.

Este día,

12 de julio de 2013,

cumplo 5 años de estar escribiendo y subiendo divagaciones a esta página de ffnet ininterrumpidamente.

Les agradezco con todo mi corazón a todos y a todas quienes, durante estos años, han leído y dejando sus comentarios, además de agregarme a mí o a alguno de mis fics a su lista de favoritos.

Muchas gracias por leer mis fics por muy tontos o cursis o infantiles que hayan sido.

Gracias.

.

FIC NÚMERO 100

5to. ANIVERSARIO EN FANFICTION NET

.

Disclaimer:

LAS TORTUGAS NINJA no me pertenecen, es mi corazón el que le pertenece a Leonardo.

Tampoco gano dinero por escribir este fic; yo escribo por puro gusto y para hacer pasar un rato agradable a todo aquel que pase a leer. Lo único que espero ganar son tus apreciados reviews.

) )°( (

GUERREROS DE LA NOCHE

Media noche, la hora perfecta para salir y deambular por la Ciudad de Nueva York, y más aún que es una bella y despejada noche sin Luna.

La hora y la noche son perfectas, pero no para disfrutar de las estrellas, sino para salir de cacería.

Algo misterioso se desplaza por las azoteas de los edificios.

Encubriéndose en la oscuridad que impera gracias a falta de la luz de la Luna, se mueve velozmente a esas alturas, una misteriosa figura. Se detiene, mira a su alrededor, y después continua su marcha; pareciera que busca algo, ¿o será que busca a alguien? ¿Quién podría estar en la azotea de un edificio a esa hora y en esa oscuridad?

No muy lejos de esta figura hay otras tres; están en el edificio contiguo. Dos de éstas parecen que están en combate.

- ¡Tú las traes! -

- ¡No! ¡Tú las traes! -

- ¡Ahora las traes! -

- ¡Qué tú las traes! -

La figura que observa la discusión a lo lejos pronto de une a la otra que no participa en la riña.

- Ni me digas qué ha pasado; puedo imaginarlo. –

- Ojala respetaran la mecánica del juego. Estarán discutiendo durante toda la noche. -

- Kiseki [hermanos], - dice la figura que recién llegó a las otras dos que pelean - tienen que darle oportunidad a quien 'las pasa' para que corra y no 'pasárselas' enseguida de que 'las pasó'. –

Cuatro tortugas adolescentes mutantes están entrenando mediante ese clásico juego llamado "Las traes", pero claro que juegan al estilo Ninja.

Miguel Ángel era quien 'las traía'y logró darle alcance a Rafael y se 'las pasó', ahora él 'las traía', pero inmediatamente se 'las pasó' a Miguel Ángel sin siquiera darle chance de correr, pero Miguel Ángel hizo lo mismo, se 'las pasó'a Rafael enseguida, y otra vez Rafael se 'las pasó' a su hermano menor y… ya se encasillaron en el juego ellos dos solos.

- ¡Tú las traes! – Rafael toca a Miguel Ángel y eso significa que ahora él 'las trae'.

- ¡No! ¡Tú las traes! – Miguel Ángel toca a Rafael regresándole 'las traes'.

- ¡Ahora TÚ las traes! – de nuevo.

- ¡No! ¡Tú las traes! – y otra vez.

Leonardo aprovecha que Rafael 'las trae'para tocarlo y que se 'las pase'.

- Yo 'las traigo'. Ahora... ¡córranle! -

- Si tú insistes. -

- ¡Patitas pa' qué las quiero! -

- Por fin se reanuda el juego. -

Dos de las tortugas se dispersan rápidamente.

- ¡A qué no me atrapas! ¡A qué no me atrapas! – Miguel Ángel elige quedarse y burlarse de Leonardo para provocarlo a que lo persiga.

Pero Leonardo prefiere una presa más fácil; corre tras Donatelo.

- ¡¿Por qué siempre yo?! – Donatelo tiene que huir.

