Capítulo 58

Abril 14, 9 am

Attica, Atenas

El Sol pego de frente a los ventanales sin cortinas del apartamento donde se estaba quedando Minos. El reflejo dio de lleno sobre los ojos de Minos quien lanzo un leve quejido de disgusto ante la situación y abrazó con más fuerza su almohada. Estaba durmiendo tan rico!

- Ouch… no tan fuerte! – le susurró una voz familiar toda adormilada

Su agarre se hizo más suave y trato de enfocar antes de moverse. Cierto que tenía una muy rica almohada, pero de carne y hueso! La cabeza de Minos descansaba con desfachatez sobre el pecho de Shaina y al abrazarla, lo que había hecho era atraerla de la cintura hacia su propio cuerpo.

- Diablos! Ahora si me mata! Nos quedamos dormidos y prometí llevarla a su casa.- pensó Minos – Y si me ve cerca con mi erección matutina me capa!

Con cuidado para no despertarla, se levantó, fue directo al cuarto de baño y después al de lavado y le paso vapor a la ropa de Shaina para desarrugarla, dejándola lista y colgada en el baño mientras recordaba el día anterior.

Flashback

Después de una apasionada y deliciosa sesión de besos sentados bajo el árbol y antes de que su entusiasmo pasara a mayores, Minos comenzó a sacar los bocadillos que había comprado para la ocasión: Sándwiches, canapés, fruta de temporada picada y flameada con un poco de Grand Marnier, ensalada verde y de postre galletas caseras. Para tomar, una botella de vino tinto, una de soda de limón y una lata de frutas en almíbar. Traía una jarra plástica con la mitad del contenido congelado, por lo que estaría en su punto muy pronto para poder hacer una sangría rápida. Sabía que Shaina no tomaba alcohol, así que encontró una botella con bajo contenido grado alcohólico y al ser mezclado solo añadiría sabor, mas no tendría efecto alguno sobre ella.

- Y quien se va a comer todo esto? – dijo Shaina divertida

- Si no te lo comes tú, me lo como yo – contesto Minos indiferente – Al menos yo si tengo mucha hambre (y ni te digo que sigo con resaca y sueno atrasado porque me reganas)

- Si como todo eso, no me va a cerrar el vestido mañana

- Creo que estas traumada con eso. – dijo Minos – Te compramos otro y ya.

Shaina le sonrió y comenzaron a comer bajo la tranquilidad y la calma del bosque.

- Demasiado tranquilo – dijo Shaina recargándose en Minos

- A mí me parece bien – dijo Minos comiéndose un sándwich mientras le tiraba algunas migajas a algunos pájaros que se acercaban curiosos queriendo robarles lo que pudieran.

Shaina lo miraba con ternura.

- Te gustan mucho los animales verdad?

Minos encogió los hombros

- No tienen nada de malo. Ellos no tienen maldad ni saben lo que está bien o lo que no. Todo lo hacen por instinto.

- Y Miniña? No la extrañas?

- Sí, pero la veo todos los días. Voy al menos una hora diaria a estar con ella y siempre me recibe con los brazos abiertos y muchos besos.

- O sea que es mi competencia más cercana? –bromeo Shaina

- Más o menos solo que ella te lleva ventaja de dos años – dijo Minos sonriendo – Es súper rico dormir abrazado de ella, me despierta temprano para ir a trabajar, Sus besos son súper tiernos, y siempre está lista para recibir mis caricias. Puedes decir lo mismo?

Shaina intento levantarse indignada con la respuesta pero él no la dejo.

- Suéltame!

- Nop. Quédate aquí conmigo – dijo jalándola hacia si para abrazarla – Eres demasiado celosa. Eso me gusta.

- No es cierto. Yo no soy celosa! – exclamo ella defendiéndose

- Ah mira! Qué bueno. Si dices que no eres celosa pues entonces yo tampoco lo soy! – dijo en tono jocoso sobre todo por el berrinche que habían hecho ambos días atrás.

