Cinti77: Todos estamos hechos a base de experiencias.
terewee: Sip, por suerte sus hijas ya entieron eso.
shuanime: Bella estaba en el departamento donde vivía con Alice, que Bella fuera quien estuviera allí no fue más que casualidad. Estamos preocupadas por Alice pero ella no está solita :)
sandy56: A ustedes por leer :D
PaolaValencia: Si, está casada, pero no llegó virgen al matrimonio y se casó con quien no es una persona que ella aprueba. Nunca van a tener su aprobación, es algo que Edward siempre le dijo y ella sabe.
roberouge: Alice no se va a dejar, lo de Bella no fue más que el inicio.
Tata XOXO: Si, pero Bella no llegó a ese lugar de la forma que René quiere y eso es algo que nunca van a poder cambiar. Alice es mucho más dura que Bella y el camino ya fue iniciado por su hermana, Alice no se va a dejar.
jupy: Bella ya inició el camino, Alice no va a ser menos.
KRISS95: Siiii, ya Bella no se deja, hizo el cambio.
nydiac10: Para que tener una madre así, ¿No? Pero que exiten existen.
Car Cullen Stewart Pattinson: Está mal de la cabeza, no entiende como Bella pudo hacerle algo así.
Lupita Pattinson Cullen: Aún sigo pensando en como va a terminar eso.
aliceforever85: Si, esta era la reacción esperada. Porque reaccionó así ahora que no están Charlie y Edward es algo que veremos después, hay algunas cosas por saber todavía.
Diana: Todo tiene un porqué.
Guest: A ustedes por leer :D
Noriitha: Charlie está muy al margen y todavía no decido si incluirlo o no.
Noelia: Naruraleza que ya todos sabíamos.
Lizzye Masen: A ustedes por leer :D
EmilyChase: Tampoco yo.
Lore562: Lo es, hay algo mal en su cabeza.
Capítulo 18
Edward's P.O.V
Luego de unos momentos la alcé llevándola a la habitación, aventé todo lo que había sobre la cama y la recosté allí acurrucándola contra mi.
— ¿Qué dices de un té? —pregunté
— No gracias —negó— Tengo el estómago algo revuelto —
— ¿Agua? —insistí
— No, estoy bien —respondió— Contigo estoy bien —
Asentí besando su cabello y dejé que se relajara, no tardó mucho en dormirse.
Un par de horas más tarde escuché la puerta del departamento abrirse, con cuidado dejé a Bella sobre la cama y la cubrí con una manta antes de salir de la habitación.
Caminé hasta la cocina encontrando a Alice calentando algo de comida en el microondas.
— Alice —hablé
— Ah, Edward, hola —saludó girándose— No sabía que estabas, pensé que Bella venía sola —
— Así era —acepté— Tu madre estuvo aquí, Bella me llamó —
— Diablos —murmuró— ¿Qué ocurrió? ¿Bella está bien? —
— No lo creo —negué— Pero dice estarlo, prefiero decirte yo lo que ocurrió, tu madre y Bella discutieron y ella la golpeó —
— ¿Qué-e? —
Caminé hasta ella pasando un brazo por sus hombros.
— Bella está bien físicamente —prometí— No sé bien que es lo que ocurrió, espero que ella nos lo diga luego pero por ahora solo sé que discutieron —
— Y la golpeó —
— Si —asentí frotando su hombro
Alice alzó el rostro viéndome antes de moverse hasta acurrucarse en mi pecho. Apreté nuestro abrazo apoyando mi mejilla en su cabello.
— ¿Dónde está Bella? —preguntó suavemente
— En su cuarto, duerme —expliqué. Alice asintió contra mi pecho— Estoy aquí Allie, no están solas —prometí— También tienes a Jasper —
Alice soltó un sollozo contra mi pecho y sus manos se aferraron con fuerza a mi suéter, solté un suspiro frotando su espalda en círculos.
— La odio —murmuró— Odio a mi madre, ¿Por qué debe ser así con nosotras? —
— No lo sé Allie —negué—Pero quiero que me prometas que no vas a volver a verla si yo o Jasper no estamos contigo, voy a hacer que Bella me prometa lo mismo —
— ¿Crees que pueda volver a hacer lo que hizo? —
— No lo sé pero no voy a arriesgarme —admití
— ¿Lo ha hecho antes? —
— No lo sé —negué— Esa idea ha rondado en mi mente desde que llegué y vi la mejilla de Bella —
— Ella nunca ha sido violenta conmigo —comentó— Si a veces soltaba comentarios poco agradables pero fuera de eso nada —
— Eso me alivia un poco —aseguré— Bella logró que no fuera tras tu madre hoy, no va a poder detenerme una segunda vez —
— Lo sé —aceptó
Con el pensamiento de que Bella dormía tranquilamente en su habitación dediqué algo de tiempo en Alice, adoraba a mi pequeña cuñada y esperaba que Jasper regresara a casa pronto para que estuviera cerca de Alice cuando yo me fuera con Bella.
Cuando Bella despertó Alice y ella estuvieron en la habitación por más de una hora hablando. Aproveché ese tiempo para avisarle a Jasper de la situación que estaba pasando y llamé al terapeuta de Bella, solo tenían sesiones cuando Bella se sentía desbordada por alguna situación y aunque no había dicho nada sobre ir sabía que era lo mejor.
Jasper llegó poco después de mi llamada y ambos esperamos pacientemente hasta que la puerta del cuarto de Bella se abrió, escuchamos como Alice se dirigía al suyo.
