Capítulo 85

Mayo 4, 1 pm

Casa de Novias "Atenas Goddess"

Atenas, Grecia

Shaina estaba sentada en el cómodo sillón de pie junto a Geist, Marín y Saori mientras arriba de una tarima dos asistentes tomaban las medidas de Samira para poder traerle los vestidos disponibles en su talla.

- Saori, de verdad es necesario todo esto? – pregunto Samira un poco abrumada con las atenciones de las asistentes – Después de todo, será una ceremonia sencilla y con un vestido blanco…

- No está a discusión Samira – dijo Saori – No me prives del placer de verlos vestidos adecuadamente para su boda. Además como se vería tu sala cuando te entreguen las fotos que vas a colgar en la pared con un vestido sencillo? No, no y no. Me niego.

Shaina rolo los ojos fastidiada. En serio la gente colgaba las fotos en la sala de su casa?

- Por qué no van ustedes a buscar los suyos en lo que le prueban el primer vestido a Samira? – le dijo Saori a Geist y Shaina – Escojan varios y se los prueban. Milo invita.

- Pero que sean azules!. – dijo Samira – Me dará buena suerte

- Está bien – contesto Geist jalando a Shaina y Marín hacia el otro lado de la tienda, donde estaban los vestidos de damas de honor.

Afrodita y Aioros estaban jugando cartas en la mesita de centro del lugar cuando pasaron junto a ellos las tres chicas.

- Pero a mí no me gusta el azul – Replico Geist en voz baja

- Ordenes son ordenes – dijo Shaina mientras iba a la sección donde estaban colocados los vestidos azules. – Además no dijeron que debiéramos vestirnos del mismo tono o sí?

- Pero no es ese el chiste de tener damas de honor? – pregunto Marín

Sus dos amigas se encogieron de hombros. Ninguna de ellas tenía experiencia en esos menesteres.

Las tres esculcaron el rack y escogieron 3 vestidos cada una. La única afortunada era Marín que podía escoger cualquier color.

Entraron a los mostradores y salieron para mostrárselos mutuamente.

- Jajaja parezco una ñoña con este estilo – decía Geist

- No pues yo parezco niña de 4 años subdesarrollada – decía Shaina

- Que ridículos están. Más bien parezco actriz de telenovela de los años 80 – decía Marín

Las tres echaron a reír antes de volver a entrar a los probadores. 5 minutos más tarde las tres volvían a salir al mismo tiempo. Aioros y Afro ya habían dejado de jugar para estar vigilantes. Las tres aparecieron frente a ellos.

- Que tal nos vemos?

- Bien – contesto Aioros sin interés

- Bien? Que significa ese "Bien"? – pregunto Marín

- Afro, danos tu opinión experta por favor – pidió Geist

- Si, la pura verdad – dijo Shaina

Afro se levantó y les dio la vuelta a cada una.

- Geist… te faltan como dos tallas de copa para llenar y lucir ese vestido, Shaina… se te ve grande el trasero y Marín… ese color malva no te queda, te avejenta 10 años.

Las tres voltearon a verlo con ojos de navaja. Afro volvió a sentarse.

- Ellas dijeron que querían mi opinión sincera – dijo al ver que Aioros le hacía cara de wtf.

- Eso no quiere decir que te pases de sincero idiota! Así nunca vamos a salir de aquí. Por qué no mejor pones tu trasero a trabajar y le das los vestidos perfectos y ya!

Afro aceptó el reto y se puso a buscar los vestidos, pasándoselos a la dependienta para que entrara a los vestidores a dárselos.

- Geist! Ayúdame que estoy atorada! – Grito Shaina. El zipper se le había enredado en el cabello y no podía quitárselo.

Geist salió en ropa interior de un probador a otro para ayudar a su amiga. Entro en el probador donde estaba Shaina también en ropa interior y el vestido enredado en su cabello.

