Capítulo 112
Mayo 19, 9 pm
Campamento Romaní
Sevilla España
Shura había dejado a Zita dormida en el remolque. Desde que habían regresado de Atenas, siempre estaba muy cansada por la noche y su abuela la había acompañado al hospital, y le habían dicho que solo era un tipo de gripa, por lo que nadie le dio mayor atención.
Él había salido para hablar por teléfono con Kanon. Le preocupaba que en lugar de la gripa, fuera algo relacionado a su "alergia" que hubiera extendido el rango y esta solo fuera un primer síntoma. Se alejó lo más posible del campamento para que no pudieran oírlo:
K Si?
S Kanon! Soy yo! Como estas?
K Cuernitos! Que milagro? Cómo llegaron? Como estuvo tu fabuloso estreno?
S Genial! Me encanta esta onda del baile… si te portas bien, te mandare un video para que te burles a gusto
K Jajaja esa voz me agrada. Y como esta Ariel?
S Quién?
K La sirenita jijiji
S Que ojete! Ella cada día se pone más hermosa
K Uy! Y tu cada vez más cursi! Que hay de nuevo?
S Eso quisiera preguntarte yo. Ya tienen a Shaina?
K Aun no, pero ya pronto. Han pasado demasiadas cosas por aquí.
S Me imagino. Y… que noticias hay de… ya sabes…
K Ouch… mil disculpas. No he podido verlo, pero deja le llamo a Julián en este momento.
S Sé que estas muy ocupado y yo te agradeceré toda la ayuda que me des.
K Shura, ya hablando en serio. Ya tomaste una decisión respecto a Zita?
S Yo… no. No puedo mentirte. Todos los días creo que ya la tome y a la mañana siguiente en cuanto despierto a su lado, cambio de opinión.
K Que complicado. Espero que cuando me toque a mí, no me cueste tanto trabajo.
S En realidad… me sorprendió que tu siendo el más putano…
K Oye!
S … no hayas encontrado a nadie.
K Tal vez no la busque
S Y eso tampoco lo entiendo. Siempre haces lo que te viene en gana, pero esta es una misión importante para todos. Creí que te lo tomarías en serio.
K … Si bueno… ya veremos qué pasa en el futuro. Me llamas mañana? Quiero ver qué onda con Julián antes de que se me vuelva a olvidar. Mañana seguimos platicando y te tendré una respuesta. Te lo prometo.
S Gracias Kanon. Buenas noches.
Mayo 19, 10pm
Tercera Casa Dorada
Atenas, Grecia
- ¡Diablos! Con tantas cosas sucediendo por aquí, olvide mi promesa a Shura.- Dijo Kanon marcándole a su amigo
P Qué? Ahora quieres tu regalo de navidad?
K Jajaja hola! Como estas?
P Ahora que ya se fue Hades… perfectamente bien.
K Gracias por el paro. Te debo una.
P No. De hecho me debes varias y la de esta noche también cuenta.
K Pero si ni siquiera sabes que es lo que te voy a pedir!
P Ajaja! Así que si me vas a pedir algo. Cuando será el día que me hables solo para saludarme?
K Jajaja ese día me vas a extrañar.
P Cierto. Por qué no te has reportado con Tania?
K Como sabes que no lo hago?
P Porque se le nota, y yo la veo diario.
K Ahhh pues… ya pronto la voy a ir a ver de todos modos.
P En serio? Wow! Pues ella ya está lista. Has recibido las fotos y videos que te he enviado?
K Ni uno solo.
P Queeee? Estúpido internet de miércoles!
K Jajaja tranquilo. No hay prisa. Si todo sale conforme a mi plan, estaré ahí los primeros días de Junio.
P Perfecto
K Pero ahora… quisiera saber si puedes darme el número de celular de Thetis.
P (… ) Para qué?
K Solo quiero saludarla.
P Si como no. Y yo soy miembro del club de diosas feministas del olimpo…
K En serio?
P Claro que no idiota! Thetis no quiere saber nada de ti! Déjala sola!
K Pero… es que soñé con ella…
P Algo malo?
K Si y Quiero saber si está bien
P Yo le llamare y te mandare avisar.
K No seas malo. No la voy a encontrar solo con su número.
P mmm… Tienes razón. Pero… si me entero, que vuelves a hacerla llorar, ni Athena te salvara esta vez.
K Oh Vamos! Te consta que no fue mi culpa…
P No, no me consta. Pero si te conozco y te culpo a ti.
K Bueno… entonces? Anda… que te cuesta?
P Está bien. Te lo mando por mensaje. Quedas advertido. Una lagrima por culpa tuya…
K Ya entendí. Gracias Julián.
P Y comunícate con Tania, irresponsable!
