Hola, como lo prometido es deuda, les dejo el capítulo 7 editado, el numero 8 esta en borrador. Y aunque el romance todavía no se filtra en la trama, ira abriéndose un huequito :3, así la cuenta de las parejas, tendrá su tiempo contado.

¿De cuantos capítulos?, eso se los iré anunciando por este medio.

Pareja principal:

Taichi x Mimi: 3

Taichi x Sora: 0

Taichi x Meiko: 0

Taichi x Rei: 0

Parejas secundarias:

Hikari x Takeru: 0

Hikari x Yamato: 0

Sora x Yamato: 1

Mimi x Yamato: 0

Mimi x Koshiro: 0

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Se sentía irritable y cabreado consigo mismo, por tanta intriga, sin respuestas, sin un camino en concreto que perseguir. Lo que hiciera o dejara de ser, no recogía nada de utilidad, y eso era lo que más frustraba a Yamato en diversas escalas. No entendía que estaba haciendo mal, o que era lo que estaba mal que todos recogían lo que se les diera la gana.

Lo único de lo que estaba seguro es que no podían continuar así, y que él hallaría el modo para obtener su tranquilidad y la de todos si se le atravesaba la oportunidad.

Era de noche cuando se le ocurrió salir a despejarse un poco con una chaqueta de mezclilla, jeans negros y zapatillas de agujetas del mismo color. A Gabumon le puso una sudadera cualquiera y una gorra con visera, aunque no le veía mucho sentido por la hora a la que estaban emprendiendo aquella caminata nocturna.

Recorrieron varios lugares, en completo silencio, con el cielo despejado no tenían que preocuparse por mojarse o detenerse debajo de un techo en el mejor de los casos a esperar a que dejara de llover.

No así, aun cuando le gustara aquella relativa paz, su cabeza reinaba un extenuante caos que necesita con urgencia remediar.

—Vamos a descansar aquí—dijo Yamato luego de un rato a Gabumon parándose en unas bancas que daban al parque. Gabumon asiente, y así ambos toman asiento en una de las bancas, formándose otra brecha de silencio que a ninguno de los dos hace por romper.

Veían a las personas ir y venir, no con la misma regularidad que en la mañana o el transcurso de la tarde, lo que más le llamo la atención, había sido dos hermanos que andaban con sus padres, el mayor cuidaba del más pequeño el cual mostraba una admiración por lo que su hermano le contaba, mientras los padres conversaban entre si amorosos. Era como ver un reflejo de su pasado, antes que se separaran, antes de que cada uno de sus padres hiciera una vida independiente.

Luego de unos veinte minutos, reconoció a la distancia al padre adoptivo de Kōshirō que cargaba unas bolsas de supermercado, acompañado por su esposa, sonrientes, sin preocupaciones por delante.

Al cabo de un rato más, sintió que ya había estado suficiente en ese lugar, por lo que se pone de pie, justo cuando estaba por irse, capta a un digimon que mas se le hacia una mancha blanca con otra más pequeña y ovalada a metros del otro lado del parque escondiéndose entre los arbustos, lanzando miradas furtivas como si estuviera huyendo de algo o de alguien.

—¿Viste lo mismo que yo Yamato? —Gabumon le tira de la manga

—Si, parece estar en problemas—asiente Yamato mirando en distintos ángulos para ver si encontraba alguna amenaza cercana, o algo que le indicara que corrían peligro por muy vigilados que estaban por los mismos hombres que acudieron al Osen—Lo mejor será ir a ver, que es lo que ocurre. Tal vez nos diga que es lo trajo aquí.

—Si

Y sin más que decir, andan hacia los arbustos. Una vez ahí, esquivan rocas y ramas, Yamato no se mete en intentar tranquilizarlo, no era precisamente bueno o no se sentía capacitado en esos momentos para tratar de razonar con el digimon que ni siquiera hacía por verlos directamente a la cara al tiempo que se dedicaba a balbucear cosas inentendibles como si su vida dependiera de ello.

En vez de eso, dejo que Gabumon se encargara, cosa que logro con satisfactorio esfuerzo, aunque aquello solo consiguió que se hiciera de un digimon extra a quien habría que cuidar, quien por cierto sostenía un digihuevo consigo atrapado en un calentador rosa con rayas.

