Los personajes no me pertenecen

Aquí estoy de vuelta como lo prometí, seguimos con el cap. 12.


Era la décima vez que pisaba un estadio de fútbol profesional y era el segundo que conocía, ya que había ido a la misma cancha las primeras nueve veces. Si, las tenía contadas. Recuerdo cada uno de los partidos y como fue el resultado, porque en cada uno de ellos había ido con la mujer que me robó el corazón. El estadio de Arendelle City estaba repleto de gente. Según leí en la información que encontré, el espíritu de los fanáticos es tan grande que apoyaban tanto al equipo masculino como al femenino.

Después de la sesión de fotos, inmediatamente me puse a buscar información sobre el club y encontré algunas fotografías de Elsa, lo cual fue impresionante. Dejé de buscarla en Internet un año después de que la perdí, suponiendo que no iba a encontrar nada jamás. Las fotos que aparecían eran del club y de algunas noticias que hablaban de ella, desempeñándose en la cancha. Eran muy pocas y cortas y ninguna era una entrevista. Lo que es curioso porque era periodista. Era jugadora de Arendelle City desde hacía tres años. El resto, sobre su vida o situación sentimental, era todo un misterio. Al manejarse en el ámbito laboral de los medios de comunicación debía ser fácil para ella mantenerse en el anonimato.

No había nada de redes sociales, cosa que ya suponía. Hasta donde llegué a descubrir, Elsa trabaja en un importante revista de la ciudad, y escribía sobre temas como choques de tránsito, incidentes, crímenes, y temas relacionados con la salud. Me sorprende no haber encontrado nada de deportes, sobre todo de fútbol, que era lo que más le gustaba. En una sola tarde me leí como cincuenta notas de ella y perdí la cuenta con el paso de los días.

En medio de mi investigación descubrí que el equipo femenino jugaría el fin de semana. Sin pensarlo dos veces, salí de casa para comprar una entrada. Evito usar la tarjeta de crédito, por eso no hice la compra por Internet. Elegí el mejor lugar que encontré, uno donde pudiera apreciar el partido tranquilamente y en donde ella no pudiera verme, para no intervenir con su rendimiento durante el partido.

Tuve que ir a una tienda de deportes para comprar, aunque sea una camiseta no oficial y de paso una gorra, la cual me serviría para esconder un poco mi cara. Sería raro si era en la única en la cancha que no llevaba el uniforme adecuado para apoyar a su equipo.

La gente estaba enloquecida, esperando a que los equipos que iban a jugar se presentaran. Entre todo el mar de personas yo estaba callada, moviendo la pierna con nerviosismo. Admito que estaba emocionada, y una de las razones era porque no creí que volvería ver a Elsa jugar otra vez. La gente gritó con más fuerza cuando vieron a las jugadoras entrar a la cancha. Observé en una de las pantallas planas la presentación de las jugadoras y sonreí cuando mostraron a Elsa. Fue extraño verla usar una camiseta que no era la de su equipo favorito, Snowking, o la que solía usar cuando jugaba en la escuela. Pero no importa, para mí se veía hermosa usara lo que usara.

Sin pensarlo un segundo, saqué mi teléfono y le tomé una fotografía. Me gustó mucho, más que las otras que había hecho en la sesión de fotos y que no había dejado de mirar desde que las tengo. Elsa se veía muy natural mientras caminaba hacia el campo de juego, no actuaba delante de una cámara, era ella realmente.

Una vez hecha las presentaciones de los equipos y que las jugadoras se posicionaran, el partido comenzó. Yo miré atentamente a la razón por la que había ido a ese lugar, sin perderla de vista un segundo.

Flashback

El viento soplaba por mi cara, y el sol brillaba de maravilla. Así era mi lugar secreto. Paz y tranquilidad, podía leer y descansar sin que nadie me moleste. Lo mejor de todo es que no había padres que me molestaran. Me acomodé en el suelo con césped aun costado, cerrando los ojos y suspirando profundamente, usando la mochila que traía como almohada.

Desde la pelea con Helga, mi madre ha estado buscando el responsable de la paliza que me dieron. A ella no le interesa mi bien estar, ya antes lo he dicho, y tampoco es que a mí me importe el bienestar de mi agresora. Simplemente no quiero darle la satisfacción a mi imagen materna de quedar bien con la escuela para demostrar que se preocupa por su hija.

