Hola, aquí con el capitulo reescrito y largo de "después de MetalEtemon" sumándose la parte 1 y 2, no estoy segura si el capitulo posterior convertirlo en una tercera y ultima parte, pero eso lo veré ya entrando al año, por lo pronto me descansare de los fanfic de digimon y me enfocare en los demás o sino en las ilustraciones que tengo pendientes por subir a mi cuenta de instagram el cual es Yunart_Yunauzu, por si gustan darse una vuelta :3

Agradezco lo pacientes que han sido por esperar este capitulo en particular, me demoro mas el ver como mejorar el asunto de la pelea, y bueno tratar de identificar un poco mas natural lo que los elegidos sintieron y mas elementos que leerán. La cuenta de las parejas va de este modo:

Pareja principal:

Taichi x Mimi: 4

Taichi x Sora: 0

Taichi x Meiko: 0

Taichi x Rei: 2

Parejas secundarias:

Hikari x Takeru: 0

Hikari x Yamato: 0

Sora x Yamato: 1

Mimi x Yamato: 0

Mimi x Koshiro: 0

Me deja algo sorprendida que aunque Rei todavía no aparezca (que lo hará en el siguiente capitulo o ya en el 11), tenga votos, a ella le tengo una participación especial al igual que a su hermano Neo, a los oc (Emilie y August). En fin, sigan votando amigos, si tienen alguna sugerencia de otra pareja secundaria también la puedo agregar a la lista.

Les deseo una feliz navidad y prospero año nuevo por adelantado, espero de corazón que todos sus deseos se cumplan y no dejen de hacer lo que mas les gusta hacer, los hobbies son algo que no hay que dejar porque es una parte de nuestra vida que también pinta de colores nuestra vida a parte del amor de la familia y amigos. :3

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Naranja, fuego, humo, una punzante mirada que extraía el temor disimulado en una risa descontrolada y entrecortada de un acorralado MetalEtemon, era lo que se podía apreciar. El ciclo de locuras estaba por ser frenado bajo el filo de otro ciclo que buscaba un final solemne para su antecesor con un poder que pareciera ser una bendición en un inicio, pero que conforme más lo conociera, más se asemejaría a una maldición que formara parte de su pisoteada naturaleza.

Y Taichi lo sabía, lo sabía desde que sus ojos y los de Wargreymon se conectaron y aceptaron determinados a afrontar lo que el destino tenía preparado para ellos.

Pero el saberlo y el asimilarlo eran dos cosas completamente diferentes.

—¿Qué ocurre MetalEtemon?, ¿acaso tienes miedo de un pobre e indefenso humano que es más chico que tú? —indaga sin matiz, indoloro al no repartir alguna herida física, desenvainando la Katana a la vez que camina tortuosamente lento hacia un chillante MetalEtemon que pese a su temor no se dejó amedrentar, y de eso Taichi se pudo dar cuenta al detectar por las vibraciones del suelo y el tenue sonido de metal repeliéndose el uno contra el otro en un cargamento de clones que se preparaban para asaltarle junto con el restante de digimon cautivos—Uno, diez, veinticinco, cuatro digimon organizando algún tipo de ataque combinado.

—N-No, es eso—negó MetalEtemon tensando los músculos tanto del cuello como de los brazos—¿Qué te parece si lo conversamos como dos seres civilizados?, Taichi-kun, Taichito —propuso entrelazando las manos, sonando como un afable comerciante en busca de algún tonto al cual estafar.

—¿Conversarlo como dos seres civilizados? —apretó los dientes Taichi observando de reojo hacia los lados en un perfil bajo el cómo en cuestión de instantes fueron rodeados—Lo siento, pero tengo la agenda saturada, intenta más tarde—al decirlo gira sobre sus talones para regresar una grotesca esfera de energía de colores con la parte ancha de la hoja de la Katana que no solo arrasó contra los digimon cautivos, sino también con algunas copias que se arremolinaban a sus espaldas, y rozo la cola de Garudamon a quien sino le dio un infarto con esto último no lo haría con nada más de lo que su existencia digital restara—¿Te gustaría reservar una cita para el próximo año?

La explosión y un hongo emergieron a lo alto adornaron el juego de palabras que rechazaban gentilmente la propuesta, luego el viento empujando piedrecillas revoloteando trapos, plumas, cualquier cosa que estuviera dentro de su radio de expansión revelaron no más que un cráter y pedazos deformes, como una torrente de esporas a las que Taichi se tomó la libertad de llamar tras convertirse en un borrón que se esfumo del suelo al prever la estampida de metal humanoide que le caería encima, y que no mucho menos las iba derrumbando en pilas de copias inertes que corto en destellos de luz verticales, horizontales como diagonales.

El borrón volvió a cobrar forma solo cuando estuvo pisando aquella montaña de la cual se despidió apartándose de ella para recopilarla haciéndola una pelota de metal que aventó a sus espaldas ante la mirada atónita de MetalEtemon.

—¡Tú! —grito ronco MetalEtemon colerizado—¡¿Cómo te atreves?!, ¡¿Cómo te atreves a declinar mi generosa proposición?! —al levantar las conexiones perdidas se dio cuenta que aparte de que los cortes habían sido limpios, no fueron piadosos con los conectores los cuales goteaban y desprendían desconcertante liquido metálico—¡Maldito!

Lo dice quién me ataco por la espalda—pensó Taichi desaprobándolo, esquivando tramposos tentáculos nuevos repitiendo el mismo proceso de desaparecer y reaparecer solo que en esa ida, termino parado en la cabeza de MetalEtemon que se arriesgó apresarlo con él dentro a modo de capullo, pero Taichi al leer sus intenciones logra escapar momentos antes abriéndose irónicamente un portal debajo de sus pies apartado de los tentáculos que lo siguieron y fueron cercenados tan pronto como este se cerró dejando el paso de colillas ruidosas que alcanzaron a cruzar y se retorcían inquietas en el suelo.

La distancia que los dividía era tan ridículamente estrecha, pero eso no quitaba el peligro o minorizaba el hecho de que en ese corto espacio desde otra mucho más prudente que la suya, incrementaba las miradas que presenciaban la volcada de los acontecimientos con lujo de detalles, que, si bien son inofensivas en un rango moderado, podían ser bastante fastidiosos en el futuro; por supuesto las ignoro, aun si las miradas más viejas se le clavaron en la columna vertebral, no le causaban conflicto más que prestar atención a la sentencia que le dictaminaran.

Sentencia a la que ya se estaba haciendo idea.

Buena o injusta, se definiría después de acabar con MetalEtemon.

Un fuego proveniente de su boca desecho la sensación de vigila aplacando el metal suelto del suelo tras haber inflado el tórax y desprendido la llamarada, a una intensidad moderada, luego, antes de que de que el capullo acabara de abrirse y un tentáculo se enrollara en su tobillo desde la parte inferior del tumor con la punta del pie con un ligero golpe que lo roto quedando a la altura de su rostro que se topó con otro estupefacto, brilloso por los efectos de iluminación, que en cuestión de segundos fue mandado fuera de orbita con el pie faltante pero esta vez repartiendo el peso con la totalidad del empeine en un golpe más potente e impregnado de aura fortalecida.

El silbido que se oyó tras su partida fue lo que se alcanzó a captar de MetalEtemon que en las ráfagas de viento que lo oprimían debido a la proyección, que muy posiblemente estaría con la bilis en su máximo fulgor por tremenda humillación indiscreta recibida impartida por el mismo humano que lo venció en el pasado, lo cual de por si hablaba del mal perdedor que era y sería hasta los confines del digimundo y actualmente de la humanidad.

—[¿Por qué te detienes?, ¿no estas más consciente de lo que pasara si lo dejas andar, así como así, como si confiaras en que no escapara?] —indago Piddomon las decisiones de su contenedor.

Tranquilo, lo alcanzare antes de que eso suceda—tranquilizo Taichi teniendo el mismo presentimiento que Piddomon, aun si para ese entonces o con anterioridad no reparo en que los clones que no contó y digimon cautivos que no elimino, Weregarurumon, Garudamon, Angemon, y Angewomon, se encargaron de echarle una mano con aquel restante—Lo único que vera, será su boleto de ida clausurar— Achicando los ojos en dos rendijas hacia donde subía MetalEtemon sin contemplaciones de detenerse, pronosticaba en efecto que el muy cobarde no dudaría en aprovechar aquella diminuta oportunidad de escabullirse apenas lograra hacerse de la concentración debida para crearse una entrada; por lo que antes de lo previsto abandono el lugar en el que estaba dejando pequeñas grietas en su lugar.

Guijarros saltaron por diversos lados producto del viento de aquel par de alas doradas que se desplegaron en su máximo esplendor y juntaron en un habitual despegue intencional para luego volverse un punto inusual que ascendía a una velocidad un tanto abrumadora que paralizo más de alguno que no se dio cuenta en el momento en que se colocó los googles y en cuestión de nada acelerara partiendo las nubes y el cielo por un portal que abrió a su frente con un báculo modificado, que apareció de la mano derecha y sustituyo al transformarla en una Katana extra aunque igualmente mortífera que no distaba de las expectativas de Taichi hacia ella; aunque la apariencia del báculo en sí, su presentación había tornado muy breve, le había superado en tamaño, alrededor de unos treinta centímetros, en los cuales en la cima se distinguió la figura de una luna menguante acostada conectada a dos pares de alas debajo que daban también esa curvatura a la que le aguardaba un sol en el centro azul pequeño compuesto de cristal y la cola del final puntiaguda y en adicional tonalidad dorada.

Weregarurumon que había deshecho la bola metálica en conjunto con Angemon contemplaba largo la segunda etapa de la pelea al no contar con la posibilidad de intervenir más allá de quitarle los excesos al amigo de su compañero con quien ahora compartían afinidad más definida en el combate y que estaba fusionado con su compañero digimon, vaya enrollo; descansaba sin que lo quisiera, no podía volar, y quienes poseían dicha la facilidad estaban igual o más agotados que él, no lo distinguía lejos de los casos más evidentes que eran Gomamon y Tentomon que disiparon su digievolución al agotar sus reservas de energía, no obstante, tampoco lucían cómodos con que los relevaran, parecía tonto, pero les habían aplastado el ego de tal forma que la llegada de MetalEtemon lo sentían hasta irreal.

Ya lo había experimentado una vez, pero dos con esta, pensaba que tendría que hacerse a la idea de que esa ayuda extra no retrocedería por más obstáculos que se le atravesara.

—Tardaran en bajar o bajar—comentó Angewomon a su lado en tono poco conciliador no concibiendo tal escenario.

—…—Weregarurumon le da la razón en un suave cabeceo, dándole margen en que continuara si es que se disponía hacerlo.

