ACLARACIONES.

1.- DEJEN SU REVIEW. ES FRUSTRANTE ESCRIBIR COMO LOCA, VER QUE LOS NUMEROS DE LAS PERSONAS QUE LO LEEN SON COMO 500 Y SOLO 3 PERSONAS (LAS MISMAS DE SIEMPRE... GRACIAS CHICOS) PONEN AUNQUE SEA 3 PALABRAS (SI, LO DIGO POR TI VIRGUITO)

2.- YA ESTAMOS EN LA ULTIMA QUINCENA DE MARZO, ASI QUE A PARTIR DEL PROXIMO CAPITULO COMIENZO A INCORPORAR LOS 3 SIGUIENTES EN SALIR QUE SON SHAKA, ALDEBARAN Y SHURA

3.- LOS BEBES NO LOS TRAE HERMES DEL OLIMPO, ASI QUE ESTA CONSIDERADO EN RANKING M. SI SON ESPANTADOS NO LO LEAN!

4.- SI. SE VE QUIENES SON MIS CONSENTIDOS. ESO NO TIENEN QUE DECIRMELO. Y ME VOY A ENSANAR CON TODOS Y CADA UNO DE LOS DORADOS, Y NI LOS QUE LO TIENEN FACIL SE VAN A ESCAPAR. ASI QUE SI HAY UN PROBLEMA, VAYAN A DECIRLE A SHION QUE SE LOS RESUELVA (JAJAJA)

5.- BESOS A TODOS Y GRACIAS POR LLEGAR HASTA ESTE CAPITULO.

Capitulo 31

Marzo 11, 7.45 pm

Departamento de Omil Al Alkrab, Dubái

- Habibe? La mesa está servida – llamo Samira minutos después desde el comedor

Milo seguía en el suelo hiperventilando aun sin poder creer que toda su memoria hubiera regresado al ver las fotos de Shaina con Minos. Peor aun. Cuanto tiempo habia pasado desde que su padre le dijera que la quería para el? Habría cumplido su amenaza ya? Después de todo, él era capaz de eso y mucho más.

Habia sido capaz de infundirle un miedo terrible a la edad de 3 años para que jamás revelara la relación que ambos tenían cuando lo dejo a las puertas del santuario para que el patriarca lo recogiera después de la muerte de su madre. Y después a los 9 ya con la armadura dorada de escorpión en sus manos, lo habia interceptado en el colegio y habia amenazado de muerte a sus amigos y seres queridos si el alguna vez decía que era su padre. Ese miedo jamás lo había superado. Era una de las razones por las que habia evitado enamorarse a toda costa pero ahora… la mujer que él amaba y a la que no podía decírselo, estaba en peligro.

- Habibe? – dijo Samira corriendo hacia Omil para arrodillándose junto a el al ver que no reaccionaba a su llamado – te sientes mal?

- No, yo… yo… acabo de recordar todo…

- Eso es maravilloso verdad? Te felicito! – dijo entusiasmada – Eso quiere decir que ya no veré esa preocupación en tus ojos por lo que no puedes recordar.

- Si, bueno… sobre eso…

- Ven a cenar… Te preparare un té y te sentirás mejor después de eso.

- Supongo que en la alacena no hay nada más fuerte…

- Nop. El alcohol no es la solución a los problemas – dijo Samira llevándolo a la mesa – Come primero.

Como un niño obediente, Milo se sentó a la mesa y comió en silencio mientras Samira lo observaba sonriente. Apenas podía tragar la comida de miedo y desesperación. Y si descubría que Ares ya había hecho daño a Shaina? Y si aún no era tarde, lo dejaría protegerla ahora que tenía a Samira? Samira… tenía que decirle a alguien lo que le estaba pasando… pero si le decía toda la verdad a su esposa entonces también Samira estaría en peligro…

Volteo a ver a su esposa… Su esposa! Su mismo padre le habia ayudado a casarse! Que ganaba Ares con eso? Que lo llevo a él, un soltero empedernido a pedirle algo tan radical a Samira? Podía haberla ayudado de mil diferentes formas! Y sin embargo había seguido los consejos de aquel desgraciado al que últimamente había llamado padre…