Seguí con el cuento de que, a causa de la paliza, no recordaba nada. Gracias al cielo, la enfermera le comentó que es una posibilidad cuando fue a preguntarle.

Esa misma excusa les dije a todos los que me preguntaron, incluyendo a mi hermana, que obviamente iba a saber de la noticia tarde o temprano. De esa manera mi madre no conseguiría averiguar fácilmente quién me golpeó. Solo dos semanas y el tema se irá por el inodoro.

Escuché la canción de Linkin Park proviniendo de mi teléfono y atendí un poco fastidiada por la molestia. Era mi novio, que desde el ataque ha estado más pegado a mí como nunca. Lo empiezo a creer un poco agobiante. Me besa muy de sorpresa frente a todos, cosa que le he dicho que evitara hacer, y además me sigue para todos lados, más que antes. Su comportamiento se parece al de un chico celoso ¿de quién? No tengo idea, somos la pareja estrella de la escuela, nadie se atrevería a meterse con su chica. Según él, evita que me golpeen de nuevo, pero me suena más a una excusa.

-Hola Kriss- contesté tratando de sonar lo más animada posible.

Me senté en el suelo rodeando mis rodillas con un brazo.

-Hola preciosa- me puse incomoda con el comentario, no suele decirme así y no soy muy fan de ellos- ¿Salimos esta noche?

Apreté fuertemente los ojos, no tenía muchos deseos de salir, pero dado que nos habíamos reconciliado recientemente no podía negarme.

-Sí, me encantaría.

-Excelente, paso por ti a las ocho.

Fin del Flashback

Mi corazón latía con prisa, algo no andaba bien con Elsa. No coordinaba bien con sus compañeras y su manera de manejar la pelota era errática.

En una de sus jugadas, corriendo hacia el arco, estaba intentado zafarse de una jugadora que literalmente estaba pegada a su cuerpo. Tenía a una de su equipo a la que le podía dar el pase tranquilamente, pero ella no la notó y pateó hacia delante sin darse cuenta de lo que estaba hacienda y la pelota salió de la cancha por un costado. Cobraron un saque lateral para el otro equipo. La capitana del Arendelle City le dijo algo a Elsa que por su expresión supe que era una grosería.

Algo le estaba sucediendo y no estoy segura de que podía ser. Dudo que me haya visto entre este mar de gente. Además, los fanáticos no suelen cruzarse muy a menudo con los jugadores mientras ingresan al estadio.

Pocos segundos después el equipo rival había anotado un gol.

Flashback

Lo que pensé que sería una salida tranquila terminó siendo algo incómodo. Decidimos salir a un bar a tomar algo y nos terminamos encontrando a un grupo de compañeros, entre ellos estaba la presidenta del comité estudiantil, Vanessa, con su novio Phoebus y también Marian, con su novio de la semana que… ¿se llamaba Will Scarlet?

Kristoff y yo nos miramos, él también parecía querer pasar tiempo conmigo a solas ya que en la escuela se nos hace un poco difícil. Pensamos en irnos pero, como no queríamos quedar mal, al final tuvimos que quedarnos porque ellos insistieron.

Comenzaron una conversación de manera amigable en la que yo solo comenté dos palabras. A las dos chicas solo les interesaba cuchichear sobre nuestra relación, de esa manera podían armas sus muy amados chismes que corren por la escuela. Afortunadamente soy muy cuidadosa con los que les digo. Vanessa es un poco cruel y Marian le sigue la corriente cuando están juntas.

Marian se encendió un cigarrillo, el tercero en la noche, y le dio una profunda calada.

-Enserio, no puedo creer que Jazmín vaya a dejar a su novio por ese fenómeno de circo, Aladdín- exhaló el humo por la nariz.

-Si terminan juntos, entonces quiere decir que Jazmín es más idiota de lo que creí- le siguió Vanessa.

