ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO TIENE ESCENAS LEMON NO MUY FUERTE, ASÍ QUE A LOS
MENORES DE 15 AÑOS, POR FAVOR, SÁLTENSE ESA PARTE. USTEDES MISMO SE DARÁN
CUENTA CUANDO COMIENZA Y CUANDO TERMINA
Capítulo 5: Una Luna de Miel llena de sorpresas
Después de ese gran beso que se dieron enfrente de todos que sacó aplausos
de todos los presentes, pidió calma Michael Hastings para tomar la palabra.
- Por favor, quiero comunicar a todo el mundo una noticia que agradará
a todos los presentes. Primero de todo dar la enhorabuena a esta joven
pareja que acaba de casarse y comunicarles que a partir de que terminen
la Luna de Miel, tienen un puesto en la federación internacional de magos-
ante estas palabras los dos jóvenes se sonrojaron y el resto aplaudió
fuertemente- Y lo segundo que quiero decir y que agradeceremos todos- se
oye un gruñido de un estómago y una queja de un muchacho por un codazo-a
eso venía el caso- dice Hastings sonriendo- que en la sala continua hay
unas mesas esperándonos para comer.
Aún se mantenían Harry y Steffany en el lugar donde hacía unos minutos se
habían convertido en marido y mujer sin poderse mover de la emoción con
miedo de romper ese momento. Pero rápidamente fueron llevados por Denisse y
Richard que aún dolorido por el codazo de la chica por el sonido que había
producido su estomago, los cogieron por los brazos llevándolos juntitos,
atravesaron la sala y que en el exterior los esperaban el resto de los
invitados para tirarles arroz y algún que otro hechizo de fuegos
artificiales y que algunas mujeres presentes que eran muy pocas estaban
locas por coger el ramo de flores que Steffany había llevado como diadema
en una de sus manos. Steffany cumpliendo los deseos de las mujeres que
estaban, arrastró a su amiga, Denisse, al centro del grupo de las mujeres,
tiró el ramo de flores y cuando se dispersó el grupo entre murmullos de
disgusto se vio como Denisse sorprendida tenía cogido el ramo. Harry,
mientras se había dado la vuelta hacia la sala donde hacía un momentos
estaban dentro esposándose, era una habitación no muy grande encantada de
tal forma que parecía la bóveda central en miniatura de una gran catedral,
en el techo de ésta había dibujados pequeños angelitos acompañados de
santos, el suelo era de piedra como el resto del castillo, los bancos donde
hacía unos minutos conocidos muy cercanos de esos últimos meses habían
estado llorando de felicidad por ellos dos, en las paredes de la bóveda se
encontraban vitrinas que representaban el calvario de Cristo iluminadas por
una potente luz que hacía a estas verlas especialmente hermosas y al final
de la sala se encontraba un pequeño altar de cristal hermosamente tallado
con imágenes de ángeles en las patas y en las paredes ésta se encontraban
caras de santos divididos por una cruz con unas palabras en latín y encima
de la mesa había una Biblia elevada unos centímetros de la mesa por un
pequeño pulpito que había instalado en la mesa y detrás de la mesa había
un cruz de oro con algunas incrustaciones y clavado en ella se encontraba
un Cristo de madera bellamente modelado artesanalmente y que parecía que
allí se encontraba clavado el mismísimo Cristo. Ante los detalles, Harry se
emocionó especialmente al comprender que no había abandonado a sus amigos
para solo hacer la carrera de Auror sino que había conseguido algo más,
amor y nuevas amistades.
Después de que la conmoción de que Denisse cogiese el ramo y de que
Steffany al fin se hubiese calmado de reírse por lo ocurrido ya que al
pensar que la siguiente que se casaría fuese Denisse le causaba mucha
gracia mientras que Richard se recuperaba de haber estado rojo por la
mirada que le había echado Harry por ese acontecimiento cuando Harry había
vuelto la vista al frente. Fueron a la sala del al lado donde vieron que
había preparado unas cuantas mesas con manteles blancos con varios platos,
cubiertos y vasos y encima del plato superior había un Carta de menús.
Harry y Steffany fueron llevados por Sirius a la mesa principal donde se
sentaron en el centro haciendo de anfitriones.
Al ver lo que había en los platos, cada uno de los invitados escogió sus
platos preferidos que los elfos domésticos habían preparado con esmero y
que por arte de magia aparecían en el plato para deleitar el paladar de
cada invitado. Harry y Steffany por insistencia de Sirius, al final le
hicieron caso para que se callase de una vez y de les dejase de darles la
tabarra de que compartiesen la comida, lo hicieron de primero se pidieron
un fresco Gazpacho que lo bebieron de la misma taza (al pedirlo sólo
apareció un tazón porque un elfo doméstico estaba allí para vigilar todo lo
que se hacía para que no hubiese posibles contratiempos con un hechizo de
invisibilidad impuesto por él mismo para pasar desapercibido), los dos se
lo tomaron sonrojados por los silbidos y los comentarios un poco morbosos
de los presentes. De segundo plato por indicación del Director Dippet con
aprobación de Dumbledore pidieron un chuletón de ternero pasado por piedra
ahí mismo, el cual se lo comieron en unos minutos. Y antes de que trajesen
la tarta un par de elfos domésticos, Sirius se levanto de su asiento y tocó
con una cucharía su copa de champán.
- Disculpen, Señores y Señoritas. Soy el padrino de este afortunado
joven que se acaba de casar y el tío de la novia. No sabéis que alegría
me ha producido ver como estos jóvenes se juntaban en santo matrimonio
cumpliéndose uno de mis más grandes sueños, que un miembro de la familia
Potter y otro de la Black se hayan juntado como había imaginado desde el
momento que conocí a los padres de Harry. Por lo que os pido a todos que
elevéis vuestras copas y brindemos para que esta joven pareja nunca se
separe.
Ante estas palabras todos elevaron sus copas y chocándolas con las de sus
vecinos produciendo un tintineo en la sala y el agradecimiento por parte de
Harry y Steffany.
Harry en un principio estuve nervioso por la boda, ya que no sabía como
Sirius se lo iba a tomar, eso de que su sobrina pequeña se iba a casar con
él sin antes habérselo consultado a él antes. Eso suponía él, por el
temperamento que tenía Sirius con los que quería mucho como ya lo había
demostrado en su tercer año en Hogwarts o en su quinto año cuando fue en su
ayuda cuando le estaba prohibido abandonar el centro de la Orden del Fénix,
pero al contrario de lo que esperaba, Sirius se lo tomó mejor de lo que
estaba previsto. Tanto que casi ahogó a Harry de un fuerte abrazo por la
alegría y empezó a organizar, mandar y todo lo que se podía hacer para
llevar a cabo la boda y todo lo que envolvía a ésta sin dejar opción a
Harry ni a Steffany, que cuando recibió la noticia de eso tuvo sentimientos
encontrados por una parte alegría porque su tío lo aceptaba y por otra
porque él llevaría todo lo de la boda sin dejarle a ella nada que
organizar.
- Por Steffany y Harry, que son los mejores amigos y confidentes que
uno puede tener en este mundo y que juntes sean muy felices- se levanta
Richard de su asiento brindando también por ellos medio feliz.
Todos de nuevo alzaron sus copas para brindar y tomar un par de tragos
menos los novios que estaban alegres por todo lo que estaba ocurriendo y
que no salieron del shock que estaban hasta que dos elfos domésticos
trajeron la gran tarta de bodas. Entre Harry y Steffany partieron la tarta
con una espada que les brindó Dumbledore que no era otra que la espada de
Gryffindor y que Dumbledore le comunicó a Harry al oído.
- Harry, esta espada es un regalo de bodas y no aceptaré un no como
respuesta- le dijo mientras se la pasaba.
Los dos partieron la tarta y se la comieron intercambiándose cucharadas
entre los dos encaramelados. Los trozos de tartas sabían al gusto del
poseedor del plato del cual se comía la tarta por lo que comprobaron los
que compartían trozos de tarta que solo fueron Harry y Steffany que sus
piezas del otro sabían a fresa y a chocolate respectivamente.
Harry le comentó a Steffany antes de irse de la sala que mirase donde se
encontraban Denisse y Richard, al hacerlo Steffany se llevó la sorpresa más
agradable de su vida después de casarse con su amado y era ver como sus dos
mejores amigos que toda su vida se amaban se daban un tremendo beso en los
labios con una gran pasión en una de las mesas más alejadas del gentío que
en esos momentos se ponían en pie para despedir a los novios (Harry y
Steffany).
- Les he echado una pequeña poción en sus bebidas para inhibir sus
temores e inquietudes- le susurra Harry al ver como su amada, Steffany,
estaba de piedra.
- ¿Qué has hecho qué?-pregunta enfadada ésta también en susurros
mientras se despedía disimuladamente de todo el mundo con la mano.
- Pues lo que has oído, amor. Que les he dado un empujón para que al
final estuviesen juntos- al no verla convencida añade- Ya oíste por
separado lo que en realidad sienten el uno al otro, lo único que he hecho
ha sido empujarlos para que estuviesen juntos.
- Harry, cielo, aunque no lo parezcas a veces eres un genio- dice
convencida plantándole un beso en los labios sacando un aplauso de los
invitados-¿Cuánto dura?-pregunta saliendo de allí aún viendo que estaban
besándose frenéticamente.
- Pues hasta mañana por la mañana- dice Harry sin importancia-
Seguramente cuando se levanten juntos mañana por la mañana de la misma
cama.
Ella sin decir nada más acepta el plan de su marido, Harry, ya que desde
que tenía uso de razón le había vuelto loca por sus discusiones y si
juntándolos desaparecían estas sería un gran paso para sus dolores de
cabeza.
Una vez que se habían despedido de todos, Harry y Steffany desparecieron
gracias a un traslador a su nuevo hogar, una enorme y grandiosa casa de
campo en el valle de Godric, si se podía llamar así ya que tenía más de
mansión que de casa de campo por sus grandes dimensiones y su lujosidad,
además de tener un gran jardín con un pequeño campo de quidditch detrás de
la casa, todo eso había sido el regalo de Sirius ya que les había cedido
una de las casa de la familia Sirius que tenía en Inglaterra, el director
Dippet les había regalado una biblioteca gigante con todo tipo de libros
que se encontraba dentro de la casa y Hastings con el resto de invitados
les habían puesto el inmobiliario. Al ver todo eso los dos se quedaron
sorprendidos ya que no esperaban tan grandes donaciones por parte de Sirius
y demás. Además el día de su cumpleaños, Harry al ser ya mayor de edad
recibió todas las propiedades de la familia Potter que se había quedado
congeladas al ser menor de edad que eran: cinco casas por toda Europa, tres
bóvedas en Gringotts (una personal que era la que estaba utilizando desde
primero, una familiar donde se guardaba todas las riquezas y materiales
personales protegido por un par de mantícoras que solo dejaba pasar a los
familiares de la familia Potter, y una de máxima seguridad donde se
guardaba objetos importantes), acciones de diversas entidades importantes
tanto mágicas como muggles. Todo eso al principio, a Harry le cohibió pero
pronto lo fue superando al ver que Steffany no dejo nada al respecto y que
sus amigos sólo hicieran chistes sobre sus propiedades y comentarios fuera
de lugar sobre eso haciendo que todo pasase a un segundo lugar. Al final,
Harry y Steffany tenía más riquezas que las familias Malfoy y Black.
Los dos dejaron el poco equipaje que traían encima en sus respectivos
armarios. Steffany se quedó mirando a Harry fijamente penetrándolo con la
mirada haciendo que éste se quedara clavado ante su mirada penetrante, se
desprendió suavemente del traje de novia y se quedó desnuda delante de él.
La mujer muy lentamente se acercaba a Harry con lo que pudo apreciar su
belleza, tenía unos firmes y suaves glúteos, un vientre suave y duro, unos
firmes y voluminosos pechos, una cara preciosa que le caían unos cuantos
pelos dorados en forma de rizos haciendo resaltar sus ojos violetas y con
un liso pelo rubio. La joven, Steffany, con unos movimientos sensuales
invita a Harry a que se acercase a ella.
Harry la empujo con suavidad, después se tendió a su lado, descansando
sobre el codo. La miró, volvió a besarla. Esperó hasta sentir que ya no
estaba tensa y acarició ligeramente sus labios con la lengua. Se levantó un
poco y vio que su boca sonreía, pero que tenía los ojos cerrados. Cuando
los abrió, se inclinó para volver a besarla. Ella se tendió para acercarse
a él. La besó presionando más y abriendo. Su lengua entró en la boca de
ella y Steffany la abrió para dejarle pasar.
Harry sonrió. Estaba interrogando, probando, saboreando, y le complacía que
no lo encontrara insatisfactorio.
- ¿Y ahora qué?- preguntó Steffany.
- ¿Más de lo mismo?
- Está bien.
Volvió a besarla, explorando suavemente los labios, el cielo de la boca y
bajo la lengua. Entonces siguió con los labios la línea de la mandíbula.
Encontró la orejita, sopló su aliento en ella, le mordisqueó el lóbulo y
cubrió la garganta de besos y de caricias con la lengua. A continuación
regresó a la boca.
La besó de nuevo, mas suavemente, deseando más que nunca proporcionarle
placer. Acarició su costado sintiendo la plenitud de su seno, la depresión
de su cintura, la suave curva de su cadera, el músculo tenso de su muslo.
Ella se estremecía bajo su mano, que acarició los rizos del pubis y subió
por el vientre, hasta llegar a la hinchazón turgente de su seno; sintió
cómo se endurecía el pezón bajo su caricia.
Besó de nuevo su cuello suavemente; entonces buscó el otro seno y succionó
el pezón con la boca.
Paró un momento para mirarla de nuevo: el cabello dorado, revuelto sobre la
piel, le enmarcaba el rostro. Sus ojos dilatados, profundos y dulces,
brillaban con un fuego oculto y parecían llenos como si fueran o a
derramarse.
Harry se levantó, se quitó la ropa y se quedó mirándola, con su prodigiosa
virilidad enhiesta. Los ojos de ella sólo reflejaban confianza y deseo.
Se tendió junto a la joven, llenándose los ojos de ella. Su cabello suave,
espléndido, sus ojos, rebosantes y llenos de expectación, su cuerpo
magnífico; toda aquella bella mujer esperando que la tocara, esperando que
despertara en ella las sensaciones que el sabía estaban allí. Quería que
durara esa toma de conciencia por parte de ella. Se sentía más excitado que
nunca anteriormente. Steffany no sabía qué esperar, nadie se lo había
descrito con detalles claros y extensos por no tener a una madre que se lo
dijese.
Steffany estaba quieta, sin mover un músculo pero estremecida. Sentía como
si estuviera esperando desde siempre algo que no podía nombrar pero que él
podía darle. Con sólo sus ojos podían tocarla hasta dentro; ella no podía
explicar la palpitación, los efectos deliciosos de sus manos, su boca, su
lengua, pero ansiaba más. Se sentía incompleta, sin terminar. Hasta que él
le había dado a probar el sabor, no sabía cuánta hambre tenía, pero una vez
provocada ésta, tenía que saciarla.
Cuando sus ojos quedaron satisfechos, los cerró y la besó una vez más. Ella
tenía la boca abierta, esperando; atrajo su lengua y experimento con la
suya, tanteando. El se apartó y le sonrió para animarla. Cogió una guedeja
dorada y brillante de cabello y se la llevó a los labios, y después se
frotó el rostro contra la suave abundancia dorada de su corona. La besó la
frente, los ojos, las mejillas, deseando conocerla toda ella.
Encontró la oreja y su aliento cálido mandó estremecimiento deliciosos por
el cuerpo de ella una vez más; le mordisqueó la oreja y le lamió el lóbulo.
Encontró los nervios tiernos del cuello y la garganta, que despertaron
largos espasmos deliciosos por lugares secretos e intactos. Sus manos
grandes, expresivas y sensibles la exploraron, sintieron la textura sedosa
de su cabello, rodearon mejilla y mandíbula, recorrieron el contorno de su
hombro y su brazo. Cuando llegó a la mano, se la llevó a la boca, besó la
palma, acarició los dedos uno por uno y siguió la curva interior del brazo.
Steffany tenía los ojos cerrados, cediendo a la sensación con impulsos
rítmicos. La boca cálida encontró el camino entre los senos y rodeó la
curva de uno. Hizo círculos cada vez más pequeños con la lengua y sintió el
cambio de textura de la piel al llegar a la areola; Steffany jadeó al
sentir que le tomaba el pezón en la boca, y él sintió que un ardor nuevo
palpitaba en sus ijares.
Con su mano siguió el movimiento circular de la lengua en el otro seno, y
sus dedos hallaron el pezón duro y erguido. Al principio succionó
suavemente, pero cuando ella se tendió hacia él, aumentó la fuerza de
succión. Steffany respiraba fuerte, gemía suavemente. La respiración del
hombre iba a la par con el deseo de ella; no estaba seguro de poder esperar
más. Entonces se detuvo para volver a mirarla: tenía los ojos cerrados y la
boca abierta.
La deseaba toda y todo al mismo tiempo. Buscó su boca y atrajo su lengua
hacia la suya. Cuando la soltó, ella atrajo la de él, siguiendo su ejemplo,
y sintió el calor dentro de la suya. Harry volvió a encontrar su garganta y
trazó círculos húmedos alrededor del otro seno turgente hasta llegar al
pezón. Ella se alzó para salir a su encuentro, en aras de su deseo, y se
estremeció cuando él respondió atrayéndola.
Con la mano le acariciaba el vientre, la cadera, la pierna; entonces tocó
la parte interior del muslo. Los músculos de Steffany ondularon, mientras
se tensaba, y después abrió la pierna. Puso su mano sobre el pubis cubierto
de rizos dorados y sintió súbitamente una humedad caliente. El sobresalto
que dio su ingle en respuesta le pilló por sorpresa. Se quedó tal como
estaba, luchando por dominarse, y casi se rindió cuando sintió otra oleada
de humedad en la mano.
Su boca dejó el pezón y formó círculos en el estómago y el ombligo de la
joven. Al llegar al pubis, la miró: estaba respirando de forma espasmódica,
con la espalda curva y tensa, esperando. Estaba preparada. Le besó el
pubis, el vello crujiente, y siguió bajando. Ella temblaba, y cuando la
lengua de él alcanzó la parte superior de su hendidura, brincó dando un
grito y volvió a caer de espaldas, gimiendo.
Su virilidad palpitaba anhelante, impaciente, mientras cambiaba de postura
para deslizarse entre las piernas de ella. Entonces abrió los repliegues y
los saboreó lenta y amorosamente. Ella no podía oír los ruidos que hacia al
sumirse en el estallido de sensaciones exquisitas que la recorrían mientras
la lengua de él exploraba cada repliegue, cada borde.
Se concentró en ella para dominar su necesidad apremiante, encontró el
nódulo que era el centro pequeño pero erguido del deleite en ella, y lo
acarició firme y rápidamente. Temía haber llegado al límite de su
resistencia cuando ella se retorcía sollozando en un éxtasis que nunca
anteriormente había experimentado. Con dos largos dedos penetró en su
húmeda cavidad y aplicó presión hacia arriba, desde fuera.
De repente Steffany se arqueó y gritó, y él saboreó una nueva humedad.
Apretando y aflojando los puños convulsivamente, hacia gestos de llamada
inconscientes al ritmo de su respiración espasmódica.
- Harry- le gritó Steffany-¡Oh, Harry! Necesito... te necesito... necesito
algo...-Él estaba de rodillas, apretando los dientes en un esfuerzo por
contenerse, tratando de penetrar con delicadeza en ella.
- Estoy tratando de hacerlo con suavidad- dijo, casi dolorosamente.
- No... no me hará daño, Harry.
Mientras ella se arqueaba para recibirlo, se abandonó y entró, fue más
allá, esperando hallar la barrera, pero se sintió atraído hacia dentro,
sintió sus profundidades cálidas y húmedas bien abiertas, que le abrazaban
y le envolvían hasta que, maravillado, sintió que lo recibía todo. Se
retiró un poco y volvió a introducirse profundamente en ella. Steffany lo
rodeó con las piernas para atraerlo más. Volvió a retirarse y, al penetrar
una vez más, sintió que su maravilloso paso palpitante le acariciaba cuan
largo era. Fue más de lo que podía aguantar, volvió a empujar una y otra
vez con un abandono sin restricción, cediendo por una vez a su necesidad en
forma total.
- ¡Steffany!... ¡Steffany!... ¡Steffany!...-gritó Harry.