Platicaron de muchas cosas y no sintieron el tiempo pasar por lo que volvieron a comenzar lo besos cada vez más subidos de tono. Ninguno de los dos quería parar y estuvieron bastante tiempo así, pero se escucharon ruidos en los arboles del bosque detrás de ellos. Ambos sintieron que había alguien ahí, y avergonzados y sonriendo con culpabilidad tuvieron que separarse. Shaina se inclinó sobre la comida y le menciono algo a Minos de recoger todo para que las hormigas no se subieran, pero no la escucho. Mientras ella estaba recogiendo la canasta, el alcanzo a ver al mismo muchacho de largo cabello obscuro que había visto horas antes merodeando la entrada al santuario, escondiéndose entre los arbustos.

Quiso seguirlo pero al mismo tiempo, no creyó conveniente dejar a Shaina sola y regreso a ayudarla. Decidió que hasta no saber quién era y que se traían entre manos, no debería preocuparla.

- Y dime amore, cuando fue la última vez que hiciste alguna travesura?

A Shaina le brillaron los ojos.

- Define travesura para ti.

- Jajaja me refiero a hacer alguna maldad inocente – dijo Minos cargando la canasta que ya estaba lista y abrazándola con el otro brazo dirigiéndola hacia el auto.

- No existe tal cosa! O es maldad o es inocente – refuto Shaina

- Quería decir a alguna travesura, maldad, cosa divertida… Quieres intentarlo hoy?

- Que tienes en mente?

Minos sonrió travieso y no le contesto. Una vez que llegaron a su destino abrió la cajuela del auto, metió la canasta y dijo:

- Ya lo veras!

Ambos se subieron al auto y Minos no manejo mucho antes de detenerse sobre un puente bastante bajo. Solo tendría unos 3 metros de altura y debajo del puente cruzaba el rio natural hecho con las pozas de aguas termales de unos 4 metros de ancho y medio de hondo. No tenía corriente pero era la zona más popular para acampar y por eso mismo varias patrullas de exploradores juveniles habían acampado ahí.

Se les veían por todos lados moviéndose como hormiguitas verdes y entonces bajaron y Minos abrió la cajuela. Había dos cubetas llenas de globos con agua.

Minos tomo una de las cubetas y las acerco a la orilla del puente donde Shaina lo aguardaba.

- Ves a esos jovencitos mayatones de ahí? – dijo Minos señalando una patrulla que se veía de entre 15 y 17 años y bastante nerd – El primero que le atine al jefe de patrulla que es el que trae la mascada roja sin que nos cachen gana. /

- Y cuál es el premio?

- Un beso cachondo si tu ganas – dijo Minos sonriendo – Un beso tierno e inocente si yo gano

- No sé qué es eso de beso cachondo – Dijo Shaina ingenuamente.

- Recuerdas el beso que te di en la carretera cuando te lleve a patinar?

Shaina jadeo nada mas de acordarse.

- Aja!

- Pues mucho… mejor...

Shaina sonrió y ambos comenzaron el ataque. Los chicos uniformados comenzaron a correr para guarecerse de los continuos golpes con los globos, que los empapaban cada vez que reventaban, no dándose cuenta que el ataque venia de arriba. En un golpe de suerte con los últimos globos, Minos le dio directo al jefe de patrulla en la cabeza haciendo que Shaina hiciera rabieta y azotara su ultimo globo en el suelo.

- 2 de 3? – pregunto haciéndole Shaina haciéndole ojitos coquetos a Minos.

- Claro Preciosa, lo que tú quieras, como siempre – dijo Minos – Ahora de lado de las mujeres?

Shaina asintió, tomaron la otra cubeta con globos y se atravesaron la calle hasta el otro lado del puente donde estaban acampando patrullas de mujeres.

