Capitulo 113
Mayo 19, 11pm
Majestic Table Dance
Atenas, Grecia
Saga parpadeo en silencio mirándolos con una calma tan extraña que tanto Camus como Laura se habían quedado momentáneamente petrificados mientras el tiempo para ella pareció detenerse. No podría aguantar ningún otro malentendido más entre ellos, no después de lo que había pasado días atrás, pero… porque no decía nada? Porque no se enojaba o les gritaba? Porque ella no podía moverse y correr hacia él y explicarle?
- Doctor G! Doctor G! – Grito Spiros desde la esquina de la calle mientras movía sus manos para llamar su atención y caminaba hacia él.
Saga volteo y le hizo una señal a Spiros, pero no dijo nada. Lanzo una última mirada a los chicos, se dio la vuelta y alcanzo a Spiros a pocos pasos de la calle principal.
- Doctor G! Creí que no vendría!
- Lo siento Spiros. Tuve una cirugía y se me fue el tiempo – dijo Saga con una sonrisa – Ya sabes lo que es eso. De aquí tengo que regresar al hospital. Una noche de parranda y me castigan dos Jaja
- Lo se doctor, lo sé. – dijo Spiros dándole unas palmaditas – Esos jefes son unos hijos de puta cuando de diversión se trata.
- Tú lo dijiste Spiros… Entonces qué? Saldamos cuentas de lo que te debo de la última vez que estuve en el Mystique?
- Claro que si Doctor! Pase a la oficina por favor!
Camus se movió finalmente dos pasos hacia delante para seguir a Saga. Volteo a ver a Laura que parecía a punto de echarse a llorar:
- Lo siento cariño… me tomo por sorpresa.
- Yo lo siento más Camus – dijo con tristeza – Nunca terminara mi mala suerte.
- Yo creo que no tendré problemas con él, después de todo, mis joyitas siguen en el joyero.
- Jajaja Te veo al rato en mi casa? Debo bailar en tres minutos.
- Sí. Te llevare la caja de chocolates que te gusta y una botella de vino.
Laura sonrió.
- Aun me faltan dos kilos por bajar gracias a tus seis cajas de chocolate.
- Para qué? Ya todos comprobamos que a donde quiera que se te hayan ido, están bien distribuidos.
Laura le dio una palmada en la nuca.
- Grosero pervertido! Jajaja. Al rato te veo.
Camus le dio un último beso en la mejilla y salió de ahí mientras Laura lo miraba lanzando un último suspiro. Tiempo de regresar a trabajar rezando porque Saga estuviera en el público.
Mayo 19, 12am
Hotel Radisson
Oslo, Noruega.
Shaina seguía despierta en su habitación tratando de asimilar todo lo que Shion le había dicho mientras la ponía al día. Le dolía la cabeza solo de imaginar lo que le esperaba al regresar: Un nuevo complot contra Athena? Caballeros dorados castigados por su golpear a Minos? Shaka desaparecido? Marín sin recordar a Aioria? Definitivamente los dioses se habían vuelto locos por completo y comenzaba a compadecer el trabajo de Shion.
Flashback
- Con todo lo que me está diciendo señor, Tengo miedo hasta de regresar – confeso Shaina bromeando durante el almuerzo, que habían tomado en el Restaurante Revierhavnenkro: Un pequeño establecimiento en una isla de los fiordos a los que solo se podía accesar en bote.
- Por todo lo que ha sucedido? Jajaja no mi niña, estos problemas son casi cotidianos para mí y obligatorios en mi posición. No deberías temer ya que cualquier responsabilidad no recaerá sobre ti sino sobre mí. – había dicho Shion tratando de tranquilizarla
- Voy a tener demasiado trabajo – dijo suspirando – Afortunadamente no podre ver a Minos hasta el 14.
- Afortunadamente? Problemas en el paraíso tan temprano?
- Jajaja no. Pero voy a estar tan cansada que no voy a querer salir ni en mi día libre.
Shion ordeno un poco más de té helado para los dos y se puso a contemplar el paisaje.
- Es un hermoso lugar. Dime… crees que serás feliz aquí?
A Shaina se le subieron los colores al rostro.
- A… a que se refiere?
- Solo me preguntaba… después de todo aquí está el hogar de Minos – dijo Shion tomando un poco de té.
