Descargo de responsabilidad: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen. El universo es propiedad de JK Rowling.
Draco Pov
¡Genial! Otro idiota que quiere lo que es mío. ¡Estúpida Brown y estúpido Weasley! ¿Cómo se les ocurre invitar al tonto de Krum? ¡¿Cómo pudieron considerarlo más importante que a mí?!
Salgo del ministerio de un humor de los mil demonios, nadie se atraviesa en mi camino; a lo cual agradezco internamente, no es que fuera a atacar a alguien pero tengo una reputación que mantener.
Me aparezco en mis oficinas y mi asistente sale a recibirme y me entrega la agenda del día.
- Buenos días, Señor Malfoy. Si logré agendar una cita con la Sra. Skeeter, estará aquí en una hora.
Draco: Perfecto. - Leo la agenda y veo que no hay mucho para hoy.
- El Señor Nott lo espera dentro de su oficina.
Me detengo de manera abrupta y por fin le dirijo una mirada. - ¿Qué hace él aquí y por qué lo dejaste pasar?
- Me fue imposible detenerlo señor.
- Te autoricé para usar magia de ataque.
- Lo sé Señor, pero el Señor Nott también me atacó y es muy bueno.
Ella tiene razón, Theo es endemoniadamente bueno. - ¿Te lastimó? ¿Estás bien?
- Nada de qué preocuparse, fueron unos raspones de los que ya me he encargado.
- Tomate el día con goce de sueldo, antes de irte instala a alguien en tu lugar.
- Gracias señor.
Entro a mi oficina y veo a mi amigo el cuál no se molesta ni en voltear a verme. Me siento en mi lugar y lo observo. - Pero si es mi traidor favorito. ¿Cómo te encuentras Theo?
Theo: Estoy bien, ¿qué tal tú?
Draco: ¿Ya no lo negarás?
Theo mueve los hombros como si no tuviera importancia. - ¿De que serviría? Tú ni siquiera me crees.
Draco: Si dijera que te creo, 'me dirías porqué se les ha visto juntos tan seguido?
Theo: Ya te lo he dicho, somos amigos, el ministerio contrató mis servicios y ella está a cargo de convencerme de quedarme como el rompe maldiciones oficial del ministerio.
Sonrió con suficiencia. - Entonces no es tu amiga, solo te está trabajando.
Theo: Y mejor que tú a ella, porque ella si me está convenciendo de aceptar.
Ojalá se pudiera torturar con las miradas porque es exactamente eso lo que quisiera hacerle en este momento al bastardo que tengo frente a mí.
Draco: ¿A qué has venido?
Theo: A venderte información.
Draco: ¿De qué clase? - No me niego a escucharlo, será un rompe maldiciones pero tiene alma de político.
Theo sonríe de medio lado. - De Hermione.
Draco: Sé todo sobre ella. - Escucho la risa de mi acompañante. - ¿Qué te causa tanta gracia?
Theo: Lo idiota que eres. ¿Sabes lo que les pasa a los regalos que llevas cada que vas a verla o a los regalos que le mandas?
Lo he pensado y me gusta imaginar que los guarda. - ¿Cuál es la información?
Theo: ¿Cuánto ofreces?
Después de la guerra, a los Nott también se les vaciaron sus bóvedas pero Nott no tenía una bóveda personal ni había un testamento en el cuál tuviera un suma para sí.
Draco: ¿Cuánto crees que valga la información? - Theo me pasa un papel doblado, al leerlo me sorprendo. - Por ese precio debe ser de vida o muerte.
Theo: ¿Entonces?
Draco: Tendrás el depósito en tu cuenta en unas horas. Ahora, dime.
Theo: Hoy, a las 7:00 p.m. en el Londres muggle, Hermione tendrá una cita con Krum. - Apreto el papel que se encuentra en mi mano. - Aquí tienes la dirección.
Lo deja sobre mi escritorio y se pone de pie para retirarse. - Discúlpame con tu asistente y retira la orden de atacarme. Nos vemos.
Lo veo caminar hacía la puerta mientras pienso en agregarle una fuerte propina a su pago, sin duda, la información valió la pena.
Antes de cerrar la puerta agrega. - Y si piensas llevarle vino, al menos tomate la molestia de averiguar cuál es el que a ella le gusta. - Sonríe con burla.