La tensión estaba alcanzando la cima; él sentía cómo se acumulaba en sus
ijares. Se retiró una vez más; Steffany se tendió hacia él con todos sus
nervios y sus músculos. Le penetró en ella con el placer sensual absoluto
de enterrar toda su joven virilidad en el calor anhelante. Se movieron
juntos. Steffany gritó su nombre y, dándole todo lo que le quedaba, Harry
la llenó.
Durante un instante eterno, los gritos más profundos de él se mezclaron en
armonía con los sollozos de ella, repitiendo su nombre, mientras ambos se
estremecían convulsos, en el paroxismo de un placer inefable. Entonces, con
un alivio exquisito, cayo encima de ella.
Durante un buen rato solo se pudo oír la respiración de ambos. No podían
moverse. Se habían entregado totalmente el uno al otro, se habían
transmitido cada fibra de su experiencia compartida.....
A la mañana siguiente, Harry fue despierto por Hedwig con pequeños
picotazos en la oreja. Harry se levantó con cuidado para no despertar a
Steffany que parecía un ángel, cogió la carta que tenía su lechuza en la
pata, la abrió y la comenzó a leer cuando sintió que alguien se acercaba
por detrás de él.
- Harry, ¿por qué no me has despertado?- comenta Steffany somnolienta.
- No me parecía muy correcto despertar a un ángel. Sería pecado-
respondió Harry terminando de leer la carta.
- ¿De quién es la carta?- pregunta Steffany cogiendo a Harry por detrás
que éste aún tenía la carta entre las manos y dándole un beso en el
cuello.
- Es de Sirius. Dice que hoy nos iremos de Luna de Miel que nos ha
preparado él mismo. Iremos a España, EEUU (California), Ecuador y a
Tibet. Este tío tuyo y padrino mío lo ha preparado todo hasta el último
detalle- Harry se da la vuelta y en una mano tenía cogido un paquete-
Hasta nos ha mandado unas pociones multijugos de última generación que
dura 24 horas para que pasemos desapercibidos.
Pero lo único que hacía Steffany era afirmar con la cabeza como si
estuviera escuchando aunque en realidad estaba observando a Harry que en
esos momentos estaba desnudo. Harry al ver que no le hacía caso, la cogió
desprevenida y la empezó hacer cosquillas.
- Cochina. No creía eso de ti, Steffany. Quedarte observándome mientras
te hablo de algo serio- comenta Harry entre risas.
- Es que no podía dejar de verte en todo tu esplendor antes de que te
arrugues todo entero- se intenta defender Steffany también entre risas-
Además tú tampoco te quedabas atrás que si eso te recuerdo que yo también
estoy desnuda.
Estuvieron un rato más haciéndose cosquillas hasta que eso desembocó en
apasionados besos que fueron interrumpidos por unos ruidos que procedían
del salón de estar del piso de abajo. Se pusieron algo de ropa y bajaron a
ver de quién se trataba.
Era Sirius Black que estaba su cabeza en la chimenea del salón mediante
polvos Flu.
- Siento mucho interrumpirlos tan pronto, chicos pero sino no podría
comunicarme con ustedes ya que se irían a la luna de miel- empieza a
decir Sirius- Me gustaría felicitarlos por su boda y que tengan una feliz
luna de miel- comenta divertido al ver que había interrumpido algo ya que
Steffany estaba con una camisa larga de Harry mientras que éste iba con
unos pantalones.
- Muchas gracias, Sirius- dice Steffany medio alegre medio enfadada.
- Sí muchas gracias, padrino. Gracias a ti me he quedado sin el regalo
de la mañana- dice Harry pasando una mano por la cadera de Steffany.
- ¿A sí? ¿y cuál es?- pregunta Sirius con una sonrisa perversa en el
rostro.
- Sirius Black, no seas tan descarado- reprende Steffany a Sirius a la
vez que lo agarraba en uno de sus arranques de mal genio trayéndolo todo
entero hasta el salón de su nuevo hogar.
- ¡¡Eeeyyy!! No era para tanto. Sólo estaba bromeando.
- Pues con eso no se juega jovencito- comentó divertido Harry imitando
una voz de vieja con lo que se llevó un codazo de Steffany.
- Está bien, he recibido la indirecta, Señores Potrees. Ahora a lo que
venía. He estado hablando con Michael Hastings y sobre la misión que
Harry quería hacer. Se realizará como todo está previsto, después de
termine la luna de miel tendrán que venir a la nueva guarida de las
Fuerzas Especiales para comprobar sus pupilos y hablar con Dumbledore.
Allí os encontrará a Hastings que los llevará al Ministerio inglés para
tramitar todo el papeleo de que aún estás con vida y seguramente habrá
alguien que comento sobre tu vuelta a la vida sacando una noticia no muy
agradable me parece.
- Está bien. Muchas gracias por decírmelo. Ahora puedes irte en paz-
comenta Harry.
- Con su espíritu- contesta Sirius entre risas- Espero que se lo pasen
bien a los lugares que he elegido- termina desapareciendo por la
chimenea.
- Harry, no te preocupa cuando saldrá la noticia de tu vuelta- dice
Steffany detrás de él después de que Sirius hubiese desaparecido.
- Cuando llegue ya me preocuparé pero de momento hay que vivir el
momento. ¿No te parece?- comenta Harry con una sonrisa pícara en la cara
sacando los colores a Steffany.
- Está bien. Vamos a realizar ese maravilloso viaje de novios que nos
ha preparado nuestro querido Sirius- comenta Steffany siguiendo el
ejemplo de Harry.
Los dos subieron a su habitación matrimonial, se vistieron adecuadamente,
hicieron un equipaje ligero y se tomaron con algo de preocupación la poción
multijugos transformándose en una persona diferente. Harry se había
transformado en un joven de unos veinte años, alto, musculoso, de pelo
rubio y ojos azules con acento ruso; mientras que Steffany se había
transformado en una joven de unos veintiuno años, de estatura media,
delgada, de pelo rubio y largo y unos ojos grisáceos y acento rumano. Los
dos ante sus cambios se estuvieron riendo un poco hasta que al final se
relajaron dándose un beso.
- No besas mal con tu nueva forma- comenta Harry bromeando.
- Tú tampoco, aunque me gusta más como lo hacía mi Harry- comenta
Steffany siguiéndole el juego.
- Antes de irnos me parece que nos tendremos que cambiar nuestros
nombres e inventarnos un poco sobre nuestros pasados- comenta un poco
preocupado Harry cuando ya estaban a punto de irse por el traslador.
- Me parece buena idea- dijo Steffany- Tú puedes ser Nicolás Vorronob y
yo Barbara, tú esposa. Somos competidores de alta competición deportiva
(Quidditch) en nuestros respectivos países- Termina Steffany muy segura
de si misma.
- ¡Qué imaginación tienes!- exclama Harry sorprendido.
- No es imaginación, cariño. Que fácil eres de sorprender- dice
Steffany riéndose- Lo que he hecho ha sido coger los papeles que nos
acaba de enviar Sirius ahora mismo- dice enseñando a Harry unos papeles
que éste no había visto hasta ahora.
- Eres una tramposa- dice Harry entre divertido y ofendido- Esto merece
una satisfacción-exige éste.
- Ahora no, que nos tenemos que ir de Luna o te olvidas de ella- dice
Steffany con una sonrisa perversa.
- Está bien, pero no te la perdonaré- le reprocha Harry.
Los dos cogieron el traslador al mismo tiempo y fueron transportados con un
tirón en el ombligo a un pequeño bosque. Se pusieron de pie y caminaron un
par de metros antes de encontrarse con un camino que les llevó directos a
un pueblo y que ponía en su entrada "Villanúa" y varias palabras que como
comprobaron, estaban en España, la tierra de los toros, la paella y las
buenas playas entre otras cosas más.
Se aplicaron un hechizo para entender y hablar el español de forma
momentánea para pasar esos días en España. Se dirigieron a un hotel de unas
cuantas estrellas para hospedarse ahí.
- Disculpe pero nos podrías decir algún sitio donde ir para visitarlo,
es que no somos de por aquí- le comente Steffany al recepcionista del
hotel una vez que habían dejado el equipaje en la habitación.
- Por supuesto, señora Vorronob. Hay varios sitios- saca un mapa- en
Jaca- señala un punto del mapa donde había una gran concentración de
población- que es un hermoso pueblo se encuentran monumentos de grandes
dimensiones, magníficos y bien conservados como la ciudadela que consta
más de cuatro siglos, la antigua cárcel, la catedral,...- estuvo un rato
más numerando los numerosos monumentos de la ciudad- luego están las
grutas de la zona donde antiguas creencias se decían que eran habitadas
por brujas, la más conocida es la gruta de Villanúa donde se realizan
excursiones a ella- ante esto los dos jóvenes estuvieron atentos ya que
se decía que en los siglos XIV, XV, XVI, XVII la brujería española era la
más poderosa hasta que algunos de esos magos poderosos y corrompidos
participaron en la inquisición para la eliminación del resto de brujos
españoles provocando la caída del imperialismo español en todo mundo y
querían comprobar esos hechos- y también tienen para visitar Canfranc
Estación donde podrán ver la estación, una preciosidad de principios de
siglo XX. Hay más monumentos más o menos importantes en el pirineo
aragonés pero con el poco tiempo que van a estar por aquí esos son los
más interesantes.- Termina de comentar el recepcionista del hotel.
- Muchas gracias- comenta agradecida Steffany- Querido, vámonos.
Por decisión de Steffany, se fueron como había indicado el recepcionista
del hotel donde se alojaban a Jaca para visitar todos los monumentos del
pueblo que fueron bastantes, pero como Harry comprobó la comida española
era muy buena, se comió tres patatas asadas y una tortilla de patata con un
par de vasos de vino de cosecha del 95 quedándose muy bien mientras que
Steffany sólo se toma una patata asada acompañada de un plato de ensalada.
Por la tarde continuaron con las visitas a los diferentes monumentos
quedándose prendidos por la belleza de cada obra que hacían los muggles
españoles durante su época de apogeo.
Al día siguiente se levantaron temprano, antes de que abriesen los de la
agencia que preparaban las excursiones de la cueva de Villanúa. Una vez en
la cueva gracias a la aparición empezaron a visitarla con la varita levanta
con el hechizo de lumus. Llegaron hasta un agujero, donde sintieron una
gran acumulación de energía, realizaron uno de los hechizos que habían
visto en su preparación como aurores y vieron que alrededor del agujero de
la cueva que hacía de chimenea había una gran acumulación de algún tipo de
magia que no podían identificar como magia blanca u oscura. Harry como
Gryffindor que era se presentó voluntario para inspeccionar la fuente de
energía desde cerca, al estar cerca de la extraña fuente de poder mágico
Harry fue succionado por ella creándose por toda la cueva unos vientos
huracanados que terminaban en el mismo vortice por donde había entrado
Harry y al cual se introdujo Steffany que fue arrastrada por los vientos.
Al despertar, ambos, se sorprendieron de que estuviesen en unas camas
blandas y bastante cómodas.
- Ya era hora de que nuestros invitados se levantasen- comento alguien
entre las sombras- Sus ropas están a los pies de sus camas. Ya les
responderé cuando llegue el momento.
Los dos se quedaron sorprendidos por los acontecimientos que estaban
ocurriendo aunque recelosos por los acontecimientos que estaban pasando
hicieron caso a los que se suponían que eran sus anfitriones que todavía no
los pudieron ver bien debido a que no pudieron salir de la habitación donde
se encontraban que aunque era simple era bastante hermosa con las flores
colocadas estratégicamente.
La puerta al final de lo que parecía la tarde se abrió dejando ver a un
ser muy parecido a ellos pero con la diferencia de que las orejas las tenía
más grandes y puntiagudas por arriba, era un elfo alto. Los dos al verlo se
quedaron un rato sorprendidos por ese acontecimiento que se había producido
en sus vidas pero que pronto supieron reponerse.
- Me alegra de que ya se hayan repuesto de la sorpresa inicial. Me
pueden seguir que vamos a comer algo para luego realizar una serie de
rituales- dice el elfo divertido de lo que había visto.
- Sí ahora te seguimos- consigue decir Harry.
Tanto Harry como Steffany siguieron al elfo alto por unos cuantos pasillos
observándolo todo con gran viveza recogiendo en sus mentes todo lo que
podían. Al llegar al salón de lo que parecía un castillo o algo así, se
sorprendieron al encontrarse una mesa de madera bellamente tallada con
imágenes de la naturaleza donde se sentaban varios elfos.
- Bienvenidos, Harry y Steffany Potter. Es un placer tener entre
nosotros a los protegidos del fuego y del agua- dice el más viejo de
todos ellos- Están en un mundo paralelo, se podría decir así, que es
nuestro hogar desde que decidimos dejar el planeta tierra a manos de los
humanos y a través del cual hemos ido adiestrando en un principio a
jóvenes humanos en la magia para conservar a la naturaleza en estado
puro. Esos jóvenes se transformaron en magos con el paso del tiempo,
algunos corrompidos por el poder lo están destrozando. Por eso hemos
llamado a los protegidos de la vida y de la muerte.
Ante su discurso, Harry y Steffany estaban sorprendidos con todo lo que le
estaba relatando surgiéndoles una duda tras otra.
- Sé que tienen muchas dudas pero antes comamos- comenta el mismo de
antes haciendo aparecer una suculenta comida.
Todos se pusieron a comer con ganas especialmente Steffany y Harry que no
estaban conscientes de que estaban con su apariencia normal ya que la
poción multijugos no hacía efecto.
- Ya podemos, resolver todas sus dudas- dice el viejo elfo algo después
de haber comido- Sabemos quienes son porque los hemos seguido en todas
sus etapas de vida, sé que no han sido fáciles y también que tienen como
elemento de la naturaleza de vuestro interior: el fuego (Harry) del que
dependerá todo el planeta al ser el destructor del mal y el agua
(Steffany) la que causará el renacer de la vida- empieza el elfo
respondiendo a todas las dudas que tenían los dos sin darles opción a que
les preguntasen- El por qué los hemos traído ya ha sido respondido antes,
el cómo ha sido de lo más fácil a través de un vórtice mágico. Y los
hemos atraído hasta aquí con el propósito de darles nuevas habilidades
para combatir en vuestra misión.
Tanto Steffany como Harry estaban de piedra. Esos elfos altos les habían
leído la mente sin ninguna dificultad y eso que ellos eran más que expertos
en Oclumencia, ese hecho les producía miedo pero a la vez respeto ya que
eran los primero seguramente desde siglos o milenios en presentarse ante
ellos con la posibilidad de salir de allí con algo más que la vida.
Ambos cabecearon afirmativamente después de que lo estuvieron pensando
durante un buen rato sacando del resto de elfos una sonrisa en sus caras
contentas con su decisión.
- Me alegra que hayáis aceptado. Nos colocaremos en un circulo con
vosotros en el centro donde os tendréis que fusionar con vuestro elemento
interior y concentraros dejando la mente en blanco- al decir esto los
elfos altos se colocan alrededor de los dos jóvenes juntaron sus manos
cantando un cántico élfico mientras que Harry y Steffany empiezan a
concentrarse para convertirse en fuego y agua.
Una vez que consiguieron transformarse en sus elementos interiores, tanto
el fuego como el agua se juntaron formando un remolino de color rojo-dorado
y azul, entonces los elfos altos producto de los cánticos mágicos empezaron
a moverse a gran velocidad, después lo que parecían los elfos que eran unas
rayas de colores pálidos se transformaron en un gas de colores vivos que se
acercaron a los elementos (Harry y Steffany) y se introdujeron en ellos.
A los pocos segundos de que ocurriese eso, Harry y Steffany se encontraban
abrazados de rodillas al lado de un agujero en el suelo de granito.
- ¿Qué ha pasado?- pregunta Steffany más desorientada que Harry.
- No tengo mucha idea pero me siento más extraño- comenta Harry ayudando
a Steffany a ponerse de pie-Vámonos de aquí, estoy hambriento.
- Como no- dice Steffany divertida.
Bajaron del lugar donde se encontraban que parecía la cumbre de una pequeña
montaña de granito, descubriendo que habían llegado a un camino de tierra
por donde los peregrinos iban a Santiago de Compostela.
- Harry, ¿has oído algo?- pregunta Steffany asustado porque todavía se
encontraba desorientada y con perdida de memoria cogiéndole la mano.
Harry se queda un momento callado intentado interceptar algo y empieza a
escuchar algo que le inquieta.
- Sí que escucho algo, pero es extraño. Es algo parecido al parsel-
comenta Harry con el ceño un poco contraído- ¿Quién anda?, déjese ver.
Después de gritar esas palabras, una brisa fría recorrió el camino
produciendo en Steffany y en Harry un escalofrío por todo su cuerpo y
escucharon unas palabras que les producía paz y tranquilidad "Elegidos de
la muerte y la vida, tranquilos. Lo que escucháis es la naturaleza que
habla, es sabia y os aconsejará en momentos difíciles. Los elfos altos son
sabios y os han dado ese poder a parte de otros que iréis descubriendo en
vuestro viaje". Al terminar de esa paz, Harry y Steffany recordaron todo lo
que había pasado cuando habían sido succionados por la puerta dimensional.
Al recordarlo, los dos se tranquilizaron y pudieron volver al hotel donde
se alojaban para descansar y asimilar toda la información que habían
recibido en ese corto periodo de tiempo.
- Buenas, señores Vorronob. Ha llegado esta carta para ustedes- comenta
el recepcionista cuando entran al hospital.
- Muchas gracias- dice Harry cogiendo el sobre- Ya en la habitación, los
dos se sientan en la cama, abren el sobre y lo empiezan a leer:
Hola Harry, Steffany:
Siento escribir esta carta e interrumpir sus fantásticas vacaciones
en España, pero ha surgido algo importante en California, EEUU, y me
gustaría que se acercaran para realizar una inspección a la zona. No se
preocupen ya he preparado todo para su llegada, allí los esperará John, un
auror de confianza de la federación que los ayudará en su misión. Cuando la
hayan terminado, John les dará otro traslador que los llevará hasta su
destino de la luna de miel.
Que pasen una feliz luna de miel
Sirius Black
- Este Sirius siempre saliéndose con la suya- comenta Harry-¿Qué te
parece la idea?
- No nos queda otra, además me gustaría conocer un poco más América del
Norte- comenta Steffany medio resignada.
Harry sonríe, coge por los brazos a Steffany y la echa en la cama, mientras
ella sonríe complacida. Harry la fue desnudando lentamente hasta dejar al
descubierto sus perfectos y voluminosos pechos, el liso vientre y la
cadera.
La contempló maravillado y la besó. Se levantó un poco y vio que su boca
sonreía, pero que tenía los ojos cerrados. Cuando los abrió, se inclinó
para volver a besarla. Ella se tendió para acercarse a él. La besó
presionando más y abriendo. Su lengua entró en la boca de ella y Steffany
la abrió para dejarle pasar.
A los pocos minutos volvió a besarla, explorando suavemente los labios, el
cielo de la boca y bajo la lengua. Entonces siguió con los labios la línea
de la mandíbula. Encontró la orejita, sopló su aliento en ella, le
mordisqueó el lóbulo y cubrió la garganta de besos y de caricias con la
lengua. A continuación regresó a la boca.
La besó de nuevo, mas suavemente, deseando más que nunca proporcionarle
placer. Acarició su costado sintiendo la plenitud de su seno, la depresión
de su cintura, la suave curva de su cadera, el músculo tenso de su muslo.
Ella se estremecía bajo su mano, que acarició los rizos del pubis y subió
por el vientre, hasta llegar a la hinchazón turgente de su seno; sintió
cómo se endurecía el pezón bajo su caricia.
Besó de nuevo su cuello suavemente; entonces buscó el otro seno y succionó
el pezón con la boca.
Paró un momento para mirarla de nuevo: el cabello dorado, revuelto sobre la
piel, le enmarcaba el rostro. Sus ojos dilatados, profundos y dulces,
brillaban con un fuego oculto y parecían llenos como si fueran o a
derramarse.
Harry se levantó, se quitó la ropa y se quedó mirándola, con su prodigiosa
virilidad enhiesta. Los ojos de ella sólo reflejaban confianza y deseo.