Poseidón colgó y Kanon sonrió con satisfacción al recibir casi de inmediato el teléfono de su ex compañera de armas. Vio su reloj y se dio cuenta que era muy tarde. Le llamaría mañana en cuanto tuviera oportunidad.
Mayo 19, 11pm
Majestic Table Dance
Atenas, Grecia
Laura estaba sentada frente al espejo de su nuevo camerino dando los toques finales a su maquillaje para salir a bailar por segunda vez en la noche.
Desde el incendio de la cocina del Mystique, las muchachas habían tenido que ser reubicadas en otros antros del mismo grupo inversor, decidiendo Spiros gracias al dinero que habían ganado las chicas en el cumpleaños del Dr. G, que podían pertenecer a una categoría más elevada, moviendo a Tina y a Rubí al Majestic, un tugurio de más cache, ubicada en la parte más rica de la ciudad. Aquí compartirían escenario con chicas de muchas diferentes nacionalidades que también trabajaban en lo mismo y que, se rumoraba, estaban ahí a la fuerza.
Para Nat y Laura, esto les vino como anillo al dedo, pues tendrían más pruebas en contra de los dueños y podrían dar un buen golpe a la mafia del lugar. Tan pronto habían hecho ese cambio, Laura había enviado un mensaje encriptado a su jefe para avisarle y habían puesto todo de su parte para que las pusieran al tanto en horarios y hacerse amigas de las chicas en cuestión.
Ahora, viéndose al espejo y checando su reloj viendo que le sobraban algunos minutos, se puso a recordar aquella noche.
Flashback
Tina y Rubí salieron una segunda vez a bailar como dúo, desatando al final de su rutina una discusión entre Kanon y Saga quienes tuvieron que ser literalmente enfriados por Camus para bajarles los ánimos. Kanon quería "llevarse" a Tina a un privado y Saga no estaba dispuesto a permitírselo.
Finalmente después de casi liarse a golpes por segunda vez y viendo que Saga hablaba muy en serio, Kanon pidió paz, compro 5 boletos para un privado con Tina y se los dio de regalo a Saga:
- Quedamos que entre hermanos no nos pedaleamos la bicicleta. Feliz cumpleaños y que lo disfrutes. Me conformare con la Rubia.
Saga abrazo a su hermano feliz de no seguir peleando con él y ya pasada la medianoche decidió hacer validos sus boletos.
En los camerinos, Laura y Nat se cambiaban de atuendo para su última salida. Vaqueritas sexys con una camisa de algodón cuadriculada amarrada al ombligo, unos shorts estilo Daisy Duke y botines rojos.
- Estoy exhausta – dijo Laura – Estos zapatos me están matando! Qué bueno que cambiaremos por los botines.
- Que exagerada, solo eran 18 centímetros más la plataforma – dijo Nat acomodándose su cabello – además así se nos ve más paradito el trasero.
- Nat! Que vulgar eres!
- Con un carajo Tina! Mi nombre es Rubí! – dijo Nat dándole una palmada en la nuca – Acaso quieres que nos descubran? Concéntrate quieres?
Laura iba a responder cuando unos gritos la sorprendieron
- Tina? Tina! – Gritó Spiros desde el pasillo buscándola – Por fin te encuentro. Te solicitan en la habitación VIP, ahora!. La número tres. Rubí… tu a la dos! Muévanse y no lo arruinen!
Spiros cerró la puerta del vestidor azotándolo dejando a Laura temblando del susto tratando de recuperar el equilibrio y su respiración. Las habría escuchado platicar? Ojala quien la haya solicitado sea uno de los médicos y no alguno de los amigos de Camus. Seria doblemente vergonzoso.
Salió de ahí con el corazón martilleando y su piel hormigueando. Se detuvo afuera de la habitación que le indicaron titubeante. No era la primera vez que le pedían eso en los tres días que llevaba ahí, y ya había clavado varios tacones en las pelotas de los que se querían propasar con ella, pero esta era una fiesta privada. Conocía a más de la mitad de los que estaban ahí esa noche.
Y su mente comenzó a trabajar. Y si se rehusaba? Y si mejor mandaba a Nat? Negó con la cabeza para deshacerse de esos pensamientos estúpidos. Pondría a toda la operación encubierta en riesgo solo por un ataque de pánico? Decidida giro la perilla y abrió la puerta.
Un sofá de cuero rojo de forma semicircular estaba en la habitación iluminada por un par de lámparas de mismo color del sofá. Las paredes eran de color negro y en los extremos había unas mesas laterales con una botella de champagne y una copa. La habitación, que regularmente era brumosa por el humo de los cigarros oliendo a yerba, ahora estaba libre de humo y oliendo a limpiador floral, indicando que nadie la había usado esa noche más que ella.
