- Compatriotas míos: No gastare el tiempo explicando el horror que ha pasado en la capital de nuestro glorioso reino, pues todos y cada uno de ustedes lo vió desenvolverse con sus propios ojos anoche, ya sea en las redes sociales y la televisión o en carne propia. La noche de ayer sufrimos el peor atentado terrorista del que se tiene registro en los últimos docientos años de nuestra historia. Quiero expresar mi eterno agradecimiento con el cuerpo de polícias, el éjercito, los paramedicos y los bomberos, así como a todos los voluntarios y voluntarias que ayer ariesgaron su vida para salvar nuestra gente. También quiero agradecer a todas las personas que han enviado donativos y oraciones a las víctimas de esta catastrofe, tanto nacionales como extranjeros. Su solidaridad ha sido un rayo de luz en esta horrible neblina que ha oscuercido nuestro amado reino. Y si hay algo que añora nuestro reino tras esta noche de oscuridad e incertidumbre es la paz. Sin embargo, yo estoy consiente de que dicha paz no se logrará sin justicia. Quienes cometieron el atentado de anoche fueron viles sádicos y cobardes, sedientos de atención. Y yo, Oito Hui Guo Rou, madre del Rey Wooble y Regente en turno del Reino de Kakín no descansaré hasta que los culpables de dicha atrocidad contra la dignidad humana reciban la pena máxima que puede recibri cualquier enemigo de este nuestro, con tal de prevenir que esos cobardes, quienes creen que pueden destruir nuestro patrimonio y asesinar a nuestros ciudadanos sin consecuencias, vuelvan a atentar contra la vida y el patrimonio humano. ¡Que los dioses guarden nuestro Imperio!

El discurso de Oito Hui Guo Rou al pueblo fue recibido con una solembe ovación de todos los presentes, siendo transmitido en televisión en todo el mundo. Al terminar su discruso ella fue escoltada por un enorme contingente de guardespaldas quienes la condujeron a el interior del fastuoso palacio de Kakín, llevandola eventualmente a su oficina personal.

Oito Hui Guo Rou junto a su hija Wooble habían sido las únicas supervivientes de la familia real de la tenebrosa expedición al continente obscuro, por lo cual, su hija, al ser la única heredera legitima con vida se convirtió en el Rey del Imperio de Kakín, mientras que ella adquirió el título de Madre Regente, siendo la encargada de administrar el reino hasta que su hija tuviera la edad para tomar de lleno su cargo.

El gobierno de Oito había sido bastante atípico: ella era la primer regente en gobernar por si misma en más de quinientos años, sin tener ningún tipo de conexión con la nobleza además de su hija y fallecido esposo. Y por si fuera poco ella había impulsado varias reformas sociales progresistas, buscando eliminar el sistema de castas, reformar el sistema penal, darle poder al pueblo y el parlamenteo, así como atacar el racismo y el machismo que perduraba en la sociedad kainesa. Dichas reformas, si bien, le habían traído el odio de parte de las partes más conservadoras de la nobleza de Kakín, también le habían convertido en una figura muy querida por la mayoría del pueblo y la presna extranjera. Pese a sus usuales peleas contra la rancia nobleza kakinesa, sus negociaciones con los demás integrantes del V6 y las dificultades de gobernar sin experiencia política todo aquel imperio, las cosas habían marchado como miel sobre hojuelas. Hasta esa noche. La vieja nobleza no tardaría en usar aquel ataque como pretexto para atacar sus políticas o poner en duda la legitimidad de Wooble como monarca. Tras saludar a su secretaria y a su asistente personal Oito tomó asiento en una de las sillas más mullidas de su oficina, reclinandose mientras meditaba cual sería su siguiente paso.

Inicialmente Oito y sus consejeros pensaron que dicho atentado fue causado por algún grupo radical político o fanaticos religiosos, pero, al poco tiempo los informes oficiales parecían indicar que los culpables de dicho atentado había sido el grupo de la Brigada Fantasma, pues uno de los atacantes tenía marcado en la piel el típico tatuaje de araña de dicha organización. Sin embargo, algo no cuadraba en la actuación de la Brigada Fantasma aquella noche. No había habido ningún reporte de robo atribuído a ellos en el museo, simplemente una ola de destrucción masiva. Incluso, los rescatistas y forenses lograron sacar de entre los escombros restos de jollería fina y antiguedades que podían valer millones en el mercado negro. Que una banda de ladrones como la Brigada Fantasma no hubiese tocado aquellas joyas y antiguedades no hacía mucho sentido. Oito frunció el seño al acordarse del encuentro con la Araña que había tenido en el Black Whale. Aquel grupo era una banda de ladrones sin ideología, no unos radicales terroristas o seguidores de una secta. Por más sanguinarias que hayan sido sus acciones Oito había visto en carne propia que ellos no eran ningun monstruo, simplemente ladrones cuyo unico interés era expropiarse por la fuerza de cualquier cosa valiosa que estuviese a su alcance. Para la Brigada Fantasma matar era un medio, no un fin. ¿Por qué subitamente esa banda de ladrones decidiría cometer un acto terrorista que no les fuera a remunerar económicamente? ¿Qué ganaban con ello?

La regente sintió el gruñir su estómago: desde la noche del atentado ella no había comido ni un trozo de pan, tratando de mantenerse al tanto de toda la tragedia que se había desenvuelto ante si misma, recibiendo informes y cordinado ayuda a la policía y los rescatistas para aplacar la horrorosa situación por la que estaban pasando. Quizá sería buena idea almorzar antes de tomar cualquier acción respecto a aquel suceso. Oito se dirigió a su asistente personal.

- Lotis, por favor, digale a Su Alteza Wooble y a la Institutriz Real que iré a su habitación a almorzar con ella y pidale al staff de cocina que nos prepare algo sustancioso para llevarnos al cuarto. Y cuando terminemos contacteme con el señor Kurapika Kurta. Creo que necesitare de sus servicios nuevamente…

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Bueno, aquí saludando el año con otro capítulo de mi fanfic. Muchas gracias a Monnie´s por sus comentarios, la verdad me cayeron de perlas y me alegra que este arco del fanfic haya tenido una conclusión épica, espero hacer más capítulos emocionantes en el futuro (siento que este fue muy chiquito y tranquilo, jeje). Cuídense mucho este 2021 y como siempre les deseo lo mejor a todos y todas mis lectores, ojalá este año cumplan sus todos sus propósitos y sueños buenos.