En el ranking de popularidad escolar, Jazmín estaba en primer lugar. Probablemente es lo más parecido a lo que fue mi hermana. A diferencia de Vanessa y Marian, Jazmín no necesitaba arruinarle la vida a los demás para sentirse bien consigo misma, alardear no era su estilo y hablaba con quién le apetecía ya sea de alto o bajo perfil, incluso si eran los denominados ñoños, sin importarle lo que le dijeran los demás. Era porrista, excelente estudiante y una preciosa chica. Si no es presidenta del comité estudiantil es porque no quiso. También es el sueño de muchos chicos y el novio que tiene ahora es un cretino. La ve más como un trofeo que como a una novia. Hasta donde supe, Jazmín lleva casando de él desde hace tiempo.

Aladdín, en cambio, es un muchacho de escasos recursos. Estudiaba en nuestra escuela gracias a una beca en la cual tenía que tener altas notas en todas las materias, por lo que es objeto de burla de varios de los estudiantes. Sin embargo, eso no le impidió ser uno de los mejores jugadores del equipo de fútbol americano de la escuela. La gente solo suele apreciarlo cuando anota en los partidos. A pesar de las burlas que recibe, nada le impide ser gentil y hasta a veces es un poco fanfarrón adorable.

Pero, en fin, ella una porrista y él un jugador de fútbol, sus caminos se cruzaron en los entrenamientos y cupido hizo su trabajo. Ya todo el mundo sabe que entre los dos hay una fuerte interacción. Por más que traten de ocultarlo o negarlo, a la hora de disimular no lo hacen muy bien.

-Cuando se dé cuenta que su billetera está más vacía que de costumbre, terminará con él- dijo Vanessa, haciendo que la otra chica riera.

Nuestros hombres las ignoraron y empezaron a hablar sobre un partido de Kristoff.

Era evidente que estas dos no iban a dejar de hablar del tema hasta haber defenestrado a la pobre de Jazmín por completo. Me levanté para ir al baño, diciéndoles que volvía enseguida.

Ahí me retoqué el maquillaje, tratando de tomarme mi tiempo para que Vanessa y Marian concluyeran. También tenía la esperanza de que Kristoff se aburriera esperándome y me rogara irnos.

Vi por el espejo a Marian entrar al baño y me sonrió de manera falsa. Yo hice lo mismo, con fuerza para no hacer mala cara porque apestaba a cigarrillo.

-¿Linda noche, verdad?- preguntó

Sacó su pintalabios de color rojo sangre y se lo colocó.

-Bastante agradable- siempre pienso que puede ser peor.

-Oohh vamos…- dijo sarcástica- puedes ser sincera conmigo. Yo también moriría por ir a casa si estuviera con un bombón como Kristoff.

Resé con todas mis fuerzas para que el maquillaje que me puse haya sido suficiente y cubriera el rojo de mis mejillas. Nadie en la escuela sabe que no tuve mi primera vez.

-Puedo soportarlo- traté de actuar lo más normal que podía.

-Pareces un poco nerviosa ¿Por qué será?

Mierda, tengo que pensar rápido antes de que suceda lo peor.

-No estoy nerviosa y no tengo nada que ocultar- fui firme-. Hago con mi novio lo que se me da la gana.

-Entonces supongo que te hace llegar más de una vez ¿verdad? - se mordió el labio en señal de burla.

Me estaba haciendo perder la paciencia. Lo que menos necesitaba en ese momento era que ocurriera algo como lo que pasó con Helga.

Sentía vergüenza cuando me hablaban con esos términos. Mi falta de experiencia me causa timidez y cuando intentó visualizarnos a mí y a Kristoff en una cama me pongo muy incómoda.

Si quiero que mi vida privada se mantenga así debo ser cuidadosa con lo que digo.

-No mueras de envidia, o lo lamentaría mucho- contesté, haciendo que ella levantara la ceja.

Volví a nuestra mesa y dejé que mi novio me abrazara la cintura.

Fin de Flashback

¡Penal!... Cobraron un penal a favor del Arendelle City, era la mejor oportunidad de empatar el marcador.

Moví la pierna nerviosa, viendo a Elsa acomodar la pelota en el punto de penalti. La tensión se sintió en el estadio y el único ruido que yo podía sentir era el latido de mi corazón, rogando porque anotara.

Elsa pateó apresurada y la pelota dio al palo.

Bajé la mirada agarrándome la cabeza. Eso había sido muy vergonzoso.