— Voy con ella —señaló Jasper
Asentí poniéndome de pie y me dirigí a la cocina, preparé un té caliente para Bella antes de llevarlo a su habitación, dejé la taza sobre su mesa de noche y me senté a su lado. Bella dejó el libro que estaba leyendo y alzó su mirada hacia mi. Acaricié su mejilla golpeada.
— ¿Duele? —pregunté
— Ya no —negó. Se movió tomando la taza de té y dando un sorbo— Gracias —
— De nada bebé —respondí— Escucha…—dudé— Llamé a tu terapeuta, pedí una cita y mañana tiene un espacio, ¿Qué dices? —
— ¿Tengo opción? —pregunté
— Siempre la tienes —prometí— Pero quisiera que vayas y sé que va a hacerte bien —
— Probablemente si —aceptó— ¿A qué hora? —
— A las 3 —señalé— Yo te llevo —
— De acuerdo —asintió
— Le comenté de pasada a Jasper que le sugiriera a Alice que inicie terapia —avisé— A ti te ayudó mucho —
— Se lo he dicho, incluso le recomendé una que mi terapeuta conoce pero no aceptó —comentó
— Esperemos que lo vuelva a considerar —comenté recostándome a su lado
Deslizó un par de dedos sobre mi cabello dirigiendo mi cabeza a su regazo
— ¿Tu cómo estás? —preguntó
— Furioso Bella —aseguré soltando un suspiro— Sabía que algo iba a pasar, ellos simplemente reaccionaron demasiado pasivos cuando estuvimos en su casa —
— Ella ya sabía algo —admitió— Le dijeron que te vieron conmigo pero no les creyó —
— Lo siento amor, no voy a disculparme —hablé suavemente
— No quiero eso tampoco —aseguró— Yo hice las cosas mal, esperé demasiado sabiendo que iba a tener el mismo resultado y lo siento —
— No logro entender por qué ese día ellos simplemente no dijeron nada —respondí— Porqué esperó a ir contra ti cuando estuvieras sola —
— Creo que ella no hizo demasiado escandalo ese día por papá —explicó— Sus palabras esta vez fueron mucho más crudas, si ella considera que el hombre es distinto a la mujer creo que tiene sentido que haya querido corregirme sin papá presente —
— No era por tu padre —negué— Creo que fue por mi, si ella toma al hombre como figura de autoridad…—dudé— Esté de acuerdo o no yo soy tu esposo y en su rara forma de ver la vida probablemente ahora me considere tu dueño o algo similar y por eso hoy se animó a llegar a más —
— ¿Realmente lo crees? —preguntó
— Ya no sé qué creer bebé —admití— Lo único que puedo pensar es en que no te quiero a solas con ella otra vez —
— Aún me amas, ¿Cierto? —preguntó— Incluso aunque todo esté tan jodido —
Me alcé tomando la taza de té de sus manos y la dejé sobre la mesa de noche.
— Me ofende que preguntes Bella —hablé— Te amo, mucho, si algo de esto me importara jamás te hubiera hecho mi esposa —
— Lo sé —aseguró— Pero no llevamos ni un mes de casados y ya es todo un desastre, ni siquiera hemos disfrutado del primer tiempo de matrimonio —
Sonreí sacudiendo la cabeza.
— El matrimonio para mi es solo un papel más —expliqué— Esto es mi matrimonio —señalé alzando mi muñeca y mostrando mi mariposa
Bella soltó un suspiro antes de besar mis labios, nos acomodé contra el respaldar de la cama y luego de que ella finalizara nuestro beso nuevamente le ofrecí el té.
— Quiero preguntarte algo —hablé suavemente— No estoy seguro de quiera escuchar la respuesta pero no he podido dejar de pensar en eso —
— ¿Qué es? —preguntó dando un sorbo a su te
— Ella, alguna vez, ¿Hizo lo que hoy? —
— No —negó— Nunca me había levantado la mano si es la pregunta —
— Si, es la pregunta —asentí lentamente— ¿Ha sido violenta de otro modo? Ella ha mantenido sobre ti y Alice una manipulación constante y eso lo sé, me refiero a físicamente —
— Hubo algunos agarrones, algunos apretones un poco más fuertes de lo que deberían —admitió bajando la mirada. Apreté mis puños con fuerza— Comenzaron cuando empecé a revelarme ante ellos, me iba de aquí sabiendo que te hacía sufrir y allí ellos solo cuestionaban que no iba a la iglesia, que no iba a visitarlos, que Alice no iba a verlos y comenzaron los gritos —
— Sabía que algo pasaba cuando ibas —gruñí— Y lo ignoré porque de lo contrario iba a sacarte de esa casa yo mismo —
— Lo ignoraste porque era lo que yo quería —aseguró— No hacerlo era decir todo y yo aún me negaba a eso —
— Bella, nada de lo que tu madre ha hecho durante tu vida está bien —señalé
— No es fácil entender eso cuando estás dentro Edward —negó— Sé que las cosas no son como ella dice hace tiempo pero darme cuenta del nivel de manipulación que ella tuvo sobre nosotras aterrador —
— Sé que es difícil amor pero —
— Lo peor es que no fue mi propio dolor el que me hizo darme cuenta —explicó interrumpiéndome— Era tu dolor lo que me lastimaba, el hacerte sufrir a ti que me hizo ver que no podía simplemente justificarla en "me ama a su manera" eso no es amor —
— No, no lo es —aseguré
— Lamento no habértelo dicho —se disculpó— Pero quería evitarte más dolor, ahora sé que no lo logré pero solo intentaba protegerte de aquello que me lastimaba a mí —
— Bella —hablé tomando la taza de sus manos y dejándola sobre su mesa de noche— Esto nunca ha sido por mi, siempre por ti, solo por ti —
— Lo sé —aceptó— Mi terapeuta ha intentado que yo aceptara eso y nunca lo hice, no hasta que tú me dijiste que yo era libre para todo, no solo para amarte —
— Dijiste que tu terapeuta había aceptado que fueras menos —señalé
— En realidad hubo una especie de crisis cuando comenzó a intentar priorizarme —admitió— Y yo distancié las sesiones —
