¡Hola a todos!

Bueno este es mi primer fanfic, originalmente tenía pensado que fuera un One-shot pero creo que me emocione un poco escribiéndolo, así es que lo mas probable es que sean 3 o 4 capítulos, espero que les agrade, se aceptan comentarios y jitomatazos.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling escritora de estos maravillosos libros y creadora de estos perfectos personajes capaces de inspirar historias.


Capítulo 1 Estrategia

El castillo de Hogwarts, escuela de Magia y Hechicería para magos y brujas de toda Inglaterra, se alzaba imponente una tarde de junio mientras el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, si algún muggle hubiese podido ver tan maravillosa visión, la habría contado como una de las cosas más majestuosas y bellas que llegaría a ver en su vida.

Pero este castillo no solo era digno de ver en su exterior, no, dentro podía respirarse un maravillo ambiente de paz y alegría, mismo que parecía estar en armonía con la decoración que en ese momento estaba en la mayor parte del castillo, sobre todo el Gran Comedor, que dentro de unas horas recibiría a todos los alumnos y personal docente del lugar para dar inicio a una maravillosa fiesta-baile de fin de cursos. Como todos sabemos esto no era algo usual en el colegio, ya que año tras año únicamente se limitaban a ofrecer un banquete para las cuatro casas, anunciar a la casa ganadora y despedir a los alumnos antes de que al día siguiente abandonaran el colegio en el Expreso que habría de conducirlos de vuelta a sus hogares; pero este año, había 2 razones que justificaban esa fiesta y la gran expectación y excitación que esta provocaba en cada alumno desde primer hasta séptimo año. Hacía tan solo un mes atrás que Harry Potter, El Niño que vivió, o El Elegido, como usted prefiera llamarle, había derrotado definitivamente a Lord Voldemort, había sido una dura batalla donde se sufrieron grandes perdidas, pero afortunadamente el mundo mágico comenzaba a recuperarse gracias a la unión que Dumbledore se encargó de establecer en toda la comunidad; la otra razón era que la generación a la cuál pertenecía El Niño que vivió pasaría su última noche en el castillo y de alguna manera se deseaba rendir un homenaje a aquellos que habían luchado al lado de Harry Potter en ese momento tan crucial en la historia de la magia.

Cada alumno se encontraba en su respectiva sala común, más específicamente en sus dormitorios, alistándose para el gran evento; en las caras de dichos alumnos podía verse la alegría, tranquilidad y en algunas el nerviosismo ante una inminente noche romántica con el (la) chico(a) de sus sueños. Pero había uno, uno en especial que parecía estar más nervioso y ansioso porque esa fiesta comenzara que todo el castillo junto.

En una de las mazmorras del castillo, donde se encontraba la fría Sala Común de Slytherin, un apuesto joven de cabello rubio y fríos ojos grises se encontraba mirando su reflejo en el espejo de su habitación; nadie podía negar que era guapo y que poseía un cuerpo que era la envidia de muchos y el objeto del deseo de muchas y muchos en la escuela; a través de los siete años que había pasado ahí el cuerpo de Draco Malfoy se había desarrollado hasta alcanzar una altura de 1:85, su piel seguía tan pálida como siempre, sus músculos estaban perfectamente marcados gracias a los duros entrenamientos de quidditch, tenía la espalda ancha y un torso que cualquiera se moriría por tocar, piernas largas y torneadas, un trasero firme capaz de arrancar suspiros en muchos de los habitantes de Hogwarts y, por delante un miembro que era el protagonista de muchos de los sueños húmedos en más de la mitad del alumnado. Su rostro por otro lado evocaba al gran dios griego Apolo, de rasgos finos, y una mirada capaz de poner a cualquiera de rodillas, Draco Malfoy era, en una palabra, perfecto. Solo había un hombre en todo Hogwarts que era más deseado que él.