Pero ahora ya no habia vuelta atrás. Habia dado su palabra. Se había casado y así tuviera que luchar contra todos, contra sí mismo… honraría sus votos. Samira era dulce, educada… Había aprendido a quererla desde que estaban en el desierto. Ahora la quería aún más, pero no llegaba a ese amor avasallante y peligroso que él conocía, y sentía por otra persona. Pero ni ella, ni el inocente que venía en camino tenían la culpa de nada. Samira parecía entenderlo a un nivel más espiritual que físico. No interferiría con su trabajo como Caballero o como Omil, aunque ella aun no sabía bien que significaba todo eso…

Maldita sea! Necesitaba oír una segunda opinión… Necesitaba a su hermano del alma…

- Estas muy callado… No te gusta la cena? Puedo preparar algo más a tu gusto…

- No, la cena esta deliciosa… Es solo que… Te… te importaría mucho si invitara a alguien… a quedarse unos días?

- (Que no sea ninguna mujer por favor!) Es tu padre? – pregunto bajando los ojos para ocultar sus celos.

- NO! El… no lo quiero a él en mi casa! – dijo azotando la mano en la mesa

- Pero Habibe… él ha sido muy bueno con nosotros!

- No. No es bueno. Es un ser despreciable y no lo quiero cerca de nuestra familia…! – dijo Milo lo más tranquilo que pudo.

- Está bien Habibe no te alteres por favor. Si viene y tú no estás, le diré que no puede entrar porque estoy sola.

Milo suspiro tranquilo. Sí. Eso podría funcionar. Ares a pesar de su maldad, conocía y respetaba las costumbres del lugar y eso incluía las que prohibía a una mujer sola abrir la puerta a un varón aunque fuera de la familia. Si no seguía las costumbres, la gente no confiaría en él y dejarían de hacer negocios juntos. (lo que sea que fueran los sucios negocios en los que estaba metido)

- Si, gracias. Con eso me basta. Y la persona a la que quiero invitar es a un amigo con el que necesito tratar algunas cosas muy importantes que no… recordaba hasta ahora…

- Ahhh todos tus amigos son bienvenidos habibe. Comenzare a preparar la recamara de invitados.

- Gracias pedhí mou. No sé si él quiera venir, pero de verdad lo necesito para poder hacer esto. – dijo Milo abrazándola y dándole un suave beso en la cabeza – Él es mi mejor amigo desde que tenía 4 años. Te va a caer muy bien. Es francés y una excelente persona. Se llama Camus.

- Cuando le vas a llamar?

- Mañana mismo. Es muy temprano aun para regresar a Grecia pero tal vez de aquí podamos irnos todos juntos.

- Grecia?

- Si pedhí mou. Ahí está mi casa… nuestra casa… – dijo Milo con una sonrisa – (aunque ni siquiera se cuáles son las reglas para las esposas dentro del santuario… Se puede tenerlas ahí? Porque si no, tendré que conseguir un departamento…)

- Pero… nos quedaremos aquí algún tiempo verdad? – Dijo Samira ansiosa - Me prometiste que iba a poder presentar mi tesis.

- Desafortunadamente tengo que presentarme en mi trabajo para el primero de Abril – dijo Milo – pero… que te parece si le hablas a una de tus primas o a tu amiga la que está casada para que se queden aquí contigo mientras voy, arreglo la casa para recibirte y luego mando por ti. Estoy seguro que no pasara mucho tiempo antes de que termines tus tramites, o si?

- No – dijo Samira tratando de no parecer desilusionada - Si me dedico a transcribirla todo mi tiempo libre, podre hacer cita para final de mes y entonces tal vez solo sea cuestión de una o dos semanas.

- Bueno… primero hablare con mi amigo y luego hacemos planes. Pero échale ganas a la transcripción para que no pase mucho más tiempo de eso.

Samira sonrió al comprender que Omil no quería tampoco dejarla sola, pero entendía que su trabajo era muy importante.

- Y ya me dirás que fue lo que recordaste?

Milo se quedó callado un momento.

- No hay mucha diferencia, pero me gustaría contártelo cuando Camus este aquí. No es nada malo, pero él es mejor para explicar las cosas que yo.

- Afectará nuestra nueva vida como pareja? – dijo Samira en un susurro – Vas a… divorciarte de mí? Recordaste que hay alguien más?

Milo se levantó de su lugar en la mesa, se acercó a donde estaba ella, se arrodillo y le tomo de ambas manos.

- No. Te prometo que no cambiara nada entre nosotros. – dijo levantándole la barbilla a Samira con su mano – Tal vez al final de todo esto, tú seas la que pidas el divorcio.

