Capítulo 132

Junio 4, 1.45 pm

Cabaña de Kanon

Columbus Isle, Bahamas.

Marín corrió para olvidar su enfado. Corrió hacia el hotel pero se desvió hacia la playa. Siempre se veía con Ío en ese lugar y de ahí se dirigían a donde querían. Ella sabía que no estaría ahí hasta dentro de dos horas, pero no le importaba. Lo esperaría de ser necesario. Cerro los ojos cuando una brisa hizo que le entrara un poco de arena en los ojos. De todos modos ya sabía el camino. Siguió corriendo hasta que choco con algo que la hizo retroceder un paso y abrir los ojos a su pesar:

- Pero que tenemos aquí – dijo la voz de un joven – Me parece que las chicas ya comenzaron a llegar a la fiesta.

Marín se tomó un tiempo para limpiar sus ojos para poder abrirlos y cuando lo hizo se vio rodeada por cinco jóvenes que la veían de un modo que la hizo temblar. Se suponía que nadie iba a esa parte de la playa.

- Esta vestida demasiado conservadora para mi gusto – dijo otro de ellos tomándola por los antebrazos

Marín intento zafarse e incluso encendió su cosmo pero sorprendentemente el joven también lo hizo y ella no estaba a la par de él.

- Vaya Vaya! La nena sabe usar su cosmo muchachos… Sera una satélite perdida? – pregunto Sorrento

- No soy una satélite. Soy una Saint de Athena así que les sugiero que me suelten – dijo Marín

- Uyuyuyyyy ya me pusieron a temblar muchachos – dijo Isaak empinándose la botella de ron que traía en la mano – Será esta la amiguita del jefe?

- No creo – contesto Krishna – Ya tendrías a Minos de Grifo pateándote las pelotas. Dicen que no se separa de ella ni un momento.

- Maldito mandilón – dijo Bian quien era el que la tenía sujeta – Ni que estuvieran tan buenas.

Kasa le vio descaradamente el trasero a Marín, ganándose una patada en la espinilla de parte de ella. Se fue aullando de dolor mientras los otros cuatro se burlaban de él.

- Bueno bueno… a todo esto… como se llama la nena? – dijo Sorrento tomándole la cara

- Que idiota eres a veces Sorrento – dijo Bian – Para que carajos tienes la base de datos en tu celular.

- Jaja, lo siento. Tanto ron no me deja pensar con claridad – dijo Sorrento sacando su Smartphone

- Yo digo que eres un idiota los 365 días del año – dijo Isaak burlándose

- Tu cállate tuerto!

Marín solo roló los ojos. No estaba ni tantito asustada. Podían ser poderosos, pero estaban borrachos. Eso le daba un poco de ventaja.

- Soy Marín de Águila. Caballero de Plata. – dijo Marín – Podrían soltarme?

- Mmm… solo si tomas de esta botella – dijo Krishna acercándole una botella a medio tomar.

- Guacala. Yo no voy a tomar nada que tenga sus babas – dijo Marín haciendo la cara para el lado contrario. – No tienen por lo menos un vaso?

- Uy! Nos resultó princesa la nena! – dijo Kasa – Porque no la sueltas y así jugamos al gato y al aguilita Jajaja

Bian la soltó pero le dio una palmada en la nuca a Kasa

- No pudiste decir algo como tiburones o barracudas? Somos Generales Marinos idiota! Un miserable minino persiguiendo a una palomita…

- Un Águila – Interrumpió Marín.

- Ya, ya. un minino y un águila que… Momento. Eso me parece familiar… - dijo Kasa – Que no en el santuario corrían rumores de…

- Oh por Poseidón! Jajaja pero si ya me acordé! – dijo Bian – El escándalo de un dorado con una plateada!

Marín apretó los puños. Como diablos sabían ellos de su relación con Aioria? Eso era demasiado humillante. Se dio la vuelta y camino hacia el lado contrario de donde había llegado.

Los cinco generales no parecían querer dejarla en paz y comenzaron a seguirla.

- Vamos! No te enojes! – dijo Isaak

- Mejor muéstranos lo que has aprendido con el - dijo Bian dándole un codazo a Sorrento

- O mejor si quieres te demostramos porque nosotros somos mejores que los dorados de Athena. – contestó este ultimo

- Porque no se van a chupar limón y me dejan en paz? – respondió Marín caminando más rápido.

- Uyyy la princesa tiene agallas… justo como nos gustan – contesto Kasa

Marín comenzó a tener miedo. Eran cinco contra ella. Sabía que estaban jugando, pero en cuanto el juego se acabara no sabía que podían hacerle.

Dónde diablos estaba Ío cuando lo necesitaba? Esos generales estaban visiblemente intoxicados y no parecía que fueran a dejar la jarra pronto.

Comenzó a correr hacia donde podía ver el hotel, cuando unos metros más adelante el montículo que acababa de pisar se movió bajo sus pies haciendo que ella casi cayera estrepitosamente pero antes de que pudiera hacerlo, una mano firme la sujetó de la cintura suspendiéndola en el aire con una sola mano.

Ella volteo asombrada y se topó con unos ojos cubiertos con unos lentes obscuros y un cabello castaño corto propiedad de un apuesto joven de no más de 25 años, delgado pero musculoso.

- Tal vez deberías fijarte por donde caminas – dijo sin soltarla

Su voz se escuchaba mucho más educada que la de los otros cinco y había algo familiar en ella que no pudo realmente definir.

- Buena Atrapada Aleix! – Gritó Bian

- No la dejes ir! – Gritó Isaak mientras muy despacio tanto el como sus compañeros se acercaban a ellos.