La figura de la última persona que ella esperaba ver estaba ahí esperándola con los brazos abiertos recargado cómodamente en el sofá: Saga.
Dios! Estaba tan apuesto con esa ropa! Por qué carajos tenía que verse tan… tan… perfecto?!
Su sonrisa de satisfacción estaba más allá de los límites de la belleza y por más que lo intento, Laura no podía moverse. Su cuerpo estaba rígido y expectante.
Una canción de Jay-Z comenzó a sonar en los altavoces del salón. Saga la observaba curioso con su copa en la mano tamborileando con la otra mano en el respaldo del sofá al ritmo de la música.
- Hermoso regalo de cumpleaños me voy a dar – Dijo Saga con voz profunda y envolvente
- Ni lo creas. – respondió Laura mirándolo a los ojos – Ve y pide un reembolso!
- Tal vez si fuera Camus o mi hermano Kanon, no serias tan arisca verdad? A ellos les bailarías con mucho gusto… - replico Saga celoso
- Claro que si… y hasta de a gratis! – Replico Laura enojada – Camus es muy guapo y Kanon besa taaaaaan bien… Así que Lárgate de aquí y no me estés fastidiando que tengo que trabajar.
Hizo un movimiento para salir por la puerta, pero Saga sin dejar de sonreír, le mostro el llamador VIP.
- Adonde crees que vas? Bailaras para mi te guste o no, o lo que sea que estás haciendo en este lugar con Nat, que supongo no es nada sencillo, será arruinado por mí y entonces sí, tendrás toda la razón en odiarme – dijo Saga con un tono de advertencia – Ahora, Baila!
Hubo una lucha de miradas por unos segundos. Laura apretó los labios y se acercó a él sin apartar la vista de sus ojos. Ambos se volvieron a mirar furiosos y Laura tuvo que obligar a sus caderas a moverse. Dejó que el ritmo de la música se apoderara de ella y fluyera a través de sus venas. Vio la mano de Saga temblar ligeramente cuando se llevó la copa de champaña a la boca mientras sus ojos se obscurecían a medida que ella balanceaba sus caderas más y más cerca de él.
Decidió darle entonces una lección a ese peli azul irrespetuoso.
- Saga, ya que aparentemente estoy cumpliéndote una de tus retorcidas fantasías… Podrías concederme un deseo?
Saga sonrió.
- Desde luego.
- Puedo atarte las manos? – dijo Laura con voz seductora sin dejar de mover la cadera – Me sentiría más… segura.
- Has lo que gustes conmigo dulzura
Al mismo ritmo de la música, Laura se dirigió a la pared de lado contrario de la puerta donde había toda una pared llena de extraños artilugios que a veces utilizaban las chicas para bailar. Cogió los primeros dos pares de esposas que vio y se acercó a Saga.
- Pon tus manos sobre la cabeza por favor – dijo con voz melosa
Saga divertido y adivinando a donde iba todo eso, obedeció prontamente. Laura entonces engancho ambas muñecas con un par y con el otro par engancho la primera al tubo horizontal de la pared, para evitar que Saga usara las manos.
En lugar de impresionarse por esto, Saga se puso más cómodo en el sofá poniendo las manos en su nuca y cruzo las piernas en una pose relajada y muy masculina.
Laura regreso a su posición original mientras seguía bailando. Dio dos o tres pasos hacia Saga al ritmo de la música para estar más cerca. Su colonia la estaba volviendo loca y le era difícil controlar sus rodillas que temblaban como siempre que él estaba cerca.
- Ya estoy a tu disposición. Ahora… Podrías cerrar los ojos para mí? Disfrutalo tu también nena, anda!
Laura lo fulmino con la mirada, pero después de todo, si cerraba los ojos, le sería más fácil bailar. No vería sus ojos azules o su sonrisa encandiladora ni su pecho que… Oh diablos!
Cerro los ojos con fuerza y osciló con la música, con ligeros y pequeños temblores de sus caderas, lo suficiente para que sus pechos rebotaran.
Laura sintió las suaves manos de Saga posarse sobre sus caderas con sus palmas acariciando la piel desnuda sobre sus shorts. Como diantres se había zafado? Abrió los ojos molesta dispuesta a reclamarle, pero se sorprendió al verlo en la misma posición que unos segundos antes.
Extrañada, volvió a cerrar los ojos y siguió bailando. Volvió a sentir sus manos esta vez en su cintura, tomándola posesivamente, pero aunque volvió a abrir los ojos, Saga no se había movido de su lugar. Tendría fiebre o alucinaciones acaso? Le habrían puesto alguna droga en su bebida mientras se cambiaba?
