Abril 12, 10 am
Frontera entre Bolivia y Perú
Selva Amazónica, Perú
Habían sido poco más de cinco días de infierno para el caballero de Virgo. No porque el calor era agobiante, la humedad desastrosa, los mosquitos lo picoteaban sin cesar y las hormigas bala ya tenían sus piernas hechas pedazos. Tampoco el hecho de que ni sus guías supieran donde se encontraban, que el GPS no funcionara, que no hubiera señal de celular en caso de emergencia, que no pudiera hacer sus abluciones diarias como él estaba acostumbrado o que los víveres y agua fueran escasos…
No. Su infierno tenia nombre, era rubia y tenía ojos verdes. Cada vez que el intentaba concentrarse meditando para contactar a Buda y pedirle consejo, llegaba y parloteaba con el sin cesar, no dejándolo ni un solo minutos solo.
Ese día en particular, Shaka estaba debajo de un árbol intentando meditar cinco minutos aprovechando que los guías se habían puesto de acuerdo finalmente y estaban levantando el campamento, y ya estaba alcanzando el punto exacto en su meditación, cuando Liz volvió a sentarse junto a él y comenzó a interrumpirlo con su parloteo mientras se cepillaba el pelo.
- Sabías que el Paititi es una de las historias más fascinantes de la mitología inca? Y es también hoy en día el enigma arqueológico más grande de Suramérica. Un enigma que posiblemente estoy a punto de resolver. Según lo que se sabe gracias a las crónicas de la época y a las viejas y legendarias tradiciones, Paititi habría sido una ciudad inmensa que se encontraría escondida en alguna parte de la selva amazónica peruana. Es una ciudad que se buscó en toda Suramérica. Pero desde una cincuentena de años, las investigaciones se enfocaron hacia el sudeste de Perú, en Amazonia peruana. Lo que parece lógicamente, porque Paititi es atado al Incanato. Y el Perú moderno constituye lo que fue el corazón de este imperio: el Tawantinsuyu. El inicio de la leyenda dice que…
- Basta! – dijo Shaka gritando desesperado - Por favor! Te lo suplico! Mete un hormiguero entero en mi ropa interior… Úntame de miel para que las abejas me piquen hasta matarme… Pero por todos los dioses del universo cállate por cinco minutos seguidos!
Liz aspiro profundo, sus labios comenzaron a temblar y lagrimones de cocodrilo salieron de sus enormes ojos verdes sin hacer el menor ruido. Shaka logro bloquearla cinco minutos para poder hacer su meditación como se debía. Intento contactar con Buda, pero su maestro el chistosito, solo había podido dejarle la contestadora: "El maestro espiritual al que usted contacto, no está disponible o se encuentra fuera del área de servicio. Por favor intente más tarde"
Movió la cabeza derrotado. Ok. Esta vez estaba solo. Por dónde empezar?
Escucho que Liz estaba llorando en silencio seguramente por la forma en que le había hablado y se sintió un poquito mal. Recordó que su salida del santuario, era para conseguir a su sucesor… y los bebes también hacían ruido verdad? Sería que lo había enviado Buda allá para trabajar en su paciencia antes de que estuviera listo para tener a su hijo?
Volteo a ver a Liz que no se había movido de su lugar y las lágrimas inundaban sus ojos.
Con un poco de remordimiento, Shaka decidió disculparse.
- Perdóneme señorita. No estoy acostumbrado a tener gente a mi alrededor platicando conmigo – dijo – Me porte como un idiota y le pido disculpas. Le prometo que… intentare que no vuelva a suceder.
Las lágrimas de Liz desaparecieron como por encanto.
- Yo también le pido disculpas. Mi papa también dice que hablo hasta por los codos, pero no puedo evitarlo. Tengo pocos amigos y él no me deja salir y…
- Liz?
- Si?
- Lo estás haciendo de nuevo
- Perdón.
Shaka volteo a ver si ya habían quitado todo el campamento, pero aún les faltaba más de la mitad.
