Los personajes no me pertenecen
De vuelta aquí chicos, y creo esta vez no me tomó tanto tiempo. Capitulo once para ustedes.
La oficina era rara esa mañana, Emma saludó a todas cortésmente y se sentó en su computadora para trabajar. Sí, estoy diciendo que eso es raro porque Emma se estaba comportando como una persona normal y todos en esta agencia sabíamos que ella no lo era. Ariel y Tiana parecían preocupadas. Había pasado una semana desde lo que pasó con su ex novio, también amigo de Elsa, y desde entonces ella se ha comportado de esa forma. Tengo que admitir que extraño un poco su estupidez.
Las chicas se miraban sin saber que decir. Creo que nadie se imaginó que esto iba a suceder y que iban a llegar a ese extremo. Ariel se levantó de su escritorio para ir al de Emma.
Yo mientras tanto, me estaba preparando para salir. Guardaba mi cámara, con lentes y todo lo demás, para ir a una sesión de fotos. Regina me había pedido personalmente que fuera con ella para hacerlo.
-¿Qué tal estás?
-Realmente no tengo ganas de hablar ahora, Ariel- su voz no tenía ni siquiera una pizca de la gracia que tanto la caracterizaba-. Y no digas "entiendo cómo te sientes", porque no creo que lo haga.
Ariel suspiró, cerrando sus ojos y abriéndolos.
-En eso tienes razón, no lo sé. Solo quisiera saber si hay algo en lo que podamos ayudar.
-No hay nada que hacer.
Ariel se quedó en silencio. Tiana las miró sin querer dar opinión. Creo que ambas esperaron resolver el problema en ese momento y no lo consiguieron.
Tenía que irme, pero antes de cruzar la puerta fui al escritorio de Emma para hacer contacto visual con ella.
-Yo si entiendo cómo te sientes- le dije.
Emma levantó la cabeza hacia mi, bastante sorprendida. En sus ojos pude ver que me creía.
-Sé que apenas estamos empezando a ser cercanas, pero, así como tú me escuchaste a mí, estaré dispuesta escucharte a ti.
Todas, incluida yo, apenas creyeron lo que estaba sucediendo. Cuando iba a secundaria nunca había hecho algo como esto. Y me sentí un poco tonta porque si no era capaz de ayudarme a mí misma, dudo que pueda hacer mucho por ella.
-Lo tendré en cuenta, novata- contestó sonriéndome a medias-. Ahora ve, o la reina malvada nos matará por entretenerte.
-No es mala- dije caminando hacia la salida
-Eso es porque jamás la haz visto en esa forma- comentó volviendo a su expresión anterior.
Crucé la puerta riéndome para mis adentros.
Me encontraba de un excelente ánimo. Regina me dijo que una bebida isotónica auspiciará al equipo de fútbol de la ciudad y con las fotografías que yo tomara íbamos a diseñar la publicidad. Podía parecer una tontería, pero estaba increíblemente más emocionada que de costumbre.
En poco tiempo bajé al hall de ingreso a la oficina donde Regina me estaba esperando.
Mi jefa estaba increíblemente elegante. Tenía un traje de saco y falda gris, camisa purpura y zapatos de punta. Su cabello oscuro brillaba con ese atuendo. Se veía como una mujer perfecta, hasta me hacía sentir desalineada.
"igual que mi madre."
Entre más la veo más le encuentro similitudes, a diferencia de que una es una bruja y la otra… es una "reina malvada". Tengo que dejar de compararlas
Regina movió sus ojos hacia mí al sentir mi presencia.
-Pareces más animada que de costumbre- fue su manera de saludarme.
Me puse un poco nerviosa, no imaginé que se notara tanto.
-Solo espero que salga todo bien.
Ella sonrió ante la respuesta, lo cual me puso un poco más nerviosa.
-No te preocupes por eso ¿Nos vamos?
Asentí más confiada. La seguí hasta el Audi a6 de color gris, el cual era manejado por un chofer.
-Gracias Charly- le agradeció por abrirle la puerta y saludó su inclinación en la cabeza con otra.
-De nada Sra. Mills- El hombre mayor me observó con una sonrisa amable, poniéndose recto-. ¿Srta. Summers, quiere que guarde su mochila en el baúl?