—Gracias por cuidar de nosotros, mi nombre es Bokomon. Son unos seres considerados.

—El mío es Gabumon y mi amigo aquí se llama Yamato, es un humano digidestinado—presenta Gabumon amigable, Yamato le saluda por cortesía, aunque no descuidaba en demasía de su entorno—Como te vimos bastante alterado no pude presentarnos como corresponde. No me imagino a esos digimon infectados persiguiéndote, todo por ese digihuevo que cargas contigo, hoy se encargaron de uno, aunque uno de nuestros amigos resulto lastimado.

—No, descuida, soy yo quien tiene que disculparse por atacarlos con lo primero que vi, de haber sido el enemigo estaríamos acabados desde mucho antes—ríe apenada Bokomon—Mi escondite no fue el más práctico, solo corrí presa del pánico—se sinceró—El portal que abrió este digihuevo fue improvisado, apenas y pude atravesarlo. Un error y había sido fatal.

—Todavía ni nace y es así de fuerte.

—Si, porque no se trata de cualquier digihuevo.

—¿Qué tipo de digihuevo es? —indaga Yamato curioso, pero Bokomon se muestra vacilante, juega con sus garras y junta los pies—¿Es algo que no puedes decirnos?

—…—Bokomon asiente—Lo siento, sin el humano que espero que me puedas ayudar a encontrar, no puedo decirte la identidad del digimon que fue este digihuevo. Me hice prometer que no lo haría, él es el humano en que mas confió y quien este amiguito deposita su confianza.

—No es nada. De alguna forma ya estoy acostumbrado a que me digan las cosas. Te ayudare en tu búsqueda, ¿me puedes describir cómo es aquel humano que estas buscando?, rasgos, quizás nombre—Yamato se frota el arco de la nariz algo exasperado, tenía la insana intuición de conocer a quien pedía ver—O si es uno con cara de idiota y pelo alborotado.

Deseaba equivocarse, pero al mismo tiempo también quería que esto fuera motivo de presión para Taichi a quien se las arreglaba para no contarles abiertamente de lo que vivió en el digimundo, y todo lo que conllevaba.

Por los fragmentos que han ido reuniendo es que tenían una idea, pero no lo habían reunido de la mejor manera.

—¿Rasgos? —Bokomon se llevó una mano a la boca—Él es como de tu tamaño—señala a Yamato—Si tiene el pelo alborotado y café, pero no tiene cara de idiota, pero tiende a descuidarse.

—¿De casualidad usaba googles? —hizo énfasis Gabumon del objeto agarrando la pista.

—Si, y es hábil identificando cada tipo de hiervas.

—¿Es de piel más oscura que la mía? —pregunta Yamato solo para verificar, aunque se le hacía extraño que tuviera esa habilidad que el digimon le profesaba.

—¡Si! —exclamo Bokomon ilusionada—Veo que lo conocen, ¿me pueden llevar entonces con él?, se los agradecería, no, se los agradeceríamos mucho.

—¿Hablaras de lo que no nos has dicho delante de él?

—¿Ah?

—Que si nos contaras bien lo que te sucedió con Taichi-san presente—simplifica Gabumon.

—Ah…si, si, más porque son amigos de él—vuelve asentir Bokomon aliviada—Estoy plenamente segura de que le agradara que también estén enterados.

—Seguro—intenta no sonar sarcástico Yamato—Para eso iremos directamente a su casa.

—Bien, vamos, quiero conocer donde vive, puede que se apiade de nos deje quedarnos con él.

Así los tres y un digihuevo sumado se dirigieron a los departamentos en transporte y luego a pie, Bokomon se entretuvo sacándoles platica, aunque Gabumon era más el que le seguía el juego, Yamato los oía, entendiendo más el carácter del digimon que le sacaba una que otra impresión.

Se alegró de que no se presentara algún digimon que les pisara los talones o atacara los edificios o causara daños a por mayor, eso le daba un terreno más limpio y amplio cuanto a visitas.

Pintaba un buen pronóstico y una noche larga para reforzar la amistad.