—Él…Taichi-san, no mostro vacilación en lo absoluto, caso opuesto a nosotros que nos cegó la esperanza de que salvaríamos a aquellos digimon de MetalEtemon que no vimos que la cruda realidad que estaba frente de nuestras narices—prosiguió el ángel abrazándose a sí misma como si entendiera la pauta que le fue otorgada—Mas que enojarme con él, me preocupa que con esto haga la herida más grande en su relación con Hikari y se afecte a él mismo, pero es a quien buscan, lo cual lo enreda todavía más. Weregarurumon, ¿crees que hemos hecho lo correcto al no estorbarle?, si llegara a fallar, si muere, cargaremos con la culpa y el remordimiento de consciencia.

—No tiene sentido preguntarse algo que cuya respuesta conocemos Angewomon, además de no haberlo hecho hubiéramos estado en circunstancias más graves, ya sea porque nos hemos confiado o no, sobreestimamos a MetalEtemon y he ahí por nuestro error Taichi-san lo está enfrentando sin reservas porque conociéndolo no se hubiera quedado quieto—responde Weregarurumon al creer que no había modo de posponer o zanjar la pregunta que solicitaba en urgencia ser despejada—Además seria tonto creer que fallara, Taichi-san está determinado a no morir, no has reparado que prácticamente pudo haber acabado con MetalEtemon desde antes de perderse en el manto de la noche. Porque incluso si hubiéramos trabajado de acuerdo a las instrucciones de Wargreymon, Wargreymon se habría ocupado de MetalEtemon.

—Wargreymon…—

—Wargreymon al igual se preocupaba por Taichi-san, pero de una manera completamente diferente que esta fuera de nuestra comprensión—se sobrepone Weregarurumon anticipándose a lo que estaba por decir Angewomon—El misterio entorno a ellos es obvio que perturba la tranquilidad de muchos, mas no hay más remedio que apoyarlos tragándome mi orgullo y la fractura de su amistad con Yamato.

—¿No temes que esto dañe la relación con tu compañero elegido?

—Si temo, y continuare temiendo, pero algo en él hizo que actuara por encima de aquel temor. Es confuso. Dirías que estoy siendo imparcial, más ni yo mismo se en que es lo que estoy metido, aunque sé que no hago lo incorrecto en confiar en que mi decisión no empeorara las cosas más de lo que ya está. Si lo mejora en todo caso me alegraría, si confías en ellos o no te obligare, porque a lo que he visto eso es algo que tampoco estén deseando de nosotros o Taichi-san de sus propios amigos y hermana.

—Lo dices como si renunciaran a ello—replico Angewomon entre el asombro y la exasperación—¿Tu percepción acaso no ha nublado?, ¿no estas refiriéndote a una persona y un digimon diferente? —un silencio más incómodo confirmo sus sospechas sintiendo un balde de agua helada caerle, si lo que contaba es cierto, la renuencia de Taichi en calmar la tensión que creada a los pocos minutos de haber regresado del digimundo, debía significar algo más profundo, algo que lo conectaba a la llave, a lo sucedido en las termas.

Taichi no fue consciente de la plática de los dos digimon, sino que próximo a adentrarse en la mesosfera se había detenido a lanzar una tajadura que en efecto cancelo la ida al digimundo a MetalEtemon que en el trayecto lo desmembró de uno de sus brazos apenas sus afilados orbes azules lo enfocaron y acciono la habilidad evolucionada de su Katana. El frio en esa zona iba de los menos ochenta grados, delgadas escamas de escarcha de agua congelada se asomaban en el digimon, caso contrario al suyo que se evaporaban al contacto degradando su esfuerzo por congelarlo, el oxígeno ahí escaseaba, costaba calarlo directo a los pulmones mas no imposible de acuerdo a su capacidad de ajuste. Mejillas y nariz no enrojecieron por tremenda temperatura, las orejas tampoco, aunque no trabo el estornudo que vino ante el repentino cambio.

Mierda—se sorbo la nariz y agito un poco las alas que se le habían esponjado en continuidad—No pensé que lo maximizaría a propósito.

—No puedes estar hablando en serio, creí que-ap-cuarta-daa—interrumpe el auge de pensamientos MetalEtemon hiperventilando, pero aun así con el tiempo de bromear o más bien ser sarcástico ante su frustrado intento de huida—Casi sufro de un infarto por tu culpa, jodido psicópata—enfurruñado regenera el brazo perdido más lento de lo usual e inflo la abollada del área del tumor escurriendo en sudor que descendía escasos centímetros antes de congelarse. Taichi no respondió, sino que adopta una postura de ataque con una Katana al frente y la otra detrás a centímetros de hombro y cuello, no dando margen a convencimientos sino de correr de lleno a la acción.

—¿Uh?, ¿ni un poquito de pena?, ¡qué va!, en ese caso, comete esta, ¡espíritus oscuros de lujo!

Un potente rayo resuena y brilla peligrosamente en negro yendo de picada a Taichi que lo recibe de lleno o eso pareció ya que lo que ataco eran las katanas que absorbieron gran porcentaje de la energía maligna del rayo y después blandirlas en una técnica que se asemejaba al tornado de Apollo de Piddomon, pero este era uno de fuego que pareció evaporarse en el trayecto como si hubiera cedido ante la mínima fuente de oxígeno. MetalEtemon rio a grandes carcajadas creyendo que la técnica era solo una finta para asustarlo, y sí que lo había conseguido, pero al ver su verdadero "valor", la intimidación a la que fue sujeto disminuyo.

Taichi impasible observo la realidad del tornado que al desvanecerse se había camuflajeado con el ambiente en una cúpula esférica grande alrededor de MetalEtemon sin que este se advirtiera. Un poco más y lo encerraría por completo. Un poco más y el fuego hambriento lo devoraría.

Un poco más.

El desgaste por mantenerla era un tanto abrumadora y endemoniadamente imperfecta que requería ser pulida a base de entrenamientos y experimentación, que ya de por si implicaba concentración y discreción necesaria para que el enemigo no se diera cuenta de que rompería con ella con despojarlo de una de las Katanas que unía la naturaleza de viento y fuego que respondía al tormento de Apollo como había nombrado a tan interesante técnica elaborada. Podía entrar y salir de ella, defenderse, engañar al enemigo que no se le escondía nada, más si por error chocaba entre si las Katanas cuando la esfera no se concretara, el fuego no asolaría adecuadamente con su presa.

—Podrías derrotarme tal vez sin complicaciones, tal vez, pero ¿qué es lo que haces?, una tonta técnica de un gatito asustadizo—pincho MetalEtemon con intenciones de incitarlo a repetir la técnica solo para jactarse de su inutilidad—O…—deja caer otro rayo más fue esquivada y no consumida como la primera, esta reventó unos transformadores de luz junto a los postes de madera — ¡Es que escondes algo más! —busco por todos los ángulos posibles e imposibles sin demasiado éxito, y así por varios intentos más hasta que se cansó y atiborro el paisaje visual de Taichi en tentáculos y cables.

El juego de katanas y metal dio inicio, ante cada evasión venia un rayo, tentáculos y cables caían de picada ardiendo al introducirse en la estratosfera y troposfera, no aterrizando más que en distintos desenlaces que no causaron destrozo alguno, Weregarurumon y los demás lo cubrían en ese sentido. Esto continuo por un rato en que fueron en declive entre empujar a uno, desorientar al otro introduciéndose rodillazos y antebrazos, siendo Taichi el más ventajoso en destreza física independiente del cuidado que tenía de no errarla con el tormento de Apollo.

En una de esas Taichi manda a MetalEtemon a estrellarse en el desastre de escombros de las que una vez fueron departamentos de vecinos y conocidos plantando ambos pies en el estómago sacándole el aire, haciendo que pujara y le desorbitara los ojos.

El estruendo emitió un eco ensordecedor, polvo y demás tapo al desafortunado digimon como Taichi que no soltó el hilo de su trayectoria, sino que juntos cruzaron por las dos capas de la atmosfera terrestre, borrando lo diminuto de Japón, islas y demás territorios que a esa altura aturdirían por su magnificencia. Entonces Piddomon pregunto por segunda vez al contenedor algo que le sacaría una sutil sonrisa amarga.

—[¿Prolongas su sufrimiento por vengar a los digimon de quienes se alimentó a su antojo?]

Tal vez—contesto Taichi en espera de que MetalEtemon se reincorporara, cosa que sucedió a los minutos envuelto en maldiciones de mal gusto.

—¡¿Qué?!, ¡maldito! ¡ya tuve de esto de la jodida llave!, ¡¿Sabes que cualquiera pudo haber ocupado tu lugar como llave Taichi?!, ¿Lo sabes? —chillo a lo alto MetalEtemon soltando veneno por doquier, la compostura lo había ido abandonando y la muerte lo acariciaba detallando milímetro a milímetro la superficie de la piel; escurriendo suciedad, pedazos de material, madera, vidrios rotos—¡Me enferman los humanos como tú!, ¡m-aj-sa-bas-ardo! (1)

—…—Taichi separa los labios, los junta guardando silencio sepulcral, contrayendo los músculos apretando feroz la empuñadura de las Katanas, no permitiéndose filtrar ninguna emoción o fijación por lo hiriente de las palabras de MetalEtemon. La noticia igual a los digimon, encierra pavor en los elegidos y acapara a Nishijima tanto a Himekawa, más en Nishijima que guardaba un lazo genuino en los chicos que luchaba por proteger bajo su ala.

—¡Pero que te seleccionaran fue una bendición para mí!, ¡y una maldición por el trabajo duro que ha costado en obtenerte!

—[¡Ese bastardo!, acaba con MetalEtemon de una vez, si lo alargas más quien sabe que más dirá para perturbarte]

No estoy perturbado—mintió Taichi—Pero no te equivocas que alargarlo el estúpido de MetalEtemon contara más cosas que no podre aclarar si ellos me lo preguntan—agrego a nada de chocar las katanas entre sí. A milímetros de unirlas y que metal contra metal catapultaran el fuego escondido en la esfera camaleónica al costado de Taichi la realidad se agrieta y distorsiona abriéndose lugar a dos grotescas manos purpuras de abultadas venas palpitando ante el enlace de sus puntiagudos dedos que dieron de lleno en la frágil humanidad desprovista al que apuntaba en escalofriante cámara lenta que conecto con el golpe de las katanas a la par.

Siendo despedido como muñeco de trapo Taichi logra cambiar ligeramente el modo en que es retirado hallando un portal en horizontal que se enderezaba con la imagen de un digimon que reconociera incluso desde la distancia, al tiempo que, esas manos ya separadas se estiraron a MetalEtemon fallaron en el rescate porque para desdicha de este el tormento de Apollo revela su verdadera naturaleza en fuego rotatorio espeluznante e irradiante tal cual sol.

¿Che-Cherubimon? —fue el pensamiento que lo arribo a intervalos de rebotar en la tierra y barrerse en ella soltando un quejido al repartirse el dolor en el que le encestaron el porrazo. Unos pies humanos lo trasladaron a elevar los ojos con la persona que por desdicha le respondía con facciones descompuestas en desasosiego y al pendiente de su bienestar, siendo Kōshirō que hace por reincorporarlo—Si me tocas te quemaras, no te preocupes no me cuesta levantarme, no me ha reventado ni una costilla o algo.

