Capítulo 10
Encerrona
Winry se quedó a dormir en la casa de Ed, en habitaciones distintas, claro está. La mañana se tornaba limpia y los pocos pájaros que allí habían trinaban alegres. No era precisamente el dulce sonido de un riachuelo lo que se oía a parte de los pájaros, ya que no estaban en el campo.
buenos días Ed- se oyó la dulce voz de Winry- ¿qué hay de desayuno?- preguntó.
Hay mantequilla en la nevera y pan en la tostadora, me han encomendado una misión- dijo Ed mientras salía por la puerta.
¡qué cara tiene éste! ¡siquiera se despide de mí!- exclamó Winry, a quién se le pasó una idea por la cabeza. – que aburrida voy a estar aquí sola, mejor salgo a tomar el aire- se dijo con una sonrisa picarona en los labios. Cogió el abrigo y salió detrás de Ed. Le estuvo siguiendo largo rato, hasta una callejuela donde Ed se detuvo, se agachó y paso el dedo índice por el suelo, se lo acercó a la nariz y dijo:
sangre…- Ed se adentró en la oscura y pequeña calle y seguidamente entró en uno de los edificios, parecía una fachada antigua. Winry entró tras él.
Mira que no darse cuenta de que le estoy siguiendo…-pensó Winry. En ese momento perdió de vista a Ed, quien de repente le agarró por la cintura desde atrás e hizo gritar a Winry.
Shhhh.-mandó a callar Ed.- se que me llevas siguiendo desde que salí de mi casa, y me gustaría saber por qué.- dijo en voz baja.
Es que…- Winry no supo que contestar.
¿sabes que aquí hay un despiadado asesino, que trocea a los niños y viola a las mujeres para luego matarlas?- dijo Ed, tratando de meterle miedo a Winry.
No te preocupes, he traído un arma muy eficaz- contestó Winry mientras sacaba su magnífica llave inglesa, Ed se llevó la mano a la cara y chasqueó la lengua.
Guarda esa arma destructiva, que como se te vaya la mano acabo con un gran chichón seguro- Winry asintió y volvió a meter la llave en el bolso.- mucho mejor- dijo casi en un suspiro Ed. En ese momento oyó un ruido en la habitación, que provenía de un armario. Ed miró a Winry y seguidamente se colocó delante de ella, tratando de protegerla de cualquier posible ataque. Se acercó lentamente al armario, haciendo el menor ruido. Abrió la puerta y salió de allí, rápidamente, un hombre encorvado que agarró a Ed y a Winry y los metió en el armario, cerrando la puerta, quedando él fuera.
Edward no veía absolutamente nada, estaba todo oscuro y el armario era muy pequeño. Trató de usar la alquimia, pero no funcionó.
joder, la alquimia no funciona- gruñó Edward. Winry estaba muy incómoda a causa de que se hallaba totalmente pegada a él. Ed estaba demasiado preocupado como para darse cuenta.
¿sabes por qué no funciona?- preguntó Winry, tratando de disimular su incomodidad.
Edward deslizó su mano por una de las paredes del armario.
Aquí hay algo grabado….parece un círculo alquímico. El degenerado que nos ha encerrado sabe lo que hace.
¿y que hacemos ahora?- preguntó Winry. Ed se movía dificultosamente.
¡Que calor hace aquí dentro! ¡ y en este jodido armario no me puedo quitar el puñetero abrigo!- exclamó Ed.
¡habla bien, que es gratis!- reprendió Winry.
Ups, perdón- dijo Ed.-¿por qué te tengo que pedir perdón?.- Winry no contestó. En ese momento Ed trató de averiguar la postura de Winry para comprobar si había alguna posibilidad de deshacerse de ese maldito abrigo.
Lo primero que toco fue algo blando, que sobresalía del cuerpo de Winry, Ed preguntó extrañado.
¿Qué es lo que estoy tocando?- preguntó Ed, Winry solo se limitó a colocar la mano de Ed en su hombro.
Mejor no te lo digo- contestó Winry.
¿y esto? - volvió a preguntar Ed.
Mi hombro. ¿se puede saber para qué tanto tocamiento?- preguntó Winry, quién se alegraba de que aquello estuviera tan oscuro, ya que el rojo mas rojo del mundo estaba en sus mejillas.
L-lo siento…no quería incomodarte. Pero quería saber en que postura estabas- contestó Ed. Levantó un poco la pierna, ya que algo le impedía levantarla más.
¿qué estoy tocando con la rodilla?- preguntó Ed.
¡¡Saca la pierna de mi falda!- exclamó Winry.
¡no me digas que…!- en seguida bajó la pierna. El calor de Ed había aumentado, y no precisamente por culpa del armario o por le abrigo.
¡¡Con tanto calor no puedo pensar con claridad! - Ed sabía que no era el calor lo que le impedía pensar con claridad.- ¿no te puedes separar un poco más?- preguntó Ed.
N-no…estoy pegada a la pared- respondió Winry.
Podría forzar la puerta, pero estás tan pegada a mí que te haría daño.
No te preocupes.- contestó Winry. Ed rodeó a Winry con uno de sus brazos y con el otro le dio fuertes golpes a la puerta del armario. Al ver que no surgía efecto, le dio fuertes patadas, y tras un largo rato la cerradura cedió y la puerta se abrió. Ed asomó la cabeza y una sartén se le aproximó rápidamente a la cara, dándole y dejándole inconsciente, lo último que oyó fue a Winry gritar su nombre.
