Capítulo 61

Abril 14, 5.00 Pm

Hospital San Juan de Dios

Zaragoza, España

Shura llego al Hospital bastante preocupado y literalmente con los pelos de punta. Pregunto por Zita y le dijeron que estaba en urgencias, por lo que rápidamente se dirigió hacia allá. Contuvo la respiración hasta llegar al pabellón donde reconoció de lejos los cabellos rojos y prácticamente corrió hacia ella, quien parecía estar dormida.

Se acercó con cuidado y le dio un tierno beso en la cabeza mientras acariciaba su cabello. Ella abrió los ojos y automáticamente se abrazó de él y comenzó a llorar.

- Viniste!

- Te dije que lo haría – dijo Shura con ternura – Como estas? Que fue lo que paso?

- Yo… perdóname por favor… No tenía derecho de llamarte… Solamente tengo un esguince en la muñeca y un gran chichón en la cabeza… pero aun así quieren tenerme en observación pues puede haber una contusión y no quise molestar a Omar y a Rosa. Ya están grandes y se preocupan fácilmente.

Shura asintió y solo se dedicó a abrazarla de forma consoladora mientras Zita aún seguía sollozando del susto.

- Mario… el aun no sale del quirófano… Y si le pasa algo? Que le voy a decir al abuelo? Y a la tribu en general?

- Tranquila. – dijo Shura subiéndose a la cama del otro lado para que ella pudiera recargarse en el - Descansa… yo me quedare aquí contigo y te avisare de cualquier cosa, si?

Zita asintió e cerro los ojos. La cabeza le dolía por el golpe pero afortunadamente no había pasado a mayores. Rápidamente y más tranquila se quedó dormida en brazos de su esposo.

Shura agradecía a todo el Olimpo que ella estuviera bien, y se estaba relajando y casi se queda dormido cuando escucho un clic y sintió que alguien muy conocido le dio un toquecito en el hombro.

- Amigo, creí que te sucedía algo, pero ya vi que fue una falsa alarma

Shura se quedó paralizado. ¡Aquella voz! La conocía tan bien como la suya propia. Maldición. ¿Qué estaba haciendo Mu tan lejos de casa?

Shura abrió los ojos lentamente y miró el rostro asombrado de Mu.

- -Por todos los dioses, Shura, este es el último lugar en el que habría esperado encontrarte. Y nada menos que en la cama al lado de una hermosa jovencita. Será mejor que tengas una buena explicación. Athena estuvo muy preocupada al escuchar tus rezos. – dijo Mu mirando alternativamente a la chica – Necesitas ayuda con ella?

- No es necesario. Yo puedo hacerlo gracias -aseguró Shura-. Y dale las gracias a Athena por preocuparse. Solo… pedía porque no le hubiera pasado nada.

- Es ella la chica que elegiste? Que le paso? Por qué esta herida?

Shura apretó la mandíbula.

- No puedo decírtelo porque aún no lo sé. Llegue pocos minutos antes que tú. Te agradezco que hayas venido pero no hay nada que puedas hacer por mí en este momento. Si necesito ayuda, serás el primero en saberlo.

Shura observó por el rabillo del ojo que un doctor con una enfermera se acercaban y trató de despedir a Mu, pero no sirvió de nada.

- Usted debe ser el esposo de Zita… - dijo el doctor

- ¿esposo? -repitió Mu alzando una ceja en gesto interrogante.

- No digas nada - le susurró Shura.

- Qué bueno que llego -dijo el médico – La señora tenía ganas de salir corriendo. Por suerte pudimos retenerla aquí.

- Dígame si mi… si Zita corre algún peligro - dijo Shura rezando para que Mu no dijera nada mas – Puedes esperarme afuera amigo? Necesito hablar con el doctor.

- Muy bien. Te espero en el pasillo – dijo Mu encaminándose hacia la puerta riéndose por dentro.