A pesar de tener los ojos cerrados, podía sentir la mirada penetrante de Saga y un dedo recorriéndole lentamente el cuello con una caricia.
- Basta! – dijo Laura sin saber exactamente qué estaba pasando – No puedo!
La canción cambio a "Just give me a reason" de Pink y Nate Ruess. No estaba segura de por qué la canción le taladraba en la cabeza, pero le dio la oportunidad de retroceder dos o tres pasos hasta llegar al centro de la habitación.
No quería seguir. No con él. No después de lo que había pasado en la sala de interrogatorios.
- Si, si puedes y yo quiero que lo hagas – dijo Saga suavemente
Como hipnotizada por el tono de voz de Saga, Laura desabotono el botón superior de su blusa mirándolo a los ojos. Giro en su lugar, doblo la cintura de espaldas a él, se enderezo, giró de nuevo, y desabotono sus shorts de la manera más sexy posible.
Saga no dejaba de verla a los ojos y Laura comenzó a sentir vergüenza. Termino de desabrochar su blusa y sus movimientos comenzaron a ser sinuosos, suaves como si fuera una serpiente. Rodo sus hombros y la blusa resbalo hacia un lado. Con otra suave oscilación, la blusa cayo alrededor de su espalda. Lo único que la mantenía en su lugar eran sus brazos, que mantenía cruzados para cubrirle sus senos casi desnudos. Se volteo para darle la espalda a Saga y pudiera salir de su trance obligando a su cuerpo a respirar con normalidad aunque fuera un segundo.
Tomo aire con dificultad y se volvió hacia él, haciendo que sus caderas se movieran y balancearan al ritmo de la música. Su mirada encontró la de Saga y todo se desvaneció alrededor excepto sus ojos. Se obligó a si misma a deshacerse de la blusa por completo, y lo hizo. La expresión en la cara de Saga tratando de contener sus emociones no tenía precio. Satisfecha con el resultado volvió a bailarle, acentuando el rebote de sus pechos, pasando sus manos sobre ellos, levantándolos y posando. Todo lo que había aprendido en las películas y lo que había visto que las demás chicas hacían para obtener propinas.
Se puso a juguetear con el cierre de su short lo más cerca que podía estar de Saga sin tocarlo. Lo bajo y empujo los bordes para mostrarle el triángulo de tela roja que había debajo. Saga tuvo que morderse un labio para no decir nada, pero al ver que Laura comenzó un balanceo oscilante para que se deslizaran hacia abajo, rápidamente exclamo:
- No! Déjatelos puestos!
Laura lo miro a los ojos extrañada. Que carajito de hombre era Saga? La tenia por completo confundida. Se supone que la estaba haciendo de stripper. Los hombres literalmente pedían a gritos que se quitara la ropa, y él le pedía que se la dejara puesta?
La luz roja detrás del sillón le indico a Laura que el tiempo se había terminado.
- Desátame! – Ordeno Saga
Laura con reticencia lo hizo. Después de todo, ya tenían que salir de ahí. Con sorpresa porque la música no se había terminado, abrió el seguro de las esposas y libero las manos de Saga quien coloco sus manos en sus caderas y comenzó a moverla al ritmo de la música moviéndose con ella.
Laura sabía que no debía permitirle hacerlo. No debería, pero lo hace. Algo en la vitalidad de la presencia de Saga acaba mi capacidad para resistirlo.
- No puedes… - Balbuceó después de un momento.
- Si, si puedo. Tú quieres que lo haga – dijo Saga con voz tan suave como terciopelo.
Ella sacudió la cabeza. Todavía estaban bailando juntos, moviéndose con la música. Lo miró y se sintio perdida.
- No puedes tocarme. Va en contra de…
- Sin embargo estoy aquí, tocándote.
Las manos de Saga subieron por su cintura, abarcando el espacio entre sus senos y la tela. Sus manos son enormes, poderosas y aun así increíblemente gentiles.
Su toque era de fuego. Laura estaba temblando, titiritando. Jadeó cuando sus manos se deslizaban hacia abajo de nuevo, y sus dedos se engancharon en las trabillas de los short y tiraba hacia abajo. El tiraba de la tela, y la estiraba una y otra vez, entonces se deslizaron y colapsaron alrededor de sus tobillos. Laura camino fuera de ellos y trató de respirar.
