noches miraba con melancolía la foto de los tres amigos, pero esa noche, su mirada se centraba en la chica que había en medio de la foto y que sonreía con sinceridad a sus dos mejores amigos. ¿Por qué se preguntaba, en esos instantes, si lo que sentía con su novia era igual que lo que había sentido con Hermione esa tarde? Parecía que esa noche Morfeo no le iba a abrir las puertas para entrar en un profundo sueño... Hasta que notó una voz familiar que le susurró al oído: " No quiero que le hagas daño a ninguna de las dos, pero si quiero que seas sincero contigo mismo".

Una chica de pelo castaño, permanecía en su cama, en una pose similar a la que su mejor amigo tenía en su apartamento. En cuanto a sus pensamientos eran similares, Esa sensación, otra vez... pensaba, Aquella vez pensó que había sido por culpa de la situación, pero ahora... Estaba muy confundida, pero si algo tenía claro era que ella nunca se metería en medio de ninguna relación, y menos aún si el chico era el novio de su mejor amiga. Por muy confundida que se encontrara la pelirroja. ¿Pero en que piensas Hermione Si hace un par de días que has roto con tu novio, ni se te ocurra volver a interesarte en un chico, eso es, nada de chicos, Harry es tu amigo, y así será siempre...?

Ahora es cuando digo yo: Nunca digas de esta agua no beberás


Notas de la autora¿Cómo decirlo? MUCHAS GRACIAS! A todos aquellos que me han dejado un review, no saben lo feliz que me hace que os esté gustando la historia, por ello he decido publicar este capi antes. Así que ya saben, si la historia les intriga... nada más tieen que dejarme sus reviews para que yo les de una pronta actualización. Ahora agradezco a:

Brenda-Potter-Skywalker-Kent

anisza

cynthia88

SachielitaX

Bueno muchas gracias a ls cuatro me agrada que os este gustando el capi, en cuanto a la actualización solo depende de vosotros y vosotras. Así que ya saben presionen GO y dejenme un review. Les recomiendo mis otros ficc, uno de los Merodeadores, y otro de sexto año en Hogwarts, con las parejas de H/Hr ¿Cuál sino? Muchos besos a todos!