Junio 1811

"¡Felicitaciones, Darcy!" con una gran sonrisa en el rostro Bingley estrechó la mano de su amigo, "Siempre pensé que me iba a casar antes que tú."

"También pensé lo mismo; de hecho, ¿cómo está la Srta. Carter?"

El rostro de Bingley se ensombreció ligeramente, "Hace unas semanas decidió terminar el cortejo; un caballero rico está interesado en ella, y Caroline los vio paseando en Hyde Park hace unos días."

"Lo siento mucho Bingley…"

Bingley lo interrumpió, "Quizás es lo mejor que me pudo haber pasado," suspiró, "Sin duda la Srta. Carter es una de las mujeres más hermosas que he conocido, pero fuera de eso, es muy ambiciosa; me decía constantemente que debía comprar una hacienda lo antes posible para subir de nivel social…, me doy cuenta que solo le interesaba mi dinero."

"Me alegro que pienses eso. Las únicas tres veces que la vi, me pareció muy frívola."

Bingley asintió, y suspiró, "Caroline opina igual que ella."

"¿En qué aspecto?"

"En que debo comprar una hacienda para dejar por completo nuestro pasado con el comercio."

"¿Tú quieres comprar una hacienda?"

"La verdad, aún no lo sé. Tengo temor de gastar parte de mi fortuna en una hacienda, y que al poco tiempo me aburra la vida en el campo; o peor aún, cometa muchos errores y pierda el dinero."

"¿Has pensado en alquilar por uno o dos años antes?"

"Si, lo estoy pensando seriamente, pero aún no me he decidido…" hizo una pausa, "Hablemos de otra cosa, cuéntame sobre la futura Sra. Darcy…"

Durante la siguiente media hora, Darcy le habló de Elizabeth, y su vida en Hertfordshire. Le comentó además que Netherfield estaba en alquiler y podía ser una buena opción para él…

PPP

Después de visitar a Bingley, fue a cenar con su hermano que aún estaba en Londres. Hablaron superficialmente de Pemberley y de la futura boda de Fitzwilliam. Si bien la cena fue agradable, era claro que los hermanos tenían opiniones y valores muy diferentes…

Desde que era dueño de Pemberley, Frederick Darcy era considerado en Londres uno de los solteros más codiciados; varias mujeres querían llamar su atención… y quién era él para negarse. Le gustaban mucho las mujeres, y si algunas señoritas hijas de comerciantes o de caballeros de menor rango pensaban que por entregarle su 'virtud' él se iba a casar con ella…, estaban muy equivocadas… Su esposa debía ser como su madre, la hija de un conde, o al menos de un barón.

Al despedirse, Frederick le dio un anillo que había pertenecido a Lady Anne para que le diera a Elizabeth. Seguramente no iba a poder asistir a la boda, pero los invitó a que lo visitaran en su viaje de bodas en Pemberley e incluso le ofreció la casa de Londres para que pasaran los primeros días como marido y mujer.

Al día siguiente, fue a visitar a su abogado para armar el contrato matrimonial. Quería que todo el dinero que Elizabeth contribuía en el matrimonio fuera para ella y sus futuros hijos. Tenía en ese momento ahorradas 10.700 libras que también quería que las heredara Elizabeth.

Posteriormente fue a comprar un piano relativamente pequeño que se lo iban a llevar a la parroquia en dos semanas. Sabía que a Elizabeth le gustaba tocar el piano, y a él le encantaba escucharla.

La última visita fue a casa de los Matlock. Si bien lo trataron con cortesía, a sus tíos no les interesaba demasiado la vida de Fitzwilliam…, de hecho, se lamentaban que fuera párroco en lugar de tener un cargo de Coronel en el ejército – como su hijo menor - y preferían ignorar que él existía.