Para Laura, que nunca había vivido algo semejante, las palmas de las manos de Saga eran como lava sobre su cintura y caderas desnudas. Comenzó a temblar asustada, aterrorizada. Ver el deseo en los ojos de un hombre era una cosa. Sentir ese mismo deseo en su piel era otra. Y Saga sabía muy bien como tocarla. Ella no podía resistirse. Fue devorada por sus manos en sus caderas. No le ha tocado nada más que la cintura y sus caderas. Era como si algo fuera consumiéndola desde adentro empujando alguna necesidad desesperada a través de ella. No sabe que es lo que necesita excepto que tiene que ver con ese hombre frente a ella que le ha quitado su ropa, su fuerza y toda su confianza en un solo movimiento. Prácticamente esta desnuda frente a él. La tanga no cuenta como una cubierta y mucho menos por la forma en la que sus ojos parecían poder atravesar ese pedazo de tela.
- No te asustes – dijo Saga con voz cálida, casi tierna.
- Yo no… quiero decir, no lo estoy. – logro responder Laura
Saga se rio mientras suspiraba.
- Mientes
- De qué es lo que estoy asustada entonces? – Logró preguntar Laura tratando de parecer indiferente
- De mí – dijo de nuevo recorriendo sus caderas -De esto.
- El… el tiempo termino… debo salir de aquí…
- Jajaja no dulzura. Esto no se ha terminado – dijo Saga extendiéndole 5 recibos – Pague por cinco horas. No tenemos la menor prisa.
Laura tomo los recibos y los leyó.
- Aquí dice bailar. Nada más. Solo bailar. – dijo tratando de tener una vía de escape.
Saga dejo caer sus manos del cuerpo de ella y sirviéndose más champaña le dijo con voz seca.
- Entonces Baila.!
Creyendo estar mucho más a salvo lejos de él, Laura volvió a bailar. Desnuda, asustada y humillada de alguna manera… y tensa por algún tipo de deseo que no comprendía en su totalidad. Bailó con todo el movimiento, poder y confianza que le quedaba, cerrando los ojos y disfrutándose a sí misma y la música sin reparar con quien estaba o donde estaba.
Cuando recordó que bailaba para alguien más, vio que Saga seguía en el sofá con los ojos oscuros y en conflicto consigo mismo, pero el bulto en su entrepierna le mostró el efecto de su baile. Se incorporó lentamente y Laura resistió la urgencia de retroceder lejos de él.
- No deberías de arriesgarte en un lugar así – dijo Saga mientras extendía su mano para apartar un mechón de cabello lejos de su boca.
Fue un gesto tierno, sin malicia que de nuevo confundió y asusto a Laura golpeándola en algún lugar dentro de ella.
La boca de Saga descendió a la suya, rozando sus labios cálidos, húmedos y suaves.
Laura no estaba respirando. Como podría hacerlo? Saga la estaba besando y su corazón parecía haberse detenido. Su sangre parecía haberse convertido en fuego y estaba temblando. Saga la tomo de la cintura y la atrajo hacia él. Ella podía sentir la seda fría de su camisa contra su suave piel rozando sus pezones desnudos, volviéndolos duros. Su lengua se deslizo sobre el borde de sus labios y sus dedos se enroscaron en los músculos de su espalda enviando estremecimientos de calor a través de toda ella.
Tuvo que hacer uso de todo su control para apartarse de él. Se dio la vuelta para no tener que verlo a los ojos. Su intensidad era demasiada para ella.
De nuevo volteo su cara para verlo y vio la punta rosada de su lengua recorriendo su labio inferior. Ella sabía cómo se sentían esos labios, estaba aprendiendo a reconocer su sabor y ella quería saborearlos de nuevo pero dentro de su cabeza la idea de que estaba trabajando le martillaba la cabeza. No debería confundir el placer con el deber.
- Yo… no puedo…
- Puedes pero Simplemente no lo harás. Hay una gran diferencia, nena.
- No No me llames… nena – dijo - No soy tu chica.
- Podrías serlo si quisieras. - respondió Saga con calma
- Que Yo qué?- dijo Laura mirándolo a los ojos algo aturdida.
- Dije: "podrías serlo"
- Qué significa eso? – pregunto Laura reprochándose el hacer preguntas tan estúpidas. Como le gustaría tener la fortaleza para alejarse de él, de su abrazo, lejos de su toque!
- Tengo que explicarlo?
- Si
Saga paso las manos por sus brazos, su cintura, sus caderas y la levanto del suelo. Las piernas de Laura instintivamente fueron alrededor de su cintura mientras las manos de Saga se mantuvieron quietas al llegar a la espalda.
- Quiero darte un beso cada vez que me dé la gana. Quiero decirte cuando estés haciendo el ridículo o cuando estés haciendo más de lo que puedes hacer. Quiero hacer mis propios ridículos contigo y que me digas que me comporte. Quiero una locura total, no medias tintas. Que el mundo sepa que no te quiero compartir con nadie – dijo Saga muy serio antes de comenzar a reír – Jajaja si me escuchara mi hermano me diría que la mujercita soy yo y no tu por escucharme tan cursi, pero así soy yo. Esa es tu respuesta. Eso es lo que quiero.
