- ¿Qué quieres pedir para cenar mi amor? – preguntó Chrollo a Machi mientras acariciaba sus piernas. Sin embargo, ella no le respondió.
Después de que Chrollo saliera del hospital, el decidió quedarse junto a Machi en la casa de campo de los Zoldyck, la cual era amplia, bien amueblada y ciertamente lujosa. De acuerdo con Kalluto, aquella casa técnicamente no les pertenecía a los Zoldyck sino a una secta diabólica involucrada con grupos criminales y terroristas, quienes habían sido asesinados por los Zoldyck hacía tiempo y al no haber ningun comprador interesado en adquirir una casa en la que habían acontecido sucesos tan sangrientos la familia Zoldyck se la había apropiado, aunque era bastante raro que ellos mismos la usaran.
Tras irse del hospital y llegar a aquella casa, Chrollo se la había pasado toda la tarde tumbado en la cama matrimonial del segundo piso de aquella, leyendo o durmiendo en completo silencio, salvo por los intervalos que usaba para vomitar e ir al baño, sin hacer ningun comentario respecto al fatal diagnostico que había recibido. Machi tampoco comentó nada, manteniendose ocupada en sus bordados, prefiriendo esperar a que Chrollo sacara a colación el tema, sin embargo, la forma en la que Chrollo ignoraba el asunto comenzaba a preocuparle.
- ¿Te parece buena idea alitas picantes? ¿O prefieres hamburguesas? ¿O quizá sushi? He leido que el pescado crudo tiene propiedades afrodisiacas. – sugirió Chrollo sin dejar de acaricial lentamente los muslos de Machi- Quizá podríamos pedir algo de sushi o sashimi del restaurante y cuando terminemos hacer algo divertido juntos.
Machi se estremeció al sentir como la mano de Chrollo subía hasta su entrepierna y apretaba suavemente su pubis al decir aquellas palabras. Llevaba desde que dejaron Ciudad Meteoro sin tener sexo y si bien Machi era una mujer con libido fuerte e interiormente se derretia por dentro al pensar en el cuerpo de su jefe, ella seguía intranquila por la falta de comentarios de Chrollo sobre su enfermedad terminal y la razón por la que el se negó tan rotundamente a recibir tratamiento. Lentamente Machi apartó la mano de su esposo de su cuerpo.
- ¿Por qué te negaste? – preguntó Machi a Chrollo.
- ¿Negarme a qué? – dijo Chrollo confundido alejando sus manos de Machi.
- A recibir los tratamientos paliativos en ese sitio.
- Eran muy costosos. No puedo permitir que se gastara tanto dinero en una sola persona, menos cuando hay quienes necesitan de ese dinero allá en Ciudad Meteoro.
- ¡El dinero es lo de menos! ¡Podemos robar!
- No quiero que nos involucremos en robos a gran escala hasta cerciorarnos de que el Bastardo de las Cadenas esta muerto y que Kakín nos deje de prestar tanta atenció. Además tenemos que recuperar nuestras patas faltantes.
- ¡Llevas años diciendo que necesitamos recuperar a las patas faltantes! ¡Podemos conseguirlas o salir adelante solos! ¡Yo podría regresar a ser médico en el Coliseo y entregarte todo lo que gane! ¡Nobu, Phinks y Kalluto pueden ganar buen dinero como asesinos a sueldo! ¡Además Bono y Shizuku siguen teniendo su propio negocio, ellos podrían enviarte dinero!
- No quiero que se arriesgen. El hecho de que esté en una institución médica podría hacer que ellos adquirieran información personal mia. Y por consecuencia del resto de nosotros. Además no quiero que exhiban mi cadaver como si fuera un feto en formol o trofeo de cacería.
- En ese caso podemos secuestrar a esa doctora y forzarla a que te de el tratamiento. O incluso mejor. ¡Podemos invitarla a unirse a nosotros! ¡Después de todo quizá ella sea pariente de Phinks y el pueda convencerla de ser una nueva pata! – insitió Machi.
Chrollo esbozó una sonrisa amarga al oir el descabellado plan de Machi.