- El único día que tenías que recogerte el pelo y traes la melena suelta – reclamo Geist mientras cuidadosamente removía el cabello de Shaina del zipper sin romperlo.

- Pero Marín lo tiene suelto!

- Y si Marín se rapa tu también? – dijo Geist – además sabes que a ti se te esponja más que a ella. Todo se parece a su dueña

- Ja ja ja que chistosita – dijo Shaina con todo fastidiado

- Ya quedo. – dijo dándole el vestido. – La tela de este vestido no permite que uses ese tipo de ropa interior. Quítatela

- Claro que no! No voy a salir comando con esos dos allá afuera – reclamo Shaina

- Quítatela! Ellos no te van a ver – dijo Geist mientras trataba de remover los broches del sostén de Shaina

- No quiero! Suéltalo que lo vas a romper! – dijo jaloneándose

- Que oso que te vean con esa ropa de abuelita. Quítatela!

- No! Marín ayúdame con esta loca pervertida!

Así estuvieron hasta que el escándalo que traían llamo la atención de Afro y Aioros quien por puro presentimiento encendió la cámara del celular cuando Afro se acercó a investigar lo que estaba pasando. Después de todo tenían que vigilarlas.

- Que está pasando aquí? Todo está bien? –Grito al abrir la puerta principal que daba a las vestidores

Lo que Afro encontró fueron dos cuerpos femeninos semidesnudos retorciéndose en el suelo con el cabello alborotado, Geist a quien solo se le veía una tanga y la espalda desnuda pues Shaina había podido desabrocharle el sostén jugando mientras que ella aun intentaba hacerlo, arriba de Shaina a horcajadas haciéndole cosquillas en las costillas en represalia y Shaina con su cachetero de licra blanco que no dejaba nada a la imaginación

Rojo como un tomate y con cara de trauma, Afro salió corriendo de ahí con Aioros aun filmándolo.

- Espero que hayas aprendido tu lección Afro – decía Aioros divertido mientras guardaba el video – Nunca entres al vestidor de damas aunque parezcas una Jajaja.

Afro se sentó en cuclillas en el piso y se tomó las rodillas con ambos brazos para mecerse y repetir como mantra:

- No vi a mi Sanbocho en ropa interior. No vi a mi Sanbocho en ropa interior. No vi a mi Sanbocho en ropa interior. No vi a mi Sanbocho en ropa interior. No vi a mi Sanbocho en ropa interior….

Una hora después…

Las cinco chicas estaban poniendo toda la atención al desfile de vestidos de novia que Samira modelaba.

- Muy revelador

- Muy poco revelador

- Muy transparente

- Muy opaco

- Muy pegado

- Muy suelto

- Mucha tela

- Poca tela

Los zapatos de las dependientas ya les estaban sacando ampollas, pero no se rendían.

Shaina para no aburrirse, comenzó a ver los maniquíes justo detrás de Marín.

- Por qué no te pruebas uno Marín? – Dijo Shaina – Sé que te mueres por hacerlo.

- No es cierto – respondió la pelirroja ruborizada – Aun no tengo planeado casarme.

- Y eso qué? Sería divertido! O acaso tienes miedo de que Aioros te vea y se le diga a su hermano lo desesperada que estas?

- Por qué no te lo pruebas tu si tan divertido te parece, marionetita? – dijo Marín sarcásticamente – Al paso que vas, tu serás la primera en salir.

- Me estas retando? – dijo Shaina entrecerrando sus ojos

- Sí.

- Bueno. A ver… tráeme uno de mi talla. Veras que no me asusta ponerme uno.

Marín cuchicheo algo con Geist y las dos salieron como tromba hacia los vestidos.

Tardaron algo en encontrar un vestido con el que las dos estuvieran conformes con todo y un ramo y un velo.

- Pero ustedes están locas? – dijo Shaina al ver el desmadre que traían sus amigas – Solo estaba bromeando

- Ah no! Ahora te lo pones! - regaño Marín empujándola al vestidor

- Chicas! – Dijo Saori - Esta debe ser una ocasión especial específicamente para escoger el vestido de Samira! Ya les tocara a cada uno de ustedes cuando lo amerite la ocasión.