Se tendió junto a la joven, llenándose los ojos de ella. Su cabello suave,
espléndido, sus ojos, rebosantes y llenos de expectación, su cuerpo
magnífico; toda aquella bella mujer esperando que la tocara, esperando que
despertara en ella las sensaciones que el sabía estaban allí. Se sentía más
excitado que nunca anteriormente. Steffany estaba quieta, sin mover un
músculo pero estremecida. Con sólo sus ojos podían tocarla hasta dentro;
ella no podía explicar la palpitación, los efectos deliciosos de sus manos,
su boca, su lengua, pero ansiaba más. Se sentía incompleta, sin terminar.
Hasta que él le había dado a probar el sabor, no sabía cuánta hambre tenía,
pero una vez provocada ésta, tenía que saciarla.
Cuando sus ojos quedaron satisfechos, los cerró y la besó una vez más. Ella
tenía la boca abierta, esperando; atrajo su lengua y experimento con la
suya, tanteando. El se apartó y le sonrió para animarla. Cogió una guedeja
dorada y brillante de cabello y se la llevó a los labios, y después se
frotó el rostro contra la suave abundancia dorada de su corona. La besó la
frente, los ojos, las mejillas, deseando conocerla toda ella.
Encontró la oreja y su aliento cálido mandó estremecimiento deliciosos por
el cuerpo de ella una vez más; le mordisqueó la oreja y le lamió el lóbulo.
Encontró los nervios tiernos del cuello y la garganta, que despertaron
largos espasmos deliciosos por lugares secretos e intactos. Sus manos
grandes, expresivas y sensibles la exploraron, sintieron la textura sedosa
de su cabello, rodearon mejilla y mandíbula, recorrieron el contorno de su
hombro y su brazo. Cuando llegó a la mano, se la llevó a la boca, besó la
palma, acarició los dedos uno por uno y siguió la curva interior del brazo.
Steffany tenía los ojos cerrados, cediendo a la sensación con impulsos
rítmicos. La boca cálida encontró el camino entre los senos y rodeó la
curva de uno. Hizo círculos cada vez más pequeños con la lengua y sintió el
cambio de textura de la piel al llegar a la areola; Steffany jadeó al
sentir que le tomaba el pezón en la boca, y él sintió que un ardor nuevo
palpitaba en sus ijares.
Con su mano siguió el movimiento circular de la lengua en el otro seno, y
sus dedos hallaron el pezón duro y erguido. Al principio succionó
suavemente, pero cuando ella se tendió hacia él, aumentó la fuerza de
succión. Steffany respiraba fuerte, gemía suavemente. La respiración del
hombre iba a la par con el deseo de ella; no estaba seguro de poder esperar
más. Entonces se detuvo para volver a mirarla: tenía los ojos cerrados y la
boca abierta.
La deseaba toda y todo al mismo tiempo. Buscó su boca y atrajo su lengua
hacia la suya. Cuando la soltó, ella atrajo la de él, siguiendo su ejemplo,
y sintió el calor dentro de la suya. Harry volvió a encontrar su garganta y
trazó círculos húmedos alrededor del otro seno turgente hasta llegar al
pezón. Ella se alzó para salir a su encuentro, en aras de su deseo, y se
estremeció cuando él respondió atrayéndola.
Con la mano le acariciaba el vientre, la cadera, la pierna; entonces tocó
la parte interior del muslo. Los músculos de Steffany ondularon, mientras
se tensaba, y después abrió la pierna. Puso su mano sobre el pubis cubierto
de rizos dorados y sintió súbitamente una humedad caliente. El sobresalto
que dio su ingle en respuesta le pilló por sorpresa. Se quedó tal como
estaba, luchando por dominarse, y casi se rindió cuando sintió otra oleada
de humedad en la mano.
Su boca dejó el pezón y formó círculos en el estómago y el ombligo de la
joven. Al llegar al pubis, la miró: estaba respirando de forma espasmódica,
con la espalda curva y tensa, esperando. Estaba preparada. Le besó el
pubis, el vello crujiente, y siguió bajando. Ella temblaba, y cuando la
lengua de él alcanzó la parte superior de su hendidura, brincó dando un
grito y volvió a caer de espaldas, gimiendo.
Su virilidad palpitaba anhelante, impaciente, mientras cambiaba de postura
para deslizarse entre las piernas de ella. Entonces abrió los repliegues y
los saboreó lenta y amorosamente. Ella no podía oír los ruidos que hacia al
sumirse en el estallido de sensaciones exquisitas que la recorrían mientras
la lengua de él exploraba cada repliegue, cada borde.
Se concentró en ella para dominar su necesidad apremiante, encontró el
nódulo que era el centro pequeño pero erguido del deleite en ella, y lo
acarició firme y rápidamente. Temía haber llegado al límite de su
resistencia cuando ella se retorcía sollozando en un éxtasis que nunca
anteriormente había experimentado. Con dos largos dedos penetró en su
húmeda cavidad y aplicó presión hacia arriba, desde fuera.
De repente Steffany se arqueó y gritó, y él saboreó una nueva humedad.
Apretando y aflojando los puños convulsivamente, hacia gestos de llamada
inconscientes al ritmo de su respiración espasmódica.
- Harry- le gritó Steffany-¡Oh, Harry! Necesito... te necesito... necesito...
Él estaba de rodillas, apretando los dientes en un esfuerzo por contenerse,
tratando de penetrar con amor en ella.
Mientras ella se arqueaba para recibirlo, se abandonó y entró, sintió sus
profundidades cálidas y húmedas bien abiertas, que le abrazaban y le
envolvían. Se retiró un poco y volvió a introducirse profundamente en ella.
Steffany lo rodeó con las piernas para atraerlo más. Volvió a retirarse y,
al penetrar una vez más, sintió que su maravilloso paso palpitante le
acariciaba cuan largo era. Fue más de lo que podía aguantar, volvió a
empujar una y otra vez con un abandono sin restricción, cediendo por una
vez a su necesidad en forma total.
- ¡Steffany!... ¡Steffany!... ¡Steffany!...-gritó Harry.
La tensión estaba alcanzando la cima; él sentía cómo se acumulaba en sus
ijares. Se retiró una vez más; Steffany se tendió hacia él con todos sus
nervios y sus músculos. Le penetró en ella con el placer sensual absoluto
de enterrar toda su joven virilidad en el calor anhelante. Se movieron
juntos. Steffany gritó su nombre y, dándole todo lo que le quedaba, Harry
la llenó.
Durante un instante eterno, los gritos más profundos de él se mezclaron en
armonía con los sollozos de ella, repitiendo su nombre, mientras ambos se
estremecían convulsos, en el paroxismo de un placer inefable. Entonces, con
un alivio exquisito, cayo encima de ella.
Durante un buen rato solo se pudo oír la respiración de ambos. No podían
moverse. Se habían entregado totalmente el uno al otro, se habían
transmitido cada fibra de su experiencia compartida.....
Así se quedaron el resto del día ya que a la mañana siguiente saldrían a
través de un traslador a California recibidos por un auror de la federación
internacional de magos. A la mañana siguiente, los dos hicieron sus
equipajes y se despidieron del recepcionista, el cual se sorprendió de que
se fuesen antes de tiempo. Harry y Steffany fueron caminando con sus
maletas hasta que supieron que nadie les estaba viendo, cogieron el
traslador y aparecieron en el techo de un gran rascacielos donde se
encontraba un hombre de estatura alta, de piel pálida, con el pelo castaño
y ojos azules. En este lugar la naturaleza les hablaba de triste,
melancolía, de tiempos mejores pero sobre todo de tiempos venideros
mejores, de esperanza y amor.
- Buenas, Señor y Señora Potter. Encantado de conocerlos- comenta el
auror al verlos.
- Buenas, y por favor llámanos Steffany y Harry que todavía no somos
ningunos abuelos- comenta Harry sacando una sonrisa al auror.
- Pues encantado Harry y Steffany. Mi nombre es John y haré de guía el
tiempo que estéis aquí. Por favor seguidme- dice dándose la vuelta y
sirviendo de guía a Harry y Steffany.
John acompañado por Harry y Steffany fueron bajando el rascacielos por las
escaleras a un gran ritmo sin que sus pies tocasen ni siquiera las
escaleras gracias a unas clases especiales de encantamientos que se daba a
los aurores más avanzados. Ya en la calle, se dirigió al edificio de
enfrente donde instaló a Harry y a Steffany en una habitación. Después de
una hora que les dejó John para que arreglasen todo para su instalación, se
fueron con éste a través de un traslador a un extraño edificio que como les
indico John los muggles no podían ver debido a un hechizo desilusionador y
anti-muggle.
- Bienvenidos al edificio de pruebas experimentales mágicas- dijo John
al entrar en el edificio- Aquí cogemos objetos muggles, los estudiamos y
luego nosotros creamos nuestros propios inventos mágicos con las
funciones que los muggles habían puesto en sus inventos.
- Y nosotros a que entramos en esto. Nosotros teníamos una misión- dice
Steffany un poco mosqueada.
- Pues...- empieza algo comprometido- tenéis que coger unos objetos
mágicos para probarlos y luego quedaros con ellos como regalo por parte
de la federación internacional de la rama de aurores.
Harry ya se esperaba algo así de su padrino y contuvo a Steffany poniendo
una mano en su hombro para que no montara en cólera contra Sirius.
- ¿Podríamos ver esas maravillas?- pregunta Harry para que esa situación
no aumentase aún más.
- Por supuesto- contesta John- Seguidme.
Se metieron en un ascensor y subieron por lo que había contado Harry unos
cien pisos hasta que se pararon, se abrieron las puertas y vieron delante
de ellos unos laboratorios bastantes raros.
- Siempre me sorprende cuando vengo aquí- comenta John- son unos genios
incomprendidos pero buena gente. Harry ten cuidado que si ven tu cicatriz
te querrán usar como conejillo de indias.
Ante esto comentario Steffany se ríe dejando de lado su enfado mientras
Harry se tapa la cicatriz como puede con el flequillo y poniendo cara de
pocos amigos ya que los comentarios sobre su cicatriz no le gustaban mucho.
Se adentraron en el piso viendo como los diferentes científico-magos
estaban experimentando con todo tipo de artefactos que parecían muggles
dirigiéndose a una habitación que se encontraba al fondo del todo.
- Pett, ¿podemos pasar? Que he llegado con los aurores a los que van a
aprovisionar- dice John golpeando la puerta cerrada.
- Pasen- se oye desde dentro, entran y ven todo desordenado- Disculpen
todo este desorden pero no me acordaba de que hoy sería el día- termina
de hablar mientras va recogiendo todo- Siéntense en las sillas ahora
estoy con ustedes- Los tres se sientan en sus respectivas sillas
esperando a que el jefe de los científicos o como lo había llamado John,
Pett, terminase de recoger.
- Ya podemos ponernos en marcha- dice después de realizar unas cuantas
florituras con la varita con lo que la habitación queda limpia.
Pett los llevó por una serie de pasillos que a sus laterales salían
explosiones, sonidos raros e insultos por parte de los que se encontraban
en las alas laterales del pasillo por donde caminaban hasta que entraron en
una habitación que se encontraba en el lado derecho.
- Bienvenidos a la sala de términos- comenta Pett orgulloso- Aquí se
guardan todo lo que vamos terminando y como les habrá contado John, esos
inventos son sacados de ideas e inventos muggles. Vengan- dice
indicándoles que le siguiesen, cogió unas gafas-¿Ven estas gafas?, pues
no son lo que parecen, estas gafitas son una caja de sorpresas: pueden
ver la firma mágica de cualquier mago diciéndoles firma y para
desactivarlo decir normal, detectar la mínima emisión de calor de un ser
vivo diciendo infrarrojos y para desactivarlo comentar normal, ver como
si tuvieras un ojo mágico comentando magic y para desactivarlo decir
normal, ver por la noche diciendo lumus y para desactivarlo Nox y además
transformar estas gafas claras en gafas de sol diciendo Sol y para
desactivarlo decir normal- dice entregando a cada uno unas gafas-
Pónganselas y pruébenlas- siguió al siguiente artículo que eran unos
relojes-Estos son unos relojes que te indican a parte de la hora, el
lugar y lo que hacen los seres que tu quieres localizar diciendo aparece
y el nombre del sujeto y dura unos treinta segundos, apretando estos dos
botones a la vez- indica dos botones del reloj- activas un activador a
una zona que tu antes hayas programado y lo último que hace es pulsando
esta tecla grande crea un mapa de unos veinte kilómetros de diámetro con
el dueño del reloj como centro de la esfera del lugar donde te
encuentres. Cojan uno cada uno de ustedes- se dirigió a una zona un poco
más lejana donde se encontraban unos maniquís con unos trajes metálicos-
Estos son unos trajes con aleación de un metal raro que se encontró hace
siglos y que el departamento de misterios de cada país a mantenido
guardado durante este tiempo y que nosotros hemos conseguido. Con ese
metal y añadiéndole la piel de dragón hemos conseguido un material
resistente a todas las maldiciones exceptuando a las imperdonables y
algunos hechizos negros antiguos que nosotros no hemos podido utilizar
por el poder que requieren, es suyo también ya que he oído que su misión
será luchar directamente contra Voldemort. Y lo último y más novedoso de
todo que aunque todavía no esta terminado es un invento que nos surgió
después de que viéramos como funcionaba el juego de Cards Magics,
nosotros lo llamamos la Criatura ya que al meter una carta de ese juego
en este aparato- saca un brazalete metálico con algunos cables y una
rejilla- se supone que sale la criatura en carne y hueso y que te obedece
pero nos hemos encontrado con el problema de que la criatura sale como un
holograma como en el juego- termina de hablar un poco triste.
- Pett, me podrías dejar un prototipo a ver si puedo hacer algo yo- dice
Harry con una sonrisa en el rostro y con los ojos brillantes.
- Pero...- empieza a decir Pett.
- Pett, yo que tu le dejaría un prototipo de ese chisme. No sabes de lo
que es capaz este cabezota- le interrumpe Steffany dándole a Harry un
codazo cariñosamente.
- Bueno, pero espero que si haces algún avance nos avises- dice
recelosamente Pett entregando el prototipo que tenía entre las manos a
Harry, el cual lo guarda rápidamente.
Después de eso salieron del edificio para dirigirse de nuevo a su
habitación para descansar e irse a su próximo destino que era Egipto. En su
cuarto probaron cada invento que les habían dado, con las gafas se
estuvieron riendo un buen rato por la ropa interior que llevaba cada uno y
demás cosas que comprobaron con ellas, con los relojes hicieron algo
parecido y con los otros inventos no pudieron hacer nada.
Al día siguiente, tanto Harry como Steffany se pusieron todos los inventos
menos el brazalete que Harry lo dejó dentro de su equipaje.
- Jajajaa, cariño, pareces un ratón de biblioteca muy sexy- dijo Harry
riéndose de Steffany al verla todo arreglada.
- Sí, pues tú tampoco puedes decir mucho a tu favor- comentó enfadada.
- Harry, Steffany. ¿Están listos?- pregunta John entrando en la
habitación interrumpiendo la pelea.
- Sí. Muchas gracias por interrumpir, amigo- comento Harry y lo último
en un susurro para que sólo John lo oyese.
- No hay de qué- dice también en un susurro John- Tomen este traslador
que los llevará directamente a Egipto.
John les entrega el traslador que era una bota vieja, Harry y Steffany
cogen la bota con una mano mientras con la otra cogían el equipaje. Al poco
tiempo sintieron un tirón del ombligo y empezaron a ver como millones de
colores se movían aterrizando de pie aunque Steffany por culpa del equipaje
cayó al suelo. Harry la ayudó a ponerse de pie pidiéndole disculpas, al
echar un vistazo a su alrededor comprobaron que no estaban rodeados de un
gran desierto o que estuviesen en la rivera de un gran río como es el Nilo
sino que estaban en medio de una gran selva con una pequeña construcción
delante de ambos. Sintieron como la naturaleza, les hablaba sobre la
muerte, vida y supervivencia de una forma que antes no habían escuchado más
horrible que la propia voz de Voldemort.
- Tranquilos, Harry y Steffany Potter, elegidos de la muerte y de la
vida, los he hecho venir a este lugar para hacerles entrega de algo de lo
que he estado esperando el momento durante siglos- aun con esas palabras
tanto Harry como Steffany no relajaron ni un músculo en bajar la guardia
sino todo lo contrario porque habían comprendido que todo lo que se salía
de lo que se había planeado no era nada bueno si estaba acompañado de
aparentes amenazas mágicos- Mi nombre es Rumiñahui, general de los
ejércitos de Atahualpa, último hijo del sol y soberano del imperio Inca-
hace aparición un fantasma con una indumentaria extraña pero imponente
irradiando poder y confianza- Si se ponen cómodos less podré relatar el
porque de vuestra llegada hasta aquí.
Harry y Steffany al ver el que les hablaba era el fantasma de un hombre
cuya cara parecía una dura piedra y cuya expresión no era de hacerles daño
y que además sabía de ellos y de lo que habían hecho con los elfos altos,
no tuvieron otra cosa que aceptar y ponerse lo más cómodamente posible
mientras se daban la mano. Cuando vio el fantasma, Rumiñahui, que estaban
ya listos para recibir el relato empezó hablar:
- "Hace casi cinco siglos, Huayna Capac invadió el reino de los Shiris
buscando expandir el imperio inca, encontró una fuerte resistencia,
siendo únicamente apoyado por los cañaris, tribu que habitaba al sur de
Quito y con quienes su padre, Tupac Yupanqui, había establecido un pacto
en su primer intento de conquistar a los shiris. A esto le siguió una
sangrienta guerra en la que murió Cacha, el último Shiri, pero aún así el
"Hijo del sol" encontró resistencia en los quiteños, así que optó por
casarse con Pacha, hija de Cacha y princesa del reino de Quito. Ella dudó
mucho de esta decisión, pero que luego los dioses le enviaron una visión
en la que mostraba a su hijo recuperando el reino de sus antepasados así
que aceptó. Huayna Capac se estableció en Quito y allí tuvo un hijo:
Atahualpa.
Huayna Capac no era como cualquiera de nosotros, sino que nuestro padre
el sol lo había privilegiado y le dio el poder de ver el fututo. Al final
de su vida, tuvo una visión sobre hombres de tez pálida invadiendo su
reino, lo que aceleró su muerte. Sin embargo, antes de morir les habló a
sus hijos de un poderoso amuleto con el que podrían derrotar a los
invasores, pero no alcanzó a revelar su ubicación. Huascar y Atahualpa
heredaron el reino y se mantuvieron en paz por un tiempo, el uno desde el
Cuzco y el otro desde Quito. Pero no estaban contentos con la decisión de
su padre...
Por una parte, Atahualpa consideraba que su padre había roto la promesa
que le había hecho a su madre: que él se convertiría en el próximo
emperador inca, pero su carácter era algo pacífico y dejó las cosas en
paz por un tiempo
Huascar en cambio, consideraba su derecho haber heredado todo el imperio.
La tradición inca decía que el heredero del trono debía ser aquel nacido
de la unión entre el emperador y su hermana, ya que la raza de los hijos
del sol no debía mancharse. Por otra parte, al conquistar el reino de los
shiris su padre se había alejado del Cuzco, la capital del imperio, y se
había casado con una extranjera. Para colmo de males, al morir había
dividido el reino para darle el norte a quien él consideraba un bastardo.
Al final, quienes encendieron la llama de la guerra fueron los cañaris:
al morir el jefe de esta tribu, su hijo debía acudir con el soberano para
que este le reconozca sus derechos, en este caso debía ir a Atahualpa,
pero el nuevo líder no lo hizo y fue hasta el Cuzco, donde Huascar lo
coronó como nuevo jefe de su tribu. Esto hizo enojar a Atahualpa y así
comenzó la guerra.