- Dudo que acepte tal oferta. Además tu oiste lo que dijo respecto a mi enfermedad. El síndrome de ojos rojos es raro e incurable, cualquier intento por alargar mi vida será un desperdicio.
- ¡No digas eso! ¡Nada de lo que hagamos por ti es un desperdicio! ¡Tu eres la cabeza y nosotros las patas! ¡Y estamos dispuestos a lo que sea para mantener a la cabeza viva! – reclamó Machi.
- La cabeza siempre puede ser remplazada. Ninguna pata debería recurrir a sacrificios extraordinarios para salvarme. En especial teniendo en cuenta que posiblemente fue mi culpa haber contraído esta enfermedad al comer comida local de Lusko y no tomar medidas preventivas. No merecen ser condenados por los pecados de otros.
Machi lloró al oir esas palabras de Chrollo. Una cualidad que siempre admiró de Chrollo fue su sentido de humildad y su abnegación absoluta respecto a los demás miembros, sin embargo, en este punto, Chrollo no estaba siendo humilde ni abnegado, sino desprestigiandose a si mismo.
- ¿Por qué desprecias tanto tu vida? ¿Cómo es que aceptas la muerte tan rápido? – susurró Machi al borde de las lágrimas.
Chrollo se levantó lentamente de la cama y abrazó a Machi.
- Ví con mis porpios ojos la muerte de seis de mis doce hermanos. Nadie de mi familia biológica me sobrevive actualmente. Yo tenía doce años cuando dejé la casa de mis padres y cometí mi primer asesinato. He aniquilado con mis propias manos a cientos, sino es que a miles de personas y mis planes han conducido a otro millar de individuos a la muerte. Soy capaz de abrazar mi propia muerte sin temor, pues yo mismo he causado la muerte de miles y soy capaz de comprender el verdadero valor de la vida. No desprecio mi vida, solo acepto mi muerte.
- No quiero que mueras. No quiero que mueras ni sufras mientras estes vivo. Ya hemos pasado por mucho, no merecemos pasar por esto.– susurró Machi con impotencia. Chrollo simplemente besó su frente.
- Yo tampoco quiero morir ni dejarlos solos. Tu, Nobunaga, Phinks, Kalluto, Bonolenov y Shizuku son la única familia que me queda. Mi vida ha sido la Brigada Fantasma y no creo que exista mayor honor para mi que ser la cabeza de la Araña. La razón por la que me rehusé a un tratamiento, es porque no quiero morir como un paciente cualquiera en un hospital ni ser tratado como un experimento humano una vez muerto. Yo quiero morir como la cabeza de la Araña, disfrutar cada segundo que puede pasar con mis patas y que cuando llegue el momento mi cuerpo descanse en la iglesia de Ciudad Meteoro. Quiero vivir mis ultimos días con la misma intensidad con la que he estado viviendo desde que formé la Brigada Fantasma. Además, confio en que tus conocimiento médicos y tus cuidados lograrán mantener mi cuerpo libre de sufrimiento mientras este aquí lidiando con este parásito.
- ¿De verdad confías en mis conocimientos médicos? – preguntó Machi a Chrollo.
- Se que quizá tu no te graduaste de alguna de esas prestigiosas escuelas de medicina, sin embargo, he visto como atiendes a los heridos y enfermos. Confío en ti más que en ningun médico Machi y me siento honrado de pasar los ultimos momentos de mi vida contigo. Incluso si no fueras capaz de atender mis malestares ningun médico puede ofrecerme el placer que tu me ofreces. – concluyó Chrollo poniendo sus manos en las caderas de Machi, acariciandola lentamente hasta posicionar su mano pubis, tras lo cual la beso el cuello de Machi delicadamente.