Las tres bajaron la cabeza la cabeza apenadas, pero Samira estaba riendo.

- Déjalas Saori. Yo ya tuve mi boda. Esta es únicamente por un requisito legal, pero seguro que a ellas les da ilusión. Vamos Shaina pruébatelo!

Saori asintió y las tres entraron al vestidor mientras Samira y Saori seguían descartando vestidos.

Tardaron bastante en ponérselo entre que el corsé y las agujetas y que ninguna de las tres tenían nada de delicaditas, así que mientras una empujaba la otra jalaba y Shaina gritaba improperios. Después la incómoda crinolina… y por último el vestido que pesaba horrores al ser de raso blanco.

Exhaustas después de ponerle el velo sobre la cabeza y ya tiradas sobre el sofá junto a Saori y Samira, quien hacia un descanso, Geist alistaba su celular para tomarle una foto y fastidiarla después.

- Ya puedes Salir Shaina! – grito Marín

Con mucho esfuerzo por no estar acostumbrada a un vestido tan pesado, Shaina salió lentamente del vestidor.

Las cuatro chicas se quedaron boquiabiertas cuando la vieron. Sí. Shaina era una chica normal en un vestido de novia, pero que se viera como una chica romántica e inocente, eso si no era normal. Por Zeus! Estaban hablando de Shaina!

- Qué? Tan ridícula me veo? – Pregunto Shaina a las demás al ver que no hacían ninguna exclamación – Acaso rompí el vestido al salir? Porque si es así juro que lo sacare de sus salarios por obligarme! – amenazo a sus amigas.

Por toda respuesta, Marín la jalo hasta subirla a la tarima, le acomodo el velo para que cayera a ambos lados de su cara, le entrego el ramo y le dio vuelta para que ella misma pudiera verse al espejo y viera lo mismo que ellas veían. Incluso Aioros y Afro, movidos por la curiosidad del alboroto la veían como si fuera la primera vez. No traía sus lentes, pues los había dejado en el vestidor. El vestido color blanco ostión, era demasiado sencillo. Sin encajes, sin adornos, sin pedrería, sin escote y con mangas. El cuello de ojal llegaba hasta sus hombros y tenía la cintura alta que dibujaba en forma de V invertida su busto con una cinta plateada y desde ahí bajaba en una sola pieza a la falda de corte A. Se acomodaba perfectamente a su silueta gracias al corsé que le habían puesto debajo.

Pensamientos de cada uno de los seis presentes:

Saori: Ay! Ojala no me toque pagar su boda. Sera que le digo a Hades que lo haga?

Samira: Ese es exactamente el vestido que yo quiero! Es perfecto! Habrá de mi talla?

Geist: Hay Shaina! Te ves tan hermosa que si fuera tu boda de verdad, lloraría toda la noche!

Marín: Ya me dieron ganas de probarme un vestido yo también… aunque es algo prematuro pensar en una boda con Aioria, no? Ni siquiera somos oficiales aun.

Afrodita: Pero si con razón trae al titiritero de un ala! Como fue que no nos dimos cuenta de que teníamos a alguien así en el Santuario?

Aioros: Ojala pronto se resuelva su situación con Minos. Al igual que todos nosotros, necesita ser feliz.