Mejor no.
Sin pensarlo, hago una reservación en el mismo restaurante y a la misma hora que Granger y su "cita". Sé que debería tomar con cuidado la situación, pero en este momento me hierve la sangre. Yo llevo casi un año invitándola a salir y él apenas apareció ayer y ya tiene una cita con ella.
La puerta se abre nuevamente dejando ver a la asistente temporal. - Señor, la Sra. Skeeter está aquí.
Draco: Hazla pasar.
Skeeter entra con una gran sonrisa y los labios tan rojos que pareciera haber succionado la sangre de alguna desafortunada alma; cuando sonríe casi pareciera que tiene colmillos la desgraciada. Le ayudo a sentarse.
Skeeter: Joven Malfoy, que caballeroso.
Draco: - Debo serlo siempre, aun cuando la compañía no me es grata.
Skeeter: Auch... Y aun así, ha sido usted quien me ha llamado, joven Malfoy.
Draco: Señor Malfoy. Ahora soy el cabeza de mi familia y haría bien en no olvidarlo.
Skeeter: Señor. - La palabra le salió entre dientes. - ¿Puedo saber para que me ha citado? - Desde que la bruja había hecho acto de presencia, no había dejado de ver de un lado a otro, de arriba abajo, seguramente buscando algo que alimentará el inicio de una nueva mentira.
Draco sonrió con malicia. - Quería ser yo quien le diera dos nuevas noticias.
Ante la palabra noticia, se sentó más derecha, sacó su busto y puso la sonrisa que ponía a las personas que con mentiras lograba entrevistar, prometiéndoles contar nada más que le "verdad". - Señor Malfoy, jamás esperé volver a contar con su ayuda para la obtención de primicias.
Draco: Viejos hábitos querida.
Skeeter sonrió complacida; a su edad, ser llamada por tan halagadora palabra de parte de un joven tan guapo, no era algo que se pudiera desperdiciar y había rumores de que mantenía amoríos con hombres jóvenes. - Entonces. - Cruzo sus piernas de manera sensual. - ¿Qué es lo que tienes para mí?
Draco tuvo una sensación de escalofríos por las palabras dichas por la mujer que lo acompañaba, pero logro disimularlo. - A partir de mañana, se me anunciará como el accionista mayoritario de "El profeta". Por lo que participaré de manera activa en la censura de los artículos que considere inapropiados o pura basura. - La sonrisa en el rostro de la mujer se borró. - Y por último, estas en presencia del nuevo dueño de la editorial Flourish & Blotts.
Skeeter: ¿Planeas censurarme?
Draco: Claro que no, solo quiere que modifiques o elimines los comentarios acerca de una persona.
Skeeter supo de quien se trataba y sonrió ante el mar de ideas que surgían en su cabeza para la creación de un nuevo y jugoso artículo. - Vaya, vaya, la Srita. Granger y su rechazado príncipe protector.
Draco: Te recomiendo medir tus palabras o podrían agotarse.
Skeeter: ¿Por qué me dices esto?
Draco: Porque no quiero que nos llevemos mal, eres una de las escritoras con más años en estas dos empresas y quiero seguir contando con tus servicios. Admito que no me gusta lo que hasta ahora has escrito pero sé que vende.
Skeeter: Me necesitas.
Draco sonrió y la mujer quiso hundirse en su silla. - No, no lo hago. Hay cientos de chicas jóvenes, con ideas nuevas, esperando una oportunidad para ocupar tu lugar y para hacerlo, estarían dispuestas a aceptar lo que les pido. Piénsalo de esta manera, te quitaré tu columna de "El profeta" y te vetaré de la editorial en la que publicas.
Skeeter: Hay más editoriales.
Draco: Cierto, cierto, Lux in mundum...de la cuál es dueña mi madre y quien por cierto detesta todo tu trabajo. Lo bueno es que has escrito cosas muy buenas de los países extranjeros y estarán dichosos de recibir tu trabajo por allá. - Te tengo.
Skeeter: Creo que podría cambiar mi opinión sobre la Srita. Granger.
Draco: ¿Cuánto tiempo llevas siento escritora? - Mencionar un número de años exacto le es ofensivo.
Skeeter: Varios.