De frente a los edificios, Yamato diviso uno en específico, reviso la hora en el celular y vio que eran las 12:45 de la noche, pronto la 1:00, y en unas horas mas amanecería, ahora entendía porque su padre preguntó a qué horas iba a regresar, era tarde, y la ultima vez que estuvo fuera a esas horas, lo tuvieron que ir a recoger.

—Es tarde, ¿será que este despierto todavía? —las luces apagadas del departamento le indicaban que se encontraban durmiendo, lo cual significaba malas noticias para él, tenía que llamarlo.

Apenas se preparó dispuesto a marcar, la puerta principal se abre mostrando a Taichi emergiendo del interior y cerrar tras de sí despacio. Bokomon estuvo por hablar, pero Gabumon le tapa la boca por una seña de Yamato.

—¿A dónde se supone que va? —pregunta Gabumon en un murmullo

—No lo sé—Yamato le responde en el mismo tono, tentativamente ingresa unos números al celular al verlo subir a lo más alto, nota las vendas de las manos y pies descalzos, sin apoyo, solo con las vendas que impedían el paso de la tierra, lo cual se le hacía extraño. Al cabo de unos segundos, lo observa treparse de un salto a la pequeña barda de concreto, con la vista en la luna, incitando a que su corazón diera un vuelco y sintiera un sofocón en el estómago comenzando a sudar frio.

Él no podía…simplemente no, ¿o sí?, debía haber una explicación, por tonta que fuera, debía de haber una que lo motivara a tomar esa decisión y no decirle a nadie.

¿Por qué temblaba?

Si se estaba sacando conclusiones precipitadas que alguien se lo dijera y que lo hiciera recapacitar.

—Yamato, ¿es común en los humanos se suban a los techados y se paren en la orilla? —pregunta algo mortificado Gabumon no poniendo mucha resistencia cuanto Bokomon se libera de su agarre—¿Lo es?

—No, no lo es—responde Yamato ya con el pulgar oprimiendo en forma de teléfono—Responde, maldición, responde—masculla impaciente andando hacia los departamentos a marchas apresuradas, siendo imitado por los dos digimon

—¿Qué es lo que ocurre?, ¿por qué están alarmados? —pregunta Bokomon extrañado.

—¿No vez lo que está ocurriendo? —Gabumon le llama la atención

—Veo que están alterados porque Taichi esta en la orilla, pero no veo cual es el problema.

—¡Ese es el punto!, si cae morirá.

—Pero si él puede…ohh…ya entiendo.

—Demonios no contesta. Lo tiene apagado —maldice Yamato acomodando sus manos alrededor de la boca a modo de altavoz—¡Yagami! —grito no importándole si se quedaba afónico, si los demás lo escuchaban, si despertaba a los vecinos e incluso si llamaban a la policía y lo detenían por romper las leyes— ¡Ni se te ocurra aventarte! ¡¿me oyes idiota?!—saca el digivice del bolsillo de la chaqueta de mezclilla—¡No sé qué mierda se te cruzo por la cabeza, pero te bajare de ahí!

—¡¿Qué?!, ¡¿Yamato?! —grita Taichi desde arriba casi cayéndose de bruces de la impresión, sin embargo, recupera el equilibrio.

—¡Idiota! —Yamato estaba por sufrir de un infarto sino se bajaba de ahí pronto por lo que insta a Gabumon a digievolucionar a Metalgarurumon y trepa en este con Bokomon que pataleaba por el temor a las alturas, pero tampoco es que le hiciera caso. Conforme se despegaba del suelo Hikari, Tailmon y Agumón los sorprenden.

—Los oímos en el cuarto, mis padres por suerte tienen el sueño pesado, de lo contrario se habría vuelto más grande la situación.

—Ni que lo digas. Ahora suban, si nos ven los demás estaremos en un lio.

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Taichi no tenía las palabras adecuadas, ni una estabilidad emocional firme desde la situación de las aguas termales. Era muy consciente de ello, quería perderse por una temporada, no pensar en él, no pensar en sus inquietudes y todo lo que involucrara conectarse con sus relaciones personales en las que estaba fracasando.

Se sentía agotado, había ya tenido suficiente al menos por este día, y, sin embargo, no se había negado a dejar que se desahogaran por no tomar las medidas adecuadas, por relajarse y no anticiparse de que lo descubrirían en una de sus diversas rutinas que pondría de nervios a cualquiera.