Inmediatamente, después de eso, anunciaron un cambio para el equipo local. No tenía deseos de ver, la situación era muy obvia, pero la presión pudo conmigo. Levanté la cabeza y vi a Elsa siendo reemplazada por otra jugadora. El público no estaba feliz con ella y lo sabía, ni siquiera tuvo interés en quedarse el resto del partido y mirar.

Flashback

Cuando Kristoff me dijo de irnos se lo agradecí infinitamente. Me puse tan feliz que le di algunos besos subidos de tono dentro del auto, lo que llegó a aumentar mi temperatura. Lo invité a casa, ya que merecíamos un momento a solas y mientras él conducía yo pensaba en lo que había estado hablando con Marian y entonces me hice la pregunta ¿Qué es lo que me pasa?

Recordé el verano cuando conocí a Ceny y lo que estuvimos a punto de hacer. Comenzamos a besarnos y acariciarnos como lo haría cualquier pareja y nos dejamos llevar por el momento. Me sentí tan confundida cuando mi hermana nos descubrió y por todo lo que pasó que decidí enterrar el momento para no volver a pensar en él.

Aquello me pareció una tontería de adolescente ¿Y ahora?... Kristoff me quiere y yo a él. Sigo sin comprender porque me detengo. De verdad, que había sido demasiado paciente conmigo y no sé cuántos chicos tendrían la misma paciencia que él tenía. Es mi novio puedo confiar en él.

Cuando nos bajamos en la vereda de mi casa me puse muy nerviosa.

-Es una linda noche ¿No crees? –comentó para matar el evidente silencio que se había formado.

-Si lo, es.

En un intento de controlar mis nervios desvié mis ojos hacia la casa de Elsa para que no se notara. Las luces de su habitación estaban apagadas, lo que quería decir que tal vez no estaba en casa. Me obligué a borrar su imagen de la cabeza, este era momento solo con mi novio.

-¿Pasamos?- le ofrecí.

-Claro.

Kai era el único en la casa, pero no nos vio entrar y probablemente estaba ocupado con otra cosa por lo que dudo que nos moleste. Lo llevé a la biblioteca, siempre vamos ahí cuando estoy con él. Casi nunca permito que alguien entre a mi habitación, para mí es un espacio íntimo y privado. Elsa es la única que ha tenido ese privilegio después de tantos años juntas.

Nos sentamos en el sofá y hablamos tranquilamente. Entonces fue que ocurrió, presentía que esto iba a suceder después de todo lo que venía pensando en el auto. Kristoff empezó a besarme, casi de manera posesiva. Terminé recostada sobre el sillón, con el sobre mí y lentamente sentí su mano acariciarme debajo de mi remera, lo que causó que una corriente de aire fría recorriera mi cuerpo. Se deshizo de ella y yo le quité la suya.

Comencé a sentirme confundida. Pensé que estaba segura de lo que hacía, pero no. Sentir sus manos querer desabrochar mi pantalón fue lo que me obligó a reaccionar.

-Hmm… Kriss- Mis manos fueron a su s hombros mientras el besaba un costado de mi cara.

-Me vuelves loco- dijo manera entrecortada contra mi piel.

-Yo… Escucha…

Su manera insistencia me estaba fastidiando y tuve que empezar a golpearlo y dar patadas en el aire.

-Para... Para- afirmé empujándolo hacia delante, sin brusquedad.

-¿Qué sucede?- preguntó confundido.

Me puse mi remera y me senté de nuevo en el sillón.

-Esto es… Demasiado precipitado.

Mi novio abrió los ojos de sorpresa y se llevó las manos a la cabeza, sentándose en el sillón con cara de indignado.

Fin del Flashback

Caminé por la ciudad rumbo a mi casa. El partido quedó dos a dos. Resulta que la chica que reemplazó a Elsa terminó dando un gran apoyo, lo que aumentó un poco mi pena. Conociéndola, debe sentirse responsable por el empate. Si tuviera la posibilidad me gustaría decirle que no fue su culpa. Todo jugador, por mejor que sea, incluso si se trata del mejor jugador de mundo, tiene un mal partido. En la cancha todo el equipo de fútbol es responsable de lo que sucede y eso infiere en un resultado.

Se estaba haciendo de noche. Tenía que comprar algo para cenar, debía ser rápido porque mis habilidades gastronómicas son tan buenas como las de un cangrejo piloteando un avión, y además no tenía ganas de pedir a un delivery.