Marín miró a su captor con una súplica en sus ojos y él la puso con cuidado sobre la arena soltándola completamente. Por puro instinto se puso detrás de él y Aleix entendió el mensaje:

- Que creen que están haciendo? – preguntó mientras con un brazo protegía a Marín

- Oh Vamos! No nos quites la diversión tan pronto. – reclamo Sorrento

- No creo que acosar a nadie pueda ser divertido – dijo – Lárguense a buscar a alguien que quiera complacerlos

- Eres un aguafiestas – reclamo Isaak

- Seré un aguafiestas pero aun soy tu superior – dijo Aleix haciéndoles ver con una sonrisa que disfrutaba sobremanera joderles – Váyanse a ver porque Ío no ha llegado.

- Dijo que iba a ir a avisarle a no sé quién que cancelaria su cita de hoy – menciono Bian – Por tanto no sabemos dónde está.

- Pues búsquenlo. No puede estar lejos. Es una Isla minúscula – Ordenó Aleix

Los cinco se miraron y comenzaron a dar la vuelta y alejarse de ellos.

- Estábamos mejor con Kanon – dijo Sorrento

- Nah! Estábamos mejor sin un Dragón del Mar – corrigió Isaak – El putito del Kanon es demasiado voluble

- Jajaja eso lo dices porque te mando a la otra dimensión – se burló Bian – pero bien que es tu ídolo

- Jajaja si es cierto – menciono Krishna – Pero… si de todos modos tenemos que regresar… y si vamos por unas cervezas? Con el Ron me da mucho calor

- Secundo la moción – dijo Sorrento

Marín cayo de rodillas rendida. No se había dado cuenta que había estado tensando su cuerpo todo ese tiempo.

- Gracias. – dijo – La verdad no estaba segura de lo que debía hacer.

Aleix la miro un momento. Estaba casi seguro de que la había visto en algún lado antes.

- Te pido disculpas. – dijo Aleix – Al parecer su anterior superior los dejaba hacer lo que les daban la gana y los tenía muy consentidos. Yo no apruebo ese tipo de conductas, pero apenas me estoy incorporando a sus filas.

- Así que la culpa es de Kanon? – pregunto Marín

- Yo digo que Sí, pero tampoco lo conozco así que no puedo juzgar – dijo sentándose en la arena e invitándola a hacer lo mismo.

Por un momento Marín dudo, pero en realidad por alguna razón, no se sentía en peligro con ese chico. Era extraño pero… más bien sentía como si estuviera con un viejo amigo, alguien con quien ya tuviera confianza. Decidió sentarse un momento.

- Aunque viéndolo bien también es culpa tuya. Nunca viste el letrero de no pasar? – menciono Aleix

- Ío dijo que eso era para los extraños. – se defendió

- Ahhh…. Conoces a Ío? – pregunto el castaño

- Es mi amigo – contestó – El único que tengo en esta isla.

Aleix se acostó en la arena con las manos bajo la nuca.

- Entonces tú debes ser con quien se escapa de sus deberes todos los días – dijo

Marín se ruborizo. Eso no es lo que Ío le había dicho.

- Lo lamento.

- No lo hagas. – dijo Aleix – Poseidón dice que le ha hecho mucho bien después de la ruptura con su última novia que lo había dejado en el camino de la amargura. Todo por una noche de calentura con uno de esos cinco locos que además ni siquiera la quería. Solo fue un acostón según dice Bian.

- Un acoston es un acoston. Sigue siendo un engaño y yo tampoco lo perdonaría. – dijo Marín recordando su situación

- A veces, es mejor perdonar y no guardar rencor porque ninguno estamos exentos de caer en tentación. – dijo Aleix – O acaso me vas a decir que tu no lo has hecho?

- Sí. Si te lo voy a decir porque mis valores son los responsables de que yo solo haya tenido a un hombre en mi vida. – contesto Marín en tono vehemente

- Y como te funcionó eso? – pregunto Aleix

Marín lo miro por un momento y comenzó a temblar y a sollozar. Había sido un día de perros y que ahora justamente le preguntara eso…

- Lo siento… no fue mi intención… - dijo Aleix incorporándose mientras Marín agachaba la cabeza

- Es que no es justo. – dijo – Yo si me guardé para él y después me entero que no fue sincero. De verdad creí en él.

- Ouch. Y ya hablaste con él? – pregunto Aleix extendiéndole un pañuelo

- No. Aun no – contesto Marín

- Tienes pruebas de que te fue infiel?

- No.

- Como lo supiste?

- Lo escuché. – dijo Marín agachando la cabeza – Incluso se rumora que tiene una hija.

- Y él lo sabe?

Marín volteo a verlo.

- Qué?

- A veces los hombres no tenemos la menor idea que tenemos algún… detalle fuera de las relaciones, y cuando alguien más lo sabe, nos tachan de padres desnaturalizados. Jajaja

Marín se tomó el atrevimiento de darle un golpe en la cabeza como si fueran viejos amigos

- Hey! No lo decía por mí!

- Pues por si acaso. – dijo Marín cruzándose de brazos – Ya veo que Shaina tiene razón al decir que todos los hombres son iguales.

- Ouch… quien es esa tal Shaina? Otra amargada?

Marín lo miro furiosa.

- A ella no la metas en esta conversación – dijo para después sonreír – A menos que quieras que tu jefe se enoje. Tus compañeros parecen creer que la defiende mucho.

Aleix dejo de sonreír.

- Ahhh te refieres a "esa" Shaina. Bah!

- Qué? La conoces?

- Me han puesto al tanto de su "situación". No estoy ni a favor, ni en contra. – dijo en un tono bastante hostil para el gusto de Marín.

Iba a contestar pero alcanzó a ver a Ío que venía corriendo mientras agitaba su mano para llamar su atención. Aleix lo vio también, así que le tomo y beso la mano para sorpresa de Marín.