Un poco nerviosa por el tema, decidió cambiarlo.
- Ya quiero ver a las chicas y a Sammy… Tenemos que ponernos al día!
Shion no se inmuto por el cambio de tema, pero sonrió antes de decirle:
- Tienes 48 horas únicamente
- Qué? Por qué?
- Saldrás de nuevo en una misión.
- Misión misión? O como la última a la que me mando? – dijo Shaina cruzándose de brazos
Fue el turno de Shion de ruborizarse
- Ya perdóname no? Velo por el lado positivo, ahí conociste a Minos. – viendo que su treta para tranquilizarla había funcionado, continuo - En realidad son tres misiones en el mismo lugar – dijo Shion
- Ay no! No hay nadie más a quien pueda mandar?
- En realidad… no. – dijo Shion sinceramente – Eres la única en la que confío en este momento.
Shaina sonrió tímidamente.
- A donde tendría que ir?
- Asgard
- Como dice? – dijo en tuno de incredulidad - Me saca de Noruega para mandarme de nuevo a Noruega? No entiendo.
- Te iba a mandar directo, sin escala en el santuario, pero entiendo tu necesidad de regresar no solo por ti, sino por aquellos que te están esperando ansiosos y que si no te ven, van a comenzar a darme más problemas – dijo Shion - Espero de todo corazón que aceptes la misión.
- Qué pasaría si… decidiera no hacerlo?
- En realidad… no pasaría nada.
- Como dice?
Shion se levantó de su asiento, se estiró y se recargo en la barda de la terraza para ver llegar a un ferri. Shaina lo imitó.
- A que se refiere con que no pasaría nada? Acaso no es una misión oficial? – pregunto
- Pues si… y no.
- No entiendo.
Shion suspiro y cambio de posición.
- Acerca de la "traición" que Saori e Hilda mencionaron… No me trago ese cuento. – dijo Shion – Pero deliberadamente me dejaron fuera. Dijeron que mi… cercanía con los muchachos podría obstaculizar mi visión de las cosas…
- Se atrevieron a decir eso?
- Sí. Y yo, como buen Aries (necio Jaja) quiero descubrir que está pasando en realidad
- Y yo tengo que averiguarlo?
- Así es.
- Pero creí que mandaría a Aioria!
- Y lo hare – dijo tranquilamente – Pero tu también iras.
- Arghhhh pero Aioria me odia! – replico Shaina – Va a tirarme al primer fiordo que vea.
- No, no lo hará. – aseguro Shion – Esa es la misión principal y oficial. La segunda… Uhhh… no sé cómo decírtelo…
- Vamos señor… He soportado bastante… puedo escucharlo todo.
Shion la miro por un momento. Si, había madurado mucho estos últimos meses, pero la animosidad que siempre había demostrado por Aioria le hacía dudar que necesitara un motivo más para odiarlo.
- Pues… mejor siéntate.
Shaina comenzó a preocuparse, pero obedeció.
Shion la imito y la tomo de ambas manos, más para contenerla que para otra cosa. Sabía que iba a explotar.
- Hilda de Polaris también informo a Saori que… Ya existe una sucesora para la armadura de Leo.
- Eso es mentira! Marín no está embarazada! – dijo Shaina – Como se atreven a hablar de ella a sus espaldas?
Shion sonrió divertido.
- No… no estaban hablando de Marín, Shaina…
Shaina parpadeo un poco antes de que comenzar a comprender lo que Shion intentaba decir y su cosmo comenzó a encenderse. Afortunadamente no exploto por el coraje gracias a la intervención de Shion, quien aún la tenía tomada de ambas manos y contenía el cosmo de ella con el suyo.
- Me está diciendo… que el maldito hijo de su re-gata madre engañó a Marín…. Y tiene una hija regada en Asgard? – preguntó en voz tan alta que ya podría considerarse un grito
- No lo sabemos con certeza – aseguro Shion – Por eso te estoy mandando a ti. A que averigües si es verdad y obviamente, si cumple con los requisitos que tú te sabes de memoria para la sucesión de la armadura.
- Pues le advierto que si resulta que es cierto… yo lo mato!
- Jajaja y tú por qué? No debería hacerlo Marín?
Shaina se quedó callada un momento, pero después se le ocurrió algo.