Pero en realidad, la razón de la disputa entre los hermanos no era a
quien le correspondía coronar al jefe de los cañaris, sino una más
poderosa: tanto uno como otro habían averiguado que el amuleto del que
había hablado su padre antes de morir se encontraba en Quito, oculto en
el gran tesoro inca que se guardaba allí. Ninguno de los dos creía en las
visiones de su padre y buscaban el amuleto para otro propósito: dominar
el imperio. La guerra la ganó Atahualpa y Huascar fue muerto
Al tener el poder absoluto, Atahualpa se olvidó del amuleto. Pero
entonces lo que prometía ser el principio de una era de paz y progreso
para el imperio, se vio truncado por la llegada a nuestras tierras de
hombres blancos sedientos de oro. El jefe de ellos se hacía llamar
Francisco Pizarro, y citó al emperador en Cajamarca... Muchas veces le
advertí al emperador que esos blancos no eran de fiar y le pedí que me
dejara acompañarlo junto con un grupo de mis mejores hombres. Pero él se
confió demasiado y fue hasta allí sin ninguna escolta así que lo hicieron
prisionero. Pizarro pidió como rescate un cuarto lleno de oro y otro de
plata, El emperador se los dio pero no fue liberado, sino asesinado. Y
Pizarro partió a Quito en busca del gran tesoro inca
Pero invadir nuestro reino no le sería tan fácil, no si yo podía
evitarlo. Ya me habían advertido que nuestro emperador había sido
asesinado y que los invasores avanzaban hasta la capital así que reuní al
ejército, maté a las vírgenes del sol para que no fueran profanadas por
los blancos y quemé el templo, tomé el tesoro, lo escondí muy bien y
regresé a la ciudad para hacer frente a los invasores. Todos nuestros
esfuerzos fueron inútiles, los blancos montaban grandes animales que
nosotros no conocíamos y tenían armas que escupían fuego. Al final, los
dioses mismos sellaron nuestra derrota al hacer escupir fuego a la gran
montaña. El jefe de los blancos me tomó prisionero con el afán de que le
dijera el paradero del tesoro y del amuleto, cuya existencia Pizarro se
había enterado y quería usarlo en beneficio personal pero por suerte, el
amuleto permaneció en su lugar protegido por hechizos antiguos que hoy
han caído con la bendición de la naturaleza a ustedes- termina de relatar
la historia- Como guardián del amuleto mi deber es protegerlo o en su
defecto entregarlo a aquel o aquellos que hayan sido bendecidos por los
dioses de la naturaleza- se pone de rodillas en señal de respeto poniendo
incómodos a los dos muchachos que estuvieron muy pendientes de la
historia que habían contado- Y ahora como era el deseo del más grande
emperador que ha tenido nuestro imperio, les hago entrega del amuleto
sagrado- termina haciendo aparecer delante de ellos una medalla de oro
con un grabado de un sol en medio con una esfera que parecía un rubí
esférico simbolizando la esfera del sol- Tómenlo, es suyo...
- Pero...- empieza Harry- si he interpretado bien el relato, esto no
pertenecería a algún descendiente de ese rey.
Mientras Steffany estaba quieta mirando la joya cabeceando con la cabeza
como indicando que estaba de acuerdo con lo que decía Harry que aunque la
joya era preciosa y poderosa como lo notaba, no podían aceptar algo así
si no les correspondía.
- Sí es suya- comenta el fantasma sonriendo- el deseo de mi rey era que
su poder fuese utilizado para defender a su pueblo o en su defecto a todo
ser humano y que en los tiempos que vivimos nadie esta a salvo. Y si eso
tendría que ser entregada a otro que no fuese de su sangre porque la suya
se pudriese por la avaricia y el poder, sería su deseo que fuesen
ustedes, por tener un corazón puro, limpio y lleno de amor. Tómenlo, mi
misión ya acabado, es hora de mi marcha al mundo de los muertos. No se
preocupen el poder del amuleto se averiguará con el tiempo. Vayan en paz,
elegidos.
Antes de que ninguno de los dos pudiese discutir algo contra esas palabras,
el colgante fue puesto en el cuello de Steffany por una fuerza invisible,
el fantasma desapareció después de una luz cegadora y antes de que se
pudiesen recuperar de la ceguera que les había sorprendido sintieron como
eran arrastrados por el ombligo como si estuviesen utilizando un traslador.
Al levantarse del suelo, que como notaron los dos estaba más frío de lo que
ellos estaban acostumbrados en su país natal (Inglaterra), vieron que se
encontraban delante de lo que parecía una fortificación o algo así en medio
de la nada, es decir, que se encontraba en lo alto de lo que parecía una
gran montaña que como Steffany suponía serían unos 6000 metros como mínimo.
De sus espaldas se oyó una voz que los sorprendió lanzando por sus espaldas
unas cuantas maldiciones.
- Bienvenidos, Señor y Señora Potter, habéis llegado un día antes de lo
previsto pero veo que habéis tenido la visita de Rumiñahui. Seguidme os
llevaré a vuestros aposentos que el Señor Black ha dispuesto para
vosotros- dijo una persona con vestimentas extrañas, solo llevaba dos
togas encima y con el pelo al cero- Siento mucho haberos asustado de esa
forma- comenta mientras iba caminando seguido de cerca por Harry y
Steffany- En ese lugar la naturaleza era calma, tranquilidad ante todo lo
demás.
- Lo sentimos nosotros. No era nuestra intención ser tan groseros
contigo- dice Steffany cohibida.
- No, la culpa es mía. Hay una frase que dice no molestar cuando aurores
altamente poderosos están desorientados que puedes recibir buenos palos.-
comenta divertido el guía sacando unas risas de los otros dos- Ya hemos
llegado a vuestra estancia. Y yo soy el grosero por no presentarme mi
nombre es Lee- comenta terminando de ayudar a que Harry y Steffany se
acomodasen- A la hora de cenar uno de mis compañeros vendrá a llevaros al
comedor donde todos los del monasterio se reúnen para desayunar, comer y
cenar. Hasta entonces- termina cerrando la puerta de madera tras de sí.
- Que bien, estamos en un monasterio budista- comenta Steffany contenta-
Por fin podré leer documentos antiguos sobre la magia india que guardan
los consagradas bibliotecas. Mañana mismo iré hacia allí.
- Jejejeje- empieza a reírse por bajo Harry- Amor, si te viese ahora
mismo, te reirías de ti misma porque ese comportamiento es de un pequeño
o en su defecto de Hermione al haber encontrado algún libro de varios
siglos de antigüedad- termina Harry en el suelo riéndose.
- Señor Potter, no debe hablar a sí de su esposa, además seguro que
Hermione no se comportaría igual que yo sino que iría ahora mismo hacía
allí como una loca- dice Steffany con una sonrisa maligna en su rostro y
acercándose a Harry por su espalda.
- Sí es verdad, ella iría ahora no esperaría hasta mañana- comenta Harry
pensativo en el suelo sabiendo que su pequeña sabía todo de sus amigos
como él sobre ella y los suyos.
En unos segundos, los dos estuvieron enzarzados en una pelea de cosquillas
empezada por Steffany que acabó con el resultado de que ambos empezaron a
desnudarse apasionadamente mientras se besaban desenfrenadamente, con el
final de que a la media hora de compartir el amor en la cama un poco
rudimentariamente. Toda la ropa que les habían entregado en California
estaba por el suelo esparcida, las gafas de ambos que ahora era gafas de
sol estaban en una mesa y los relojes estaban en sus muñecas mal colocados.
Tanto Harry como Steffany estaban medio dormidos bien juntitos cuando
alguien picó a la puerta.
- Señor y Señora Potter, he venido a buscarlos para la cena. Sí tienen
la amabilidad de acompañarme sería todo mucho más fácil- dice una voz
grave desde el otro lado de la puerta haciendo que los dos jóvenes se
levantasen como unos resortes y se vistiesen en unos minutos- Me alegro
que en los minutos que están aquí los hayan disfrutado mucho- comenta
cuando los dos salen poniéndolos rojos de vergüenza-Síganme que si no se
perderán por estos pasillos.
Harry y Steffany siguieron al monje hasta que llegaron hasta un gran salón
que sólo había una gran mesa con unas cuarenta sillas ya ocupadas por
monjes exceptuando tres.
- Me alegro que nuestros invitados hayan llegado bien hasta aquí, seguro
que han pasado muchas aventuras- dice el monje que parecía que mandaba en
ese lugar- Siéntense y coman nuestra comida humilde.
- Gracias por recibirnos- dice Steffany agradecida- No sabíamos que
tendríamos el placer de estar en un lugar santo.
- No es para tanto, pequeña. Sólo somos unos pobres hombres que
intentamos llegar a la paz espiritual- y cambiando de tema comenta-
Además el Señor Sirius Black nos prometió protección y tranquilidad si
recibíamos a dos buenos jóvenes en nuestro convento durante dos días ya
que por estos tiempos esto no se puede conseguir.
- Ese Sirius- comenta Harry sacando al resto de comensales unas risas ya
que todos habían conocido a Sirius porque se había pasado por allí una
temporada hasta que había convencido a su líder espiritual.
- Sí, ese Sirius es muy buena persona en el fondo- terminan de comer-
Steffany mañana como deseas podrás ir a la biblioteca mientras que Harry
podrá saciar sus ansias de investigar gracias a nuestro guía.
Mientras volvían a su habitación guiados de nuevo por un monje, tanto Harry
como Steffany mantenían una conversación telepática de como había podido
saber lo que tenían pensado hacer al día siguiente.
- ¿Cómo es posible? Sí teóricamente es imposible si somos unos expertos
en Oclumencia y además tú, Harry, que puedes manejar tus pensamientos a
tu antojo y dar la información que quieras.
- No sé como lo ha hecho pero seguro que no es por Legeremancia. No he
notado ninguna fuerza que chocase contra mi barrera.
- Es extraño...- dice Steffany.
- Buenas noches, Señor y Señora Potter que descansen bien y no se
preocupen por lo que ha dicho nuestro maestro, le gusta jugar a leer el
alma con los invitados- dice cerrando la puerta después de que Harry y
Steffany entrasen sorprendidos.
- Se nos debe de haber visto la cara de sorpresa al escuchar lo que
pensábamos hacer- dice Steffany.
- Seguramente ya que has abierto la boca hasta el suelo- comenta Harry
riéndose.
- Pues anda que tú, que se te salían las órbitas de los ojos- dice
Steffany divertida- te tenías que a ver visto parecías a un dibujo
animado que había visto a una diosa erótica- termina riéndose.
- Pues que sepa la señorita que este dibujo animado se va a la cama
ahora mismo y mañana escalará el K-II mientras que tú investiga eso de
leer el alma que nos podrá servir- comenta Harry ásperamente.
Harry se metió en la cama dando la espalda a Steffany con una sonrisa en el
rostro.
- Cariño, yo lo siento. No quería decir eso- dice Steffany abrazando a
Harry por la espalda dándole besitos en el cuello.
- Bueno, ya que estás arrepentida- dice dándose la vuelta- No te
importará que te recoja y nos dormimos que si no me equivoco mañana habrá
que madrugar.
Ambos jóvenes se durmieron en unos minutos teniendo un placentero sueño que
les dejó como nuevos y despejándolos todas sus ideas al tener una charla
con la almohada. A la mañana siguiente fueron despertados por un sonido
como un "Gong" que procedía de un platillo gigante (instrumento de
percusión de música) que echó a Harry de la cama cayéndose al suelo
despertando de esa manera tanto a él como a Steffany por sus alaridos y sus
movimientos.
- Maldito,....- insultos procedentes de Harry mientras intentaba calmar
el dolor y el frío que sentía por estar en contacto con el suelo.
- Harry, esa boca que la tendré que lavar con jabón- dice Steffany medio
dormida, divertida y enfadada por la situación en que se encontraba su
Harry.
- Ya sé, cariño. Pero si tú también hubieses caído al suelo estarías en
mi misma situación- se defiende Harry.
- Está bien- dice Steffany sonriendo- Ostias- dice tocando sus pies el
suelo- Es verdad, Harry el suelo está helado. Será mejor vestirse que me
parece que nos irán a buscar.
Ambos se vistieron y en el caso de cada uno fue preparando sus cosas. Harry
preparó cuerdas y herramientas de escalada previamente encantadas para un
mejor funcionamiento para que no tuviese sorpresas en la montaña; mientas
que Steffany se había preparado una pila de hojas en blanco, con una pluma
y un hechizo traductor.
- Mi niña, ya sabes que si quieres que me quede contigo traduciendo.
Sólo tienes que decírmelo- dice Harry unos segundos antes de irse con el
guía.
- No te preocupes, estaré bien sola. Además me prometí que no cambiaría
tu forma de ser y además se defender tan bien como mi amor- dice
despidiéndolo con un suave beso en la comisura de los labios.
Mientras Steffany se encontraba en la biblioteca esos días para informarse
de los conocimientos de siglos o milenios sobre la magia oriental que se
encontraba recopilada en esa biblioteca para luego compartirla con su Harry
ya que habían descubierto que otro de los poderes que les había dejado los
elfos era que compartían todos sus conocimientos entre ellos. Ella se
encontraba traduciendo con entusiasmo cada pergamino, sin descanso y
contenta cada noche consigo mismo al lado de Harry contándole todas sus
experiencias; Harry se encontraba en alturas que nunca antes podía haber
imaginado que podría estar por la vida que había llevado hasta ahora que
consistía en ir a casa de los Dursley y luego a Hogwarts pero a partir de
ahora sería él quien llevaría la rienda de su vida, esas conclusiones
habían sido sacadas mientras había subido a uno de los lugares más altos
del mundo mirando al infinito, en uno de sus incursiones por el monte de
los cuales se había perdido se encontró delante de lo que parecía una
especia de altar labrado en la propia pared en cuyo interior se encontraba
un extraño huevo de oro con manchitas blancas, el cual desprendía una
sorprendente magia antigua muy poderosa y que al acercarse a él, el huevo
empezó a esquebrajarse gracias al fuego que empezó a surgir a su alrededor
naciendo un poyuelo totalmente blanco con algunas llamas verdes a su
alrededor, eso dejó a Harry impactado pero lo que más le sorprendió fue que
oyó del polluelo que le decía "amo, amo, amo. Ha venido por mí". Ante esto
Harry cogió el polluelo no antes de haber tenido una conversación con
Steffany, la cual estaba que se andaba por las paredes cuando recibió la
noticia de lo contenta por la noticia ya que según ella, era un Fénix
Imperial, un tipo de fénix muy escasos con más poderos que los fénix
comunes y de los cuales no se sabe nada ya que el último que tuvo uno fue
Merlín, el cual no había dejado mucha información sobre ellos. Desde ese
día, el fénix estuvo cuidado atentamente por Steffany como si fuese su hijo
cuidándolo, mimándolo y dándole de todo haciendo que en algunos casos
estuviese a punto de ahogar al polluelo que lo llamaron Ra porque según la
antigua mitología Egipcia, este tipo de fénix iba a morir a los templos de
Ra para renacer de sus cenizas. También desde entonces Harry se tuvo que
quedar en la habitación para cuidar de Ra mientras que Steffany iba a la
biblioteca para informarse sobre el tema o en su defecto aumentar aún más
sobre la magia antigua del continente asiático.
- Harry, estoy preocupada- empieza a comentar Steffany la noche antes de
volver a casa.
- ¿Qué pasa cielo?- pregunta Harry preocupado.
- Es sobre Saz- responde Steffany- Sé que es buena chica, lo sé porque
lo ha demostrado conmigo pero no sé. No se lleva muy bien con Hedwig y si
ahora traemos a Ra, me temo que se lo tomara mal.¿De qué te ríes?- añade
seria Steffany.
- De tu preocupación, cielo. Tanto Saz como Hedwig son muy compulsivas y
celosas pero en el fondo se quieren ya que comparten un mismo sentimiento
y es nos quieren. Y en cuanto a que Ra, no te preocupes ya se hará un
hueco entre esas dos- termina abrazando a Steffany mientras que tenían de
fondo el canto del fénix que en esos días ya había alcanzado un tamaño
considerable.
Al día siguiente, con todo listo se prepararon para irse de ese místico
lugar con todo hecho, habían disfrutado su Luna de Miel a la manera de los
Potter, es decir, que los problemas les venían ellos pero en el fondo
habían sido felices al encontrarse con ellos y sobre todo habían aprendido
mucho más que lo que se enseñaba en el Instituto Merlín con la alegría de
que un miembro más se había unido a su nuevo hogar, Ra. Tocaron el
traslador mientras veían al fénix desparecer entre una llamarada verde, en
el momento de sentir el contacto con la vasija que hacía de traslador
sintieron como una fuerza les levantaba y les arrastraba por el ombligo de
nuevo a su hogar, la nueva Mansión Potter en el valle de Godric.
- Nunca me ha gustado esta manera de viajar- comenta Steffany una vez de
pie después de recibir la ayuda de Harry cuando se encontraba en el
suelo.
- Ya somos dos, pero no hay otra manera mejor de viajar de un continente
a otro- comenta Harry mientras que Ra, el fénix, hacía su aparición en el
tejado de la casa- Será mejor entrar en casa y deshacer el equipaje.
Al entrar vieron, todo ordenado y limpio exceptuando el comedor donde en
esos momentos se encontraba Sirius limpiándose el traje de las cenizas de
la chimenea dejando toda la habitación hecha una pocilga.
- Me alegra de que hayan llegado. Será mejor que no deshagan el equipaje
todavía porque nos espera una reunión con Dumbledore y Hastings.
Ante estas palabras tanto Harry como Steffany dejaron las maletas en la
entrada para su posterior recogida. Antes de irse Harry, comunicó a Hedwig,
a Saz y a Ra que volverían por ellos, si tenían que ir alguna misión pero
que si eso podían esperar en Hogwarts para que no estuviesen solos.
- Ya estamos listos. Cuando quieras nos vamos- comento Harry al volver
del piso de arriba con un papel en la mano y dijo a Steffany en bajo- Ya
tengo el mapa de toda la casa y de casi todo el valle gracias al hechizo
Rastrorium.
A estas palabras Steffany sonrió contenta ya que no querían sorpresas de
antemano en el valle o en la casa si querían vivir en él ya que por mandato
de ella había obligado a Harry que impusiese ese hechizo en Hedwig y en Saz
para que hiciesen el mapa del lugar para que estuviesen preparados ante un
peligro para que no les pasase lo mismo que a los padres de Harry.
- Me alegra-comenta Sirius- Es hora de irnos. Toquen este traslador y
nos iremos.
Siguieron sus indicaciones y los tres pronto estuvieron viajando con esa
vieja sensación. Al poner los pies en el suelo vieron que en el despacho se
encontraban a parte de ellos, Dumbledore y Hastings.
Ok, lo siento, sé que prometí enviar el cap. 3 hace tres semanas, pero he
estado ocupada. Pero aquí tienen una compensación: tres capítulos de una
vez. El mérito es de Merlín, porque de ser por mí no tenía escrito ni uno
solo. Gran parte del cap. 3 y del 4 lo ha escrito él, y el crédito del 5 es
completamente suyo, porque allí como quien dice, yo no he metido la
cuchara. Le di unos cuantos retoques, pero nada más. Estamos trabajando en
el 6 y el 7 y esperamos poder enviarlos pronto, pero no desesperen. Ahora
responderé a los reviews
Superhyoga: Muchas gracias por tus comentarios, me he pasado por tu fict y
me ha gustado mucho, espero que lo actualices pronto. Besos
Gala Snape: Muchas gracias por tu review, no pude actualizar el 1 pero
aquí esta la compensación, espero que te hayan gustado estos tres caps.
SaraMeliss: No te preocupes, que Harry regresará muy pronto al mundo
mágico. Aunque la reacción de Ron y Hermione no va a ser la que esperas...
Zeisse: Sí, Harry está empezando a madurar. Me agrada que te haya gustado
este nuevo Harry
Goldenfinger-potter: Aquí tienes ya la continuación, espero que te agrade
GaRrY: Me alegro que te haya gustado
Nelly Esp: Los compañeros de Harry ya saben algo sobre su supuesta muerte,
recuerda lo que les contó Denisse de cuando fueron a Hogsmeade. El resto de
tus preguntas creo que ya fueron respondidas en estos capítulos, excepto la
última que lo sabrás en el cap. 6
Leo Hagrid: Me alegro mucho que te haya gustado, a ver que te parecen estos
caps.
LoBeZnO: Muchas gracias por tu comentario. Me gustan muchísimo tus ficts y
los estoy siguiendo todos, espero que te hayan gustado estos capítulos
Misterio: Muchas gracias por tus ánimos y por tu comentario, espero que
esto te haya gustado
Guerrero-de-la-luz: Muchas gracias por leer este fict. Aquì van tres cap.
Màs
Ad89: No te preocupes que no he dejado de escribir, solo que he estado algo
ocupada, pero aquì te van tres capítulos, espero que te hayan gustado
Oo Haley Scott oO: Muchas gracias por tu review, espero que hayas
disfrutado de estos capítulos
jessy_tonks: muchas gracias por tu reviwe, la verdad es que no sabía como
hacer para los reviews anónimos pero ya lo he arreglado. Lo del regreso de
Harry a Hogwarts lo verás muy pronto
Bien, eso es todo. Muchas gracias a todos y si tienen alguna sugerencia no
olviden dejar reviews. Bye
Jessy Potter
MIEMBRO DE LA ORDEN SIRIUSANA
MENORES DE 15 AÑOS, POR FAVOR, SÁLTENSE ESA PARTE. USTEDES MISMO SE DARÁN
CUENTA CUANDO COMIENZA Y CUANDO TERMINA
Capítulo 5: Una Luna de Miel llena de sorpresas
Después de ese gran beso que se dieron enfrente de todos que sacó aplausos
de todos los presentes, pidió calma Michael Hastings para tomar la palabra.
