Perdonar por tardar tanto en actulizar, si vosotros supierais... Bueno espero que os gusten estos dos capitulos que os bajo hoy.


CAPITULO XXIV

Mi estomago se cerro y un escalofrió me recorrió al encontrarme a Carlos y Jiménez enfrente de mi. Carlos me apuntaba con su varita y tenia una mueca de desprecio en su rostro. Jiménez se acerco con tranquilidad a una silla del jardín y se sentó en ella, miraba con burla y parecía disfrutar bastante al verme totalmente indefensa ante ellos, yo tenía mi varita guardada en el bolsillo trasero de mis pantalones vaqueros. Antes de que yo pudiera cogerla Carlos ya me habría atacado. Me quede quieta mirándolos y concentrándome en mi magia, buscando la forma de salir de allí.

-¿Cómo me habéis encontrado?

-Nuestro señor tiene sus formas. –La voz fría y desapasionada de Carlos me sorprendió.

-Eres un traidor Carlos.

-¿De verdad creías que iba a dar mi vida por nada?. Años luchando por lo que se considera el bien…y ¿sabes que?. El bien no existe, solo existe el poder. Mi señor me da poder, no tengo que proteger a estupidos muggles y magos lo suficientemente idiotas como para mezclarse con gente inmunda…luego vienen llorando y pidiendo ayuda.

-Pensaba que eso te gustaba, ayudar a los demás.

-Sueños de juventud.

Carlos me miraba con seriedad y Jiménez me miraba con burla.

-Fuiste tú quien avisaste a Jiménez el día del masacré¿verdad?. Tú le dijiste que íbamos a por él, por eso pudo con nosotros, por eso nos encontramos con todas esas trampas mortales¿verdad?.-Mi ira fue creciendo-Fuiste tú quien le dijiste a Carlos donde estaban los otros ex-aurores¿verdad?. Tú le dijiste donde encontrar a Raúl.

-No, él no me dijo nada-Jiménez rió con malicia-Fue él quien se ocupo se ese tal Raúl y de muchos otros.

Mire con rabia a Carlos.

-Albus tenía razón, eres un traidor.

-¡OH Si! Durante mucho tiempo me han tenido vigilado, pero mi señor el Señor Oscuro me ha ayudado. Ahora solo me pide una cosa por su protección y yo se la voy a dar.

-Haber si lo adivino¿matarme?

-No, exactamente, pero sí. Jiménez y yo hemos sido socios durante mucho tiempo y me ha dejado el placer de matarte yo mismo, el tiene mucha ganas de hacerlo, pero es un buen amigo.

La risa fría de Carlos solo consiguió enfriar mi mente.

-Carlos, creo que ya has hablado demasiado, termina el trabajo.

Jiménez parecía empezar a aburrirse de la conversación y la verdad es que yo también, Carlos era bastante dado al habla…aunque no era nadie.

-Crucio.

Estupido movimiento de Carlos, concentrado en su ego al haber evadido al gobierno durante tanto tiempo no se había dado cuenta de que mi mano estaba muy cerca de mi varita. Con un rápido movimiento saque la varita mientras esquivaba lo mejor posible el crucio, que con suerte no me dio.

Mi siguiente movimiento fue un "Expelidermus", Carlos salio volando por los aires y cayo al suelo de espaldas. Espere a que se levantara, siempre vigilando a Jiménez, este parecía estar disfrutando de un espectáculo cómico. Su sonrisa le cruzaba el rostro, estaba disfrutando realmente con el ataque de Carlos.

-Stuffy-

Esta vez, sentí con el rayo me daba en el brazo de la varita y se me dormía, dejando caer la varita al suelo. ¡Me descuide! No llegaba a entender porque Jiménez no actuaba.

No sé como, pero me encontré esquivando varios hechizos, todos ellos rozándome, hasta que conseguí recuperar mi varita. Carlos era un buen rival, por algo había llegado a ser Jefe de los Aurores Indecibles en España, no era tan incompetente como yo pensaba.

Cuando recupere la varita me alegre, iba a terminar con eso enseguida.

Con rapidez envié un hechizo Petrificulus a Carlos, y con la destreza adquirida tras varios años de batallas le envié otro en dirección que me señalaba su cuerpo al tratar de evitar el hechizo. Carlos cayó al suelo totalmente petrificado.

Me di la vuelta aún con la varita en alto para enfrentar a Jiménez, pero un fuerte rayo me golpeo en el hombro. Note como el rayo atravesaba mi hombro y como mi vista se nublaba por el dolor. Caí de rodillas, tratando de mantenerme de pie. Mire a Jiménez, este se acerco a Carlos despacio y murmuró unas palabras. Carlos se levanto con rapidez del suelo y miro con furia a Jiménez, quien solo se encogió de hombros y volvió lentamente a la silla que ocupaba antes. Mientras yo había conseguido levantarme y recuperar mi varita, sosteniéndola con la mano derecha. Tenía la vista nublada y sentía como mi camisa se iba empapando poco a poco de sangre. Sabia que debía luchar, tratar de mantenerme con vida y la única forma posible era acabando lo antes posible con Carlos.

Con la rabia que siempre acumulaba mi corazón cada vez que me veía obligada a matar, alce mi varita, y antes de que Carlos pudiera decir, hacer o pensar nada, grite las palabras que más odiaba.

-AVADA KEDABRA

El cuerpo de Carlos cayó al suelo, con los ojos abiertos de par en par con sorpresa ante mi rapidez con la varita aun estando herida y vacíos ya de toda vida.

Lo vi cayendo lentamente al suelo, me di la vuelta y apunte con mi varita a Jiménez quien me sonrió y aplaudió.

Sentí que mis tripas se revolvían de repulsión y mi mano aún sin temblar apuntaban a Jiménez, preparada para decir las mismas palabras.

Pero Jiménez siempre fue mejor que yo, siempre jugo conmigo, haciéndome creer estar a su altura…o quizás yo estaba demasiado cansada y herida como para poder evitarlo.

Solo sé que de golpe estaba en el suelo, mirando el rostro cruel de Jiménez.

-Gracias por quitarme de en medio a ese estupido.-Su varita me apuntaba directamente a mi corazón, yo no sentía mis piernas, no conseguía moverlas y mi vista se estaba nublando lentamente.

-Sabes, has sido siempre una gran rival, pero hoy no tengo tiempo de jugar contigo. ¿Dónde esta tu amiguito Snape?

Lo mire con rabia negándome a darle el placer de hablar con él.

-¿No me lo dices, Bien. Entonces reza si eres creyente. AVAD…