- ¿Saben porque estas aquí verdad? – pregunto la cabeza de la Araña a los médicos que tenían de rehenes.
Ninguno de ellos fue capaz de hilar una respuesta, encontrandose demasiado amedrentados como para decir algo, además de plegarias y lloriqueos silenciosos. Entre todas aquellas personas que llacían atadas de manos y piernas, arrodilladas sobre el suelo de las catacumbas meteorenses se encontraban ya cinco cadáveres de quienes habían previamente tratado de escapar de aquel sitio, pero cuyos intentos fueron frustrados por la espada de Nobunaga, así como los puños de Phinks y los hilos de Machi.
- Todos ustedes vinieron a inicialmente a Ciudad Meteoro como voluntarios del Hospital Judas Apostol. Sin embargo, tras algunos meses de servicio, ustedes, nos abandonaron sin previo aviso, por lo cual nos dimos la tarea de hacerlos volver a Ciudad Meteoro. ¿Qué tienen que decir al respecto? – exclamó Chrollo, obteniendo un silencio sepulcral como respuesta.
Pese al mal humor y mareo que sentía, Chrollo sonrió ante la falta de respuesta de sus víctimas y pateó casualmente la cabeza degollada de uno de los cautivos que ya habían sido asesinados. Nobunaga hecho una carcajada de complicidad ante la acción de su líder, haciendo que aquella desesperada multitud entrara en pánico. Tras eso el jefe de la Brigada Fantasma se dirigió hacia un hombre de mediana edad y cabello obscuro.
- Dígame señor Gruel Lagkrits. ¿Actualmente usted se desempeña como pediatra en el Hospital Shellytow? ¿Verdad?
- Si. Yo actualmente trabajo como pediatra en Shellytow.
- La ciudad donde se encuentra el Hospital Shellytow es rica y llena de hospitales para niños. Dígame entonces. ¿Por qué abandono nuestro hospital? ¿Cree que los niños de nuestra ciudad no merecen su atención?
- No, para nada. Ellos tambien merecen atención. – contestó intimidado.
- ¿Entonces porqué abandono Ciudad Metroro?
- Bueno, mi esposa dio a luz recientemente. Quería pasar un rato con ella y nuestro bebé antes de regresar aquí. Además era epoca navideña y deseaba verlos. – se excusó el médico.
- Usted sabe que por culpa de su ausencia varias familias ya no pasaran Navidad con sus hijos, pues no había nadie para atender a los pequeños. ¿Qué se siente haber regresado con tu familia y haber pasado unas calidas fiestas mientras que los pequeños de nuestra ciudad morían esperando atención médica?
El hombre no contesto, simplemente comenzó a llorar en silencio mientras que Chrollo caminaba lentemente hacia una mujer joven de piel morena y cabello teñido de rosa pastel.
- ¿Tu eres Fatimee Glinter? – preguntó Chrollo a la pelirosa sin quitarle sus penetrantes ojos grises de encima.
- Si. – respondió sin ánimos la joven.
- Recien egresaste de la facultad de medicina el año pasado y le digiste a tus padres que estarías viajarías por el mundo para ayudar a los más necesitados. Por lo cual tu te embarcaste a ser médica voluntaria en Ciudad Meteoro y laborar en el Hospital Judas Apostol. ¿Cierto?
Fatimee asintió con la cabeza en silencio.
- Muy bien, Fatimee. ¿Qué te hizo regresar a casa? ¿Fue la comida? ¿El clima? ¿El ambiente?
Fatimee no quiso contestar, pues sentía avergonzada de lo que sería su respuesta. La joven doctora fue a Ciudad Meteoro, esperando traer algún cambio entre sus habitantes, sin embargo, al poco tiempo de lidiar con algunos pacientes mal agradecidos quienes malograban sus tratamientos y tras agotar todos sus ahorros arduamente ganados en conseguir medicinas básicas a traves de traficantes y brokers comenzó a perder su paciencia. Sin embargo esas no fueron las únicas razones…
- ¡Te diré que nos hizo regresar maldito imbécil! – interrumpió un médico furioso- ¡Nosotros dejamos esa pocilga de ciudad porque no hay nada que podamos hacer para salvarla! Cada día venían a nosotros putas, delincuentes, vagos y pandilleros de la peor calaña y nos exigían que los trataramos pagandonos con malagradecimiento y actitud salvaje. ¡Y luego teníamos que lidiar con la bola de ancianos que lideran este basurero! ¿Crees que iba a malgastar mi tiempo atendiendo a los habitantes de este averno? ¡Claro que no! Esta bien hacer caridad y ayudar al prójimo, pero lo que estaba haciendo allí era un sacrificio inútil el cual…
Antes de que aquel hombre concluyera Nobunaga partió al hombre en dos, haciendo que todos los demás médicos que se encontraban retenidos en aquel sitio entraran en pánico.
- Muy bien, creo que nuestro compañero fue muy valiente en contestar. – dijo Chrollo sin siquiera inmutarse por aquel repentino asesinato- Sin embargo yo te pregunté a ti Fatimee. Dime Fatimee. La persona que te convenció de abandonar ciudad Meteoro es tu novio Keynol. ¿Verdad?