- Eso no pasaría nunca. Sabes que te quiero Habibe.

- Yo también te quiero pedhí mou.

Marzo 11, 11 am

Lulea, Suecia

El continuo repiqueteo del celular despertó a Camus, quien después de 10 días seguidos de juerga apenas y podía levantarse. Necesitaba olvidar y no lo estaba consiguiendo en absoluto. Todo lo contrario. Cada vez que veía a una pequeña chica rubia, recordaba a Fler. Si ella le hubiera dicho lo de su compromiso, el habría tenido tiempo de proteger su corazón de nuevo. Pero habia abrigado esperanzas de poder convencer a Fler de irse con él, y la noticia de que no podría hacerlo y que Fler le hubiera ocultado esa información mientras fingía amarlo había sido más de lo que hubiera podido aguantar.

Estaba a punto de botar el celular por la ventana, pero se le ocurrió ver quien era antes de hacerlo. Al ver que finalmente era una llamada de Milo, cualquier rastro de resaca desapareció de la emoción.

C.- Milo?

M.- (no podía hablar de la emoción)

C.- Milo contesta maldita sea!

M.- Camus…

Camus se incorporó rápidamente en la cama, donde vio que estaban desparramadas y desnudas 3 chicas rubias de las cuales ni siquiera recordaba sus nombres. Tomando su ropa del suelo, se dirigió al baño.

C.- Donde has estado animal?! Sabes lo preocupado que estaba?!

M.- Perdóname…

C.- Que pasa? Estas bien? Aioria dijo que no recordabas nada pero que físicamente estabas en perfecto estado… No fue así? Nos mintió la gata?

M.- Aioria… va a matarme por coquetearle a Marín, verdad?

C.- Que hiciste queeeee?

M.- Estas en Asgard?

C.- No. Estoy en Suecia. Que pasa? No te escucho muy bien…

M.- Te necesito… Crees que puedas venir?

C.- Sigues en Dubái?

M.- Sí.

C.- No crees que me derrita por allá? Hace demasiado calor

M.- No será peor que cuando casi muero congelado en nuestro paseo por Asgard.

C.- Eso era diferente…

M.- Por favor Camus, no me hagas rogarte.

C.- Diablos! Ahora si estoy preocupado. Espera un minuto deja checar como puedo llegar de aquí hasta allá. No estoy en una ciudad grande.

M.-….

C.- De aquí… puedo salir ahora… y llegar a la ciudad de Umea en 5 horas…

M.- Entonces vendrás?

C.- Espera… aun no acabo…

M.-…

C.- Hay un avión que sale de ahí a Dubái… puedo estar ahí… el 14 de Marzo… llegando al aeropuerto a medio día. Merde!! No me imagine que estuviera tan lejos de todo…

M.- Camus…

C.- No te me pongas sentimental. Es lo que menos necesito ahorita.

M.- Porque? Que paso?

C.- Ocupare estos días para… para prepararme para contártelo si?

M.- Yo también. Me mandas un mensaje cuando estés en el Aeropuerto de Dubái?

C.- Puedo seguir mandándote mensajes con fotos? Tengo unas muy interesantes para mostrarte.

M.- No más fotos por favor. No estoy listo. Además aun no leo ninguno de los 789 mensajes que veo que me enviaste.

C.- No pues gracias por la atención que me pones!

M.- Lo siento amigo, apenas ayer encontré el cargador del celular. Te explicare todo cuando llegues de acuerdo.

C.- Perfecto. Salgo de aquí antes que las chicas se despierten

M.- Las que?

C.- Yo también tengo mucho que contarte. Te veo luego.

M.- Gracias amigo. Te estaré esperando.

- Carajo Milo! Espero que valga la pena el salir de aquí para ir a tu rescate – dijo Camus mientras de puntillas salía de un departamento al que no recordaba siquiera haber entrado.

Tenía que agarrar el primer autobús hacia Umea si quería llegar con su amigo en el tiempo estipulado.

Marzo 11, 8 am

Cámara del Patriarca

Santuario de Athena, Grecia

Shaina ya estaba esperando a que Shion apareciera. No podía negar que estaba nerviosa. Como la había convencido Shion de hacer eso? Ah sí! So pena de no dejarla andar con Minos.

- Mas te vale que valgas el sacrificio – Le había escrito la noche anterior desde su cama a lo cual Minos solo le había contestado con una selfie con el torso desnudo y esa sonrisa socarrona que tanto le gustaba a ella.