Pero ese día, los fríos ojos de Draco Malfoy no reflejaban la dureza e indiferencia de siempre, no, esa tarde en sus ojos podía verse el nerviosismo, la ansiedad y la satisfacción al saber que dentro de muy poco tiempo su mayor deseo se vería cumplido. Había decidido arreglarse para el baile, aunque, si todo salía de acuerdo a sus planes ni siquiera pondría un solo pie en el Gran Comedor, bueno, ni él ni…

La línea de sus pensamientos se vio interrumpida para seguir observando su imagen, llevaba una túnica que se amoldaba perfectamente a su cuerpo, haciéndolo lucir aun mas apuesto de lo habitual, -que irónico- pensó por un momento al percatarse del color de su túnica por primera vez desde que la había comprado, -verde- se dijo. En el invierno anterior cuando adquirió la túnica se sintió hipnotizado por ella desde el primer momento en que la vio, y ahora entendía el porque, su color le recordaba de manera inconsciente los ojos del hombre al que había amado por muchos años, además de que era curiosamente parecida a la que utilizara años atrás durante el baile de Navidad del Torneo de los Tres Magos.

Si, así es, Draco Malfoy, el arrogante príncipe de Slytherin, el hijo de uno de los mortifagos más fieles de Voldemort, ese que despreciaba a los sangre sucia, muggles y a todos los que tuvieran que ver con ellos, se encontraba profundamente enamorado del que había sido su peor enemigo durante siete años, el gran Harry Potter. Ahora entendía que lo había amado desde el primer momento en que lo vio en la tienda de Madame Malkin, nunca entendió porque le había dirigido la palabra en el mismo momento en que se coloco a su lado para comenzar a probarse las túnicas, él jamás había hecho nada similar, sin embargo, ahí se encontraba hablando con él y muy interesando ante el hecho de saber que, al igual que él asistiría a Hogwarts; cuando lo vio por segunda vez en el tren, no pudo evitar notar lo diferente que lucía con esa adorable túnica negra pegada a su pequeño cuerpo, -Dios- se dijo, si en ese momento lo volviera a ver en esas condiciones no dudaría ni un segundo en abalanzarse sobre el y comérselo a besos; en ese momento pensó que podrían ser amigos, los mejores, los dos juntos en Slytherin, como siempre debió haber sido, aun recordaba la punzada de odio que sintió al verlo ahí sentado riendo y disfrutando al lado de Weasley.

-Weasley y Granger- dijo en voz alta, durante mucho tiempo había odiado a ese pobretón y a esa sangre sucia tanto como a Voldemort, aunque eran odios diferentes; Voldemort por un lado, representaba todo aquello que el había odiado desde que era pequeño, al ver como él y su simple recuerdo habían sido capaces de destruir su familia, en un principio pensó que era eso lo que lo hacía rechazar convertirse en uno de sus seguidores tal y como lo hizo su padre, tiempo después comprendió que ese odio se debía principalmente a que el principal objetivo de Voldemort era matar al hombre que amaba, por su causa el había sufrido mucho, había tenido que crecer al lado de esos malditos muggles que no hacían otra cosa que abusar de él, -si alguna vez los llegaba a tener frente a él- pensó, al ser conciente de sus sentimientos hacia Potter, -Harry- se corrigió rápidamente, a pesar de amarlo no podía hacerse a la idea de llamarlo por su nombre, en fin, cuando comprendió finalmente que lo que sentía era amor, fue directamente con Dumbledore, le dijo que estaba dispuesto a servirle de espía y a traicionar a su propio padre con tal de no convertirse en un mortifago, le dio un gran número de pretextos, muchos de ellos eran verdad, pero nunca le dijo el verdadero, nadie conocía su secreto; fue muy duro, poco antes de la batalla final Voldemort estuvo a punto de matarlo al descubrir su traición, fue el propio Harry quien lo había salvado, su relación había mejorado un poco desde que se paso al lado de los buenos, al menos ya no se insultaban cada que se veían, aunque Draco se percataba que le importaba a Harry tanto como un chicle pegado a su zapato, cuando le dijeron que él lo había salvado exponiendo su propia vida, su alegría no tuvo límite, pensó que tal vez Harry sentía por él lo mismo y más aun cuando se enteró de que por fin había terminado con Voldemort, pero su alegría no duró mucho ya que le informaron que Harry estaba muy mal herido y se debatía entre la vida y la muerte, cuando lo vio, se sintió morir, se veía tan frágil, tan débil, tan…

