Capítulo Dos:
Imaginaciones
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Un mes pasó. Abril se movió para darle paso a mayo, la brisa se hizo más cálida, y cuando los días eran soleados, eran absolutamente hermosos.
Hermione estaba caminando a casa desde las oficinas de El Profeta, donde había tenido una inquietante reunión con su jefe. Ella ya había usado todas sus horas de enfermedad y vacaciones, o cualquier otro tiempo libre que tuviera disponible, y ya no quedaba más. Había ido a pedirle más tiempo a su jefe, pero este le había dicho que no podía seguir así.
Ella había explicado la situación, pero el hombre necesitaba a alguien en la oficina. Ella tenía dos opciones: regresar a la oficina o dejar que su jefe la sustituyera. Muy molesta y frustrada, Hermione le dijo que lo pensaría y le haría saber su decisión.
Ahora estaba a medio camino hacia casa y se sentía horrible. Ella quería continuar ayudando a Pansy -la chica había mejorado mucho en ese mes, pero todavía quedaba mucho por hacer. Como sea, Hermione estaba sin dinero y sin opciones. Ella solo tenía una pequeña cantidad de ahorros, y no iban a durar mucho, quizá dos meses más. No lo suficiente. E incluso entonces, Hermione se enfrentaría al mismo dilema. Su último recurso…se reusaba a siquiera considerarlo hasta que no tuviera otra opción.
Simplemente no era el momento de regresar al trabajo. Pansy todavía necesitaba mucha atención. El día después de que Pansy le contara a Hermione su historia con Draco, la chica había estado de acuerdo en que Hermione intentara ayudarla.
Lo primero que Hermione había hecho había sido visitar a quien había sido su entrenadora cuando estudiaba, Matilda Maphet. Después de reunirse primero con Hermione, después con Pansy y finalmente con ambas, se decidió que Pansy debía seguir viviendo con Hermione. Además, Pansy vería a Matilda una vez a la semana al principio, luego menos frecuentemente según fuera su progreso. Hermione debía brindarle a Pansy una rutina estructurada que gradualmente la llevaría a ser completamente independiente. Matilda le había dado a Pansy algunas pociones, y aunque la mujer confiaba en que Hermione podía cuidar perfectamente de Pansy, le había pedido a la castaña que fuera a verle ocasionalmente para discutir como iban las cosas y planificar que venía después. Hermione sospechaba que Matilda quería mantener un ojo sobre ella también.
Draco tenía razón -Pansy estaba resultando muy difícil, aunque la mayoría de las cosas no eran su culpa. Toda su vida, Pansy siempre había tenido personas que hicieran su voluntad. Ella no tenía idea de cómo cuidar de ella misma más allá de lo básico -bañarse, vestirse y comer del plato que pusieran frente a ella. Aparentemente, incluso Draco la había atendido.
Durante las primeras semanas, Hermione se había enfocado en abordar esta falta de educación. Comenzó dándole a Pansy algunas tareas que debían llevarse a cabo a diario en el apartamento. Hizo una lista que Pansy debía marcar después de completar cada tarea. Eran cosas muy sencillas: recoger su habitación, hacer la cama, limpiar los trastes que usara.
Hermione no esperaba la reacción inicial de Pansy -ella lloro. Luego pataleó, gimió e hizo un pequeño berrinche, todo en un corto tiempo. Hermione la miró con diversión hasta que Pansy levantó la vista de la cama donde se había tirado y le dijo:
— No vas a retroceder –. Hermione sacudió la cabeza y Pansy se puso de pie, se secó los ojos y le pidió en un ladrido la lista.
Pansy no completó las tres tareas hasta el cuarto día de tener la lista. Hermione le dio un abrazo y la felicitó. Eso no fue suficiente para Pansy, que estaba acostumbrada a recibir elogios y regalos por cada cosa que hacía. Al día siguiente, no hizo nada, así que Hermione añadió una cosa a la lista: lavar los platos.
Pansy le gritó a Hermione, que se quedó tranquila hasta que la chica dejó de gritarle. Luego le dijo a Pansy que, si cumplía con sus labores por toda una semana, podrían tener otra noche de películas. Pansy hizo todo.
Durante las siguientes dos semanas, Hermione le añadió una tarea. La primera fue limpiar su habitación, pero Pansy no sabía como limpiar sin magia, así que Hermione le enseñó a hacerlo. La cuarta semana, Hermione añadió a la lista lavar la ropa y le enseñó a Pansy como lavar la ropa de la manera muggle. Y Pansy generalmente solo tenía una o dos tandas para lavar durante la semana.
