Fale, perdon me equivoque y repite en captiluo 19, pues bien ahora ya esta en su sitio. Muchso besos y perdon
CAPITULO XX
Llegamos a la casa con Dumbledore mediante un trasladador creado por este e imposible de detectar (o por lo menos eso dijo Dumbledore cuando mire con escepticismo la bota).
Dumbledore no entro con nosotros, nos dejo en la casa a solos. Los chicos entraron con curiosidad dentro de la casa. Yo fui detrás de ellos, Snape me seguía, lo sentía detrás de mí. Después que Dumbledore me contara su poder, fue cuando me di cuenta que muchas veces Snape dejaba escapar un poco de su magia, era una magia que solía estar oculta. ¿Creo que no entenderéis eso de "escapar su magia"? Bien, cuando un mago retiene su magia esta se concentra en él y si no quiere explosionar en algún momento en que pierda un poco el control de si, debe ir soltándola poco a poco. Era un poco como lo que hacían los niños, ellos nacen con la magia pero no la suelta o utilizan hasta que son un poco mayores y suele ser algo bastante sorprendente cuando demuestran que tiene magia. Recuerdo que yo tenía 5 años cuando lo solté, estaba peleándome con mi hermano y lo hice levitar en el suelo. Bueno pues Snape hacia algo parecido, guardaba su magia, la magia que emanamos cada mago, y luego tenia que soltarla para no crear algún desperfecto o problema. Aunque eso solo suelen hacer los magos poderosos, yo no tengo esa necesidad, dejo que mi magia mane de mi. Dumbledore no lo hace, por eso cuando la gente lo ve y lo siente sabe quien es, que es un ser poderoso. ¿Cómo esconder la magia que sale de uno? Bueno Snape lo convierte en irritabilidad, así no son muchas personas que lo estiman, y a eso debemos sumarle su comportamiento ante los demás. Yo ya sabia por la casa de Hogesmade que él se odiaba, pero no sabia que hacia tantos esfuerzos por ser odiado.
La casa era bonita, no muy grande, en la planta bajo tenia un comedor bastante grande con un televisor y una radio. Había también un ordenador, pero según Harry no funcionaba, quizás estaba solo de decoración, el comedor daba a una puerta que para los muggles seria un armario empotrado, pero para nosotros era la sala de duelos. En frente del comedor había una cocina. Ambos tanto el comedor como la cocina daban a un jardín.
En la parte de arriba había tres habitaciones, la de los chicos era la del final del pasillo, la mía y la de Snape estaban una al lado de la otra. Y para mi sorpresa cuando entre en ella vi que tenía otra puerta, la abrí y me encontré a Snape mirando su habitación con interés. Nuestras habitaciones estaban conectadas por una puerta.
En cada una de nuestras habitaciones había un cuarto de baño, más uno al final del pasillo al lado de la habitación de los chicos.
Cuando baje al comedor los chicos y Snape miraban con detenimiento la cocina, habían abierto varios armarios que estaban llenos de comida.
-¿Sabéis cocinar algunos de vosotros?
Harry afirmo con la cabeza y Snape se encogió de hombros.
-Soy profesor de pociones, tengo habilidad para eso. Aunque no es lo mismo.
-Entonces os dejamos, porque creo que Draco y yo estamos fuera de juego.
-Yo puedo hacer hamburguesas y huevos-Draco enrojeció.
Mire a todos sorprendida.
-¿entonces soy la única que no sabe cocinar?
-Creo que los huevos si serás capaz de hacer.
-No, yo …bueno..Se hacer pasta con atún y tomate…pero se me suele pasar la pasta-Esta vez fue mi turno de enrojecer, mire al suelo algo apesadumbrada y cuando levante la vista, Draco y Harry trataban de contenerse la risa y Snape hizo una mueca con su boca como conteniéndose la risa.
¿Divertido verdad? Pues bien, reíros si queréis vosotros también porque aún no sé cocinar, ni pienso aprender.
Los días pasaron con una tranquilidad inaudita, una tranquilidad que a mi solo me ponía nerviosa, sin saber que hacer, concentrándome solo en ayudar a Harry y Draco a defenderse. Los dos chicos estudiaban con ahínco. Draco se permitía algunos lujos, ver tele muggle como por ejemplo. Pero Harry, Harry solo estudiaba y estudiaba, sin detenerse.
El chico me preocupaba desmesuradamente y yo no sabía que hacer, no conseguía sacarle más que palabras educadas. En cuanto a Snape…bueno, ya es difícil hablar con él en el mundo mágico por lo que os podéis imaginar el humor que se gastaba esos días.