- Por favor, quiero comunicar a todo el mundo una noticia que agradará
a todos los presentes. Primero de todo dar la enhorabuena a esta joven
pareja que acaba de casarse y comunicarles que a partir de que terminen
la Luna de Miel, tienen un puesto en la federación internacional de magos-
ante estas palabras los dos jóvenes se sonrojaron y el resto aplaudió
fuertemente- Y lo segundo que quiero decir y que agradeceremos todos- se
oye un gruñido de un estómago y una queja de un muchacho por un codazo-a
eso venía el caso- dice Hastings sonriendo- que en la sala continua hay
unas mesas esperándonos para comer.
Aún se mantenían Harry y Steffany en el lugar donde hacía unos minutos se
habían convertido en marido y mujer sin poderse mover de la emoción con
miedo de romper ese momento. Pero rápidamente fueron llevados por Denisse y
Richard que aún dolorido por el codazo de la chica por el sonido que había
producido su estomago, los cogieron por los brazos llevándolos juntitos,
atravesaron la sala y que en el exterior los esperaban el resto de los
invitados para tirarles arroz y algún que otro hechizo de fuegos
artificiales y que algunas mujeres presentes que eran muy pocas estaban
locas por coger el ramo de flores que Steffany había llevado como diadema
en una de sus manos. Steffany cumpliendo los deseos de las mujeres que
estaban, arrastró a su amiga, Denisse, al centro del grupo de las mujeres,
tiró el ramo de flores y cuando se dispersó el grupo entre murmullos de
disgusto se vio como Denisse sorprendida tenía cogido el ramo. Harry,
mientras se había dado la vuelta hacia la sala donde hacía un momentos
estaban dentro esposándose, era una habitación no muy grande encantada de
tal forma que parecía la bóveda central en miniatura de una gran catedral,
en el techo de ésta había dibujados pequeños angelitos acompañados de
santos, el suelo era de piedra como el resto del castillo, los bancos donde
hacía unos minutos conocidos muy cercanos de esos últimos meses habían
estado llorando de felicidad por ellos dos, en las paredes de la bóveda se
encontraban vitrinas que representaban el calvario de Cristo iluminadas por
una potente luz que hacía a estas verlas especialmente hermosas y al final
de la sala se encontraba un pequeño altar de cristal hermosamente tallado
con imágenes de ángeles en las patas y en las paredes ésta se encontraban
caras de santos divididos por una cruz con unas palabras en latín y encima
de la mesa había una Biblia elevada unos centímetros de la mesa por un
pequeño pulpito que había instalado en la mesa y detrás de la mesa había
un cruz de oro con algunas incrustaciones y clavado en ella se encontraba
un Cristo de madera bellamente modelado artesanalmente y que parecía que
allí se encontraba clavado el mismísimo Cristo. Ante los detalles, Harry se
emocionó especialmente al comprender que no había abandonado a sus amigos
para solo hacer la carrera de Auror sino que había conseguido algo más,
amor y nuevas amistades.
Después de que la conmoción de que Denisse cogiese el ramo y de que
Steffany al fin se hubiese calmado de reírse por lo ocurrido ya que al
pensar que la siguiente que se casaría fuese Denisse le causaba mucha
gracia mientras que Richard se recuperaba de haber estado rojo por la
mirada que le había echado Harry por ese acontecimiento cuando Harry había
vuelto la vista al frente. Fueron a la sala del al lado donde vieron que
había preparado unas cuantas mesas con manteles blancos con varios platos,
cubiertos y vasos y encima del plato superior había un Carta de menús.
Harry y Steffany fueron llevados por Sirius a la mesa principal donde se
sentaron en el centro haciendo de anfitriones.
Al ver lo que había en los platos, cada uno de los invitados escogió sus
platos preferidos que los elfos domésticos habían preparado con esmero y
que por arte de magia aparecían en el plato para deleitar el paladar de
cada invitado. Harry y Steffany por insistencia de Sirius, al final le
hicieron caso para que se callase de una vez y de les dejase de darles la
tabarra de que compartiesen la comida, lo hicieron de primero se pidieron
un fresco Gazpacho que lo bebieron de la misma taza (al pedirlo sólo
apareció un tazón porque un elfo doméstico estaba allí para vigilar todo lo
que se hacía para que no hubiese posibles contratiempos con un hechizo de
invisibilidad impuesto por él mismo para pasar desapercibido), los dos se
lo tomaron sonrojados por los silbidos y los comentarios un poco morbosos
de los presentes. De segundo plato por indicación del Director Dippet con
aprobación de Dumbledore pidieron un chuletón de ternero pasado por piedra
ahí mismo, el cual se lo comieron en unos minutos. Y antes de que trajesen
la tarta un par de elfos domésticos, Sirius se levanto de su asiento y tocó
con una cucharía su copa de champán.
- Disculpen, Señores y Señoritas. Soy el padrino de este afortunado
joven que se acaba de casar y el tío de la novia. No sabéis que alegría
me ha producido ver como estos jóvenes se juntaban en santo matrimonio
cumpliéndose uno de mis más grandes sueños, que un miembro de la familia
Potter y otro de la Black se hayan juntado como había imaginado desde el
momento que conocí a los padres de Harry. Por lo que os pido a todos que
elevéis vuestras copas y brindemos para que esta joven pareja nunca se
separe.
Ante estas palabras todos elevaron sus copas y chocándolas con las de sus
vecinos produciendo un tintineo en la sala y el agradecimiento por parte de
Harry y Steffany.
Harry en un principio estuve nervioso por la boda, ya que no sabía como
Sirius se lo iba a tomar, eso de que su sobrina pequeña se iba a casar con
él sin antes habérselo consultado a él antes. Eso suponía él, por el
temperamento que tenía Sirius con los que quería mucho como ya lo había
demostrado en su tercer año en Hogwarts o en su quinto año cuando fue en su
ayuda cuando le estaba prohibido abandonar el centro de la Orden del Fénix,
pero al contrario de lo que esperaba, Sirius se lo tomó mejor de lo que
estaba previsto. Tanto que casi ahogó a Harry de un fuerte abrazo por la
alegría y empezó a organizar, mandar y todo lo que se podía hacer para
llevar a cabo la boda y todo lo que envolvía a ésta sin dejar opción a
Harry ni a Steffany, que cuando recibió la noticia de eso tuvo sentimientos
encontrados por una parte alegría porque su tío lo aceptaba y por otra
porque él llevaría todo lo de la boda sin dejarle a ella nada que
organizar.
- Por Steffany y Harry, que son los mejores amigos y confidentes que
uno puede tener en este mundo y que juntes sean muy felices- se levanta
Richard de su asiento brindando también por ellos medio feliz.
Todos de nuevo alzaron sus copas para brindar y tomar un par de tragos
menos los novios que estaban alegres por todo lo que estaba ocurriendo y
que no salieron del shock que estaban hasta que dos elfos domésticos
trajeron la gran tarta de bodas. Entre Harry y Steffany partieron la tarta
con una espada que les brindó Dumbledore que no era otra que la espada de
Gryffindor y que Dumbledore le comunicó a Harry al oído.
- Harry, esta espada es un regalo de bodas y no aceptaré un no como
respuesta- le dijo mientras se la pasaba.
Los dos partieron la tarta y se la comieron intercambiándose cucharadas
entre los dos encaramelados. Los trozos de tartas sabían al gusto del
poseedor del plato del cual se comía la tarta por lo que comprobaron los
que compartían trozos de tarta que solo fueron Harry y Steffany que sus
piezas del otro sabían a fresa y a chocolate respectivamente.
Harry le comentó a Steffany antes de irse de la sala que mirase donde se
encontraban Denisse y Richard, al hacerlo Steffany se llevó la sorpresa más
agradable de su vida después de casarse con su amado y era ver como sus dos
mejores amigos que toda su vida se amaban se daban un tremendo beso en los
labios con una gran pasión en una de las mesas más alejadas del gentío que
en esos momentos se ponían en pie para despedir a los novios (Harry y
Steffany).
- Les he echado una pequeña poción en sus bebidas para inhibir sus
temores e inquietudes- le susurra Harry al ver como su amada, Steffany,
estaba de piedra.
- ¿Qué has hecho qué?-pregunta enfadada ésta también en susurros
mientras se despedía disimuladamente de todo el mundo con la mano.
- Pues lo que has oído, amor. Que les he dado un empujón para que al
final estuviesen juntos- al no verla convencida añade- Ya oíste por
separado lo que en realidad sienten el uno al otro, lo único que he hecho
ha sido empujarlos para que estuviesen juntos.
- Harry, cielo, aunque no lo parezcas a veces eres un genio- dice
convencida plantándole un beso en los labios sacando un aplauso de los
invitados-¿Cuánto dura?-pregunta saliendo de allí aún viendo que estaban
besándose frenéticamente.
- Pues hasta mañana por la mañana- dice Harry sin importancia-
Seguramente cuando se levanten juntos mañana por la mañana de la misma
cama.
Ella sin decir nada más acepta el plan de su marido, Harry, ya que desde
que tenía uso de razón le había vuelto loca por sus discusiones y si
juntándolos desaparecían estas sería un gran paso para sus dolores de
cabeza.
Una vez que se habían despedido de todos, Harry y Steffany desparecieron
gracias a un traslador a su nuevo hogar, una enorme y grandiosa casa de
campo en el valle de Godric, si se podía llamar así ya que tenía más de
mansión que de casa de campo por sus grandes dimensiones y su lujosidad,
además de tener un gran jardín con un pequeño campo de quidditch detrás de
la casa, todo eso había sido el regalo de Sirius ya que les había cedido
una de las casa de la familia Sirius que tenía en Inglaterra, el director
Dippet les había regalado una biblioteca gigante con todo tipo de libros
que se encontraba dentro de la casa y Hastings con el resto de invitados
les habían puesto el inmobiliario. Al ver todo eso los dos se quedaron
sorprendidos ya que no esperaban tan grandes donaciones por parte de Sirius
y demás. Además el día de su cumpleaños, Harry al ser ya mayor de edad
recibió todas las propiedades de la familia Potter que se había quedado
congeladas al ser menor de edad que eran: cinco casas por toda Europa, tres
bóvedas en Gringotts (una personal que era la que estaba utilizando desde
primero, una familiar donde se guardaba todas las riquezas y materiales
personales protegido por un par de mantícoras que solo dejaba pasar a los
familiares de la familia Potter, y una de máxima seguridad donde se
guardaba objetos importantes), acciones de diversas entidades importantes
tanto mágicas como muggles. Todo eso al principio, a Harry le cohibió pero
pronto lo fue superando al ver que Steffany no dejo nada al respecto y que
sus amigos sólo hicieran chistes sobre sus propiedades y comentarios fuera
de lugar sobre eso haciendo que todo pasase a un segundo lugar. Al final,
Harry y Steffany tenía más riquezas que las familias Malfoy y Black.
Los dos dejaron el poco equipaje que traían encima en sus respectivos
armarios. Steffany se quedó mirando a Harry fijamente penetrándolo con la
mirada haciendo que éste se quedara clavado ante su mirada penetrante, se
desprendió suavemente del traje de novia y se quedó desnuda delante de él.
La mujer muy lentamente se acercaba a Harry con lo que pudo apreciar su
belleza, tenía unos firmes y suaves glúteos, un vientre suave y duro, unos
firmes y voluminosos pechos, una cara preciosa que le caían unos cuantos
pelos dorados en forma de rizos haciendo resaltar sus ojos violetas y con
un liso pelo rubio. La joven, Steffany, con unos movimientos sensuales
invita a Harry a que se acercase a ella.
Harry la empujo con suavidad, después se tendió a su lado, descansando
sobre el codo. La miró, volvió a besarla. Esperó hasta sentir que ya no
estaba tensa y acarició ligeramente sus labios con la lengua. Se levantó un
poco y vio que su boca sonreía, pero que tenía los ojos cerrados. Cuando
los abrió, se inclinó para volver a besarla. Ella se tendió para acercarse
a él. La besó presionando más y abriendo. Su lengua entró en la boca de
ella y Steffany la abrió para dejarle pasar.
Harry sonrió. Estaba interrogando, probando, saboreando, y le complacía que
no lo encontrara insatisfactorio.
- ¿Y ahora qué?- preguntó Steffany.
- ¿Más de lo mismo?
- Está bien.
Volvió a besarla, explorando suavemente los labios, el cielo de la boca y
bajo la lengua. Entonces siguió con los labios la línea de la mandíbula.
Encontró la orejita, sopló su aliento en ella, le mordisqueó el lóbulo y
cubrió la garganta de besos y de caricias con la lengua. A continuación
regresó a la boca.
La besó de nuevo, mas suavemente, deseando más que nunca proporcionarle
placer. Acarició su costado sintiendo la plenitud de su seno, la depresión
de su cintura, la suave curva de su cadera, el músculo tenso de su muslo.
Ella se estremecía bajo su mano, que acarició los rizos del pubis y subió
por el vientre, hasta llegar a la hinchazón turgente de su seno; sintió
cómo se endurecía el pezón bajo su caricia.
Besó de nuevo su cuello suavemente; entonces buscó el otro seno y succionó
el pezón con la boca.
Paró un momento para mirarla de nuevo: el cabello dorado, revuelto sobre la
piel, le enmarcaba el rostro. Sus ojos dilatados, profundos y dulces,
brillaban con un fuego oculto y parecían llenos como si fueran o a
derramarse.
Harry se levantó, se quitó la ropa y se quedó mirándola, con su prodigiosa
virilidad enhiesta. Los ojos de ella sólo reflejaban confianza y deseo.
Se tendió junto a la joven, llenándose los ojos de ella. Su cabello suave,
espléndido, sus ojos, rebosantes y llenos de expectación, su cuerpo
magnífico; toda aquella bella mujer esperando que la tocara, esperando que
despertara en ella las sensaciones que el sabía estaban allí. Quería que
durara esa toma de conciencia por parte de ella. Se sentía más excitado que
nunca anteriormente. Steffany no sabía qué esperar, nadie se lo había
descrito con detalles claros y extensos por no tener a una madre que se lo
dijese.
Steffany estaba quieta, sin mover un músculo pero estremecida. Sentía como
si estuviera esperando desde siempre algo que no podía nombrar pero que él
podía darle. Con sólo sus ojos podían tocarla hasta dentro; ella no podía
explicar la palpitación, los efectos deliciosos de sus manos, su boca, su
lengua, pero ansiaba más. Se sentía incompleta, sin terminar. Hasta que él
le había dado a probar el sabor, no sabía cuánta hambre tenía, pero una vez
provocada ésta, tenía que saciarla.
Cuando sus ojos quedaron satisfechos, los cerró y la besó una vez más. Ella
tenía la boca abierta, esperando; atrajo su lengua y experimento con la
suya, tanteando. El se apartó y le sonrió para animarla. Cogió una guedeja
dorada y brillante de cabello y se la llevó a los labios, y después se
frotó el rostro contra la suave abundancia dorada de su corona. La besó la
frente, los ojos, las mejillas, deseando conocerla toda ella.
Encontró la oreja y su aliento cálido mandó estremecimiento deliciosos por
el cuerpo de ella una vez más; le mordisqueó la oreja y le lamió el lóbulo.
Encontró los nervios tiernos del cuello y la garganta, que despertaron
largos espasmos deliciosos por lugares secretos e intactos. Sus manos
grandes, expresivas y sensibles la exploraron, sintieron la textura sedosa
de su cabello, rodearon mejilla y mandíbula, recorrieron el contorno de su
hombro y su brazo. Cuando llegó a la mano, se la llevó a la boca, besó la
palma, acarició los dedos uno por uno y siguió la curva interior del brazo.
Steffany tenía los ojos cerrados, cediendo a la sensación con impulsos
rítmicos. La boca cálida encontró el camino entre los senos y rodeó la
curva de uno. Hizo círculos cada vez más pequeños con la lengua y sintió el
cambio de textura de la piel al llegar a la areola; Steffany jadeó al
sentir que le tomaba el pezón en la boca, y él sintió que un ardor nuevo
palpitaba en sus ijares.
Con su mano siguió el movimiento circular de la lengua en el otro seno, y
sus dedos hallaron el pezón duro y erguido. Al principio succionó
suavemente, pero cuando ella se tendió hacia él, aumentó la fuerza de
succión. Steffany respiraba fuerte, gemía suavemente. La respiración del
hombre iba a la par con el deseo de ella; no estaba seguro de poder esperar
más. Entonces se detuvo para volver a mirarla: tenía los ojos cerrados y la
boca abierta.
La deseaba toda y todo al mismo tiempo. Buscó su boca y atrajo su lengua
hacia la suya. Cuando la soltó, ella atrajo la de él, siguiendo su ejemplo,
y sintió el calor dentro de la suya. Harry volvió a encontrar su garganta y
trazó círculos húmedos alrededor del otro seno turgente hasta llegar al
pezón. Ella se alzó para salir a su encuentro, en aras de su deseo, y se
estremeció cuando él respondió atrayéndola.
Con la mano le acariciaba el vientre, la cadera, la pierna; entonces tocó
la parte interior del muslo. Los músculos de Steffany ondularon, mientras
se tensaba, y después abrió la pierna. Puso su mano sobre el pubis cubierto
de rizos dorados y sintió súbitamente una humedad caliente. El sobresalto
que dio su ingle en respuesta le pilló por sorpresa. Se quedó tal como
estaba, luchando por dominarse, y casi se rindió cuando sintió otra oleada
de humedad en la mano.
Su boca dejó el pezón y formó círculos en el estómago y el ombligo de la
joven. Al llegar al pubis, la miró: estaba respirando de forma espasmódica,
con la espalda curva y tensa, esperando. Estaba preparada. Le besó el
pubis, el vello crujiente, y siguió bajando. Ella temblaba, y cuando la
lengua de él alcanzó la parte superior de su hendidura, brincó dando un
grito y volvió a caer de espaldas, gimiendo.
Su virilidad palpitaba anhelante, impaciente, mientras cambiaba de postura
para deslizarse entre las piernas de ella. Entonces abrió los repliegues y
los saboreó lenta y amorosamente. Ella no podía oír los ruidos que hacia al
sumirse en el estallido de sensaciones exquisitas que la recorrían mientras
la lengua de él exploraba cada repliegue, cada borde.
Se concentró en ella para dominar su necesidad apremiante, encontró el
nódulo que era el centro pequeño pero erguido del deleite en ella, y lo
acarició firme y rápidamente. Temía haber llegado al límite de su
resistencia cuando ella se retorcía sollozando en un éxtasis que nunca
anteriormente había experimentado. Con dos largos dedos penetró en su
húmeda cavidad y aplicó presión hacia arriba, desde fuera.
De repente Steffany se arqueó y gritó, y él saboreó una nueva humedad.
Apretando y aflojando los puños convulsivamente, hacia gestos de llamada
inconscientes al ritmo de su respiración espasmódica.
- Harry- le gritó Steffany-¡Oh, Harry! Necesito... te necesito... necesito
algo...-Él estaba de rodillas, apretando los dientes en un esfuerzo por
contenerse, tratando de penetrar con delicadeza en ella.
- Estoy tratando de hacerlo con suavidad- dijo, casi dolorosamente.
- No... no me hará daño, Harry.
Mientras ella se arqueaba para recibirlo, se abandonó y entró, fue más
allá, esperando hallar la barrera, pero se sintió atraído hacia dentro,
sintió sus profundidades cálidas y húmedas bien abiertas, que le abrazaban
y le envolvían hasta que, maravillado, sintió que lo recibía todo. Se
retiró un poco y volvió a introducirse profundamente en ella. Steffany lo
rodeó con las piernas para atraerlo más. Volvió a retirarse y, al penetrar
una vez más, sintió que su maravilloso paso palpitante le acariciaba cuan
largo era. Fue más de lo que podía aguantar, volvió a empujar una y otra
vez con un abandono sin restricción, cediendo por una vez a su necesidad en
forma total.
- ¡Steffany!... ¡Steffany!... ¡Steffany!...-gritó Harry.