Generar semejante malentendido le absorbía todavía más energía. No era inmune al dolor, pero, se había estado mentalizando que seria parte de él, lo cual representa que ha estado abandonando a su niño interior, que se estaba transformando para poder adaptarse y sobrevivir. Era a imagen de alguien que se ha estado perdiendo a él mismo en silencio, que lo estaban obligando a madurar estando incompleto y medianamente vacío.

La controversia estaba implantada por Yamato y Tailmon a la cabeza, Hikari en medio, apartados de la orilla todavía en los tejados. Metalgarurumon intentaba persuadir a Agumón de que le contara su versión de la historia, mientras Bokomon no se apartaba de su lado conteniéndose.

Estaban acorralados.

Un puño limpio se detiene a escasos centímetros de su cara, y aunque no hubo reacción de su parte, iba a comentar que no se contuviera, pero con Hikari de espectador contraía la lengua y enfriaba cualquier pensamiento imprudente que se desencadenara en pelea. Sorpresivamente no fue de Yamato de quien lo iba a recibir, Tailmon furiosa se aproximo con intenciones de golpearlo.

La advertencia era directa. Al estar sentado no le fue impedimento para salvarse de aquella ira, aunque la velocidad con la que corto distancia no le pasó inadvertida. Hikari la reprende y al otro instante se lanza a abrazarlo golpeándole débil el pecho donde cae recargada arrugando la tela de la playera.

—No vuelvas hacer eso Onii-chan—la oye murmurar con voz quebrada. Le había causado la impresión mas fuerte desde que se instalo en el mundo humano. No rompía en sollozos, aunque no eso no le garantizaba a Taichi que no lo hiciera en cualquier momento.

No se merecía el titulo de hermano mayor, y tampoco sus lágrimas.

—No lo hare—Taichi le da suaves palmaditas en la espalda reconfortándola—Aun si soy un desagradable grano en el trasero.

—Ni que lo digas, sino te he golpeado es porque todavía no me recupero del tremendo susto que nos has pegado, ¿qué demonios se te cruzo por la cabeza para semejante locura? —responde Yamato en enojo palpable.

— No podía dormir, quería un poco de aire fresco, eso es todo.

—Esa es una pésima excusa. Déjate de rodeos y se directo, de ser así, ¿por qué no te llevaste a Agumón contigo?, ¿Por qué la insistencia de estar solo? —gruñe Tailmon lanzándole una mirada recelosa—… ¿Pensabas que tus problemas acabarían poniéndole fin a todo sin importarte cuanto daño le producirías a Hikari?

—¡No! —negó Taichi alzando la voz en un ataque repentino de enfado, emanando un aura intimidante que antes no se había atrevido a emanar. No delante de ellos—¿Me estas tomando por los pelos?, yo jamás recurriría a… ¡eso! —aunque este se fundía de inmediato junto al brillo de sus ojos que se fue marchitando al mirar como se paralizaron y Metalgarurumon instintivamente se puso en posición de defensa—Lo siento—inclina la cabeza pegando su barbilla a la corinilla de Hikari—No era mi intención, no me miren así…n-no tiembles Hikari, lo siento, yo no sé qué ocurrió.

Un silencio incomodo y denso se suscitó, Agumón al ya estar acostumbrado a esos arranques va a socorrerle rompiendo de inmediato con este.

—Taichi, estoy aquí—Agumón le acaricia las mejillas y lo obliga verle directamente a la cara—Estoy aquí, ya paso, tranquilo. No es tu culpa. Vayamos abajo, no has descansado desde de los baños termales.

Taichi asiente débilmente, y a los segundos hace por levantarse junto a Hikari quien no se despega de su pecho. Agumón lo suelta y persuade a los demás a que los sigan, costándole un poco mas de trabajo con Yamato, aunque Metalgarurumon tampoco fue sencillo de maniobrar de que regresara a su estado base.

El descenso se le hacia a Taichi de lo mas denso, y debido al espacio y la posibilidad de que se tropezaran con las escaleras, Hikari se vio obligada separarse en lo que cabe de él, apropiándose de su brazo. Piddomon rondaba de un lado al otro, lo sentía ansioso, como si tampoco estuviera en sintonía con él.