Fatimee abrió la boca sin hacer ningun sonido al oir el nombre de Keynol, sorprendida de que Chrollo supiera aquella información tan personal y delicada.
- Keynol Travs. Lo conociste en la secundaria y vive junto a su perro chihuahua en un complejo de apartamentos de la calle Noyer, a tres cuadras de la casa de tus padres y cinco de la guardería donde pasa la mañana tu hermana menor Izzy. Keynol trabaja como veterinario en el zoológico de York New y suele pasar su tiempo libre como voluntario en una asociación ambientalista. Recientemente el te propuso regresar a la ciudad pues tenía miedo de tu seguridad ya que no quería venir aquí. Además te acaba de dar un anillo de compromiso. ¿No es así? - dijo Chrollo.
- Por favor, no le haga nada a mi novio y a mi familia. – chilló la médica horrorizada.
- Quiero que te quede claro que la Brigada Fantasma no suele amenazar a la gente. No, nosotros simplemente atacamos cuando nos place sin advertencia ni aviso previo. Pero dada la forma en la que ustedes han actuado...
- ¡Por favor! ¡No los lastimé! ¡Haré lo que sea! – rogó Fatimee llorando.
Chrollo por su parte le dio una fuerte bofetada a Fatimee y exclamó:
- ¡Escuchenme bien! La Brigada Fantasma tiene toda su información personal, la de su familia y la de sus amigos. Si ustedes deciden largarse de este sitio o incumplir con sus labores como médicos del Hospital Judas Apóstol habrá severas represalias. Y quiero que les quede claro que nosotros no perdonaremos ni a ancianos ni a mujeres ni a niños. Así que si por un motivo ustedes escapan todos sus seres queridos serán…
Antes de terminar su oración Chrollo vomitó violentamente, tras lo cual el cayó de rodillas invadido por una sensación de debilidad, mareo y asco absoluto. Chrollo trató de levantarse apoyandose en el cuerpo de Fatimee y rápidamente Machi corrió ayudarlo a ponerse de pie. Fatimee suspiró horrorizada al ver el vómito de Chrollo. Otra vez había vomitado sangre.
- ¡Phinks! ¡Nobunaga! ¡Háganse cargo de estas sabandijas y regresenlas a sus puestos en el hospital! ¡Yo me quedaré con el líder! – ordenó Machi, siendo obedecida acto seguido por ambos hombres.
Tras haber sido dejados a solas Chrollo se mantuvo sostenido de los hombros de Machi, sintiendose muy mareado y debíl como para ponerse de pie solo. Machi lo cargó sin esfuerzo, llevandolo hasta el colchón donde usualmente dormían, acurrucandolo entre las sábanas.
- Creo que me vendría bien una infusión de manzanilla o algo de refresco para aplacar mi mareo. – susurró Chrollo a Machi.
- Dudo que esto arregle tus problemas de salud. – dijo Machi preocupada por Chrollo.
- ¿Qué surieres entonces? Volví a hacerme pruebas en otro hospital y lo unico que paso fue que me diagnosticaron anemia otra vez. – murmuró Chrollo frustrado.
- Podríamos checar en el Hospital de la Universidad de Padokea. Hay varios médicos competentes, muchas personas con enfermedades raras e incurables se han tratado en ese sitio y han regresado a la salud.
- Creo haber leído de ese sitio hace tiempo. Aunque también tengo entendido que es uno de los hospitales más caros del mundo.
- El dinero es lo de menos, eso va y viene para nosotros.
- Sigo sin estar convencido.
- Ese hospital está en una de las ciudades costeras del país y allí hace muy buen clima. Además Kalluto dijo que cerca de ese hospital el y su familia consiguieron una casa de campo la cual no usan. Podríamos pasar nuestra luna de miel allí. Dudo mucho que los Zoldycks se molesten si vacacionamos allí un rato. – sugirió Machi.
Chrollo suspiró. Tras los eventos de Kakín Chrollo había postergado su luna de miel y el incidente del hospital y los médicos solamente había aplazado más aquel tiempo de calidad que le debía a Machi así como el banquete de bodas que le prometió a Nobunaga y Shizuku.
- De acuerdo. Partiremos allí al amanecer. – contesto Chrollo, tras lo cual besó a Machi en su frente.
Machi le devolvió el beso en silencio a Chrollo, tratando de alejar aquellos malos presentimientos que invadían en ese momento su mente.
XXXXXX
Bueno, aquí introduje un par de OCs, la verdad es divertido escribir OCs, así que esperén que en los demás capítulos aparezcan más OCs para complementar este fanfic.
Monnie´s: Pues la verdad si algo ha hecho esta crisis sanitaria es exponer las deficiencias de el sistema de salud no solo de México y latinoamérica en general, sino de incluso países ricos, y como siempre las personas más pobres y oprimidas son las que se llevan la peor parte. Espero de todo corazón que se ponga un fin a esta crisis y que haya una autentica mejora en los servicios de salud pública.
Como siempre, les deseo lo mejor y les mando muchos besos y abrazos virtuales.
