Sigamos con la historia, he bajado dos capítulos y en el ultimo responderé a los reviews. Gracias por leerme
CAPITULO XIV
No quería ir a la enfermería, no quería admitir que Jiménez me había herido y aún menos que no me había percatado de ello. La herida, en el brazo izquierdo, el cual empezaba cada vez a entumecerse más. Me enfade, no quería perder la fuerza en el brazo y yo sola no podía sanármela, no llegaba a ver bien la herida.
Una llamada en la puerta me sobresalto, me puse la camisa ensangrentada y la capa encima para abrir la puerta, como ya he dicho no quería que nadie supiera que me habían herido.
Mi sorpresa fue ver a Snape esperando en la puerta de mi habitación, mirándome fijamente, con frialdad pero sin odio.
No le hable, solo le mire, no esperaba que fuera él quien llamase a la puerta y menos después de lo pasado en la casa.
"Eres muy orgullosa y estoy seguro que no iras a la enfermería para sanar la herida."
Lo mire sorprendida y un brillo burlón cruzo sus ojos.
"Soy un experto en ocultar heridas a los demás."
La verdad, no sé porque le deje entrar, simplemente mis piernas se apartaron de la puerta y mi boca no fue capaz de soltar ninguna de mis groserías.
Entróo en la habitación con su habitual confianza y dejo unos frascos encima de la mesa, junto con unas vendas, entonces se volvió.
"Piensas quedarte todo el día en la puerta."
Antes sus palabras reaccione y cerré la puerta.
"¿Qué haces aquí?"
Mi voz sonó estrangulada.
"Empiezo a conocerte demasiado bien y sabia que no ibas a ir a la enfermería. He venido a sanarte la herida."
"¿Por qué siempre me ayudas?"
Se encogió de hombros y destapo un frasco que había dejado en la mesa.
"Quítate la capa y la camisa..."
Lo mire con una ceja levantada y eso le tuvo que hacer gracia.
"Quítatelo en el cuarto de baño, y utiliza una toalla para taparte."
No sé porque le hice caso...os miento...si lo sé. Lo que había visto en la casa me había enseñado a un nuevo Snape y ahora me sentía vencida ante él. Podía hacer conmigo lo que quisiera, yo me había rendido. Lo que jamás le diría era que lo amaba con todo mi corazón y que aunque hubiera luchado siempre por odiarle deje de hacerlo hacia mucho tiempo.
Mi forma de ser, mis ideas sobre el amor, todo eso me parecían idioteces. Entendí lo que era el amor, no hacia falta ser correspondido, si de verdad amabas a alguien buscarías su felicidad aunque eso significara que tu fueras desgraciada, aunque eso significara que yo tuviera que rebajarme.
Normalmente en una relación, en la que los dos se aman, ambos retroceden por el otro, ambos luchan por otro. En mi caso iba a ser diferente, él no me amaba, lo sabia, me deseaba sí pero no me amaba.
Me di la vuelta y me dirigí al cuarto de baño. Al poco salí con la toalla rodeándome el pecho y dejando el brazo libre para ser sanado.
Con un gesto me señalo una silla que había conjurado para que fuera más alta y así poder sanarme sin tener que agacharse. Me senté en ella, sin mirarle a los ojos.
Note como limpiaba la herida, con delicadeza, sin hacerme daño. Note el cuidado que puso cuando vendo el brazo y note su mirada quemándome cuando termino.
Volví la cara hacía él y me encontré con sus ojos, negros y hermoso, bellos y profundos.
Fue entonces cuando cometí un error, me acerque a él y lo bese. Lo bese con amor y delicadeza y me correspondió al beso al principio, pero al final se separo de mi bruscamente.
Se dio la vuelta y salió de la habitación sin volver a mirarme.
Me enfurecí, me había rechazado. ¿Acaso no decía que era yo quien debía pedirle que se acercara a mi¿acaso no lo había hecho¿No era eso lo que quería?
Me puse la camisa y me senté al lado de la fogata. Yo lo amaba con todo mi corazón, había descubierto en la casa que no valía la pena seguir engañándome. Su dolor y sus miedos eran ahora míos, ellos habían conseguido quitarme la venda de los ojos, lo amaba. Y no me arrepentía, estaba derrotada pero eso por primera vez en mi vida no me importo.
Estos pensamientos, estos recuerdos encendieron en mi un rayo de luz. ¿qué fue exactamente lo que el sintió en mi¿Qué le había pasado a él? Desde luego no tanto dolor como el que yo había sentido dentro de él, pero tuvo que haber algo...algo que le había cambiado respecto a su idea de acercarse a mi.
Cerré los ojos y entre en un sueño profundo, un sueño reparador que me hacia falta.