Sacudió la cabeza alejando esos dolorosos recuerdos de su mente, recordando al instante que antes de eso se encontraba pensando en Granger y Weasley, -ese par-, Draco apretó los puños recordando lo doloroso que era verlos todo el tiempo cerca de Harry, jamás se separaban de él, Draco los odiaba por eso, a Granger porque siempre había sido el apoyo de Harry, el siempre la escuchaba y pedía sus consejos, y ella además de todo se atrevía a regañarlo, consolarlo, abrazarlo e incluso besarlo algunas veces en la mejilla; Weasley por otro lado era su mejor amigo, él lugar que a el le correspondía, eran cómplices, hablaban, reían, e incluso compartían la habitación, Draco no podía evitar enfurecerse al pensar que Weasley a esas alturas ya habría visto el cuerpo de SU Harry completamente desnudo, después de todo se cambiaban en el cuarto y, estando ambos en el equipo de quidditch era de suponer que en más de una ocasión se habrían duchado al mismo tiempo. Durante 6 años Draco temió que cualquiera de ellos pudiera robarle a Harry, ganarse su corazón, su amor, sus noches de pasión, que fuera cualquiera de sus cuerpos y no el de él el que se estremeciera bajo el suyo mientras le hiciera el amor.

Volvió a sacudir la cabeza, lo que menos necesitaba en ese momento era imaginar a Harry haciéndole el amor a cualquier otra persona que no fuera él. Y continuó perdiéndose en sus recuerdos, al inicio del año Draco experimento una gran alegría y una sensación de paz que hacía mucho tiempo estaba lejos de sentir, Weasley y Granger se hicieron novios, en un principio temió que su relación fuera a ser breve, ya que, teniendo ambos el corazón roto, no tenía que ser un genio para imaginar que Harry hubiese sido el encargado de consolarlos a ambos, -hasta Longbottom podría darse cuenta de ello- dijo en voz alta. Pero después de verlos juntos durante tres meses y ver que aun seguían vivos y más enamorados y felices que nunca pudo respirar en paz, vamos, incluso habían dejado de pelear, cada que los veía parecía que Weasley deseaba comerse viva a Granger por la manera en que la besaba; Draco se estremecía al pensar que si él y Harry llegaban una relación seguramente sería igual a la de ellos, podría besar sus labios cada que él quisiera, explorar con su lengua cada rincón de su boca, besar su cuello dejando marcas en el para hacerle saber a todos que le pertenecía, hacerlo gemir de placer, acariciarlo, abrazarlo, recorrer con su boca y sus manos cada rincón del cuerpo de Harry mientras le hiciera el amor…

Por tercera vez en esa tarde, Draco sacudió su cabeza aun más fuerte que antes, ya tendría tiempo de satisfacer todas sus fantasías mas tarde, siguió recordando, su tranquilidad no había durado mucho, con la nueva relación de Weasley y Granger, estaba claro que no pasaban tanto tiempo con Potter como antes, situación que, para la angustia de Draco comenzó a ser aprovechada por un gran número de chicas y chicos que se le acercaban a Harry con intenciones que no eran precisamente amistosas, para desesperación de Draco, a Harry esto parecía no molestarle, si bien es cierto que él no correspondía a ninguno ya que en ese momento se encontraba muy ocupado preparándose para enfrentar a Voldemort, parecía agradecer la compañía y atenciones que tenían con él, que iban desde llevarle algo de comer o beber, servir de conejillos de indias para que Harry practicará los hechizos hasta darle masajes para aliviar un poco la tensión a la que estaba sometido. Draco no recordaba haber lanzado tantas maldiciones en su vida en un periodo tan corto de tiempo, obviamente buscaba diferentes pretextos para disfrazar sus verdaderas intenciones al atacar a todos aquellos que iban detrás de SU Harry; pero entonces cuando creía que iba a volverse loco a causa de los celos, desesperación y falta de sueño a causa de las repetidas veces que se encontraba en detención por atacar a un nuevo estudiante, Granger se encargó de alejar a toda esa bola de buitres cuya única intención era obtener un poco de fama al lado de Harry y por su puesto, llevárselo a la cama a la primera oportunidad. En ese momento Draco había decidido que, si se presentaba la oportunidad le daría a Granger un excelente regalo por haberse encargado de la seguridad de Harry.