- Su esposa es muy fuerte. Alguien allá arriba la anda cuidando, porque la parte delantera de su camioneta quedo bastante mal. Y su acompañante en el carro de atrás que debió llevarse la mejor parte, porque alcanzo a frenar, tiene un pulmón perforado. Está en cirugía y lo están cerrando en este momento, pero tengo entendido que la operación fue un éxito y vivirá muchos años mas. – dijo el medico

- Gracias Doctor. Zita tiene que quedarse aquí? – pregunto Shura

- Solo por esta noche para prevenir complicaciones. Además, si las dos horas anteriores me han ensenado algo de esta chiquilla, es que es bastante terca.

- Si… tiende a ser cabeza dura. Jajaja.– dijo Shura sin querer - Perdón por el chiste

El medico sonrió.

- Si sus estudios para mañana salen bien, a esta hora podrá llevársela. No así su acompañante…

- Su primo. Mario es su… primo.

El medico pareció quitarse un gran peso de encima. Había creído que la chica se estaba escapando con él.

- Bien, su primo deberá estar aquí al menos dos semanas en recuperación y no podrá hacer ninguna actividad física por los próximos dos meses. Si hubiera tardado media hora más la ambulancia en llegar a él, no lo cuenta.

Tanto el medico como la enfermera que estaba checando los signos vitales de Zita, salieron a atender a otras enfermas y Shura aprovecho para ver a Mu en el pasillo.

- Menuda belleza. ¿Quieres hablarme de ella?

- En otro momento -respondió Shura con la vista clavada en Zita. Su suave respiración acompasada le indico que estaba profundamente dormida.

- Así que al final si es ella, ¿verdad? -dijo Mu riéndose como si lo hubiera entendido-. Nunca pensé que te enamorarías de una chica tan bonita y llamativa. No tú, Shura, mi aburridísimo y correctísimo compañero de armas.

- Déjalo estar, Mu. No es lo que crees. -le advirtió Shura-. Vete a casa. Como puedes ver, estoy bien.

- ¿Vas a llevarla a casa de regreso y presentarla como tu esposa?

- ¡Por todos los diablos! -maldijo Shura-. Zita no es mi… Argh! Ella estaría completamente fuera de lugar en el Santuario.

- ¿Seguro que estás bien? Te noto muy tenso -insistió Mu.

- Completamente seguro.

- Más te vale que sea así -murmuró Mu- No quiero tener que venir a verte de nuevo ahora que estamos en el banquete de presentación de la señora de Milo. Es Bastante tranquila y bonita y me cayó bien. Le sentara bien a Milo el matrimonio con ella.

Shura agarró el hombro de Mu.

- Sí, tienes mi palabra. Yo les llamare si tengo alguna emergencia. Dile a Shion y Athena que no se preocupen. Estaré bien y cualquier cambio se los hare llegar.

Mu desapareció y demasiado tarde Shura recordó que no le pido guardar el secreto de Zita.

- Solo esperaba que Mu no fuera lo bastante chismoso como para regar la información por el santuario.

Abril 14, 11.55 pm

Santuario de Athena, Grecia

Shaina cruzo corriendo la puerta del Santuario aun con su vestido puesto. Volvía a llegar tarde y a decir verdad había estado a punto de no llegar a dormir de nuevo, pero su sentido del deber se antepuso al del placer y había pedido a Minos que la llevara directamente del baile a su casa. Ahí en la entrada, tomo su máscara (que siempre dejaba en la puerta por si las dudas) y comenzó a subir las escaleras hacia su habitación.

Ya solo quedaban algunos guardias despiertos que la interceptaron varias veces mirándola asombrados y la dejaban pasar en cuanto veían su máscara. Algunos admiraban su nuevo estilo y otros casi se echaban a llorar extrañando a la vieja Shaina.

Llego a la primera casa y Mu ya estaba esperándola en la puerta restregándose los ojos en su bata color vino de terciopelo.

- Buenas noches

- Mu! Espero no haberte despertado.