- Antes de que llegue tu "amigo" te doy un consejo: Habla con tu novio y hazle creer que están a mano, que tu también tuviste algo con alguien más. Si el acepta que tu hayas estado con alguien más para quedar a mano y que hagan borrón y cuenta nueva, su amor estará comprobado. Si el comienza a reclamarte, sabrás que el amor solo va en una sola dirección, pues debe haber igualdad en una pareja tanto en derechos, como obligaciones… y eso incluye el perdón de los errores.

Ío los alcanzó y se llevó a Marín a un lado mientras Aleix volvía a su posición original de estar acostado en la playa. Marín no pudo menos que agradecer en silencio el consejo de su extraño salvador. Tendría mucho para pensar esa tarde.

Junio 4, 6 pm

Cabaña de Kanon

Columbus Isle, Bahamas.

Camus y Saga prepararon un almuerzo ligero y ambos comieron en la cama con Laura, que había dejado de llorar tiempo después de que Saga la tranquilizara con sus palabras, sus besos y sus mismos e incluso con su cosmos. Ahora, gracias a un tranquilizante que le había dado Saga había dormido lo suficiente, y cuando abrió los ojos se incorporó en la cama.

- Cariño, necesitas algo? – pregunto Camus acercándose.

Saga también se acercó pero más lentamente. Los veía con tranquilidad, parpadeando un poco como si quisiera tratar de entender.

- Cuanto tiempo… llevo aquí? – preguntó

Camus volteo a ver a Saga, quien asintió ligeramente mientras se acercaba a la cama haciendo que se dibujara una pequeña sonrisa en la cara de Laura.

- Once días – contestó Camus

Laura recogió su pierna aun vendada con la puñalada que Henry le dio. Suavemente toco la venda, como si fuera la primera vez que la viera.

- Porque no me ayudo si yo soy su sobrina? porque dejo que él me hiciera todo esto? – pregunto casi en un susurro.

- De quien estás hablando cariño? – pregunto Camus

- Hernando. – dijo tocándose ahora la venda del hombro - El dejó que Henry me hiciera todo eso, y no me ayudo. Él estaba ahí. No tuvo piedad.

Camus y Saga se vieron mutuamente. Saga le había contado todo lo que había visto y vivido en la casa de Henry, incluyendo la forma en la que Hernando suplicó por su vida.

- No lo sabemos Cariño, pero ya estas a salvo aquí entre nosotros – respondió Camus

- A salvo de que, si él siempre me va encontrar y cada vez va ser peor – dijo Laura volteando a verlo a los ojos – Si no le importó cuando yo tenía catorce años, ahora menos.

Saga le acaricio la mejilla con suavidad. Laura cerro los ojos para disfrutar esa pequeña caricia.

- Amor... él no está aquí. Ya está muy lejos… - dijo Saga en tono tranquilizador.

Laura miró a Saga.

- Porque no me mato, le di suficientes motivos y oportunidades, porque?

Saga le tomo la cara con ambas manos.

- Tu querías morir? Era eso? – Le preguntó

Laura movió la cabeza negativamente. Sus ojos comenzaban a reaccionar a sus sentimientos amenazando con llorar pero sin llegar a hacerlo.

- No, pero no entiendo. Ya no estoy segura de nada. Porque no termino lo que empezó cuando yo era niña? Al fin y al cabo estaba drogada y no me podía defender, porque? No tiene sentido… Nada tiene sentido…

Camus voltea a ver a Saga. Acaso había algo más que ellos no supieran? Aprovecho el momento en que Saga le decía algunas cosas a Laura al oído para ir a la cocina y regresar con algo en la mano.

- Hace rato olvide darte tu postre porque te has portado muy bien. – dijo abriendo el envoltorio y dejando ver una barra de chocolate blanco con galletas oreo que había comprado la última vez que fueron a la tienda

Los ojos de Laura se iluminaron como si fuera una niña pequeña.

- Gracias – dijo mientras agarraba la barra de chocolate y comenzaba a chuparla, disfrutando de su sabor como si fuera la cosa más deliciosa del universo.

De pronto los miro como preguntándose si eran reales o no. Su mente estaba hecha un caos. No dejo de chupar su chocolate. Parecía que las endorfinas que estaba liberando su cerebro le estaban dando fuerzas para preguntar lo que necesitaba aclararse a sí misma.

- Yo recuerdo o al menos eso creo, que ustedes fueron los que me sacaron de ese… lugar, verdad?

- Sí. Nosotros fuimos – contesto Camus

Laura se quedó en silencio unos segundos asimilando la información.

- Exactamente… en qué estado me encontraron? Lo recuerdo todo borroso… fragmentos aquí y allá…

Camus volteo a ver a Saga.

- Dile la verdad – dijo Saga

- Estabas… bastante herida, estabas alucinando bajo la influencia de alguna droga… y…

- Y?

- Te habían… disfrazado.

- De qué? – pregunto Laura dejando el chocolate en la mano – Disfrazada de qué?

Camus trago saliva.

- De… colegiala.

Laura inhaló profundamente y se le quedo viendo a Camus.

- Gracias.

Camus ya la vio más tranquila y decidió salir y dejarlos solos antes de que Saga lo corriera con la mirada, por lo que le toma la mano a Laura, se la apretó en forma amistosa, y dio la media vuelta para salir.

Laura se le quedo viendo a su chocolate en la mano.

- No entiendo. Porque Henry me tuvo que mandar a ese lugar?

Camus volteó y regresó junto a Laura.

- Uhhh... por pocos huevos, cabrión, HDP...

Saga reprendió a Camus con la mirada y este tuvo que voltear para otro lado.

- No le basto con todo lo que me hizo? – dijo mientras con su mano acariciaba la gasa con la que le cubrían la herida en el pecho. Su voz se entrecortó cuando volvió a preguntar - y porque me tenía que marcar el pecho? Porque lo tenía que hacer porque?