Esta situación se prolongó hasta el día de la batalla final, cosa que dentro de lo que cabe permitía a Draco dormir tranquilo, al saber que el corazón de Harry no tenía dueño(a) aún. Pero una vez que Harry venció a Voldemort y se recuperó de sus heridas, Draco vio realizarse frente a él su peor pesadilla: Harry era tan popular que toda la población femenina de Hogwarts iba tras él y para su sorpresa y agonía, prácticamente la mitad de la población masculina. Fue en ese momento en que la esperanza volvió a surgir en su corazón, al parecer Harry era bisexual, ya que le daba lo mismo aceptar los besos y caricias de un hombre que de una mujer, a lo largo de ese mes, Harry había tenido citas con un gran número de personas, con algunas solo se limitaba a hablar o tal vez comer o cenar juntos, pero con otras, Draco temía incluso que llegaran a terminar en la cama, se le ofrecían de una manera tan descarada a Harry, que este como buen hombre que era simplemente aceptaba lo que le ofrecían, se le podía ver en los pasillos, aulas, terrenos y Gran Comedor besando incluso a más de tres personas a lo largo de un día. Esto lo estaba destruyendo, aunque el sabía que no había llegado a un punto sin retorno con ninguno, lo que devolvió algo de paz a su alma luego de escuchar una conversación entre él y Granger gracias a las orejas extensibles de los gemelos Weasley, -ahora que lo pienso, debería regalarles algo a ellos también-. En esa conversación Granger le preguntaba a Harry acerca de su comportamiento, le advirtió que todos lo estaban usando y solo deseaban algo de publicidad, y que todos aquellos que se ofrecían a acompañarlo a su cama todas las noches o lo invitaban a compartir la suya, además de querer disfrutar del maravilloso cuerpo que poseía querían un poco de gloria, porque quién no desearía dar una entrevista al Profeta con el titular "Hice hombre al Niño que Vivió", pues bien, ya podrían despedirse todos de su absurdo sueño, porque ese titular, si es que alguna vez llegaba a aparecer en algún lado, sería solo suyo. Lo que verdaderamente llegó al corazón de Draco fue la respuesta de Harry, lo recordaba tan claramente como si acabara de escucharlo:

FLASHBACK

-Lo sé Hermione, se que todas esas personas solo buscan un poco de fama, y que me están utilizando, así que¿porque no utilizarlos yo también a ellos? Durante mi infancia estuve solo, no había nadie que quisiera pasar tiempo conmigo, que me abrazara, que me diera un beso, cuando los conocí a ti y a Ron fui tan feliz, ustedes son mi familia, lo más importante que tengo en la vida, no sabes lo que sufrí cuando estuve a punto de perderlos, me da mucho gusto que sean una pareja, que se amen y disfruten de su amor. Yo… yo… yo quisiera tener algo así- dijo Harry reprimiendo un sollozo.