— Bebé…—murmuré
— Dolía Edward —confesó— Iba demasiado poco a Forks, tenía mi vida aquí, creí que solo negar toda la realidad era suficiente, creía que solo ir y decirles que nos habíamos casado iba a solucionar todo —
— Te lo dije, te dije que no íbamos a tener su aprobación —hablé
— Y lo sabía —prometió— Solo que esperaba que hicieran lo que yo, solo saberlo y ya, dejarnos en paz, querían el motivo del porqué no iba ya lo tenían, yo cambié, quería que lo supieran y ya —
— Eso no funciona así bebé —negué
— Quería que si —aceptó— Quería enfrentar todo, que todo saliera a la luz y que ellos hicieran lo que quisiesen de sus vidas pero no esperaba que decidieran colisionarse contra la nuestra de este modo —
— Quiero que regreses a terapia —pedí— No por mi, por ti, enfrenta esto Bella, enfrenta la parte que duele, prometo que voy a estar cada vez que necesites llorar, prometo que vas a poder compartir tu dolor conmigo y eso va a estar bien —
— ¿Por qué debería? —preguntó— Ya no quiero lastimarte —
— Porque te amo Bella —señalé besando sus labios— Ahora no puedo evitar sentirme culpable, culpable de no haber hecho las cosas de otro modo —
— Edward, has hecho todo tan bien como yo lo he permitido —habló— Todo lo que has hecho, todo lo que yo he avanzado es porque tú has estado allí mostrándome que sufrir del modo en que lo hemos hecho no está bien, no es normal —
Bella's P.O.V
Odiaba la idea de que el dolor volviera a Edward, que sus ojos volvieran a estar triste al verme a mi y a Alice pero no estaba siendo un momento fácil de atravesar.
Luego de la fatídica reacción de mi madre Edward se atrincheró en mi viejo departamento, la mudanza continuaba en pie pero se mantuvo a mi lado dejándome llorar cuanto quisiera y no mencionó el volver a su departamento, en parte era porque sabía que Alice y yo queríamos estar juntas aunque habláramos poco desde el asunto con mi madre.
No estaba feliz de que él hubiera visto eso, después de todo era nuestra relación la que había causado esa reacción de mi madre y en consecuencia mi llanto.
René había llamado a Alice acusándome de ser una pésima hija y una mala hermana, una hermana que iba a hacer que ella fuera por mal camino. Alice le había gritado a René antes de cortar la llamada. Alice se había ocultado de mi incapaz de saber que decir para aliviar mi culpa, ella también se sentía culpable porque su presencia en este departamento aumentaba el castigo de mi madre hacia mi.
No sabíamos nada de mis padres desde entonces. El alquiler del departamento había sido pagado igual que todos los meses, también habían depositado en la cuenta de Alice el dinero para sus gastos. Eso aliviaba un poco mi culpa, yo tenía una promesa de trabajo y estaba a punto de finalizar mis estudios pero Alice no, no era justo que Alice debiera ir a trabajar o no pudiera pagar la universidad solo porque yo hubiera decidido hacer publica mi relación con Edward y no iba a permitir que ni mi esposo ni mi cuñado se hicieran cargo de nosotras.
Esa no fue una conversación agradable.
— — — Flash back — — —
— Llámalos, diles que no sabías nada de lo que yo hacía —pedí
— No quiero, me niego —respondió Alice
— Debes hacerlo, aún hay cuentas que pagar, mis ahorros no alcanza para ambas —
— Ellos van a seguir pagando mis estudios, no van a permitir que en Forks se sepa que dejaron de hacerlo —
— Los conozco lo suficiente para saber que son capaces de desconocernos si no respetas sus términos —señalé
— Ahora que según ellos "tú eres una decepción" no van a arriesgarse a lo mismo conmigo —señaló haciendo comillas — ¿Imaginas a papá y mamá siendo cuestionados porque ambas hijas desobedecieran sus reglas? —
— Mi madre estaría feliz de comenzar a preguntar —señaló Edward
— También la mía —comentó Jazz
— Y sé que el padre de Rose no se quedaría callado tampoco —prometió Alice
Unos días después Edward y yo regresamos a nuestro departamento, Alice parecía querer estar sola y lo aceptaba.
— — — Fin del Flashback — — —
Al llegar a nuestro departamento todo estaba justo como la última vez que había estado allí con la diferencia de que había una montaña de ropa para guardar, Edward había ido un par de veces a buscar ropa y lavarla. Me dirigí directo a la ducha y al salir caminé envuelta en una toalla a la habitación, Edward estaba allí esperando por mi.
— ¿Ocurre algo? —pregunté caminando al ropero
— Mamá llamó —explicó— Va a estar en Seattle por unos días —
— Oh, bien —asentí— ¿Hay que arreglar algo en el cuarto de visitas? Puedo sacar algunas cajas y liberar algo de espacio para cuando hagamos cama el sofá —
— Aún no la invité a quedarse aquí —respondió— No sé si tú quieres —
— ¿Por qué no? —pregunté— Apuesto que te llamó para que se lo dijeras, quiere estar aquí —
— Pero es tu departamento también ahora —señaló— Y no sé si quieres a mi mamá rondando por aquí cuando…—
— Cuando la mía acaba de comportarse como una maldita loca —acepté girándome hacia él
— No quería decirlo de ese modo —negó
— Lo sé, pero es la realidad —asentí
— No quiero incomodarte —
— Invítala —pedí acercándome hacia él. Sus manos se deslizaron por mis muslos— Mis padres son quienes están mal, no castigues a los tuyos por ellos —
Edward asintió recargando su mejilla en mi pecho, besé su cabello.