Hicieron lo mismo y Minos volvió a ganar dejando a Shaina totalmente frustrada.

- Vámonos o no llegaremos a la función de las 5

- Iremos al cine? – pregunto Shaina – No recuerdo cuando fue la última vez que fui.

- Pues te dije que sería una cita normal no? Eso es lo que dicen que hacen en las citas normales. – dijo Minos – Solo que… ahora tenemos que… correr!

Minos la tomo de la mano, y corrieron al auto. Ambas patrullas se habían unido y querían ver quien les había declarado la guerra.

Ambos rieron, arrancaron el auto y se fueron. Dieron la vuelta a las pozas, estacionaron y se bajaron aun riendo de su travesura. Minos acorralo contra el auto a Shaina.

- Me voy a ir al infierno por tu culpa – dijo Shaina riendo

- No te preocupes. Mi depa ahí abajo tiene mucho espacio para los dos – dijo acercándose peligrosamente a Shaina quien estaba ansiosa por ese movimiento de Minos.

Estaban tan cerca, que los sacó de balance el claxon y el rechinido de los frenos de un tráiler, haciendo que ambos voltearan sorprendidos. El chofer intentaba frenar de bajada con un camión cargado para esquivar a una pequeña zorra que llevaba en el hocico a su bebe y quería atravesar la carretera hacia el agua.

Minos la vio y corrió inmediatamente a socorrerla. Shaina lo siguió un segundo después pero Minos fue más rápido y pudo recoger a la zorra, que de miedo se había quedado estática, y cruzar la calle sin importar que en el proceso resbalara hacia el agua que estaba a unos cuantos metros. El camión pudo seguir su camino sin causar un accidente que posiblemente hubiera costado daños materiales e incluso una vida si hubiera chocado con otro auto.

Shaina agradeció que Minos hubiera salido a salvo y corrió a ver si estaba herido, pero solo consiguió reír al verlo completamente empapado mientras la zorra desde la orilla lo miraba agradecida y corría seguramente a su madriguera.

- En lugar de reírte deberías ayudarme a salir de aquí! – reclamó Minos extendiéndole su mano para que lo ayudara a levantarse.

Shaina entre risa y risa le dio la mano para sacarlo pero Minos aun en su estado travieso, la jalo hacia él, haciendo que Shaina perdiera el equilibrio y cayera en el agua sobre él.

- Eres un bruto! – dijo quitándose su cabello de la cara

- Jajaja ahora quien se ríe – dijo besándola para que se callara antes que comenzara a reclamarle.

Minutos más tarde, ambos sonriendo felices y empapados hasta los huesos se dirigieron al auto. Al Minos adelantarse para abrirle la puerta, se dio cuenta que el cristal de la ventana de la puerta de atrás del copiloto había sido rota y dentro del asiento estaba una flecha blanca, que obviamente había sido con lo que la habían roto. Minos la tomo para verla mejor, y desapareció en su mano. Eso no era nada bueno. Si Shaina hubiera estado en la posición que la había dejado, seguramente esa flecha le hubiera dado a ella si por casualidad estaba distraída. Y ambos lo estaban!.

- Que carajos pasó? – Dijo Shaina viendo el desastre.

- Seguramente alguno de los chicos a los que molestamos hace un rato vino a desquitarse. – dijo Minos sonriendo intentando que olvidara el asunto. - No te preocupes. El seguro lo cubre.

Shaina se subió y Minos comenzó a platicar con ella de mil y un tonterías hasta que llegaron al departamento donde se iba a quedar.

- Creo que el cine va a tener que esperar unas horas, preciosa mía. No podemos ir con la ropa empapada.

- Y cuál es el plan? De quien es este departamento? – pregunto Shaina curiosa

- De mi jefe. Me lo ha prestado ya que lo tiene desocupado por el momento. – dijo Minos mientras la conducía por el elevador y los vecinos curiosos los veían divertidos – Deberemos secar nuestra ropa no crees?