Decidí ir a una tienda que estaba a una cuadra de mi departamento. Era la primera vez que entraba ahí. Dentro, había un hombre grande, fornido, y de cabello oscuro con una camisa roja atendiendo la caja. En ese momento miraba las noticias en un televisor que tenía colgado delante de él. También había un hombrecito más bajo, casi más bajo que yo, bien flacucho, barriendo el piso. Los dos me saludaron simpáticamente y me dejaron recorrer la tienda. Luego de ver la cantidad de opciones que tenía, terminé por elegirme unos fideos instantáneos, una cerveza y una barra de chocolate.

Dejé todo en la caja y el hombre grande hizo su trabajo.

-¿Mal partido el de hoy, verdad?- dijo

Abrí los ojos ante su comentario y entonces recordé la camiseta y la gorra que llevaba puesta.

-Eeh… Sí. Pero bueno, no se puede ganar siempre en la vida.

-Es lo que siempre le digo a Ralph- se sumó el hombre pequeño-. Pero él siempre se enfada igual que un rinoceronte con hernia cada vez que los ve y espanta a los clientes.

-Felix, no me avergüences en frente de las personas nuevas.

-Y tu deja de cuchichear con ellos, cariño. ¿No ves que está pasando por un mal momento?

¿Cómo?... ¿Cariño?... ¿Son pareja? Ni se les nota. Bueno, al flacucho sí, pero al grandote no.

-¡¿Qué?!- interrumpí sorprendida, no sé si porque estaba frente a una pareja de gays o porque habían notado mi mal estado.

Miré los dedos de ambos y adivinen, tenían alianza de cazados. Increíble. En la universidad me había encontrado con muchas parejas de dos hombres, pero esta era la primera vez que veo a personas mayores y casados.

-Pues mírate a ti- le regañó Ralph-, la pobre chica ni debe querer decir que está mal y tú se lo dices en la cara.

-Trato de evitar pasar por otra situación como la de tú ya sabes.

Evidentemente no me habían escuchado.

-Disculpen- los volví a llamar, obteniendo su atención-. No hablen como si yo no estuviera aquí, por favor.

-Lo sentimos- dijeron a al mismo tiempo y se sonrieron como una pareja de recién enamorados.

Lo diré, se ven muy lindo juntos.

Pagué lo que llevaba sin darles mucha importancia a lo que decían. No iba a hablarles de lo que me pasaba si no los conocía.

La campana de la tienda sonó, indicando que alguien había llegado. En cuanto vi que Elsa era la que entró me quedé dura como piedra. Usaba ropa casual, tenía una interesante remera azul y blanca, donde la parte azul parecía pintura chorreando hacia la parte blanca, y además usaba uno de los pantalones de rugby que siempre le gustaron, esta vez de los Lions.

Se me cruzó por la cabeza creer que los astros se habían alineado de tal manera para que ella y yo nos encontráramos en todos los rincones del mundo, o más bien, de la ciudad. Esto es tan irónico. Parecía una maldita broma considerando las veces que la busqué en el pasado.

Tragué saliva, nerviosa, en cuanto ella notó la manera en que estaba vestida.

-Hablando del rey de Roma- dijo el de nombre Felix.

Espera… ¿Qué?... ¿Antes se referían a Elsa?

-Hola muchachos- los saludó Elsa posando su vista en ellos.

-Hola, Elsa, no pensé que te veríamos por aquí.

Elsa caminó por la tienda y sacó un paquete de latas de cerveza de una de las neveras. Luego las llevó hacia la caja. Yo seguía parada como una estúpida, a pesar de que ya estaba lista para irme.

Es oficial, decidió ignorarme.

-Tuve un mal día es todo, Ralph- le contestó, con la voz gruñona que generalmente usaba cuando estaba enojada con ella misma.

-Te vi por televisión- le comentó mientras le cobraba-. Me estresaste muchacha, casi quedó calvo por arrancarme tantos pelos ¿Qué fue lo que ocurrió?

-Tuve una pelea con mi primo.

