Prompt: Quemadura de hielo (Página Helsa Amor Verdadero para el Helsatober)

Clasificación: T, General


Hielo de justicia


Oculto tras la ruinosa ventana de un edificio en similares condiciones, Hans admitió por fin que se encontraba con el mayor escollo de su carrera como autor e investigador de periódico.

Necesitaba descubrir cómo en los últimos tiempos habían aparecido criminales a las puertas de las autoridades, sin que ellos mismos conocieran la manera, todos en diferentes grados de congelación, en su mayoría con hielo y quemaduras provocadas por este.

…Hasta en pleno verano.

No había explicación razonable para esos hechos. Si bien los eclesiásticos y sus seguidores afirmaban del regreso de las herejes brujas, él no iba a convencerse de esas tonterías del siglo pasado. Había crecido con un padre amante de la ciencia que le enseñó mejores cosas… si bien, al acudir a los laboratorios de diferentes científicos de las Islas del Sur, ninguno pudo explicarle cómo crear hielo y conseguir que no se derritiera en julio.

Sin embargo, la forma existía, alguien la había descubierto y utilizado para hacer justicia.

¡Y él debía obtener respuestas para alcanzar la popularidad que se merecía!

Si resolvía lo que magistrados y jueces no habían conseguido y lo publicaba, su nombre se mencionaría en todos los rincones del reino. Aunque debía jugar bien sus cartas y dar con la persona responsable de esos actos, pues podrían señalarlo a él como tal. Eso no iría bien, la envidia de las autoridades por mostrar su ineptitud podría hacerlo desaparecer en un parpadeo. O, por otro lado, terminaría un estado semejante a la hipotermia y muchas quemaduras para contarlo.

La identidad le importaba poco, solo quería el reconocimiento por resolver el misterio de la década. Sería recordado en años venideros por su hazaña.

Para lograrlo, desafortunadamente, tenía que estar en esa sucia zona de la ciudad, en un edificio que se hacía pedazos, oliendo orines y ahuyentando ratas y cucarachas. Luego de meses armando su trampa —más inteligente que la del magistrado local—, estaba ahí para ver el resultado de sus planes.

Intercalando los destinos cada cierto tiempo, sin coincidencia alguna, pero haciendo un patrón que solo él conocía, había puesto señuelos que atrajeran al justiciero —o más de uno, siempre hombres, porque cargar a los criminales no era tarea que pudiera hacerse por mujeres—, esperando el momento justo para presenciar su intervención. Solo lamentaba haber gastado ganancias de varias partidas de cartas para contratar a tontos deseosos de dinero que hicieran la parte más sucia, como llevar a cabo los crímenes o ser de intermediarios en la búsqueda de estos —que lo desligarían de toda sospecha.

Había un precio que pagar, se recordó asomándose por la cortina raída.

Sonrió y sintió el triunfo cuando el malhechor apuntó a un anciano por la espalda. El justiciero aparecería pronto; no sabía cómo, mas se enteraba de dónde le requerían, especialmente si era en los barrios bajos de la ciudad.

Hans abrió los ojos con asombro al observar que la pistola adquiría un brillo azul y comenzaba a congelarse.

—Imposible —siseó y se frotó la cara, creyendo que era una creación de su cabeza.

Observando la escena de nuevo, comprobó lo real frente a sus ojos. El anciano se alejó corriendo mientras el criminal se hincaba, con la luz azul subiendo por sus brazos.

Oteó alrededor para encontrar al hereje responsable y casi cayó de espaldas al ver a una silueta femenina en el techo de una casa al otro lado de la calle, moviendo sus manos concentrada en el criminal.

¡Era una mujer!

¡Existían las brujas!

Detrás del hielo, las quemaduras y el frío había hechicería.

Perdiendo todo el interés por el criminal o la exposición de la justiciera, sintió deseos de conocerla para que le enseñara la forma de hacer algo como eso. Con una habilidad así podría dominar el mundo entero.

Se apresuró a abandonar el edificio y llegó a la calle cuando el cuerpo del criminal empezaba a elevarse, ya cubierto por hielo. En un impulso, saltó para cogerse de él y escuchó un jadeo.

—¡Suéltese! —gritó la mujer desde metros adelante. —O le obligaré a hacerlo.

—¿Cómo! —preguntó curioso, notando que un niño se asomaba de lo que creía una casa abandonada.

Eso pareció desconcertarla porque él descendió junto al criminal, a quien él abrazó sin importarle su olor fétido. Esperaba que los deseos de justicia de ella fueran tan grandes como para no dejar escapar al hombre, y que tuviera que hacer maravillas para separarlo.

Si eso no funcionaba, la próxima vez se aseguraría de estar en la calle y tener acceso a todos los edificios con techos bajos.

El niño regresó al interior y la justiciera se acercó a él con un paso firme y atrayente a la vista.

Con decepción, notó que tenía una máscara cubriendo su rostro, al igual que una capucha ocultando sus cabellos. Empero, su vestimenta le atraía por no ser como las castas prendas usadas por las féminas.

—No quiero hacerle daño, aléjese para que haga mi trabajo.

—Deseo ayudarle —mintió, creando una excusa rápida.

Ella debió ponderarlo por unos segundos.

—Váyase, yo le buscaré.

—¿Cómo sabré que lo cumplirá?

—No he hecho que se desmaye y pierda la memoria.

Satisfecho, Hans liberó al criminal. Tendría que actuar inocente para conseguir que creyera en él, debía tener cuidado con esas quemaduras que causaba.

—Soy autor de artículos en el periódico, no desconfíe de mí por esto.

Ella asintió.

—Ya lo veremos.

Con un ademán, la justiciera alzó al criminal atrapado y se dio la vuelta para acercarse a una carrera tirada por un caballo oscuro.

Hans permaneció quieto contemplando la retirada de ella, ya aguardando su próximo encuentro.


NA: ¡Hola!

Ja,ja, este fragmento se encuentra ubicado entre 1700-1800; me gusta más el siglo XIX, pero quería que la cacería de brujas no estuviese tan alejada, y que fuese cuando la química moderna se va estableciendo al separar sus prácticas de la alquimia. Y también cuando no existían las "fuerzas policiales" o el nombre de "periodista".

Esto me hizo imaginar a Hans tipo Dexter o Light Yagami.

Estamos a una viñeta de las versiones M.

Cuídense.

Besos, Karo.


Guest: Ja,ja, pues sí, lo mío era sugerencia irónica, pero Idún podría ser mala (no porque Disney tiene una cosa con las madres) por la culpa del revoltijo que hicieron en Frozen 2, sabiendo tanto y ocultárselo a su hija que sufría diariamente por sus poderes. U ocultar de Agnar su origen, como dan a entender. En fin, tú mencionas puntos coherentes con la madre siendo la villana, lo cual, de hecho, la haría mucho mejor que Hans como tal. XD