Diantres! Nada más de acordarse…

- Shaina! Tan puntual como siempre – Dijo Shion ya envestido para la ocasión – Buenos días

- Buenos Días Señor – Dijo Shaina en una rodilla

- Levántate niña, de ahora en adelante con solo una inclinación de cabeza bastara – dijo mientras se dirigía hacia su escritorio, cogía un envoltorio de papel café y lo abría – Ven.

Shaina obedeció. Shion le extendió su nueva capa que le confería el grado de Sanbo-cho o Jefa de Estado Mayor. Era del mismo color fiusha de sus calentadores y tenía dos broches en forma de cobra, que le ajustaba en los hombros.

- A partir de hoy oficialmente eres la persona de mayor rango después de Mi. Tendrás el poder de dirigir a todos los Santos, asignar misiones, tomar decisiones y sustituirme cuando yo tenga que salir. Desde luego habrá decisiones que solo la señorita Athena o yo podamos tomar, pero cualquier otra decisión menor para bien del santuario, tendrás completa libertad de tomarla.

- Yo… yo… - Estaba emocionada. En realidad cuando Shion le dijo creyó que solo sería su chacha personal

- Necesitaras tiempo para adaptarte y los demás también – dijo – Solo Athena sabe de esta decisión y estuvo de acuerdo. Tu oficina será la misma que tenía tu antecesor…

Shaina tembló de recordarlo. Gigas era un lame botas bastante asqueroso. Tendría que comprar bastante cloro para limpiar esa oficina.

- Ya te ocuparas de eso después – dijo Shion terminando de colocarle la capa – Por los siguientes 3 días serás mi sombra. Deberás aprender a escuchar y a ser paciente. Tus horarios serán menores. De hecho, estaba pensando que estoy retrasado en mis obligaciones en Rodorio y me gustaría ponerme al día, por lo que después de estos tres días, te quedaras a cargo de las 12 a las 6. Yo saldré por la tarde a hacer mis visitas y requiero que te quedes aquí al pendiente de cualquier cosa.

- Entendido

- Tus días libres los planearemos de acuerdo a los que yo me quiera tomar (que por cierto ya me merezco)

- Entendido

- Dejo a tu elección debido a la premura con la que "tuviste" que tomar el cargo si sigues viviendo en la misma cabaña o si quieres vivir acá arriba cerca de Athena

- (Y escuchar como Seiya se la tira? No gracias.)

- Shaina…

- Si?

- Recuerda que puedo leer lo que piensas. Contrólate por favor…

- Perdón – Dijo apenada. Sí. Siempre se le olvidaba.

- En cuanto a tus alimentos, el almuerzo será siempre conmigo. No quiero que pierdas el tiempo en bajar y volver a subir. Desayuno y Cena podrás hacerlas con tus compañeras.

- Sera un verdadero honor, Señor. Una pregunta… La oficina que tengo en este momento es… mi refugio personal y no forma parte del cargo que hasta hoy ostentaba…

- Te lo dio Arles por tu lealtad… No planeo quitártelo. De hecho no estoy muy seguro de donde esta…

- Gracias Señor – dijo Sonriendo. Sus tesoros seguirían a salvo.

El teléfono comenzó a sonar y Shion se dirigió hacia el con Shaina a un lado contestándolo.

- Si?... Permíteme un momento… - tapo la bocina – Shaina, debo tomar esta llamada. Podrías ir a buscar a Jabu e Ichi por favor? Necesitamos hacer el cambio de Jefe de guardia, así que te dejo la decisión a ti de quien va a ser.

- Qué? Tan pronto y sin aviso?

- Hazlo y déjame solo. Es una larga distancia.

- Sí señor, enseguida.

Shaina salió de esa oficina y Shion tomo la llamada.

- Milo de Escorpio! Esperaba tu llamada…

Shaina bajo corriendo las escaleras hasta la entrada de la cámara sin saber cómo era el protocolo hasta que encontró a un guardia.

- Señorita Shaina!

- Puedes buscar a Ichi y Jabu y decirles que el Patriarca solicita verlos por favor?

- Enseguida!

- Gracias.

El guardia sorprendido por la amabilidad como fue tratado, fue rápidamente a cumplir órdenes.

Shaina se quedó parada un momento contemplando el santuario desde arriba. Pocas veces se había puesto a pensar en la importancia de las decisiones que las personas de arriba tomaban para beneficio de todos. Siempre daba por hecho las ordenes sin detenerse a pensar si era la mejor y ahora ella era la que tomaría parte de esas decisiones.