- Pero… no traje otra ropa! – dijo nerviosa – Y ni creas que… que… voy a andar desnuda en el mismo lugar que tú!

Minos se echó a reír. Eso era más que obvio.

- Traje ropa más que suficiente. Te prestare la parte de arriba de mi pijama y yo uso la parte de abajo… - y mientras Shaina lo veía desconfiada Minos hizo el mismo gesto inocente que ella le hacía para convencerlo - …por favor?

- Tramposo. Sabes que no puedo resistirme cuando me pones esa cara.

- Ahora sabes lo que se siente.

Minos saco la camisa de la pijama de seda negra que traía y se la dio a Shaina para que se diera un baño mientras él hacía lo mismo, con la diferencia que el primero hizo una llamada a Radamanthys. Tenía que averiguar quién y por qué quería hacer daño a Shaina y si para eso tenía que usar sus influencias, que así fuera.

La seguridad de la mujer que amaba era primero.

Fin del Flashback

Shaina se despertó con el olor de una fritata y el sonido de la licuadora.

Se levantó como resorte.

- Mierda! Me quede dormida! – Dijo entre enojada, preocupada y apenada.

- Buongiorno principessa! – Dijo Minos sin dejar lo que estaba haciendo

- Buongiorno Caro Mio! – Dijo desperezándose haciendo que la camisa de la pijama de Minos subiera casi hasta su cadera haciéndolo voltear de nuevo a la fritata para evitar los pensamientos lujuriosos.

- Qué hora es? – Pregunto Shaina

- Casi las diez.

- Qué? Shion va a matarme! Le prometí que volvería anoche como una chica decente!

- Y que hiciste de indecente mientras estuviste aquí? – pregunto Minos recordando que estaban acurrucados en la terraza viendo el atardecer hasta que hizo suficiente frio como para meterse, encender la tele y ver la película de Sailor Moon S que Shaina quería ver con el sofá descubierto y debajo de las mantas. Shaina había tenido que explicarle a Minos de que se trataba la serie para poder entenderla, pero al final ambos se habían quedado dormidos por diversos motivos: Minos porque seguía desvelado y Shaina porque se sentía demasiado protegida con él.

Ella fue a refrescarse al baño y regreso más despierta.

- Si pero él no puede saber que no me porte mal – dijo ruborizándose

- Es Papi suegro muy estricto? No me lo pareció cuando hable con el– dijo mientras daba vuelta a la fritata.

- Creo que solo conmigo – dijo Shaina suspirando

- Iría a disculparme con él y dar la cara, pero sabes que no puedo entrar a tus dominios – dijo Minos sirviendo el desayuno – Si quieres voy y te dejo y voy por ti en la noche.

Shaina negó con la cabeza.

- Si está en pie lo de comprarme otro vestido, lo prefiero a tener que subir y volver a bajar con él puesto.

Minos rio y asintió.

- Yo también necesito ir de compras. Iremos después de desayunar.

Shaina aplaudió entusiasmada y Minos aprovecho su buen humor para hablar con ella.

- Sabes? Hades hablo conmigo antes de venir – dijo cambiando el tema – Parece que recibió una llamada de Athena directamente…

- Oh-oh

- Supongo que sabes el motivo de esa llamada

Shaina se ruborizo de nuevo.

- Si es lo que pienso…

- Le dije que no – dijo Minos sirviéndose una taza de café al mismo tiempo que observaba las reacciones de ella – Y él estuvo de acuerdo.

- Qué No qué?

- No quiero un compromiso público pero si ellos quieren firmar su "acuerdo" no tengo ningún problema.

Vio como por un leve momento se le fue el color a Shaina, pero no dio su brazo a torcer.

- Tienes… alguna razón en específico? – pregunto sin verlo a los ojos

- Tengo muchas – contesto Minos – Y la primera es que tu no andas conmigo por ser un juez de Hades y yo no me en… yo no estoy contigo porque seas miembro VIP del Santuario… por tanto ellos no deberían meterse en lo que no les importa.