Esme se escuchó bastante alegre cuando Edward la invitó a pasar aquí el tiempo que necesitara mientras resolvía sus asuntos en Seattle, preparamos el estudio volviéndolo un cuarto de invitados con el sofá cama y todo estuvo listo. Pocos días después al entrar al departamento escuché las risas de Esme junto a las de Edward, algo cálido se extendió en mi pecho.
Entré a la cocina donde Edward estaba sentado sobre la encimera mientras Esme preparaba lo que parecía ser la cena.
— Algo huele realmente bien —prometí
Edward sonrió extendiendo una mano hacia mi.
— Mamá está preparando estofado —avisó
Me acerqué a él saludando a Esme antes de besar los labios de mi esposo.
— ¿Necesitas ayuda? —pregunté a Esme
— No cariño, todo va bien —aseguró— Déjame consentirlos un poco —
— Ha sido un día largo —comentó Edward— Juro que mi mano duele de tatuar —
— ¿Quieres una pastilla? —pregunté
— No, me di una ducha y ayudó —señaló
— Deja que me de una antes de que la cena esté lista —pedí
— Date prisa porque estoy tan hambriento que no voy dejarte nada —rio
— Tarda lo que necesites cariño —habló Esme— Yo protejo tu comida del salvaje —
Solté una risa asintiendo y luego de que Edward me robara un rápido beso me soltó permitiéndome irme a la habitación.
La cena fue pacífica y agradable, Esme me sugirió ir de compras mientras ella estaba en la ciudad y acepté aunque un poco reticente, Edward y Esme intercambiaron una mirada pero no pregunté la razón. Luego de ayudar a recoger la mesa me disculpé yendo a la habitación mientras ellos se quedaban en la cocina lavando los platos. Edward y ella parecían tener mucho que hablar aún.
Las compras con mi madre siempre habían sido aburridas y todo dependía de su previa aprobación pero grata fue mi sorpresa cuando ante cada prenda que Esme elegía para si misma me consultaba por mi opinión y me alentaba a probarme cada prenda que llamara mi atención. No había ningún tipo de crítica hacia mis gustos, incluso me animaba a tomar aquellas prendas que aseguraban que le iba a gustar a Edward. No pude evitar ruborizarme al entrar a la tienda de ropa interior, sin embargo ella parecía estar cómoda.
"Han estado juntos por años y ahora son esposos cariños, ¿Crees que la cama se inventó solo para dormir?"
Cada palabra que salía de mi boca estaba teñida de pena y vergüenza dentro de esa tienda en particular y cada palabra de Esme estaba rodeada de una sutil picardía y mucha calidez maternal, algo que realmente causó estragos en mi interior.
— ¿Podríamos pasar por el baño? —pregunté al salir de la tienda
— Claro, ven —asintió caminando rumbo al baño
— Espérame afuera si quieres —pedí
— ¿Te sientes bien cariño? —indagó
— Si, si, solo necesito unos minutos —hablé
Esme asintió tomando mis bolsas y me adentré al baño buscando un cubículo libre, el más lejano de la entrada. Una vez dentro del resguardo del cubículo no pude evitar que las lagrimas salieran de mi, todo el enojo que había acumulado desde la discusión con mi madre, todo el amor que había recibido hoy de Esme había entrado en colisión de forma abrumadora.
Luego de algunos minutos de llanto mis emociones finalmente parecían estar bajo control, salí del cubículo dirigiéndome a las piletas y detuve mis pasos al ver a Esme allí con su rostro de preocupación. Las bolsas de nuestras compras estaban prolijamente acomodadas en el banco junto a ella.
— Lo siento, estaba preocupada —admitió caminando hacia mi— Cariño, podemos irnos a casa si quieres —
Negué caminando hacia el lavabo y abrí la canilla antes de mojar mi rostro. Esme me pasó unas toallas de papel.
— Estoy bien, solo un poco sensible creo —expliqué secando mi rostro
— Bueno, el rechazo de una madre hace eso —aseguró. Alcé mi vista viéndola a través del espejo— Sé bien lo que eso se siente —señaló. Asentí— ¿Qué dices de un almuerzo? Creo que nos haría bien comer algo —
— Claro, me parece bien —acepté— Se me antoja algo liviano y fresco si puede ser —
— Se dónde hacen el mejor salmón —habló— Y las ensaladas allí son deliciosas, eso va a ser gentil con tu estomago —
Luego de dejar las bolsas de nuestras compras en el auto nos dirigimos al restorán que estaba a pocas cuadras. Yo ordené salmón fresco con mi ensalada junto a una limonada fresca y Esme salmón con champiñones acompañándome con la limonada.