-¡Oh Harry!- dijo Hermione al tiempo que lo abrazaba –Ten por seguro que en algún lugar está esa persona ideal para ti esperándote, deseando encontrarse contigo y darte todo su amor, solo ten paciencia, te aseguro que pronto va a llegar a tu vida. Pero mientras tanto, deja de comportarte como lo has hecho, no te estoy diciendo que no salgas con nadie, puedes hacerlo, con quien tu quieras, solo no dejes que te lastimen, no te vayas a la cama con cualquier persona que te lo proponga, pueden lastimarte, harán que tu primera vez pierda toda la magia que debe existir, ese momento es tan especial que debes compartirlo solo con la persona que ames, aquella que esté dispuesta a entregarte todo sin esperar nada a cambio, aquella a quien le importe más tu placer que el suyo propio y…-

-Hermione- la interrumpió Harry esbozando una sonrisa traviesa –tú y Ron ya estuvieron juntos ¿no es así?- preguntó.

-¿Ron y yo¿juntos? Bueno Harry, verás, yo… nosotros…pues…estábamos… y… y sabes que siempre… siempre nos hemos amado y…y…- dijo Hermione tan roja como el cabello de su novio. –Si- dijo en un susurro apenas audible.

-¡Ja! Lo sabía –dijo Harry -esa sonrisa tonta en la cara de Ron no podía deberse a otra cosa-

-¡Harry! Se supone que estábamos hablando de ti, no de la vida sexual que mantengo con Ron y…- dijo todo esto tan rápido que no se dio cuenta de lo que decía, ruborizándose aun más si es que esto era posible y con el entrecejo ligeramente fruncido

-Jajaja, está bien, está bien, clámate, aunque no veo porque podemos discutir mi vida sexual y no la tuya- dijo con un tono de picardía en la voz

En ese momento Hermione definitivamente frunció el entrecejo, y le dirigió a Harry una mirada que por lo general solía dirigir únicamente a Ron antes de que se hicieran novios. –Porque me preocupo por ti y por tus sentimientos obviamente- dijo mientras se mordía el labio y le dirigía a Harry una mirada de preocupación.

-Lo sé Hermione, lo sé, y no sabes cuanto te lo agradezco, y respecto a eso, no te preocupes, te aseguro que por mi propia voluntad no me acostaré con nadie a menos de que esa persona sea a quien realmente amo, yo también deseo compartir ese momento con alguien que me ame y me lo demuestre a través de ese acto, deseo poder decirle que lo amo mientras hacemos el amor, amanecer todos los días a su lado después de vivir noches de absoluta entrega, pasión y amor, poder besar a esa persona sin vergüenza cuando lo deseé…

-Pero antes debo conseguir que él me ame a mí- dijo apenas moviendo los labios y en tono de voz tan bajo que ni Hermione ni Draco lograron escucharlo.

FIN FLASHBACK

De pronto, escuchó un ruido proveniente de su reloj, el cual le indicaba que dentro de una hora el baile daría inicio, era hora de poner en marcha su plan, se dirigiría hasta la Sala de los Menesteres, ubicada en el séptimo piso, Draco sabía que Harry pasaría por ahí solo esa noche, había escuchado cuando se lo decía a Granger y Weasley, aunque el motivo de esto no le alegró en lo más mínimo, Harry iría al baile con una estúpida chica de sexto curso de Ravenclaw, ya se encargaría de ella después, desde que Harry se lo había pedido no hacía otra cosa que pavonearse y presumir a los cuatro vientos que sería la pareja del Niño que Vivió y además por la información que pudo obtener al darle Veritaserum a su mejor amiga (era una suerte que fuera bueno en Pociones y ser el alumno preferido de Snape) esta planeaba tener una noche de pasión al lado de Harry en su propia Sala Común, -lo pagará- se dijo, empezando por el hecho de que se quedaría plantada ya que por ningún motivo iba a permitir que Harry apareciera esa noche en el Gran Comedor. Lo esperaría oculto en la Cuarto y cuando este pasara por ahí lo metería junto con él, le confesaría cuanto lo amaba y… por fin podría cumplir su más grande deseo: hacer suyo a Harry Potter, hacerle el amor durante toda la noche si era necesario (aunque no le molestaría en lo absoluto) hasta que el le dijera que lo amaba tanto como él, que lo deseaba y que lo que mas anhelaba en el mundo era pasar el resto de sus noches vibrando bajo su cuerpo. Decidió que era el momento de abandonar la habitación ya que no quería que una nueva visión de Harry en esas condiciones asaltara sus pensamientos obligándolo a tomar una ducha fría, cosa que no haría más que retrasar y poner en riesgo el éxito de su plan.