No lo toma en cuenta y escoge irse por la corriente. En la puerta gira y mira una vez más en dirección a la luna, solitaria, firme brillando con ceros indicios de vacilación. Al sonar la perilla no tiene mas alternativa que volverse al interior del departamento.

Las luces se encienden, y se hacen de un lugar en los muebles de la sala. Bokomon recorre con los ojos cada rincón extasiada, Agumón le escurre una gota de sudor por la sien ensombrecido por lo chispeante que parecía contrario al ambiente de los inquilinos y los visitantes.

—¿Gustan de beber? —pregunta Hikari un tanto despierta más incómoda al igual que el resto de los presentes.

—No gracias, por mi parte estoy bien así—responde Yamato—¿Y tu Gabumon?

—Igual, no te preocupes Hikari-san—rechaza gentilmente Gabumon.

—¿Onii-chan?, ¿Agumón?

—…—Taichi estaba por decirle que no, y que en su lugar quería que todos lo dejaran solo, que ya no lo soportaba, pero el chillido de Bokomon proveniente de la cocina lo atrae, como el de trastes moviéndose y agua del fregadero—Iré yo, descuida, quédate aquí—emite pegando carrera a la cocina en cuanto Hikari aligero su brazo—Bokomon, no toques ahí, eso es agua de la llave, ¿quién te crees para soltarte en la casa de otros?

—¿Prepararte un té de hiervas que traje de con Babamon—se encoge de hombros avergonzada Bokomon—Te veías fatal ahí y ahora que te observo mejor parecieras que vas a colapsar—murmura trepada en una banquita de madera sosteniendo un pocillo mediano con agua a tres cuartos?

—No tienes idea de cuanto—Taichi deja caer los hombros derrotado—Saca las hiervas, yo te ayudo a medir las porciones que hay que verter. Al menos podre distraerme un poco.

—¡Enseguida! —de su calentador y con mucho cuidado de colocar el digihuevo en la mesa se hace de una bolsa de tela regordeta, además de una hoja que hace por entregarle.

—¿Y esto?

—Un mensaje para ti, te interesara saber lo que contiene.

—¿No lo leíste? —Taichi la abre un tanto desconfiado.

—No, Babamon fue muy especifica de que solo tu lo leyeras, y yo respeto la privacidad—declaro orgullosa—Aunque puede que si hojeara un poquito.

Taichi la ignora concentrándose en sacar, separar, moler y colocar los residuos desechables de las hiervas, en con que leía el contenido de la hoja, cuanto, en la sala, Yamato se texteaba con Takeru, Joe y Kōshirō que eran los que aun continuaba despiertos. Agumón entra, y con la misma se apunta a apoyarle a Bokomon a encender la estufa, la cual respinga porque no creía que el digimon amarillo entrara quitado de la pena hacerle de muleta.

—Procura que no este al tope, y ten un trapo con que sostenerlo—indica Agumón, Taichi se despega un poco de su lectura sonriéndose por la interacción del par que le tendía un cable más—Y presta atención a cuanto Taichi vierte en el agua.

—Si—Bokomon capta, sacando una libretita de su escondite—¿Qué más?

—Es todo

—¿Cómo que todo?, tienes que saber más, eres su compañero digimon, ¿no es así?

—Lo es—Taichi interrumpe después de algunos minutos, parpadeando unas cuantas veces, forzándose a no redireccionarse a las pisadas extras que retumbaban sutiles en la madera—Y de acuerdo a las instrucciones de la hoja el té solo debe ser preparado por mí—guarda el papel en el bolsillo delantero del pantalón que dobla en diversas partes, recogiendo después en una tabla lo molido que había ubicado en 10 torrecitas pequeñas.

—Gracias Taichi—y era ese tipo de escenarios en los que Agumón se preguntaba si Babamon lo educo para que Taichi se atendiera adecuadamente o anhelaba un sustituto que la relevara—¿Lo vez Bokomon?

—Si lo veo—hace pucheros Bokomon cruzando los brazos—Pero se me hace injusto que ese conocimiento no lo comparta ni un poquito.

