- Bien, creo que ya hemos limpiado el último piso del museo. Será mejor que vaya al tercer piso para iniciar el funeral de Feitan.– dijo Phinks mientras le daba el golpe de gracia a uno de los guardias del museo.
- De todas formas no tienen que tardarse, la policía no tardará en pedir refuersos para este sitio. – comentó Nobunaga.
- No te preocupes, Machi los contendra por un buen tiempo.– contestó Kalluto.
- No te debes de olvidar que los polícias no son la única razón por la que tienen que apurarse. – dijo Nobunaga.
- No te preocupes, Phinks y yo calculamos el funeral para que termine en una hora y media. Eso nos da margen de media hora para salir de aquí y hacer nuestro siguiente movimiento. – afirmó Kalluto.
- Bueno niño, supongo que tienes razón. Adelantate y prepara las cosas del funeral. – contestó Nobunaga, mientras que por su parte Kalluto bajó por una de las escaleras del museo fue dejando solos a ambos hombres.
Nobunaga miró a Phinks a los ojos directamente. Aquel espadachín distaba de ser un hombre perceptivo, sin embargo, podía ver la tensión en el rostro de su compañero. Aquella noche Phinks había actuado bastante violento contra los guardias y guías del museo, torciendo su cuerpo y machacandolos con sus propios puños lentamente, casi como si fueran muñecos de arcilla. Nobunaga entendía que la ira y el sadismo que Phinks había mostrado no era más que una forma de descargar y camuflajear su tristeza. Para Phinks la única emoción distinta a la alegría que podía mostrar era la ira, cualquier otra era muy compleja o rídicula para mostrarla al público. O al menos eso creía Phinks.
- Phinks…
- ¿Si?
- En verdad siento mucho lo que pasó con Feitan. Ustedes merecían algo mejor que, bueno, lo que pasó. – comentó Nobunaga solemnemente.
- Tu no tuviste la culpa. Nadie pudo haber previsto que le pasaría eso. – contestó Phinks seriamente.
- Si sientes ganas de llorar, házlo ahora. Llora y deja ir toda esa tristeza. No dejes que tus lágrimas se queden adentro, si estas se quedan te mataran como si fueran veneno. – aconsejo Nobunaga.
- Ya he llorado a Feitan por casi un año. Lo importante ahora es hacer llorar a quienes humillaron a la Brigada Fantasma. – contestó Phinks, haciendo reír a Nobunaga.
- Claro que haremos llorar a esos bichos, ten por seguro que lo haremos…
Lobby del museo
Machi tenía controlados por sus hilos a la varios de los polícias que habían llegado a intervenir en el primer piso del museo y ahora estaba haciendo que ellos abriesen fuego contra los refuerzos que iban llegando. Aquella estrategia le permitía mantener su distancia al mimsmo tiempo que atacar directamente a quienes tratasen de entrar al edificio. Machi podía ver los rostros de confusión tanto en sus "títeres" como en las víctimas de estos, quienes no terminaban de comprender como era posible sus compañeros les estaban atacando. Machi por su parte simplemente permanecía atrincherada tras las sólidas paredes del museo, contemplando con sadismo como aquellos pobres diablos tenían que escoger entre disparar a sus compañeros y su propia vida. Aparentemente este atraco sería pan comido, solamente tenía que mantener su posición y esperar a que Chrollo le diera la orden de salir de aquel sitio.
- Ptsss… Shizuku y yo despejamos el área de escape. – susurró Bonolenov aproximandose a Machi gateando discretamente. Machi casi se rió al ver como su compañero aún llevaba puesta la camiseta de guía de museo, así como una horrible peluca rubia, las cuales ahora se encontraban manchadas de sangre.
- ¿Colocaron lo que el jefe pidió? – pregunto Machi en voz baja.
- Si, si lo hicimos. Shizuku y yo los colocamos en las columnas principales. Y también en el segundo piso.
- Bien. Ahora, lo importante es asegurarse que nadie entre ni salga de este sitio.
- O al menos hasta que se escuchen las campanadas de la catedral. – añadió el guerrero.