- ¡No quiero presionarte Doni, pero necesitas el ejercicio más que cualquiera de nosotros! -

Debido a que la semana pasada Donatelo ha permanecido demasiado tiempo sentado frente a la computadora, el líder del clan se preocupa de que pierda condición.

Leonardo corre tras su hermano y, a pesar de que tiene que saltar y hacer piruetillas para evitar todos los obstáculos que hay entre su hermano y él, enseguida le da alcance; estira su brazo, y sus dedos casi tocan el caparazón de Donatelo.

Donatelo corre tanto como sus piernas se lo permiten, pero Leonardo es rápido, y cuando está por llegar a una pared, sabe que va a quedar acorralado, pero en segundos tiene una idea. Sacando provecho a la velocidad con la que corre, llega a la pared, con un par de zancadas "camina" ágilmente dos metros por ésta, se impulsa y gira hacia atrás, saltando por encima de Leonardo a escasos milímetros de que tocara su caparazón.

- ¡Qué buen salto! – su líder le felicita.

- No quiero perder en este juego, - dice Donatelo al tocar el piso firme - aunque debo decir que el castigo que se le impondrá al perdedor es un excelente motivo para no hacerlo. – pronto corre en otra dirección.

-Sí. – dice Miguel Ángel que está a varios metros de distancia de Leonardo pero va acercándose - ¿Qué perdedor quiere ir con Sensei a un retiro espiritual? -

- El perdedor de Leo. – dice Rafael, seguro en el techo del edifico de al lado - Hasta Doni no 'las ha traído'por más de cinco minutos, y tú sí, estás perdiendo a propósito, ¿oh sí? -

- Es porque ustedes se han esmerado. – ahora Leonardo va tras Rafael. – ¡Me ha sorprendido su desempeño! – corre y da un gran salto, consigue agarrarse de una tubería, da un giro de 180 grados para darse más impulso, se suelta y va a caer en el otro techo justo donde se encuentra Rafael, pero Rafael se quita a tiempo; aterriza sin problemas - Por poco y te atrapo. -

- Por poquito. - dice Rafael echando a correr; al llegar a la orilla del edificio salta hacia el otro donde está Miguel Ángel.

- Me gustan las noches como ésta. - dice la despreocupada tortuga, es decir Miguel Ángel – ¡Podemos gritar y correr y saltar por todos lados, – y eso hace - sin preocuparnos de que alguien nos vea! -

Quien 'las trae', va acercándose rápidamente.

Rafael se ha detenido al lado de Miguel Ángel y Leonardo corre hacia ellos, pero ambos permanecen quietos. Cuando Leonardo está por tocar a Rafael y pasarle 'las traes', Rafael sólo se hace a un lado, y por este repentino movimiento, Leonardo tropieza y cae.

- Y a mí me encantan las noches así, porque el Intrépido está más distraído. – dice Rafael con una sonrisa torcida.

- Porque estoy atento al entrenamiento y a nuestro alrededor. – dice Leonardo desde el suelo, apoyando sus brazos sobre el piso para poder levantar la cabeza - Una noche sin Luna es idónea para este excelente ejercicio: nos ayuda a agudizar el acecho, la atención, la agilidad… pero podemos no ser los únicos en aprovechar la oscuridad que impera a falta de la Luna, por eso no podemos bajar la guardia totalmente, por eso… -

- Lo que digas… – interrumpe Rafael para que Leonardo deje de sermonear - ¡pero no puedes atraparme! – y corre de nuevo.

- ¡Ya verás! – Leonardo rápido se pone de pie y va a perseguirlo con mayor decisión, pero Miguel Ángel se interpone en su camino.

- ¡A qué no me atrapas! ¡A qué no me atrapas! – vocifera y brinca a escasos metros del perseguidor.

- ¡A qué sí te atrapo! – Leonardo se olvida de Rafael.