Kōshirō indeciso le dejo ser, Taichi usando de soporte ambas katanas se reincorpora y sacude la tierra de la ropa y cabellos desviando la mirada a Cherubimon que de la mitad del torso estaba expuesta del portal mostrando más del purpura que Taichi aprecio, hallando verde y blanco ensombrecido, rasgos siniestros grabados en la cara contorsionarse por el daño ocasionado por el fuego del tormento de Apollo sobre el que MetalEtemon le fue inadmisible escapar.

Yamato que andaba cerca apretó los puños, impotente, por no poder ayudar en lo absoluto, caso aparte de las emociones que le retorcía las vísceras por la crudeza en que uno de ellos este luchando por su cuenta fusionado con su compañero digimon, por misterios y demás detrás de esa sombra humanoide que conformaba al elegido del valor.

—Yagami—

—Sera mejor que vayan a un lugar más seguro, si Cherubimon va en serio y hay más digimon detrás suyo no seré capaz de resguardarles a todos.

—Taichi-san—

—¡Es Cherubimon! —brincoteo Bokomon interrumpiendo a Kōshirō, alterando los nervios de Taichi que de repente recobro conciencia del digihuevo que le erizo los vellos del cuello—¡No puedo creer que haya sido corrompido!, uno de los tres grandes ángeles ha caído en desgracia.

—¿Ese es uno de los tres grandes? —pregunto Takeru avanzando con Hikari detrás de Bokomon que zancadas recurría a Taichi—¿C-Como son los otros dos?

—Son Seraphimon y Ophanimon, el primero es quien supongo que no se ha desatendido Bokomon de él—contesto Taichi en lugar de Bokomon que se encoge de hombros por la severidad con la que dialogaba, el chico alegre y bromista no deambulaba, y eso Bokomon lo tenía vigente—Ophanimon su estado actual es desaparecida. Bokomon, ¿lo tienes cierto?, ¿tienes a el digihuevo de Seraphimon asegurado contigo?

—S-Si lo tengo—responde titubeante, aunque segura Bokomon abrazando el digihuevo queriendo pegarse aterrada a la pierna de Taichi despegándose de ella al calentarle el pelaje—¡Quema! —sopló desesperada las áreas sentidas livideciendo a Kōshirō, y Yamato, más a Kōshirō que estuvo por tocar a Taichi hasta que este le advirtió que se quemaría si lo hacía.

Taichi se encoge ligeramente de hombros poco culpable de las quemaduras de Bokomon, aunque por lo menos así quedaba en evidencia que no le mentía a Kōshirō.

Cherubimon llevaba minutos sin realizar ninguna movida, y eso los sometía a la expectativa, no se expulsaba por entero del portal y recién fijaba los ojos amarillosos en Taichi o más en explicito el digihuevo que es tapado de la mirada de Cherubimon por un ala dorada desplegada. La jaula circular para ese entonces se había disipado desatando esporas digitales transcender guiadas por la compadecida corriente del aire oyente del infierno y agonía cruel que MetalEtemon protagonizó goteando grotescas gotas de metal líquido que expiraba en el acto de modo que no hubo nada más a quemar.

—Ira tras el digihuevo—comento Taichi severo chasqueando la lengua cuanto estos no se movieron cuando se los pidió, sino que se habían agrupado más, oía las pisadas de Mimi y Joe anunciando con desconcierto su venida—Cuanto salga del portal abriré uno para que huyan, y el siguiente para Angemon, Angewomon, Garudamon, Weregarurumon, Tentomon y Gomamon, ustedes protegerán el digihuevo, yo me encargare de neutralizar a Cherubimon, tratare de traerlo a la normalidad purificándolo.

El corazón de Kōshirō, Yamato, como el resto saltaron tan fuerte que lo sintieron latir en la garganta, fue la voz de Sora, aunque muerta de los nervios y temerosa de que Cherubimon los atemorizara con su enorme ser entonó.

—¡No!, nos quedaremos contigo, no entiendo nada de esto, desconozco que exactamente lo que hayas pasado, pero no te quedaras solo aquí por tu cuenta Taichi. Ya tuve demasiado de huir, de tener miedo incluso de mi sombra.

—¡Así se habla Sora-chan! —felicitó Mimi dándole unos manotazos en la espalda, Sora se encorva por la intensidad de las palmadas soportadas—Como Sora-chan lo ha dicho, no nos iremos, pelearemos…—un repentino portal pegando en la punta de la nariz la detiene en seco, el portal los dirigía a una parada de autobuses—N-No bromees…

—No bromea—reafirmo Joe metiendo un dedo, luego los demás sintiendo una sensación rara recorrerle—Por lo visto está yendo serio.

—¡Ya lo sé idiota!, no recalques lo obvio —chillo Mimi tentándose a zarandearlo

—…—Hikari miro largo y tendido la espalda de Taichi, las manos, y en si ella temblaba como gelatina, sentía frío los brazos, las piernas débiles más que cuando estaba en movimiento, no hallaba sosiego y eso estaba mal, mal porque fue superada por el desarrollo de los acontecimientos que no transcurrieron en el habitual orden con el que creció. Todavía recordaba la sensación que tuvo por aquella aura naranja durante el primer encuentro, sofoco, temor, tristeza, unas increíbles ganas de llorar, sin embargo, había más emociones arremolinadas que la desgarraban por dentro en un inusual vacío que había estado sintiendo hace ya algunos años. Los oía no apuntándose a intervenir, si vocalizar un sí o un no, aunque le antojaba impermisible abandonarlo y salvar en su lugar un digihuevo por muy gran ángel que fuera—Onii-chan…yo no

—¡No lo repetiré otra vez!, vayan dentro del portal, si Cherubimon se apodera del digihuevo, lo destruya o corrompa el desbalance será más grave—ordenó Taichi, tensando músculos, nervios, las katanas listas dispuestas a pelear, aunque lo que en si temía era que usara el juicio final o mil lanzas y alguno de los rayos les diera de lleno a ellos, no confiaba en que su defensa de la divinidad derivada del escudo valiente de Wargreymon lo tolerara y más aún, que lo concretara si ni con MetalEtemon lo efectuó; que las katanas absorbieran el mayor impacto del rayo de MetalEtemon hacia sido más un acto de reflejo que de planeación.

—¿Y si a quien busca es a ti? —inquirió Kōshirō retomando lo de la llave, el desazón y angustia engendrado a causa de MetalEtemon, el cielo se nubla en perversas nubes ennegrecidas—Si el digihuevo solo es una excusa con la que acercarse, te estaríamos dejando a la deriva a expensas de que te arrebate de nuestro lado.

Y opto por juicio final—pensó Taichi con el ritmo cardiaco acelerado y rostro descompuesto en desconcierto—Excusa o no me las arreglare, si los rayos del juicio final los toca la defensa sobrante caerá, métanse al portal—apresuro trazando un portal más grande donde los demás digimon, Weregarurumon a la cabeza los encamino a traspasarla rodeándolo más ningún elegido obedeció a las instrucciones dadas, el tiempo apremiaba, y Taichi no tuvo más remedio que descartar sus esfuerzos en la necedad de sus amigos como de Hikari reinsertando la apariencia del báculo, en la katana que con anterioridad le sustituyo, a ras de que Tentomon de ultimo atravesara al lado de ellos y cerrara puntual la entrada clavando la punta centrado delante de la punta del casquillo de las botas—¡Defensa de la divinidad!

—¡Juicio final! —entono Cherubimon por escasa diferencia manifestando una carrera de caracteres digitales, de rayos y un gran domo o barrera casi transparente que pecaba de curvas además de burlar de copiar la indoctrinada forma de esfera del tormento de Apollo, a cuál solo abarcaba lo indispensable.

En el decisivo desenlace, Angemon, Angewomon, Garudamon y Weregarurumon juntan a los elegidos y a Bokomon usándose de escudos quedando de espaldas. Taichi se empeñó a que la barrera ganara sobre la marcha apostado un vil grano de esperanza la defensa de la divinidad.

Entonces la cuenta regresiva finalizo con ambas técnicas luchando a la par, los rayos agresivos inyectaban sus descargas electrificando la esfera en la que los elegidos a excepción de Taichi taparon los oídos que en un indicio pegaron un grito ante las demandas de Cherubimon de que la defensa de la divinidad aflojara.

Aunque si Cherubimon lo dispusiera, no saltaría ni perdonaría la multitud de rayos a sus frágiles cuerpos mortales de los humanos regados por la zona.

Enemigos son enemigos a fin y al cabo, sino los adjuntó dependía de un arrebato de capricho, mas solo son conjeturas mal infundadas y purgadas por la habilidad visual naciente de Taichi.

—¡Cherubimon! —exclamo fuerte, pero de verdad fuerte—¡Se que el viejo tu aún está ahí!, si me oyes, si me reconoces, ¡detén este combate sin sentido y pelea contra la oscuridad!, ¡te ayudare a buscar a Ophanimon por cielo, mar y tierra!

Cherubimon ladea la cabeza, confundido, parpadeando varias veces, cuanto el juicio final ceso por el límite exclusivo de la técnica. De repente da tirones de las largas y macabras orejas en quejidos ahogados agitando la cabeza renuente. Taichi continúo decidiendo sortear en el conflicto interno de Cherubimon, soltando la barrera.

—¡No te rindas!, ¡tú, Ophanimon y Seraphimon me han ayudado bastante!, así que déjame a mi ayudarte, te prometo que te juntos encontraremos una solución.

—T-Taichi, Ophanimon, ella—pronuncio Cherubimon entrecortado filtrándose el antaño ángel en dilataciones de luz y oscuridad—El palacio… ¡Agh!, una emboscada. ¡Yo iba a lastimar a los h-humanos!, ¡no te acerques a mí!, ¡soy una amenaza!—su contorsionado rostro se desfiguró más. No recordaba la última vez que lloró, pero derramaba lagrimas sin decoro; lentamente regresaba al fondo del portal infestado de sufrimiento y arrepentimientos.

—¡No lo eres!, ¡espera! —Taichi hizo por ir a Cherubimon en largas zancadas envainando la katana y posteriormente tender la mano en luz cándida que más tarde lo engullo suprimiendo el calor y el aura naranja en el que palpitaba la muy sutil salpicadura de otra de tonalidad rosa inestable—¡No te vayas! (2)

—¡Aléjate! —una pomposa ráfaga de oscuridad brota de la boca de Cherubimon retrocediendo los pasos de Taichi que cruza los brazos en x plantando fiero los pies para no ser enviado al punto de entrada tal hoja de papel aun si habría surcos a medida que retrocedía.