- Ella lo sabe verdad? Por eso usted me dijo que ella está actuando raro frente a Aioria!
- Efectivamente, Marín escuchó el rumor, pero te equivocas. Aparentemente Aioria no sabe de esto que te estoy contando. Si lo supiera, con esa estúpida idea de lealtad que se carga, te aseguro que no estaría con Marín. Y en el fondo tú también lo sabes.
Shaina estaba temblando de rabia. Como diablos quería Shion que se fuera a comportar frente a Aioria al saber esto? Apenas podría contenerse para no rebanarle las bolas!
- Y… la tercera misión?
- Esa… es 100% personal, confidencial y opcional Shaina
- Personal?
- Si te es posible, y si pudieras ayudarme mientras estás en Asgard, te lo agradecería infinitamente.
Shaina asintió. Asuntos personales no se los negaría nunca a Shion.
- Necesito localizar una posesión muy valiosa, una joya. Posiblemente no esté en Asgard, pero necesito alguna pista de su paradero actual. Fue vista hace más de doscientos años ahí y yo necesito conseguirla, para poder tener paz finalmente – dijo Shion tranquilamente.
Shaina lo miro en silencio. Paz? Tendría Shion algún problema del que ella no se hubiera enterado? Él era patriarca por segunda vez en la historia del Santuario. Había muerto y revivido por gracia de Athena… Parpadeó un momento y termino por sonreírle. No habría forma de que ella le fallara en eso a Shion. Así todo lo demás se fuera al diablo, ella le ayudaría a encontrar lo que estaba buscando.
Fin del Flashback
A pesar de tener la calefacción prendida, Shaina tenía frio y se sentía sola en esa gran cama. Se había acostumbrado a dormir acurrucada en brazos de Minos y estaba segura de que no podría conciliar el sueño tan fácilmente.
(Sueno de Shion)
" Por un lado Tokusa miraba incrédulo como Shion se disponía a lanzar su ataque y acabar con su vida, él no le había podido hacer frente a un santo de Athena, que además era a quien habían prometido su hermana, si, Yuzuriha estaba prometida al santo dorado de la casa de Aries del templo de Athena, la alumna consentida del gran maestro Hakurei, la penúltima mujer Lemuriana nacida desde que Lemuria se había perdido en el océano.
Del otro Yuzuriha había pedido a Shion piedad. Quería ser ella quien matara a su hermano, pues así lo dictaba la ley de su pueblo: la familia debía ejecutar a los transgresores de la ley, una ley que dictaba como pena la muerte para los que se aliaran con el dios del inframundo o cualquier otro dios que no fuera Athena, pero su hermano, Tokusa, no solo había traicionado la eterna alianza de los hijos de Lemuria con la diosa Athena, sino que también había asesinado a sus padres a sangre fría.
Y al final Shion solo miro a Tokusa, aparto a Yuzuriha y pronuncio esa terrible sentencia: Extinción de la luz de las estrellas…
Mientras millones de estrellas parecían perder su brillo, el cuerpo del espectro de Hades se desintegraba y solo quedaban la nada, una hermana incrédula, un prometido preguntándose si había hecho lo correcto al negarse a que su prometida se ensuciara las manos con la sangre de su propio hermano, un hermano que había exterminado a sus padres mientras leía la historia de Edipo"
(Fin del sueño de Shion)
Shaina escuchó los gritos de Shion, abrió con rapidez la puerta de comunicación creyendo que estaba siendo atacado y lo vio en su cama, inquieto, sudoroso… parecía sufrir mucho pero sin poder despertar.
Se acercó a él, lo arropó de nuevo y lo abrazo por sobre las cobijas, consolándolo como cuando consolaba a Sammy cuando tenía pesadillas. Si ella estaba volviéndose loca con lo que Shion le había contado que estaba pasando, no podía ni imaginar lo que él se estaba guardando para el mismo. Ser un patriarca parecía ser para él una maldición en lugar de una bendición.
Solo hasta que Shion volvió a tener un sueño tranquilo, Shaina regreso a su habitación decidida a llevar a cabo su misión a cabalidad. Lo que le recordaba algo más. Sería que Fler aceptaría verla? Ya que estuviera en Asgard… por qué no hablar con ella respecto a Camus?
