Capítulo 6

Algo nuevo

Al abrió los ojos, y bostezando se incorporó en la cama. La mañana estaba tranquila y se oía el trinar de los pájaros revoloteando en el jardín. Se levantó y se dirigió a la habitación de su hermano, dispuesto a despertarlo.

No estaba y se dirigió al salón, suponiendo que lo encontraría allí. Efectivamente, estaba en el salón, muy sonriente. Con un brazo por encima de los hombros de cierta persona.

¿Desde cuándo os atrevéis a estar tan pegados, ¿quizá me he perdido algo?- Preguntó extrañado Al. Ed y Winry se sonrojaron, pero no por ello se separaron. A Ed le resultaba extraño haber llegado a besar a Winry, era una sensación de placer inmensa y temía que Winry no pensara lo mismo. ¿Cómo había llegado tan lejos, ¿Sería eso amor o necesidad varonil, ¿llegaría más lejos? Su cabeza estaba llena de dudas, quizás él debía dar el primer paso, y proponerle a Winry la posibilidad de ser novios.

Ed miró momentáneamente a Winry, su cuerpo le volvía loco, pero también su personalidad, su inteligencia… Quizás ella era demasiado para él.

Winry le devolvió la mirada. Esos ojos, ese cuerpo tan bien formado, esa boca… Demasiado sería él para ella, pensaba. Su inteligencia superaba la de ella, a veces le agobiaba la idea de que quizás él no la quisiera, que sólo estuviera haciendo eso por pena. Ese beso tan maravilloso era un juego, que seguiría hasta que se aburriera. Estaba asustada. ¿Pero y si todo era cierto, ¿y si realmente la quería? Lleva enamorada de él unos años, cada día que pasaba lejos de el se convertía en un infierno…

B-bueno… Ed.- dijo la chica separándose de él.- me voy a comprar al mercado.

Yo te acompaño.- sugirió Ed.

No, yo iré sola. – cogió una cesta que estaba en la entrada de la casa y se fue.

Ed se entristeció, definitivamente ella era demasiado para él. Se encaminó hacia su habitación.

Winry andaba por Rizenbool, ya había comprado unas verduras y la noche cerrada dificultaba a Winry ver el camino. Entró en su casa silenciosamente, no quería encontrarse con Ed, pero no lo logró. Él se encontraba en el salón, totalmente a oscuras, sentado en el sillón, pensativo. Dirigió su vista hacia Winry.

Has tardado mucho, no deberías estar hasta tan tarde sola.- Comentó Ed. Quería comprobar si era cierto que ella no le quería realmente, que estaría dispuesta a besarle otra vez.

¿por qué no debo?- preguntó Winry. ¿sería cierto que estaba jugando con ella? Deseaba que no fuera así. Debía comprobarlo ahora para impedírselo. Impedirle que le hiciera la mujer más desgraciada del universo. Sabía que Ed no era de esos que les gusta jugar con los sentimientos de las personas, pero la gente cambia, y había pasado demasiado tiempo.

Porque- respondió mientras se levantaba y se acercaba hacia Winry.- hay muchos degenerados, violadores o asesinos- prosiguió acercándose más a la chica.- que querrían hacerte daño. Y más aún a una mujer tan hermosa como tú.- se arriesgó a decir. Winry se sonrojó. Se acercó a él y le abrazó.- además, no quiero que le hagan daño a MI Winry.- dijo entre carcajadas.- creo que…eres lo mejor que me ha pasado y me gustaría que esto durara para siempre. Por eso te voy a hacer una propuesta. Winry, ¿querrías ser mi novia, sé que no soy tan especial como tú…- Winry le interrumpió con un beso.

Claro que quiero, pensaba…que sólo estabas jugando conmigo.

Eres un tonta.- no dejó salir ninguna palabra de la boca de Winry porque la tapó con la suya, y separándose y mirándole a los ojos, pronunció las palabras tan deseadas por Winry:

Te quiero.- Winry sólo suspiró, aliviada.- En realidad, llevo enamorado de ti desde los dieciséis años pero no me atrevía a decírtelo. Te perdía en mi silencio. Ahora eres sólo mía.

Ed tumbó a Winry en el sofá y le besó el cuello, dejándole una marca.

sólo me faltaba marcar mi territorio.- Le sonrió, Winry, roja a más no poder, se tocó el cuello, pensando a que se referiría con eso, ya que desconocía la existencia de los chupetones. Ed se dirigió hacia su habitación, sonriente. La joven pensaba que le iba a hacer algo más, lo deseaba…pero en parte se alegraba. No quería ir tan rápido.