- Minos!

- Y si quieres saber la verdad, ni siquiera hemos pasado el suficiente tiempo juntos como para que ya nos quieran arrastrar a llevarlo a otro plano.

Shaina se mordió el labio. Las razones de Minos también eran válidas pero la dejaban confundida. Ella recordaba claramente la llamada que recibió desde su celular dos noches atrás y había entendido que le estaba confesando que la amaba. Pero ahora algo había cambiado. No sabía que era exactamente pero Minos no se estaba portando como normalmente lo hacía con ella. Así que hizo lo que mejor sabía hacer. Fingir que no le importaba.

Sonrió y se enderezo mientras se servía un poco de fruta.

- Pues que bien que hayas dicho que no, porque yo tampoco quiero eso – dijo Shaina dolida

- Perfecto

- Pues perfecto.

Ambos comenzaron a desayunar en silencio. Pero la curiosidad pudo más que ella.

- Hasta cuándo?

- (Hasta que me ames)Hasta cuándo qué?

- Hasta cuando quieres… que les diga que no aceptas. – dijo concentrándose en la comida que se le estaba haciendo difícil de tragar.

Minos suspiro derrotado. No soportaba verla así de triste. Tomo su mano por sobre la mesa.

- Dime de frente que sientes por mí.

Shaina se sintió hipnotizada por los ojos de Minos. Su cerebro y su corazón parecieron no conectarse a tiempo.

- Yo… no lo sé… - pudo balbucear después de unos segundo esperando alguna explosión de parte de Minos, pero el solo sonrió tristemente.

- Ahí está tu respuesta – dijo besándole la mano – Cambiare de opinión el día que lo sepas.

Shaina suspiro. Y ahora, como le haría para saberlo con certeza?

Abril 14, 11 am

Aeropuerto de Atenas, Grecia

Camus y Milo esperan ansiosos el vuelo de Samira. Milo volteaba a ver la pantalla de las llegadas cada cinco minutos y puso a Camus de nervios.

- Con un carajo compórtate! – dijo Camus

- Es que por que no llega! Y si les paso algo? Y si no pudo tomar el avión? Y si el avión tuvo un accidente?

Camus le dio una palmada en la nuca.

- Gracias amigo. Creo que me emocione. – dijo Milo sobándose la cabeza – Que tienes en lugar de mano? Un mortero?

- Si algo así jeje Mira! Ahí viene Samira – dijo Camus señalando hacia donde aparecía la susodicha seguida de dos carritos con sus maletas, siendo empujados por los maleteros uniformados.

Samira corrió hacia donde estaba Milo

- Habibe! – dijo mientras se arrojaba a sus brazos

- Pedhí Mou! Te extrañé mucho! – dijo besándola en la frente y abrazándola. Sabía que ella no le gustaban las demostraciones públicas de afecto.

- No tanto como nosotros te extrañamos a ti – dijo sin dejar de abrazarlo como si le hubieran quitado un gran peso de encima

- Tuviste un buen viaje?

- Muy cansado. No creí que estuvieras tan lejos! – dijo Samira con su sonrisa tranquila – Ahhh Sr. Camus! Salam! – dijo al percatarse que había ido el amigo de su esposo.

- Salam Samira! Bienvenida a Grecia – dijo mientras le hacía una señal a los maleteros para que lo siguieran al auto y así pudieran quedarse ellos dos solos.

Milo sin dejar de abrazarla, la guio detrás de Camus

- Iremos directamente a casa? – pregunto Samira – Necesito tomar una ducha lo antes posible.

- Si Pedhí Mou. Tomaras un relajante baño y después tenemos que ir a presentarte con Shion y Athena. Han preparado un banquete en tu honor.

- Athena es la reencarnación de la diosa a la que sirven verdad?