-Ehh…No, no será necesario.
-¿Segura?
-Descuide, estaré más cómoda si voy con ella en la mano.
-En ese caso, por favor, entre al auto.
Inclinó la cabeza, que amablemente correspondí, entré al auto y nos pusimos en marcha rápidamente. El vehículo se veía de maravilla, bien cuidada y olio desodorante de ambiente.
Verlo me hace pensar en mi auto, aunque no tenían nada que ver porque el mío era un BMW Z4 de color azul. Siempre que veo un auto bien cuidado, hasta el más mínimo detalle y limpio pienso en él. Desde que lo tengo lo he cuidado como si fuera mi hijo. Lo limpiaba todos los fines de semana y hacia todos los cuidados que tenía que hacerle todos los años. La ventaja de ser novia de un chico amante de los autos era que tenía contactos de un mecánico de confianza, con buenos precios.
Me habría encantado traerlo aquí, pero lo consideraba algo arriesgado. Si mi madre sigue buscándome, podría rastrearme con el número de la patente del auto. Hasta el momento todo marcha de maravilla, y en los pocos mensajes que he intercambiado con mi hermana mi madre no ha encontrado una sola pista de mi paradero. Cambiar de número, de correo y hasta renunciar a toda clase de redes sociales me habían dado una ventaja. Si esto sigue a fin de año probablemente se dé por vencida.
La curiosidad despertó en mi interior. De nuevo estoy a solas con Regina, una diseñadora reconocida nacional y mundialmente, autora de muchos libros relacionados en ese ámbito, y constantemente mencionada en mi universidad. Cualquiera de mis compañeros moriría por una oportunidad como esta, y no sé cuántos de los que trabajan en la agencia la han tenido en una situación así. Pero no era el diseño lo que me estaba motivando a hablarle, era otra cosa más personal. No estoy segura de que sea una buena idea, aunque su trato conmigo haya sido de lo más agradable, sigo siendo su empleada.
-Bonito auto- mi capacidad para empezar una conversación es pésima.
Regina dejó de usar su teléfono para verme y paseó su visión por el vehículo. Debe de estar tan acostumbrada a verlo que ya debe ser muy común para ella.
-Gracias- dijo acomodándose en el asiento.
De pronto sentí que lo que sea que haya estado haciendo en el teléfono dejó de tener importancia y tuve su atención completamente. No sabía si tenía que decirle algo o esperar a que ella hablara. Por si acaso elegí la primera opción.
-¿Usted no maneja?
-Sí, lo hago en ocasiones. Pero como a veces tengo que contestar mensajes, llamadas y leer documentos es más cómodo si uso un chofer.
Divagó un segundo, supongo que pensando en si debía continuar la conversación o no.
-¿Tú no tienes auto?- decidió seguir.
Una pregunta así no me resultó fuera de lo común cuando estábamos hablando de autos.
-Sí, pero no aquí- vacilé para pensar en algo que justifiqué mi respuesta-. Vivo a unas cuadras de la agencia y como me mudé, traerlo era un problema.
-¿Y tu familia no pudo traértelo?
Aunch, una pregunta inesperada.
-No tengo familia.
Técnicamente no es una mentira, estar ausentes toda mi vida era como no tenerla. Es más fácil decirle eso porque obviamente no voy a contarle la historia de mi vida. Vi su expresión en el rostro y noté que dudaba de mí.
¿Por qué razón dudaría de mí? ¿es tan raro dar una respuesta como esa?
-¿Y usted tiene familia?- pregunté para desviar la conversación.
Con lo que respecta a su vida privada, siempre fue una mujer muy reservada. A pesar de su fama, no le gustaba mucho ser una persona mediática. Pensándolo mejor puede que la pregunta haya estado fuera de lugar.
-Sí, estoy casada- ya sabía eso por el anillo en su dedo- y tengo un hijo, se llama Roland.
Eso no lo sabía.
-¿Pequeño?
Soltó una risa divertida.
-Ooh no, ya es mayor. Tengo 53 años- dato curioso, es un año menor que mi madre-, y hace tiempo que no puedo tener hijos- por un momento presentí que la felicidad del momento se había desvanecido, no me animé a preguntar si se sentía bien.