Me separe de él, no lo busque...en esos momentos pensaba que era lo que él deseaba. Fui agradable con él, no lo miraba con odio, de hecho trataba de no mirarlo. Nuestra relación se convirtió en una relación normal entre compañeros en un trabajo. Nos veíamos y nos saludábamos con cortesía...sin decir nada, sin hacer nada. Él no solía presentarse en la sala de los profesores, nunca lo hacia. No lo veía muy a menudo.
Era lo que él quería y era lo que yo le daría. Yo ya me había entregado a él y había recibido un rechazo.
No quiero engañaros...os diré que cada vez que lo veía trataba de encontrar una emoción en sus ojos que me diera a entender que debía avanzar...pero...sus ojos como siempre estabas vacíos de toda emoción, vacíos de vida.
Así pasaron los días, en que lo único que resaltaba era el mutismo de Harry Potter y la relación de amistad que existía entre Draco y el triotrío.
Parecía que todo era paz en el castillo, pero...aún no estaba la amenaza de Voldemort y de Jiménez el Negro. El espía seguiaseguía sin ser descubierto, nadie sabía quien era. Pero fue la coincidencia y la inteligencia de una chica de sexto curso quien descubriodescubrió a nuestro espía.
Fue una tarde cuando Hermione Granger me hizo una visita en mi despacho, el motivo era Harry Potter. La chica entro en mi despacho llamando con una confianza en si misma deslumbrante e increíble.
Cuando la chica se sentosentó delante de mi, con una seriedad poco normal en su edad me sentisentí asqueadao por la epocaépoca en la que viviamosvivíamos. Deje que mis musculosmúsculos se relajaran y la mire interrogante, la chica al final bajo la vista.
"¿Qué deseabas Hermione?"
La chica me miro sorprendida, le estaba tuteando y yo nunca le habiahabía tuteado. Dibuje una sonrisa en mi rostro, para tranquilizarla, sabía que la chica no estaba alli por la asignatura...algo la preocupaba.
"¿Qué..que ha pasado en esa casa?"
La penetre con la mirada.
"Harry y Draco...ellos ahora son amigos, pero Harry...Harry no habla ya, esta cada día más silencioso. Draco...Draco no me quiere decir nada y...ahora le van mejor las cosas¡incluso Ron lo ha aceptado como amigo!...pero..."
"Hay algo que no te cuadra..."
La chica afirmó con la cabeza, con seriedad. Me maldije por no poder evitar que esos chicos inocentes fueran todo lo felices que se merecían, que una chica con tanto porvenir como ella no supiera si tenia un futuro, me maldije por no tener suficiente poder para evitar ese dolor.
"Harry y Draco entraron juntos en la misma casa. Yo no te puedo decir que fue lo que paso, yo sé que me ocurrioocurrió a mi y...lo siento no puedo decírtelo..."
"¿Por qué?"
"Esa casa esta protegida por el poder de Merlín, nadie a podido destruirla, nadie puede entrar si no es su destino, ni su deber es entrar en ella...tampoco pueden decir que es lo que hace esa casa...supongo que es magia."
"¿Entonces usted no puede decir que fue lo que paso?"
"Me es totalmente imposible, aunque quisiera no podría hacerlo."
Hermione afirmo con la cabeza.
"Hermione, si no me equivoco quien peor lo tuvo que pasar fue Draco. Si Harry esta cada vez más silencioso...quizás no sea la casa lo que produjo eso..podria haber sido otra cosa p cosas"
"Harry ya no nos cuenta nada. Sé que algo le carconcome pero...no lo dice."
"Harry es un chico especial, ya no es un niño...ahora es un hombre, es un ser adulto aunque legalmente no lo sea...Algún día lo diradirá, quizás cuando ya no tenga importancia, pero lo hará."
"Pero ¿Por qué se niega?"
"Hay personas que esconden su dolor, creen que así son más fuertes...pero se equivocan..cuadno Harry este preparado lo dirá...ustedes solo lo pueden apoyar."
Hermione afirmó con la cabeza, yo no le había ayudado para nada, pero tampoco podía hacer nada. Yo entendía a Harry, jamás hable con nadie sobre la muerte de mis padres...Harry no lo haría tampoco.
Acompañe a la chica a la puerta y cuando la abrí nos encontramos con la señora Norris¡que gato mas odioso!. Lo mire con repulsa y observe que Hermione hacia lo mismo, lo que me produjo una sonrisa.
"Este gato no nos deja jamás en paz. ¿Sabe usted si ha sido Dumbeledore quien se lo ha ordenado?"
La mire interrogante y negué con la cabeza.
"¿Os persigue siempre?."
"Si, así es. Siempre esta cerca, sobretodo de Harry."
Despedí a la chica, pensando que la señora Norris era una gata desagradable y que Hermione exageraba, yo me encontraba ese gato muchas veces cerca de mi, acosándome.