— Escucha Bella —habló tomando un bocado de su comida— Espero que no te moleste pero anoche cuando te fuiste a dormir Edward me comentó un poco lo que ocurrió con tu madre —
— Descuida, no era un secreto —aseguré
— Hubo algo que me hizo acordarme de mi misma a los 17 años —explicó— Me comentó que tu mamá no quería que tu vayas al ginecólogo —
— Es una de las tantas cosas que no quería que hiciera —señalé— Cree que si no te casas no los necesitas —
— Apuesto que se refiere a que sin sexo no se necesita —corrigió— Y es eso lo que me lleva a estar conversación, en mi caso la situación no se puso difícil cuando fue cuando apareció Carlisle, fue mucho antes —advirtió— Cuando tenía 17 años no había tenido relaciones pero un día desperté con una gran hemorragia luego de pasar por mucho dolor durante la noche —
— ¿Tu periodo? —
— Fue más que eso —explicó— Sufría de quistes en los ovarios y al no ir al ginecólogo no lo sabía. Desperté una noche debido al dolor de mi vientre y mis sabanas manchadas de sangre, mi madre no quiso llevarme al hospital a pesar de mi estado, quiso ocultárselo a mi padre y a mi hermano, asumió que yo estaba teniendo un aborto y que había iniciado mi vida sexual —
— ¿Se lo explicaste? —indagué
— Lo hice entre el insoportable dolor y el miedo pero no me creyó —negó — Pedí ayuda a mi tía y fue ella quien vino por mí y me llevó al hospital. Si hubiera tardado más mi vida hubiera corrido riesgo —
— Lo siento —respondí
— A lo que apunta mi historia es que las madres no sabemos todo —negué — Perdoné a la mía pero no olvidé lo que hizo, por su ignorancia y por sus prejuicios mi vida corrió riesgo, no se trató de si aceptaba a mi novio o no, mi vida corrió riesgo —repitió— Los padres y aún más los padres sin información o con incapacidad de aceptar que los hijos pueden pensar diferente son peligrosos —
— Espero no tener que poner mi vida en riesgo para que mi madre entienda que pienso diferente —hablé
— Oh, mi madre no lo entendió —comentó— Estuve castigada por un mes luego de lo que ocurrió, ella siempre creyó que lo mío fue un aborto, incluso siempre fue distante con Edward porque aseguraba que él no fue su primer nieto —
— Es demasiado cruel —señalé— ¿Y si hubiera sido un aborto espontaneo incluso estando casada? —
— Probablemente hubiera considerado que era una mala mujer —señaló— Cuando comencé a buscar a mi bebé no se lo dije, no hasta pasado los tres meses de riesgo para mantener la paz en mi vida —
— René le dijo a Edward que no iba a permitir que tengamos hijos —comenté
— Mi madre adoraba a Carlisle luego de que nos casamos —confesó— Porque era un respetable medico que mantenía a la casa, su mujer y su hijo, incluso aunque yo nunca dejé de trabajar eso no importaba, solo lo que Carlisle hacía como hombre —
— Perdón por lo que voy a decir pero eso es estúpido —hablé— Pero algo que mi madre podría decir también —
— Tenemos la fortuna de haber roto con esos pensamientos, con esas costumbres que al final del día solo hacen que reprimamos nuestros propios objetivos —señaló— Amo ser mamá y esposa pero siempre quise más, por eso al día de hoy sigo teniendo mis trabajitos aquí y allá y soy feliz con eso —
— Tampoco quiero solo ser una esposa —negué
— Lo que aprendí al irme de esa casa y formar mi propia familia con Carlisle es que las reglas y costumbres de mi madre quedaron en esa casa —señaló— Deja las reglas de los Swan en la casa de los Swan Bella, ahora estás en el departamento de Edward y Bella —
— He hecho todo lo que está en mi mano para hacer eso —aseguré
— Edward está muy feliz últimamente —rio Esme— Me hace acordar a cuando tomó su primer curso para ser tatuador —
— Sé que estos años…—
— Lo sé Bella —aceptó— Y mi hijo nunca dejó de amarte —
— Lo sé —asentí
— Y del mismo modo en que le ofrecí a Edward cuando era un adolecente y buscaba crear canales libres de comunicación es que quiero ofrecerte esto a ti —avisó. Alcé la mirada curiosa— Sé que a buen o mal modo tienes a tu propia madre pero si necesitas conversar con una mujer con algo más de experiencia que tú puedes recurrir a mi —
— No sé si me sentiría cómoda con eso —confesé
— No estás obligada a aceptar —prometió— Sé que soy tu suegra después de todo pero prometo no tomar parte por Edward solo por ser mi hijo luego de que ustedes tengan alguna discusión o si necesitas hablar de alguna cuestión femenina estoy disponible —
— Cuando los veo a ti y a Edward siento que me perdí algo en mi vida —admití— Como si su relación fuera normal y yo simplemente hubiera vivido con una mujer a la que aprendí a ocultarle mis propios deseos y gustos —
— Aprendí a ocultárselos a la mía también, por eso te digo esto —confesó— Y cuando Edward creció me prometí que él nunca iba a tener la necesidad de hacer eso, quisiera prometerme ahora que tu tampoco vas a necesitar hacerlo conmigo —
— Prometo que voy a pensarlo, ¿De acuerdo? —
— No tienes que darme una respuesta Bella —negó con una amable sonrisa— Solo quiero que lo sepas —
— Gracias —asentí—
— Y ahora come que si mi hijo se entera de que te hice llorar en lugar de que comas va a enfadarse —rio
Sonreí tomando un bocado de mi comida, estaba deliciosa.
Esa noche luego de disfrutar la cena con la que Edward nos dio la bienvenida a casa me dirigí a la ducha dejando a Edward y Esme tener su momento de madre e hijo, ambos parecían disfrutar ese rato a solas y a mi también me gustaba tener mi momento a solas con mis pensamientos.
Al entrar a la habitación me metí en la cama cepillándome el cabello. Escuché la carcajada de Edward provenir del pasillo junto a la voz de Esme y sonreí. Edward entró a la habitación con una amplia sonrisa y cerró la puerta a sus espaldas dirigiéndose hacia la cama, se recostó dejando su cabeza sobre mis muslos y continué cepillando mi cabello.