Sin equivocarse, Pansy cumplía con cada tarea que se le asignaba. Se tardaba horas en hacer cosas que se podían hacer en menos de una. Hermione hacía las mismas tareas, y más rápido. Ella sabía que tan pronto Pansy se diera cuenta de que si terminaba las tareas rápido podría hacer lo que quiera el resto del día, las haría mas rápido.
Para el final del primer mes, Pansy hacía la mayoría de sus tareas y las quejas fueron menguando. Pero hacer las tareas no pagaba las cuentas, y Hermione se estaba quedando sin dinero, y si no resolvía ese dilema pronto, temía que todo su trabajo fuera para nada.
Por su parte, Hermione estaba sobrellevando el reto muy bien, hasta ahora, al menos. Ella estaba muy preocupada al principio, pero Pansy había demostrado ser muy diferente a como ella pensaba, así que se calmó pronto. Pansy parecía necesitar cosas muy básicas: estructura, disciplina, aprender las consecuencias de sus actos y amistad. Hermione podía ayudarla con las primeras tres, pero estaba reacia respecto a la última, aunque eso justamente era lo que más parecía necesitar Pansy: un amigo que se preocupara por ella.
Algunas veces encontraba a Pansy llorando y cuando le preguntaba porque, Pansy no le decía nada. Hermione se limitaba a asentir y abrazarla, sosteniéndola hasta que dejara de llorar.
Antes de darse cuenta había llegado frente a la puerta de su casa. Había estado tan metida en sus pensamientos que no había prestado atención a por donde caminaba. Sonrió, recordando la mirada de Pansy el día anterior cuando había terminado de limpiar su habitación. La chica no sabía que Hermione la estaba observando, por supuesto, así que se dio un momento para sentirse orgullosa de su trabajo.
Con un suspiro, Hermione abrió la puerta. Ron estaba sentado frente a la televisión, completamente inmerso en algún juego que estaban transmitiendo.
— Hey, Ron –. Dijo Hermione con tristeza, dejando su bolso sobre la mesa.
— Hey –. Dijo él distraído.
— ¿Dónde está Pansy?
— En su habitación, creo.
— ¿Sabes? Se supone que le estés prestando atención.
— Lo tengo todo bajo con… hey, ¿qué fue eso? – gritó Ron a la televisión.
Ella rodó los ojos y fue a buscar a Pansy. Estaba en su habitación, como dijo Ron, caminando de lado a lado y retorciéndose las manos. Cuando vio a Hermione, detuvo su caminar con una mueca de preocupación en el rostro.
— ¿Cómo te fue? –. Preguntó. Hermione suspiró y se sentó en la cama
— Para nada bien. Básicamente tengo que regresar al trabajo o me despiden.
— ¡Oh, no!
— Supongo que tendré que usar mis ahorros –. Pansy se mordió el labio inferior.
— Hermione, estuve pensando, y creo que tengo la solución perfecta.
— ¿Eh?
— ¡Sí, es perfecto! Draco te dará el dinero –. Comentó Pansy como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Sinceramente, Hermione ya había pensado en esa opción, pero rápidamente había decidido que no quería hacerlo. Para nada. Quizá le pediría en algununa que otra ocasión o en una emergencia, pero él no sería todo su soporte económico. Eso iba en contra de todo lo que Hermione estaba tratando de hacer por Pansy. Ella no podia pretender correr a los brazos de Draco siempre que necesitara ayuda. Algún día él se casaría y tendría su propia vida, y ya Pansy no podría buscarlo cuando las cosas se pusieran difíciles.
— No, Pansy. No le voy a pedir ayuda a Malfoy. Voy a resolver esto.
— Pero, Hermione – dijo Pansy, sentándose a su lado en la cama –, ¡es perfecto! Y sé que él lo haría. Él es muy bueno.
— Pansy –, dijo Hermione a modo de advertencia – ¿Tengo que sacar la lista?
La semana anterior, Hermione había hecho que Pansy escribiera dos listas; una con las buenas características de Draco y otra con las malas. Es innecesario decir que la lista de cosas malas estaba prácticamente en blanco. Así que Hermione había hecho que Pansy pensara cinco cosas que poner en ella. Estas habían sido: su pelo es un desastre en la mañana, lee demasiado, pasa mucho tiempo jugando Quidditch, trabaja demasiado y no habla lo suficiente.
Hermione había resistido mostrarle su propia lista de defectos de Draco Malfoy. Ella estaba tratando de empoderarla, después de todo.
— No –, dijo Pansy – pero él realmente lo haría.
Hermione sonrió.