- ¡Pero si soy el más rápido! – Miguel Ángel echa a correr y hace una pirueta, presumiendo su habilidad - ¿A poco crees que puedes atraparme? -

- No lo creo… –

Con fuerza, Leonardo se tira al suelo pero cae de espaldas, o más bien, cae sobre su caparazón; sus brazos y piernas los utiliza para impulsarse y ayudarse a girar cual trompo, y echo un ovillo giratorio, choca contra Miguel Ángel y lo derriba.

-¡Ah! -

- ¡Lo sé! -

A Miguel Ángel le toma valiosos segundos darse cuenta de lo que ha sucedido; levanta la cabeza cuando Leonardo se acuclilla a su lado.

- Yo sé que puedo atraparte, ototo [hermanito]. – Leonardo toca con su dedo índice la frente de Miguel Ángel, ahora él 'las trae' - En eso tienes que trabajar, Mikey; no estás concentrado al cien por ciento por estar bromeando. -

- Pero yo me divierto. -

- Yo también me divierto. Puedes divertirte y aprender a la vez. -

- ¿Me das una manita? – sonriendo, le tiende su mano para que le ayude a levantarse.

- Lo lamento; esta vez no. – pero Leonardo se yergue y echa a correr.

Miguel Ángel se pone de pie ya que ha fallado su treta, y mira a su alrededor. Enseguida ubica a su presa.

-¡Ai te voy, Doni! -

- De nuevo yo. – no tiene alternativa, tiene que correr.

Donatelo está a dos edificios de distancia, pero la tortuga genio sabe que esto no es suficiente para que Miguel Ángel no le de alcance.

- Siempre que 'las trae', - dice Rafael al cercarse a Leonardo (quien no se alejó mucho) - Mikey siempre va tras Doni. No me parece justo sólo porque Doni es el más fácil de atrapar. –

Ambos observan la persecución.

- A mí tampoco. No es lo ideal, pero es una manera para que Doni mejore su velocidad. -

Parece que sólo necesito un par de saltos para acortar la distancia; Miguel Ángel ya está pisándole los talones a Donatelo.

- ¡Corre, Doni, corre! ¡No te dejes alcanzar! – canturrea.

- ¡Contra Miguel Ángel nadie me puede ayudar! – Donatelo agrega, y es que son las estrofas de la canción de un viejo programa de televisión, o al menos la tonada.

Donatelo da un salto y trepa por el soporte de metal de un enorme contenedor de agua. Miguel Ángel lo sigue muy de cerca. Donatelo sube y sube hasta llegar a la repisa, trepa a ésta y camina con apremio, aunque más bien le gustaría correr, pero es estrecho ese reducido espacio; si corre, caería. Miguel Ángel ya está también caminando por la repisa. Ambos ponen a prueba su equilibrio.

Las otras dos tortugas los siguen desde abajo.

Al rodear el contenedor, Donatelo ve que hay cables atados en éste y que el otro extremo llega a unos tubos gruesos del siguiente techo; desenfunda su vara bo, la pasa por encima de los cables, toma el otro extremo de su vara y se desliza por los cables hasta el otro techo, apenas a tiempo porque su perseguidor ya está ahí.

- ¡Yo también puedo hacer lo mismo! – Miguel Ángel usa sus chacos para deslizarse por los cables.

Donatelo no espera a que sus pies toquen el techo, se deja caer al calcular que está a una altura prudente, pero debe continuar corriendo.

- ¡Ya me cansé! –

- Pero apenas empezamos con el juego. Sí que te falta condición, Doni. -

- Veo… en mi futuro próximo… arduas y prolongadas sesiones… de entrenamiento. –

- Lo que veo yo, - dice Miguel Ángel a punto de alcanzar a su hermano – es que TÚ te irás de "vacaciones" con Sensei. -

- ¡No! – Donatelo hace un último esfuerzo al imaginarse lejos de su imprescindible tecnología: en la huída, se topa con una antena de televisión, la toma, la dobla, se aferra a ésta, y a modo de catapulta, es lanzado lejos de las garras de su hermano.

