Prompt: Blanco, gabardina, espacio - Helsatober de la página Helsa Amor Verdadero.

Clasificación: T, General.


Apariencia


Él rozaba el colmo de la hipocresía y el cinismo al acudir al evento vestido de blanco, pensó Elsa cuando presenció la entrada de Hans Westergaard a la sala de juicios orales de la universidad.

Siendo el presidente de la sociedad de alumnos, que acusaba a un inocente de cometer acciones deshonestas en contra de su casa de estudios, mientras tenía un historial cuestionable en su haber, esa indumentaria debía estar prohibida. Quería aparentar ser una blanca paloma, lo cual probablemente el noventa y nueve por ciento de la universidad se tragaría, como llevaba haciendo por varios semestres.

Ella, su hermana y contadas personas, sin pruebas, solo por intuición (y, en su caso, en defensa de un suceso con su hermana), no lo hacían. Eran conscientes del verdadero parásito humano que escondía el joven al que todos amaban.

Presionó sus dientes al verlo saludar a los asistentes —en su mayoría mujeres— con su encantadora y estúpida sonrisa falsa, molesta por el descaro de su indeseado "cliente", al mismo tiempo que recordaba esa relación vinculante entre ambos.

Se arrepentía de ser la mejor estudiante de Derecho, simplemente porque el Decano la había creído merecedora de representar a su "gran muchacho", sin posibilidad a negarse.

Le habría dejado la tarea de heredar el bufete de su familia a Anna, si hubiese sabido que le tocaría un momento como ese en su vida académica.

Felizmente se dedicaría a pilotar aviones y ser libre en el aire.

Suspiró, conteniendo sus emociones, siguiendo con su mirada a Hans hasta que se situó junto a ella, recriminándole con sus ojos sin hacerlo evidente. Con tranquilidad, él depositó la gabardina blanca —la cual estaba segura era nueva, como toda su vestimenta, pues no recordaba verlo con esa tonalidad— en la mesa y ocupó la silla libre.

—Tenías que hacer una gran entrada, como todo estudiante de política —farfulló ella en francés, idioma que había descubierto tenían en común.

Como muchas otras cosas.

—Siempre me excita escucharte hablar en la lengua del amor —dijo él, apoyándose lánguidamente en la mesa, con un codo sobre la madera y su mejilla en sus nudillos, sin dejar de parecer como el modelo de una revista.

Elsa gruñó por dentro, jurándose no volver a dirigirse a él con aquel idioma, pese a que lo amaba y había dedicado veranos enteros a intercambios que lo perfeccionaran.

Ya buscaría a una persona con la que practicar.

—No te enfades, cariño, pensarán que no harás el mejor trabajo y no quiero que te odien, bastante me ha costado que acepten que no eres un témpano de hielo.

Ignorando el hecho que él era capaz de leerla muy bien, musitó:

—No soy tu cariño. ¿Y de qué hablas? —Se maldijo al no retornar al idioma local.

—Bueno, no es la opinión que tiene el Decano y todo el mundo —contestó él con una sonrisa divertida, en tanto sus ojos brillaban de malicia disimulada para la gente a su alrededor.

¿Qué había sido del chico que la había salvado de sí misma?

Inhaló su loción de afeitar cuando él se acercó a su espacio personal, sintiendo un leve picor en el estómago.

—¿Por qué crees que al señor Olaf le entusiasmó más que fueses mi abogada? —inquirió Hans presuntuoso.

Estaría más comprometida a verlo ganar si sus sentimientos se involucraran, razonó con indignación.

Rata, se había inventado una farsa a su conveniencia (usando a su favor una interminable tensión sexual que los había llevado a la cama enésimas veces). Sin duda, estaba frente al próximo gobernante de su nación.

Solo estaba tergiversando un poco la verdad, le susurró la voz de su conciencia, que sabía de las numerosas ocasiones que había disfrutado recibiéndolo en su interior.

—Me detestas desde que te gané un debate en la secundaria, ¿cuál es la razón para que te prestes a semejante ridiculez?

Él puso cara de circunstancia, casi tragable.

—¿Pero a qué te refieres?

—Eres un actor nato, ¿por qué te inclinaste por la política? Podrías ser exitoso en el mundo del entretenimiento —siseó.

Hans soltó una risa baja, de la clase que estremecía a su audiencia.

—¿No los políticos son los mejores actores?

Bufó.

—Soy un gran actor, cariño, no tienes ni idea.

No le cabía la menor duda, pero tuvo el presentimiento que había algo que ignoraba.


NA: ¡Hola!

Casi dio por término octubre y no tenía mi semana Helsa lista. Estaba la opción de poder hacer 31 días, pero no podría haberlos completado, así que opté por usar todos los prompts de algún modo y con la interpretación que yo quisiera. He subido primero este, que es el más sencillo de todos.

Ahora bien, es increíble que lo último publicado aquí fuera de Navidad del año pasado. Ha sido un año agotador, ¿eh? (Esto no es un juego).

Besos, Karo.


Guest1: No tengo ni la más mínima idea si pasarás por aquí o incluso recordarás comentar, pero me alegra que te encantara ese OS. Gracias por tu comentario.

Guest2: It's been a while, an anonymity doesn't help, but I answer your comment (if you remember you wrote it). It was for the best, indeed, that their date wasn't about Hans' thoughts, neither of them was prepared XD, and Elsa really enjoyed sharing such Santa moment with her love. Thanks for your comment, I hope you had wonderful Holidays and are doing well right now.