-¿También es diseñador?- en realidad lo dudo porque de ser así es probable que trabaje en la agencia.
-No, Roland no es del tipo de personas que está sentado durante horas en una computadora y tampoco le gusta el ambiente de las oficinas. Se prepara para ser piloto de avión.
Me pareció un poco divertido. Ser piloto de avión es lo último que esperaría que me dijeran.
Es curioso cómo podemos hablar de una manera tan natural. Tengo muchas sospechas con su forma de tratarme, pero tampoco me molesta. Cada vez me cae mejor.
Unos minutos después estábamos en el Club Atlético de Fútbol de la Ciudad de Arendelle (CAFCA) o, como los medios de comunicación y la gente mejor lo llamaban, Arendelle City. Mi corazón empezó a latir cuando el auto se detuvo y Charly bajó para abrirnos la puerta, no sin antes dejar el vehículo con las balizas puestas. Regina salió del auto, pero yo no puede seguirla, algo me estaba deteniendo mientras la veía caminar como si no pudiera alcanzarla mientras todos mis sentidos se anulaban.
-Sra. Mills- Charly la llamó en voz alta, llamando a su vez mi atención.
Regina se giró para ver que sucedía y se sorprendió al darse cuenta de que no había bajado del auto.
Me pasé la mano por la cara repitiéndome "torpe" varias veces. Antes de darme cuenta, tenía a mi jefa delante de mí cuestionándome con seriedad.
-¿Qué sucede?
Como puede ser que aun en una circunstancia como esta me traté de esa manera, debería regañarme por hacerle perder el tiempo.
Con una extraña fuerza que surgió de mi interior, me puse de pie, sin avanzar. Regina decidió acercarse.
-Anna no quiero apresurarte, pero tampoco podemos perder mucho tiempo. Dime si hay algo en lo que pueda ayudarte.
Sacudí la cabeza, en un intento absurdo de recuperarme.
-Disculpe Sra. Mills…-cerré y abrí los ojos- Es que es difícil de asimilar lo que estoy a punto de hacer y no quisiera…. Decepcionarla.
Es la verdad, no sé porque, no recuerdo cuando fue la última vez que depositaron tantas esperanzas en mí. Mirar directo a la cara de mi jefa era imposible en ese momento.
-Anna, he visto tus trabajos, confió en ti.
-¿Enserio?
-Por supuesto que si, soy muy exigente con estas cosas y no decido si no estoy 100% segura- puso su mano en mi hombro-. También estuve en tu situación, y no llegué a donde estoy sin tener equivocaciones. No debes limitarte, porque si lo haces nunca podrás avanzar.
Empecé a sentirme mejor. Asentí con la cabeza, porque no sabía que decir. Regina sonrió a medias, y con la cabeza me indicó que la siguiera.
Caminamos por las instalaciones del club hasta llegar a un gimnasio. La comisión directiva lo había dejado listo para hacer la sesión de fotos, siguiendo las especificaciones que Regina les dejó. Entre esas cosas, estaban las luces y el denominado "fondo sin fin", que era un gran pliego de papel blanco acomodado en una estructura de metal.
Unos hombres de traje nos esperaban y además estaba la secretaria de Regina, supongo que había llegado antes para asegurarse de que todo estuviera en orden. Saludaron cortésmente y mi jefa me presentó como la fotógrafa. Hablaron de algunas cuestiones técnicas y cosas que creo solo Regina entendía. Al finalizar nos dejaron solas y la jefa volvió a mirarme, también su secretaria.
-Será el equipo masculino y el femenino- me explicó-. Tú decides que hacer ¿quieres que entren un grupo y después el otro? ¿O quieres a los dos?
La secretaria había corrido hacia una puerta antes de que diera una respuesta. La abrió, pero nadie entró. Miró a nuestra dirección para esperar la orden. A eso yo llamo eficiencia.
Miré la sala una vez más. Era bastante grande, lo suficiente para que los dos equipos entraran cómodamente.
-Quiero a ambos- respondí-. Así voy a poder hacer fotos por separado y juntos.
Regina asintió con la cabeza y le dio a la secretaria la señal para que todos entraran en orden. Mientras los jugadores entraban, saqué mi cámara de la mochila y le puse el lente que me pareció el más adecuado.