— Tu mamá me ofreció consejos de madre —confesé— Creo que quiere darme calidad de madre a hija como te da a ti y que la mía me negó —
— ¿Y qué opinas sobre eso? —preguntó alzando la mirada
— No lo sé —admití. Dejé el cepillo de lado y deslicé mis dedos por su cabello.
— No te sientas obligada bebé —pidió
— ¿Hablar con mi suegra de sexo? —pregunté divertida. Edward sonrió alzándose y besando mis la labios.
— Yo hablo de sentimientos con ella —comentó— Tu puedes tener la parte del sexo —
Reí atrayendo a Edward hacia mi y escondió el rostro en mi cuello.
— No voy a hablar con tu madre de sexo —
Comenzó a dejar suaves besos por mi cuello y solté un suspiro. Desde la situación con mi madre Edward no se había acercado a mí fuera de la habitación y comenzaba a extrañar la espontaneidad. Sentía la erección de Edward contra mi muslo pero dejaba que yo hiciera el movimiento.
— No con tu mamá aquí amor —pedí
— Lo sé —asintió— Solo te beso —
— ¿Solo me besas? —pregunté divertida. Me moví rosándome contra su erección.
Rio besando mis labios.
— Si, solo te beso —repitió— Pero mi cuerpo reacciona, eso no es algo que pueda evitar —
— No lo quiero evitar —aseguré— Solo hoy no —
Edward rosó su nariz con la mía.
— Mamá se va mañana —
— Lo estoy esperando —prometí aferrándome al cabello de su nuca. Sonrió besando mi mejilla.
Al otro día compartí el desayuno con Esme antes de que regresara a Forks, tomé mis clases del día y regresé al departamento, luego de un rápido almuerzo me dirigí al estudio donde deshice el sofá cama y luego de acomodar un poco me puse a estudiar por unas cuantas horas.
— ¿Bella? —escuché la voz de Edward— Estoy en casa bebé —
Tomé la taza de café vacía y salí del estudio.
— Hola, no te escuché —señalé entrando a la cocina. Edward estaba sacando la jarra de agua de la heladera.
— Hola bebé —saludó. Besé sus labios pasando a su lado y le alcancé un vaso dejando la taza en la pileta.
— Estaba en el estudio —expliqué
— ¿Tienes mucho que estudiar aún? —pregunté
— No mucho, ¿Tienes planes? —
— Rose y Emmett quieren ir por unas pizzas a la noche —comentó— ¿Andas de humor? —
— Me vendría genial —acepté
— Perfecto, tu sigue con tus estudios que yo ajusto detalles con los chicos —avisó
— Te amo —respondí besando sus labios
— Lo sé —rio— Yo más —
Luego de hacerme otro café regresé el estudio dónde estuve enterrada entre mis libros de texto hasta que fue hora de tomar una ducha y comenzar a alistarme para nuestra salida.
Luego de la ducha entré a la habitación envuelta en una toalla y una idea pasó por mi cabeza. Me quité la toalla y luego de cepillar mi cabello caminé fuera de la habitación. Todo mi cuerpo se contrajo por la expectativa.
Entré a la cocina sintiendo el aire acariciar mi piel desnuda, Edward lavaba algo en la pileta, rodeé su cintura con mis brazos.
— ¿Estuvo buena la ducha amor? —preguntó Edward apretando mis manos en la suya
— Relajante si —asentí— Pero solitaria —
— Mañana me ducho contigo si quieres —rio
Asentí dejando un beso en su espalda. Aún no se había dado cuenta de que estaba desnuda. Me moví a su costado y el plato que estaba en sus manos calló dentro de la pileta al verme.
— ¿Qué…?—
— No se me antojó vestirme —respondí subiéndome a la encimera
— Bebé —negó
— ¿Qué? ¿Se te antoja algo? —
Cerró el agua al tiempo que sus labios asaltaron los míos, reí acomodándolo entre mis piernas.
— ¿Tienes segundas intenciones? —preguntó recargando su frente en la mía
— Contigo siempre —prometí— Pero tengo una idea —
Empujé su cuerpo hacia atrás bajándome de la encimera, me di vuelta y recargué mis manos en el mármol. Giré mi rostro viéndolo por sobre mi hombro.
— ¿Qué dices? —
Edward gimió echando la cabeza hacia atrás antes de tirar de su playera, reí viendo su rapidez al también soltar el botón de sus jeans, bajó sus pantalones junto a sus boxers antes de rodearme el cuerpo con sus brazos.
— ¿Andas traviesa? —preguntó dejando besos en mis hombros
— Podría decirse —murmuré
Sus besos bajaron por mi espalda y noté como se arrodilló detrás de mi, sus besos cubrieron mis nalgas y su mano empujó mi espalda baja con gentileza inclinándome hacia delante. Su lengua lamió la parte trasera de mis muslos en un camino ascendente hasta mi intimidad, gemí dejando caer mi cabeza hacia delante y su lengua se adentró en mi cavidad.
— ¡Edward! —gemí
— Te amo —murmuró contra mi piel
Me aferré a la encimera y pronto uno de sus dedos cubrió mi clítoris, mis caderas comenzaron a moverse por sí solas contra su lengua y sus manos se alejaron de mi dándome completa libertad de movimiento, me sentí completamente sexy y poderosa buscando mi propio orgasmo en su lengua. Grité cuando finalmente me corrí en él.
Edward se alzó rodeándome con sus brazos, su respiración era rápida y pesada contra mis hombros.