- Que te parece si comenzamos de nuevo? – dijo Shaka
- No entiendo
- Frases cortas comprendes? – Dijo Shaka – Solo responde lo que te pregunte y yo haré lo mismo.
Liz aplaudió entusiasmada….
- Hola. Soy Shaka – dijo extendiendo su mano a la chica.
- Soy Elizabeth pero todos me dicen Liz – dijo haciendo contacto con Shaka – Tengo 18 años, soy de…
- Liz…
- Si?
- Solo responde lo que se te pregunta.
- Ups. Es que mi lengua tiene cerebro propio. – dijo Liz sonriendo
Shaka se llevó una mano a la sien. De acuerdo… Paciencia… PA-CIEN-CIA
- De dónde eres? Yo soy de la India. – dijo Shaka
- New York City
- Bien… vamos progresando. Según entiendo estudias o estudiaste arqueología ya que ambos estamos aquí.
- Sip. Estoy en el último año y haciendo mi tesis sobre Paititi.
- Ok. Y sabes exactamente dónde estamos?
- Aproximadamente a 20 kilómetros de la frontera con Bolivia. En La Baja Selva Amazónica.
- Y a donde tenemos que llegar? – pregunto Shaka
- A Pelechuco.
- Que es eso? – dijo Shaka aunque al ver cómo le brillaron los ojitos a Liz, supo de inmediato que había cometido un error al pronunciar esas palabras.
- Pelechuco fue la primera fundación española en el territorio de Apolo bamba, conocido luego como Caupolicán, topónimo que recuerda al indomable guerrero y cacique de los araucanos que mantuvieron a raya a los europeos por tres siglos. Fue fundada por misioneros de la orden de San Agustín "como doctrina y puerta al país de los chunchos" el 25 de julio de 1560. Su nombre proviene del quechua: phuyu kuchu o "rincón de niebla". Todos los días, hacia las dos de la tarde, empieza un espectáculo singular: las nubes que suben de la selva invaden el pueblo de piedra, de ahí su nombre y….
Liz estaba de nuevo entrada en su perorata mientras Shaka comenzaba a darse de golpes en la nuca en el árbol. Parecería que tendría que comenzar toda la lección desde el principio.
Abril 12, 5PM
Departamento de Radamanthys
Londres, Inglaterra
Minos abrió un ojo y por un momento no supo dónde estaba. Abrió el otro ojo y vio que estaba tendido boca abajo en el sofá amarillo que tanto odiaba del departamento de su amigo y colega.
Intento levantarse y volvió a caer. La cabeza le daba vueltas y le dolía como hacía mucho tiempo no lo hacía.
- Hola?
- Ya se levantó el princeso?
Radamanthys le llego por atrás haciendo que Minos brincara y se cayera del sofá.
- Ouch!
- Quieres unas aspirinas y un café?
- Por favor…
Rada lo ayudo a levantarse y ambos fueron hacia la cocina.
- Donde esta Aiacos? – pregunto Minos mientras se servía café de la cafetera que Rada ya tenía lista y se tomaba las pastillas que su amigo le daba.
- No lo sé… se fue con dos suripantas anoche y me dejo con el paquetito, o sea tu. – dijo Rada sonriendo – Por cierto… Debo felicitarte. Muy buen espectáculo el de anoche.
- Espectáculo?
- Ya no te acuerdas?
Minos movió su cabeza negativamente.
- Préstame unos lentes oscuros por favor.
- No sé si te los merezcas… Pero como Hades dijo que tenía que cuidarte… deja ver qué puedo hacer.
- Como demonios terminamos en Londres?
- Creo que después del tercer bar que visitamos, terminamos a medio día en un pub de aquí jejeje estabas imparable.
- Ve por los lentes mientras por favor. Me estas matando.
Rada fue a su habitación a buscar unos lentes para Minos mientras este trataba de recordar cómo fue que llego a ese estado.