- ¡Elsa!... que gusto me da verte.
Mi piel se erizó justo cuando terminé de ajustar el lente. No… no puede ser, por favor que sea otra persona. Me giré y un rayo cayó sobre mi cabeza al ver a Regina entablando una conversación amistosa con la dueña de aquellos ojos azules que me quitaban la respiración y que en ese momento me estaban mirando.
Esto tiene que ser una maldita pesadilla.
-También me da gusto verla- respondió, esquivándome.
Regina no se dio cuenta de que la estaba mirando, así que para evitar un momento de tensión miré hacia el "fondo sin fin" y ya que había unos cuatro jugadores sin prestarme atención, porque habían empezado a hacer pases con una pelota que dejaron, aproveché a tomar fotos improvisadas. Quería parecer más interesada en mi trabajo que en Elsa.
-Te lo tomas en serio, eso me gusta- escuché a mi jefa al lado mío.
-Gracias- dije.
Como era de esperarse, Elsa no estaba con ella.
Con su ayuda, dándome algunas indicaciones, realicé unas cuantas fotografías a los grupos, juntos y separados. Dejé que jugaran con la pelota, hicieran pases y se pusieran en posiciones para patear al arco. También posaron con la botella de la bebida que estábamos promocionando. Trataba de poner la menor atención posible a Elsa, y lo tomé como un reto para no arruinar mi trabajo. Después le hice fotografías a los arqueros, volantes y defensas por separado. Por ultimo, dejé a los que jugaban como delanteros. Uno de ellos que pertenecía al equipo masculino, resultó ser el capitán. Era un muchacho rubio, con el cabello peinado hacia atrás debido al gel. Parecía esa clase de chicos que se creen superiores.
-Asegúrate de tomar mi mejor perfil- sí, no me equivocaba.
-No hago milagros- bromeé, aunque no tanto.
Al muchacho le dio risa de todas maneras.
-¿Cómo te llamas princesa?
El solo escuchar esa palabra me dieron ganas de vomitar. Hasta vi que Regina puso mala cara.
-Creo que no es conveniente decírtelo mientras estoy trabajando- contesté para esquivarlo.
-Puedes salir conmigo y descubrirás muchas cosas- sugirió.
-Que pasé el siguiente- avisé.
Mi decisión fue apresurada, y creo que se notó que quería deshacerme de él, pero con las fotos que tomé era suficiente.
La jugadora siguiente fue peor, era Elsa. A diferencia del anterior, ella no era capitana del equipo. Me llevó minutos saber qué hacer.
-Quédate de manera frontal, Regina te dará indicaciones- le expliqué y ella asintió.
Con cada "Click" que hacia, sentía el aire más pesado. Las expresiones que ponía me gustaban y me aseguré de captarlas lo mejor posible. Además, se veía atractiva con la ropa que pertenecía a su equipo. El short era violeta, con líneas blancas en los costados. La remera también era violeta, pero, llegando a la línea subcostal de su cuerpo, con un efecto degradé, se volvía azul.
Comencé a imaginar que nos besábamos justo donde ella estaba. Pegada a su cuerpo, enterraba las uñas en su remera hasta tocar su piel.
-¿Quieres hacer juegos con la pelota?- propuse para quitar esas imágenes de la cabeza.
-Claro.
Empezó a hacerlo y automáticamente mi cerebro empezó a contar 1,2,3… Pierna derecha a pierna izquierda, de la rodilla al pie, después al pecho. Cabeza, pelota hacia atrás y la golpea con la zona donde se encuentra su tu tendón de Aquiles. Eso es nuevo. Repetía lo que hacía, y parecía disfrutarlo y me encargué de inmortalizarlo.
98, 99… ¿Qué hará ahora?
La pelota rebotó en el suelo y quedó en el aire. Velozmente, Elsa posicionó su pie izquierdo en punta y pateó con el pie derecho hacia mí. No directamente, la pelota pasó a un costado de mi cabeza, el aire rosó mi cuello, y, a continuación, sentí un quejido de dolor.
Detrás de mí estaba el jugador rubio de antes, agarrándose la cara y quejándose de dolor.
-Lo siento Dash, te pusiste en medio de mi tiro.