- Depende… que hora es?

- Casi medianoche

- Y por qué llegas tan tarde?

- Perdón, me estaba divirtiendo y se me fue el tiempo. Vuelve a dormir y mañana hablamos está bien?

- Si… mañana – dijo Mu metiéndose a su casa adormilado

Shaina respiro tranquila y volvió a agarrar ritmo para subir corriendo hasta la casa de DM, quien por no levantarse la dejo pasar. Shaina siguió corriendo escaleras arriba y llego a la casa de Géminis.

- Estuvo buena la parranda verdad? – dijo Kanon saliendo de entre las sombras con los puros boxers de seda.

- Kanon! – dijo Shaina poniéndose de mil colores al ver al semidesnudo guapísimo y sexy caballero de géminis y cubriéndose los ojos con una mano por puro pudor – Tapate por Dios!

- Por qué? Estoy en mi casa, en todo caso la que está en falta eres tú por venir tan… provocativamente sexy a mi casa a estas horas de la noche.

- Kanon! No digas tonterías. Déjame pasar!

- Nadie te está deteniendo, solo te estoy haciendo platica – dijo Kanon con esa sonrisa traviesa que lo caracterizaba – Como te fue?

Shaina estaba algo cautelosa y extrañada. Kanon casi nunca le hacía platica. A pesar de ser el gemelo de Saga y llevarse bien con este último, Kanon era tan extraño y desgraciado, que era de los caballeros dorados que más la ignoraban, no sabía si para bien o para mal. Aun así, no podía dejar pasar esta oportunidad para acercarse a él y tratar de llevarse mejor por el bien de todos.

- Si, la fiesta estuvo muy buena y Minos baila muy bien.

- Minos, Minos… Como está el gutierritos del inframundo?

- Jajaja no sé, pero deja que le diga que le dijiste así…

- Uhhh prefiero que no… luego se las va a cobrar y conociendo lo hijoeputa que es…

Shaina sonrió. Así que Kanon le tenía aunque sea un poquito de respeto a su novio.

- Tú también estas en contra de mi relación con él?

- A decir verdad… no

Shaina se extrañó mucho.

- De verdad?

- De hecho… he decidido apoyarte junto con mi hermano.

Shaina se alegró mucho de traer su máscara puesta para que no viera su cara de incredulidad.

- Por qué?

Kanon alzó los hombros indiferente

- Desgraciadamente me ayudó cuando lo necesite y Julián también lo tiene en alta estima. Y yo soy el menos indicado para juzgar que alguien tenga su lado bueno y su lado malo. Saga siente lo mismo.

- Saga es más sabio que tu…

- Pero yo soy más guapo

Shaina sonrió y dio dos pasos al frente.

- Gracias Kanon. Te agradezco el apoyo. Voy a necesitarlo.

- Cuando quieras y Shaina… no te dejes de Camus. – le advirtió metiéndose a su casa

Shaina se quedó pensando dos segundos en esa conversación y siguió adelante. Atravesó la casa de Leo, Libra y Escorpión sin ninguna interrupción. Ya era lo suficientemente tarde como para que los tres caballeros no se dignaran a levantarse, lo que internamente Shaina agradeció.

Al llegar a Sagitario, Aioros ya la estaba esperando tranquilamente en la puerta con su pijama completa y su cabello ligeramente más despeinado que de costumbre. Shaina suspiro. Acaso no iba a poder llegar a su cama pronto?

- Buenas noches Shaina. Te ves muy linda esta noche.

- Gracias Aioros. Espero no haberte importunado.

- No, de hecho no podía dormir.

- Nervios?

- No. Más bien creo que cene demasiado pesado. La comida estaba muy rica. Como le hiciste para convencer a Saori de pagarlo? – dijo Aioros con una sonrisa tranquila. Trataba de romper el hielo con ella.