Flashback
Hades acababa de colgar de hablar con Poseidón respecto a la situación Minos – Shaina, cuando tocaron a su puerta:
- Adelante
- Me mandó llamar señor? – dijo Minos con su Sapuri puesta. Venia directamente del trabajo.
- Pasa y siéntate. Que los demás se queden afuera por el momento… Y no los quiero espiando! – Grito
Los cuatro se alejaron varios metros de la puerta por temor a la Ira de Hades.
- Siéntate Minos.
- Si Señor. – (una orden es orden)
Hades no sabía ni cómo abordar el tema. Su mejor hombre estaba delante de el con un pecado que él no aceptaba en ninguno de sus colaboradores: Haberse enamorado. Por un lado se sentía culpable, porque de no haber sido enviado por su hermana a Columbus Isle, eso no hubiera sucedido. Por otro lado, estaba orgulloso de el por haberse atrevido a desafiar a su hermano Zeus y su sobrino Ares por una desconocida solo para serle fiel a él. Y se sentía bastante confundido, por cómo debía proceder. Debía aceptar esa relación? Debía oponerse? Debía aceptar el pacto que le proponían?
- Minos, Se me ha puesto al tanto de las "actividades" con el enemigo que has estado haciendo…
- No entiendo
- Me refiero a tu relación Con Shaina de Ophiuco, santa de Atenea.
- Ahhh eso
- Pensabas decírmelo alguna vez?
- Claro que sí señor. Su aprobación es muy importante para mí, solo que todo sucedió demasiado rápido y mientras usted estaba de vacaciones. No quería molestarlo con estas pequeñeces.
- O sea que si yo te lo pidiera, la dejarías de lado por mí?
Minos ni siquiera pestañeó.
- Sí señor.
Hades miro a Minos. Esa lealtad era lo que más le gustaba de él. Además sus números habían subido, y antes de que Pandora le hiciera su mala jugada, sus ataques de furia y despedace de sus espectros había bajado en un 50%.
- Poseidón y yo tuvimos una larga charla. Me conto como se conocieron y las circunstancias por las que están juntos.
- Me alegro que lo sepa todo, señor.
- No, no lo sé todo Minos. No sé qué pasa por esa cabeza tuya o lo que en realidad sientes. O más bien si lo sé. No lo entiendo ni lo apruebo pero si lo sé solo quiero que me lo confirmes.
- Pues le agradecería me ayudara a esclarecerlo señor, porque, si me permite hablar con claridad, estoy muy confundido.
Hades suspiro. Lo que menos necesitaba era un Juez confundido, con mal de amores, o el corazón roto.
- Sabes que Athena desea hacer público el compromiso de ustedes dos?
- No, no lo sabía señor. – dijo Minos algo sorprendido. Seria eso lo que Shaina quería decirle pero no podía hacerlo por teléfono?
- Y estás de acuerdo?
- No lo sé señor. Estoy demasiado aturdido y confundido en este momento. Ni siquiera sé si este compromiso continuara mañana o no.
Hades lo miro de frente.
- Es todo Minos. Espérame afuera y haz pasar a Lune, Rada y Aiacos. Quédate afuera con Pandora.
- Sí señor.
Minos salió y le hizo una simple señal a los tres para que entraran.
Cuando Rada y Aiacos salieron, estaban felices y prácticamente arrastraron a Minos fuera con una orden por escrito de Hades que tuvieron que mostrarle para que les creyera. Hades les había dado su tarjeta American Express Negra para divertirse los tres, en la superficie, con alcohol para relajar a Minos, y sin ataques entre ellos de ningún tipo bajo pena de desatar su ira.
A Minos no le hizo mucha gracia, pero aceptó que tal vez necesitaba esa salida.
Lo que no decía esa orden, era que Rada y Aiacos tenían que filmar a Minos y obligarlo a hablar sobre sus sentimientos para con Shaina y llevarle el video directamente a Hades.