Su disculpa no fue sincera, y en ese momento estaba enojada.
A juzgar por la ubicación del chico, creo que me estaba mirando el culo… ¿Elsa lo golpeó por mí?
Escuché a Regina reírse en un tono muy bajo. De no ser porque estaba a su lado no la habría escuchado.
-Dime que le sacaste una foto a esa patada.
-Si- contesté, sin atreverme a decirle que lo que hizo Elsa no era correcto.
Incluso no soy quien para juzgar esa clase de actitud, ya que yo las había tenido cuando me ponía celosa y puede que, en ese momento, Elsa lo haya estado.
Le dije al Dash y a otros delanteros que fueran donde estaba Elsa y les tomé unas fotografías en grupo, con y sin la botella de la bebida isotónica.
-Tomaremos un descanso- anunció Regina después de esas fotos-, retomaremos en 20 minutos.
Suspiré, intentando relajarme. Decidí ir a la mesa que estaba contra la pared para tomar algo de agua.
-No debiste hacer eso- comenté al ver la mano de Elsa sosteniendo un vaso de agua.
No vi su anillo de compromiso. Sé que normalmente algunos deportistas se lo sacan para mayor comodidad y además para que no se les pierda en un torneo o práctica. Mejor, porque lo único que me causa son pesadillas.
-Fue sin querer- respondió bebiendo del vaso de plástico pequeño y blanco, sin mirarme a la cara.
-No es verdad, ya deberías saber que me doy cuenta cuando tienes dominada una pelota.
Dejó el vaso sobre la mesa y decidió voltearse hacia mí, acción que me enojó un poco más porque como de costumbre no me miraba a los ojos.
-Piensa lo que quieras, de todas maneras, se lo merecía.
-¿Por qué?- interrogué para incomodarla.
-Porque es un cretino.
-¿Segura?... Porque solo me invitó a salir y luego, no sé… ¿me miró? ¿Te molestó que me haya estado mirando?
Su cara se estaba poniendo roja y sus labios titilaban.
-No es… mi problema- respondió de manera forzada.
-Que bien, porque pensaba aceptar su propuesta- mentí.
-Excelente.
Aguarda Anna, esto es justo lo que no tienes que hacer, tengo que ser más suave con ella. Este tipo de cosas son las que generan conflictos. La última vez que nos vimos su comportamiento fue diferente, casi amable. Tengo que encontrar una manera de actuar como dos personas decentes.
Noté a mi jefa hablando con su secretaria y se me ocurrió una idea. Bebí del agua que me había servido y como Elsa pareció sorprenderse de que no le haya levantado la voz supe que la tenía justo donde la quería.
-¿De dónde conoces a mi jefa?
-Yo no sabía que Regina era tu jefa.
Se puso algo incomoda, y revisó la sala. Intenté saber a qué o a quien estaba buscando, pero no vi nada extraños. Su cuerpo mostraba señales de nervios mientras volvía hacia mí. Aparentemente solo vino por el vaso de agua y es muy probable que quiera escapar ahora.
-Bueno, lo es ¿Puedo saber de dónde la conoces?
Suspiró en resignación, sabiendo que solo tenía la opción de contestar mi pregunta, o la de quedar como idiota e irse para evadirla.
-Su esposo fue mi profesor y mi jefe de tesina en la universidad. Necesitaba algo sobre el diseño de información, así que me presentó a Regina para que me ayudara y ella fue muy gentil en aceptarme. Además, conseguí mi trabajo gracias a ellos.
Wauu… Eso no me lo esperaba.
-¿Y… a que te dedicas?
-Soy periodista.
Eso fue aún más sorprendente. Recuerdo que, de pequeña, ella decía siempre que iba a convertirse en una jugadora estrella de fútbol y no iba a tener tiempo para la universidad. Era un sueño de niños, obviamente. Cuando fue madurando fue más consciente de que debía tener un cambio de planes. No sé qué tan famosa sea ahora como jugadora, y parece que lo tiene más como un entretenimiento que para ganarse la vida. ¿Pero periodista? No me lo habría imaginado jamás.
-No sabía que te gustaba el periodismo.
-Y yo pensé que ibas a ser abogada.