Draco: Bastantes varios años, si puedo decir. Sra. Skeeter, no es mi deseo el enemistarme con usted. Le ofreceré algo a cambio de sus servicios. - La mirada de la rubia brillo con deseo, provocándole nuevamente escalofríos a Draco. - Serás la nueva editora de "Corazón de bruja" - Los ojos de Skeeter casi se salen de sus cuencas. - Tu sueldo será mayor que el que tienes ahora como escritora y tendrás más tiempo para escribir tus libros.
Skeeter: Muchas gracias, Señor Malfoy.
Draco: Aguarda. - El rostro de Skeeter se tensó por la anticipación. - No me ha dado su palabra de dejar de escribir exageraciones de quien yo no lo quiera.
Skeeter: Creía que solo era de Granger.
Draco: Sra. Editora, ¿me está contradiciendo? - Skeeter rápidamente negó. - Bien. Pues a la salida, mi asistente le dará la lista de personas de las cuales no puede hacer exageraciones falsas, no estoy diciendo que no puede escribir de ellas, no es mi intención interferir en su trabajo. Ah, por cierto, no me he agregado en esa lista, sospecho que sabrá que como director de las empresas para las que trabaja, sabrá que no hay que meterse conmigo.
Skeeter: ¿Qué pasará con mi columna en el diario?
Draco: Haga lo que quiera, pero le recomiendo busque a una sustituta la cuál usted pueda manejar a voluntad o tendré que ofrecerle lo que a usted ya le he dado. Puede retirarse.
Skeeter: Gracias Señor Malfoy. Con su permiso.
Nota mental, no volver a quedarme a solas con la rubia madurita. Me sacudo por los escalofríos ocasionados por las miraditas de Skeeter. Me debes otra Granger, pienso en todas las que hasta ahora me debe mientras bebo lo más fuerte que hay en mi bar.
La noche por fin ha llegado, me arreglo para salir. El espejo me muestra lo que ya sé, perfecto. Me encuentro pensativo, por lo que no escuché el momento en que me mi madre entró a mi habitación.
Narcissa: Te ves muy guapo hijo mío, ¿saldrás con alguien?
Volteo a verla sorprendido. - Hola madre. ¿Cuándo volvieron?
Narcissa: Hace unos minutos y tu padre ya está buscando otro lugar para ir de viaje.
Draco: ¿Tanto detesta estar en casa?
Narcissa: No es eso cariño, es solo que la guerra lo dejo muy marcado.
Draco: ¡Ja! Nos dejó marcados a todos y si las marcas le molestaran, ya se hubiera intentado cortar el brazo.
Narcissa: No hables así de tu padre. Él ha intentado superar el pasado tan bien como ha podido y está intentando hacer nuevos recuerdos, ojalá pudieras acompañarnos a alguno de nuestros viajes, eso le alegraría tanto.
Draco: Pero si viajan todo el año. - No puedo negarle nada a mi madre. - Bien, en diciembre, de preferencia elijan un lugar de clima cálido. Si vamos a viajar en invierno, al menos huyamos del frío.
Narcissa: ¡Excelente! Le diré a tu padre. Por cierto, no me respondiste, ¿saldrás con alguien?
Draco: Algo así. Iré a ver a Granger.
Narcissa: Me da gusto verte tan dedicado y enamorado, espero poder verla pronto. - No es buena señal que se quede callada con una sonrisa, trago en seco. - Ya se, invítala al viaje que haremos en diciembre. Será fantástico.
No creo poder haber ocultado mi sorpresa. - ¿Pe-pero madre, no crees que sea inapropiado que viaje con nosotros? Aún no somos nada. - Espero que con eso ya no insista.
Narcissa: Tonterías, deja ese comportamiento tan arcaico y por lo de que "aún no son nada" confió en ti para que llegando esa fecha, la joven ya sea mínimo tu novia. Estoy segura de que durante el viaje la podrás hacer tu prometida. - Se para del sillón donde estaba y camina hacia mí, me arregla el traje y me da dos palmaditas en el pecho. - Bueno, ya está decidido. La Srita. Granger vendrá con nosotros. Iré a decirle a tu padre las buena noticias.
Sale de mi habitación con una hermosa sonrisa y pienso que las dos mujeres de mi vida son muy tercas. Y luego pienso en Granger, ¿cómo diablos la convenceré de ir de viaje con mi familia en cuatro meses si ni siquiera la he logrado convencer de salir a comer conmigo en un año?