- Qué problema! – Exclamo suspirando mientras decidía regresar a la oficina.

Su teléfono vibro marcándole un SMS. Se fijó que no hubiera nadie y lo saco. Era un mensaje de Minos: "No es tan difícil. Solo mantente firme a tus ideales. IMU". Esto la hizo sonreír.

- Tú tienes la culpa de todo, adorable pedazo de espectro – dijo guardando el cel.

Regreso y Shion apenas estaba colgando el teléfono. Se veía preocupado.

- Todo bien señor?

- Con el tiempo comprenderás que ese término aquí arriba es relativo. Necesito que me ayudes a establecer nuevas reglas o modificar las que ya tenemos.

- Mas?

- Que quieres decir?

- Pues… desde que regrese, hay una serie de reglas nuevas que…

- Si lo sé. Si hubieras estado aquí comprenderías cual fue el problema y porque lo hice.

- No fue mi culpa…

- No te estoy reclamando. Yo soy el que tomo las decisiones y tomo completa responsabilidad por ello. Pero las cosas están cambiando en el santuario… Estoy seguro (porque se cómo corren los chismes por aquí) que sabes la nueva asignación de los caballeros dorados.

Shaina se sonrojo

- Sí señor, se me comento que tenían que… engendrar ellos mismos a sus sucesores.

- Efectivamente… y parte de las reglas, incluyen enamorarse…

Shaina se mordió un labio no pensando en nada. Shion no le sacaría ninguna información extra esta vez.

- Sí señor, estoy al tanto de eso.

Shion se removió algo incómodo con esa conversación. No estaba listo para revelársela a ella en específico así que decidió plantear la idea general.

- Y es lógico que si se enamoran, algunos de los doce no querrán alejarse de las "madres elegidas"

- Sí. Eso es lógico…

- Y también algunos de los 12 son unos románticos empedernidos.

Ahí si Shaina no se aguantó y se comenzó a reír.

- Señor, no habla en serio verdad?

- Pues… si lo hago… Tu no los conoces tan bien como yo…

- Indudablemente…

- Continuando… Algunos de ellos querrán Casarse con las madres de sus hijos… y mientras sean Santos de Athena, esta es su casa…

Shaina dejo de reír.

- Espere… Me está diciendo que… - tuvo que respirar profundamente – Los santos dorados van a traer a sus esposas a vivir aquí… A sus casas… con sus hijos…

- Mientras sean Santos… sí.

- Y nosotros dos tenemos que hacer y/o modificar las reglas para que no se rompa la convivencia en el santuario…

- Correcto…

- Pero… hasta ahora solo han salido 3 caballeros dorados…

- Y no sabemos que es lo que hayan hecho o vayan a hacer de aquí al día que tengan que regresar y los otros 9 deberán saber estas nuevas reglas antes de salir. – Dijo Shion esperando que Shaina no intuyera nada por el momento - Como mujer, es importante tu opinión al respecto.

Shaina quedo callada un momento

- Tengo que pensarlo muy bien…

- Desde luego. No son cosas que se deban tomar a la ligera.

- Gracias.

Tocaron a la puerta y Jabu e Ichi entraron y ambos se arrodillaron ante Shion.

- Nos mandó llamar?

Marzo 14, 5pm

Aeropuerto Internacional de Dubái

Milo esperaba impaciente en la sala de espera a que Camus, quien ya le había avisado hacia varios minutos que el avión había aterrizado, pasara el estricto control aduanal.

Estos tres días se le habían hecho eternos y lo único que quería era abrazar a Camus y desahogarse. Samira había ido con él, y estaba sentada en una de las bancas. Había insistido en acompañarlo y le había pedido permiso para quedarse con su amiga que no se sentía bien esa noche, ya que tampoco tenía ningún familiar en esa ciudad y Milo había accedido. Eso le daría oportunidad de platicar con Camus largo y tendido. Del aeropuerto la iría a dejar con su amiga y regresaría por ella al día siguiente.

Una figura conocida atravesó las puertas de una sección a otra con su bolsa de lona al hombro y le sonrió. Milo casi corrió a recibirlo con tanto gusto que Camus se sorprendió, pero como también él lo había extrañado mucho y había estado preocupado lo abrazo con ganas.