—¡No! —contradijo Taichi redoblando esfuerzos estirándose todavía más, aunque del portal la cabeza de Cherubimon faltaba por poner el velo de la noche—¡Tu vendrás conmigo! —con el frente del báculo retarda el cierre e incrementa su anchura aprensando la mano la cual no recapacitaría en golpearlo, encargándose de la otra que golpeo el báculo al grado de hallarse a nada de trastabillar.

La consternación de los elegidos y digimon era palpable, el retenerlo en acudir en la ayuda desesperada a Cherubimon se esfumo ante la lentitud con la que reaccionaron, el calor emanando de Taichi y que dos de los cuatro digimon que conservaban su digievolución titubearon al ser tocados por la emoción de este, los juramentos sinceros y la increíble confianza que tenía en que lo salvaría.

El forcejeo duro un rato en los cuales la luz ganaba terreno. No obstante, en última instancia a la mitad del deseo de Weregarurumon de que venciera, Cherubimon manipula su peso impulsándose en péndulo reduciendo su altura para interceptar una patada en el abdomen de Taichi que lo llevo a doblarse y aflojar por instancias el agarre tosiendo por la gravedad de esta no viendo venir otra ráfaga de oscuridad más grande que lo hizo volar sin control, más allá de una lanza de rayo rojo entenebrecido que la defensa de la divinidad en el aire esfumo redirigiéndola a un transporte militar que reventó en el acto al dar de lleno en el tanque de gasolina.

—¡Ayúdalo Angemon! —exclama Takeru despertando al digimon de su transe, sin embargo, es Angewomon quien surge a recogerle a causa de Hikari que más conmovida por la preocupación que de cualquier tipo de sentir va donde Angewomon que consigue atrapar a Taichi y retenerlo en brazos.

—Angewomon, Onii-chan—les llama Hikari con el alma en un hilo, viendo de reojo mientras corría como Cherubimon había huido luego de que sacara a su hermano a volar. La onda del estallido solo llego acariciándolos en una ventisca de polvo que la obligo a entre cerrar los ojos en dos rendijas que no se despegaron de un Taichi más frustrado que decaído apretando y aminorando el agarre del báculo, desprovisto de luz y aura—¿Es…? —

—Está bien, afortunadamente no fue herido de gravedad—se adelanta Angewomon a decir, ayudándolo a restablecerse a la superficie plana, aunque mallugada.

—Angewomon no miente Hikari, me encuentro bien, nada de otro mundo y que descansando quite—afirma Taichi irguiéndose, pero a la par callaba el gemido que amenazaba en delatar la punzada que sintió al hacerlo con celeridad. El daño, aunque no tan pronunciado no descartaba alguna contusión oculta.

—¿L-Lo prometes? —pregunto Hikari con ojos cristalinos y voz quebradiza—T-Tuve mucho miedo de que te pasara algo malo…y-yo fui necia y… ¡no quería dejarte solo!, si te ocurría algo malo y no había nadie a tu lado, no me lo habría perdonado.

—Lo prometo—al decirlo Taichi es asaltado por un abrazo femenino sorpresivo que le roba un quejido extra tuvo que desplegar lo más quedito posible, más su desencanto fue notorio tras percatarse que la mínima presión le descargaba punzadas indeseables en las costillas, que cabía la probabilidad de que algunas de estas astillaran—Siento que hayas tenido que pasar por esto, pero ya acabo, MetalEtemon no volverá a molestarnos, ya no más.

—¿Y Cherubimon? —cuestiono Yamato apiñándose a cierta distancia con los demás, entorno a los hermanos—No le des esperanzas temporales si él sigue merodeando por ahí, ocupando el puesto de MetalEtemon en robarte.

—Estoy tratando de consolar a Hikari y tu vienes y te avientas a lo menso Ishida, que buen amigo eres—suspira Taichi siendo sarcástico el hablar incluso llegando a ser hasta irónico con el rubio, sus ganas de pelear le eran nulos; a estos extremos solo quería estar solo, pero por más libre albedrio que tuviera, su deber como ser humano le sometía a soportar tales circunstancias por la lejana ilusión de no perderlo todo, más en un periodo de silencio sepulcral las apaga, enfría cualquier alteración irregular como si esta solo fuese un caso temporal superado, cuan tropezón del que recobrarse y reanudar la partida, con el único lamento invisible puesto en Hikari que sería la más perjudicada—Cherubimon es punto y aparte, lo purificare cuanto se dé la ocasión, no es el verdadero enemigo en esta encrucijada.

—¿A qué te refieres?, ¿Cómo que no es el verdadero enemigo?, ¿hay más de los que no somos conscientes? —en su insistencia Yamato no se da cuenta de la barrera que Taichi puso en medio de ellos.

—Los hay. No recuerdo exactamente si lo mencione el día en que nos encontramos en los departamentos, se han estado moviendo asechando desde las sombras. Lo de MetalEtemon y Cherubimon nos está avisando de que han replanteado la táctica que han estado ocupando a una de ataque semi frontal. No antes que ellos dos, el aviso entro a nuestro mundo con los esbirros y luego con Bokomon trayendo consigo el digihuevo de Seraphimon—Taichi mira a cada rostro, humano y digimon por igual en corto escrutinio fijándolos luego en Yamato extendiendo la mano hacia este sin más rodeos. Yamato habiéndose sentido aún más invadido por los rasgados y azules zafiros de Taichi que parecían ver el interior de su alma, da un bote no atrapando la pista hasta que recapacita en que le señalan un objeto en específico.

—… ¿Mi digivice?, ¿para?... —

—Tu entrégaselo—de un salto e imprevisto manotazo bastante confianzudo Bokomon le arrebata el dispositivo zanjando las dudas impresas, no así creando otras al entregarle el digivice a Taichi.

—¡Oye!

—Ya me lo agradecerás, y se lo agradecerás a él, no hay mal, relacionándose con virus, que no localice, y si no es tarde, que no arregle

—No te preocupes no le hare ningún mal, es más siento que lo hayan tomado sin tu consentimiento—eran disculpas sinceras, aunque directas de Taichi que no se entromete en la pose de victoria y garantía de Bokomon—Pero la digievolución fallida de Weregarurumon a Metalgarurumon, es un tema delicado, desconozco que hizo MetalEtemon, la examinare de manera superficial y después que Kōshirō le dé otra revisión bastante más minuciosa—agrega, Yamato chasquea la lengua y frunce respectivamente las cejas, Kōshirō perplejo mas no intimidado realiza su movida al comentar lo siguiente al oírse mencionado con margen de que su granito de arena no sería menospreciado en la ecuación.

—No creí que congeniáramos en que MetalEtemon pudo haber dañado más a profundidad el digivice de Yamato-san, pero, ¿Cómo exactamente lo harás?, sin ofender.

—Veras—

—A mí también me genera curiosidad—se introdujo Sora con más mejillas enrojecidas—Y sino es mucho pedir…bueno, ¿Qué tal si nos cuentas de esa extraña fusión, de la llave, y esa extraña aura que emano de ti?, sigo impactada y no sé si logre conciliar el sueño adecuadamente.

—¡Hmp!, yo igual, aun si no te disculpas por querer mandarnos por ese portal—dice Mimi señalando dicha puerta ovalada con Palmon aun cargando.

A Taichi le escurre una gruesa gota de sudor por la nuca procediendo mejor a cerrarlo de inmediato abriendo uno a centímetros de él introduciendo el báculo que dibujo en el que conducía a la parada de autobuses, siguiendo con el recién delineado.

—¿Algo más? —no hubo respuesta—Lo del portal, mi intención creo que fue más que obvia, lo haría de nuevo si la ocasión se presenta, no me arrepiento de mi elección—un frío recorre a los jóvenes oyentes tras la confesión, las expresiones eran variadas e insonoras, Taichi siente a Hikari apretar la tela de la ropa, al igual que cree que las palabras anteriores que procuraban tranquilizarla le restaba validez, pero había que endurecerse y no irradiar debilidad por pequeña que esta fuera, ya avanzo un tramo, más retrasaría lo esencial relajando algunos cables de tensión; MetalEtemon y Cherubimon solo aceleraron modificando el orden de los acontecimientos — De cualquier forma, accederé a contarles despejando las dudas Kōshirō y Sora, si eso los calma aunque sea un poco.

Que se calmaran era pedir demasiado, en si era un simple vago sustituto de la incertidumbre no los estrangulara. No estaba respetando sus sentimientos como tal, mecánicamente imitaba el patrón educacional de los digimon.

—¿Qué rayos sucede contigo? —murmura Mimi dolida de que le no se tentara el corazón de responderle que no lamentaba el salvarlos y no pensar en irse con ellos a la seguridad que los aguardaba del otro lado del portal—Tú no eres así, l-la fusión…no, quizás te encuentras agotado que no estás pensando con claridad

—Mimi—musita Palmon sintiendo la tristeza de su amiga y elegida, trasmitiendo un sentimiento similar.

—Si eso debe ser—continua Mimi en un triste intento de convencerse, de lo que había escuchado tenía que ser porque no tenía la cabeza en su sitio, que estaba tan abrumado como ellos habiendo ignorado inconscientemente a Palmon y el cómo se obligó a sonreír en tales circunstancias—Lo siento, tampoco sé lo que estoy diciendo. No hablare más, me tranquilizare primero.

—…—Taichi muerde la carne interior de la mejilla inclinando su atención al digivice encogiendo el brazo procediendo a revisarlo a la altura de los pozos cafés de Hikari—No, si me agoto el enfrentamiento, el que no sabe lo que está diciendo es otro—barría nivel por nivel, desechando lo sano, repasando en las paredes estrechas de datos y pixeles codificados.

—Al menos dímelo a la cara, así no sentiré que me estas ignorando Taichi idiota—bufa la Tachikawa recelosa, Taichi alza la mirada hacia ella apuntando a repetir la frase, pero le es negada—No sirve si te lo pido ahora. Las tomare temporalmente como si te estuvieras disculpando más que nada, por la amistad de años que hemos forjado. ¿De acuerdo?

—Mimi—

—Pregunte que si estamos de acuerdo. Ya que todo esto se tranquilice me gustaría que me lo volvieras a decir desde el fondo de tu corazón.

Taichi asiente consintiendo que la Tachikawa se saliera con la suya. Ella sonríe ahora algo satisfecha paseando un mechón de cabello detrás de la oreja.

—Ya que han solucionado sus diferencias, ¿Qué les parece si retornamos a las explicaciones? —propuso Kōshirō—Nishijima-sensei y Himekawa-san podrían llegar en cualquier instante, y creo que, si están aquí, el ambiente será más denso de lo que es.

—¿No confías en ellos Kōshirō? —Joe alza una de sus cejas, Gomamon le ajusta los lentes por cotidianidad.

—No, Kōshirō-san lo hace más por onii-chan que porque desconfié de Nishijima-sensei y Himekawa-san—se atribuye Hikari a contestar como si ella se responsabilizara por el desplante ajeno hacia quienes hacían de superiores.