Bueno, un problema a la vez. Me miró por última vez al espejo y salgo con una meta fija, evitar que Krum logre un avance con Granger.
Viktor Pov
Transitar en el Londres muggles es un poco complicado para mí, pero me encantan los vehículos que aquí se utilizan, son extraordinarios. He llegado al restaurante con una hora de anticipación, sería una descortesía el hacer que ella espere por mi cuando yo he sido el que la ha invitado a cenar, así que me instalo en el bar a esperar su llegada. He pedido algo de beber, me fascinan los cócteles muggle, es increíble lo ingeniosos que son en la mezcla de bebidas y sabores, su whisky, ron y Vodka no son mucho de mi agrado pero mezclados con otra cosa son fantásticos.
La veo entrar al restaurante y preguntar por mí, se ve bellísima, desde la primera vez que la vi, supe que se convertiría en una hermosa mujer. Camina hacia mí, mi corazón amenaza con salir de mi pecho, debo actuar con naturalidad, la veo mirar con curiosidad el cóctel que tengo en mi mano.
Hermione: Hola, ¿llevas mucho tiempo esperando?
Viktor: Hola. La verdad no. - Miento. - ¿Gustas algo de beber?
Hermione: Lo que tu estés tomando. - Pido otra bebida. - Creí que serías de algo más fuerte.
Viktor: Lo soy. Pero el licor muggle no es mucho de mi agrado pero me encantan sus cócteles. Tiene un sabor único. - La escucho reír. Tiene una hermosa sonrisa.
Hermione: Aquí no se añeja de la misma manera y el licor mágico es para personas mágicas, si un muggle probará el whisky de fuego, al primer sorbo caería noqueado.
Viktor: Sabes, - Me llevo la copa a los labios. - desde que probé estas bellezas, me entró la loca idea de abrir un bar con bebidas muggle en el mundo mágico.
Hermione: Eso suena maravilloso, estoy segura de que a más de uno le gustaría probarlas.
Viktor: Si abro el bar, ¿irías a Bulgaria a probarlas?
Hermione: Por supuesto que sí, me encantaría.
- Señor Krum, Srita. Granger. - Un mesero nos llama. - Su mesa está lista, si fueran tan amables en seguirme.
Le ofrezco mi brazo para apoyarse y ella lo toma, caminamos juntos y la ayudo a sentarse, al acercarme, noto que lleva un perfume diferente al de ayer, es delicado y un poco dulce, le queda perfecto.
Hicimos nuestro pedido y hablábamos mientras esperábamos nuestros platillos, cuando se acerca un mesero con una botella de vino.
- Buenas noches, Permítanme servirles una copa de vino blanco por favor.
Hermione: Nosotros no hemos pedido vino blanco.
- Lo sé Srita. Pero el caballero de la mesa de allá ha enviado está botella para ustedes.
Hermione: No lo veo.
Viktor: Sírvanos cuatro copas por favor.
Hermione: ¿Cuatro?
Viktor: En Bulgaria, cuando alguien invita una botella, es tradición invitarle una copa al mesero que la ha traído. - Volteo a ver al mesero. - Acompáñenos con una copa por favor. - Se ve sorprendido pero acepta.
Hermione: ¿Y la tercera?
Viktor: Se la llevaré al caballero que nos ha invitado la botella.
Hermione: ¿Otra tradición? - Asiento de manera afirmativa. - Eso es muy interesante, cuando investigue sobre tu país, no investigue sobre su etiqueta.
Viktor: ¿Esperas nuestros platillos, por favor?
Hermione: Si, claro.
Tomo mi copa y la que compartiré con mi nuevo amigo, pero en cuanto le veo la cara a quien envió la botella, descarto la posibilidad de hacer amigos.
Viktor: ¿Malfoy?
Draco: Hola Krum, ¿apoyando a los meseros? Te queda bien.
Viktor: Tan desagradable como siempre. - Pongo la copa que traje frente a él y él la acepta.
Draco: ¿Por qué brindaremos?
Sonrió ante la idea de hacerlo enojar. - ¿Qué tal por mi futura relación con Hermione? - Se ve que eso lo ha enojado.
Draco: Mejor por tu pronta vuelta a Bulgaria y jamás retorno.