— Sé que lo haría. Por ahora, voy a usar mis ahorros y veré como nos va los próximos meses –. Ella todavía no le había mencionado a Pansy que esperaba que consiguiera un trabajo pronto, algo que fuera a medio tiempo y no le exigiera mucho. Abordaría ese tema pronto. Pansy soltó un suspiro exasperado y dijo
— Hermione, has hecho mucho por mí y yo no puedo hacer nada para agradecerte. Todo lo que puedo hacer es ofrecerte el dinero de Draco. Él se ha hecho cargo de mí desde que mis padres murieron.
— Significa mucho para mí que estés tan dispuesta a compartir su dinero –. Dijo Hermione con una sonrisa – Pero tu no eres su responsabilidad, no realmente. Él ha estado siendo un muy buen amigo durante el último año y medio, pero es tiempo de que te independices. Él ha sido fabuloso, pero no necesitas que él siempre responda por ti. Puedes hacerlo por ti misma, sabes.
— Él no estaría haciéndose cargo de mí, se estaría haciendo cargo de ti –. Dijo Pansy suavemente
— Yo…yo no estoy exactamente preparada para depender de Malfoy –. Sacudió la cabeza – No, para nada. En caso de que tenga que volver al trabajo, le pediré a Ron y a Harry que usen su tiempo de vacaciones. Pero Malfoy se queda fuera de esto.
— ¿No hay nada que pueda decir para convencerte?
— No lo creo, Pansy. Lo prometo, si llegara a necesitar ayuda, la voy a pedir. Pero será mi decisión y solo bajo extrema necesidad. ¿Está claro?
— Sí. Pero…
— ¡Pero nada! Esta conversación se acabó –. Dijo Hermione con una sonrisa.
Pansy le devolvió la sonrisa tímidamente.
— ¿Has hablado con Ronald?
— No, estaba demasiado preocupada por ti.
— Ven, vamos a distraerlo del juego que está viendo y preguntarle cosas estúpidas de lo que está pasando.
— Oh, ¡y comentar lo guapos que son los jugadores!
— Excelente idea –. Respondió Hermione con una sonrisa.
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Algo bueno le pasó a Hermione unos días después de reunirse con su jefe. Ella había estado en el Londres Muggle sacando dinero de su cuenta de ahorros para depositarlo en Gringotts, cuando recibió una carta de las oficinas de El Profeta.
Hermione:
Era verdad cuando dije que eres única en tu especie e imposible de reemplazar. Eres la mejor reportera que tengo en tres departamentos.
Te propongo algo. Puedes trabajar desde casa, pero no serás la cabeza de historias reales. Te asignaré algunas cosas que requieren investigación, pero nada de entrevistas o interacción. ¿Qué dices?
Entiendo tu situación y respeto lo que estás tratando de hacer. Solo espero que todo se resuelva pronto.
Charles
Jefe de edición
Hermione había respondido inmediatamente, aceptando trabajar desde casa. Su sueldo sería el mismo, y tendría que esforzarse un poco más, pero las tareas serían menos demandantes física y emocionalmente hablando.
Durante el siguiente mes Hermione añadió más tareas a la lista de Pansy, justo como lo había acordado con Matilda Maphet: limpiar el baño, recoger la sala, limpiar la cocina y cocinar.
Pansy protestó ante la idea de tener que limpiar el baño. Ella dijo que había sirvientes para eso y que una bruja sangre pura de su categoría nunca había tenido que limpiar uno. Hermione, muy calmadamente, le había dicho que las brujas sangre pura que no podían permitirse tener sirvientes tenían que limpiar por si mismas el baño. Pansy seguía resistiéndose.
Hermione había arrastrado a Pansy hasta al baño y la había obligado a sentarse sobre el inodoro cerrado mientras le enseñaba como limpiar cada cosa. Pansy se negó a ayudar y se dedicó a hacer comentarios mordaces todo el rato. Cuando Hermione terminó, sacudió un poco de agua sucia en la cara de Pansy. Ella rápidamente había perdido los nervios y había comenzado a gritarle a Hermione, siguiendola por el apartamento mientras esta guardaba los materiales de limpieza.
Finalmente se giró, miró a Pansy y dijo,
— Un poco de suciedad no te va a matar. Lo acabo de comprobar. Así que ve a cambiarte, y la próxima vez, tú vas a limpiar el baño. Va a ser asqueroso usarlo dentro de unas semanas si no lo haces. Y yo no lo volveré a hacer.
La sala no le molestaba limpiarla, pues solo tenía que quitar el polvo y barrer, como en su habitación. La cocina era más trabajosa, así que ella se quejó. Había aparatos por lo que preocuparse, cosas que mover. Odiaba sacar los platos del lavaplatos, limpiar el fregadero y fregar los mostradores.