Camus suspiró y decidió dejarle de nuevo el trabajo a Saga de tranquilizarla y salir de la habitación. Eran preguntas que él no podía contestar y que lo único que hacía era darle ganas de ir al inframundo a buscar a Henry y meterle una estalactita de hielo por el c.

Laura volteó a mirar a Saga.

- Dime porque? Porque alguien hace todo eso?

- No lo sé amor. No lo sé. – dijo Saga dándole un suave beso en los labios - Pero te prometo que pronto no tendrás esa cicatriz, pero si vuelves a hacer lo que hiciste en la mañana, tendrás muchas más por tus rasguños. eso quieres?

Laura negó con la cabeza.

- No, no quiero, no quiero tener eso – dijo suavemente

- Entonces prométeme que seguirás mis indicaciones. Confías en mí?

- Si

- Qué bueno. Te prometo, no, te juro! que tu cicatriz será casi imperceptible antes de que regresemos a casa. Me convidas chocolate?

Laura lo escondió atrás de su espalda.

- No! Es mío!

- Mmm… y si hacemos trueque?

- No! Me lo dieron a mí!

- Y si… Te cambio una mordidita de tu chocolate por un besito?

Los ojos de Laura se abrieron y una sonrisa ilumino su rostro.

- Pero… no tengo suficiente chocolate para todos los que quiero. – dijo ensenándole los ¾ de barra que le quedaba.

Saga sonrió y comenzó a besarla, hasta que ambos terminaron abrazados y felices.

Casi una hora más tarde Camus veía el horizonte desde la puerta principal de la casa. Ya comenzaba a anochecer y no había señal de Marín por ningún lado. Saga, quien había salido de la recamara por un poco de agua, vio a su amigo y se dirigió hacia él.

- Preocupado?

- Un poco

- No debiste hablarle así – dijo Saga – Sabes que ella no tiene culpa alguna.

- Lo sé. Suelo pensar mejor las cosas y lo sabes, pero este calor no me ayuda mucho. Me está matando lentamente. – contestó Camus – Creí que Laura ya estaba bien.

- Su cuerpo está reaccionando muy bien pero hay muchas cosas que tardaran mucho mucho más en recuperarse. – confesó – Tal vez es tiempo de que te vayas.

- Me corres?

- No, pero conforme avance junio, el calor se va a hacer tan insoportable que no estarás a gusto aquí. – dijo Saga – Laura estará bien conmigo. Además tienes que ir al compromiso de Shaina

Camus lo miro por unos segundos y regreso a vigilar el camino.

- Está bien. – asintió – De todos modos Laura parece responder más a tus estímulos que los míos. Me iré tan pronto pueda arreglarlo.

- Gracias Amigo. Te prometo que la cuidare bien.

- Lo se… Podrás quedarte tu solo?

- Claro que sí. Iras a buscarla?

- Al menos lo intentaré. – dijo Camus – Aioria me mataría si le pasara algo. Y Shaina también.

- Ve con cuidado y si necesitas ayuda, avísame a través de tu cosmos.

- Lo haré

Camus comenzó a caminar sobre la carretera hasta llegar al hotel. Nadie le impidió el paso, pues estaban bastante ocupados con un grupo de 40 personas llegando.

- Y ahora donde diablos la busco – pensó moviendo la cabeza para ambos lados.

Paso por la boutique, por el restaurante, por la alberca… Nada. Ni rastros de ella.

- Sera que Ío se la llevó a algún otro lado?

Se encamino a la playa iluminada de antorchas Tiki. De lado izquierdo, el bar de la playa estaba abierto y había un especial de bebidas, por lo que estaba atascado de gente.

De lado derecho se veía un grupo de jóvenes alrededor de una fogata con un reproductor que tocaba música de Rammstein mientras sus miembros parecían pasarla bien. Pero no vio a Marín por ningún lado.

Iba a regresar por donde venía cuando de frente se topó con la persona menos esperada: Isaak de Kraken, quien venia del bar con dos bebidas frías en la mano.

- Vaya, vaya… pero miren nada más que nos trajo la marea. – dijo – Nuestro queridísimo ex maestro.

Camus tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para parecer totalmente indiferente.

- Isaak…

- Que te trae por estos lares tan acalorados? – dijo Isaak tranquilamente – Estas aquí de luna de miel?

- No creo que sea de tu incumbencia. Estoy buscando a alguien. – dijo

- Ay no! Apoco ya te robaron a Fler otra vez? – dijo con claras ganas de provocarlo – Debe ser que no eres suficientemente hombre para ella que tiene que buscar por otro lado.

- Cállate.

- No, no. Ya sé. Eres demasiado frio en la cama. Jajaja

Camus no estaba de humor como para aguantar las claras agresiones verbales de su ex alumno. Encendió su cosmos. Si Isaak quería pelear, el respondería.

Isaak también lo encendió y pronto sus cinco compañeros los rodeaban.

- No tienes ningún derecho de hablar de Fler de esa manera – dijo

- Yo hablo de quien yo quiera como me venga en gana. – respondió Isaak – Te llegaron las fotos? Jajaja yo creo que sí, porque por tu culpa me la pase vagando en el limbo de la otra dimensión de Kanon. De no ser porque Poseidón lo obligo a sacarme de ahí, ahí seguiría.

- Isaak, no hagan ninguna tontería – dijo Kasa en un susurro – Julián anda por aquí.

- A mí no tienes que decirme nada – dijo Isaak con voz socarrona – Yo solo vine por dos bebidas al bar. Este – dijo señalando a Camus – No tiene por qué estar aquí.