- ¡Eso no se vale! -

- ¡Buen movimiento, Cerebrito! – Rafael le echa porras desde el edificio contiguo.

Donatelo llega a salvo al techo de otro edificio.

- Lo que sea que me auxilie para no ir con Sensei a ese retiro. ¡No podría sobrevivir por más de un día alejado de la civilización! –

Sin embargo, Donatelo no puede disfrutar de su victoria por mucho tiempo.

- Que no te oiga, sino… - Miguel Ángel aterriza muy cerca de Donatelo; ha utilizado la misma catapulta.

- No es tan malo como creen. – también de un salto, aparece Leonardo, interponiéndose entre Miguel Ángel y Donatelo.

- ¡Lo dices porque eres Splinter Dos, Splinter Dos! – dice Rafael, que sigue un tanto alejado.

- Así que, más que un castigo, - continúa Miguel Ángel con la amonestación para el líder – para ti sería un premio, Leo; por eso prefiero cazar a Doni o a aquel. – señala a Rafael con su pulgar.

- No tienen que verlo así. – dice Leonardo - Es la oportunidad que necesitan para adentrar en sus espíritus y conocerse más a sí mismos… -

- Mejor sigamos con las carreritas. – interrumpe Rafael - ¡Ahora sí que no me atrapas, Tontín! -

- Ja y más ja. – Miguel Ángel se alista para la persecución, pero Leonardo vuelve a interponerse.

- Creo que deberíamos dejarlo por hoy. Doni está cansado. –

Todos voltean a mirar a la agotada tortuga.

- No te preocupes por mí, Leo. Mi ritmo cardiaco se ha estabilizado gracias al pequeño descanso. No quisiera que tu compasión me exente del desafío y yo sea visto como el mediocre del grupo. -

- ¡Ese es nuestro Doni! - lo felicita Miguel Ángel – Entonces puedo seguir persiguiéndote. – le sonríe de una manera muy cómica.

- ¡No te será tan fácil! -

- Al menos - dice Leonardo – me gustaría que pensaran que ir con papá a ese retiro espiritual no es tan malo. –

- ¡En sus marcas! – sus hermanos lo ignoran totalmente - ¡Listos!... -

- Hermanos menores. - dice Leonardo para sí con una sonrisa en los labios – No puedes vivir con ellos, y tampoco sin e… - pero de repente, siente una horrible sensación... - ¡Cuidado! – en una fracción de segundo, toma a Donatelo y a Miguel Ángel por la espalda y se tira al suelo junto con ellos.

- ¡¿Pero qué…?! - Rafael también se tira al suelo cuando un extraño silbido pasa muy cerca de él; de inmediato se levanta y corre a reunirse con sus hermanos que se están poniendo de pie, menos uno. -¡LEO! – se arrodilla a su lado.

- Se los dije… - con esfuerzo, Leonardo consigue sentarse, y de su brazo derecho extrae una aguja hipodérmica - Les dije que… estuviéramos… atentos… - la deja caer y toma su cabeza; comienza a sentir que todo gira a su alrededor.

- ¡Vámonos! – dice Donatelo - ¡Nos atacan francotiradores! ¡De otro modo no podrían dispararnos en esta oscuridad! –

Rafael pasa un brazo de Leonardo por sus hombros y le ayuda a ponerse de pie.

Los cuatro corren a esconderse dentro una pequeña y destartalada bodega que hay en ese techo, pero antes de que puedan ponerse a salvo, una intensa luz y un potente ruido les cortan el paso.

- ¡Ah! – la repentina luz lastima sus ojos.

Quedan ciegos y sordos por unos instantes. La intensa luz no les permite ver y el poderoso sonido los desorienta; pareciera que se han interpuesto en el camino de una poderosa locomotora que está a punto de arrollarlos y hacerlos trizas.

- ¡NO TIENEN ESCAPATORIA! – una feroz voz se hace oír por un altoparlante.