La respiración de Laura volvió a detenerse. Escuchaba sus palabras pero estaba completamente perdida, incrédula hacia lo que estaba oyendo.
Saga pareció comprender su confusión, pues solo la abrazo.
- Comienzo a pensar que soy tan torpe como mi hermano dice porque pongo mi corazón al descubierto y no me contestas.
Laura se decidió a hablar.
- Quieres eso? Conmigo? Pero… No sabes nada sobre mí, sobre mi pasado! Tu… tu puedes tener a cualquiera que no tenga los problemas y el trabajo que yo tengo!
Saga se separó un poco.
- Puede ser, pero tener chicas sin ton ni son… ya no quiero. He tenido eso y es aburrido. Te quiero a ti. Tienes razón. No sé nada de ti, pero ese es el punto: quiero saber!
A Laura se le hizo un nudo en la garganta y todo lo que pudo hacer en ese momento fue darle un beso. Era necesario para él, para ella… para que volviera a respirar. Saga la beso de nuevo tentativamente, como si no estuviera del todo seguro de que ella sabe lo que está pasando, pero ella si lo está.
Las piernas de Laura se contrajeron alrededor de la cintura de Saga y su mano trazó la parte posterior de su cabeza tirando de el hacia ella que en ese punto estaba casi desesperada por sus caricias.
Saga dio un giro inesperado sobre su eje y la puso sobre el sofá. Para Laura el sabor de la champaña mezclada con el sabor natural de Saga hicieron que se aferrara a él como si de ello dependiera su vida, besándolo con todo lo que le quedaba, dejándolo capturar su boca y que poseyera su lengua. Perdida en esa espiral de necesidad, con los dientes mordió su labio inferior mientras su manos rozaba su hermoso cabello azul y Saga correspondió mirándola con esos maravillosos ojos como si tuviera la respuesta a todas las preguntas de la vida. Sus palmas rozaron la nuca de Laura y sus pulgares sobre su mandíbula y hacia abajo.
Le tocó con suavidad la cadera, las costillas… Sus nudillos rozaban la parte inferior de su seno derecho haciendo que infinidad de sensaciones la hagan suspirar. Se alejó un poco para plantarle un beso entre sus pechos. Su boca era cálida y húmeda y su beso se estaba moviendo por la pendiente de su seno y el corazón de Laura comenzó a latir violentamente en contra de sus propias costillas. Estaba aterrorizada y seguramente Saga podía sentirlo golpeando, pero no mostraba signos de notar el terror de la chica, sino que simplemente y con cuidado continuo su recorrido de pequeños besos por todo su seno derecho hasta que descubrió su primer pezón erecto, rogándole plantar un beso ahí. Saga no pudo resistirlo y lo hizo, haciendo que un erótico y entrecortado gemido saliera de la boca de Laura. Esta ligera reacción solo provoco que Saga jugara más tiempo con ese botoncito de carne haciendo que Laura se retorciera debajo de él, jadeando y gimiendo de nuevo.
Laura nunca había sentido algo como eso. El calor y la acumulación de una presión distinta se centraron en su bajo vientre en su interior. Era una presión desesperada, una necesidad volcánica, y no sabía qué hacer.
Él movió su boca a su pezón izquierdo, y su mano derecha se movió a sus costillas, por encima de su vientre, a la cadera, y ella sintió sus dedos deslizarse bajo línea de la cintura de la tanga deteniéndose para contemplarla. Se dispuso a besar su boca su cuello, jugando de nuevo con sus pezones entre sus dedos. Laura tuvo que apretar sus muslos en un vano intento de detener la presión y humedad que sentía allí.
Laura abría y cerraba los ojos con incredulidad. Ella, la ruda Teniente Gómez, reducida a un guiñapo por ese dios griego. Estaba completamente a su merced!. Sabía que no debía dejar que nada más sucediera, que estaba cruzando alguna línea, pero no quería parar. El parecía saber exactamente lo que ella necesitaba, lo que quería y ahora… Oh por todos los cielos! Su dedo medio y anular estaban cayendo bajo el elástico por el tacto hacia la piel rasurada, suave y comenzó a temblar.
Los ojos de Saga parecieron cambiar a un azul obscuro, como el de la noche antes del amanecer. La miro profundamente mientras movía sus dedos cuidadosamente hacia abajo. Los muslos de Laura estaban apretados juntos, pero se aflojaron para dar la bienvenida a su tacto, como si su cuerpo quisiera eso, aunque su mente, corazón y alma estuvieran en conflicto.
Su cuerpo respondió de Nuevo. El dedo medio de Saga estaba a punto de llegar a la parte superior de la apertura y su dedo se deslizo dentro. Laura dejo escapar un gemido, un sonido de necesidad y miedo.