Fin del Flashback
Rada regreso con los lentes y se los dio a Minos.
- De casualidad… hice algo de lo que pudiera arrepentirme anoche?
- No creo – dijo Rada dubitativamente
- Dije algo extraño?
- No, nada extraño
- Entonces por qué dijiste hace un momento que hice todo un espectáculo?
- Debe ser porque literalmente hiciste todo un show cantando y declarando tu amor por Shaina como Mariachi despechado por todo Londres!
- Que hice qué? Mentira! – Dijo Minos espantado
- Todo está en video amigo. Lo trae Aiacos en su cel. Vas a tener que esperar a que llegue. – dijo Rada disfrutando de ver a Minos tan alterado.
Minos se quedó pensativo un rato.
- Donde quedo mi celular?
- Se está cargando en el baño. por qué preguntas?
- Creo que necesito hacer una llamada.
Abril 12, 7 PM
Oficina del Sanbocho
Santuario de Athena, Grecia
Shaina veía el reloj ansiosa. De nuevo ese par de zopencos iba a llegar tarde. Acaso era mucho pedir que llegaran a tiempo?. Se sentó de nuevo frente al ordenador.
Tratando de matar unos cuantos minutos, decidió revisar la cuenta de Camus en la página web. Se veía que en realidad él no se había metido para nada. Tenía cerca de 200 mensajes y eso, solo en Atenas.
- Vaya que eres un bocadito suculento, Camus… - se dijo – pero como buena amiga que soy, también te voy a ayudar con la selección.
Comenzó a pasar por los perfiles rápidos y elimino a todas las rubias
- Lo que menos necesitamos es que te pongas a llorar cuando la veas – dijo
Después elimino a todas las menores de 20.
- Necesitamos encontrarte a alguien totalmente opuesta a Fler, aunque sea solo como amiga. Necesitas más amigas mujeres.
Elimino a las viudas y divorciadas o con hijos
- No quiero tampoco perjudicar tu misión. Si te enamoras de pura casualidad de esta chica, tendría que ser soltera y pura de preferencia.
Quedaron 10 perfiles únicamente.
- Cara de zorra, cara de zorra, híper zorra, esta tiene cara de que es una perra, esta es … también una zorra, esta tiene senos falsos… Ujule! Que difícil!
Solo 4 perfiles.
Vio que las cuatro tenían una carrera, le gustaban los niños, adoraban el frio, buscaban "amigos" y algo más…
- Bueno ni modo… De tin, marin, de do pingue, cucara macara títere fue, yo no fui, fue tete, pégale pégale que ella merito…. Fue!
Su dedo quedo colocado en el perfil de REINADELHIELO20
- Ufff… ojala y pegue. Te voy a escribir: " Hola Soy Camus. Vi tu perfil y me gustaría ser tu amigo. Un café o una copa mañana? Sin compromiso"… enter.
La respuesta no se hizo esperar.
- "Bar Quijote, Atenas a las 6 pm. Identifícame con un traje sastre azul marino, blusa blanca y maletín negro. Seguramente con un libro en la mano"
- Jajaja ahora si no te escapas amiguito. Te voy a hacer salir porque te voy a hacer salir! "Confirmado"
No tardaron en llegar los escandalosos, pero ahora venían con Kanon, quien se les pego a última hora.
- Buenas noches Milady – Dijo Kanon haciendo una reverencia burlona. Él sabía que podía bromear con ella porque no estaban de servicio.
Por toda respuesta, ella le hizo una seña obscena.
- Shaina! – reprendió Camus
- El empezó! – dijo señalando hacia Kanon quien ya estaba recargado en el pilar más próximo con cara de yo no fui.
- Hoy es el último día de lecciones Shaina, aprovéchalas.
Shaina asintió y Camus puso la música. Kanon al verlos bailar, comenzó a grabar con su iPhone un video para después joder a Milo.
En el primer bloque, Camus puso un vals, después un vals vienés. Shaina se adaptó rápidamente y pudo seguirle el paso. No era difícil después de todo.