- Bueno Aioros. Digamos que hice algunos ahorros extras en productos superfluos y por lo mismo que gastaba en el mes, haciendo esos recortes, alcanzo para completarme para un mejor catering para el banquete. Me alegra que te haya gustado. – contesto Shaina feliz de que el caballero de Sagitario hubiera reconocido su esfuerzo.

- Tengo curiosidad… en que gastos superfluos? – pregunto Aioros verdaderamente intrigado

- Bueno… no le digas a Saori, pero le cambie su papel higiénico pachoncito por el económico, su detergente hipo alergénico suizo por detergente más económico, su shampoo de hierbas de 100 dólares por uno del mismo aroma de 3…. Cositas así – dijo Shaina sonrojada – La mayor parte de las cosas ni se dio cuenta de la diferencia y llevo más de un mes ahorrando Jajaja.

- Eres bastante lista Shaina. Me das miedo Jajaja. Solo faltaste tu esta noche para que hubiera sido inolvidable en el banquete – dijo Aioros enigmático – Aunque supongo que también lo fue para ti a juzgar por tu peinado y vestido.

Shaina se llevó la mano a su peinado alto y sonrió.

- Sí. Todas mis salidas con Minos son así.

Aioros la miro como si quisiera encontrar la verdad en su voz.

- Me alegro por ti Shaina, de verdad. – dijo Aioros – Si lo que dice Shion de que has reformado a un Juez del Inframundo, su relación nos da esperanzas a muchos de nosotros, de que por fin se logre la paz que tanto necesitamos.

Shaina estaba asombrada y muy conmovida por las palabras del caballero de sagitario.

- Gracias Aioros. No sé si lo he reformado o él me ha reformado a mi…

- O acaso ambos se necesitaban para reformarse y evolucionar mutuamente…

- Cierto…

- Buenas noches Milady – dijo mientras se metió a su casa dejándole el camino libre a Shaina.

Esta subió despacio hacia la casa de Capricornio. Menos mal que Shura no estaba, por lo que pudo pasar tranquilamente hasta la casa de Acuario. Todo iba bien hasta que por desgracia, unos escalones antes de llegar, uno de los tacones de sus zapatos nuevos se le rompieron.

- Malditos zapatos de porquería. Ya no los hacen como antes – Dijo recargándose en uno de los pilares para desabrocharlos y subir corriendo descalza.

De pronto el piso comenzó a congelarse y tuvo que volvérselos a poner.

- Carajo Camus! Que no puedes dormir? – dijo volteando hacia la puerta que aún no se abría pero que segundos después lo hizo

- Vaya, vaya, pero si es la cenicienta italiana – dijo Camus fríamente – Se puede saber por qué pasas hasta esta hora?

- No es tu problema Camus, regresa a la cama. Buenas noches.

Dio unos pasos antes de que Camus la sujetara de la muñeca

- Te pregunte, porque a esta hora?

- Se me hizo tarde – dijo tratando de zafarse

- Y ayer?

- Que quieres saber exactamente?

- Donde pasaste la noche – dijo Camus fríamente

- Que mosca te pico? Desde cuando te importa lo que haga? – pregunto fastidiada – Hablamos mañana?. Estoy cansada.

- No. Vamos a hablar ahora. – dijo Camus – Que clase de ejemplo nos estas dando al no llegar a dormir, eh?

- No tengo que darles ningún ejemplo – dijo zafándose de la mano de Camus – En todo caso ustedes son más grandes que yo y tuvieron que darme un mejor ejemplo. A excepción de Alde y de Shaka… todos ustedes tienen cola que les pisen

- Por eso mismo. Porque somos unos hijos de puta, no queremos que te traten como nosotros tontamente nos hemos comportado en el pasado. – dijo Camus – Vuelvo a preguntar. Donde pasaste la noche?

Shaina pensó su respuesta muy bien. Quería fastidiarla? Ella también podía hacerlo.

- Con Minos en su departamento. Por qué? Quieres los detalles?

- Queeeeeeee?