- Sí.

- Y Shion?

- Su mano derecha. Mi Jefe. Mi Patriarca. Él es el que maneja el santuario, donde viviremos. Si tienes algún problema, duda o situación que parezca imposible, te diriges con él.

- Ahhh como si fuera el sabio de la tribu?

- Algo así. – dijo llegando hasta el auto donde Camus ya estaba ayudándolos a acomodar todas las maletas. Samira literalmente había traído todo lo que tenía en el mundo.

- Que nervios! – exclamo Samira – Y si no me aceptan?

- No tienes que preocuparte amor. Ellos ya te aceptaron. Eres mi esposa.

- Y todos estarán ahí? – Dijo – Todos los arcángeles?

- Arcángeles? – Pregunto Milo desconcertado volteando a ver a Camus

Este se rasco la cabeza divertido.

- Querías que le explicara las cosas, pues eso hice. Los dorados son para tu esposa los arcángeles de Athena.

Milo comenzó a reír al imaginarse a Aldebarán con sus alitas o a Shaka con su aureola.

Subieron al auto y Camus condujo mientras los tortolos estaban atrás susurrándose cosas al oído que hacían ruborizar a Samira.

- Milo, ya casi llegamos. Ponle su anillo y firma el registro. Lo necesitaremos para entrar. – dijo Camus a su amigo

- No entiendo – dijo Samira – Cual anillo?

- Cierto amigo, gracias por recordármelo – dijo Milo – Este anillo, te da el estatus de mi esposa dentro del santuario Pedhí Mou, sin él, tú no puedes ni verlo, o entrar en él.

Le puso el anillo sobre el de su boda y él se puso el que le correspondía.

- No te lo quites por favor. Con el podrás entrar y salir las veces que tú quieras.

- Lo que tú digas Habibe.

- Y necesito que firmes estos documentos. Tenemos que entregarlos a la entrada. – dijo Milo entregándole una hojas y una pluma.

- Qué son?

- Uhhh… Solo necesitamos estos dos por el momento. Uno es una petición de entrada y tus datos generales.

- De acuerdo.

Afortunadamente los tuvo listos y pudieron pasar. Estacionaron y Samira veía ese pedazo de paraíso asombrada.

- Es hermoso! – Exclamo

- Y aun no has visto nada! – dijo Milo – Estas muy cansada? Puedo subirte cargando.

Los ojos de Samira se abrieron escandalizados.

- Claro que no! Todavía puedo caminar

- Jajaja solo era una sugerencia. Son muchos escalones. – explico Milo señalando la octava casa desde ahí.

- Oh vaya! – creo que… mejor sí. Al menos hasta que haya descansado un poco y solo si no te voy a lastimar la espalda.

Milo comenzó a reír, levanto a Samira que casi no pesaba nada para el e iba a empezar a subir, cuando Camus llamo su atención a un pequeño detalle.

- Uhhh… Milo?

- Dime?

- Las maletas?

- Uy… las olvide jijiji – después se dirigió a Samira – Cual contiene lo que necesitaras para esta noche?

- La rosa – dijo Samira señalándola

- Camus? Me haces el favor amigo?

- Si, adelántate.

Milo le agradeció y comenzó a subir feliz con su esposa en brazos. No creyó que la extrañara tanto hasta que la tuvo entre sus brazos en el aeropuerto. Ahora ya no quería soltarla.

- Ahora resulta que soy tu maldito cargador, pedazo de arácnido subdesarrollado. Si no estuviera preocupado porque Shaina no llego a dormir a su cuarto, te mandaba por un tubo. Ojala y no esté haciendo con Minos algo de lo que se arrepienta solo por despecho porque entonces a los dos los voy a mandar a Siberia de vacaciones – Murmuraba Camus mientras subía con la maleta.

Mañana iba a tener que averiguar qué era lo que había pasado con esa chiquilla.