—Si, ya lo habíamos conversado—suspira Kōshirō—Y en cierto sentido nos serviría no tenerlos aquí, así que lo saque a relucir porque si no me equivoco por las observaciones que hizo Tentomon, Taichi-san desconfía más de Himekawa-san que de Nishijima-sensei, ¿no es así amigo?

—Fue más una corazonada—contesta Tentomon con humildad

Taichi se preguntó si había sido demasiado predecible como que para que Tentomon lo leyera y dedujera su sentir hacia Himekawa Maki, se enfocó en el digivice que por afectación habitaban grumos de oscuridad. Sin pronunciar palabra reestablece la luz en la palma infectando el dispositivo de este que expulso en un estallido los grumos. Al magnetizar la atención de sus amigos y de los digimon recapacita en que había descuidado el esclarecimiento pendiente al dejarlos que se distrajeran en pormenores.

—Les sugiero que no las toquen, no les garantizo que no se adhieran a ustedes.

—¿Adherirse? —pregunto retorico Takeru recordando las semillas de la oscuridad de hace tres años atrás.

—¿Su aspecto primitivo son como las semillas de la oscuridad? —indaga Joe—Si son como ellas se alimentarían de las emociones de su huésped.

Semillas de la oscuridad? —y como si fuera por arte de magia la voz de Wargreymon, floreció en los rincones del cerebro de Taichi proveyendo los datos de los que escaseaba del porque se referían a las semillas y brevemente el cómo se habían originado. (3)

—Tal vez sea otra cosa más dañina—exterioriza su punto de percepción Gomamon observando como estas se elevaban

—Solo si alcanza madurarse—a este grado del partido que oyera a Wargreymon era como una bocanada de aire fresco, aun si no le garantizara que se desfusionarian, en cuestión de minutos, de la noche a la mañana, meses, inclusive años; Taichi aguardaría por él el tiempo que fuera—En la actualidad en los humanos no haría más que daños estomacales, fiebre, y periodos moderados de alucinaciones—al tocarlas con la punta del dedo índice las purifica en esporas brillantes que luego son aspiradas por el báculo al moverlo hacia ellas—Los digimon por el lado contrario, puede que no lo conciban como una amenaza, no obstante, es de tontos fiarse si en su estructura no hay un anticuerpo valido que le expulse. Aun así, es más favorable que vayan a revisión temprana y que reciba el tratamiento adecuado—le entrega el digivice a Bokomon que, con una sonrisa contenida, pero más escurridiza de lo deseado, lo deposita a Kōshirō regresando ansiosa a su lado por la narración que se vendría, y por la impaciencia de igual de verter de lo suyo.

Lo cual llego en cuestión de nada de que le tirara de la capa suplicando por participar por el enjambre de preguntas mudas engendrado de un bache de respuestas.

—¿Puedo responder a la pregunta de Kōshirō-san?, ¿puedo?, no lo has explicado, seré breve, por favorcito, ¿sí?

Taichi agudiza los oídos no detectando pisadas inclinándose a su ubicación.

—Adelante, no hay terceros que nos corten la inspiración.

—¿Qué tanto sabe este digimon de ti? —interroga Yamato cada vez más convencido de que debió haber persistido en sopearlo horas atrás.

—Solo lo que sus ojos han visto más que lo que ha oído—contesta Taichi como si estuvieran conversando del clima y no de sí, retirando la capucha de los revoltosos cabellos cafés—Bokomon

—Si—el digimon carraspea dando inicio con la explicación de porque podía ver el virus, que era más producto de la habilidad única residente en los ojos, el cómo estos definían la magnitud de la infección o si la oscuridad es avanzada en el caso de Cherubimon, además si había o no probabilidades de rescatarlos sin culminar con su vida.

Taichi intervenía de cada cuando, despertando a Bokomon de sus fantasías puesto que había indicios de que por poco iba a contarles temas que prefería no involucrar, mediando más en el asunto de la purificación que en comparación con el digivice en Cherubimon lo iba a efectuar más en una técnica de extracción y purificación de los datos que regresaría a los afectados sin incentivar a daños colaterales, ya que lo que pudo observar el índice de sobrevivencia de Cherubimon era de una escala moderada. Y por moderada, desmenuzó al remarcar que se calculaba por la afectación del núcleo, que tanto fue alterado, consumido por la oscuridad y el virus en sí. Bokomon callo al sumergirse en la penúltima intervención.

Para referirse a la fusión Taichi lo paladea como el tema más caótico, pero a la vez no, al optar impulsar las emociones viejas de lo que sintió y no conto de Piddomon adaptándolas a la impredecible con Wargreymon, definiendo el incremento de los sentidos, y el cómo estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones, no obstante, la sonrisa que les vende ante esa tranquilidad torcida era más de una mueca que de una sonrisa de las habituales.

Con el aura, este lo sintetiza contando que descubrirlo no fue más que un mero accidente, que ni él entendía su repentina manifestación, pero si tenía la noción que de su presencia siempre le acompañaba ya que era la que concernía a los emblemas, aun si aquello no lo salvo de matar en el digimundo para sobrevivir dado que era preferible vivir a ser la presa de diversas especies de esbirros, como de digimon malintencionados.

El volcar el panorama a que Gomamon, Garudamon, Weregarurumon, Palmon, Angemon, y Angewomon demandaba tratamiento trayendo a colación el conflicto con MetalEtemon, a manera de tuviera sentido de que dependió de la fusión para detectar el virus y no previamente de ella, exigió de más destreza de parte de Taichi para que el enfoque de sus amigos no cavase en los desperfectos de la narrativa que ocultaba más de lo que todavía flaqueaba en contarles; ya sea por órdenes, por advertencias, consejos, peleas internas, no se concretaba a evidenciar la crudeza de que todavía arrope al mundo con su irregular renacer.

Con Meicoomon invento que sería no otra cosa que un intranscendente chequeo de rutina.

Mimi y Palmon, y sucesivamente entre los pares, se miraron entre si preguntándose si proceder al tratamiento, si convenia preguntar para enterarse tanto del virus debió haberse apoderado del núcleo.

—No tiene que ser ahora, tiempo hay—ofrece Taichi aligerando la carga excesiva sobre sus ya rígidos hombros— Por mi lado no hay que preocuparse, virus que entra, virus que es purificado, un ciclo desgastante, pero lento, mientras descanse y recargue energías mi condición será optima—en eso percibe a Nishijima acercarse proviniendo del norte, y a Himekawa del oeste—Es lamentable que no sea caso para las explicaciones, en menos de cinco minutos los tendremos aquí. Confiare en que no contaran que tengo la habilidad de eliminar el virus, ni siquiera a Mochizuki-san que, a simple vista, su relación con Himekawa-san es estrecha—contrae los dedos en el báculo, las respiraciones densas doblaron la pesadez en el ambiente al despachar a Mochizuki Meiko del cuadro.

—¿Piensas que su relación con Himekawa-san es perjudicial? —los parpados de Takeru cayeron ligeramente—¿No podría ser más beneficiosa para ti si es tan estrecha como mencionas?, prejuzgar a Meiko-san no te hace una mejor persona. Tiene motivo Mimi en pensar que tú no eres así Taichi-san, has cambiado.

—Ni tampoco seré la peor Takeru—Taichi respiro hondo—Mi impresión de Mochizuki-san no lo modificare, ella es una persona voluble a mi parecer, sacarían provecho de su relación, nuestros vínculos con ella son débiles, el favoritismo lo obtendrá Himekawa-san que abusara de su bondad y falta de resistencia. Aun si tuviera todas las pruebas que demostraran que no es fiar y se las mostrara, Mochizuki-san se congelaría, no actuaria con prudencia contra alguien más astuta y hábil que ella.

—¡Silencio!

—Aunque te niegues en admitirlo, este no es tiempo para dar vuelta atrás, incluso si tú quieres Takeru.

Porqué incluso si él lo quería, no podría hacerlo, esos días acabaron para él desde que su destino se enlazo con el Piddomon.

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Desde que se pusieron en contacto con Nishijima y Himekawa, Taichi callo, y su discusión con Takeru cesó; Joe sintió que incentivarla sería errónea, aunque no es que quisiera alborotar el avispero después semejante espectáculo desde MetalEtemon hasta las declaraciones, incluso Yamato parecía consciente y en menor grado lucia reñidor con Taichi, una clara mejoría para aquella amistad ruidosa como energética.

Siendo más atentos, el humor era como esa vez de las aguas termales, no, Joe diría que había disminuido unos grados más, incluso después de que los digimon desatendían sus digievoluciones para retomar su estado base. Bokomon era la única que no se había contagiado, pero había escogido mantenerse al margen.

—Fue un gran combate independiente de los riesgos—comentó Nishijima cuando los estaba monitoreando con Himekawa a su vehículo blindado—Solo te pediría Yagami-san que de ser necesario no te expusieras de nuevo a tales amenazas. Esto va también por la fusión, por poderosa que sea, me gustaría que no recurrieras a menudo a ella. Me da la impresión de que el daño que reciban igual repercutirá en ti cuanto esta finalice.

—No recurro a ella porque me guste—soltó Taichi tajante, barbilla alzada, ojos azules rasgados como los de un reptil de un atractivo azul centelleando, perforaron a Nishijima en eterna indiferencia—Las circunstancias lo ameritaba, eso es todo—voltea la cabeza hacia otra dirección—…Pero agradezco que hayan resguardado a mis padres y vecinos, no habría podido ocuparme de ellos y MetalEtemon consecutivamente—se sube el gorro de la capa.

Si reparaba en su vestimenta, Joe lo asemejaba a los caballeros de la época medieval a simple vista, y solo a simple vista puesto que había detalles de modernidad que antojaban a los príncipes guerreros de los isekai, que vaya la redundancia, su novia leía a menudo ya no tan en secreto como recién empezaban a relacionarse.

Semejante fachada, para alguien que no se tenía garantía si omitió información, si conto lo justo tan siquiera porqué lo experimentado nadie se lo quitaría, las cicatrices que lo adornaban no las coleccionaba porque sí.

Con el caso de las impresiones, no descartaba que la Nishijima Daigo era bastante aguda, Joe al igual lo creía, solo habría que recordar el abrazo de Hikari y el cómo Taichi comprimía los labios en dolor. Su otra impresión consistía en que si, en efecto, daba su brazo a torcer mas no por entero, motivos había muchos, pero algo le decía que era por algo más profundo y siniestro que lo sometía a sacrificarse en discreción desligado de los ojos de los demás.

—"¿Por qué pretende abarcarlo todo por sí mismo?, la aspereza con la que es inmiscuido raya en la crueldad" —un haz de luz de él revisando una libreta de notas dañada le araño punzándole en un desafiante zumbido los oídos—"Si nos hubiera dicho aquel día en el hospital, no se habría sentido rechazado, lo habríamos aceptado de igual forma. Hubiéramos buscado como pretender en el digimundo que no estábamos enterado de su situación" (4)

¿Qué era eso?

—Joe-senpai

¿Por qué estallo en un parpadeo en sus narices?