- Yo no tengo necesidad de pelear contigo Isaak. Quédatela si quieres – dijo Camus con voz indiferente antes de darse la media vuelta.

- No, gracias. No me gusta recoger tus sobras. – dijo Isaak tomando de su bebida – Además es bastante tontita para mi gusto. Mira que fijarse en ti cuando todos sabemos que Hyoga estaba loquito por ella.

Los ojos de Camus se encendieron de una manera que tanto Bian como Kasa, que estaban frente a él retrocedieron un paso.

- Cállate – dijo Camus deteniendo su paso

- Oh vamos! Tampoco es que como si fuera tan buena en la cama y…

Camus no pudo soportar más y lanzó su polvo de diamantes, que Isaak contrarrestó con el suyo.

- Suficiente! – Gritó Aleix dando un golpe con su propio cosmo que hizo volar a ambos – Que está pasando aquí?

Camus volteo a verlo. El cosmo que lo había golpeado era muy parecido al de Kanon, pero el que lo miraba en la semioscuridad definitivamente no era él. Este chico tenía el cabello corto y más o menos obscuro, con enormes ojos azules. Intento sentirlo con su cosmos pero no había respuesta del extraño y lo alejado que estaba de la linterna más cercana no le ayudaba. La silueta le recordaba a alguien, pero no podía definir bien quien era. La voz, ya que parecía estar comiendo algo, tampoco le ayudo.

Los huéspedes que estaban cerca del lugar se apresuraban a subir las escaleras hacia la alberca. No querían estar en medio de ninguna pelea de ese tipo.

- Aleix, te presento a mi "ex" maestro. – dijo Isaak – Camus de Pecera

- Que dijiste imbécil? – dijo Camus regresando a retar a Isaak, pero Aleix se lo impidió.

- Alguno que sea imparcial en esto me explica que está pasando aquí antes que los mande a los dos al infierno? Tengo muy poca paciencia esta noche. – dijo Aleix

Esta vez Camus volteo a verlo de nuevo. Intentaba enfocar sus ojos para ver bien a ese tipo pero no podía hacerlo. Esta vez, la luz de enfrente lo deslumbraba.

- Mmm… si no mal entiendo Aleix, Isaak le bajo a la novia a su ex maestro aquí presente – dijo Krishna – Camus, Santo Dorado de Acuario de la orden de Athena.

- Acuario, Pecera… es lo mismo – dijo Isaak.

- Esperen. Déjame ver si entendí – dijo Aleix – Levanten la mano cuantos de ustedes seis se han metido con las novias o parejas de alguno de sus maestros o compañeros.

Los seis se miraron y levantaron la mano. Aleix solo se llevó la mano a los ojos. Esos eran más idiotas de lo que Poseidón le había dicho.

- De acuerdo. Vamos a tener una conversación muy seria ustedes y yo cuando terminemos esto – dijo Aleix y a continuación señaló a Camus y Isaak – Ustedes dos vengan.

Caminó hacia la hoguera donde Camus los había visto minutos antes.

Llegaron al claro frente a ella y Aleix se volteo.

- Puedo sentir la frustración en ambos y no me gusta. Odio la violencia y la evito cuando puedo, pero en este caso, estoy aburrido – dijo viendo la sorpresa en la cara de ambos - Y les voy a dar permiso de que se rompan la cara, pero… sin utilizar su cosmos ni ninguna de sus técnicas.

- Ja! Esto será pan comido – dijo Isaak.

Camus sintió que todo el rencor que le tenía a su ex alumno afloraba por cada uno de sus poros. Él fue el principal causante de su ruptura con Fler y no podía perdonarlo. No debía.

Los seis generales marinos se sentaron en posición de loto a ver la pelea. No era algo que pudiera verse todos los días.

Camus se abalanzó sobre Isaak y levantó su brazo derecho para lanzarle un puñetazo a Isaak en pómulo izquierdo. Isaak respondió inmediatamente dándole con su puñetazo derecho en la mandíbula de Camus.

Aleix veía la pelea con interés. Alumno y Maestro pelándose por una chica. A donde iba a parar el mundo.

Isaak levantó su pierna izquierda y lanzó una patada a Camus al costado el cual lo hizo tambalearse hacia un lado. Isaak al ver esto se lanzó hacia Camus y lo cogió de la cintura con la intención de hacerlo caer al piso, pero Camus plantó firmemente los pies al piso y golpeó con fuerza la espalda de Isaak con su codo para que así lo suelte logrando su cometido.

- Mmm… están seguros que Julián no nos va a reganar cuando vea las cámaras? – preguntó Krishna

- Shhhht No dejas ver! – regañó Kasa – Total. Nuestro superior les dio permiso.

- Cierto.

Isaak soltó a Camus y retrocedió dos paso. Camus aprovechó esto y extendió sus manos para golpear la cabeza de Isaak a ambos lados para desequilibrarlo y luego le lanzó un golpe debajo de la mandíbula mandando a Isaak a la arena. Camus se montó inmediatamente encima de Isaak y comenzó a darle puñetazos en la cara. Isaak logró bloquear uno de los golpes de Camus lanzándole a su vez un codazo en la mandíbula a Camus empujándolo para sacárselo de encima. Ambos cayeron sobre la arena.

- Ambos son peleadores formidables – dijo Aleix admirado

- Y ambos tienen casi el mismo nivel. – dijo Ío reflexivamente – Casi.

Aleix lo miro interrogante, pero sin decir nada regresó a ver la pelea.

Camus e Isaak se levantaron jadeantes. Camus se volvió a abalanzar sobre Isaak y lanzó un puñetazo a Isaak en el costado el cual conectó en sus costillas y lanzó un segundo que iba directo a su pecho, pero Isaak logró bloquearlo con su antebrazo y devolverle el golpe en el costado de Camus quien se repuso rápidamente y lanzó un codazo en la mandíbula de Isaak y un puño en su pecho.