Mayo 20, 01.15 am
Oficina de Hades
Inframundo.
Minos ahogo el centésimo bostezo de las últimas horas escuchando la reganada de Hades. Afortunadamente había dejado de ponerle atención tiempo atrás para recordar sus últimos momentos al lado de Shaina.
Anteros tampoco le ayudaba a concentrarse. Le estaba mandando por celular, copia de todas las fotos de la boda que había tomado, incluyendo una en la que estaban los tres mostrando orgullosamente su certificado de matrimonio y la del beso de película que se dieron frente al juez quien se veía visiblemente consternado. El celular no dejaba de vibrar en su bolsillo y las fotos no dejaban de llegar.
Minutos después finalmente Hades se cansó de tanto gritarle.
- Retírate antes de que te mande a limpiar la habitación de Pandora en ropa interior – dijo Hades cansado. Cuanto tiempo hacia que no reganaba a nadie así? Ah sí… Nunca!
Minos hizo una ligera reverencia alegrándose de poder salir de ahí.
- Espera! – dijo Hades – Olvide algo importante.
- Señor?
- Necesito que vayas al almacén y coloques un escritorio junto al tuyo y que saques una copia a tu llave de la habitación de huéspedes de Ptolomea.
- Escritorio? Llave? Para qué?
- Tendrás un nuevo asistente administrativo por los próximos 40 días. – dijo Hades con una voz que le decía a Minos claramente que su incomodidad satisfacía sobremanera a su señor.
- Por qué? Que le paso a la oficina de Lune?
- No… no hablo de Lune…
- Entonces no entiendo…
Hades miro a Minos de una forma que al espectro definitivamente no le gusto.
- Milo de Escorpio cumplirá su sentencia siendo tu nuevo IBM. Se quedara contigo en Ptolomea y en tu oficina. No lo quiero rondando por el inframundo. Lo traeré mañana, así que tendrás tiempo para arreglar lo que te digo. Si necesitas que te preste a las monjas para que limpien el lugar solo dime.
Minos trataba de asimilar lo que estaba oyendo. Hades solo se divertía viéndolo.
- Qué? Acaso cree que por haberte restituido antes de tiempo no tendrías otro castigo que lo compense? Cumple mis órdenes de inmediato y llama a Pandora y Radamanthys. Quiero hablar con ellos dos.
Minos no se movió. Tener a Milo de asistente? Pero Hades se había vuelto loco?
- Te advierto que no permitiré que ustedes dos se la pasen peleando. En lo posible nadie deberá saber que está aquí y nadie, pero nadie de mi familia SIN EXCEPCION debe verlo, entendido?
- Ni la señora Perséfone?
- Ni siquiera ella. No se parara por aquí en algunos meses pero por si las dudas, no. Ni ella. Ahora Obedece! Estoy cansado y quiero retirarme.
Minos hizo una ligera reverencia y salió casi corriendo. Le pidió al primer espectro que paso por ahí que localizara a Pandora y Radamanthys para que fueran con Hades y se dirigió hacia la cuarta prisión donde estaba seguro que Phlegyas de Licaón le dejaría torturar todas las almas que quisiera para poder sacar un poco de su rabia.
Mayo 19, 10.45 am
Casa de Niv
Belo Horizonte, Brasil
La luna brillaba en lo más alto del cielo estrellado. La brisa cálida suspiraba en las copas de los árboles y removía la fragancia de los pinos y la hierba caliente. El invierno en Belo Horizonte prometía ser bastante húmedo y un poco de viento comenzaba a sentirse.
Niv estaba sentada junto a la ventana leyendo y corrigiendo algunos documentos que tenía que entregarle a su padre en la semana. Le gustaba mucho ayudarle en las cuestiones administrativas, pues le daba la oportunidad de convivir con personas fuera del ámbito deportivo y snob en el que se movían regularmente y la mantenía al día en las noticias del mundo al tener que estar bien enterada de lo que sucedía desde la casa de bolsa hasta la nota roja.
Justamente ese día había leído de una serie de asaltos a casa habitación que se habían venido dando en un barrio cercano al suyo y había sacado precautoriamente su Bersa Thunder .380 de color rosa que su padre le había regalado cuando cumplió 16. Había tomado solo un cargador y lo había puesto en la mesita de noche.