—Joe

—Kido-san responde.

¿Por qué se veía tres años en el pasado lamentándose?, ¿Por qué el contenido de la libreta lo ponía tan mal?

—No responde.

Le entumecía el habla, no sintió cuando suaves golpecillos le acaloraron las mejillas, ni cuando equivoco su eje de equilibrio y estaba por caer de bruces y que varios le sustentaron.

—Resiste Kido-san. Hay que llevarlo adentro, mientras no paren de llamarlo. Si en el trayecto empeora iremos al hospital.

—Sus hermanos son doctores Nishijima-sensei.

—Bien. Avísenme si ocurre algo, mientras conduciré hacia el hotel donde los hospedaremos por hoy.

Cuanto vino a despertar miraba a su alrededor empañado desorientado sentado en el vehículo conducido por Nishijima y vigilado por el retrovisor por Himekawa de copiloto con expresión adusta descompensando las delicadas facciones femeninas de su rostro.

—A-Acaso… ¿estoy llorando? —susurro Joe no acabando de reaccionar, gotas de agua emergieron descendientes a la barbilla y de la barbilla a sus piernas en la tela del pantalón.

—Joe-senpai, ¿te encuentras bien?, tratamos de llamarte, pero no reaccionabas—Sora impuesta a centímetros de él, le retira los lentes y ayuda a limpiarse las lágrimas junto a Gomamon.

—E-Eso creo. ¿Me fui por mucho rato?

—¡Ya regreso! —aviso Mimi reanimada que había estado rezando en secreto porque no se tornara verde, de lo contrario levantaría los pies sin distinción.

—Te perdiste por minutos—responde Gomamon, pero su ceño se frunce al notar que Joe desvió la mirada a una de las esquinas.

¿Sera cierto que aun pretendes abarcarlo todo justo como en aquel recuerdo Taichi? —a Joe le remordía el sentimiento de que se duplicara aquel desconocido mal en la actualidad, si sucedía, no sabría de donde jalar para abordarlo adecuadamente. No pudo evitar sentir un pequeño estremecimiento recorrerle de solo imaginar el trasfondo de la historia por la que transitaba aquel Joe.

De la libreta dañada rescato pequeñas frases dispersas, de las cuales, las que más se quedaron grabadas en su cerebro era que Taichi se refería asimismo como un conector entre ambos mundos, que no lo había buscado, pero vivía debajo de las reglas de alguien más, y que la fusión al ser irregular…

—¡Joe!, ¿me estas escuchando?

—Lo siento Gomamon, ¿Qué decías?

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Donde fueron a dar era un edificio que alquilaron exclusivamente para ellos, Mimi se daba una idea de cuanto debió haberles costado y usado los fondos del gobierno para solventar tremendo gasto. Constaba de veinte pisos, que distribuía a los hombres y mujeres agentes de la misma organización que trabajaba Nishijima y Himekawa, sus habitaciones, como la de los Yagami. Hasta la cima la terraza de estar equipado con lo esencial, nada ostentoso. Su habitación estaba en la cuarta planta junto al del resto de sus amigos, pero iría a visitarla más tarde que fuera la hora de dormir, si es que el sueño la arropaba, sus ojos estaban vivaces, sin la pretensión del cansancio con que su cuerpo se quejaba retiradas las veces. El comedor redondo en el que los ubicaron antojaba más para una festividad que para reunirse a comer con caras apagadas sumidas cada quien en sus cavilaciones, si le soportaba era más por orgullo que por aceptar que ella igual quería manejar un semblante similar.

El evento de las aguas termales, lo vivían por segunda ocasión como si no se hubieran marchado de ahí jamás. Lo odiaba, odiaba que su regreso a Odaiba se convirtiera en esto, odiaba que se sintiera como si estuviera destinada a revivirlo.

Pero, lo que más odiaba era que dicho reaprendizaje le resultara turbadoramente nostálgico como si no hubiese sido una segunda, sino más de las que habría siquiera anhelado asistir. Justo en la mañana amaneció llorando agitada y sudorosa, Palmon le había dicho que la había tratado de despertarla porque estaba teniendo una pesadilla, pesadilla de la que solo conservo las angustiantes sensaciones que le contraían el pecho.

Ahora que recapitulaba, Joe lloro igual que ella, pero él no dormía, ni ocupaba la cama de su habitación, sino que cayó en algún tipo de transe del que rememoraba alguna vivencia amarga; no emitía ruido, su mirada se hallaba desenfocada, ausente, andaba por andar, a su despertar mintió de que se había enfrascado en problemas personales, sus estudios y demás tonterías que la llevo a perder por ese trayecto al hotel el decirle que no le creía en lo más mínimo.

Arrugo la nariz picando agresiva con el tenedor el trozo de carne rebanado en piezas no uniformes. Su intuición le decía que se debía a lo ocurrido en los departamentos, y esta rara ocasión se equivocaba. Masco el trozo entre tanto la mirada le viajaba con ceros aspiraciones de que le preguntara que la impulsaba a dicha acción, y vaya que la tuvo razón en especularlo. Entre una de sus tantas idas y venidas una descomunal pila conquisto a que sus castañas cejas se alzaran anonadadas en la zona que daba casi frente a ella, a dos sillas desplegada de su frente donde su figura se reflejaba devuelta en dos zafiros azules que no expresaban más que una muy liviana culpabilidad que los platos no cubrieron en contraste de la otra mitad de debajo de la cara.

Taichi—Mimi pronunció a sus adentros al dueño de aquellos ojos que la hizo recriminarse por derramarse por dentro maravillada por valientes hazañas que dejaron a una herida e indefensa Hikari que ni el sol la calentaba, y que por último la orillo a toparse con un muro solido en su pequeño intercambio verbal en la que ninguno de los dos salió vencedor; aunque en el fondo admitía que sus temores de que los atacaran no tuvieron las de malograrse, fue la terquedad de ellos la que lo invalidó.

Descubrir que estaba pasando y porque, requería del apoyo de todos en conjunto, así lo veía, pero la colaboración como tal solía ser dispareja, en un desorden que no ostentaba de pies ni cabeza. Se supo extraviada, no estaba en una situación cómoda de digerir lo que se avecinara; no es como si Taichi se empeñara a hacérselo más sencillo, podría ser caprichosa mas no estúpida, notaba que tenía sus reservas para con ellos, como si le costara relajarse, en pedir ayuda, en sacar sus pesares sin la inseguridad de ser juzgado y reprendido por ser calificado de poco aguante.

—Mimi—Taichi señalo su comisura derecha, pero por la pila de platos el mensaje no se transmitió adecuadamente.

Mimi parpadeo ladeando la cabeza con extrañeza después de la abstracción a la que aquellos hipnóticos ojos la encasillaron. La carne resbala por la garganta en la confusión del momento, Joe que estaba en uno de los lados junto a Taichi imito la seña con cierta timidez, ella enrojece avergonzada luego de leerlo, estaba por traerse la servilleta a la boca, hasta que Himekawa toma las cartas en el asunto incrustando un puño exasperado en la mesa a la par de un crujir de modestos palillos sin aprovechar.

El golpe desencanto de su trance a la mayoría que pego un merecido bote, Mimi arrugo la servilleta en el sobresalto, en cambio Taichi portaba un semblante estoico, con los sentidos en estado de alerta, expectantes, mano debajo del mantel tanteando el báculo recargado en medio de las piernas.

—¿Hasta cuándo pretendes estar callado mocoso? —riñe Himekawa hastiada—Realmente me estoy hartando de que no obtengamos ni un misero aporte de información de tu parte. Hoy varios resultaron heridos, no tenemos la remota idea de lo que nos estamos enfrentando, estamos prácticamente luchando a ciegas—gruñó irguiéndose tosca del asiento—MetalEtemon fue claro, te quería a ti, como tal, no veo porque no tengas conocimiento que requerimos para prepararnos.

—Himekawa, basta—Nishijima le retuvo de la muñeca severo.

—¡Basta tu Nishijima! —en un arrebato de rabia Himekawa arremete agitándose el agarre sin reparar si se lastimaba, si heria a Nishijima con su desplante—¡Es culpa de tu flexibilidad que Yagami este burlando nuestra autoridad!

—Y yo te había dicho que imponernos en demasía hará que nos rechacen—Nishijima arrastro la silla situándose a la altura de Himekawa—Nos inmiscuimos en sus vidas sin su consentimiento, además los trajimos aquí en contra de su voluntad aun si directamente no lo expresan. Contrólate, es lo único que pido de ti.

—Controlarme no les regresara la salud—gruñe Himekawa—Nuestros esfuerzos habrán sido inútiles sino contamos con que defendernos.

—Maki, ¿acaso tu?... —

—Eso no es cierto, nos tienen a nosotros—refuto Yamato molesto robándole sin ser consciente las palabras a Mimi—Agradecemos lo que han hecho, y no dudo que aquel cerebro de pájaro también lo esté.

—¿Cerebro de pájaro? —murmura Taichi procesando tardíamente el agravio, Hikari tosió disimulando que la referencia le había causado relativa gracia que contagio a Mimi que se tapó los labios con la servilleta, Yamato prosiguió ignorándoles recto en su postura.

—Sus esfuerzos no son inútiles en lo absoluto. Haremos lo que tengamos que hacer y contaremos con ustedes para que nos ayuden a proteger lo que este lejos de nuestro alcance. Por lo que si van a pelear más entre ustedes háganlo en otro lado, porque si no seré yo que burle su autoridad y me vaya de este lugar en el que nos han ido a meter.

Himekawa apretó los dientes colérica, al grado que Nishijima le preocupo que se volviera cada vez más irracional. Ella no tardo en encarar al rubio más grande que le miraba fijo.

—Insolente—

—Bien, bien, nosotros nos adelantaremos a descansar—corto Nishijima sujetándola por los hombros comenzando a alejarla de la mesa a costa de los reclamos y lo que pudiera sucederle—Mañana platicaremos más relajados sobre el tema de interés—les sonríe acostumbrado a que apostar su pellejo por el bienestar de otros.

—¡Nishijima!

—¡Disfruten la comida!

—Se la ha llevado—masculló Sora luego de que los dos adultos cruzaran por la ancha puerta de cristal con las puertas abiertas de par a par.

—Literal—asintió Biyomon

—Himekawa-san posee un carácter muy especial—menciona Patamon.

Mimi estuvo de acuerdo con el comentario, esta noche no lo olvidaría, ni tampoco olvidaría los accesos de ira de aquella mujer que fue en el pasado la novia de Nishijima Daigo que disfrutar del resto de la comida sonaba a broma. Después de alimentarse agradecieron por los alimentos partiendo en bola a la sala de estar, no le habría importado las cámaras de vigilancia en las esquinas de no ser porque Bokomon le preguntaba a Kōshirō que era lo que estaba pegado en las paredes siendo Tentomon que se adelanta a responder.