- Dime que pare – susurro Saga mientras la veía tratando de leer sus emociones.
Laura abrió la boca para decir algo pero las palabras no pudieron salir de su boca. En respuesta, Saga hundió su dedo más profundo dentro de ella y la única palabra que finalmente escapo de sus labios fue su nombre:
- Saga…
El tono de súplica hubiera podido tomarse como que estaba pidiendo más o pidiendo que se detuviera, pero la respuesta de su cuerpo reafirmó lo primero.
Saga la sintió temblar completa bajo el, sus rodillas, manos y labios también temblaban. Parecía no poder enfocar bien tampoco.
Laura sentía una extraña sensación de saciedad y entonces la mano y el dedo profundizaron aún más.
- Oh, dios, Saga!
- Laura… Eres tan hermosa… Tan perfecta – murmuró en su oído con voz ronca.
Su boca descendió a chupar su pezón izquierdo y las ráfagas de placer fueron con ello, se convirtió en una serie de pulsaciones de dispersión de las explosiones en su pecho y su centro, su corazón es un tambor tribal salvaje en su pecho, y su respiración era todo gemidos y jadeos, murmurando su nombre en voz baja.
Sus dedos se movían rápidamente ahora, y las detonaciones dentro de Laura se estaban construyendo sin que ella supiera que hacer para contenerlas. Mordió su pezón y sus dedos dentro de la chica encontraron ese lugar perfecto.
La última barrera en la cabeza de Laura se derritió como el hielo en primavera. Estaba llorando, convulsionando totalmente incapaz de detener la forma en la que sus caderas se levantaban del sofá buscando su contacto, necesitando de más, mucho más.
Saga la beso mientras Laura se hacía añicos bajo su tacto y mientras su lengua se encontraba dentro de su boca y sus labios poseían los de ella, Laura se aferraba a él, clavándole sus uñas en la espalda mientras los músculos de su pelvis se contraían una y otra vez.
Retiro su mano y su boca presiono contra la mejilla de Laura sosteniéndola contra él, quien temblaba sin control alguno.
Minutos después, cuando Laura pareció recuperar el habla, levanto la cabeza para mirarlo a los ojos.
- Que… que me has hecho?
Saga la miro como si estuviera bromeando
- Solo te di una probadita
Laura pareció no entender sus palabras.
- Una probadita de que?
Acaso Saga estaba loco? Ella nunca había hecho nada ni remotamente parecido. De hecho si sus dedos hubieran ido un poco mas profundo, habría podido sentir la prueba de su inocencia y eso hubiera sido en extremo embarazoso para ella.
- Una probada de lo que puede ser para nosotros – contesto Saga sonriendo.
Laura se ruborizo hasta la raíz del cabello. Intento decir algo, pero la alarma contra incendios comenzó a sonar y los aspersores de agua se encendieron, haciendo que Saga se levantara de inmediato, pero al ver que Laura no podía hacerlo, se quito su gabardina que ella rápidamente se puso, la envolvió con la tela sobrante y la cargo en brazos. Salieron por la salida de emergencia hacia uno de los callejones, donde la mayoría de sus amigos médicos ya habían salido y estaban esperando contar cabezas antes de dirigirse a la calle principal. De ese grupo ya estaban todos completos, y segundos más tarde el grupo de Kanon los siguió.
- Que paso aquí? – pregunto Laura a Nat cuando Saga la pudo bajar. Afortunadamente traía puestos aun sus botines.
- Se incendió la cocina. – Le contesto su amiga toda desparpajada y con una sonrisa de gatita ronroneando - Aparentemente se prendió el aceite de la freidora pero el sistema contra incendios se activó y estoy segura que todo lo de allá adentro se echó a perder.
- Menos mal… hay algún herido?
- Ninguno de gravedad, pero Spiros ha pedido que nos vayamos a casa y regresemos mañana para ver a que otro antro nos va a reubicar – dijo Nat en voz baja – Pude sacar nuestros bolsos así que vámonos!
Laura volteo a ver a Saga y sus amigos quienes estaban entretenidos revisando al personal de cocina, quienes tenían algunas quemaduras sin importancia.
Para cuando se desocuparon, las chicas ya se habían ido.
Fin del Flashback
Laura se llevó las manos a la cabeza en clara expresión de incredulidad y desazón. Que diantres le pasaba cuando ese tipo estaba cerca? La manejaba con un solo dedo y eso era algo que ella no debía permitir.
- Tina! Te buscan! – Grito uno de los gorilas de seguridad desde el pasillo.
Laura se movió hacia la puerta revisando su look una vez más en el espejo de ella y abrió la puerta.