- No debiste hacerlo – dijo Camus tratando de tomar aire y quejándose de los golpes en la mandíbula

- Tu no debiste preferir a Hyoga. Yo siempre fui mejor que el – se quejó Isaak doliéndose del último golpe de Camus

Tardó unos segundos en lanzarle un uppercut en el estómago de Camus sacándole así todo el aire para abalanzarse de nuevo para tratar de hacer caer a Camus pero Camus fue más rápido, cogió a Isaak del brazo y lo lanzó con fuerza contra la arena.

- Tú me ibas a dejar morir! Yo salve a tu favorito y no fuiste para salvarme a mí! – gritó Isaak señalando su ojo dañado – Tú me hiciste esto!

- Idiota! Te hice un maldito favor! – grito Camus – el Kraken te salvo y Kanon termino de criarte! Tienes una Scale que es equivalente a un nivel dorado mientras que Hyoga solo tiene una armadura oficial de bronce! Que más quieres?

Isaak se levantó inmediatamente y lanzó una patada al diafragma de Camus y gracias a esto Isaak logró conectar dos puñetazos a Camus. Camus paró el tercer puño de Isaak que iba dirigido a él, lo jaló hacia él, le dio un puño en el estómago, otro al costado y uno en el pómulo. Lo empujó hacia atrás e Isaak cayó cual largo era.

Cuando Camus iba a rematar al mal herido Isaak, Aleix volvió a intervenir, parando en seco el puno de Camus con una tranquilidad impresionante.

- Basta! Tu punto fue probado. Ahora vete de aquí. – dijo

Camus respiraba con dificultad por el esfuerzo físico. Se limpió con el dorso de la mano la sangre que manaba de su labio partido, y aplico un poco de su técnica fría en la mandíbula.

Isaak se levantó con ayuda de Krishna. Sus demás compañeros se pusieron a platicar con Aleix.

- Camus… - dijo Isaak – Lo siento.

Camus solo lo miro.

- Yo… nunca toque a Fler. – dijo apenas con fuerzas para hablar – Ella ni siquiera me gusta.

- Qué?

- Ella solo tenía ojos para ti – confesó – De hecho… cada que se compraba algo preguntaba si a ti te gustaría… Su vestido de novia… - sintió que se desmayaba pero Camus lo arrebató a Krishna del hombro y le aplico su técnica en algunos lugares para desinflamar los golpes, lo que también hizo que Isaak despertara – Su vestido… fue diseñado… solo para tus ojos. Yo estuve ahí. Las fotos… yo las envié solo para joderte.

Camus comenzó a sentirse físicamente mal. Isaak estaría diciendo la verdad? Se tambaleo un poco antes de preguntarle con apenas un susurro de voz.

- El… el telegrama…

- Cuál?

- Fler… ella se escapó contigo de Asgard, cierto?

A Isaak le costaba trabajo seguirle el hilo de la conversación.

- No. Ella solo quería… ir al Santuario a buscarte pero… Siegfried le pidió que fuera a Paris por su ajuar y algunas cosas para el palacio… Yo solo me dedique a cuidarla todo ese tiempo ya que ella… no conocía la ciudad…

Krishna tuvo que volver a sujetar a Isaak cuando sintió que a Camus le faltaban fuerzas. Lo llevó directo a la enfermería mientras que sus compañeros iban al bar por otro trago.

Camus, en cuanto su mente volvió a funcionar, regresó a la cabaña de Kanon olvidándose por completo del motivo que lo llevó al hotel en primer lugar.

Junio 5, 12:00 pm

Centro Comercial

Jerez de Frontera, España

Shura y Zita tomaron el elevador del centro comercial hasta el segundo piso. Zita reconoció la tienda de lencería donde habían ido la primera vez que llegaron a Jerez. Contrario a lo que ella pensaba, Shura la jalo hacia una gran farmacia.

- Pero Shura, estas seguro que aquí encontraremos lo que buscas aquí? – pregunto extrañada

- Sí. Aquí quiero comprar los regalos de mis amigos – contesto yendo directo al pasillo de bebes – Aquí están!

- Camisolas de bebe? – pregunto extrañada – Porque tendrías que regalarles eso?

Shura muy tarde recordó que Zita aún no sabía su "misión". No había sabido cómo explicárselo.

- Si bueno… es que… tarde o temprano todos tendrán que… tener hijos o no? Y que mejor si todos tienen uno igual.

Zita entrecerró los ojos.

- No me lo trago. Tienes que ser más explícito.

- Mmm… bueno. Pero no reacciones mal.

- Mmm… pues eso ya me hace sospechar y lo más seguro es que lo haga.

- Athena nos ha encargado la misión de… tener familia – dijo Shura un poco apenado por su torpeza en la explicación

- O sea que nuestro bebe es solamente una estúpida misión tuya? – dijo casi gritando

- Shhht baja la voz – dijo Shura abrazándola por atrás – Ni por mucho es eso. No se trata de andar teniendo hijos a lo estúpido. Esa no era la misión.

- Entonces?

- Teníamos que encontrar a la mujer adecuada para nosotros y enamorarnos. El plazo era de dos años. – explico – Ten por seguro que no tenía ninguna prisa, pero tampoco planeaba enamorarme tan pronto.

A Zita se le dibujó una sonrisa en el rostro y se le subieron los colores al rostro pero no iba a dejar su pose de enojada tan rápido.

- Y para que querría Athena que ustedes tuvieran familia si como me has dicho tu vida corre peligro en tu trabajo?

Shura sonrió y la abrazó más fuerte.

- Uno obedece sin preguntar.

- Eso no es nada bueno. – reclamó – Por eso quieres que me vaya contigo? Para que vea que cumpliste con tu Misión? O acaso Quiere sacrificarlos?