La tensión estaba alcanzando la cima; él sentía cómo se acumulaba en sus
ijares. Se retiró una vez más; Steffany se tendió hacia él con todos sus
nervios y sus músculos. Le penetró en ella con el placer sensual absoluto
de enterrar toda su joven virilidad en el calor anhelante. Se movieron
juntos. Steffany gritó su nombre y, dándole todo lo que le quedaba, Harry
la llenó.
Durante un instante eterno, los gritos más profundos de él se mezclaron en
armonía con los sollozos de ella, repitiendo su nombre, mientras ambos se
estremecían convulsos, en el paroxismo de un placer inefable. Entonces, con
un alivio exquisito, cayo encima de ella.
Durante un buen rato solo se pudo oír la respiración de ambos. No podían
moverse. Se habían entregado totalmente el uno al otro, se habían
transmitido cada fibra de su experiencia compartida.....
A la mañana siguiente, Harry fue despierto por Hedwig con pequeños
picotazos en la oreja. Harry se levantó con cuidado para no despertar a
Steffany que parecía un ángel, cogió la carta que tenía su lechuza en la
pata, la abrió y la comenzó a leer cuando sintió que alguien se acercaba
por detrás de él.
- Harry, ¿por qué no me has despertado?- comenta Steffany somnolienta.
- No me parecía muy correcto despertar a un ángel. Sería pecado-
respondió Harry terminando de leer la carta.
- ¿De quién es la carta?- pregunta Steffany cogiendo a Harry por detrás
que éste aún tenía la carta entre las manos y dándole un beso en el
cuello.
- Es de Sirius. Dice que hoy nos iremos de Luna de Miel que nos ha
preparado él mismo. Iremos a España, EEUU (California), Ecuador y a
Tibet. Este tío tuyo y padrino mío lo ha preparado todo hasta el último
detalle- Harry se da la vuelta y en una mano tenía cogido un paquete-
Hasta nos ha mandado unas pociones multijugos de última generación que
dura 24 horas para que pasemos desapercibidos.
Pero lo único que hacía Steffany era afirmar con la cabeza como si
estuviera escuchando aunque en realidad estaba observando a Harry que en
esos momentos estaba desnudo. Harry al ver que no le hacía caso, la cogió
desprevenida y la empezó hacer cosquillas.
- Cochina. No creía eso de ti, Steffany. Quedarte observándome mientras
te hablo de algo serio- comenta Harry entre risas.
- Es que no podía dejar de verte en todo tu esplendor antes de que te
arrugues todo entero- se intenta defender Steffany también entre risas-
Además tú tampoco te quedabas atrás que si eso te recuerdo que yo también
estoy desnuda.
Estuvieron un rato más haciéndose cosquillas hasta que eso desembocó en
apasionados besos que fueron interrumpidos por unos ruidos que procedían
del salón de estar del piso de abajo. Se pusieron algo de ropa y bajaron a
ver de quién se trataba.
Era Sirius Black que estaba su cabeza en la chimenea del salón mediante
polvos Flu.
- Siento mucho interrumpirlos tan pronto, chicos pero sino no podría
comunicarme con ustedes ya que se irían a la luna de miel- empieza a
decir Sirius- Me gustaría felicitarlos por su boda y que tengan una feliz
luna de miel- comenta divertido al ver que había interrumpido algo ya que
Steffany estaba con una camisa larga de Harry mientras que éste iba con
unos pantalones.
- Muchas gracias, Sirius- dice Steffany medio alegre medio enfadada.
- Sí muchas gracias, padrino. Gracias a ti me he quedado sin el regalo
de la mañana- dice Harry pasando una mano por la cadera de Steffany.
- ¿A sí? ¿y cuál es?- pregunta Sirius con una sonrisa perversa en el
rostro.
- Sirius Black, no seas tan descarado- reprende Steffany a Sirius a la
vez que lo agarraba en uno de sus arranques de mal genio trayéndolo todo
entero hasta el salón de su nuevo hogar.
- ¡¡Eeeyyy!! No era para tanto. Sólo estaba bromeando.
- Pues con eso no se juega jovencito- comentó divertido Harry imitando
una voz de vieja con lo que se llevó un codazo de Steffany.
- Está bien, he recibido la indirecta, Señores Potrees. Ahora a lo que
venía. He estado hablando con Michael Hastings y sobre la misión que
Harry quería hacer. Se realizará como todo está previsto, después de
termine la luna de miel tendrán que venir a la nueva guarida de las
Fuerzas Especiales para comprobar sus pupilos y hablar con Dumbledore.
Allí os encontrará a Hastings que los llevará al Ministerio inglés para
tramitar todo el papeleo de que aún estás con vida y seguramente habrá
alguien que comento sobre tu vuelta a la vida sacando una noticia no muy
agradable me parece.
- Está bien. Muchas gracias por decírmelo. Ahora puedes irte en paz-
comenta Harry.
- Con su espíritu- contesta Sirius entre risas- Espero que se lo pasen
bien a los lugares que he elegido- termina desapareciendo por la
chimenea.
- Harry, no te preocupa cuando saldrá la noticia de tu vuelta- dice
Steffany detrás de él después de que Sirius hubiese desaparecido.
- Cuando llegue ya me preocuparé pero de momento hay que vivir el
momento. ¿No te parece?- comenta Harry con una sonrisa pícara en la cara
sacando los colores a Steffany.
- Está bien. Vamos a realizar ese maravilloso viaje de novios que nos
ha preparado nuestro querido Sirius- comenta Steffany siguiendo el
ejemplo de Harry.
Los dos subieron a su habitación matrimonial, se vistieron adecuadamente,
hicieron un equipaje ligero y se tomaron con algo de preocupación la poción
multijugos transformándose en una persona diferente. Harry se había
transformado en un joven de unos veinte años, alto, musculoso, de pelo
rubio y ojos azules con acento ruso; mientras que Steffany se había
transformado en una joven de unos veintiuno años, de estatura media,
delgada, de pelo rubio y largo y unos ojos grisáceos y acento rumano. Los
dos ante sus cambios se estuvieron riendo un poco hasta que al final se
relajaron dándose un beso.
- No besas mal con tu nueva forma- comenta Harry bromeando.
- Tú tampoco, aunque me gusta más como lo hacía mi Harry- comenta
Steffany siguiéndole el juego.
- Antes de irnos me parece que nos tendremos que cambiar nuestros
nombres e inventarnos un poco sobre nuestros pasados- comenta un poco
preocupado Harry cuando ya estaban a punto de irse por el traslador.
- Me parece buena idea- dijo Steffany- Tú puedes ser Nicolás Vorronob y
yo Barbara, tú esposa. Somos competidores de alta competición deportiva
(Quidditch) en nuestros respectivos países- Termina Steffany muy segura
de si misma.
- ¡Qué imaginación tienes!- exclama Harry sorprendido.
- No es imaginación, cariño. Que fácil eres de sorprender- dice
Steffany riéndose- Lo que he hecho ha sido coger los papeles que nos
acaba de enviar Sirius ahora mismo- dice enseñando a Harry unos papeles
que éste no había visto hasta ahora.
- Eres una tramposa- dice Harry entre divertido y ofendido- Esto merece
una satisfacción-exige éste.
- Ahora no, que nos tenemos que ir de Luna o te olvidas de ella- dice
Steffany con una sonrisa perversa.
- Está bien, pero no te la perdonaré- le reprocha Harry.
Los dos cogieron el traslador al mismo tiempo y fueron transportados con un
tirón en el ombligo a un pequeño bosque. Se pusieron de pie y caminaron un
par de metros antes de encontrarse con un camino que les llevó directos a
un pueblo y que ponía en su entrada "Villanúa" y varias palabras que como
comprobaron, estaban en España, la tierra de los toros, la paella y las
buenas playas entre otras cosas más.
Se aplicaron un hechizo para entender y hablar el español de forma
momentánea para pasar esos días en España. Se dirigieron a un hotel de unas
cuantas estrellas para hospedarse ahí.
- Disculpe pero nos podrías decir algún sitio donde ir para visitarlo,
es que no somos de por aquí- le comente Steffany al recepcionista del
hotel una vez que habían dejado el equipaje en la habitación.
- Por supuesto, señora Vorronob. Hay varios sitios- saca un mapa- en
Jaca- señala un punto del mapa donde había una gran concentración de
población- que es un hermoso pueblo se encuentran monumentos de grandes
dimensiones, magníficos y bien conservados como la ciudadela que consta
más de cuatro siglos, la antigua cárcel, la catedral,...- estuvo un rato
más numerando los numerosos monumentos de la ciudad- luego están las
grutas de la zona donde antiguas creencias se decían que eran habitadas
por brujas, la más conocida es la gruta de Villanúa donde se realizan
excursiones a ella- ante esto los dos jóvenes estuvieron atentos ya que
se decía que en los siglos XIV, XV, XVI, XVII la brujería española era la
más poderosa hasta que algunos de esos magos poderosos y corrompidos
participaron en la inquisición para la eliminación del resto de brujos
españoles provocando la caída del imperialismo español en todo mundo y
querían comprobar esos hechos- y también tienen para visitar Canfranc
Estación donde podrán ver la estación, una preciosidad de principios de
siglo XX. Hay más monumentos más o menos importantes en el pirineo
aragonés pero con el poco tiempo que van a estar por aquí esos son los
más interesantes.- Termina de comentar el recepcionista del hotel.
- Muchas gracias- comenta agradecida Steffany- Querido, vámonos.
Por decisión de Steffany, se fueron como había indicado el recepcionista
del hotel donde se alojaban a Jaca para visitar todos los monumentos del
pueblo que fueron bastantes, pero como Harry comprobó la comida española
era muy buena, se comió tres patatas asadas y una tortilla de patata con un
par de vasos de vino de cosecha del 95 quedándose muy bien mientras que
Steffany sólo se toma una patata asada acompañada de un plato de ensalada.
Por la tarde continuaron con las visitas a los diferentes monumentos
quedándose prendidos por la belleza de cada obra que hacían los muggles
españoles durante su época de apogeo.
Al día siguiente se levantaron temprano, antes de que abriesen los de la
agencia que preparaban las excursiones de la cueva de Villanúa. Una vez en
la cueva gracias a la aparición empezaron a visitarla con la varita levanta
con el hechizo de lumus. Llegaron hasta un agujero, donde sintieron una
gran acumulación de energía, realizaron uno de los hechizos que habían
visto en su preparación como aurores y vieron que alrededor del agujero de
la cueva que hacía de chimenea había una gran acumulación de algún tipo de
magia que no podían identificar como magia blanca u oscura. Harry como
Gryffindor que era se presentó voluntario para inspeccionar la fuente de
energía desde cerca, al estar cerca de la extraña fuente de poder mágico
Harry fue succionado por ella creándose por toda la cueva unos vientos
huracanados que terminaban en el mismo vortice por donde había entrado
Harry y al cual se introdujo Steffany que fue arrastrada por los vientos.
Al despertar, ambos, se sorprendieron de que estuviesen en unas camas
blandas y bastante cómodas.
- Ya era hora de que nuestros invitados se levantasen- comento alguien
entre las sombras- Sus ropas están a los pies de sus camas. Ya les
responderé cuando llegue el momento.
Los dos se quedaron sorprendidos por los acontecimientos que estaban
ocurriendo aunque recelosos por los acontecimientos que estaban pasando
hicieron caso a los que se suponían que eran sus anfitriones que todavía no
los pudieron ver bien debido a que no pudieron salir de la habitación donde
se encontraban que aunque era simple era bastante hermosa con las flores
colocadas estratégicamente.
La puerta al final de lo que parecía la tarde se abrió dejando ver a un
ser muy parecido a ellos pero con la diferencia de que las orejas las tenía
más grandes y puntiagudas por arriba, era un elfo alto. Los dos al verlo se
quedaron un rato sorprendidos por ese acontecimiento que se había producido
en sus vidas pero que pronto supieron reponerse.
- Me alegra de que ya se hayan repuesto de la sorpresa inicial. Me
pueden seguir que vamos a comer algo para luego realizar una serie de
rituales- dice el elfo divertido de lo que había visto.
- Sí ahora te seguimos- consigue decir Harry.
Tanto Harry como Steffany siguieron al elfo alto por unos cuantos pasillos
observándolo todo con gran viveza recogiendo en sus mentes todo lo que
podían. Al llegar al salón de lo que parecía un castillo o algo así, se
sorprendieron al encontrarse una mesa de madera bellamente tallada con
imágenes de la naturaleza donde se sentaban varios elfos.
- Bienvenidos, Harry y Steffany Potter. Es un placer tener entre
nosotros a los protegidos del fuego y del agua- dice el más viejo de
todos ellos- Están en un mundo paralelo, se podría decir así, que es
nuestro hogar desde que decidimos dejar el planeta tierra a manos de los
humanos y a través del cual hemos ido adiestrando en un principio a
jóvenes humanos en la magia para conservar a la naturaleza en estado
puro. Esos jóvenes se transformaron en magos con el paso del tiempo,
algunos corrompidos por el poder lo están destrozando. Por eso hemos
llamado a los protegidos de la vida y de la muerte.
Ante su discurso, Harry y Steffany estaban sorprendidos con todo lo que le
estaba relatando surgiéndoles una duda tras otra.
- Sé que tienen muchas dudas pero antes comamos- comenta el mismo de
antes haciendo aparecer una suculenta comida.
Todos se pusieron a comer con ganas especialmente Steffany y Harry que no
estaban conscientes de que estaban con su apariencia normal ya que la
poción multijugos no hacía efecto.
- Ya podemos, resolver todas sus dudas- dice el viejo elfo algo después
de haber comido- Sabemos quienes son porque los hemos seguido en todas
sus etapas de vida, sé que no han sido fáciles y también que tienen como
elemento de la naturaleza de vuestro interior: el fuego (Harry) del que
dependerá todo el planeta al ser el destructor del mal y el agua
(Steffany) la que causará el renacer de la vida- empieza el elfo
respondiendo a todas las dudas que tenían los dos sin darles opción a que
les preguntasen- El por qué los hemos traído ya ha sido respondido antes,
el cómo ha sido de lo más fácil a través de un vórtice mágico. Y los
hemos atraído hasta aquí con el propósito de darles nuevas habilidades
para combatir en vuestra misión.
Tanto Steffany como Harry estaban de piedra. Esos elfos altos les habían
leído la mente sin ninguna dificultad y eso que ellos eran más que expertos
en Oclumencia, ese hecho les producía miedo pero a la vez respeto ya que
eran los primero seguramente desde siglos o milenios en presentarse ante
ellos con la posibilidad de salir de allí con algo más que la vida.
Ambos cabecearon afirmativamente después de que lo estuvieron pensando
durante un buen rato sacando del resto de elfos una sonrisa en sus caras
contentas con su decisión.
- Me alegra que hayáis aceptado. Nos colocaremos en un circulo con
vosotros en el centro donde os tendréis que fusionar con vuestro elemento
interior y concentraros dejando la mente en blanco- al decir esto los
elfos altos se colocan alrededor de los dos jóvenes juntaron sus manos
cantando un cántico élfico mientras que Harry y Steffany empiezan a
concentrarse para convertirse en fuego y agua.
Una vez que consiguieron transformarse en sus elementos interiores, tanto
el fuego como el agua se juntaron formando un remolino de color rojo-dorado
y azul, entonces los elfos altos producto de los cánticos mágicos empezaron
a moverse a gran velocidad, después lo que parecían los elfos que eran unas
rayas de colores pálidos se transformaron en un gas de colores vivos que se
acercaron a los elementos (Harry y Steffany) y se introdujeron en ellos.
A los pocos segundos de que ocurriese eso, Harry y Steffany se encontraban
abrazados de rodillas al lado de un agujero en el suelo de granito.
- ¿Qué ha pasado?- pregunta Steffany más desorientada que Harry.
- No tengo mucha idea pero me siento más extraño- comenta Harry ayudando
a Steffany a ponerse de pie-Vámonos de aquí, estoy hambriento.
- Como no- dice Steffany divertida.
Bajaron del lugar donde se encontraban que parecía la cumbre de una pequeña
montaña de granito, descubriendo que habían llegado a un camino de tierra
por donde los peregrinos iban a Santiago de Compostela.
- Harry, ¿has oído algo?- pregunta Steffany asustado porque todavía se
encontraba desorientada y con perdida de memoria cogiéndole la mano.
Harry se queda un momento callado intentado interceptar algo y empieza a
escuchar algo que le inquieta.
- Sí que escucho algo, pero es extraño. Es algo parecido al parsel-
comenta Harry con el ceño un poco contraído- ¿Quién anda?, déjese ver.
Después de gritar esas palabras, una brisa fría recorrió el camino
produciendo en Steffany y en Harry un escalofrío por todo su cuerpo y
escucharon unas palabras que les producía paz y tranquilidad "Elegidos de
la muerte y la vida, tranquilos. Lo que escucháis es la naturaleza que
habla, es sabia y os aconsejará en momentos difíciles. Los elfos altos son
sabios y os han dado ese poder a parte de otros que iréis descubriendo en
vuestro viaje". Al terminar de esa paz, Harry y Steffany recordaron todo lo
que había pasado cuando habían sido succionados por la puerta dimensional.
Al recordarlo, los dos se tranquilizaron y pudieron volver al hotel donde
se alojaban para descansar y asimilar toda la información que habían
recibido en ese corto periodo de tiempo.
- Buenas, señores Vorronob. Ha llegado esta carta para ustedes- comenta
el recepcionista cuando entran al hospital.
- Muchas gracias- dice Harry cogiendo el sobre- Ya en la habitación, los
dos se sientan en la cama, abren el sobre y lo empiezan a leer:
Hola Harry, Steffany:
Siento escribir esta carta e interrumpir sus fantásticas vacaciones
en España, pero ha surgido algo importante en California, EEUU, y me
gustaría que se acercaran para realizar una inspección a la zona. No se
preocupen ya he preparado todo para su llegada, allí los esperará John, un
auror de confianza de la federación que los ayudará en su misión. Cuando la
hayan terminado, John les dará otro traslador que los llevará hasta su
destino de la luna de miel.
Que pasen una feliz luna de miel
Sirius Black
- Este Sirius siempre saliéndose con la suya- comenta Harry-¿Qué te
parece la idea?
- No nos queda otra, además me gustaría conocer un poco más América del
Norte- comenta Steffany medio resignada.
Harry sonríe, coge por los brazos a Steffany y la echa en la cama, mientras
ella sonríe complacida. Harry la fue desnudando lentamente hasta dejar al
descubierto sus perfectos y voluminosos pechos, el liso vientre y la
cadera.
La contempló maravillado y la besó. Se levantó un poco y vio que su boca
sonreía, pero que tenía los ojos cerrados. Cuando los abrió, se inclinó
para volver a besarla. Ella se tendió para acercarse a él. La besó
presionando más y abriendo. Su lengua entró en la boca de ella y Steffany
la abrió para dejarle pasar.
A los pocos minutos volvió a besarla, explorando suavemente los labios, el
cielo de la boca y bajo la lengua. Entonces siguió con los labios la línea
de la mandíbula. Encontró la orejita, sopló su aliento en ella, le
mordisqueó el lóbulo y cubrió la garganta de besos y de caricias con la
lengua. A continuación regresó a la boca.
La besó de nuevo, mas suavemente, deseando más que nunca proporcionarle
placer. Acarició su costado sintiendo la plenitud de su seno, la depresión
de su cintura, la suave curva de su cadera, el músculo tenso de su muslo.
Ella se estremecía bajo su mano, que acarició los rizos del pubis y subió
por el vientre, hasta llegar a la hinchazón turgente de su seno; sintió
cómo se endurecía el pezón bajo su caricia.
Besó de nuevo su cuello suavemente; entonces buscó el otro seno y succionó
el pezón con la boca.
Paró un momento para mirarla de nuevo: el cabello dorado, revuelto sobre la
piel, le enmarcaba el rostro. Sus ojos dilatados, profundos y dulces,
brillaban con un fuego oculto y parecían llenos como si fueran o a
derramarse.
Harry se levantó, se quitó la ropa y se quedó mirándola, con su prodigiosa
virilidad enhiesta. Los ojos de ella sólo reflejaban confianza y deseo.