—Son cámaras de vigilancia, tal como su nombre lo dice monitorean tus movimientos las veinticuatro horas del día, lo que hagas será grabado y almacenado en un dispositivo electrónico en el que pueden repetir el video cuantas veces sea necesario. Si robas, si rompes los objetos o materiales del hotel lo reportaran a los encargados.

—Monitorear…—reflexiona Bokomon

—Es como Gennai, solo este es estático—simplifico Taichi desde el fondo—Diría que entrarían los seguidores de las cuatro bestias sagradas, y los Royal Knights, pero son de una categoría aparte.

—Si es así, hace un gran trabajo solo que a menor escala—Bokomon pega un puño contra la mano extendida armando el rompecabezas—¡Los humanos sí que construyen cosas maravillosas!

—Lo son—suspira Joe—Pero no todas son convenientes, unas causan más destrucción que paz.

Bokomon iba a preguntarle a que se refería con eso, pero habían llegado a la sala de estar, Mimi pronto se apodero de uno de los tres muebles pequeños verdes del lugar, Yamato del segundo y Takeru del tercero, Kōshirō tuvo el atrevimiento de esperar a Taichi con más timidez que vergüenza para pedirle de favor que creara un portal a su oficina, Taichi pareció meditarlo por segundos antes de acatar dicha solicitud.

A Mimi casi le da algo porque el pelirrojo entraba depositando su seguridad en otro más y en cinco minutos ileso reaparecía con una mochila en la que se asomaba la portátil.

—Gracias, puedes cerrarlo, no necesito nada mas de momento—agradece Kōshirō—Es una habilidad útil, con ella a tu disposición debe ser fácil trasportarse de aquí allá.

—No exactamente—contesto Taichi a la par que la cerraba—Es un tanto más complejo, pero, en resumen, hay pautas de sus contras que fui memorizado en la práctica—al terminar escoge sentarse en el barandal del diminuto balcón, sin notar que Hikari le reservo un lugar a su lado, aunque recargar la mano en el cojín no brindaba una inclinación eficaz para alguien cuya densidad se elevaba.

—¿Practica? —indago Mimi—¿No los digimon ya por instinto dominan sus técnicas con …destreza? —la pregunta aun siendo inocente, toco una fibra delicada desconocida—¿Por qué contigo no aplicaría la misma ley?

—Soy…—Taichi pauso deliberadamente por el desliz a nada de cometer—Lo dejare a tu interpretación ya que yo descarte los factores—mintió retirando su mirada del grupo en dirección a la luna—…Me canse de preguntármelo a menudo, así que permití que siguiera su curso—alzando una pierna flexionándola apoyando la planta en el tubo, con la sobrante puso el talón en el tubo continuo, luego disuelve el báculo en una katana que almaceno en un enlace brillante de palmas.

Takeru iba a protestar, pero Mimi por medio de un gesto le dijo que no venía al caso, en otras palabras, que estaba conforme con la respuesta por ahora, obvio que mentía, pero lo paso por alto por el asunto de las cámaras de vigilancia y que ni ella estaba cómoda siendo monitoreada; como añoraba la privacidad de su casa, un reconfortante baño reparador en la tina, chocolate caliente, y la comodidad de una cama familiar.

Chillo por dentro, mordiéndose los labios para no hacer pucheros ante tal privación pasando a observar a Yamato rejuntarse a Kōshirō que conectaba el digivice a la portátil y tecleaba un sinfín de datos diligente. Gabumon se adhirió al par tal cual lapa, ni que decir de Tentomon sobrevolaba atrás con Biyomon que trajo a Sora que invito a Joe y Gomamon que sumaron a Hikari y Tailmon quienes integraron a Takeru y Patamon que en secuencia las arrastraron a Palmon y a ella; estaba demás aclarar que no tuvo la oportunidad de ser la cadena que incluyera a Taichi en la ecuación, Takeru la contrajo en reflejo, como si supiera lo que estaba por hacer.

En el monitor se plasmaba el rastreo del estudio realizado al digivice de Yamato, cosa que Mimi no pudo desatender, menos si esta tenía a Kōshirō traduciendo lo arrojado en una cabal catedra que regularizaba sabiamente el tono en que lo exteriorizaba. Quizás estuvieron así durante media hora, pero luego de que terminaran aquel punto y que el digivice fue retornado a su dueño original al no encontrarse rastros de contaminación, Kōshirō ordeno a Tentomon entrar al ciberespacio virtual que monto en una de las tantas travesías a su oficina determinando si lo mencionado por Taichi se fortalecería o destronaría.

Mimi se mordió la uña del pulgar ansiosa, muy ansiosa de verdad, la espera de los resultados la carcomía, la esperanza de que diera negativo estaba a flote, olía la suya y la de todos los demás, la de Kōshirō era la más intensa puesto que se trataba de la vida de su digimon la que se encontraba en el juego. Palmon se abrazó a ella con atisbos de inquietud tallada en el rostro esperando que dictaran la sentencia que los liberaría o condenaría a todos por igual.

—P-Positivo—tartamudeo un pálido Kōshirō desconcertado tras un largo periodo de mudez, respiro profundo antes de que las pésimas noticias adornaran los oídos de los elegidos—Tentomon y los demás están infectados tal como mencionó, aun si lo aplicara a cada uno en específico, como ustedes lo observan, el resultado saltante sería idéntico en contraste con el porcentaje que el virus haya monopolizado.

—N-No…no puede ser cierto—dijo Sora respirando casi con dificultad haciéndose de Biyomon.

—¡Maldición! —grito Takeru abatido pagando su ira al techo—De todas las cosas, tenía que ocurrirnos esto.

—Pudo haber sido peor, pero no fue así—agrego la nota agridulce Hikari dando un vistazo rápido donde Taichi que para su desazón meditaba mirando distante las ventanas de los edificios opuestos—La solución habita y respira el aire que respiramos, por lo que aún hay esperanzas—y aun declarándolo la sumía en melancolía que hacía por borrar.

—Si, quizás hasta sea hasta algo que aporte un soporte de emergencia para futuros encuentros—hablo Gomamon sin tapujos optimista, pero a fin objetiva que cualquier comentario de Mimi fue descartado de tajo ante el anonadamiento, en el cual Joe no tropezó, sino que demuestra un descontento inexplorado.

—Es correcto, sin embargo, como te refieres a él suena inapropiado Gomamon, por si no fuera poco, si hay daños o no en su elaborada unión, nos haríamos codependientes, confianzudos, sin medir en las consecuencias, y por último desgastaríamos el extremo contrario.

Extremo contrario, Mimi sobreentendía a que o quien describía Joe, apenas procesaban lo dicho que el solo ruido exterior y tap de Bokomon al abandonarlos le hizo salir de su trance.

—Antes de pregunten como di con ella, es un asunto que quisiera tratar en tu oficina Kōshirō-san, y ver si me puedes ayudar a comprenderlo—Joe anticipo el gesto del pelirrojo quien estuvo a punto de abrir la boca para preguntar el cómo había dado con tal conclusión—Si ustedes gustan, también pueden ir, entre más implicados, más favorable para mí. Así con eso fuera de mis pensamientos podría concretarme más a estudiar—al mencionar los estudios en cómica angustia varias risas surgieron en la sala aligerando un poco la tensión en el ambiente, que incluso embiste a un huraño Ishida que relaja sus facciones en el acto.

—Siendo ese el caso, vayamos a descansar, mañana veremos si podremos retomar nuestras actividades, y reunirnos después de clases en la oficina—concedió Kōshirō entre tanto Tentomon se reunía con los demás digimon.

No obstante, era un método para destensar al grupo entero en la que estuvieron más que de acuerdo, Yamato vacilo, pero Gabumon logro convencerlo de desalojar la sala, lo mismo sucedió con Hikari siendo Tailmon la responsable de cumplir con el papel de hacer que fuera a descansar con Sora haciéndole segunda; Mimi por su parte aminoro su marcha quedándose en el umbral de la puerta viéndolos partir a su respectivo destino, siendo ella la que más dudaba en irse, lo cual las mando hasta el final por su afanada indecisión. Indecisión que la envió a retornar el lugar que deshabitó y Palmon a plantarse a hacerle compañía.

Duraron sin dirigirse la palabra por largos minutos en los que Mimi no soporto el estarse quieta, así que se enlisto a preparar té para cuatro personas, más bien para dos humanos y dos digimon, no teniendo de otra que emprender la búsqueda de lo que necesitaba pensando en el trayecto que lo más viable seria que hiciera de sobra si es que no colmaban su sed su sed de la bebida caliente de manzanilla con canela. Palmon prácticamente trotaba tras de ella porque había emprendido sin avisar y la desfachatez de apropiarse de los elementos que suplirían sus necesidades, en los que demoraron su regreso a la sala de estar con vasos de cerámica puestos en una sencilla charola de plástico y una tetera de acero inoxidable de mango de agarre ergonómico con textura revestida en goma. Al depositar la tetera Palmon en la mesita que se ubicaba en el centro de los muebles, Mimi le entrega su vaso afable.

—Aquí tienes Palmon, no tienes que preocuparte si luego de tomarlo te gana el sueño, el té que prepare es un relajante en sí, llevare los otros a Taichi y Bokomon, ambos tampoco se han retirado de aquí. Sirve que lo haga tumbarse a dormir—le guiña el ojo

—Mimi…—a Palmon le pareció una acción noble de la Tachikawa—Buena suerte, creo que lo conseguirás.

Mimi sonríe complacida por los buenos deseos de Palmon depositando un agradable beso en la frente para después girarse rumbo al diminuto balcón en el cual Taichi sin voltear a verla se tronaba los nudillos, hombros, cuello y columna, ritual con el que destensarse del estrés cursado tras desaparecer con esfuerzo ropajes y armaduras quedando la habitual vestimenta humana a excepción de las alas, aunque solo duro el tiempo que requirió para relajar los músculos; de tal esfuerzo le emergió sudor perlado en la frente y frunció aquel ceño castaño anteriormente sin alterar conmocionando sin saber a Mimi que al sumirse en increíble maniobrada alteración se distrajo de no tropezar, palidece, asustándose del desenlace que tendría, se quemaría y mojaría la ropa, ya lo pronosticaba, se avergonzaría así misma todo por despistada.

Cerro los ojos por reflejo convencida del mal auguro, aunque este nunca se figuró, sino que se modificó en que rodearan su fina cintura en un afianzado agarre que la posiciono en un ejercitado torso, llegando luego a sus oídos la colisión en el plástico de la porcelana y agua reencontrándose salpicando unas cuantas gotas en la charola. Lentamente y con cierto temor Mimi destapa uno de sus hermosos ojos, encontrándose con otros dos rasgados y de color zafiro poco dilatados en alivio por haberla resguardado de cometer tal común error humano.

La luz que los iluminaba le daba un efecto más misterioso e hipnotizante que volcó el corazón de Mimi al tenerlo a tales escasos centímetros que no se dio cuenta cuando el otro ojo lo abre sintonizándose con su respectivo par. Al fondo Palmon suelta un jadeo, Bokomon se cubre la boca de la impresión y una picardía naciente con la que retrocede unos pasos con la finalidad de tener un mejor ángulo con el que deleitarse.