Shura no pudo evitarlo y se echó a reír

- No amorcito, solo quiere heredarles nuestras armaduras y nuestros puestos. Entrenarlos fuertes y guapos como todos nosotros.

Zita sonrió.

- No vino el sencillito? Si se parece a ti, de todos modos saldrá guapo pero no sé si me guste el hecho de que sea entrenado como tú. – confesó Zita esperando que Shura comenzara a gritarle, pero el únicamente la volteo para verla a los ojos

- En realidad la misión no importa amorcito. – dijo sonriendo – Ustedes las madres tienen la opción de no dejarlos y nadie reclamara nada. Las armaduras y mi posición no están en peligro por el momento, así que no importa. Se escoge a alguien que ya esté ahí y listo.

Zita intentaba ver a través de los ojos de Shura si acaso mentía, pero afortunadamente no vio nada que la hiciera pensar eso.

- Y si es niña?

- Es lo mismo. Tendrá la misma oportunidad de heredar mi armadura o puesto, o no. Depende de ti. Más bien le escogeremos un buen convento hasta que cumpla los 18 porque si sale tan hermosa como la madre, voy a tener que pelearme con todos los chamacos de los otros 11 para que no me la toquen.

- Y… si yo no quiero que entrenen a mi hijo… te enojarías conmigo?

- Claro que no. – dijo dándole un beso – Entiende que mi amor por ti no tiene nada que ver con mi misión. Es más… Al carajo con la misión! Yo solo quiero hacerte feliz a ti y a mi bebe… pero eso sí, aunque no aceptes entrenarlo, yo le ensenare a defenderse y pelear, sea niño o sea niña.

Zita roló los ojos. Hombres!

- Al rato me vas a decir que verán todos los partidos de soccer de los domingos donde salga el Real Madrid y…

Shura se puso muy serio.

- Ah no. Eso sí que no. Mi bebe le va a ir al Barcelona. El Real Madrid es para las nenas.

Zita se separó de sus brazos.

- Que dijiste?

- Real Madrid = Nenas – dijo provocándola.

Sabía que toda la tribu de Zita era gran fanática del Real Madrid y no se perdían los partidos por nada del mundo.

- Retráctate – dijo Muy seria

- No. Sabes bien que el Barca es mucho mejor. – dijo Shura mientras escogía las camisetitas, una para cada signo, aunque no estaba muy seguro de géminis así que compró dos. Todas en colores unisex.

- Retráctate o te acuso con Omar! – repitió Zita mientras lo seguía por el pasillo.

Shura metió dentro de la canastilla unas sonajas que también tenía signos zodiacales en ellas.

- Bueno bueno, mira. Ni tu ni yo. Que le vaya al Deportivo de La Coruña mientras nace y cuando nazca ya veremos. – dijo Shura dándole un beso en los labios – Es muy temprano para que peleemos por soccer. Además, su tío Toribio le dará una lección tan larga de soccer que lo más seguro es que se pase al lado obscuro y termine gustándolo el Atlético de Madrid Jajaja.

Zita sonrió y lo abrazó.

- Eso no pasará nunca en mi casa. – dijo – Pero mientras estemos en familia, que importa el equipo.

Shura le dio un beso en la cabeza y procedieron a pagar por los objetos comprados. Después pasarían a una tienda de bebes para ir dándose una idea del mobiliario que querrían en su casa.

Junio 5, 4:00 pm

Hospital Luxemburgo

Belo Horizonte, Brasil

Alde toco la puerta y entró a la habitación privada del Dr. Ferreira con un paquete bajo el brazo. El Dr. Rápidamente escondió algo bajo las sabanas y respiró aliviado al ver a Alde.

- Buenas tardes señor! – dijo Alde

- Hijo! Llegas temprano – dijo extendiendo las manos abriéndolas y cerrándolas como niño pidiendo dulce.

Alde rio y cerró la puerta con seguro.

- Sabe que si Niv me descubre me mata verdad? – dijo entregándole el paquete que traía para él.

- Sí, pero también sé que la puedes contentar con un solo beso – dijo descaradamente el Dr. Ferreira abriendo el empaque de la hamburguesa doble queso y dándole una mordida tan grande que Alde no pudo menos que sonreír.

Alde se sentó para poder platicar más a gusto.

- Que estaba haciendo cuando entre? – preguntó curioso

- Ahhh – dijo sacando una Tablet – Mis amigos con los que estaba en el hotel me consiguieron el video de cuando me caí. Jajaja según ellos para que los demande y cobre el seguro del hotel. Como si lo necesitara.

- Puedo verlo?

El Dr. Le entregó la Tablet mientras comía sus papas fritas. Alde apretó el botón de play y puso mucha atención. La primera parte era una toma general del salón de lado de las escaleras. No se veía nada en especial. Se veía tal como dijo el Dr., cayendo primero hacia atrás y luego hacia adelante.

El video seguía en varios diferentes ángulos pero el rostro de Alde se contrajo con furia cuando reconoció la cara de una persona que el supuso y casi adivino, no debía estar ahí: Momo.

Estaba al pie de la escalera viendo hacia arriba, pero bastante alejado de donde estaba el Dr. Sería posible…? No. Más bien estaba seguro. Iba a tener que hablar con Némesis al respecto. Esta situación no podía volver a ocurrir.

Junio 5, 8 am

Cabaña de Kanon

Columbus Isle, Bahamas.

Marín entró a la cabaña de Kanon sin zapatos para que no la escucharan entrar. Se sentía como debió sentirse Shaina tantas veces cuando de niña se escapaba para ir a jugar con Camus y Milo. Sí. Ella lo sabía. Ella misma la acusó tantas veces que perdió la cuenta, logrando que su compañera se ganara unos buenos azotes, mas no por eso dejaba de hacerlo. Sí. Siempre había admirado la tenacidad y rebeldía de Shaina, mas nunca se lo había dicho. Iba en contra de todo lo que le habían ensenado.