Machi suspiró, sintiendo un toque de exitación treparse en su cuerpo. Chrollo volvió a acostarse y Machi siguió sus pasos, posicionando su trasero cerca de las caderas de Chrollo y agachandose ligeramente, permitiendo así que el comenzara a besar su boca y su cuello. Los labios de Chrollo, pese a estar partidos y muy resecos seguían siendo una caricia divina para la ninja costurera, quien gemía impudicamente cada vez que Chrollo le daba un pequeño mordisco. Machi se quitó su camiseta y lencería, dejando que Chrollo viera sus hermosos pechos redondos y sumergiera su rostro en ellos. El busto de Machi, pese a no ser particularmente grande era firme, suave y bastante agradable al tacto, cosa que disfrutaba Chrollo. La delicadeza y perfección de aquellos hermosos senos le recordaban a un pastelillo, siendo sus pezones la cereza que le daba el toque final a aquel precaminoso postre. Chrollo no se esperó a probar un mordisco de aquella delicia, mordiendo suavemente los pechos de Machi, chupandolos vorazmente como si estos fueran bizcochos cubiertos de glaceado o chocolate derretido. Ella gimió al sentir la boca de Chrollo sobre sus pechos, haciendo que el sonriera complacido al ver a su esposa sentir placer sensual nuevamente.
Machi decidió devolverle el favor a Chrollo, posando sus labios sobre los pectorales de este y comenzando a besar su torso. Machi hizo lo mejor por ignorar el sarpullido de Chrollo y el hecho de que este había perdido mucho peso y algo de vello corporal, enfocandose en besar con delicadeza sus pectorales y a acariciar su abdomen, disfrutando los gemidos ahogados de Chrollo y la forma en la que este, pese a los lujuriosos movimientos que le hacía ella no dejaba de acariciarle la espalda y las caderas.
Machi comenzó a sentir cierta dureza bajo la entrepierna de Chrollo, aumentando de esta forma su exitación y apetito.
- ¿Te parece buena idea que cenemos más noche? Después de todo creo que por ahora mi carne puede saciar muy bien tu hambre. – murmuró Chrollo con una voz tan pícara como lujuriosa.
- No creo que haya muchos restaurantes que dejen a domicilio a estas horas. – dijo Machi acercando sus manos a las caderas de Chrollo.
- No te preocupes Machi, hay algo de galletas y té instantáneo en la alacena. Aunque a decir verdad preferiría probar la hermosa flor que escondes entre tus piernas. – dijo Chrollo apretando las nalgas de Machi.
No pasó mucho para que Machi removiera los pantalones y la ropa interior tanto de ella misma como de Chrollo, comenzando así el acto sexual de lleno. Pese a la preocupación que Machi sentía ante la incurable condición de Chrollo, aquella noche, ella decidió enfocarse por completo en complacer el apetito de ambos, haciendo un esfuerzo por ignorar los dolores, la debilidad, las ronchas y los vómitos que aquejaban a Chrollo, así como la preocupación que sentía por el futuro de la Brigada Fantasma.
Machi dejó que su sexualidad y placer eclipsaran el dolor que sentía por dentro, tal como lo había hecho tras viajar al Continente Obscuro y aquel desafortunado encuentro con Hisoka. Pese a la incertidumbre que plagaba su mente, en aquel momento ella estaba con el amor de su vida, su líder y su salvador. Y en ese instante eso era lo único que le importaba.
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Bien, aquí con mi darkfic de HxH de nuevo y con el Chrollo siendo sexy para esquivar sus problemas muahahaha…
Monnies: Eso es una de las cosas maravillosas (aunque a veces aterradoras) de los sueños. Los sueños, así como el arte han permitido que la humanidad procese su dolor y sus traumas, aunque a veces estos pueden llegar a ser perturbadores o raros. A proposito de tu comentario: me acabo de dar cuenta de que este es el fanfic con más capítulos que he escrito hasta el momento, la verdad es que escribir este fanfic (de forma similar a los sueños) me ha ayudado a procesar algunas cosas emocionales que me han estado haciendo ruido, así como adentrarme en otro fandom el cual había estado "esquivando" desde la secundaria, pese a lo drámatico que me esta quedando escribirlo ha sido muy catartico y divertido para mi. Como siempre agradezco tus comentarios y te deseo lo mejor.
Muchos besos y abrazos virtuales a todos los lectores y lectoras que han estado siguiendo mi fanfic, aprecio mucho que les este gustando.
