Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen, son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro, solamente con el fin de entretener.

El Fanart que utilizo como portada le pertenece a @Ranma.Love.Akane


~.~. CoRazón DelatoR .~.~

Capítulo II

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Recorrieron algunos kilómetros hacia el norte, el frío ya estaba comenzando a sentirse más fuerte.

Ranma le contó a Akane que alquilaba una pequeña casa cerca del Dojo de su padre donde impartía clases además de seguir entrenando, por su parte ella le contó que seguía viviendo en casa de su padre pues su hermana mayor había contraído matrimonio hace unos años con el doctor amigo de la familia y su hermana del medio vivía en el barrio de Shinjuku con su novio abogado en un apartamento. Cómo su padre era viudo y ella era la heredera del Dojo lo correcto es que siguiera viviendo ahí. Ella estudiaba medicina deportiva a la par que impartía algunas clases también en el Dojo.

Akane sintió un tacón clavarse en la tierra algo húmeda y él lo notó. Faltaba poco para llegar al lugar pero se imaginaba que ella debía estar incómoda caminando en el bosque con tacones por lo que no dudó en ofrecerse.

— Si quieres puedo cargarte.

— ¿Falta mucho trayecto?

— Unos diez minutos – dijo él agachándose frente a ella — anda vamos, será más fácil así.

Ella dudó un poco no quería entrar todavía en esas confianzas pero no sabía cuanto más soportaría el dolor en sus pies por lo que pasó sus manos alrededor de su cuello y se subió en su espalda.

Él la tomó por los muslos pero rozando el hermoso vestido de novia que aún tenía.

Continuaron camino hasta que ambos divisaron la entrada a la posada.

Él carraspeo brevemente y le dijo – lamento no haberlo dicho antes pero te ves preciosa con ese vestido.

Ella que tenía su cabeza sobre su cuello, se sonrojó, sonrió brevemente y le dedicó un – gracias, tu también te ves muy guapo así. Y justo arribaron al lugar.

Él la depositó en el suelo pero rápidamente antes de cruzar el umbral la tomó en brazos de manera nupcial y observándola dijo — recuerda que somos recién casados, es la tradición al atravesar el umbral.

En la recepción del lugar los esperaba una pareja de ancianos que los miró enternecidos, se notaba a leguas que eran una parejita de recién casados.

— Buenas noches queremos dos habitaciones por favor — dijo él para sorpresa de Akane.

Los ancianos se miraron sorprendidos no entendían por qué solicitaría dos habitaciones en vez de una nupcial.

Akane pensaba como los ancianos, no es que quisiera compartir cama con él ni habitación pero es que sería lo más lógico.

— Cariño, eres tan gracioso — dijo ella riendo y tomándolo por el brazo — solicitaremos una sola habitación.

Él la miró extrañado, pues pensó que iba a querer su propio espacio pero la mirada de ella hacia los ancianos lo hizo comprender que ellos creían que si eran una pareja.

— Es que me encanta hacerte reír – dijo mientras la atraía a su costado tomándola por la cintura.

— Se ven hermosos juntos, imagino será su noche de bodas les prepararemos una habitación especial.

— Gracias sería perfecto – dijo Ranma mientras tomaba su cartera del saco para pagar la estadía.

—Oh nono, esta noche correrá por cuenta de la casa – el anciano le guiñó un ojo a ambos.

— Uhmm gracias, son muy amables — respondió él.

— Cómo los registro? — preguntó el anciano.

— Saotome, señor y señora Saotome — respondió ella rápidamente.

—Perfecto señores Saotome, ahora dónde se encuentra su equipaje?

Ambos se sonrojaron al darse cuenta que sólo llevaban lo puesto pero él fue rápido en pensar una respuesta

— Estaba tan apresurado por estar a solas con mi mujer que nos olvidamos cargar el equipaje.

Akane miró a los ancianos completamente sonrojada y ellos en respuesta sonrieron.

— Ah esta juventud, les daremos unas yukatas para que puedan estar más cómodos.

— Gracias de igual manera les pediremos a la familia que nos envíen las maletas.

El anciano le entregó la llave a Ranma y los dirigió hacia la habitación.