Con una última mirada a su reflejo el cuál le guiño un ojo dándole a entender con esto que todo saldría bien, abandonó su habitación. Los dormitorios de Slytherin eran un poco diferentes a los del resto de las casas, cada dormitorio perteneciente a cada grado tenía una habitación especial la cuál podía ocupar solo uno de los chicos, tratándose de Draco Malfoy, era lógico pensar que esa habitación siempre le había pertenecido a él. Una vez que salió se encontró con el caos que estaba siendo provocado por el resto de sus compañeros de curso, Crabbe, Goyle y Zabini; los dos primeros al parecer se encontraban listos, ambos utilizaban enormes túnicas color vino las cuales los hacían lucir peor de lo habitual, Zabini por otro lado, no tenía encima mas que la ropa interior, y al percatarse de la presencia de Malfoy le dirigió una mirada evaluadora mientras sonreía con la lujuria marcada visiblemente en sus ojos.

-Vaya Malfoy, parece que te has esmerado en tu arreglo personal¿a cuantos piensas llevar esta noche a tu cama?- le dijo mientras comenzaba a acercarse a él lentamente, -porque si tu quieres no me molestaría perderme ese estúpido baile en donde todos se dedicaran a lamerle los zapatos al niño favorito de Dumbledore, estoy más que dispuesto- cuando terminó de decir esto estaba lo suficientemente cerca de Malfoy como para tomarlo en sus brazos, y al parecer Draco se dio cuenta de esto ya que con un hábil movimiento y una gran sonrisa de satisfacción se alejo de su camino mientras decía:

-No me hagas reír Blaise¿acaso crees que un Malfoy se rebajaría acostándose con alguien como tú? Para tu información tengo planes para esta noche con la única persona digna de mi- terminó de decir mientras le dirigía una mirada de burla antes de salir de los dormitorios.

Una vez en la Sala Común, Draco fijo su vista en la salida, teniendo como objetivo llegar a ella sin que nadie lo interrumpiera de nuevo, justo cuando pensó que lo conseguiría se vio atrapado por los brazos de Pansy Parkinson que de inmediato comenzó a acariciar su pecho mientras gemía muy cerca de su oído.

-Draco- gimió en lo que para ella era un tono de voz sensual y seductor, pero que para Malfoy resultó como si una banshee acabara de gritar en su oído. Este se deshizo rápidamente de ella volteándola a ver con una mirada de completo desprecio e indiferencia, pero que Parkinson debió interpretar como una mirada llena de deseo, lujuria y amor ya que trato de abalanzarse de nuevo contra él mientras gemía nuevamente. -¡Oh Draco! Yo también te deseo tanto-.

-¿De que demonios estás hablando Parkinson? Sabes perfectamente que no me interesa mantener ningún tipo de relación contigo, ahora con tu permiso, me voy a buscar a alguien lo suficientemente digno de mí- dijo en un tono rudo mientras alcanzaba la salida y por fin llegaba al oscuro pasillo de las mazmorras.


Bueno pues aquí esta, les prometo que actualizare lo más pronto posible, el fanfic ya está terminado y en cuando tenga un poco de tiempo en la universidad les pongo el siguiente capítulo.

¿Logrará Draco cumplir su objetivo¿Podrá Harry resistirse a los encantos del rubio¿Caerá Harry en las redes de la chica de Ravenclaw? Todo esto y mas será respondido en la siguiente actualización.

Les agradeceré muchos comentarios, ya sea para decirme si les gusto un poquito o para que ni se me ocurra volver a escribir.