¿Con su primo?... ¿Olaf?... La última vez que lo vi fue en nuestra graduación, pero no habíamos hablado. No sé mucho de él, ni de su vida, desde que Elsa comenzó ignorarme a los quince. Hasta donde recuerdo su relación era sólida como una roca, eran tal para cual y se entendían perfectamente. Si alguna vez discutieron lo hicieron por tonterías. Su pelea tuvo que ser demasiado fuerte, y extrema, para que Elsa fallara de esa manera en la cancha de fútbol.

Felix y Ralph la observaron con preocupación. Ellos sabían algo que yo no.

-¿Por Gogo?- indagó el más grande.

-Si.

Tomé mi bolsa y salí de la tienda sin despedirme. Debería estar feliz porque yo no tengo nada que ver con lo que le pasó hoy en la cancha… ¿Cómo estarlo?... Otra persona estaba en su cabeza, significa que debo aceptar el hecho de que la estoy perdiendo.

La envidia se apoderó de mi cabeza. La detestaba. Si llegaba a cruzármela me arrojaría sobre ella para arrancar su cabello… ¿Cuánto bien le hace tener a esa zorra en su vida? Acaba de conseguir que se pelee con su primo. Más que eso, es un hermano.

-¡Anna, espera!

Me detuve a pesar de que no quería. Cerré los ojos y agité la cabeza hacia ambos lados para evitar que unas lágrimas salieran de mis ojos. Giré hacia ella.

-Lamento eso que ocurrió en la tienda- Elsa venía caminando mientras hablaba y se detuvo a cinco pasos de distancia.

¿Se está disculpando por haberme ignorado? Eso es nuevo.

-Descuida, estoy acostumbrada- respondí con una pizca de indiferencia.

-Es que Felix y Ralph son bastante listos y no tardarían en atar cabos.

-No entiendo que es lo que tienen que descubrir, tú y yo no somos nada.

No me interesa evitar una discusión a estas alturas. Ya ni siquiera me importa darle una respuesta correcta.

Ocasioné que solos los ruidos de los vehículos pasar en la calle fuera lo único que se escuchara mientras ella vacilaba.

-¿Por qué fuiste a ese partido?- preguntó repentinamente.

"Porque no puedo dejar de pensar en ti, imbécil."

-Porque tu amigo Dash me invitó- solté para fastidiarla.

Vi sorpresa y enojo en sus ojos.

-Puedes simplemente no decírmelo si no quieres, pero no mientas.

-Yo no miento.

-Si lo haces. Conozco Dash y, además de ser un cretino, sé que no le interesa ir a los partidos de fútbol femenino.

-Pues parece que hizo una excepción conmigo.

-No es cierto.

-Sí, lo es.

-Que no…- apretó los dientes y sacudió la cabeza-. Olvídalo, ya no estamos en secundaria para hacer ese estilo de estupidez.

Solté una risa sarcástica.

-Déjame decirte que eres exactamente igual a cuando estábamos en secundarias. Aunque tú digas o pienses lo contrario, no voy a creerte a menos que tenga evidencia de lo contrario. Y mientras tú me ocultes la verdad de lo que pasó, yo no pienso ser sincera contigo ¿entendiste?

La hice enojar, y sus expresiones me dieron a entender que no sabía que contestarme.

-Si eso es lo que quieres, está bien- habló casi resignada-. Solo te pediré que, en lo posible, no vuelvas a ir a otro partido.

Sus palabras me afectaron ¿Qué rayos le importa si voy o no voy? Si no fuera porque nos encontramos de casualidad nunca se habría dado cuenta de que estuve en la cancha.

-Vete al diablo- contesté dolida, esquivando su mirada para no ver su reacción porque no quería ver esa fría expresión nuevamente sobre mí-. Si no vas a decirme la verdad, no tienes ningún derecho de pedirme favores.

Seguí mi camino hasta el edificio. Cuando llegué al ascensor, no vi a Elsa detrás de mí, concluí que, o se había vuelto a la tienda de Ralph y Felix para hacer tiempo, o había tomado otro camino para irse a otra parte, tal vez hasta la casa de su… Prometida. La palabra me hacía querer vomitar con solo pensarla.

Llegué al departamento, dejando caer la bolsa al suelo, y me recosté, boca abajo, pesadamente sobre el sillón. Enterré mi cara en uno de los almohadones que tenía. Planeaba quedarme así, durante horas, para conseguir nada.