—Puedo enseñarte si gustas en compensación—Taichi se determinó a animarla en agradecimiento por traerle las hiervas y buenas noticias que venían en la hoja. Bokomon boquea y da brinquitos de la emoción dándole a entender que estaba más que maravillada por que la ilustrara, Agumón no desperdició la oportunidad de apuntarse por lo que atrajo otra banquita de madera, cosa que le calentó el corazón y lo hizo sonreír más espontaneo.

—Puedes comenzar cuando quieras—decía en su fangirleo Bokomon dando un rápido vistazo al digihuevo solo para confirmar que estuviera con bien.

Taichi le tomó la palabra e intruse a los digimon en una corta clase introductoria mientras vertía las hiervas molidas al recipiente en un especifico orden, insertando uno extra con agua para otra infusión, en esa aclaro que sería para Agumón y que él podía usarlo en su caso en las heridas.

Bokomon apuntaba y apuntaba, frente y atrás, saturando las hojas blancas de conocimiento. Cuando apagaron la lumbre, no parpadeo ni respiro, vigila los movimientos al servir el té, en vasos, y lo más espeso en un trasto ovalado.

Hikari al fondo estaba atenta, no se había movido ni un apiste por temor a que la pillaran, a la mitad de la explicación Yamato, Gabumon y Tailmon se sumaron.

—Dependiendo de tu tolerancia, tomas el té casi hirviendo o lo pones a enfriar en un sitio fresco—Taichi le entrega su propio vaso de té a Bokomon pretendiendo no haberlos sentido, aunque su nivel de estrés se había disparado cuanto fueron incrementando el número de espectadores—Este es del que yo tomare, no te afectara si también lo ingieres—va por el suyo y el de Agumón—Ten Agumón hasta el fondo. Aprieta la nariz si el olor te desagrada.

—S-Si—Agumón observa el líquido sospechoso palideciendo, obedeciendo con mucha dificultad imitado por Bokomon.

Taichi igual palidecía y se ponía de colores, pero porque estaba por sufrir de otro ataque de crisis, así que ni flojo ni perezoso bebe del suyo, lagrimas superficiales brotaron de los extremos y lagrimales por el sabor y lo caliente. Tailmon para ese entonces tenía la nariz tapada, y Gabumon no se quedaba atrás, cuestionándose en miraras si aquel té no era letal por las combinaciones de la que estaba compuesto. Hikari contiene un jadeo y Yamato no cabe del sobresalto.

—Es el doble de repugnante—musita Taichi aguantando las ganas de vomitar tapándose la boca con el puño—S-Se que están ahí…buh—retrocede al lavabo por si acaso. El té representaba un reto porque no solo le ayudaba a recargarse de energías, sino que cualquier rechazo de su cuerpo con los datos de Piddomon lo regularizaba.

—[No deberías ser tan dependiente de aquella medicina] —se cola Piddomon no disminuyendo su ansiedad

Viste lo que sucedió allá arriba, tengo miedo que se repita.

—[Tuviste problemas por controlarlo por tus emociones, no porque tuvieras un rechazo hacia mis datos, sabes que puedo ayudarte, si las mantenemos estables, tus pensamientos y acciones serán más fluidos. Que estos se sobrepongan nos afecta a los dos.]

¿Eso tiene que ver con tu ansiedad? —en lo que conversaban Taichi oía el debate de las bebidas que se abría delante suyo, de Hikari revisando y preguntando si no se había envenado, de Yamato a oler los recipientes y asquearse. Gabumon retrocediendo porque Bokomon le ofrecía de su vaso, variando entre él y Tailmon al reparar en su existencia.

—[No, siento una presencia peligrosa vigilándonos al oeste, he estado tratando de llamar tu atención, pero te has encargado de ignorarme. Su presencia es sutil, y que no te hayas percatado es alarmante. Nuestra conexión está fallando, y tus sentidos están alterados]

—Onii-chan, ¿estás bien?, te has puesto más pálido que con el té.

—Si se ha intoxicado, le brota por los poros—Yamato suspira resignado por el raro comportamiento de su amigo no amigo hasta que le contara la verdad—Envíalo al sofá.