- ¡Bishop! – grita Rafael lo más que le permite su garganta por sobre el ruido de las astas del helicóptero en el que viaja el individuo - ¡Maldito! ¡¿Cuándo nos dejarás en paz?! -

- ¡Después platicas con él! – exclama Donatelo - ¡Tenemos que huir! -

Corren hacia el otro lado, pero los disparos de las armas láser (que porta el helicóptero) los obligan a separarse y a arrojarse al piso.

Rafael tropieza junto con Leonardo porque Leonardo ya no puede moverse con agilidad, y caen; enseguida se oye un disparo más, diferente y demasiado cerca de ellos; Rafael voltea para cerciorarse que no hayan herido a su hermano, pero se trata de una cuerda metálica que ha atrapado el pie de Leonardo. En un segundo la cuerda es tensada y lo separa de su lado.

-¡No! – Rafael grita desesperado porque su hermano le es arrebatado de sus brazos.

Leonardo es arrastrado hacia el helicóptero.

Rafael se pone de pie enseguida y corre tras su hermano, quien no hace nada por evitar ser llevado hasta el helicóptero en el que vuela Bishop.

El somnífero ha hecho efecto y Leonardo es arrastrado como sin vida.

En un desesperado intento, Rafael va a saltar para atrapar la cuerda, pero debe saltar para evitar más disparos, luego, se toma un valioso segundo para mirar hacia la luz a la que está siendo llevado su hermano, pero es todo lo que ve: una resplandeciente luz; es como si el sol hubiese descendido a la Tierra sólo para incinerarlo a él, sólo para convertirlo en cenizas a él.

Repentinamente, "algo" cae del oscuro cielo cimbrando el techo del edificio.

Ese algo cae a escasos metros por enfrente de Rafael, y cuando se yergue, eclipsa al sol artificial.

Rafael sólo distingue, porque la luz no pierde toda su luminosidad, la silueta de ese algo: es una creatura colosal.

Ese ser extiende sus brazos y lo que parecen ser alas que brotan de su ancha espalda, y salta; cae por delante de Leonardo, y con sus manos desnudas, toma la cuerda de metal y la rompe como si fuera una hebra de hilo; entonces, esa creatura le grita algo al humano que vuela en el helicóptero.

Rafael escucha que la creatura le grita amenazas a Bishop, pero no le interesa, sólo le interesa su hermano, así que guarda sus sais, y gracias a la sombra que proyecta la enorme creatura puede ver dónde está Leonardo; corre, se arrodilla al lado de su hermano y lo abraza para protegerlo tanto de Bishop como de ese ser que al parecer está ayudándolos pero en quien no se da el lujo de confiar.

Entonces, se oye un estruendo y el ser es atrapado en una red que al instante le propina un choque eléctrico; se derrumba aturdido, y la luz cobra intensidad.

Sin la sombra que le resguardaba, Rafael debe proteger sus ojos de la cegadora luz; aún así logra ver cómo es arrastrada la creatura hasta el interior del helicóptero.

La luz se extingue, y Rafael finalmente puede ver a Bishop con claridad aunque sólo por unos segundos.

Ya que el cazador ha atrapado a su presa, el helicóptero se aleja de inmediato.

La oscuridad y el silencio vuelven para instalarse cómodamente en su reino de penumbras.

) )°( (

Con esta historia celebro mi quinto aniversario en ffnet y también el haber llegado al fic número 100.

Será un fic lleno de acción, romance, misterio, traición, intriga, venganza, explosiones, ¡muchas explosiones!…

Desde hace mucho que quería escribir una historia así, pero la falta de tiempo me obligó a escribir fics de otro género; sin embargo, para este fic, voy a hacer lo dice Leo de 2k12:

"No more Mr. Nice Turtle"

.

Comentarios, observaciones, sugerencias, dudas, peticiones, aclaraciones, aplausos, zapes, jitomatazos, abucheos, reclamos, ultimátums, jalones de oreja, etc., etc; toda opinión es bienvenida.

n.n