Declaimer: Digimon no me pertenece, ni tampoco algunas de las frases utilizadas.
Advertencia: No apto para diabéticos, derramamiento de miel en exceso.
Capitulo 3: Tristeza
"La amistad es hallar un espacio
seco en plena lluvia" .
-La señorita Orimoto esta enferma de leucemia y solo le queda 1 o 2 años de vida - le dijo tristemente la doctora - creo que lo mejor será informarles a sus padres¿nos podría dar el teléfono de su casa? -
Kouji no podía hablar, sentía que poco a poco se le abría un enorme hoyo negro en su corazón y se expandía por su cuerpo. No podía evitar el que por sus ojos salieran mares de lagrimas.
En vista de que no le respondía la señorita Komoe volvió a preguntar - ¿me podría dar el teléfono de su casa, para comunicarnos con sus padres?-
Al fin pudo contestar - 27656098 - dijo con la voz llena de tristeza y dolor - ese es.
La doctora tomo nota - gracias, y por cierto Orimoto le pide que vaya -
- ¿Ya despertó? - pregunto un tanto emocionado
- No, pero entre sueños dice Kouji, Kouji". ¿Es usted Kouji, no?
Asintió con la cabeza y se fue al cuarto donde estaba recostada en una camilla con suero su primer amiga, la primera que habia logrado hacerlo sonreir.
Izumi no entendía lo que pasaba, lo ultimo que recordaba era haber visto a Kouji acercarse y luego haber aparecido en ese valle espeluznante. Era un valle seco y sin vida, ella caminaba y a los lados podía ver a todos sus amigos, a sus padres y sobre todo a Kouji, pero por mas que intentaba acercarse a el mas se alejaba, de pronto sintió un escalofrío y escucho una voz extraña y desconocida decirle.
- Todo esta bien, solo recuerda que aun debes hacer una cosa, para vivir.
- ¿Pero que cosa?
- Pronto lo sabrás, y recuerda que para salvarte a ti y a tu mundo necesitas la ayuda de la persona mas importante para ti.
- Esa persona es Kouji-
- Entonces el debe encontrar la forma de liberarte de esos espíritus que te consumen las energías hasta que llegue el momento de tu muerte.
- Ahora despierta y ve a donde el esta.
En el hospital estaban sus padres ya se habían enterado de la triste noticia, y no podían dejar de llorar. Ya le habían dado las gracias a Kouji, pero aun esperaban que despertara ella, para poder abrazarle.
- Mi pequeña, mi niña, se esta muriendo y no hay nada que podamos hacer. - lloraba la señora Orimoto.