Viktor: Con Hermione, por supuesto. - Sonrió y él se ve exasperado.
Draco: Brindemos por la felicidad de Hermione.
Viktor: Me parece bien. - Tomo mi copa y dispongo a retirarme de la mesa.
Draco: ¿Le dirás que fui yo quien envió la botella.
¿Le diré? No había pensado en eso, ¿qué sería lo correcto?, primero debería averiguar qué piensa ella de él.
Viktor: No. - La sonrisa de ese desgraciado me enoja. - Ni siquiera te mencionaré. Para mí, el presente ha venido de un admirador y ya.
Draco: ¿Admirador? Espero que no pienses que tuyo.
Viktor: No importa lo que yo piense, sino lo que ella crea. Nos vemos Malfoy y por favor, no te nos acerques.
Draco: No lo haré, no te preocupes.
Me alejo de la mesa de Malfoy y veo a Hermione quien me sonríe al verme acercarme a ella.
Viktor: Disculpa si tarde. - Tomo asiento.
Hermione: No te preocupes. ¿Conoces al que invito la botella?
No le mentiré, pero tampoco le diré la verdad. - Si, es un viejo conocido. De hecho es un admirador.
Hermione sonríe. - Es una increíble casualidad.
Viktor: Lo sé. Woow, esto huele delicioso. - Cambio de tema, quiero olvidar al imbécil de Malfoy.
La cena ha transcurrido de lo más tranquila, hemos hablado, reído y debatido sobre diferentes cosas, la verdad no esperé que fuera a ser una cena tan increíble.
Hermione: ¿Pedimos la cuenta?
Viktor: Claro. - Llamo al mesero. - La cuenta por favor.
- Buenas noches. La cuenta ya ha sido pagada por el caballero de aquella mesa.
Hermione me mira. - Wow, debe ser un gran fan tuyo. Deberíamos acercarnos para agradecerle.
¿Qué hago? ¿Le digo que no? Ese desgraciado sabía que esto pasaría. - Es un admirador amable.
Hermione. ¿Bromeas? Es un gran admirador tuyo.
Viktor: Jamás he dicho que sea mío. - Me pongo de pie y le tiendo mi mano. Que pase lo que tenga que pasar.
Hermione: Debe ser una persona muy amable. - Me tranquiliza ver como borra su sonrisa al verlo. - O un acosador egocéntrico.
Draco: Hola Granger y hola de nuevo Krum.
Hermione me voltea a ver con esos ojos que me enloquecen, pero no está feliz. - ¿Por qué no me dijiste que era él?
Draco: Si, ¿por qué no le dijiste? - Lo veo sonreír, como quisiera darle un puñetazo en su pálida cara.
Viktor: Porque no quise que arruinara nuestra cena la sombra de su presencia. Hubieras estado incomoda toda la velada, lo siento. - Veo como la tensión se va de su rostro y lo remplaza la comprensión, cosa que también nota con disgusto el mal tercio.
Hermione: Tienes razón. Bueno, gracias y adiós Malfoy.
Draco: Granger. - Ella espera a que hable. - ¿Te gustó el vino?
Hermione: Es la primera vez que aciertas en algo.
Ella le da la espalda y comienza a caminar a la salida y yo veo como se forma una sonrisa en la cara de Malfoy. Me apresuro a alcanzarla.
Viktor: ¿Estás bien?
Hermione: Si, es solo que ver a Malfoy me enoja. Habíamos tenido una fantástica velada. ¿Por qué no me impediste verlo?
Viktor: ¿Habría podido?
Empieza a reír y sonrió. - No, jajaja. Muchas gracias por invitarme a salir.
Viktor: Espero pueda repetirse.
Hermione: Me encantaría. ¿Cuándo regresas a Bulgaria?
Viktor: En un par de semanas. Quiero ver el presupuesto de algunos licores para abrir el bar. ¿Me acompañarías a las catas?
Hermione: Me encantaría, pero dependerá de los horarios, no puedo ausentarme mucho de mi trabajo.
Viktor: No habrá problema, los mejores son los fines de semana.
Me toma del brazo y empezamos a caminar.
La acompaño hasta su casa y me despide con un beso en la mejilla.
A pesar de las interrupciones, esta ha sido una noche maravillosa. Muero por volver a verla.