Shaina: No veo que tanto me ven. Es un simple vestido blanco, y el velo no deja ver mi cabello. Si, lo acepto, me veo bonita… y joven y mis ojos se ven muy grandes pero pues eso lo puedo lograr con cualquier otro vestido blanco. – se quedó mirando fijamente al espejo sin escuchar las exclamaciones de sus amigos a su alrededor – Si de verdad fuera mi boda no escogería un vestido tan sencillo. Bueno depende donde hiciera mi boda. Nunca me había puesto a pensar en eso… Momento! Cuando decidí que quería casarme?... son épocas modernas… eso no es necesario… Ok. Si lo es. Si quiero vestirme así para alguien y que todos los invitados me admiren. Pero es normal en una chica, verdad? Entrar a la iglesia, con la alfombra roja, adornada de flores blancas, con todos mis amigos de un lado… Shion entregándome y ver la admiración, y el amor reflejado en los ojos de Minos mientras su sonrisa…. A ver… regresemos un momento. Cuando dije que tenía que ser Minos cerebro? Si vas a hacer las cosas hazlas bien. Imaginemos que estoy hablando de… mmm… carajo! No se me ocurre nadie. Digamos que Saga. Jajaja ok. No. Ni siquiera me lo puedo imaginar. Minos? Es que solo puedo pensar en Minos? Qué carajo me hiciste pedazo de espectro. Ok. Sí. Es un espectro… ah no, perdón un maldito Juez del Inframundo que no es lo mismo. Un sádico, maldito, encantador y adorable Juez del Inframundo. Con besos que me vuelven loca y me han hecho cambiar… para bien espero. Arghhhh te odio! Me arruinaste! (Mentirosa) Cállate cerebro!. Por su culpa ya no soy la misma bruta y agresiva Shaina a la que todos temían (no. Solo te pulió para que todos te admiraran). A ver regresemos al país de las fantasías. Salgo de la iglesia en mi nuevo flamante esposo, todos me toman fotografías donde me da un beso de película del siglo pasado como el que me dio el primer día que nos vimos en la cafetería de Rodorio…. Arghhhh no! Cerebro como me estás haciendo esto ahorita (admítelo). Debe ser que me estoy deshidratando (admítelo y todo será más fácil). A ver pues… que quieres que admita? ( Te voy a ayudar antes de que me causes un dolor de cabeza: Cual es la mejor parte del día? Sin importar si te fue bien o mal?) Si, cuando ya estoy acostada en mi cama, recibo la llamada de Minos y no importa cómo me haya ido en el día, siempre logra sacarme una sonrisa antes de dormir pero… (En quien estás pensando para poner como novio en la fantasía de toda chica para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?) Bueno a Minos pero porque… (No cambiaste por la diosa que sirves, ni por tus amigos, ni por Milo, ni por Seiya…) Bueno, ellos me conocen como soy y no les molesta (pero tampoco sienten algo diferente ni te invitan a ser mejor) Cierto… (Él era tu enemigo por default, todos tus amigos tienen algo contra él, y sin embargo aceptaste ser su novia… Por qué?) Pues si pero porque es muy lindo conmigo, y considerado, y respetuoso, y tierno, y me hace reír… (y?) Y lo amo... (bingo!) Ay por todos los dioses del Olimpo! Si lo amo! Amo a Minos!

Todos la miraron como bicho raro cuando comenzó a brincar arriba de la tarima riéndose como loquita. Finalmente, después de tanto, había podido saber con certeza lo que sentía por él. Ahora si podía comprometerse con el corazón en la mano como él lo merecía a sus ojos.

Mayo 4, 4 pm

Dormitorio de Aldebarán, Campo de entrenamiento del Cruzeiro FC

Belo Horizonte, Brasil

La ultima clase y el examen lo había tenido Alde al medio día. Había puesto todo su empeño en el y sin trampas. Deseaba con todas sus fuerzas aprovechar la oportunidad de fungir como juez de línea en ese partido amistoso del que el padre de Niv le había hablado y se decepcionaría mucho si no lo lograba. Era también el último día de su beca y quería dar una vuelta por el campus para despedirse de el después de terminar de empacar. Y si se quedaba o no otra semana ya no estaba en sus manos y de todos modos tendría que desocupar la habitación para que alguien que si pagara la ocupara. No quería ser encajoso.

Ya casi terminaba de empacar cuando tocaron a la puerta.

- Adelante! Esta Abierto!

El Dr. Ferreira abrió la puerta.