Y más tardó en reaccionar Taichi por el shock por lo dicho por Piddomon que de un momento a otro lo ubicaron en el sofá, prendieron el aire acondicionado, ventiladores. Hace por levantarse y comprobar si esa alimaña seguía por los alrededores, pero Yamato y varios lo forzaron a permanecer sentado.

—Quédate quieto Yagami

¿No ya había ocurrido antes?, no puedo detectarlo, se supone que la medicina ha

Un apagón masivo continuo de una explosión lo suspende, accionando a los digimon y comentarios por doquier. Risas escalofriantes se reprodujeron como una especie de altavoz electrónico.

—[A eso me refería. La medicina es solo un método temporal, pero el problema no ha desaparecido, tu centro eventualmente se hará mas inestable y expulsará mi existencia de tu organismo]

—¿Estará por aquí?, ¿por allá?, nuestra llavecita especial—canturreaba una voz ladina a la distancia—Nuestro señor espera y tu te haces del ROGAR.

—Esa voz me suena familiar—dice Gabumon a tiempo que Yamato estaba en la puerta

—A mi también—Tailmon agudiza sus orejas—Hikari hay que—

—Hay que ir—termina Hikari—Pero Onii-chan no se encuentra bien de salud, y si nos supera en fuerza no podremos recurrir a Omegamon.

—Demonios—maldijo Yamato—¿Hikari no dijiste que tus padres estaban aquí?, con todo este alboroto deberían haber despertado.

¿Hay alguna otra alternativa? —insiste Taichi volviendo a intentar pararse, Hikari le sostiene—No puedo quedarme con los brazos cruzados, si hay que invocar a Omegamon me gustaría estar ahí con ustedes. El té se esta asentando en el estómago—y con tremendo susto que se llevó, como no se le iba a quitar las ganas de vomitar.

—[Si la hay, pero sé que no te gustará, recuperaras la conexión, más lo que está en apuesta es lo que no te convencerá]

—Iré a revisar si se encuentran bien—Tailmon le responde a Yamato—Quédense aquí mientras tanto.

Al diablo con lo que me guste o no me guste, lo que he estado haciendo me arrebata la paz en mi propia casa, cuéntame cual es aquella alternativa—insiste Taichi irritado—Es evidente que a quien están buscando es a mí.

—Llavecita de la esperanza no te demores, no querrás que mi mensaje atormente un par de vidas, la fiesta no acabara sino aparece el anfitrión—un rito de mas explosiones adorno las calles, no hubo gritos, en consecuencia, solo el humo de fuego se elevaba sembrando el caos.

¡Piddomon!

—[ ¿Recuerdas de los sellos imaginarios de los que te conto Seraphimon?]

Si los recuerdo, no existen estos como tal, pero al abrirlos mi humanidad…oh mierda—gruñe, Taichi. Agumón tira de él atrayéndolo a la salida, no oyó cuando Tailmon les conto que sus padres no despertaban y que alguien o algo los sumergió en un sueño profundo. Bokomon le tira del otro, preguntándole si ella debía de quedarse o acompañarlos. Hikari en algún punto lo había dejado levantarse, pero se desatendió de ella—¿Te desharás de mas rastros de mi humanidad?, ¿ya no envejeceré?

—[ En el mejor de los casos solo perderías un porcentaje desconozco en qué nivel, el otro termino, igual es desconocido para mí, consuélate con que el proceso sea positivo]

Taichi puso lo ojos en blanco, aquello no le consolaba en lo absoluto, sin embargo, se las tuvo que ingeniar para abrirse cupo en el cuarto por unas zapatillas de agujetas, desplazarse a la cocina y apañárselas con las vendas y el ungüento de hiervas de las manos a los pies con Agumón y Bokomon monitoreándolo.

—[Hay que apresurarse]

¿Cómo sabre si funciono?

—Apúrense, ya habrá aclaraciones más tarde, hay un asunto urgente afuera— anuncia Yamato mientras se ocupaba por las llamadas que recibía, repartiéndose entre Kōshirō, Joe, Mimi, Sora y Nishijima. Hikari se hacia de los digivice, entregándole a Taichi el suyo con el que intercedió Agumón.

—[Lo sabrás a su debido momento, una vez que aceptes partirás a un no retorno]

—Onii-chan…

—Es un ungüento curativo Hikari, no es peligroso—tranquiliza Taichi de pie, las manos chirriaban muy sutil y el vapor que evacuaba de estas no se veía a causa de la oscuridad—¿Moriré?