Tomaron cinco minutos de descanso ya que Camus no encontraba la canción que quería.
- Camucito precioso y adorado… - dijo Shaina poniéndose en una actitud de niña traviesa
- Camucito? No me llamas así a menos que hayas hecho una travesura – dijo Camus con su mirada de hielo – Que hiciste ahora?
- Mmm… mañana es tu día libre verdad? – dijo Shaina saboreando su venganza
- Si, los tres iremos a comprar la despensa de Milo jejeje ya que solo tenía Cerveza y queso y su esposa no lo deja tomar alcohol.
- Eso me parece bien, pero… y por la tarde que vas a hacer? Por ahí de las seis?
- Seguramente le estaré ayudando a este a limpiar su chiquero – dijo señalando a Milo
- Oye! Llevo tres días limpiando! Ya no parece chiquero! – contesto Milo
- Nop. Yo diría que tienes una cita con REINADEHIELO20 a las 6 en Atenas jijiji
Camus la separo de los otros dos.
- Dime que es una broma
- No. – dijo Shaina – Es una micro venganza en comparación a los 4 días de tortura sicológica a los que me has tenido obligada.
Camus le lanzo una mirada que hubiera congelado a cualquiera, pero ella era inmune.
- Está bien. Dame los datos
Aplaudiendo por su travesura, Shaina fue y le dio todos los datos a Camus, quien se los guardo en la bolsa trasera de sus pantalones.
- Y bueno, encontraste la música o no? – pregunto Milo molesto porque esos dos los estaban excluyendo
Camus asintió. Milo y Shaina tomaron posiciones de nuevo. Ahora viéndose desafiantes a los ojos (Shaina a través de sus lentes).
La música ahora era un swing que termino siendo divertido para los cuatro, pues se la turnaron los tres caballeros.
De pronto el IPod se saltó a la canción JUST THE WAY YOU ARE de Barry White y Milo la detuvo en sus brazos, aunque ella quiso zafarse pero no lo intento con muchas ganas. El ritmo de la música les permitía hablar un poco más. Camus y Kanon se retiraron a otro pilar para volver a filmar y ver lo que pasaba.
- Recuerdas cuando nos conocimos? – dijo Milo a la mitad de la canción.
- Fue hace demasiado Milo, dedícate a bailar y cállate!- contesto Shaina
Milo la retuvo con más fuerza contra su cuerpo mientras seguía bailando
- Yo tenía nueve. Tu tenías cinco – siguió Milo ignorándola – Me escape de mi entrenamiento porque dijeron que habían llegado nuevas niñas a quienes podría molestar…
- No es cierto! No te dijeron eso! – dijo escandalizada
- Jajaja no, pero eso es lo que yo escuche – dijo Milo con una sonrisa melancólica – Me acerque lo más que pude a la reja y efectivamente había muchas niñas pequeñas y una de ellas me llamo la atención porque acababa de hacer llorar a todas. Llame tu atención y te acercaste. Eras la cosa más tierna que había visto aun con tu mascara.
Shaina le clavo sus unas intentando bajar la intensidad del agarre de Milo, pero no lo consiguió.
- Te pregunte si no te daba vergüenza hacer llorar a tus compañeras y dijiste que ellas eran unas niñitas lloronas que no merecían estar ahí…
Shaina intento recordarlo pero no pudo. Estaba muy pequeña. Milo rio al acordarse.
- Te dije que… Las niñas no deberían estar ahí. Que esas reglas eran estúpidas pues tú también eras una llorona en el fondo.
Shaina abrió grande los ojos. Eso sí lo recordaba.
- Si… y te conteste que si no hubiera una reja de por medio yo te podría demostrar que tú también eras un llorón – dijo Shaina acordándose del momento exacto – También me dijiste que podías lograr que llorara para demostrarme que eras más fuerte. Después de todo, tú ya eras un dorado y yo solo una aprendiz.