- Ya te conteste tu pregunta. Me voy!

- Eres una chiquilla tonta! – dijo Camus – Nunca creí que te atreverías a estar con él solo por despecho!

Shaina tuvo que sacudir su cabeza para que las palabras de Camus pudieran ser asimiladas por su cerebro.

- Despecho? Despecho?! Por qué carajos tendría que estar despechada según tú? Minos es mi novio y si quiero estar con él, lo estoy y punto! Si tú crees que lo que paso hace unos días me afecto tanto que llegaría a hacer cosas solo por revancha, estas más loco que Alde por el futbol. – dijo enojada

- Si eso fuera cierto, hubieras venido a dormir! No soy el único aquí escandalizado por tu comportamiento.

Shaina pateo el suelo con su zapato bueno

- Llevo toda mi vida cuidándome sola y no los he necesitado nunca! Y cuando lo hice todos y cada uno de ustedes, tu incluido, me dieron la espalda. Con que derecho se atreven a meterse en mi vida?

- Eres parte de nuestra familia, de la Elite y mi amiga. – dijo Camus suavizando el tono de su voz – No quiero que resultes lastimada.

- Demasiado tarde Camus… demasiado tarde. – dijo dolida – Además, el hecho de que tu hayas sido un idiota con la mujer que amas, no quiere decir ni que Minos vaya a serlo conmigo, ni que yo me vaya a dejar. Arregla primero tu vida, y luego intentas con la mía! Y si tienes algo más que decir… Subes y me lo dices en hora de oficina! Buenas Noches!

Camus se sorprendió con la reacción de su amiga y comprendió que tenía razón. Tenía que predicar con el ejemplo y arreglar primero su situación con Fler antes de jugar al hermano mayor con Shaina que ya estaba bastante grandecita para cuidarse sola.

- Lo siento – Dijo mientras se metía a su casa.

Shaina se mordió un labio. Le había hablado demasiado brusco a su amigo que claramente solo quería lo mejor para ella, pero estaba cansada y sus emociones eran una montaña rusa después de haber sido interceptada por al menos tres caballeros más. Ya mañana si le tocaba verlo se disculparía.

Siguió su camino alegrándose que Afro, con su mascarilla de yogurt que usaba por la noche, no se atreviera a salir. Tan ofuscada como estaba, hasta al caballero de Piscis le tocaría su ración de veneno.

Abril 15 8 a.m.

Restaurante Gasthaus Am See Hainspitz

Turingia, Alemania

Minos llego al restaurante donde se había quedado de ver con Aiacos y Radamanthys para desayunar.

Había escogido ese lugar en específico porque por su luminosidad, Pandora lo odiaba, así que en caso de que quisiera buscarlos, no entraría en ese lugar. Cuando llego ya sus amigos estaban sentados a la mesa con su café en la mano.

- Buenos días – dijo

- Que tienen de buenos si nos levantaste temprano – Dijo Rada que aun traía lentes obscuros – No nos dejas reponernos de la cruda a gusto.

- Bah, no le hagas caso – dijo Aiacos con mejor humor – Si por este fuera, estaría crudo todos los días. Hacía mucho que no desayunábamos los tres en paz fuera del trabajo.

- Cierto… recuérdenme por que dejamos de hacerlo? – pregunto Minos contento porque a pesar de todos los problemas entre ellos, siempre se mantenían unidos como hermanos.

- Te cacharon espiando en la ducha a Pandora y te castigaron 3 meses en Columbus Isle – Dijo Aiacos recibiendo de inmediato una palmada en la nuca por parte de Rada.

- No tienes que recordarnos que el perrito aquí presente es un pervertido – dijo

- Solo porque no te cacharon a ti, que también tendrías que haber ido – dijo Minos con su sonrisa sarcástica viendo que Rada le sacaba la lengua

El mesero se acercó y tomo la orden de los tres.