— Me encantas —prometió
— Me encantas —repetí
Su erección se apretó contra mi espalda baja y poco tardé en enderezarme contra su pecho dejando que su excitación me llenara poco a poco hasta estar profundamente en mi. Sus labios se dirigieron a mi oído estremeciéndome por completo al sentir su pesada respiración.
— ¿Confías en mi? —preguntó
— Siempre —asentí
Sus manos me alzaron de la cintura despegando mis pies del suelo, apoyé mis manos en la encimera buscando soporte al momento en que su cuerpo abandonó el mío antes de entrar de una estocada.
— Carajo, maldición —gemí
— Mía —gruñó contra mi oreja. Repitió su movimiento volviendo a impactar con fuerza contra mi cuerpo.
Realmente llegamos bastante tarde a nuestra salida con Rose y Emmett, nos costó unas cuantas bromas de los chicos pero no nos importó. La diversión fue muy bien recibida y también la diversión que hubo en nuestro cuarto cuando regresamos a casa.
Había pasado un mes completo desde que René había estado en el departamento, habíamos intentado recuperar la rutina, la universidad había iniciado nuevamente y no había tiempo que perder, debía recibirme este semestre a cualquier costo.
Mi relación con Alice se había equilibrado nuevamente luego de que haber llevado a mi hermana a una de mis sesiones terapéuticas, yo continuaba yendo una vez por semana, no me sentía estable para dejarlo en este momento.
Estaba preparando el almuerzo en nuestro departamento, Edward había tenido trabajo esta mañana.
— Buenos días queridos radioescuchas —habló el locutor— Como les hemos digo a lo largo de la mañana tenemos una invitada muy especial pedida por ustedes, ¡Green Eyes* está con nosotros! —
— Es un gusto para mi estar aquí hoy —respondió Green Eyes
— Y todos nos preguntamos porque es que Green Eyes es tan alérgica al público —
— No se trata de ser alérgica —rio— Estoy agradecida por el amor de mis lectores y es una de las razones para mantener mi identidad oculta, si me reconocen en la calle probablemente vaya a comenzar a cuestionarme y censurarme y no estoy preparada para eso aún —
— Se dice que es una táctica de márquetin —señaló el locutor
— Para nada, fue mi decisión desde el primer momento —
— De acuerdo, vamos a creerte por el momento —rio— ¿ Y asique… apareció el misterioso chico de la dedicatoria del primero libro?
— Así es —asintió— Y creo que hacer finalmente frente a esa situación ha hecho que mi escritura tome otro rumbo —
— ¿Otro rumbo? —cuestionó el locutor
— Si, es cierto que estoy escribiendo un nuevo libro pero ahora mi mente tiene otra perspectiva —confesó— Ese libro va a continuar sin ser desvirtuado pero hay una segunda idea en mi mente actualmente, una que es incentivada por la libertad de haberlo recuperado —
— ¿Recuperarlo te liberó? —
— Todos tenemos ataduras que nos arraigan a pensamientos y costumbres anteriores —señaló— Y es eso lo que nos detiene, el progreso, la evolución es parte de la vida y pretender mantener todo estático es una ilusión. Nosotros cambiamos, las experiencias nos cambian y él realmente me cambió —
— Para bien —comentó el locutor
— Para bien —aceptó Green Eyes
Sabía que todo lo que había pasado con Edward me había cambiado para bien, él me había ayudado a liberarme. Escuchar la forma en que Green Eyes hablaba de su novio me hizo pensar, me hizo ver que ambas nos habíamos liberado de ataduras y ella realmente parecía feliz de poder estar con él.
Yo también era realmente feliz de estar con Edward, era realmente feliz de poder ser suya.
Luego de comer mi almuerzo tomé una ducha rápida y me dirigí al estudio de Edward, era el momento perfecto para llevar a mi piel mi nuevo estado civil.
Cuando llegué al estudio saludé a Leah y comencé a ver el catalogo que tenían sobre tipografías, no podía evitar sentirme algo nerviosa por el nuevo tatuaje pero esta vez no por el dolor sino por ser consiente de quien iba a tatuarme y como había cambiado nuestra relación desde el primer y único tatuaje que había en mi cuerpo.
Escuché la voz de Edward y alcé la mirada viéndolo hablar con sus clientes. Su rostro mostró algo de sorpresa al verme allí pero se mantuvo profesional hasta que sus interlocutores dejaron el estudio.
— Hola amor, ¿Todo está bien? —preguntó
— Lo está —asentí— Pero pensaba en que había algo que había pedido luego de nuestra boda y que aún no tengo —
— Mis iniciales —señaló
— Si, ¿Puedo tenerlas hoy? —
— Solo si Emmett puede tatuarme —comentó— Vamos a tenerlas al mismo tiempo —
— Puedes esperar si quieres —
— No, porque no vamos a poder tener sexo mientras cicatricen —comentó— Tu quieres que el mío sea en la cadera y yo ya tengo mi lugar —
— ¿Dónde? —pregunté. Se acercó otro paso a mi.
— Tu muslo —explicó— No es un lugar doloroso y realmente va a ser muy sexy que cuando mi lengua esté en ti pueda ver mi nombre en tu piel —
Reí bajando la mirada, mis mejillas se pusieron calientes.
— ¿Avergonzada? —preguntó suavemente contra mi oreja
— Excitada —admití. Gimió apretando su mano en mi espalda.
— ¿Puedo tenerte ahora? —preguntó lentamente— Última vez antes de tatuarnos —
— ¿Emm y Leah…?—insistí
— Ve a mi apartado, yo me encargo de un par de cosas y voy —
Asentí dejando el catalogo sobre la mesa del centro y me dirigí al apartado donde Edward había estado trabajando, inmediatamente tomé el catalogo que había allí y me acomodé en el sofá volviendo a revisar las tipografías.