- Me rechazaron en esa universidad ¿O ya lo olvidaste? - estoy más que segura que el día que le dije eso fue en una noche que no olvidará.
-Sí, pero nunca me quedó claro que es lo que ibas a estudiar.
"Pero que estúpida fui". El último tiempo que pasamos juntas, antes de que mi madre nos descubriera, olvidé decirle cual fue mi decisión para la universidad.
Sacudí la cabeza, sintiéndome una tonta.
-No, luego de la graduación decidí que iba a estudiar diseño- no fue así exactamente, pero revivir ese recuerdo justo ahora no me parecía lo más apropiado.
-Pues… eso es bueno.
Elsa se rascó la cabeza, debe tener varias preguntas que probablemente no me dirá. Imaginé que ese pequeño tiempo que teníamos estaba terminando.
"No quiero que se vaya todavía"
-¿Me puedes decir lo que ibas a contarme?- medio le supliqué de repente.
Elsa levantó la vista sin entender a lo que me refería.
-¿Qué ibas a decirme en la calle cuando me salvaste, antes de que viniera tu amigo?
Tragó saliva, recordando la situación. Tenía pocas expectativas, estaba segura de que no me lo diría. Volvió a mirar a su alrededor y yo también lo hice para ver lo que buscaba. Sus compañeros estaban en grupos diferentes hablando de algo más interesante que nosotras y Regina conversaba con su secretaria. Volví a mirarla y me encontré con sus ojos.
-Que lo siento.
-¿Lo sientes?- seguí cuestionando.
¿Qué sentía realmente? ¿Haberme abandonado sin darme explicaciones?... ¿Por qué estaba tan retraída?
-Siento haberte tratado mal las últimas veces. Y también quería darte las gracias por devolverme… la llave de mi casa- se pasó la mano por detrás de la cabeza.
No pensé que su respuesta iba a afectarme tanto. Aceptó la llave de su casa, eso quiere decir que aún le pertenecía. Es muy seguro que esa era solo una llave de respuesto porque la puerta estaba cerrada cuando salí, pero quizás significaba algo importante para ella.
-Sí, bueno. Era tuya después de todo.
Elsa estaba por hablar, pero fue interrumpida por su teléfono móvil, que estaba en su bolsillo. Su expresión se volvió amarga antes de contestar.
-Hola- su rostro se iluminó de repente, como si no hubiera esperado que alguien bueno contestara del otro lado-… ¡Gogo!- dijo realmente sorprendida.
Los celos aparecieron rápidamente.
"Contrólate Anna, contrólate"
-Sí, encontré el regalo que me dejaste…- dijo entre risas, y sentí una pizca de picardía en sus palabras- No, no olvidé eso que te prometí ¿Ya sabes de qué color vas a pintar la habitación?... ¿Violeta? Ese es muy lindo. Lugo de eso haremos lo que tú quieras…
¿Cómo diablos espera que me controle después de escuchar todo eso? ¿A qué diablos iba toda esa conversación? Recordé que me dijo que quería buscar otro lugar a donde irse ¿Se iba a mudar?... ¿Con su prometida, ya?
Cubrí mi rostro sobre mis manos.
Oh no, iba a tener otro ataque, en frente de Elsa, de mi jefa, de todo el equipo. No puedo, tengo que controlarme. Expulsé todo el aire que tenía acumulado y busqué la forma de controlar mi respiración.
-¿Anna estás bien?- Elsa había cortado la llamada sin darme cuenta.
Sentir su preocupación solo hizo que me enfadara.
"No, no estoy bien ¿Cómo puedes preguntarme eso después de lo que acabo de escuchar?"
-Si- respondí con seriedad.
Como ya dije antes, no quería discutir y menos delante de Regina, que justo se acercó a nosotras.
-¿Todo en orden aquí chicas?- preguntó curiosa.
-Sí, solo estábamos hablando de algo de las fotos- mentí, para evitar explicarle lo que pasaba entre nosotras.
Elsa se sorprendió, pero no le hice caso.
Creo que Regina también se dio cuenta de algo extraño, sin embargo, no dijo nada. Su vista fue a Elsa para decirle algo.
-Elsa, quería comentarte que pronto será la fiesta de aniversario de la agencia y me gustaría que estés allí.
-¿Fiesta de aniversario?- interrumpí, impactada por no saber nada.