- Jajaja y te rapte y te lleve al cine a ver Bambi. Quería verte llorar y demostrarte que si podías…
- Jajaja y el que termino llorando fuiste tú. – Dijo Shaina sonriendo por primera vez
- Me llamaste mariquita una semana. – reclamo Milo
- Hubiera sido un mes de no ser por Camus. Me dijo que nadie quería a las niñas fregonas. – dijo haciendo una mueca.
- Bueno en eso se equivocó. – dijo Milo – A mí siempre me han gustado las niñas fregonas.
Hubo un momento de silencio que aprovecharon para voltear hacia donde Camus discutía algo con Kanon.
- Recuerdo… que tú fuiste quien me hizo adicta a los chocolates. Mi cumpleaños número 7. Me compraste una barra gigante y me dijiste que era mi regalo y que era un chocolate mágico. Que me daría energía para seguir golpeando a las otras niñas y me haría ganar mi armadura. – susurro Shaina recordando
- Y aun así quisiste compartirlo conmigo…
- Solo quería comprobar que no estaba envenenado – dijo Shaina tratando de restarle importancia.
- Pero ganaste tu armadura y esa misma noche me confesaste que te habías comido el ultimo pedazo antes de combatir.
- Siempre confié en que lo que me decías era verdad. Era demasiado ingenua para saber que te gustaba burlarte de mí.
La música había cambiado a un ritmo más lento, mas no lo suficiente.
- Los tres éramos inseparables… Camus, tu y yo. Hacíamos demasiadas travesuras juntos, Recuerdas?
- La vez que convencimos a Camus de congelar el agua de la regadera de Gigas… - dijo Milo
- Y cuando tu pusiste un nido de arañas en el cabello de Afrodita Jajaja desde entonces se lo cepilla 100 veces! – dijo Shaina
- Y que tal cuando les escondiste sus máscaras a tus compañeras y no pudieron salir a entrenar? – dijo Milo con una sonrisa - Tú te escapabas por la noche para ir con nosotros a jugar al rio, y yo me escapaba para verte entrenar por la tarde. Que fue lo que nos pasó? – dijo Milo en su oído
- Crecimos.
- A ti te costaba cada vez más trabajo escaparte desde que te cacharon la vez que Camus nos tiro al agua helada y dejaste todo un rastro de agua hasta tu barraca.
- Los azotes no eran nada divertidos… pero en ese entonces valían la pena – dijo Shaina con voz suave recordando esos felices momentos.
- Recuerdas que fuiste tú quien me trajo a mi primer escorpión como mascota?. Era uno muy parecido a Brandon. Me dijiste que estaba descompuesto, que no le servía la cola porque siempre estaba relajada y los escorpiones siempre tenían la cola y aguijón listo para atacar. – dijo Milo cambiando el ritmo de su baile
- Fue días después de que se llevaran a Camus a Siberia. Te veías muy triste y yo no quería verte así. Pensé… él es un alacrán, tal vez se divierta con uno como él. Siempre me gusto tu sonrisa Milo, no verla me partía el corazón. Y después… cambiaste conmigo…
Milo recordó esa época. Camus siempre había sido su mejor amigo desde lo años. Los habían separado de nuevo y fue algo que le toco el corazón. Estaba deprimido y aunque su amiguita se escapaba por la noche para jugar con él, Milo seguía extrañando a Camus hasta que Shaina había llegado con un pequeño alacrán rubio. Ahí se dio cuenta que podía jugar con él y distraer su tristeza. Lo tenía con el todo el tiempo… Hasta el fatídico día que salió del cine con su alacrán en el hombro y DM, donde habían ido a ver una película de terror y se encontró a dos tipos muy raros vestidos de negro dentro del baño.
Se presentaron con el cómo dos trabajadores de Ares que habían sido enviados para recordarle su promesa. Uno de ellos tomo a su mascota y sin más lo había pisado. Fue la primera vez que Milo mato a alguien a sangre fría y levantando a su mascota muerta, la había puesto en su bolsillo y había regresado al Santuario taciturno y totalmente cambiado.