Se tendió junto a la joven, llenándose los ojos de ella. Su cabello suave,
espléndido, sus ojos, rebosantes y llenos de expectación, su cuerpo
magnífico; toda aquella bella mujer esperando que la tocara, esperando que
despertara en ella las sensaciones que el sabía estaban allí. Se sentía más
excitado que nunca anteriormente. Steffany estaba quieta, sin mover un
músculo pero estremecida. Con sólo sus ojos podían tocarla hasta dentro;
ella no podía explicar la palpitación, los efectos deliciosos de sus manos,
su boca, su lengua, pero ansiaba más. Se sentía incompleta, sin terminar.
Hasta que él le había dado a probar el sabor, no sabía cuánta hambre tenía,
pero una vez provocada ésta, tenía que saciarla.
Cuando sus ojos quedaron satisfechos, los cerró y la besó una vez más. Ella
tenía la boca abierta, esperando; atrajo su lengua y experimento con la
suya, tanteando. El se apartó y le sonrió para animarla. Cogió una guedeja
dorada y brillante de cabello y se la llevó a los labios, y después se
frotó el rostro contra la suave abundancia dorada de su corona. La besó la
frente, los ojos, las mejillas, deseando conocerla toda ella.
Encontró la oreja y su aliento cálido mandó estremecimiento deliciosos por
el cuerpo de ella una vez más; le mordisqueó la oreja y le lamió el lóbulo.
Encontró los nervios tiernos del cuello y la garganta, que despertaron
largos espasmos deliciosos por lugares secretos e intactos. Sus manos
grandes, expresivas y sensibles la exploraron, sintieron la textura sedosa
de su cabello, rodearon mejilla y mandíbula, recorrieron el contorno de su
hombro y su brazo. Cuando llegó a la mano, se la llevó a la boca, besó la
palma, acarició los dedos uno por uno y siguió la curva interior del brazo.
Steffany tenía los ojos cerrados, cediendo a la sensación con impulsos
rítmicos. La boca cálida encontró el camino entre los senos y rodeó la
curva de uno. Hizo círculos cada vez más pequeños con la lengua y sintió el
cambio de textura de la piel al llegar a la areola; Steffany jadeó al
sentir que le tomaba el pezón en la boca, y él sintió que un ardor nuevo
palpitaba en sus ijares.
Con su mano siguió el movimiento circular de la lengua en el otro seno, y
sus dedos hallaron el pezón duro y erguido. Al principio succionó
suavemente, pero cuando ella se tendió hacia él, aumentó la fuerza de
succión. Steffany respiraba fuerte, gemía suavemente. La respiración del
hombre iba a la par con el deseo de ella; no estaba seguro de poder esperar
más. Entonces se detuvo para volver a mirarla: tenía los ojos cerrados y la
boca abierta.
La deseaba toda y todo al mismo tiempo. Buscó su boca y atrajo su lengua
hacia la suya. Cuando la soltó, ella atrajo la de él, siguiendo su ejemplo,
y sintió el calor dentro de la suya. Harry volvió a encontrar su garganta y
trazó círculos húmedos alrededor del otro seno turgente hasta llegar al
pezón. Ella se alzó para salir a su encuentro, en aras de su deseo, y se
estremeció cuando él respondió atrayéndola.
Con la mano le acariciaba el vientre, la cadera, la pierna; entonces tocó
la parte interior del muslo. Los músculos de Steffany ondularon, mientras
se tensaba, y después abrió la pierna. Puso su mano sobre el pubis cubierto
de rizos dorados y sintió súbitamente una humedad caliente. El sobresalto
que dio su ingle en respuesta le pilló por sorpresa. Se quedó tal como
estaba, luchando por dominarse, y casi se rindió cuando sintió otra oleada
de humedad en la mano.
Su boca dejó el pezón y formó círculos en el estómago y el ombligo de la
joven. Al llegar al pubis, la miró: estaba respirando de forma espasmódica,
con la espalda curva y tensa, esperando. Estaba preparada. Le besó el
pubis, el vello crujiente, y siguió bajando. Ella temblaba, y cuando la
lengua de él alcanzó la parte superior de su hendidura, brincó dando un
grito y volvió a caer de espaldas, gimiendo.
Su virilidad palpitaba anhelante, impaciente, mientras cambiaba de postura
para deslizarse entre las piernas de ella. Entonces abrió los repliegues y
los saboreó lenta y amorosamente. Ella no podía oír los ruidos que hacia al
sumirse en el estallido de sensaciones exquisitas que la recorrían mientras
la lengua de él exploraba cada repliegue, cada borde.
Se concentró en ella para dominar su necesidad apremiante, encontró el
nódulo que era el centro pequeño pero erguido del deleite en ella, y lo
acarició firme y rápidamente. Temía haber llegado al límite de su
resistencia cuando ella se retorcía sollozando en un éxtasis que nunca
anteriormente había experimentado. Con dos largos dedos penetró en su
húmeda cavidad y aplicó presión hacia arriba, desde fuera.
De repente Steffany se arqueó y gritó, y él saboreó una nueva humedad.
Apretando y aflojando los puños convulsivamente, hacia gestos de llamada
inconscientes al ritmo de su respiración espasmódica.
- Harry- le gritó Steffany-¡Oh, Harry! Necesito... te necesito... necesito...
Él estaba de rodillas, apretando los dientes en un esfuerzo por contenerse,
tratando de penetrar con amor en ella.
Mientras ella se arqueaba para recibirlo, se abandonó y entró, sintió sus
profundidades cálidas y húmedas bien abiertas, que le abrazaban y le
envolvían. Se retiró un poco y volvió a introducirse profundamente en ella.
Steffany lo rodeó con las piernas para atraerlo más. Volvió a retirarse y,
al penetrar una vez más, sintió que su maravilloso paso palpitante le
acariciaba cuan largo era. Fue más de lo que podía aguantar, volvió a
empujar una y otra vez con un abandono sin restricción, cediendo por una
vez a su necesidad en forma total.
- ¡Steffany!... ¡Steffany!... ¡Steffany!...-gritó Harry.
La tensión estaba alcanzando la cima; él sentía cómo se acumulaba en sus
ijares. Se retiró una vez más; Steffany se tendió hacia él con todos sus
nervios y sus músculos. Le penetró en ella con el placer sensual absoluto
de enterrar toda su joven virilidad en el calor anhelante. Se movieron
juntos. Steffany gritó su nombre y, dándole todo lo que le quedaba, Harry
la llenó.
Durante un instante eterno, los gritos más profundos de él se mezclaron en
armonía con los sollozos de ella, repitiendo su nombre, mientras ambos se
estremecían convulsos, en el paroxismo de un placer inefable. Entonces, con
un alivio exquisito, cayo encima de ella.
Durante un buen rato solo se pudo oír la respiración de ambos. No podían
moverse. Se habían entregado totalmente el uno al otro, se habían
transmitido cada fibra de su experiencia compartida.....
Así se quedaron el resto del día ya que a la mañana siguiente saldrían a
través de un traslador a California recibidos por un auror de la federación
internacional de magos. A la mañana siguiente, los dos hicieron sus
equipajes y se despidieron del recepcionista, el cual se sorprendió de que
se fuesen antes de tiempo. Harry y Steffany fueron caminando con sus
maletas hasta que supieron que nadie les estaba viendo, cogieron el
traslador y aparecieron en el techo de un gran rascacielos donde se
encontraba un hombre de estatura alta, de piel pálida, con el pelo castaño
y ojos azules. En este lugar la naturaleza les hablaba de triste,
melancolía, de tiempos mejores pero sobre todo de tiempos venideros
mejores, de esperanza y amor.
- Buenas, Señor y Señora Potter. Encantado de conocerlos- comenta el
auror al verlos.
- Buenas, y por favor llámanos Steffany y Harry que todavía no somos
ningunos abuelos- comenta Harry sacando una sonrisa al auror.
- Pues encantado Harry y Steffany. Mi nombre es John y haré de guía el
tiempo que estéis aquí. Por favor seguidme- dice dándose la vuelta y
sirviendo de guía a Harry y Steffany.
John acompañado por Harry y Steffany fueron bajando el rascacielos por las
escaleras a un gran ritmo sin que sus pies tocasen ni siquiera las
escaleras gracias a unas clases especiales de encantamientos que se daba a
los aurores más avanzados. Ya en la calle, se dirigió al edificio de
enfrente donde instaló a Harry y a Steffany en una habitación. Después de
una hora que les dejó John para que arreglasen todo para su instalación, se
fueron con éste a través de un traslador a un extraño edificio que como les
indico John los muggles no podían ver debido a un hechizo desilusionador y
anti-muggle.
- Bienvenidos al edificio de pruebas experimentales mágicas- dijo John
al entrar en el edificio- Aquí cogemos objetos muggles, los estudiamos y
luego nosotros creamos nuestros propios inventos mágicos con las
funciones que los muggles habían puesto en sus inventos.
- Y nosotros a que entramos en esto. Nosotros teníamos una misión- dice
Steffany un poco mosqueada.
- Pues...- empieza algo comprometido- tenéis que coger unos objetos
mágicos para probarlos y luego quedaros con ellos como regalo por parte
de la federación internacional de la rama de aurores.
Harry ya se esperaba algo así de su padrino y contuvo a Steffany poniendo
una mano en su hombro para que no montara en cólera contra Sirius.
- ¿Podríamos ver esas maravillas?- pregunta Harry para que esa situación
no aumentase aún más.
- Por supuesto- contesta John- Seguidme.
Se metieron en un ascensor y subieron por lo que había contado Harry unos
cien pisos hasta que se pararon, se abrieron las puertas y vieron delante
de ellos unos laboratorios bastantes raros.
- Siempre me sorprende cuando vengo aquí- comenta John- son unos genios
incomprendidos pero buena gente. Harry ten cuidado que si ven tu cicatriz
te querrán usar como conejillo de indias.
Ante esto comentario Steffany se ríe dejando de lado su enfado mientras
Harry se tapa la cicatriz como puede con el flequillo y poniendo cara de
pocos amigos ya que los comentarios sobre su cicatriz no le gustaban mucho.
Se adentraron en el piso viendo como los diferentes científico-magos
estaban experimentando con todo tipo de artefactos que parecían muggles
dirigiéndose a una habitación que se encontraba al fondo del todo.
- Pett, ¿podemos pasar? Que he llegado con los aurores a los que van a
aprovisionar- dice John golpeando la puerta cerrada.
- Pasen- se oye desde dentro, entran y ven todo desordenado- Disculpen
todo este desorden pero no me acordaba de que hoy sería el día- termina
de hablar mientras va recogiendo todo- Siéntense en las sillas ahora
estoy con ustedes- Los tres se sientan en sus respectivas sillas
esperando a que el jefe de los científicos o como lo había llamado John,
Pett, terminase de recoger.
- Ya podemos ponernos en marcha- dice después de realizar unas cuantas
florituras con la varita con lo que la habitación queda limpia.
Pett los llevó por una serie de pasillos que a sus laterales salían
explosiones, sonidos raros e insultos por parte de los que se encontraban
en las alas laterales del pasillo por donde caminaban hasta que entraron en
una habitación que se encontraba en el lado derecho.
- Bienvenidos a la sala de términos- comenta Pett orgulloso- Aquí se
guardan todo lo que vamos terminando y como les habrá contado John, esos
inventos son sacados de ideas e inventos muggles. Vengan- dice
indicándoles que le siguiesen, cogió unas gafas-¿Ven estas gafas?, pues
no son lo que parecen, estas gafitas son una caja de sorpresas: pueden
ver la firma mágica de cualquier mago diciéndoles firma y para
desactivarlo decir normal, detectar la mínima emisión de calor de un ser
vivo diciendo infrarrojos y para desactivarlo comentar normal, ver como
si tuvieras un ojo mágico comentando magic y para desactivarlo decir
normal, ver por la noche diciendo lumus y para desactivarlo Nox y además
transformar estas gafas claras en gafas de sol diciendo Sol y para
desactivarlo decir normal- dice entregando a cada uno unas gafas-
Pónganselas y pruébenlas- siguió al siguiente artículo que eran unos
relojes-Estos son unos relojes que te indican a parte de la hora, el
lugar y lo que hacen los seres que tu quieres localizar diciendo aparece
y el nombre del sujeto y dura unos treinta segundos, apretando estos dos
botones a la vez- indica dos botones del reloj- activas un activador a
una zona que tu antes hayas programado y lo último que hace es pulsando
esta tecla grande crea un mapa de unos veinte kilómetros de diámetro con
el dueño del reloj como centro de la esfera del lugar donde te
encuentres. Cojan uno cada uno de ustedes- se dirigió a una zona un poco
más lejana donde se encontraban unos maniquís con unos trajes metálicos-
Estos son unos trajes con aleación de un metal raro que se encontró hace
siglos y que el departamento de misterios de cada país a mantenido
guardado durante este tiempo y que nosotros hemos conseguido. Con ese
metal y añadiéndole la piel de dragón hemos conseguido un material
resistente a todas las maldiciones exceptuando a las imperdonables y
algunos hechizos negros antiguos que nosotros no hemos podido utilizar
por el poder que requieren, es suyo también ya que he oído que su misión
será luchar directamente contra Voldemort. Y lo último y más novedoso de
todo que aunque todavía no esta terminado es un invento que nos surgió
después de que viéramos como funcionaba el juego de Cards Magics,
nosotros lo llamamos la Criatura ya que al meter una carta de ese juego
en este aparato- saca un brazalete metálico con algunos cables y una
rejilla- se supone que sale la criatura en carne y hueso y que te obedece
pero nos hemos encontrado con el problema de que la criatura sale como un
holograma como en el juego- termina de hablar un poco triste.
- Pett, me podrías dejar un prototipo a ver si puedo hacer algo yo- dice
Harry con una sonrisa en el rostro y con los ojos brillantes.
- Pero...- empieza a decir Pett.
- Pett, yo que tu le dejaría un prototipo de ese chisme. No sabes de lo
que es capaz este cabezota- le interrumpe Steffany dándole a Harry un
codazo cariñosamente.
- Bueno, pero espero que si haces algún avance nos avises- dice
recelosamente Pett entregando el prototipo que tenía entre las manos a
Harry, el cual lo guarda rápidamente.
Después de eso salieron del edificio para dirigirse de nuevo a su
habitación para descansar e irse a su próximo destino que era Egipto. En su
cuarto probaron cada invento que les habían dado, con las gafas se
estuvieron riendo un buen rato por la ropa interior que llevaba cada uno y
demás cosas que comprobaron con ellas, con los relojes hicieron algo
parecido y con los otros inventos no pudieron hacer nada.
Al día siguiente, tanto Harry como Steffany se pusieron todos los inventos
menos el brazalete que Harry lo dejó dentro de su equipaje.
- Jajajaa, cariño, pareces un ratón de biblioteca muy sexy- dijo Harry
riéndose de Steffany al verla todo arreglada.
- Sí, pues tú tampoco puedes decir mucho a tu favor- comentó enfadada.
- Harry, Steffany. ¿Están listos?- pregunta John entrando en la
habitación interrumpiendo la pelea.
- Sí. Muchas gracias por interrumpir, amigo- comento Harry y lo último
en un susurro para que sólo John lo oyese.
- No hay de qué- dice también en un susurro John- Tomen este traslador
que los llevará directamente a Egipto.
John les entrega el traslador que era una bota vieja, Harry y Steffany
cogen la bota con una mano mientras con la otra cogían el equipaje. Al poco
tiempo sintieron un tirón del ombligo y empezaron a ver como millones de
colores se movían aterrizando de pie aunque Steffany por culpa del equipaje
cayó al suelo. Harry la ayudó a ponerse de pie pidiéndole disculpas, al
echar un vistazo a su alrededor comprobaron que no estaban rodeados de un
gran desierto o que estuviesen en la rivera de un gran río como es el Nilo
sino que estaban en medio de una gran selva con una pequeña construcción
delante de ambos. Sintieron como la naturaleza, les hablaba sobre la
muerte, vida y supervivencia de una forma que antes no habían escuchado más
horrible que la propia voz de Voldemort.
- Tranquilos, Harry y Steffany Potter, elegidos de la muerte y de la
vida, los he hecho venir a este lugar para hacerles entrega de algo de lo
que he estado esperando el momento durante siglos- aun con esas palabras
tanto Harry como Steffany no relajaron ni un músculo en bajar la guardia
sino todo lo contrario porque habían comprendido que todo lo que se salía
de lo que se había planeado no era nada bueno si estaba acompañado de
aparentes amenazas mágicos- Mi nombre es Rumiñahui, general de los
ejércitos de Atahualpa, último hijo del sol y soberano del imperio Inca-
hace aparición un fantasma con una indumentaria extraña pero imponente
irradiando poder y confianza- Si se ponen cómodos less podré relatar el
porque de vuestra llegada hasta aquí.
Harry y Steffany al ver el que les hablaba era el fantasma de un hombre
cuya cara parecía una dura piedra y cuya expresión no era de hacerles daño
y que además sabía de ellos y de lo que habían hecho con los elfos altos,
no tuvieron otra cosa que aceptar y ponerse lo más cómodamente posible
mientras se daban la mano. Cuando vio el fantasma, Rumiñahui, que estaban
ya listos para recibir el relato empezó hablar:
- "Hace casi cinco siglos, Huayna Capac invadió el reino de los Shiris
buscando expandir el imperio inca, encontró una fuerte resistencia,
siendo únicamente apoyado por los cañaris, tribu que habitaba al sur de
Quito y con quienes su padre, Tupac Yupanqui, había establecido un pacto
en su primer intento de conquistar a los shiris. A esto le siguió una
sangrienta guerra en la que murió Cacha, el último Shiri, pero aún así el
"Hijo del sol" encontró resistencia en los quiteños, así que optó por
casarse con Pacha, hija de Cacha y princesa del reino de Quito. Ella dudó
mucho de esta decisión, pero que luego los dioses le enviaron una visión
en la que mostraba a su hijo recuperando el reino de sus antepasados así
que aceptó. Huayna Capac se estableció en Quito y allí tuvo un hijo:
Atahualpa.
Huayna Capac no era como cualquiera de nosotros, sino que nuestro padre
el sol lo había privilegiado y le dio el poder de ver el fututo. Al final
de su vida, tuvo una visión sobre hombres de tez pálida invadiendo su
reino, lo que aceleró su muerte. Sin embargo, antes de morir les habló a
sus hijos de un poderoso amuleto con el que podrían derrotar a los
invasores, pero no alcanzó a revelar su ubicación. Huascar y Atahualpa
heredaron el reino y se mantuvieron en paz por un tiempo, el uno desde el
Cuzco y el otro desde Quito. Pero no estaban contentos con la decisión de
su padre...
Por una parte, Atahualpa consideraba que su padre había roto la promesa
que le había hecho a su madre: que él se convertiría en el próximo
emperador inca, pero su carácter era algo pacífico y dejó las cosas en
paz por un tiempo
Huascar en cambio, consideraba su derecho haber heredado todo el imperio.
La tradición inca decía que el heredero del trono debía ser aquel nacido
de la unión entre el emperador y su hermana, ya que la raza de los hijos
del sol no debía mancharse. Por otra parte, al conquistar el reino de los
shiris su padre se había alejado del Cuzco, la capital del imperio, y se
había casado con una extranjera. Para colmo de males, al morir había
dividido el reino para darle el norte a quien él consideraba un bastardo.
Al final, quienes encendieron la llama de la guerra fueron los cañaris:
al morir el jefe de esta tribu, su hijo debía acudir con el soberano para
que este le reconozca sus derechos, en este caso debía ir a Atahualpa,
pero el nuevo líder no lo hizo y fue hasta el Cuzco, donde Huascar lo
coronó como nuevo jefe de su tribu. Esto hizo enojar a Atahualpa y así
comenzó la guerra.