- Eso me recuerda, como estuvo la cita con Sophi? – dijo Aiacos – Cuando nos la vas a presentar?

- Tu para que la quieres conocer? – dijo Minos entrecerrando los ojos

- Pues para ver si es tan bonita como en las fotos – dijo Aiacos guiñándole un ojo – Además de las fotos que me ensenas, me gusta mucho como viste. Es original, pero con glamour.

- Ah pues gracias. Eso lo aprendió de Poseidón y de mi Jajaja

- En serio? Wow no sabía que eras amante de la moda femenina – dijo Aiacos sorprendido

- Por qué? Quieres que te recomiende un vestido? Jajaja

- Idiota!

- Jajaja además me gustan más sus curvas que lo que se pone… - dijo Minos haciendo reír a Rada – Pero ya en serio, no cabe duda que Shaina me sorprende. – Saco su teléfono y le mostro la foto de la noche anterior – A que ni sabes en cuanto me salió el chistecito de este look?

Aiacos miro el vestido negro con blanco bastante elegante y cero pretencioso. Le paso el teléfono a Rada, quien lanzo un chiflido de admiración.

- En serio… que te vio esta preciosura?

- Que soy apuesto, divertido y beso bien… - bromeo Minos quitándole el teléfono

- Es por eso que no quieres presentarla para que no pueda compararte con nosotros dos y salgas mal librado – respondió Rada divertido

- Haciendo cuentas… el vestido, zapatos, salón…. Unos $3000 dólares? – dijo Aiacos tratando de hacer cuentas mentalmente

- No. Estas alejado como $2950 dólares Jajaja

- Queeeeeeeeeee? No jodas!

- No bromeo. Ese vestido lo hizo de un saco demasiado largo para ella que le costó unos 10 dólares en la tienda de segunda mano, con un vestido tubular de satín blanco que le costó 5 dólares, otros 5 dólares en mercería, y 10 dólares en propinas a la chica que le presto una máquina de coser. El peinado se lo hizo ella y los zapatos 20 dólares.

Aiacos le volvió a arrebatar el teléfono

- Mentiroso!

- Bah! Si no me crees es tu problema! – dijo Minos encogiéndose de hombros – Me puedes acusar de todo menos de eso y lo sabes. Dice que le gusta el reciclaje de prendas lo que sea que esto sea.

- Ufff pues ahora con más ganas quiero conocerla.

- No comas ansias. Avísame si alguno de tus desfiles coinciden con mi día libre con ella y chance y la llevo.

- Que conste! Imagínate! Dos guapuras como nosotros en el mismo lugar? Que hit!

El mesero los interrumpió con sus órdenes y los tres comenzaron a desayunar.

- Y bueno, el desayuno era para hablar de tu noviecita o para algo más? – dijo Rada aburrido de la conversación – Porque me dijiste que era de vida o muerte cuando hablamos por teléfono ayer…

- Cierto – dijo Minos – Quien de los que conocemos usa arco y flecha de color blanco?

- Por qué lo preguntas?

- Anoche nos atacó y me hizo perder el depósito de la renta del auto

- Ouch – exclamo Aiacos – Eso duele.

Minos se quedó callado y sus amigos también mientras degustaban su desayuno y pensaban al mismo tiempo.

- Cualquiera de las Satélite de Artemisa…. – dijo Aiacos

- No, este era un varón – contesto Minos

- Apolo? – pregunto Rada

- Él no se rebajaría a atacar a un simple espectro, además el que me ataco es muy joven – refuto Minos

- Cupido? – dijo Aiacos

- No… este tenía cabello negro – dijo Minos tomando de su café

Aiacos y Radamanthys se voltearon a ver.

- Minos… en que andas metido?

- En nada que ustedes no sepan, Por qué?

- Arco y Flecha, de color blanco, varón muy joven, cabello negro… solo hay uno que tiene esa descripción – Dijo Aiacos a Minos mientras Rada asentía.

- Anteros… hijo de Ares.