- Amigo mío… Bienvenido a mis dominios… - Dijo Milo sonriendo con los ojos acuosos

- Dime que tienes aire acondicionado en el camello en el que me vas a subir – dijo Camus en tono de broma

- Desde luego… por ti mande traer el camello con el aire más frio. – dijo Milo

Samira vio la escena y se acercó.

Milo trago saliva antes de tomarla de la mano y decirle a Camus:

- Samira permíteme presentarte a mi querido amigo Camus. Camus, te presento a Samira Al Alkrab… mi esposa.

Capitulo 32

Marzo 14, 6pm

Departamento de Omil Al Alkrab, Dubai

Milo fue a dejar a Samira a casa de su amiga prometiendo recogerla mañana a la misma hora a menos que ella le indicara otra cosa. Camus llevaba callado todo el camino tratando de asimilar esa noticia tan… Retorcida? Sorprendente? Increible?... No. Aun no definia como llamarla. Estaba mas alla del enojo. Tanto, que no sintió el calor que estaba haciendo. Estaba a punto de estallar haciendo una rabieta, que congelaría el desierto entero.

Milo no fue tan estúpido tampoco de intentar contentarlo aun. Esperaba que con la cena que sabia que Samira les habia preparado y con el estomago lleno estuviera mas dispuesto a escucharlo y aconsejarlo.

No bien hubieran entrado y Milo cerro la puerta, Camus le dio un puñetazo en la cara que tiro a Milo sobre su trasero.

- Eres un idiota si creiste que te librarías de ese golpe! – Grito Camus

- No te estoy reclamando – Dijo Milo secándose la sangre del labio – En realidad me merezco muchos mas. Para eso te llame.

- Acaso tienes 9 anios? No puedes tomar ninguna buena decision sin que te estemos apoyando? – Siguio gritando Camus totalmente fuera de si – Todavia no se me la historia y ya se que de seguro hiciste una estupidez tras otra hasta estar en esta situación!

- Tienes razón. En todo. – Dijo Milo resignado – Pero al menos tengo una explicación medianamente razonable para esto. Ven, te mostrare tu habitación y podras asearte un poco. – Abrio la puerta de invitados y dejo que Camus admirara el trabajo de semi-decoracion que Samira habia hecho en tan poco tiempo- La cena ya la dejo lista Samira. Te espero en el comedor cuando quieras. Ayer escondi una buena botella de vino en la oficina solo para ti.

Camus no dijo nada y le azoto la puerta las narices. Milo nunca lo habia visto tan molesto. Y eso que ni siquiera le habia contado nada. Fue por la botella de vino y la abrió, dejando ventilar el vino para que cuando Camus saliera ya estuviera listo.

Camus por el contrario tuvo que meterse a banar con agua fría, helada… No recordaba la ultima vez que habia perdido la paciencia con Milo, pero habia estado tan asustado cuando desaparecio, cuando Kanon le dijo de las fotos, cuando le solto la noticia de estar casado con esa criatura tan bonita cuando el estaba frustrado por no poder hacer lo mismo con alguien a quien si amaba y después de casi 35 horas de vuelo, que lo que necesitaba era descargarse y la cara de su amigo habia sido lo mas cercano.

Mientras se duchaba pensaba en lo que habia visto en esos pocos minutos de convivencia, referente al trato de Milo para con su esposa. La trataba con cariño y respeto. Le hablaba dulcemente y se preocupaba por ella y ella hacia lo mismo. Pero en los ojos de Samira habia algo que a Milo le faltaba y ese algo si lo habia visto cuando miraba a cierta persona de cabello verde que ni siquiera se iba a atrever a mencionar. Tenia que esperar a la explicación de Milo y si era necesario, iba a darle muchos golpes iguales a esos.

Cuando salio ya mas tranquilo, se sento a la mesa y Milo automáticamente le sirvió uno de sus vinos favoritos. La cena ya estaba caliente y servida y Camus comenzó a cenar en silencio siendo imitado por Milo, quien de vez en cuando levantaba la mirada a su amigo y le servia mas vino. Cuando hubieran terminado Camus ayudo a recoger la mesa y fue a sentarse al sillón. Seguia tranquilo. Milo se sento junto a el.

- Ahora si… cuéntame todo, TODO desde que me despedi de ti en el calabozo para poder entenderte. No importa que pienses que ya me lo dijiste. – dijo Camus

Y Milo suspiro… Iba a ser una de las noches mas largas de su vida.