-Si ¿No sabias? Envié la invitación por correo
-No le he prestado atención últimamente, lo siento.
-Pero me llama la atención que tus compañeras no te hayan dicho nada
-Supongo que se les olvidó mencionarlo.
No las culpo, a decir verdad. Con todo el asunto de Emma, han estado pensando en otra cosa.
-Bien, espero contar con tu presencia. Me encantaría que fueras- llámenme loca pero su manera de decirlo fue como si me lo estuviera pidiendo, y vi como de manera instantánea jugaba con el anillo que tenía la perla blanca.
A pesar de que algo extraño estaba pasando aquí, la única opción que tenía era decirle que sí. Regina ha hecho mucho por mí y no quisiera ser descortés con ella. Lo menos que podía hacer era aceptar su invitación.
-Hmm sí, es… probable que vaya- contesté.
Elsa todavía no le había dado una respuesta y por la manera que estaba mirando a Regina también se dio cuenta de algo raro en su actitud.
-Pensaba enviarte la invitación hoy- mi jefa le puso atención.
Elsa jugó con sus dedos, insegura de lo que iba a decir.
-Bueno, tal vez necesite pensarlo…
-Vamos, Robín estará ahí y estoy segura de que le agradará verte. También a Killian.
-La verdad, no sé si él estará de ánimo para ir a esa fiesta.
Regina blanqueó los ojos, dándose cuenta de que la razón por la que había dado esa respuesta era por Emma.
-Pues entonces solo coméntale que está invitado.
-Está bien, más cerca de la fecha le confirmaré.
La última vez que Elsa y yo estuvimos en una misma fiesta ocurrió un desastre.
La conversación fue finalizada en cuanto Regina avisó que teníamos que continuar y no me dio tiempo de decir algo.
Antes de acomodarnos, Elsa le habló a mi jefa.
-Sra. Mills, tengo que marcharme ya. Dejé cosas pendientes en la oficina.
Ya se me hacía raro que no inventara una excusa para irse. Sin querer escuchar, puse atención en mi cámara y me dirigí hacia donde estaba el resto de los jugadores.
Flashback
Llegué a casa intentando aguantar las lágrimas que amenazaban con salir. Mi hermana apareció en la sala, de casualidad. Claro que ella sabía que anoche me había escapado y supongo que se habrá imaginado lo que Elsa y yo íbamos a hacer, no es nada inocente.
-¿Hola cómo te…?
Ignoré la pregunta subiendo automáticamente las escaleras. No quería escucharla, ni verla a los ojos, tampoco hablarle. Quería estar sola y era todo. Caminé de un lado a otro, rascando mi cabeza, en un acto desesperado de entender que había sucedido.
¿Cómo pude no darme cuenta de que se fue? ¿Por qué lo hizo sin darme una explicación?...
Se supone que nos iríamos juntas.
"Pero ella nunca te prometió nada."
Busqué mi teléfono que estaba en el bolsillo de mi pantalón. Como lo imaginé, no tenía ningún mensaje de Elsa. Llamé inmediatamente y me decía que estaba apagado. Intenté un par de veces más y lo mismo. Terminé dejando mensajes en el buzón de voz, pero nada.
Por la tarde, decidí salir a caminar, ignorando a todos los que me quisieron hablar. Para ese momento, ya le había enviado muchos mensajes, de texto, otros en el buzón de voz, a Elsa y no obtuve respuesta.
Decidí ir a un bar después de una larga caminata. Ahí pedí una cerveza, que tardé demasiado en beber. Constantemente miraba mi móvil, solo para romper más mis esperanzas.
Levanté la cabeza al escuchar una familiar voz. Mérida estaba en el bar conversando con un grupo de personas. El solo verla tan sonriente, animada, sabiendo que quizás ella sepa algo de lo ocurrido, y con el alcohole en mi sangre, provocó que algo dentro de mí explotara. Corrí hacia ella y la empujé contra la pared, haciendo que lo único que quedaba en su vaso de cerveza cayera sobre su ropa.
Todos nos estaban mirando, pero a ese punto me encontraba tan desesperada por respuestas que me importaba una mierda y tampoco me controlé con el tono de mi voz.
-¿Dime dónde está?- grité.