Después de enterrar a su amigo en los arbustos junto a la entrada de la octava casa, Shaina llego para platicarle como cada noche, pero esa vez era una noche más especial que de costumbre: le habían dicho que le asignarían un alumno y por error Seiya le había visto la cara sin mascara. Milo no la estaba escuchando. Solo la veía e imaginaba a esos hombres o a su propio padre matándola tan fácilmente que su corazón decidió alejarla. Cuando ella le repitió la disyuntiva que tenia de matar o amar a Seiya para que le ayudara a elegir, él le dijo que hiciera lo segundo ya que no tenía las agallas suficientes para lo primero. Tenía que alejarla de el a como diera lugar.
Shaina, de 12 años y en edad impresionable le había dicho que eso no era posible, pues había alguien ya ocupando su corazón, aunque sabía las reglas que la regían y que debía cumplir con su deber: Tendría que matar a Seiya!. Nunca le menciono ningún nombre pero Milo internamente siempre lo supo. Era inevitable. A sus 16 años ya era todo un rompecorazones y el también albergaba sentimientos muy profundos por esa niña. No podía concebir su vida en el santuario sin al menos media hora cada noche escuchando lo que le había acontecido en el día, o a cuantas chicas había derrotado, o sus pláticas con el patriarca… Pero su miedo era demasiado grande. Si su padre se enteraba de los sentimientos que el tenia por ella…
- Espero que ese chico te corresponda Shaina. - Le había dicho con un tono despectivo para matarle las esperanzas - Yo nunca podría amar a una chica tan débil y tan poco femenina como tú. Imagínate! Sería como besar a Camus…
Minutos después Shaina se había ido en silencio.
A pesar de su nuevo puesto y su nuevo aprendiz, Shaina seguía subiendo a platicar con él y él se portaba cada vez más seco con ella, pero sin llegar a ser grosero. Shaina comenzó a espaciar sus visitas a 4 veces a la semana… después 3… luego solo 1… y después… sin previo aviso dejo de hacerlo. A sus 12 años Shaina había vivido su primera desilusión amorosa, sintiéndose más rechazada que nunca y se empeñó en hacerle pagar a Seiya lo que no podía hacerle a Milo. Entreno a Cassius con furia para hacerlo por ella, pero no lo logro. Aun así, nunca culpo a Milo. En retrospectiva y por donde lo vieran, el jamás le endulzo el oído, ni la trataba diferente a como trataba a los demás como para que ella se hiciera ilusiones.
Después de intentar matar a Seiya por 4 años y otros 2 salvándole la vida tantas veces como pudo habiéndole en varias ocasiones confesándole su "amor" como era lo adecuado, se dio cuenta que era mentira. Lo que ella creyó que sentía por Seiya era la simple obsesión de intentar cumplir las reglas, y su maldito sentido del deber, mas nunca había sido amor verdadero. Ese sentimiento había sido siempre hasta ese momento, de una sola persona. Cuando regreso a ayudar con la reconstrucción del santuario ella evito cualquier contacto más allá de un cortes saludo. Ella siempre le cubría sus escapadas con Kanon, alteraba los reportes para que no lo reganaran y trataba de meter a sus mascotas cuando se le escapaban. Era lo mismo que hacía por la gente que ella quería.
Milo por su parte, trataba de hacerla enojar siempre que podía para llamar su atención y poder ver cualquier reacción que le dijera que todo estaba bien con ella, que estaba bien sin él. Conforme crecía, comprendía cada vez más, que su miedo a su padre le había lo más valioso que hubiera podido tener. Y desde entonces, cerro su corazón para que nunca más ninguna mujer pudiera ocupar un espacio tan grande. Era demasiado peligroso. Hasta hoy, amor como tal, solo lo había sentido por Shaina, pero en ese momento debía cerrar ese capítulo. Ahora tenía a Samira y sus futuros hijos y Shaina había encontrado a Minos. Samira era una buena esposa y lo quería y él también había aprendido a querer a Samira. Si dejaba ir el recuerdo de Shaina, Samira podía llegar a ocupar su lugar fácilmente. Y Shaina, tal vez no lo sabía aun, pero estaba en la misma situación que Milo.