- Señor! Pase!

- Gracias Taurus. De hecho vengo rápido a decirte los resultados. Me están esperando abajo para afinar detalles.

Alde cruzo los dedos y cerró los ojos con fuerza.

El Dr. Ferreira estaba a punto de echarse a reír. Ese enorme monigote parecía un adolescente presentando una materia reprobada en extraordinario.

- Felicidades! Pasaste! Y el puesto de juez de línea es tuyo.

Alde tardo un poco en reaccionar antes de abrazar al Dr. Con un abrazo de oso que le saco el aire al pobre señor.

- Perdón, perdón. Me emocione de mas Jajaja Está bien?

- Ufff creo que si – dijo el Dr. Aspirando profundo para poder hablar – Nívea ya sabe la noticia y va a preparar la cena para festejar. El chofer vendrá por ti a las 7, te parece?

- Fantástico! Cuando será el partido?

- Tentativamente el miércoles 8 al mediodía. Ya te daré yo indicaciones.

- Por cierto señor… ya que no quiero preguntarle a Niv porque se va a poner bien loca…

- Jajaja la conoces?

- Solo me la imagino jeje, podría recomendarme un hotel donde me pueda quedar esta semana? No necesito lujo, solo que sea limpio y seguro.

- Mmm… Los hoteles aquí no son seguros Alde, ya debes saberlo. Pero… puedo rentarte el departamento ejecutivo que tengo desocupado en la ciudad. Queda relativamente cerca del Estadio. No es lujoso, pero tiene seguridad las 24 horas.

- En el centro? No creo poder pagar las tarifas señor. – confeso Alde recordando los anuncios en los periódicos que había visto al llegar

- Jajaja estaba pensando en unos 200 dólares a la semana Alde. Es lo que gastarías más o menos en un hotel modesto… más los servicios claro.

Alde hizo cuentas. De hecho era mucho menos de lo que pagaría en el hotel y estaba comenzando a sospechar que lo hacía por alguna especie de compasión, pero solo era una semana. Que más daba donde se iba a quedar?.

- Trato hecho. – dijo Alde extendiendo la mano para cerrar el trato.

El Dr. Ferreira se la estrecho con gusto.

- Perfecto! Tengo que irme. A las 7 entonces. Si quieres de una vez lleva tu equipaje. Así podremos ir a dejarte al departamento después de cenar.

- Muchas gracias Señor. Estaré listo.

El Dr. Salió de la habitación dejando a Alde pensando. No estaría abusando un poco de ese buen hombre? Y que se ponía la gente para cenar en la casa del papa de su amiga? Arghhh tendría que volver a hablarle a Mu para preguntarle.

Mayo 4, 8 pm

Enzzo de Cuba Club

Atenas, Grecia

Aun era temprano, habia poca gente y aun asi, parecía una doncella perdida en el bosque, intentando encontrar el camino para volver al castillo. Saga, le dio un sorbo a la cerveza aunque no le apetecía y levantó los ojos para mirar a su derecha a la belleza que había estado observando toda la noche.

Estaba de perfil en el otro extremo de la barra en forma de U, mirando a los que bailaban y hablando con su amiga.

Saga sabía quién era la amiga. Como se llamaba? Nora? Nancy? No recordaba pero era la misma con la que había ido al hospital cuando la vio por primera vez. Los clientes del Enzzo de Cuba, la discoteca más guapachosa de Atenas, eran una mezcla de ejecutivos modernos y las personas más fresas de la sociedad ateniense, disfrutando cada uno de la compañía del otro. Tenía una sección de terraza para tomar café o fumar y la sección de baile, donde se ponían desde salsa hasta mambos. Supuso que de alguna forma, Laura y su amiga habían venido al Enzzo de Cuba para liberarse de las tensiones y echar alguna cana al aire. Aunque sabía que aquella mujer no era así. Ella tenía clase.