Al final de la tercera semana, Hermione estaba cansada de sus quejas y su negativa a trabajar. Cumplía con las tareas esporadicamente y nunca con una buena actitud. Así que esa tarde de sábado, durante la cena, Hermione habló con ella.
— Pero Hermione –, gimoteó Pansy – no soy buena en esas cosas. Y es un poco denigrante, también. ¿Por qué tengo que hacer todo ese trabajo?
— Pansy –, comenzó a decir Hermione calmadamente. – Tú me dijiste hace unas semanas que no tenías manera de pagarme lo que estaba haciendo por ti. Eso no es cierto, puedes hacer estas pequeñas tareas por mí. No puedes quedarte aquí para siempre. Eventualmente vas a conseguir un trabajo, te vas a mudar y cuidar de ti –. Pansy iba a comenzar a hablar, pero Hermione no la dejó. – Malfoy no siempre va a estar ahí. Él algún día se va a casar, Pansy. Va a formar una familia. No vas a poder acudir a él siempre que las cosas vayan mal. Tienes que aprender a mantenerte por ti misma, y eso es lo que estoy tratando de enseñarte. Tú puedes hacerlo, simplemente eliges no hacerlo.
Pansy miró su plato y movió la comida con desinterés.
— Me he dado cuenta que mi baño ya no está impecable como tu lo mantenías.
— Lo sé. Y está en ti cambiar eso.
— Pero…
— Sin peros, Pansy. A menos que te cases con alguien ridículamente rico, no vas a tener sirvientes. O elfos domésticos. Vas a necesitar saber hacer todas estas cosas –. Pansy frunció el ceño y unas lágrimas se asomaron por sus ojos. – No te vas a casar con Malfoy –. dijo Hermione gentilmente. – Lo siento, pero es verdad. Tu lo sabes, de alguna manera lo has aceptado. Sigues manteniendo la esperanza de algo que muy dentro de ti sabes que no va a ocurrir.
— Lo sé –. dijo Pansy suavemente. Hermione apretó su mano.
— Sé que lo sabes. Pero pienso que algunas veces lo olvidas –. Pansy asintió - ¿Cuántas brujas sangre pura conoces que puedan limpiar un baño? – dijo Hermione bromeando.
— Ninguna.
— Esa es una habilidad, Pansy. Si alguna de esas brujas se encontrara sin dinero, estarían completamente desamparada. ¿Tú quieres estar así?
— No,
— Y digamos que no te casas con un mago rico. Nunca estarás desamparada, pero siempre serás capaz de cuidar de ti misma, de mantenerte. Y de cocinarte.
— ¿Cocinar? – dijo Pansy levantando la mirada.
— Sí –. dijo Hermione asintiendo – La próxima semana vas a aprender.
— Pero cocinar es…
— ¡Eso no importa! ¿Recuerdas? Cocinar es divertido, puedes hacer lo que quieras, y no tienes que esperar o pedirle a alguien más que lo haga por ti. Solo piénsalo, un día serás capaz de hacerle comida a tu esposo. Él estará muy feliz por eso.
— ¿De verdad?
— Sí. A la mayoría de los hombres les gusta comer. Y él va a apreciar el esfuerzo. De nuevo, aunque no tuvieras que cocinar nunca, sabes que puedes hacerlo. O podrás, después de unas semanas.
— Bien. – dijo Pansy suspirando audiblemente.
— Prometo hacerlo lo más divertido posible. Ahora, ¿podemos hablar de tus tareas?
— Las haré, lo prometo.
— Si cumples con todas ellas la semana que viene, haremos algo divertido. ¿Qué te parece?
— No quiero ser una inútil. – dijo ella asintiendo y sonriendo.
— No lo eres.
— ¿Qué vamos a hacer? Cuando cumpla con mis tareas, quiero decir.
— Será una sorpresa. – dijo Hermione con una sonrisa.
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Hermione estaba sorprendida, pero a la vez no, de que Pansy realizara todas sus tareas sin quejarse. Dándole la motivación adecuada, cualquiera hacía lo que le pedía, pero ella esperaba que Pansy se quejara en algún momento. Y habían pasado un buen rato en la cocina. Resultó ser que a Pansy le gustaba mucho hacer pociones, pero nunca había sido capaz de seguir las instrucciones para prepararlas.
Dado que cocinar no era una ciencia, ella disfrutó mucho aprender. Ella le preguntó a Hermione si podía elegir una receta para preparar el viernes por la noche ella sola, a lo que Hermione accedió gustosa. Ella eligió un simple, pero delicioso plato, y por primera vez Hermione había sido cien porciento sincera con ella acerca de como se sentía. Pansy estaba que extasiada mientras comían. Expresó lo bien que se sentía hacer algo por ella misma, algo que era realmente bueno.