Al llegar a la misma les comentó que se localizaba en la zona más alejada de la posada y que contaba con un pequeño onsen privado para el disfrute de las parejas o los recién casados.

Ambos agradecieron al hombre y se marchó.

Ranma introdujo la llave, abrió la puerta e ingresaron al lugar. La habitación era enorme, las paredes tenían un tapizado de flores rojas y trazos dorados sobre un fondo blanco. La cama se encontraba en el medio de la misma, con juego de sábanas y colcha blancas con muchos pétalos de flores colocados sobre la misma.

Hacia la derecha un gran ventanal se abría paso hacia un hermoso jardín iluminado por cientos de luciérnagas.

Hacia la izquierda se localizaba el camino hacia el baño y el onsen privado.

Ambos quedaron maravillados con el lugar pero cuando estaban por decir algo un golpe sonó en la puerta

— Les traje las yukatas y la cena, que tengan buena noche y felicidades – la anciana les entrego las yukatas, una bandeja de comida y un espumante para brindar.

— Gracias — respondieron al unísono algo cohibidos.

La puerta se cerró y Akane se dirigió a cerrar el ventanal ya que la noche estaba bastante fresca.

Ranma se aflojó la corbata y se sentó en la cama para quitarse los zapatos. Iba a decirle que ella podía quedarse con la cama que él ocuparía para dormir el sofá cuando la oyó decirle.

— Lamento haberte obligado a compartir habitación pero es que si diremos que estamos casados sería lo más lógico.

— Si lo entiendo, tienes razón pero no quiero incomodarte — razonó él.

— No es eso, es que no conoces a mi familia, mi hermana Nabiki me llevó engañada a la boda, imaginas que cuando se enteren que escapé para casarme buscará la forma de encontrarme y si lo hace y estoy registrada bajo mi nombre de soltera, sería todo en vano.

— No lo había pensado – dijo Ranma acercándose a ella.

— Lo lamento Ranma, mi familia es muy particular — se sentía apenada.

— Ey no te preocupes, ahora que lo dices mi familia es igual. Mi madre no parará hasta descubrir por qué hui, con quién y todo lo demás. Hiciste bien en solicitar una habitación.

— Cierto

— Además no puedes quejarte, la compartirás con un hombre guapo.

Ella se rio diciéndole que era un egocéntrico.

— Hay alguien de tu familia en quien podamos confiar? – pregunto él.

— Si, mi hermana Kasumi y mi cuñado. Puedo pedirle a ellos que me envíen una maleta. ¿Tú?

El suspiró fuertemente antes de responderle — mi madre es una buena mujer pero un poco obsesionada con la idea de tener nietos — Akane no quiso interrumpirlo — confío en ella pero nos seguirá hasta aquí y seguro descubra que todo es una mentira, nada se le puede ocultar.

— Entonces no le digas donde nos encontramos, déjame su contacto y mi hermana contactará con ella para solicitarle tu maleta.

— Será lo mejor, gracias – respondió aliviado que ella sea buena para salir de apuros.

— No hay por qué.

— Iré a tomar un baño.

— De acuerdo tomate tu tiempo.

Luego que él se marcho Akane tomó asiento frente a la mesita del teléfono, tomó aire y marcó, al tercer tono, del otro lado se escuchó una voz algo alarmada

— Diga?

— Kasumi, soy Akane.

— Akane gracias al cielo, estamos todos muy preocupados por ti, ¿dónde te encuentras? ¿estás bien?

— Hermana estoy bien, solo necesito tu ayuda y que no me cuestiones, con más calma te explicaré

— ¿Qué pasó hermanita?

— Me casé y estoy de viaje de novios, celebrando mi noche de bodas.

El silencio al otro lado del teléfono se prolongó durante unos minutos. — ¿Qué dices? ¿estás ebria Akane?

— Te pedí que por favor no me cuestiones, necesito pedirte que me envíes algo de dinero y ropa en una maleta.

— Estás loca hermana, ¿estás secuestrada? si es así saldremos con Tofu a buscarte. — su hermana estaba entrando en crisis.