- Y recuerda la regla que nuestro jefe nos exigió esta noche…
- No dejar supervivientes. – concluyó Bonolenov solemnemente.
Tercer piso del museo
Chrollo escuchaba con indiferencia los gritos de auxilio y confusión de sus víctimas. Por alguna razón aquella noche le había comenzado a doler el pecho y su estómago, además su mareo no había disminuido, casi incluso había aumentado. Sentía nauseas y el ruido de sus víctimas no hacía más que aumentar aquella sensación de asco.
- Estoy listo para el funeral jefe. – dijo Phinks abriendo las puertas de la sala de exhibición del museo donde se estaba dando la conferencia, haciendo que desaparecieran los peces de interior, quienes habían devorado ya a la mayoría de los presentes de aquella exhibición. Al desaparecer estos peces la mayoría de los presentes murió al instante, sin embargo, algunos seguían agonizando en el piso, gimiendo con impotencia con sus vísceras regadas en marmol del piso y todos los miembros de su cuerpo inutilizados.
- ¿No crees que deveríamos rematarlos primero? – preguntó Kalluto viendo con ligero disgusto como aquellas pobres personas mutiladas rogaban piedad y pedían llorando ir a un médico.
El joven Zoldyck había decidido acompañar a Phinks y a Chrollo a oficiar los ritos fúnebres de Feitan, mientras que el resto de la Araña se encargaba de atacar a cualquiera que estuviera en el museo o se acercara al perímetro de este. Phinks había cambiado su disfraz de guía de museo por su túnica ritual y llevaba puesto su tradicional nemes*, mientras que Kalluto había optado por un kimono de luto blanco y en sus manos cargaba varias flores de papel para ofrecerlas al difunto, así como una linterna para guiarse en aquella sala sin ventanas del museo.
- No. – contestó Chrollo seriamente- Estas personas serán las plañideras perfectas para el funeral de Feitan.
Phinks por su parte se dirigió a la vitrina donde estaba el cuerpo y la ropa de Feitan, procediendo a romperla cuidadosamente. Una vez rota la vitrina Phinks sacó el cuerpo de Feitan con lentitud y delicadeza. Pese a estar en un estado momificado el cadaver de Feitan seguía manteniendo parte de su apariencia física intacta, haciendo que Phinks recordara todo lo que habían pasado juntos y pensara en todo lo que jamás pasarían. Phinks no pudo evitar darle un abrazo involuntario a Feitan, casi como si quisiera que este también lo envolviese en sus brazos y le volviera a hacer sentir tranquilo. El cuerpo de su amigo, colega y amante, al cual jamás abrazó o besó en publico volvía a estar entre sus brazos.
Phinks se dirigió al podio donde los conferencistas habían estado dando su charla, mientras que por su parte Chrollo colocaba una manta de lino blanco en el piso de este. Phinks depositó el cuerpo de Feitan sobre la tela y con ayuda de Kalluto comenzó a vestirlo con sus viejas prendas. Phinks untó el cuerpo de Feitan con perfume y Kalluto por su parte dejó varias flores de papel a su lado y encendió incienso. Chrollo quiso ayudarlos a seguir preparando el cádaver, pero por alguna razón el olor al perfume y a incienso, combinado con el hedor de la sangre de aquella sala, le hizo sentir mareado, haciendo que el vomitara involuntariamente sobre uno de los cuerpos aún vivos de los asistentes de aquella conferencia, el cual solo chillo de miedo y asco.
Kalluto pareció percatarse del malestar de su jefe, pero Phinks lo ignoró por completo, encontrandose demasiado absorto en arreglar el cuerpo de Feitan. Feitan ya había sido vestido por completo y su paraguas había sido colocado al lado suyo junto con uno de sus libros favoritos. Phinks depositó finalmente dos monedas de la Brigada Fantasma en las cuencas vacías de Feitan, tras lo cual besó su frente y se puso de pie para iniciar el rito. Chrollo se percató de los rezos que estaba iniciando Phinks, por lo que el trató de retomar su compostura y limpiar el vómito de su boca y se pusó de pie.