Cuando terminaron de comer, Pansy limpió la mesa y sorprendió a Hermione con un postre, una bandeja de brownies rellenos de mermelada.
— Esperaba poder chantajearte para que me dijeras que haremos mañana en la noche. – dijo mientras servía el postre. Hermione soltó una carcajada.
— Bueno, está bien. ¿Cómo me puedo resistir? Vamos a ir a cenar y después iremos al cine con Harry y Ron. ¿Qué te parece?
— ¡Fantástico! Nunca antes he ido al cine.
— Lo imaginé. Nos encontraremos con ellos a las siete. Oh, y vístete lindo, me dijo Harry. Él fue quien escogió el restaurant y dice que es muy elegante.
— Eso…suena como un tipo de cita. – dijo Pansy con la duda marcada en el rostro.
— Oh, no. Claro que no. ¡Ellos son mis amigos! Ron está con alguien, de hecho, y Harry…bueno, él es mi mejor amigo. Ellos van a hacer esto porque se preocupan, por ambas. Son solo dos chicos que están haciendo algo especial por dos chicas. Y son solo amigos. Además, ¿cuándo fue la última vez que vestiste bien?
— ¡Y finalmente podré peinar tu cabello! – chilló Pansy
— Sí. – dijo Pansy, apenas escondiendo su miedo.
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Pansy estaba tan emocionada por salir del apartamento de Hermione el sábado que no mencionó a Draco en todo el día -al menos Hermione no la escuchó. Usualmente ella hablaba de él todos los días, multiples veces. Hermione sentía que le podía dar un premio por esa pequeña victoria.
Dos horas antes de encontrarse con Harry y Ron, Pansy tomó el cabello de Hermione. Hermione solo sonrió y habló con Pansy mientras esta luchaba por controlar su cabello. Ella le había asegurado a Hermione que podía hacer algo con su cabello, pero como Hermione ya había averiguado, nada funcionaba. Así que a última hora le había hecho un moño a Hermione que se veía medianamente decente.
Hermione había elegido un vestido azul para la ocasión, mientras que el de Hermione era rosa. Mientras que a Hermione no le importaba mucho como se veía, a Pansy sí. Ella se tardó casi una hora en prepararse y Hermione tuvo que resignarse a que tendrían que aparecerse si querían llegar a tiempo para la cena.
Cuando Pansy finalmente estuvo lista, diez minutos antes de las siete, se unió a Hermione en la sala.
— Wow, Pansy. Te ves hermosa – Pansy le dedicó la sonrisa más grande que Hermione había visto –.
— Gracias. Me siento bonita. Me siento…diferente. Como si pudiera comerme el mundo. Creo que estoy lista.
— ¡Bien! – dijo Hermione con una sonrisa. – Porque estamos tarde. Vamos, párate a mí lado.
Aterrizaron en el vestíbulo de un restaurant mágico muy bonito en el centro de Londres. Un mago con túnicas negras las llevó hasta la mesa donde Harry y Ron las estaban esperando. Cuando ellos vieron a Hermione y Pansy, ambos se pusieron de pie y las recibieron. Pansy se sentó junto a Harry y Hermione junto a Ron. El mago que las había llevado hasta la mesa tomó la orden de bebidas y se fue.
— Así que – dijo Harry con una sonrisa cálida –, estamos celebrando algo, por lo que entiendo.
Hermione miró a Pansy que le dedicó una pequeña sacudida de cabeza, indicándole que no quería hablar.
— Sí, así es – dijo Hermione, dándole un sorbo a su vaso de agua –. Pansy hizo la cena anoche.
Ambos, Harry y Ron, se veían sorprendido, pero fue Ron quien habló.
— ¿En serio?
— Sí, Ron. – dijo Hermione
— ¿Cómo estuvo? – preguntó Harry.
— Excelente. Ella hizo un trabajo fabuloso.
— ¿Qué preparaste? – le preguntó Ron a Pansy.
Ella dudó por un momento, pero después de un asentimiento que le dedicó Hermione, dijo:
— Chuletas de cordero con salsa de manzana, espárragos y papas en salsa.
— Wow, eso suena muy bien. – dijo Ron
— Él no come desde el almuerzo – dijo Harry, inclinándose para hablarle a Pansy al oído.
— No fue nada, la verdad. Aunque me divertí mucho preparándolo – ella miró a Hermione, como pidiéndole permiso, y la chica le sonrió. Así que Pansy siguió hablando –. Quizá pueda cocinarles a ustedes también algún día.