La tarde anterior, Ío le había dicho que no podría estar ese día con ella por razones de trabajo, pero le había dado un pase para estar como su invitada en el hotel y ya que lo que tenía que hacer lo mantendría fuera de su habitación, también le había dado una llave, ella había utilizado para bañarse e ir a ver la tele que Ío había metido de contrabando a la habitación. Ahí se había entretenido hasta muy noche y se había quedado dormida. Ío cumplió. No llegó en toda la noche y ella había despertado temprano, desayunado sola con vista al mar y regresado renuentemente a la cabaña.

Escucho voces en la recamara principal y pensó que afortunadamente todos estaban tan ocupados con Laura, que no se fijarían en ella, pero estaba equivocada. Camus la había sentido llegar, y ya estaba esperándola en la cocina.

- Muy bonito. – dijo Camus desde detrás de la puerta del refrigerador mientras buscaba algo interesante que poner en su licuado. – Muy bonitas horas de llegar. Maravillosas.

(Maldición!)

- Buenos días – dijo Marín en forma seca y con ganas de llegar a su recamara.

- Ya desayunaste? – pregunto Camus en la misma forma

- Si, gracias. – contestó Marín – Iré a cambiarme

- Es interesante ver como todos los valores en el recinto están podridos – dijo Camus para sí mismo en voz alta.

Marín se regresó sobre sus pasos.

- Disculpa?

- No. No te disculpo.

- No te hagas el gracioso – dijo Marín – Primero me acusas de algo que yo no hice y ahora dices que mis valores están podridos? Quien te crees que eres?

- Ciertamente alguien mucho mejor que tu – dijo cerrando de golpe el refrigerador dejando ver los moretones en su cara por su pelea con Isaac.

Marín estuvo a punto de correr a ayudarlo, pero se contuvo. No se lo merecía. Que sufriera! No le importaba!

- Mucho mejor dices? – dijo riendo – Vaya! Así te dices todos los días al verte al espejo para acallar tu conciencia?

- No tengo nada porque acallar mi conciencia. – refutó Camus azotando los ingredientes en la licuadora.

- En serio? Porque según cuentan las malas lenguas doradas tu eres un maldito traidor por donde lo veas! Además de que los valores de las mujeres a ti te valen un comino! Las usas y las desechas a tu antojo… como Fler por ejemplo!

- Estas tocando un tema muy delicado – dijo Camus con una voz que indicaba que perdería los estribos – Te sugiero que lo dejes en paz.

- Tu empezaste. – dijo Marín – Sí. Soy la don nadie del recinto y el fantasma que salía de la casa dorada de leo por las noches, pero escucho todo.

- Ja! Aceptas que salías de la casa de Leo todos los días sin permiso y dices que yo debo callar mi conciencia? Estas loca mujer! Si quería joder a cualquiera, Aioria debió preferir a Shaina! De todos modos a ella la vio primero sin mascara si no mal recuerdo. Nos la describió muy… poéticamente.

Marín respiró hondo. No debía perder la cordura. Tenía que calmarse.

- Qué?

- Vaya! La… "señora" no lo sabía? Wow! Parece que hubiera un problema de comunicación en esa casa. Bueno… con Aioria, todos tenemos ese problema. Pero volviendo a lo anterior… Debo reportar que no llegaste a dormir anoche por estar… "divirtiéndote" con el enemigo? Ja! Pero como reclamar si la misma Sanbocho les puso el mal ejemplo. – dijo Camus azotando tan fuerte sobre la barra que el vaso donde se serviría se rompió – Merde!

- Menos mal que eras amigo de Shaina – dijo Marín gritando – Que si no, harías las mismas estupideces que tu amigo allá adentro por las cuales no puede pisar el bendito santuario sin que reciba su castigo!

- Shaina sigue siendo mi amiga! Y ella sabe perfectamente lo que pienso de toda esa situación – volvió a gritar Camus

- Tu maldito ego no te deja ver más allá. – dijo Marín sonriendo – Pero yo que tú, me dedicaba a cuidar a tu amiga de allá adentro, porque es la única que te va a quedar y me alegrare muchísimo cuando te des cuenta de que estas solo. Estaré en primera fila viendo humillándote y reiré mucho.

- Vas a negar que pasaste la noche con Ío de Scylla? – pregunto Camus mientras limpiaba los vidrios rotos.

- Y eso que tiene que ver contigo? – pregunto Marín recargándose en la barra de la cocina – Según tu no tengo valores, al igual que mis compañeras, así que, a ti que te importa.

- No me importas tú, sino mi amigo Aioria. - confesó

- Jajaja si… esos amigos a los cuales sirves de tapadera. Me harás un gran favor en ir a decirle. Es más te diré: Pase tooooda la noche en la cama de Ío y no sabes cuánto lo disfruté. Lo necesitaba. Y lo volveré a hacer si se me presenta la oportunidad.

- Ah no. No lo harás. Me comunicare con Shion y le diré que tu presencia ya no es necesaria aquí. – dijo Camus con sangre fría.

- Me parece muy bien. – dijo Marín gritando – Y cuando vengan por mí, diles que vayan a buscarme al hotel, porque no voy a consentir estar un minuto más aquí!

Marín camino hacia la habitación y azotó la puerta. Comenzó a meter las pocas cosas que necesitaba y en un descuido de Camus que salió por la puerta trasera a sacar la basura, Marín salió por la puerta principal rumbo al hotel. Si ya había arruinado su reputación al estar una noche fuera de casa, que más daba que la arruinara completa.