- ¡Hoy honramos a quien fue más que un compañero y un amigo, a un hombre cuya valentía y genio permitieron que la Brigada Fantasma se encumbrara en la cima del mundo! – exclamó Chrollo después de que Phinks terminara sus rezos – ¡La segunda pata de la araña y la cabeza sustituta, que mantuvo a la Araña unida en sus peores momentos! ¡Feitan Portor, esta noche tu cuerpo descansará honorosamente! ¡Que la sangre derramada en este impío reino sea un tributo digno para tu espiritu!
El siguiente en hablar fue Phinks. Phinks hizo un esfuerzo por mantener su voz firme y no llorar mientras hablaba, sin embargo, sus ojos involunatariamente le traicionaron.
- Feitan, tu sabes que si por mi hubiera sido, yo hubiese querido irme antes que tu, sin embargo, yo jamás te desearía que tu estuvieses pasando por el dolor que he pasado tras perderte. Te amo y mi único arrepentimiento respecto a nuestra relación fue jamás haberte dicho eso en vida. ¡Que Caronte te guie por las aguas de los infiernos y Osiris te acepte eternamente en su reino!** – gritó Phinks, quien pese a estar llorando logró mantener su voz firme y fuerte.
Aquel emotivo discurso Chrollo y Phinks solo tuvieron como respuestas gritos horrorizados de los asistentes mal heridos de la conferencia, quienes no puideron más que rogar por sus vidas al ver como Kalluto regaba el cuerpo de Feitan y sus alrededores con combustible y acto seguido, los tres criminales bajaban del podio simultaneamente. Phinks encendió un cigarro y tras darle una sola bocanada este arrojó aquel cigarro encendido al cuerpo de Feitan, haciendo que este ardiera instantaneamente, tras lo cual se dirigió junto a sus compañeros a la salida de la sala.
- ¡Socorro! ¡Alguien ayudenos, por todos los cielos! -gritó una anciana.
- ¡Fuego, hay fuego, alguien llame a los bomberos! – chilló un hombre.
- ¡Ay mamá, ay mamá, por favor cuida a mis hijos! – lamentó una joven mujer.
Un joven malherido trató de aproximarse a la puerta de salida, arrastandose con lo que quedaba de los miembros de su cuerpo, pero antes de que este pudiese salir, Phinks le dio un pisotón y le cerró la puerta, dejándo que el y todos los presentes se asaran vivos junto el cuerpo de su amante muerto.
Phinks volteó a ver a Chrollo y Kalluto, haciendo que los tres sonrieran con malicia. Sin duda Feitan hubiera estado orgulloso de sus acciones aquella noche.
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*Tocado egipcio usado por los faraones egipcios de forma ritual.
**Antes de que los aficionados de la mitología se enojen porque estoy combinando a Caronte (mitología greco-romana) con Osiris (mitología egipcia) tengo que aclarar que en el mundo antiguo (especialmente en el período helelenico y romano) era normal y hasta bien visto que las muchas culturas políteistas combinaran mitos y religiones (de allí que en la ciudad romana de Pompeya existan frescos de sacerdotes de Isis, pese a que esta era una deidad egipcia). De allí que haya decidido que el ritual funerario fuera esa "mezcolanza" de simbología religiosa (a eso le agregamos que por lo mencionado por Chrollo sobre Jesús y Judas en Yorknew es muy probable que el resto de los miembros de la Brigada fantasma tenga creenicas igual de heterodoxas, por no decir heréticas respecto a las religiones más "tradicionales").
Rosslie: Me alegra que estes de vuelta aquí y que estes disfrutanto de este fanfic en el fandom de HxH. Y que bueno que te preocupes por el Chrollo, pues la neta por como va este fanfic si deberías. ¡Muahahaha!
Monnie´s: Pues como lo vimos en Yorknew el Chrollo y sus compas se van a descontrolar, pero eso no importa, todo con defender el honor de la Araña ¡Muahahaha!
Como siempre es un placer tener sus comentarios en mis notificaciones, espero que pasen muy buenas fiestas navideñas y si no nos vemos hasta el proximo año de una vez les deseo feliz año nuevo y que todos sus sueños se hagan realidad.
¡Besos y abrazos!