— Claro – dijo Harry, sonriéndole a Hermione –, cuando quieras.
— ¿De verdad? – preguntó Pansy, mirando a Hermione.
— Sí, nunca le decimos que no a la comida. – dijo Ron, sonriéndole a Pansy.
— Hermione, ¿cuándo pueden venir? – preguntó ella emocionada.
— Cuando quieras.
— ¿Qué les parece… – comenzó a decir Pansy. Luego sus ojos brillaron – ¡Hermione! Hagamos una fiesta.
— ¿Una fiesta? – repitió ella. Aunque no lo demostrara, estaba muy complacida con la sugerencia de Pansy y pensó que una fiesta no era una mala idea.
— ¡Sí! ¿Podemos? ¡Me encantan las fiestas! – Hermione soltó una carcajada.
— Claro, Pansy. Pero sabes que tenemos trabajo que hacer, ¿sabes?
— Sí, sí, claro. Vamos a necesitar un menú, una lista de invitados… – ella se giró hacia Harry y Ron – Ustedes dos vendrán, ¿no?
Harry asintió y Ron dijo:
— Sí. ¿Puedo llevar a Suzette?
— Oh, sí. ¡Por favor! – exclamó Pansy. Hermione nunca había visto esa faceta de ella y era en cierta parte divertido. Esta era la imagen que ella siempre había tenido de Pansy Parkinson. Planificando fiestas y vistiendo costosos vestidos y diamantes. Era la parte de Pansy que ella sabía que nunca iba a cambiar. – Y Harry, tu también puedes traer una cita – dijo Pansy, casi obligándolo.
La sonrisa de Harry desapareció de momento y su mirada se enfocó en la mesa frente a él. Hermione y Ron intercambiaron una mirada nerviosos.
— Yo…eh…sí, gracias. – murmuró.
Pansy miró a Hermione con horror y la chica le dedicó una mirada conciliadora.
— ¿Cuándo quieres hacerlo, Pansy?
— Eh, vamos a necesitar unas cuantas semanas. – replicó Pansy, todavía muy atenta a la caída de ánimo de Harry.
— Suena bien. – dijo Ron. Hermione vio como el pelirrojo golpeaba a Harry por debajo de l a mesa. Él levantó la mirada y murmuró en acuerdo, luego se excusó de la mesa. Cuando regresó unos minutos después, actuó como si nada hubiera pasado. Hermione y Ron le aseguraron a Pansy que todo estaba bien, que se relajara.
El resto de la cena pasó tranquilamente, aunque un poco extraña. Harry casi había regresado a su estado normal, e incluso cuando Pansy no olvidaba lo que había pasado, actuaba como si nada.
La película estuvo bien, pero Hermione sabía lo mucho que estaba luchando Pansy contra la ansiedad de querer saber que había pasado durante la cena.
Hermione no había dado dos pasos dentro de su apartamento, cuando Pansy habló:
— Hermione, ¿qué hice?
Hermione suspiró y puso su cartera y abrigo en el sofá. Se sentó para quitarse los zapatos y los enganchó en la pequeña mesa de café. Pansy estaba estrujándose las manos.
— Siéntate.
Pansy se sentó.
— No hiciste nada mal, Pansy. Debí habértelo dicho, pero no imaginaba que algo así fuera a pasar. Es…es algo difícil de decir. Ginny murió durante la guerra. Y bueno, Harry no ha sido el mismo desde entonces. No ha salido con nadie. Me parece que Ron lo arrastró a una cita doble hace algunos seis meses y fue un desastre.
Los ojos de Pansy se abrieron enormemente.
— Oh, ¡no tenía idea! Digo, sabía que Ginny había muerto, pero…eso fue hace cuánto, ¿dos años?
— Sí. Pero fue muy fuerte para él y nunca se ha recuperado. Sabes, él fue huérfano, obligado a vivir con sus tíos que nunca se preocuparon por él. Esos que lo aman por si mismo, por ser quién es -solo Harry- son muy importantes para él. Ginny estaba prendada de él desde el momento que lo conoció, cuando tenía solo diez años. Y cuando finalmente pudieron estar juntos…probablemente fue el momento de mayor felicidad para Harry. Y desde que…no hiciste nada mal, Pansy, créeme. Simplemente a él no le gusta hablar sobre esas cosas, es todo.
— Wow. ¿Realmente la amaba tanto como para no haber superado aún su muerte?
— Sí – Hermione suspiró –. No quiero que te sientas mal.
— Bien, no lo haré.