Dejo su lectura cuando desde el rabillo del ojo, algo brillo afuera en el patio trasero. Volteo la mirada hacia allá y solo vio obscuridad. Su casa era para ella un lugar seguro, un santuario, su burbuja. Tenía seguridad perimetral, cámaras, alarmas y un vigilante con dos perros doberman que dejaban sueltos a partir de las doce de la noche.
Vio la hora y se dio cuenta que no era tan tarde, por lo que los perros aun no estarían sueltos. Decidida a echar un vistazo y aun en su pijama, tomo su Bersa con el cargador y mientras iba saliendo de la casa por la puerta trasera de la cocina, la preparo, le coloco el seguro y salió a investigar. De nuevo vio el reflejo cerca de final de la verja que daba cerca del rio artificial que compartía con los vecinos. Había una banca debajo de un almendro y volvió a ver el reflejo. Se acercó silenciosamente y vio una sombra acostada en ella.
Sacó su pistola, la preparó y cuando estaba lo suficientemente cerca, corto cartucho sobre la sien del tipo:
- Voce se move e Eu atirei ¡!
- Uhhh? – dijo una voz adormilada
- Alde?
- Uhhh?
Niv saco la linterna de su celular y alumbró a la figura en la banca que ya se estaba estirando. En efecto era Alde.
De inmediato le puso el seguro a su pistola y apago la linterna.
- Pero que carambas haces aquí? Casi te mato!
- Perdona peque… me quede dormido creo.
- Si ya vi pero… porque? Porque aquí afuera? Pudiste pedirnos un cuarto!
- Mmm… si pero no era mi intención dormirme, solo quería un poco de silencio y ver las estrellas.
- Estrellas? No te entiendo
Alde la abrazo y la volteo para señalarle lo que estaba viendo.
- Desde este ángulo, solo puedo ver a Sagitario ahí, Escorpio ahí y Águila por allá…
Niv intentaba verlas pero no estaba familiarizada con las constelaciones por lo que volteo a ver a Alde quien seguía sentado en la banca viendo al cielo.
- En casa, se pueden ver muchas más. – dijo – Cada uno de los caballeros que vivimos en el santuario tenemos la protección de una constelación. La mía es Tauro… Sagitario es Aioros… Escorpio es Milo y Águila es Marín…
- Marín? Ese es nombre de chica
- Y?
- Dijiste que eran puros varones.
- En serio?
- Si!
- Ahhh… pues se me olvido decirte que si hay cuatro mujeres. – dijo Alde tomándose la cabeza en un gesto que hizo que Niv supiera que era verdad que había olvidado esa información.
- Y te gusta alguna de ellas?
- Claro que no! Si así fuera no estaría aquí... contigo
Niv se ruborizo un poco pero no cedió ante los encantos de Alde.
- No me cambies el tema! Son 4 mujeres y cuantos hombres?
- Pues… éramos 85 Caballeros más los soldados y la guardia imperial hasta hace más de dos años. Ahora no se… no llevo la cuenta. De los 85 no todos sobrevivieron.
Niv suspiro. No estaba entendiendo nada.
- Extrañas mucho tu casa verdad?
- Si… y no.
- Como es eso?
- Extraño mi casa, extraño a Mu, a mis amigos, a Athena, el silencio, cielos limpios y las estrellas… Pero no extraño las batallas, la guerra, los complots…
- Y… me extrañarás a mi cuando regreses?
- Qué?
- No soy tonta Alde. Tengo bien presente que en poco más de un mes tú te iras y posiblemente no regreses. Que llegamos a conocernos por simple casualidad y que, por lo poco que me has contado de tu vida, te fastidie la oportunidad de viajar a otros lugares. Estoy tomando esto como un "amor de primavera" como dicen por ahí.
- No digas eso.
- Por qué no? Ilusionarme a algo más seria tonto de mi parte. Cuando tú te vayas, nada me garantiza que regreses. Ambos continuaremos con nuestras vidas, tú en Grecia y yo aquí. Tal vez hasta acepte finalmente salir con Roberto.
- Queee?
- Olvídalo… estoy diciendo tonterías y estoy cansada – dijo Niv finalmente para terminar el tema – Regresare a mi cuarto. Vienes a la casa?