Saga tampoco era así. Estaba allí para hacerle un favor a Shaina al mismo tiempo que se hacía un favor a sí mismo.

Shaina le había llamado horas antes diciéndole que tenía ganas de celebrar una buena noticia y había convencido a sus amigas y a Shion de que las dejara salir a bailar. Shion se los concedió con la condición de que llevaran al menos a dos dorados. Shaina había negociado a que solo fuera uno, y le había llamado, pues el sabría más del mundo secular que sus compañeros dorados. Además, Shaina no quiso llevar a Mu porque acapararía a Geist; a Kanon porque seguía enclaustrado; a DM porque se desaparecería y si no llegaba con él, la encerrarían de por vida; a Aioria porque acapararía a Marín; a Dohko porque siempre se dormía temprano; a Milo porque ya estaba casado (capado en palabras de Shaina); a Aioros y Afro porque habían estado con ellas todo el día; a Camus porque ella estaba enojada con él y no le hablaba… entonces él había sido su último recurso.

Hacía ya años que Saga no iba a bailar, prácticamente desde que había entrado a la escuela de medicina, pero se había ocupado de esto porque necesitaba un descanso. Una distracción. La niña con la que se había "casado" días atrás, no había sobrevivido a pesar de todos los esfuerzos de los médicos. Su madre le había llamado para avisarle y agradecerle el haberle alegrado los últimos días a su hija. Había estado todo el día deprimido hasta que vio a Laura del otro lado de la barra. Como no reconocer a aquella mujer que le había hecho hervir la sangre como ninguna otra en cuestión de segundos? Si bien ahora venía vestida de civil con un vestido azul turquesa a la rodilla y zapatillas con correa, había tenido el mismo efecto en él.

Ahora viéndola de reojo, se preguntó en qué estaría pensando ella. Lo habría visto? Lo recordaría?

Ella estaba de perfil, con el esbelto y largo cuello arqueado mirando a la gente. Sólo había tomado unos cuantos sorbos de la copa de vino blanco. Parecía tan dulce, tan dolorosa e increíblemente dulce…

Saga bajó la vista hacia su cerveza. Esto era de locos. Debía recordar que estaba ahí por Shaina y sus amigas que por cierto llevaban 10 minutos de retraso.

Laura por primera vez en años, veía el camino ante ella. O mejor dicho, un camino, algo más que días tristes, llenos de dolor y noches angustiosas y solitarias. Iba a recuperar el tiempo perdido y vivir cada segundo con toda intensidad.

Ese día había estado más cerca de la muerte que nunca al haber librado por milímetros una bala expansiva en un asalto al banco, que de haber llegado a su destino inicial no lo hubiera podido contar y entonces había decidido que Iba a empezar a disfrutar todos los minutos libres que le quedara en su vida.

Nat la había convencido de ir a ese club cubano directamente al terminar sus informes, para intentar olvidar el estrés pero de pronto la adrenalina comenzó a bajársele Le empezó a dar vueltas la cabeza y luchó contra las lágrimas. Se levantó de la barra para irse y buscar a Nat. No, no estaba lista aun. Quería ir a su casa y llorar un poco. Que hubiera pasado si ella hubiera muerto? Habrían pedido a su familia que viajara para ir a recoger su cadáver?

Sus ojos tropezaron con un hombre sentado al otro lado de la barra en forma de U. Un hombre grande, con el pelo azul, muy largo, con un estilo para nada moderno y sin gel, bebiendo una cerveza de marca poco conocida. Los hombros tensaban una camiseta negra, que formaba una curva sobre unos bíceps grandes y duros. Oh cielos… de solo recordar lo que había sentido ese día en el hospital, le dieron más ganas de salir corriendo. No estaba preparada para enfrentarlo. No ese día.

Sacudió la cabeza y Laura miró otra vez a su alrededor. El Dr. G no estaba, su asiento estaba vacío.

Bueno, claro. Se habría marchado o se había ido a bailar. Era de locos el que le pareciera que la había abandonado.