Edward vino a mi media hora después, su sonrisa era amplia y radiante.
— Tenemos a Emmett libre en un par de horas —comentó— Y yo terminé con mi día por lo que hoy tenemos todo listo hoy —
Noté como trabó la puerta de su apartado antes de acercarse al sofá donde yo estaba.
— Asique… ¿Qué zona del muslo? —pregunté
— Ponte se pie —pidió tomando asiento. Obedecí colocándome frente a él.
Sus ojos me miraron pidiendo permiso al tiempo que sus dedos se dirigían al borde de mis calzas. Asentí.
— Creí que este tipo de tela iba a ser mejor para tatuarme —expliqué— Pero creí que ibas a buscar otra zona —
— ¿Cómo cuál? —preguntó bajando mis pantalones
— Del otro lado de mi cadera quizá o mi espalda baja —
— La idea de tus muslos a mi alrededor con tinta de mi mano me enloquece —admitió
Deslicé mis dedos por su cabello y su rostro se inclinó sobre mi, sus labios presionaron un beso en mi muslo del lado contrario a donde sus mariposas estaban.
— ¿Allí? —pregunté
— Justo aquí —asintió— Puedes taparlo con facilidad y es de fácil acceso para mi —
— Fácil acceso para ti…—comenté divertida
— Si, adoro tener fácil acceso —confesó
Sonreí apartándome un paso y tomé los costados de mi ropa interior deslizándola por mis piernas.
— Sé que dije que quería hacerte el amor —habló con la voz ronca— Pero no tiene que pasar si no estás cómoda —
— Cállate —pedí acomodando mis rodillas a cada lado de sus muslos sobre el sofá— Solo prométeme que no van a interrumpirnos —
— Lo prometo —murmuró. Reí acercando mi cadera más a él.
— ¿Por qué creo que justo ahora vas a prometerme cualquier cosa? —pregunté
— ¿Qué te hace pensar eso? —preguntó tirando de mi blusa
— Es solo una sensación —
Se apartó deslizando su mirada por mi cuerpo, noté como su mirada se mantuvo más tiempo del necesario en mi intimidad, ya no me avergonzaba pero si me humedecía. Sus manos se deslizaron por mis muslos y frotó suavemente la zona donde quería sus iniciales.
— Comprendes que vas a ser marcada, ¿Cierto? —preguntó
— Lo sé —aseguré
Su mirada se dirigió a mi rostro antes de moverse a mi intimidad, su mano se acercó a mi rosando mi piel, mordí mi labio inferior evitando hacer sonidos y dos de sus dedos se deslizaron en mi interior.
— Tan malditamente húmeda —gimió
— Te necesito —respondí
Sus labios se acercaron a mi oreja al tiempo que quitaba mi sostén.
— Tiene que ser rápido, lo siento —murmuró
— Que sea rápido —asentí buscando sus labios
Tiré del botón de sus jeans bajándolo justo lo necesario igual que sus boxers mientras el continuaba juntando en mi humedad, lloriqueé y sus labios cubrieron los míos antes sujetar mi cintura ayudándome a bajar sobre su cuerpo.
Mordió mi labio inferior aferrando sus manos con fuerza a mi cintura antes de comenzar a moverse lentamente en mí, sus embistes eran lentos pero precisos, busqué soporte en el respaldar del sofá y recargué mi frente en la suya oyendo sus suaves sonidos.
Aferré con fuerza mis piernas a su cintura al momento de que mi orgasmo me abordó y Edward escondió el rostro en mi cuello atrapándome en su abrazo hasta que nuestra respiración se normalizó.
— No te vistas —pidió contra mi piel— Quiero tatuarte, déjame tatuarte desnuda —
— Lo que quieras —murmuré contra su mejilla
Edward abandonó suavemente mi interior y luego de limpiar algo del desastre que habíamos hecho me recosté en la camilla mientras él acomodaba todo lo necesario para el tatuaje.
— ¿Elegiste la letra? —preguntó— Vi que mirabas la tipografía —
— Solo curioseaba —expliqué— Quiero que sea tu letra, como tú quieras escribirlo —
Edward asintió besando mis labios antes de comenzar a trabajar sobre mi muslo. Fue cuidadoso y se detuvo cada poco tiempo revisando como me encontraba pero parecía que dos orgasmos antes del tatuaje era una buena táctica para que no doliera demasiado.
Luego de que Emmett se liberara nos dirigimos a su apartado a que Edward fuera tatuado, escribí en un papel mis iniciales para Edward y Emmett las pasó a la plantilla antes de pegarla a la piel de mi esposo y seguir cuidadosamente los trazos que yo había realizado.
Olvidamos por completo que Emmett estaba nosotros, lo único que podía ver era el rostro de Edward mientras era marcado con mis iniciales como yo lo había sido por las suyas.
Al llegar a casa nos despojamos de toda la ropa, Edward nos llevó a la habitación y dejamos la piel recién tatuada al aire libre. Notaba sus ojos llenos de deseo pero sabía que por el bien de los nuevos tatuajes el sexo debía ser olvidado por los próximos días.
La forma en que la aguja de Edward había marcado mi piel se había sentido como una costura a todo el dolor que habíamos pasado desde nuestro primer beso. Parecía una buena forma de cerrar el ciclo de secretismo que había rodeado nuestra relación.
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*Green Eyes: Autora de "Rompiendo las Reglas". Si no conocen la referencia está en mi perfil de FF.
No sé cuanto le queda a la historia pero ya no falta nada para el final :O