Ya llevábamos allí dos semanas y la casa parecía más una cárcel que un alojamiento. No salíamos a la calle sino no era para comprar, no hablábamos con los vecinos quien empezaba a mirar la casa con extrañeza y desconfianza.
Esa fue la razón que pidiera que nos reuniéramos todos juntos en la cocina y ante mi sorpresa nadie se quejo, ni siquiera Snape. Harry y Draco estaban sentados en la mesa, mirándome con intensidad y Snape estaba al lado de la ventana con un rostro de aburrimiento.
-Tenemos un pequeño problema con los vecinos.
-¿Así¿Cuál?-La voz fría e irónica de Snape me crispo los nervios. Lo quería, si. Pero tenía y sigue teniendo una capacidad para sacarme de mis casillas inauditas.
-Llevamos aquí dos semanas y no nos han visto salir casi. Y si hemos salido ha sido durante media hora para comprar algo y a solas.
-¿Y que mas le da ellos?
-Los muggles son como los magos, muy cotillas. Si no queremos llamar demasiado la atención deberíamos dejar que nos vieran un poco más. Y no a solas. Sino acompañados.
-Eso es peligroso. No deben vernos.
-Más peligroso es tenerlos vigilando la casa.
-Estoy de acuerdo con la profesora Lupin-Harry hablo con seriedad-Si los magos pueden ser cotillas los muggles son peores. Mi tía sabia en cada momento quien salía de la casa y una vez llamo a la policía porque hacia dos días que no salía un vecino de la casa…no lo hizo porque se preocupara solo para saber que era lo que pasaba…luego resulto que el vecino tenia gripe.
-¡Tu familia es especial Potter! No creo que pase algo así.
-Por si acaso deberían tener cuidado. Deberíamos salir al jardín de vez en cuando. Eso nos hará también bien. Los chicos si quieren pueden estudiar tomando el sol y tu Snape podrías leer el periódico en el balancín. Dejarnos ver un poco más. Parecer normales.
Snape se encogió de hombros.
-Lo que quiera profesora, pero yo no voy a salir a tomar el sol.
-¿Por qué?
-Eso es mi problema. Saldré a comprar el periódico muggle todas las mañanas y así me verán. –Una mueca fría dibujo su rostro- ¿De acuerdo?
-Lo que quiera. También debemos empezar a tutearnos. Se supone que somos una familia.
Snape se encogió de hombros y salio de la cocina, los chicos afirmaron con la cabeza. Harry se levanto y salio. Draco iba a imitarle cuando le detuve.
-Draco¿Sabes lo que pasa con Harry? Cada día esta más frió y encerrado en su mutismo.
-Tiene pesadillas.
-¿Pesadillas?
-Le he oído por la noche.
-¿sabes que clase de pesadillas?
Draco negó con la cabeza.
-Tu…Tu podrías ayudarle Draco.
El chico se encogió de hombros.
-Lo haré. Pero no sé como. Antes con Hermione y Ron podía saber más o menos que le pasaba.
Mire a Draco confundida. Pensaba que los chicos se llevaban mejor, pero…
-Draco, La única y verdadera familia de Harry son Hermione y Ron. Creo que si quieres ayudarle tu deberías tratar de formar parte de ella.
El chico afirmó con la cabeza.
-Lo que no sé es como ayudarle.
-¿Qué paso en la casa Draco?
-Vi al verdadero Harry.
-Draco, quizás tu sabes cosas que ni siquiera sus amigos saben. Debes tratar de ayudarle, trata de que te cuenta sus pesadillas. Lo que sea.
-¿Por qué yo y no usted?
-Harry se ha encerrado en si mismo. Estoy segura de que no quiere contraer ningún vinculo sentimental con otra personas. No puede evitar a sus amigos, pero si a los demás….A ti te costara menos por la casa, tú eres él que puedes ayudarle.
-Haré lo que pueda.
Draco salio de la cocina bastante compungido. Yo me volví a maldecir, había puesto otra obligación a otra persona. Pero yo estaba segura que Draco era el único que podía ayudarlo. Y la verdad es que no estaba equivocada del todo. Harry sufrió un cambio, y fue gracias a una pelea que tuvo con Draco, pero también a las palabras hirientes de otra persona.
En cuanto a Snape, bueno. Había sido demasiado condescendiente en la cocina, tenia una conversación pendiente con él.