Laura se quedó con la mirada clavada en la pista de baile, buscando frenética a Nat. Tenía que salir de aquí, todo aquello era demasiado abrumador en un día como ese.

Cerro los ojos y conto hasta 20. Tenía que calmarse. La verdad es que se sentía bien estar viva. Bajó la vista hacia su copa y se miró las manos. Le habían dejado de temblar. Era como si la hubieran encerrado en una burbuja de paz. Lanzó un último suspiro antes de volver a darse la vuelta y toparse de frente con el Dr. G.

Así que había sido su proximidad la responsable de la sensación de bienestar. De la sensación de estar sentada en la orilla de un río que murmuraba con suavidad en un cálido día de primavera.

Su mano estaba extendida hacia ella y estaba segura que él le estaba preguntando algo con esa sonrisa tranquila que hacía sentir vivas ciertas partes de su cuerpo a las que nunca les ponía atención. Acaso la habría reconocido? No era muy probable. Después de todo, cuantos pacientes veía un solo médico al día?

- Quieres Bailar? – repitió Saga esta vez un poco más fuerte.

Laura lo escucho bien esta vez. El Dj estaba poniendo música de salsa. Le puso su mano sobre la del Dr. G y suavemente la jalo hacia la pista donde ya había varias parejas.

Laura finalmente pudo mirarlo más detenidamente. Rasgos limpios y adustos. Nariz firme y recta, labios diseñados para besar. Se le cortó el aliento cuando se encontró con sus ojos. Eran de un Azul profundo, penetrantes y agudos como los de un halcón. Había fuerza y compasión en aquella mirada. Era como si pudiera sumergirse dentro de él y quedar allí atrapada.

Cuando la enorme mano envolvió su cintura y la estrechó con suavidad, un hormigueo le recorrió el cuerpo y una enorme y ardiente avalancha de excitación sexual la atravesó de arriba a abajo. Cada nervio de su cuerpo rechinó y se le erizó el vello de la nuca.

Nada podría haberla preparado para la potente oleada de sexualidad que la inundó. El sexo la rodeó. Todo el Enzzo de Cuba era una enorme bomba de testosterona y de estrógeno, pero la había dejado totalmente impasible. Ahora la sexualidad le recorría las venas, y fue como si alguien, de repente, la hubiera metido en un enchufe y hubiera encendido el interruptor.

El Dr. G. era, en todo el sentido de la palabra, todo un hombre. Iba vestido de manera sencilla, incluso barata. No había en absoluto nada moderno en él, desde su corte de pelo, hasta la uñas limpias, sin pulir y sin manicura que se esperaría de un doctor. Hacía que todos los demás hombres del Enzzo de Cuba parecieran cachorritos.

Saga no hacía ningún esfuerzo por mantener una conversación solo disfrutaba de una buena sacudida de polilla moviéndola magistralmente por la pista. La música estaba algo fuerte pero de eso se trataba. Cualquier palabra tenía que decirse casi gritando, haciendo que cualquier cambio de impresiones resultara absurdo y artificial.

La música hizo un cambio de ritmo y el volteo hacia la puerta principal del lugar, viendo que las chicas ya lo estaban buscando.

Tomo la mano de Laura y gentilmente se la llevo a los labios.

- Gracias – Murmuro Saga antes de abandonar la pista de baile rumbo a la puerta donde cuatro jovencitas se le colgaron de ambos brazos para disgusto de Laura.

Una de ellas era la misma de la niña del hospital. Parecía que era un buen lugar para que el doctor conociera chicas.

Nat llego jadeando junto a Laura. Había estado bailando en los obscurito y por eso no había podido verla.

Este lugar es genial! Por qué no habíamos venido antes? – pregunto – Oye, ese con el que estabas bailando no era el Dr. G?

Laura rechino los dientes de rabia. La dejo por irse con esas?

- Sí, pero ya quiero irme. Ya me pusieron de pésimo humor.