Alde negó con la cabeza.
- Mejor me voy. Si tu padre me ve aquí, se le hará raro. Lo traje a casa hace horas. Creo que se le pasaron las copas hoy.
- Entonces – dijo Niv con una sonrisa – Te acompañó a tu auto. Si sueltan a los perros, te van a desconocer y no quiero tener que comprar otros perros.
Alde acepto y le ofreció el brazo que ella tomo con gusto. Niv le estaba contando algo de lo que había hecho en el día, sin embargo algo le estaba dando vueltas en la cabeza a Alde. Roberto… en guapo portero del equipo A del Cruzeiro, popular con las chicas, con auto deportivo y gran carisma mediático… había invitado a salir a su novia?
Mayo 20, 03.15 am
Urgencias, Hospital de AHEPA
Atenas, Grecia
Saga despachó a su paciente satisfactoriamente. Era una noche bastante agitada si tomaba en cuenta un tiroteo y varios accidentes de automóvil.
Aprovechando un minuto de descanso, decidió ir por un café a la máquina expendedora del pasillo. Conforme atravesaba los diferentes cubículos cerrados de la sala de emergencias un mal presentimiento comenzó a presionarle el corazón. Se detuvo en uno en el que la enfermera acababa de entrar con nuevos instrumentos esterilizados.
- Menos mal que ya despertó señorita… - escucho decir a uno de sus colegas
- Barbur
- Señorita Barbur, por favor siga mi dedo con su mirada.
Barbur? Por qué le sonaba ese nombre?
- Perdió el conocimiento en algún momento?
- Sí. Y estuve aturdida algunos minutos después de recuperarme, pero me trajeron aquí porque no paraba de sangrar mi cabeza – dijo
- Si… necesitara algunos puntos. La enfermera le limpiara y pondrá anestesia para que pueda aplicarle la sutura. – dijo el doctor – regreso en un instante.
Saga se acercó a la cortina justo cuando el doctor iba saliendo.
- Dr. G. A que debemos el honor de su presencia. – dijo dándole una palmada en el hombro
- Voy por un café. Gusta?
- No. Gracias. Hace que me tiemble la mano y tengo que suturar en un momento.
- Está muy fea la herida?
- No, solo fue un golpe con la cacha de un arma pero ya sabe cómo es la cabeza de escandalosa cuando se trata de sangre.
- Jajaja si lo sé. Puedo entrar a ver?
- Adelante. Yo tengo que hacer una parada técnica. – dijo el médico echándose a correr al sanitario más cercano.
Saga se aventuró más allá de la cortina del cubículo y le sorprendió sobremanera ver que era a Nat a quien la enfermera estaba limpiando con un pedazo de algodón humedecido en agua tibia.
- Nat?
- Doctor G! Gracias a todos los ángeles que escucharon mis plegarias! Tiene que ayudarme a encontrarla!
- Que? A quien?
- A Laura!
Saga sintió que las fuerzas se le iban del cuerpo. Donde estaba Laura?
Se puso en cuclillas para verla a los ojos sin lastimar su cabeza abierta, le tomo una mano.
- Nat… dime que paso?
- Llegamos al edificio sin problemas. Laura dijo que su amigo Camus vendría para que platicaran de no sé qué cosa y que iba a preparar una cena ligera…
- Sigue
- Yo me quede abajo con… Josh
- Josh?
- El hijo de la portera. Siempre me quedo coqueteándole unos minutos. Es parte del juego.
Saga no dijo nada. No le importaba lo que ella hacia o deshacía.
- Cuando subí al departamento, vi la puerta abierta y sonido de algo que se rompía. Corrí pero alguien me pego con la pistola en la cabeza y me caí.
- Pudiste ver quién fue?
Nat comenzó a retorcerse las manos nerviosa.
- Era dos tipos. Uno llevaba a Laura sobre los hombros, totalmente desmadejada… salieron por la escalera de emergencia. El otro me golpeo de nuevo para que perdiera el conocimiento y lo logró. Camus me encontró y me trajo.
Se echó a llorar.
- Fue mi culpa! Yo tenía que haber subido con ella!
Saga tenía una mirada asesina que hubiera asustado a Nat. No era momento de echarse la culpa, sino de encontrar a Laura. Esa era su prioridad.