Mi plan se fue al carajo al escuchar un mensaje llegando a mi teléfono. Saqué mi móvil del bolsillo de mi pantalón, y acomodé mi cabeza hacia un costado para ver la pantalla. Hiro me había enviado un mensaje. Luego de tantas conversaciones, y de jugar al clash royal, decidimos pasarnos nuestros números. Fue frustrante ver que la foto que tenía en su perfil de WhatsApp era la de la misma mujer que estaba en su correo. No soporto esto del "no conocernos hasta que él vuelva a la oficina".

Hiro: Se quemaron mis palomitas- emoji de cara triste.

Después del mensaje venía una fotografía de unas palomitas de maíz negras como el carbón.

Sonreí a medias por lo tonto de la situación.

Anna: Yo estaba por cocinarme fideos instantáneos.

Hiro: ¿Quién necesita una comida gourmet al estilo francés cuando se tiene palomitas quemadas y fideos instantáneos?

Anna: Esa es la actitud.

Rápidamente me levanté para recoger mis compras e ir a la cocina. Pensaba prepararlos y enviarle una foto para mostrarle como quedaron. Tener esta clase de conversaciones con él, por más estúpidas que fueran, eran muy reconfortantes. Tenía una personalidad linda, pero era algo engreído. Justamente por eso es que no hablamos en días. Como se la pasaba hablando de sus perfectas abdominales, me atreví a decirle que no le creía y el muy sin vergüenza me envió una foto de ellas. Hice lo que Emma había hecho antes, mandarlo al demonio, a pesar de que tenía razón sobre lo de que eran perfectas. Le dije que no me volviera a hablar a menos que sea para algo importante, o hasta que yo lo hiciera.

Le envié una foto de mi comida recién hecha y respondió al instante.

Hiro: ¿Esto quiere decir que estoy perdonado? – acompañó el mensaje con la carita triste, supongo que porque estaba avergonzado.

Okey… De algún modo acaba de "mejorar" mi noche.

Anna: Aún creo que eres un idiota. Pero sí.

Hiro: Wiii… Que orgullo- puso una carita feliz.


Luego de pensarlo mucho tiempo, releer comentarios y revisando la estructura de la historia, decidí que voy a darles un POV Elsa en el próximo capítulo. Pero… No se acostumbren, llegado el momento sabrán más de ella.

Quisiera decirles algo acerca de lo que dijo la usuaria Clutch25. Tranquilos, no es nada malo. Probablemente la historia tenga la misma cantidad de capítulos que la anterior o puede que también agregue unos más. Primero, llegando casi al final quiero hablar de dos personajes. Quiero hacerlo, me interesa, y eso es todo lo que voy a decir. Hay algo que también quiero hacer, pero no estoy muy decidida, puede que cuando llegue el momento les pregunte.

Shtorm Volkov: Si en el próximo capítulo Elsa te sigue desesperando pos… dale sus pataditas Psicológicas :P

Clutch25: Bueno, ya contesté. La terminaré, no la dejaré a la mitad.

Guest: Realmente estoy sin palabras jaja. Ya he dicho, la historia está en pie por el apoyo que le dan y aunque no lo entregue los capítulos muy a menudo siempre pienso en ella y en tratar de darles un capítulo lo antes posible. Gracias por la oportunidad.

dokan616: La verdad es que se dicen muchas cosas, llegado el momento iré al Cine y veré con lo que me encuentro.

Adelheidzero: Gracias por el apoyo, es apreciable. Y… aquí suelo lo mismo, hay cosas que se aclararan en su momento más adelante.

ANONIMAUS07: Voy a seguir siempre que pueda, promesa :)

LauraRock: Hola… te recuerdo. Sobre lo de Dash, no será la última vez que la vean. Solo que no habrá golpes, naa… eso ya se vio. Saludos.

Celes-cz: La verdad es que pensaba seguir en las sombras, pero ya son muchos años y ya fue… see, soy Argentina. Orgullosamente Argentina. No importa si el comentario es largo, no me molesta de verdad. No puedo con mi genio, me gusta el drama jeje :P… Gracias por la oportunidad.

Disculpen si me olvido de alguien es que tengo mescla de comentarios con capítulos, pero siempre es bueno leerlos y los aprecio :)