Milo había visto su reacción la noche anterior: Su desesperación por no saber de él, su preocupación cuando se dio cuenta que estaba ebrio y su alegría y tristeza cuando comenzó a cantarle. Y entonces decidió que tenía que dejarla marchar para que ella pudiera ser feliz con alguien que estuviera en libertad de hacerlo. No importaba si era del bando enemigo. Si ella era feliz con Minos, el sería feliz también.
- Siempre me dijiste que era un idiota cobrita, y hasta el día de hoy nunca te lo he negado – dijo Milo regresando al momento – Y no lo hare.
- Ojala tuviera una grabadora en este momento – contesto Shaina – Te lo pondría de mantra en tu almohada.
Camus cambio la música a algo más romántico mientras Kanon seguía filmando. No entendía nada de lo que pasaba ahí, pero ya habría tiempo para las explicaciones después.
Milo coloco los brazos de Shaina en su cuello y él puso sus manos en la cintura, moviéndose al compás de la música más lenta y romántica que Camus pudo haber encontrado.
- No creo que Minos te merezca realmente Shaina… pero yo tampoco.
- Te equivocas. Los dos son hombres extraordinarios y muy diferentes entre sí…
- Pero… él te hace feliz verdad? – pregunto Milo suavemente con el corazón hecho pedazos
- Si, lo hace – afirmo Shaina con voz quebrada. Sabía que se estaban diciendo el adiós definitivo. Ella podría ser feliz con Minos y Milo con Samira.
- Y eso es todo lo que debe importar y todo lo que deseo para ti. – Milo tuvo que esconder la cara en el cabello de ella para que no notaran sus lágrimas.
Shaina también recargo su cabeza en el torso de Milo. Prácticamente ya habían dejado de bailar y tanto Kanon como Camus solo observaban y filmaban.
- Y si algún día él llega a hacerte daño, me lo dirás verdad? – pregunto Milo – Si te lo pido… volverías a ser mi amiga como cuando éramos niños? Como antes de que yo lo echara todo a perder?
- No sé si pueda hacerlo – dijo Shaina despegándose de el sin levantar la cara – Pero, por el bien de todos, de tu… esposa y de tu hijo… prometo llevarme bien contigo y con ellos.
- Y yo te prometo no… romperle la cara al perro de aguas cuando lo vea contigo… a menos que te haga llorar…
Shaina alzo la vista con los ojos acuosos y le lanzo una sonrisa.
- Le romperás la cara a cualquiera que me haga llorar? Porque dijiste que era una niña llorona…
- Si quieres…
- Y quien te la romperá a ti si tú me haces llorar?
Milo señaló con el pulgar a los dos amigos que estaban detrás de ellos.
- Aquellos dos están bien dispuestos, pero te aseguro que a partir de hoy no tendrás ningún problema conmigo.
- Es la despedida verdad?
- No cariño. Yo siempre estaré aquí. Es el inicio de tu nueva vida… y la mía.
Shaina sonrió.
- Te dije que tú eras el chillón
- Y yo que en el fondo eras una chillona
El teléfono celular de Shaina comenzó a sonar y Milo solo la empujo hacia su cuarto cariñosamente. Shaina asintió y corrió a su habitación cerrando su puerta tras de ella y así cerrando ese capítulo en su vida, dejando a los tres caballeros en la sala común.
Milo salió casi corriendo de ahí.
- Mañana chicos… hoy no estoy de humor. – Les dijo antes de bajar corriendo a su templo a tirarse boca abajo en su cama – Ella tenía razón. Soy un chillón.