—[ Mi consciencia se ira muriendo paulatinamente]

¡Debes de estar bromeando!, yo, yo no puedo…te estaría matando lenta y tortuosamente.

—¿Qué ocurre?, hay que partir a la de ya—Yamato apresura—Kōshirō, Joe, Mimi, y Sora no tardaran en llegar

—[Somos dos consciencias, una tendrá que partir, y en ese caso seré yo. Esta en tu elección.] —le recordó Piddomon severo.

A Taichi se le hiela la sangre, le falla la voz, no obstante, en automático va por donde Yamato, Hikari y los demás digimon por detrás, al final, pone a disposición el trasto con el ungüento a Bokomon.

Mi elección…—se dijo en tono ausente. Partían rumbo a la destrucción, con el pensamiento de que lo que accedería atentaba contra la naturaleza humana.

Ya había renunciado a una vida normal, y en su infantilismo hizo pretender que seguía siendo la misma que en el pasado. Se había entregado al horror de la realidad por volver a verlos.

Si sacrificaba más de sí, sus días se oscurecerían.

Aunque no es como si importara demasiado, si muchos dependen del desempeño que dé como guardián.

—[Si, tu elección] —reafirmo Piddomon, sobre escombros estaba un tumor negro que por minutos sus pixeles se contraen como canal descompuesto, brazos tirantes y caras de horror y angustia se estiraban de cada cuando deformándose junto al digimon metálico que coronaba la cima de torso para arriba.

—Qué alegría que van reuniéndose. No. He. Me mataba del aburrimiento—ajustaba sus lentes de sol el digimon parlanchín contorsionándose en el aire elástico reparando de uno en uno—¿Se acuerdan de su querido amigo MetalEtemon?, me disculpo por mis fallos, dañan mi preciosa imagen—dramatizo efectuando una reverencia hacia Tailmon.

—¿No te derrotamos años atrás? —exclama Sora consternada saltando de la pata de Birdramon

—Ay, pero que feos son—puso MetalEtemon los brazos en jarra fingiendo indignación—Y uno que viene a celebrar. Regreso. Malparidos. Et-ah. Vine a ver. Lla-ve.

—¿Llave? —pregunta Kōshirō.

—…—Taichi sabia pero no podía mas que disimular que no estaba enterado, miraba con horror los digimon en el interior del tumor, pronto la endurece ya habiendo tomado una decisión—Piddomon, aceptare tu oferta, pero con varias condiciones—libero la presión de su pecho, y de reojo ve a sus amigos, y desciende hacia los dos digimon.

—[Los cumpliré, mi voluntad se doblegará a ellas aun si son las más absurdas] —la respuesta de Piddomon no expresaba nada, era una neutralidad incomoda, pero esta vez denotaba un casi invisible respeto.

—Es una llave descompuesta—MetalEtemon examina a cada joven—Tu no, tu menos, tu tal vez, no, no, tu…—se fijo en Hikari—Irradias luz y perturbas el universo en ese pequeñito cuerpo tuyo.

Si fallamos, y tu te haces de mi cuerpo—Taichi se interpuso entre MetalEtemon y Hikari—Quiero que los protejas y hagas hasta lo imposible por que sean felices.

—¡Oye!, todavía no es tu turno—chilla MetalEtemon molesto—Atrás, atrás—empuja, sin embargo, no logro que retrocediera—¿Qué?, ¿has estado entrenando?, luces escuálido y aun así…—lo fuerza más, el digivice de Taichi se enciende y antes de que procediera a atacar en serio unos misiles lo interceptan obligándolo a retirarse.

Joe se acerca seguido de Takeru y Mimi, que eran los más retirados. Metalgreymon se impone al frente, dándole la espalda a Taichi y Hikari en defensa estirando la cola enrollada hacia ellos botando el digivice.

Taichi lo coge enseguida, habiendo jurado oír a Piddomon que rompería los sellos.

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Fin del capítulo. Tardare un poco mas en subir el 8, el trama de la pelea necesito estructurarla bien por lo que llevara mas tiempo. Nos leemos pronto ;3