—¿Mimi? —pronuncia Taichi que para Mimi sonó como un arrullo que ignora con facilidad más recae en las pequeñas cicatrices atenuadas que con las yemas de los dedos que en su estupor delinea recurriendo eventualmente a la mandíbula donde la tracción de los músculos masculinos la sonrojan, más aún si no las aparta, sino que continua su expedición estropeando a la larga sus propias mejillas con delgadas líneas de lágrimas que desacata.

—Eres un atrevido, ¿ya te lo habían dicho? —le susurra Mimi en un torpe intento de reproche posando nuevamente su mirada en la de Taichi que la cabeza en extrañeza, sin burlas, ni comentarios cáusticos reponiéndola fija en el suelo cuan pieza de cristal a preservar.

—No que yo sepa o haya oído—tardo, pero Taichi procuro devolverle una respuesta, aunque una algo ambigua mientras limpiaba la corriente de agua sin la incursión de las garras capaces de herirle la piel en cortes superficiales e inofensivos dependiendo de la influencia que ejerciera—Pero el que llores me hace pensar que hice otra cosa mal, ¿o es que te entristece cómo me hice estas cicatrices?

—... — Mimi le sujeto con más urgencia muda, evaporando el sonrojo despertando de una vez por todas del trance contradiciéndole con movimientos férreos de cabeza que hundió en el pecho gimoteando—No, no, no, déjate de tonterías, ¿Por qué no te desfusionas ahora para que seas el mismo Taichi de siempre?, quiero escuchar al original tu sin esto estorbando, y si este no tiene nada que ver, ¿Qué te han hecho para que pienses y te comportes así?

—…—Taichi no transmite palabra alguna, tampoco hace por apartarla de él, y como el que calla otorga, Mimi aun deslizando las manos inertes a los costados toma una leve pausa en el que suspirar varias veces antes de volver abrir los labios.

—Si te pregunto fuera del hotel, ¿obtendré una respuesta de tu parte?, porque si soy honesta contigo, estos días sentido que nos alejas más de ti que me duele…hoy duele más ya debes imaginar por qué no quiero ser repetitiva, pero aun así lo estoy haciendo cuando se supone que solo te ofrecería té caliente.

Se sentía como una tonta, ahí en ese balcón al soltársele la lengua demás y ponerse exigente cuando sus intenciones era debilitar la guardia del guardián como recordarle que tenía amigos con quien aligerar sus penurias, pero ya lo había dicho, y lo hecho, hecho esta, así que ya no le veía lógica si se contradecía todavía más. Batallo por reunir paciencia y otro rebrote de hormonas no sacaran a relucir su faceta más agresiva y caprichosa, en ese lapso en que no se dirigieron palabra alguna, aunque eso le costó que se tambaleara por un sorpresivo abrazo incompleto e inseguro de Taichi.

Mimi oía los latidos de Taichi algo acelerados en los primeros segundos, luego se hicieron más calmados y armónicos conforme ella no oponía resistencia calmándose de a poco, aunque su cercanía que invadía la intimidad de sus correspondientes lados le daba el sentimiento amargo de que a Taichi le quemaba como si creyera que no lo mereciera; indignada le rodeo con sus suaves brazos, creía absurdo que esa ideología atrapara a uno de sus amigos más allegados.

Sino funcionaba en ese preciso instante no le importaba, solo le haría saber que merecía afecto igual que cualquier otra persona, aunque no era uno cualquiera, era mas especial, con sus defectos, pero a fin de cuentas especial.

En uno de esos momentos que se hacían eternos, una fría ventisca la encoge castañeándole los dientes.

Que frío—pensó Mimi, estando por sugerirle que fueran adentro, hasta que es tapada por el suave plumaje dorado sorpresa que la llevo abrir en grande los ojos y sonreír por debajo de lo reconfortante que estas eran agregando el tenue murmullo de Taichi que podía quedarse ahí hasta que se hartara. Estaba por hacerle caso y acurrucarse, pero recordó por segunda ocasión que no había venido para nada de lo que estaban haciendo sino para beber el misero té que ni oportunidad tuvo de saborear por las prisas—¡El té!, ¡Taichi el té ya debió de haberse enfriado!

—Tranquila aquí lo tengo, lo calentare para los tres, no tienes de que preocuparte—Taichi abre un poco las alas de modo que viera la charola con los vasos y la tetera.

—Pero hay que ir a la cocina, y, y…—

—No será necesario, tu quédate tranquila, yo me encargo—y nuevamente es cubierta, mas esta vez no estaba el brazo de Taichi, sino que este se escaba ocupando de algo mas que Mimi no pudo visualizar además de una luz más intensa y naranja aclarar el sitio donde estaba, aunque luego de la espera da un bote por el chirrido de la tetera.

Taichi había sido sutil en verter devuelta el té en la tetera y calentar apartado de la charola y los vasos con fuego nivelado de la boca que por breves instantes los prominentes colmillos superiores resaltaron más de lo usual, que tras cumplir su cometido sirve el agua caliente y los reparte esquivando sus plumas al entregarle el suyo a Mimi que deshizo el abrazo, luego a Bokomon quedándose con el restante.

—G-Gracias—dice Mimi atónita, pero al fin y al cabo mas estable que la vez que el chico se safo de MetalEtemon a nada de que todavía le sorprendiera el doble o triple tras la fusión, y en medio de esta el que finiquitara con aquel digimon de aspecto sofocantemente similar al de Leomon—Me ahorraste la ida, es largo el camino de aquí a la cocina… ¿no te quemaste por usar fuego?

—En lo absoluto—Taichi sorbe del té recalentado luego de haber colocado la tetera a su sitio de origen—Ten cuidado al tomar, creo que en tu caso serás tu la que se quemara, me sobrepasé y lo herví por error.

—No te preocupes, puedo esperar…y esperarte cuando te sientas listo, te lo prometo—dijo Mimi aquello ultimo mas para si que para Taichi, olvidando el minúsculo detalle de que este si la había oído porque tal como los digimon, su sentido del oído era escalofriantemente agudo.

De no haberlo hecho, enrojecería a escalas monumentales y rogaría que la tierra se la tragase y expulsara derechito a Estados Unidos.

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Si sobrevivieron y llegaron hasta aquí, significa que podrán leer algunas curiosidades que se vieron en este capitulo extenso :D, pero antes que nada responderé a los comentarios del anterior, en el siguiente quienes comenten les resolveré también algunas dudas que tengan, y si quieren enviar saludos también con gusto se los responderé:

Luna-chan05: Hola, me alegra verte por aquí, espero que te haya parecido igual de entretenido este capitulo, gracias por tu voto sobre el Rei x Taichi, muy pronto Rei aparecerá, no te lo pierdas :3.

Mac1826a: Hola, en este capitulo se plasmo alguno de los problemas que tiene y tendrá Taichi con respecto a la fusión (tener que practicar para perfeccionarlas, la permanente duda de cuando volverá a su estado base, y que Agumón regrese, repercusiones que le afecten permanentemente o no, ese caso estoy pensando en que podría ser, tengo algunos pero he estado descartando, y agregando por lo que estas no se reflejaran pronto, eso si la idea no esta descartada puesto que se me hizo muy interesante de aplicar), y digamos que en poder también en lo que cabe, porque derroto a MetalEtemon sin dificultad, pero en si esta esconde todavía mas secretos de sus poderes y que tan lejos es capaz de llegar con esa cualidad, como el hecho de que puede usar su anterior Katana como si nada cuando normalmente los digimon no pueden usar artefactos de sus anteriores digievoluciones o también el detalle de la flama que salió de su boca, un guiño de una de las etapas de su compañero digimon. ¿Qué mas podría usar a su favor?, eso se vera a lo largo del finc. Y bueno, aquí también ocurrió un evento que activo un recuerdo perdido de Joe, ¿Y porque Joe y no alguien mas?, bueno, sentí que debía de comenzar con el mas grande del grupo XD, lo de los familiares y personas externas, eso también se vera mas adelante para no spolear mas de la trama que se vendrá :3. Fue un gusto leerte y recibir el apoyo sobre el capitulo 8, que por cierto que corregí para futuros lectores.

Miriamcvr18: Hola :3, gracias por seguir este fic, si se siente algo de pesar por la situación que pasa Taichi, al pobre le llovizna o mas bien le graniza porque no sale de una para que vengan mas llenarle de situaciones estresantes que en el otro fic apenas van poniéndose las cosas de color de hormiga como esta sucediendo en este y eso que no saben sus amigos todo lo que esta detrás de lo que les contó, la pobre de Hikari ni le soltaba, ¿te imaginas si se entera de todo lo demás?, ella es un manojo de emociones y pensamientos descontrolados. Hizo falta darle a los demás su espacio para ver mas a profundo lo que pensaban pero eso lo dejare para el siguiente capitulo ya que sino me extendería todavía mas y ni idea si fanfiction tenga un limite de cuantos números de palabras tolera.

Olcrian: Hola, me sorprendió verte por otra pagina que también publique el fic, espero que te encuentres bien, el año que viene subiré otro capitulo, y bueno si tienes alguna duda que te haya generado el fic me dices con toda confianza al igual que con todos. Saludos y buenos deseos para este mes lleno de festividades.

Notas de curiosidades sobre el capitulo que no pidieron pero aquí esta :

(1).- La frase que dijo MetalEtemon sobre la llave, es una pauta de que Taichi no era precisamente a quien iban a escoger para que lo fuera, sino que solo tuvo la mala fortuna de ser seleccionado, un accidente en otras palabras. El como mas o menos ocurrió se ve en el otro fic de digimon que parece una historia paralela a esta pero no lo es, tiene bastante que ver con esta. El que no le halla avanzado es porque planeo que "Ángel guardián" tenga mas capítulos para que no vaya tan a la par.

(2).- La sutil tonalidad rosa tiene un importante rol, ¿recuerdan que Taichi tiene que practicar (entrenar) para manejar mejor sus poderes?, bueno esta es una de ellos, ¿pero de que manera?, solo les diré que también esta relacionada con la llave.

(3).- ¿No les parece raro que Wargreymon recuerde cosas que Taichi no?, eso se ha visto a los inicios del fanfic, sin embargo también Wargreymon no recuerda eventos que Taichi si recuerda o esta comenzando a recordar, es como un dar y recibir, a lo que esto genera otra curiosidad sobre como los personajes perdieron los recuerdos.

(4).- Este punto es o se podría decir que es el mas interesante y curioso, ya que Joe recordó un tanto de lo que paso tras descubrir las libretas con notas del Taichi de tres años atrás, lo que lo ha hecho mas consciente y curioso, ¿creen que esto motive a los demás a comenzar a moverse una vez que Joe se los cuente? o, ¿quizás se lo contara al mismo Taichi primero?