— Él normalmente se comporta normal con Ron y conmigo ahora, pero le tomó algún tiempo. Después que ella muriera, él se alejó de todos y se concentró en destruir a Voldemort. Después que lo consiguió, se fue. No le dijo a nadie a dónde iba, no se comunicó con nadie por aproximadamente seis meses. Se presentó en casa de Ron una noche. Flaco, enfermo y casi muerto. Los Weasley lo recibieron y lo cuidaron, y él se ha ido recuperando lentamente. Pero muy lentamente. Y esa cita a la que Ron lo arrastró lo hizo volver al pasado.
— Él se ve bien cada vez que viene aquí.
— Lo sé. Él está bien con Ron y conmigo. Supongo que también contigo.
— Me siento muy mal.
— ¡No! Dijiste que no lo harías. Estoy feliz de que haya accedido venir a la fiesta. Es un gran paso.
Pansy se miró las manos y comenzó a darle vueltas al anillo que tenía en el dedo. Hermione sabía lo que venía y no podía evitar sentirse decepcionada.
— Hey, ¿podemos invitar a Draco?
Hermione suspiró.
— No, Pansy. Es demasiado pronto.
— ¿De verdad?
— Sí.
— Creo que estoy lista para verlo, de verdad que sí. – insistió Pansy.
— No lo creo. Admito que estás mucho mejor, y te prometo que lo vas a volver a ver. Pero todavía es muy pronto.
— ¿Estás segura? – preguntó Pansy, la súplica impregnada en su voz.
— Sí, y es mi palabra final. Podemos hablar de la lista de invitados mañana.
— Pero…
— Pansy, lo vas a volver a ver. Pero no en tres semanas.
Pansy se mordió el labio inferior.
— ¿Hermione?
— ¿Sí?
— Me preguntaba… ¿Sería posible que me consiguieras mis cosas de pintura? No te estoy pidiendo ir a buscarlas, ni verlo a él… Quizá puedas escribirle y pedirle que te las envíe vía lechuza.
Hermione sonrió.
— Eso suena perfectamente razonable.
— ¿Así que le vas a escribir?
— Sí. – dijo Hermione con un muy practicado suspiro.
— ¡Gracias! ¡Buenas noches!
Cuando Pansy desapareció dentro de su habitación, Hermione se desparramó en el sofá, arrugando el hermoso vestido, y durante diez minutos pensó en cómo iba a darse cuenta cuando Pansy estaba lista para volver a ver a Draco. No se le ocurría nada -ningún momento le parecía adecuado. Finalmente fue a su habitación y se puso su pijama. Se sentó frente a su escritorio y sacó pluma y pergamino para escribirle a Draco.
Ella había mantenido su palabra y le escribía al menos una vez a la semana. Al principio era un poco incómodo, ya que nunca habían intercambiado correspondencia y ni siquiera eran amigos. Las primeras cartas de Hermione eran estrictamente sobre el progreso de Pansy.
Eso cambió después del acuerdo con su jefe para trabajar. Hermione estaba tan feliz y aliviada de no tener que usar sus ahorros que se lo había contado a Draco -la historia completa, con lujo de detalles- en la carta de esa semana.
Después de esa carta, ella comenzó a hablar más sobre ella en lo que escribía. De hecho, de no ser por el saludo y la firma, ella fácilmente podría olvidar que eran cartas lo que estaba escribiendo. Ella se sentía completamente libre y simplemente escribía, como si fuera un amigo de toda la vida.
En una de sus cartas más recientes ella le había pedido a Draco que guardara toda su correspondencia en un intento de llevar un diario de su trabajo con Pansy.
Ella estaba orgullosa del desempeño de Pansy esa semana y, con una sonrisa, mojó la pluma en la tinta y comenzó a escribir.
Draco,
(Al principio escribía Malfoy, pero después de la carta sobre su trabajo, se sentía extraño llamarlo por su apellido )
¡Que increíble semana! Te conté anteriormente sobre mi trato con Pansy, y ella no solo cumplió con todo, sino que lo hizo sin quejarse. ¡Ni una sola vez! Yo estaba extremadamente complacida.
Comenzamos a cocinar esta semana. El domingo hicimos una cena muy sencilla; lunes, un plato fácil. Pero para el medio de la semana, ella estaba muy divertida mientras elegía una receta muy difícil. ¡Y quedó perfecta! Ella realmente tiene el don de cocinar.
Es una pena que las familias ricas -muggles o mágicas- no le enseñen a sus hijos estas fáciles e invaluables herramientas. Pero no te aburriré -de nuevo- con mis pensamientos sobre ese tema. Si deseas refrescar tu memoria, lee las cartas de la cinco a la nueve.