Pero en realidad, la razón de la disputa entre los hermanos no era a
quien le correspondía coronar al jefe de los cañaris, sino una más
poderosa: tanto uno como otro habían averiguado que el amuleto del que
había hablado su padre antes de morir se encontraba en Quito, oculto en
el gran tesoro inca que se guardaba allí. Ninguno de los dos creía en las
visiones de su padre y buscaban el amuleto para otro propósito: dominar
el imperio. La guerra la ganó Atahualpa y Huascar fue muerto
Al tener el poder absoluto, Atahualpa se olvidó del amuleto. Pero
entonces lo que prometía ser el principio de una era de paz y progreso
para el imperio, se vio truncado por la llegada a nuestras tierras de
hombres blancos sedientos de oro. El jefe de ellos se hacía llamar
Francisco Pizarro, y citó al emperador en Cajamarca... Muchas veces le
advertí al emperador que esos blancos no eran de fiar y le pedí que me
dejara acompañarlo junto con un grupo de mis mejores hombres. Pero él se
confió demasiado y fue hasta allí sin ninguna escolta así que lo hicieron
prisionero. Pizarro pidió como rescate un cuarto lleno de oro y otro de
plata, El emperador se los dio pero no fue liberado, sino asesinado. Y
Pizarro partió a Quito en busca del gran tesoro inca
Pero invadir nuestro reino no le sería tan fácil, no si yo podía
evitarlo. Ya me habían advertido que nuestro emperador había sido
asesinado y que los invasores avanzaban hasta la capital así que reuní al
ejército, maté a las vírgenes del sol para que no fueran profanadas por
los blancos y quemé el templo, tomé el tesoro, lo escondí muy bien y
regresé a la ciudad para hacer frente a los invasores. Todos nuestros
esfuerzos fueron inútiles, los blancos montaban grandes animales que
nosotros no conocíamos y tenían armas que escupían fuego. Al final, los
dioses mismos sellaron nuestra derrota al hacer escupir fuego a la gran
montaña. El jefe de los blancos me tomó prisionero con el afán de que le
dijera el paradero del tesoro y del amuleto, cuya existencia Pizarro se
había enterado y quería usarlo en beneficio personal pero por suerte, el
amuleto permaneció en su lugar protegido por hechizos antiguos que hoy
han caído con la bendición de la naturaleza a ustedes- termina de relatar
la historia- Como guardián del amuleto mi deber es protegerlo o en su
defecto entregarlo a aquel o aquellos que hayan sido bendecidos por los
dioses de la naturaleza- se pone de rodillas en señal de respeto poniendo
incómodos a los dos muchachos que estuvieron muy pendientes de la
historia que habían contado- Y ahora como era el deseo del más grande
emperador que ha tenido nuestro imperio, les hago entrega del amuleto
sagrado- termina haciendo aparecer delante de ellos una medalla de oro
con un grabado de un sol en medio con una esfera que parecía un rubí
esférico simbolizando la esfera del sol- Tómenlo, es suyo...
- Pero...- empieza Harry- si he interpretado bien el relato, esto no
pertenecería a algún descendiente de ese rey.
Mientras Steffany estaba quieta mirando la joya cabeceando con la cabeza
como indicando que estaba de acuerdo con lo que decía Harry que aunque la
joya era preciosa y poderosa como lo notaba, no podían aceptar algo así
si no les correspondía.
- Sí es suya- comenta el fantasma sonriendo- el deseo de mi rey era que
su poder fuese utilizado para defender a su pueblo o en su defecto a todo
ser humano y que en los tiempos que vivimos nadie esta a salvo. Y si eso
tendría que ser entregada a otro que no fuese de su sangre porque la suya
se pudriese por la avaricia y el poder, sería su deseo que fuesen
ustedes, por tener un corazón puro, limpio y lleno de amor. Tómenlo, mi
misión ya acabado, es hora de mi marcha al mundo de los muertos. No se
preocupen el poder del amuleto se averiguará con el tiempo. Vayan en paz,
elegidos.
Antes de que ninguno de los dos pudiese discutir algo contra esas palabras,
el colgante fue puesto en el cuello de Steffany por una fuerza invisible,
el fantasma desapareció después de una luz cegadora y antes de que se
pudiesen recuperar de la ceguera que les había sorprendido sintieron como
eran arrastrados por el ombligo como si estuviesen utilizando un traslador.
Al levantarse del suelo, que como notaron los dos estaba más frío de lo que
ellos estaban acostumbrados en su país natal (Inglaterra), vieron que se
encontraban delante de lo que parecía una fortificación o algo así en medio
de la nada, es decir, que se encontraba en lo alto de lo que parecía una
gran montaña que como Steffany suponía serían unos 6000 metros como mínimo.
De sus espaldas se oyó una voz que los sorprendió lanzando por sus espaldas
unas cuantas maldiciones.
- Bienvenidos, Señor y Señora Potter, habéis llegado un día antes de lo
previsto pero veo que habéis tenido la visita de Rumiñahui. Seguidme os
llevaré a vuestros aposentos que el Señor Black ha dispuesto para
vosotros- dijo una persona con vestimentas extrañas, solo llevaba dos
togas encima y con el pelo al cero- Siento mucho haberos asustado de esa
forma- comenta mientras iba caminando seguido de cerca por Harry y
Steffany- En ese lugar la naturaleza era calma, tranquilidad ante todo lo
demás.
- Lo sentimos nosotros. No era nuestra intención ser tan groseros
contigo- dice Steffany cohibida.
- No, la culpa es mía. Hay una frase que dice no molestar cuando aurores
altamente poderosos están desorientados que puedes recibir buenos palos.-
comenta divertido el guía sacando unas risas de los otros dos- Ya hemos
llegado a vuestra estancia. Y yo soy el grosero por no presentarme mi
nombre es Lee- comenta terminando de ayudar a que Harry y Steffany se
acomodasen- A la hora de cenar uno de mis compañeros vendrá a llevaros al
comedor donde todos los del monasterio se reúnen para desayunar, comer y
cenar. Hasta entonces- termina cerrando la puerta de madera tras de sí.
- Que bien, estamos en un monasterio budista- comenta Steffany contenta-
Por fin podré leer documentos antiguos sobre la magia india que guardan
los consagradas bibliotecas. Mañana mismo iré hacia allí.
- Jejejeje- empieza a reírse por bajo Harry- Amor, si te viese ahora
mismo, te reirías de ti misma porque ese comportamiento es de un pequeño
o en su defecto de Hermione al haber encontrado algún libro de varios
siglos de antigüedad- termina Harry en el suelo riéndose.
- Señor Potter, no debe hablar a sí de su esposa, además seguro que
Hermione no se comportaría igual que yo sino que iría ahora mismo hacía
allí como una loca- dice Steffany con una sonrisa maligna en su rostro y
acercándose a Harry por su espalda.
- Sí es verdad, ella iría ahora no esperaría hasta mañana- comenta Harry
pensativo en el suelo sabiendo que su pequeña sabía todo de sus amigos
como él sobre ella y los suyos.
En unos segundos, los dos estuvieron enzarzados en una pelea de cosquillas
empezada por Steffany que acabó con el resultado de que ambos empezaron a
desnudarse apasionadamente mientras se besaban desenfrenadamente, con el
final de que a la media hora de compartir el amor en la cama un poco
rudimentariamente. Toda la ropa que les habían entregado en California
estaba por el suelo esparcida, las gafas de ambos que ahora era gafas de
sol estaban en una mesa y los relojes estaban en sus muñecas mal colocados.
Tanto Harry como Steffany estaban medio dormidos bien juntitos cuando
alguien picó a la puerta.
- Señor y Señora Potter, he venido a buscarlos para la cena. Sí tienen
la amabilidad de acompañarme sería todo mucho más fácil- dice una voz
grave desde el otro lado de la puerta haciendo que los dos jóvenes se
levantasen como unos resortes y se vistiesen en unos minutos- Me alegro
que en los minutos que están aquí los hayan disfrutado mucho- comenta
cuando los dos salen poniéndolos rojos de vergüenza-Síganme que si no se
perderán por estos pasillos.
Harry y Steffany siguieron al monje hasta que llegaron hasta un gran salón
que sólo había una gran mesa con unas cuarenta sillas ya ocupadas por
monjes exceptuando tres.
- Me alegro que nuestros invitados hayan llegado bien hasta aquí, seguro
que han pasado muchas aventuras- dice el monje que parecía que mandaba en
ese lugar- Siéntense y coman nuestra comida humilde.
- Gracias por recibirnos- dice Steffany agradecida- No sabíamos que
tendríamos el placer de estar en un lugar santo.
- No es para tanto, pequeña. Sólo somos unos pobres hombres que
intentamos llegar a la paz espiritual- y cambiando de tema comenta-
Además el Señor Sirius Black nos prometió protección y tranquilidad si
recibíamos a dos buenos jóvenes en nuestro convento durante dos días ya
que por estos tiempos esto no se puede conseguir.
- Ese Sirius- comenta Harry sacando al resto de comensales unas risas ya
que todos habían conocido a Sirius porque se había pasado por allí una
temporada hasta que había convencido a su líder espiritual.
- Sí, ese Sirius es muy buena persona en el fondo- terminan de comer-
Steffany mañana como deseas podrás ir a la biblioteca mientras que Harry
podrá saciar sus ansias de investigar gracias a nuestro guía.
Mientras volvían a su habitación guiados de nuevo por un monje, tanto Harry
como Steffany mantenían una conversación telepática de como había podido
saber lo que tenían pensado hacer al día siguiente.
- ¿Cómo es posible? Sí teóricamente es imposible si somos unos expertos
en Oclumencia y además tú, Harry, que puedes manejar tus pensamientos a
tu antojo y dar la información que quieras.
- No sé como lo ha hecho pero seguro que no es por Legeremancia. No he
notado ninguna fuerza que chocase contra mi barrera.
- Es extraño...- dice Steffany.
- Buenas noches, Señor y Señora Potter que descansen bien y no se
preocupen por lo que ha dicho nuestro maestro, le gusta jugar a leer el
alma con los invitados- dice cerrando la puerta después de que Harry y
Steffany entrasen sorprendidos.
- Se nos debe de haber visto la cara de sorpresa al escuchar lo que
pensábamos hacer- dice Steffany.
- Seguramente ya que has abierto la boca hasta el suelo- comenta Harry
riéndose.
- Pues anda que tú, que se te salían las órbitas de los ojos- dice
Steffany divertida- te tenías que a ver visto parecías a un dibujo
animado que había visto a una diosa erótica- termina riéndose.
- Pues que sepa la señorita que este dibujo animado se va a la cama
ahora mismo y mañana escalará el K-II mientras que tú investiga eso de
leer el alma que nos podrá servir- comenta Harry ásperamente.
Harry se metió en la cama dando la espalda a Steffany con una sonrisa en el
rostro.
- Cariño, yo lo siento. No quería decir eso- dice Steffany abrazando a
Harry por la espalda dándole besitos en el cuello.
- Bueno, ya que estás arrepentida- dice dándose la vuelta- No te
importará que te recoja y nos dormimos que si no me equivoco mañana habrá
que madrugar.
Ambos jóvenes se durmieron en unos minutos teniendo un placentero sueño que
les dejó como nuevos y despejándolos todas sus ideas al tener una charla
con la almohada. A la mañana siguiente fueron despertados por un sonido
como un "Gong" que procedía de un platillo gigante (instrumento de
percusión de música) que echó a Harry de la cama cayéndose al suelo
despertando de esa manera tanto a él como a Steffany por sus alaridos y sus
movimientos.
- Maldito,....- insultos procedentes de Harry mientras intentaba calmar
el dolor y el frío que sentía por estar en contacto con el suelo.
- Harry, esa boca que la tendré que lavar con jabón- dice Steffany medio
dormida, divertida y enfadada por la situación en que se encontraba su
Harry.
- Ya sé, cariño. Pero si tú también hubieses caído al suelo estarías en
mi misma situación- se defiende Harry.
- Está bien- dice Steffany sonriendo- Ostias- dice tocando sus pies el
suelo- Es verdad, Harry el suelo está helado. Será mejor vestirse que me
parece que nos irán a buscar.
Ambos se vistieron y en el caso de cada uno fue preparando sus cosas. Harry
preparó cuerdas y herramientas de escalada previamente encantadas para un
mejor funcionamiento para que no tuviese sorpresas en la montaña; mientas
que Steffany se había preparado una pila de hojas en blanco, con una pluma
y un hechizo traductor.
- Mi niña, ya sabes que si quieres que me quede contigo traduciendo.
Sólo tienes que decírmelo- dice Harry unos segundos antes de irse con el
guía.
- No te preocupes, estaré bien sola. Además me prometí que no cambiaría
tu forma de ser y además se defender tan bien como mi amor- dice
despidiéndolo con un suave beso en la comisura de los labios.
Mientras Steffany se encontraba en la biblioteca esos días para informarse
de los conocimientos de siglos o milenios sobre la magia oriental que se
encontraba recopilada en esa biblioteca para luego compartirla con su Harry
ya que habían descubierto que otro de los poderes que les había dejado los
elfos era que compartían todos sus conocimientos entre ellos. Ella se
encontraba traduciendo con entusiasmo cada pergamino, sin descanso y
contenta cada noche consigo mismo al lado de Harry contándole todas sus
experiencias; Harry se encontraba en alturas que nunca antes podía haber
imaginado que podría estar por la vida que había llevado hasta ahora que
consistía en ir a casa de los Dursley y luego a Hogwarts pero a partir de
ahora sería él quien llevaría la rienda de su vida, esas conclusiones
habían sido sacadas mientras había subido a uno de los lugares más altos
del mundo mirando al infinito, en uno de sus incursiones por el monte de
los cuales se había perdido se encontró delante de lo que parecía una
especia de altar labrado en la propia pared en cuyo interior se encontraba
un extraño huevo de oro con manchitas blancas, el cual desprendía una
sorprendente magia antigua muy poderosa y que al acercarse a él, el huevo
empezó a esquebrajarse gracias al fuego que empezó a surgir a su alrededor
naciendo un poyuelo totalmente blanco con algunas llamas verdes a su
alrededor, eso dejó a Harry impactado pero lo que más le sorprendió fue que
oyó del polluelo que le decía "amo, amo, amo. Ha venido por mí". Ante esto
Harry cogió el polluelo no antes de haber tenido una conversación con
Steffany, la cual estaba que se andaba por las paredes cuando recibió la
noticia de lo contenta por la noticia ya que según ella, era un Fénix
Imperial, un tipo de fénix muy escasos con más poderos que los fénix
comunes y de los cuales no se sabe nada ya que el último que tuvo uno fue
Merlín, el cual no había dejado mucha información sobre ellos. Desde ese
día, el fénix estuvo cuidado atentamente por Steffany como si fuese su hijo
cuidándolo, mimándolo y dándole de todo haciendo que en algunos casos
estuviese a punto de ahogar al polluelo que lo llamaron Ra porque según la
antigua mitología Egipcia, este tipo de fénix iba a morir a los templos de
Ra para renacer de sus cenizas. También desde entonces Harry se tuvo que
quedar en la habitación para cuidar de Ra mientras que Steffany iba a la
biblioteca para informarse sobre el tema o en su defecto aumentar aún más
sobre la magia antigua del continente asiático.
- Harry, estoy preocupada- empieza a comentar Steffany la noche antes de
volver a casa.
- ¿Qué pasa cielo?- pregunta Harry preocupado.
- Es sobre Saz- responde Steffany- Sé que es buena chica, lo sé porque
lo ha demostrado conmigo pero no sé. No se lleva muy bien con Hedwig y si
ahora traemos a Ra, me temo que se lo tomara mal.¿De qué te ríes?- añade
seria Steffany.
- De tu preocupación, cielo. Tanto Saz como Hedwig son muy compulsivas y
celosas pero en el fondo se quieren ya que comparten un mismo sentimiento
y es nos quieren. Y en cuanto a que Ra, no te preocupes ya se hará un
hueco entre esas dos- termina abrazando a Steffany mientras que tenían de
fondo el canto del fénix que en esos días ya había alcanzado un tamaño
considerable.
Al día siguiente, con todo listo se prepararon para irse de ese místico
lugar con todo hecho, habían disfrutado su Luna de Miel a la manera de los
Potter, es decir, que los problemas les venían ellos pero en el fondo
habían sido felices al encontrarse con ellos y sobre todo habían aprendido
mucho más que lo que se enseñaba en el Instituto Merlín con la alegría de
que un miembro más se había unido a su nuevo hogar, Ra. Tocaron el
traslador mientras veían al fénix desparecer entre una llamarada verde, en
el momento de sentir el contacto con la vasija que hacía de traslador
sintieron como una fuerza les levantaba y les arrastraba por el ombligo de
nuevo a su hogar, la nueva Mansión Potter en el valle de Godric.
- Nunca me ha gustado esta manera de viajar- comenta Steffany una vez de
pie después de recibir la ayuda de Harry cuando se encontraba en el
suelo.
- Ya somos dos, pero no hay otra manera mejor de viajar de un continente
a otro- comenta Harry mientras que Ra, el fénix, hacía su aparición en el
tejado de la casa- Será mejor entrar en casa y deshacer el equipaje.
Al entrar vieron, todo ordenado y limpio exceptuando el comedor donde en
esos momentos se encontraba Sirius limpiándose el traje de las cenizas de
la chimenea dejando toda la habitación hecha una pocilga.
- Me alegra de que hayan llegado. Será mejor que no deshagan el equipaje
todavía porque nos espera una reunión con Dumbledore y Hastings.
Ante estas palabras tanto Harry como Steffany dejaron las maletas en la
entrada para su posterior recogida. Antes de irse Harry, comunicó a Hedwig,
a Saz y a Ra que volverían por ellos, si tenían que ir alguna misión pero
que si eso podían esperar en Hogwarts para que no estuviesen solos.
- Ya estamos listos. Cuando quieras nos vamos- comento Harry al volver
del piso de arriba con un papel en la mano y dijo a Steffany en bajo- Ya
tengo el mapa de toda la casa y de casi todo el valle gracias al hechizo
Rastrorium.
A estas palabras Steffany sonrió contenta ya que no querían sorpresas de
antemano en el valle o en la casa si querían vivir en él ya que por mandato
de ella había obligado a Harry que impusiese ese hechizo en Hedwig y en Saz
para que hiciesen el mapa del lugar para que estuviesen preparados ante un
peligro para que no les pasase lo mismo que a los padres de Harry.
- Me alegra-comenta Sirius- Es hora de irnos. Toquen este traslador y
nos iremos.
Siguieron sus indicaciones y los tres pronto estuvieron viajando con esa
vieja sensación. Al poner los pies en el suelo vieron que en el despacho se
encontraban a parte de ellos, Dumbledore y Hastings.
Ok, lo siento, sé que prometí enviar el cap. 3 hace tres semanas, pero he
estado ocupada. Pero aquí tienen una compensación: tres capítulos de una
vez. El mérito es de Merlín, porque de ser por mí no tenía escrito ni uno
solo. Gran parte del cap. 3 y del 4 lo ha escrito él, y el crédito del 5 es
completamente suyo, porque allí como quien dice, yo no he metido la
cuchara. Le di unos cuantos retoques, pero nada más. Estamos trabajando en
el 6 y el 7 y esperamos poder enviarlos pronto, pero no desesperen. Ahora
responderé a los reviews
Superhyoga: Muchas gracias por tus comentarios, me he pasado por tu fict y
me ha gustado mucho, espero que lo actualices pronto. Besos
Gala Snape: Muchas gracias por tu review, no pude actualizar el 1 pero
aquí esta la compensación, espero que te hayan gustado estos tres caps.
SaraMeliss: No te preocupes, que Harry regresará muy pronto al mundo
mágico. Aunque la reacción de Ron y Hermione no va a ser la que esperas...
Zeisse: Sí, Harry está empezando a madurar. Me agrada que te haya gustado
este nuevo Harry
Goldenfinger-potter: Aquí tienes ya la continuación, espero que te agrade
GaRrY: Me alegro que te haya gustado
Nelly Esp: Los compañeros de Harry ya saben algo sobre su supuesta muerte,
recuerda lo que les contó Denisse de cuando fueron a Hogsmeade. El resto de
tus preguntas creo que ya fueron respondidas en estos capítulos, excepto la
última que lo sabrás en el cap. 6
Leo Hagrid: Me alegro mucho que te haya gustado, a ver que te parecen estos
caps.
LoBeZnO: Muchas gracias por tu comentario. Me gustan muchísimo tus ficts y
los estoy siguiendo todos, espero que te hayan gustado estos capítulos
Misterio: Muchas gracias por tus ánimos y por tu comentario, espero que
esto te haya gustado
Guerrero-de-la-luz: Muchas gracias por leer este fict. Aquì van tres cap.
Màs
Ad89: No te preocupes que no he dejado de escribir, solo que he estado algo
ocupada, pero aquì te van tres capítulos, espero que te hayan gustado
Oo Haley Scott oO: Muchas gracias por tu review, espero que hayas
disfrutado de estos capítulos
jessy_tonks: muchas gracias por tu reviwe, la verdad es que no sabía como
hacer para los reviews anónimos pero ya lo he arreglado. Lo del regreso de
Harry a Hogwarts lo verás muy pronto
Bien, eso es todo. Muchas gracias a todos y si tienen alguna sugerencia no
olviden dejar reviews. Bye
Jessy Potter
MIEMBRO DE LA ORDEN SIRIUSANA