Su máscara de serenidad se estaba cayendo, así como la última vez. Su pecho subió y bajó, y en un acto de conservar la calma dejó el vaso sobre la mesa de tragos que tenía al lado. De repente la que estaba contra la pared era yo y el golpe que recibió mi espalda fue tan fuerte como el sonido que causó el choque.
-Vuelves a hacer eso de nuevo, y lo que te ocurrió en el baño con Helga será nada a comparación de cómo te dejaré yo. Y esta vez no hay Elsa que te salve- contestó.
Me dio una cachetada, no fuerte, ni siquiera dolió. Son de esas que sirven solo como amenaza y para dejarte en ridículo.
Quiero mandarle un saludo a esta cuenta de Youtube: "Haru Uranus " los usuarios se tomaron el tiempo de leer mi fanfic y colocarlo en su vídeo de tops. A pesar de la crisis nerviosa que me hicieron pasar, gracias chicos jajaja. Les recomiendo su canal y sus vídeos, están divertidos.
Ahora si. es momento de ponerme seria y es acerca de un comentario que dejó Terremotoooooi. El trailer de Frozen 2 me dejó con mucha curiosidad e intriga, la animación era impresionante y Elsa... uuff, se ve que hay una evolución de su parte. Pero honestamente, por lo que deberían preocuparse es en que Disney nos brinde una historia de calidad, en vez de estar especulando si Elsa tendrá pareja. No quiero que pase lo mismo que pasó con Ralph 2. Enserio, le tenia grandes expectativas y me terminó decepcionando. No me gustó, la noté floja y nada más sirvió para darle publicidad a marcas. Lo único que me gustó fue la escena donde aparecen las chicas y ese mensaje sobre los comentarios de mal gusto. Me hubiera gustado ver más de Shank, pero tampoco, y me pareció una pena porque el personaje me encantó.
Volviendo al tema de Frozen 2. Disney nos está vendiendo un producto, y sabe que sus fanáticos están divididos en dos grupos: Los que quieren a Hans con Elsa y después los que quieren a Elsa con una novia. Realmente yo no se si van a arriesgarse a algo sabiendo que su principal objetivo es recaudar lo mismo que recaudó su primera película. En la Bella y la Bestia hubo un guiño sobre Lefou como parsonaje Gay, y aun en una sociedad como hoy tuvo sus criticas, por eso es que tengo muchas dudas. A mi honestamente me da lo mismo con quien quede Elsa al final. Pero que se yo, quizás me encuentre con muchas sorpresas y me equivoque.
Aaah... un concejo, no se crean lo que ven en internet: tanto en los foros, sitios de noticias, y en Youtube (sobre todo en este ultimo). No importa si en uno dicen "porque Jennifer Lee dijo en una entrevista"... No. No seria la primera vez que nos estafan en algo. Lo aprendí queriendo buscar cosas de Once Upon a Time. Ni siquiera deberían tener muy en cuenta lo que se ve en el trailer. No sé cuantos recuerdan que, en los trailers de la primera película de Frozen, Elsa se veía como un villano. En conclusión, voy a esperar a ver la película y ver con que me voy a encontrar.
Por ultimo, las historias que se están escribiendo y lo hicieron desde el mundo de Frozen. ¿Por qué deberían preocuparse? Son eso, historias. Historias que cada uno quiere compartir porque les nace mostrar lo que hay en su imaginación. En lo personal, no deberían dejar de hacerlas solo porque no aparezca en la película. Dudo que hagan Frozen 2 basandose en un fanfic. Aun si lo hicieran, es poco probable que elijan alguno que esté en español y uno en donde Anna es una desquiciada mental, y psicópata, que quiera arruinar la vida de Elsa (no me gustan esta clase de historias). Yo por lo menos no voy a dejar de hacer historias Elsanna solo porque aparezca una nueva mujer para ella o se quede con Hans. Y no dejaría de hacer historias Helsa o Tadelsa (lo admito, me encanta esa pareja) solo porque termine teniendo una novia.
Como siempre digo, esto es mi opinión y no soy dueña de la verdad. Cada uno puede pensar lo que se le de la gana.
La nota fue demasiado extensa, así que dejaré los comentarios para el próximo cap.