El jueves por la noche Pansy me preguntó que si podía hacer ella la cena el viernes en la noche y yo obviamente le dije que sí. Ella hizo un trabajo fabuloso, pero lo que más me tocó fue ver lo orgullosa que ella estaba de su trabajo. Ella puso la mesa, e incluso puso un centro de mesa.
Cumpliendo mi parte del trato, le pedí a Ron y Harry que me ayudaran, así que planificamos una hermosa salida para ir a comer y luego al cine. Pansy estuvo llena de energía todo el día, demasiado emocionada porque iba a salir.
Le conté a Harry que estábamos celebrando algo y él me preguntó qué era. Cuando les dije a él y a Harry que Pansy había cocinado, ella se puso muy tímida. Pero Harry y Ron -benditos sean por ser tan buenos conmigo y por ende con Pansy- mostraron mucho interés, y antes de darme cuenta estaba planificando una fiesta con Pansy. Solo que tendremos que hacerlo todo nosotras, contrario a lo que ella está acostumbrada.
Y es por eso que debo pedirte un favor. Te suplico que me ayudes con esto. Te tengo que pedir que te mantengas alejado del Callejón Diagon la próxima semana, ya que estaremos por allí eligiendo invitaciones. Sé que esto te afecta directamente y realmente aprecio tu cooperación.
Y lamento tener que informarte que no vas a recibir una invitación. Pansy me preguntó, por lo que supe que era muy pronto para ella. Este es el asunto que más me concierne, como ya sabes. ¿Cómo voy a saber cuándo es el momento correcto para que ella te vea de nuevo?
Ella todavía habla mucho de ti. Sé que mis excusas y razones están perdiendo fuerza. Han pasado nueve semanas y sé que ella debe verte pronto.
Pero, ¿cuándo? ¿Dónde? ¿Bajo qué circunstancias? ¿Debería yo estar ahí? ¿O no debería?
Debo confesar: me pregunto dónde lees estas cartas. ¿Tienes una biblioteca fantástica, con hermosas y coloridas paredes? ¿Con muchos libros de todos los colores? ¿Te sientas frente a un escritorio o en un cómodo sillón?
¿Las lees tan pronto las recibes? ¿O esperas? ¿Te tomas una copa de vino mientras lees, en tu biblioteca, frente a la chimenea?
Quizá las leas en el trabajo -dondequiera que sea- frente a un frío escritorio de metal. Grandes ventanas, desde el piso hasta el techo, a tus espaldas y una hermosa vista al otro lado.
Yo escribo desde un pequeño escritorio de madera en mi habitación. Está frente a la ventana, mi vista es la esquina de la calle. Tengo una taza de té a mi lado -una cucharada de azúcar, sin leche.
Ella deberá verte pronto, creo. Así que prepárate.
Nuestra fiesta será en tres semanas. No voy a añadir nada a la lista de tareas de Pansy, pues debemos concentrar nuestros esfuerzos en la planificación. Tengo el presentimiento de que Pansy es un poco perfeccionista y cada detalle va a ser considerado. Estoy haciendo esto por mí también. Nunca he sido una gran fanática de las fiestas, pero una pequeña y elegante cena suena perfecto.
Como siempre te digo: no te preocupes. Ella mejora diariamente. Sé que piensas en ella constantemente, y te lo agradezco. Esto ha sido una experiencia de esas que te cambian la vida –para ambos- y con ella me he ganado un verdadero amigo.
Como siempre, hasta la siguiente ocasión,
Hermione
P.D: ¿Podrías por favor enviarle a Pansy sus materiales de pintura? Me preguntó por ellos hoy y creo que es fabuloso que quiera volver a hacerlo. ¡Gracias!
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N/T: Después de dos meses fui capaz de terminar con la traducción de este capítulo. Lo sé, ha sido larga la espera, pero espero que haya valido la pena. Como siempre, quiero agradecerles el apoyo infinito que me dan con cada cosa que publico. Realmente no tienen idea de lo especial que es el Hansy para mí y lo lindo que se siente escribir/traducir historias sobre ellos. Y si tiene Dramione… ¡es la combinación perfecta!
Este capítulo va dedicado a una guest que se hace llamar ‹‹Megara›› y que siempre me deja comentarios que me alegran el día, la semana y el mes. ¡Gracias! Te invito a que te crees una cuenta en FF o te comuniques conmigo por mi página de FB (SlyPrincess07). Realmente me gustaría conocerte, personita.
Gracias por cada review, follow y favorito que ha recibido esta historia. La traducción quizá vaya a paso lento, pero les aseguro que seguro. Estoy donde estoy y soy lo que soy gracias ustedes.
Gracias, por tanto, perdón por tan poco.
Un abrazo,
Nat