— ¡Kasumi! – gritó para que la oyera – estoy bien, muy bien, huí para casarme por amor no por compromiso como quiere papá, hazme el favor de enviarme ropa y dinero. Realmente me encuentro bien. – le habló con un tono más calmado.

Oyó a su hermana suspirar del otro lado y al cabo de unos segundos le dijo – ¿a dónde te lo envío?

Continuaron hablando unos minutos más y le pasó el contacto de su suegra para que pidiera lo mismo para Ranma. Kasumi no entendía por qué su "esposo" no podía hablar con su madre él mismo pero Akane le comentó que era igual a Nabiki y con esa breve justificación su hermana comprendió.

Colgó luego de prometerle que llamaría todos los días, que realmente estaba bien y no, no estaba embarazada y por eso se casó repentinamente.

Ranma volvía de tomar un baño con el yukata puesto y se quedó absorta frente a tal visión.

Ranma con el pelo suelto, mojado, con una toalla intentando secarlo.

Su piel, algo bronceada, seguro por entrenar duro bajo el sol, brillaba por las gotas de agua que todavía quedaban en su superficie.

Bajo la ropa se notaba el pecho fuerte y bien trabajado que portaba el joven.

Tragó saliva y decidió desviar la vista ya que sentía cómo empezaba a humedecerse por este hombre.

Él, que sabía que ninguna mujer era inmune a su encanto, el encanto Saotome como le gustaba llamarlo, se sintió extasiado que su "esposa" se lo comiera con los ojos.

— ¿Qué ocurre? ¿Nunca tuviste un esposo tan guapo? – le preguntó socarrón.

— Serás idiota — dijo ella ruborizada — hablé con mi hermana y ella se comunicará con tu madre, tomaré un baño también. Y salió disparada luego de hablarle atropelladamente.

Él la vio salir rápidamente y sonrió, otra nueva aventura comenzaría pero primero debía enfrentar a su madre. No lo haría directamente sino dejaría un mensaje en su casa, sabía que su madre iría allí para buscarlo.

— Hola mamá, se que irás a mi casa por eso decido dejar un mensaje. Estoy bien, realmente bien. Decidí no casarme con Ukyo pero si lo hice con otra mujer, su nombre es Akane y no, no está embarazada. No te preocupes volveré en unos días. Te quiero, adiós. — y colgó el teléfono.

Estuvo metido en sus pensamientos cuando todo su ser se paralizó, Akane volvía de tomar su baño desenredando y peinando sus cabellos.

La yukata le encajaba a la perfección, sus piernas largas y torneadas quedaban al descubierto y su piel tenía un leve tono rosado por el calor del agua junto con algunas gotas que caían sobre su cuello.

Sus mejillas tenían el mismo color y Ranma no pudo evitar imaginarse si así se vería luego de hacer el amor. Su pensamiento se disparó a su entrepierna y sin quererlo se empalmó.

Cielo mío – exclamó tan bajo rogando que ella no lo oyera.

— ¿Qué has dicho?

— N..nada — exclamó rápidamente él.

— Deberíamos cenar y luego dormir no crees?

Él se aclaró la garganta antes de hablar

— C..claro — habló nervioso y maldijo porque parecía un adolescente hormonal de quince años.

Se sentaron en la mesa ubicada a un lado del ventanal y se dedicaron a cenar en silencio, cuando terminaron fue Akane la que sirvió el espumante en las copas y decidió brindar.

— Por nuestro falso matrimonio — chocó la copa con la de él.

— Por nuestro falso matrimonio — repitió pero él internamente pedía que los días pasen rápido y todo quede en el olvido porque sabía que sería muy difícil llevar un matrimonio falso con esta hermosa mujer.

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Continuará…


¡Hola nuevamente!

Bueno acá estoy con un nuevo capítulo, Kasumi siempre tan amorosa ayudando a Akane.

Los unicos que conocen la ubicación de dónde se encuentran los fugitivos son Kasumi y el Dr. Tofu.

¿Cómo creen que continuará esto?

¿Se llevarán bien? ¿Discutirán, por todo pelearan? ¿Alguien los encontrará?

Algunas dudas seguro se resuelvan en el próximo capitulo que será el Sábado.

¡Gracias por leer!

Mil besos.