- Quien me busca? – dijo Laura sonriéndole. Tenía entendido que era el más joven y más nuevo elemento de seguridad, por lo que su lealtad para con la empresa no estaba afianzada aun.
- Un tipo que me dio cien dólares para llevarte con el - le dijo en voz baja
- Vale! pero cómo es?
- Joven, cabello azul, educado…
Laura se emocionó. Saga la había ido a buscar?
- En dónde?
- En el callejón lateral. Les diré en cabina que cambien tu numero para el que sigue, así que tendrás 15 minutos únicamente.
- Gracias Johnny, eres un amor.
- Recuerda cobrarle bien! – dijo el muchacho – Si tiene para darme propina de 100 dólares debe tener buen dinero.
- Jajaja no… solo es un amigo. Tu sabes que yo no le hago a eso.
- Si claro… aquí nadie hace nada de eso – dijo Johnny alejándose del camerino
Laura con ojos brillantes se retoco el labial, se puso un abrigo ligero y salió hacia donde le había indicado el chico llamado Johnny.
Cuando llego, tuvo que hacer un gran esfuerzo para ocultar su desilusión. No era Saga sino Camus quien había ido a buscarla.
- Camus! Que placer verte! – le dijo mientras se echaba a sus brazos para sorpresa del acuariano – Sígueme el juego – le susurro.
- Hola Preciosa… solo pasaba a… visitarte
- Ven – dijo Laura tomándolo de la mano – Acá esta mas obscurito para lo que debemos hacer.
Camus solo se dejó llevar a la parte de atrás del callejón, detrás de unas cajas vacías de licor que los tapaban de la vista de los curiosos.
- Jajaja casi me la creo – bromeo Camus y le extendió un vaso de unicel– Chocolate espumoso?
- Jajaja si… que te trae por aquí? - dijo Laura en voz baja tomando su chocolate
- Vengo por dos razones. La primera y más importante, saber cómo estas y porque estás aquí – respondió Camus en el mismo tono de voz casi susurrante – Casi me da un infarto en el cumpleaños de los gemelos.
Laura se ruborizo.
- Es una misión como cualquier otra. No te preocupes. Se cuidarme bien.
- Sé que te sabes cuidar bien… y traes a tu amiga como refuerzo, pero… me da cosa verte como bailarina exótica
- Jajaja tan mal bailo?
- Todo lo contrario… de hecho…
- Qué?
- Casi se agarran a golpes por ti.
- En serio? Quién?
- Kanon y Saga
- No es cierto! – dijo espantada
- Te lo juro. De no ser porque se quieren mucho lo hubieran hecho.
Laura se quedó callada un momento. De verdad serían capaces de llegar a tanto por ella? No. Camus debía estar jugando y como se le hizo mejor, cambio de tema.
- Y lo segundo?
- Necesito un consejo. Shaka desapareció.
- La Barbie? Ja! Seguro que no fue a buscarse a su Ken?
- No bromees, es muy serio. El… estaba bajo una investigación importante donde él era sospechoso y esto solo se le agrega a que parezca más culpable. Pero por mi honor de caballero que no creo lo que dicen esos rumores.
- Yo de el pudiera esperar cualquier cosa – dijo Laura una mueca – Pero siempre puedes poner un reporte en la comisaria. Después de 24 horas de desaparecido ponen boletines en todos lados. Si aún está en el país, darán con él. Grecia no es tan grande.
- Ok. Dime como hacer eso.
Cinco minutos más tarde, Camus ya tenía todos los detalles de lo que tenía que hacer en su cabeza.
- Ve directo y diles que yo te mando.
- Gracias Cariño. Lo hare.
- Dame tu celular. – Camus se lo dio interrogante y ella anoto una dirección en las notas – Platiquemos un rato. Salgo a las 2 am. Puedes ir las 2.30 a esta dirección?
Camus asintió con la cabeza.
- Perfecto. Ahora debo irme o saldrán a buscarme. – dijo Laura dándole un beso en la mejilla – Tu primero. – dijo inclinándose a acomodarse la hebilla de la zapatilla, volteo hacia arriba y le dijo a Camus – Mmm… traes la bragueta abierta.
- Oops – dijo Camus dando media vuelta mientras se abrochaba el cierre del pantalón, quedando a unos metros de una figura muy conocida por él.
- Por qué no avanzas? – pregunto Laura al ver que Camus se había detenido en seco.
Laura se enderezo y salió limpiándose los últimos bigotes de chocolate que le quedaban y retocándose el brillo en un espejito que traía en su abrigo cuando vio alzo su vista una cabeza con una gran cabellera azul se asomaba para verla por el costado izquierdo de Camus con una expresión indefinida en el rostro.
- Sa… Saga!
