Capítulo 138

11 de Junio, 9 pm

Recinto de las Amazonas

Santuario de Athena, Grecia

Yulij, Geist, Junet, Mayura, Marín y Shaina regresaron de hacer sus compras. Cruzaron la puerta, se colocaron sus máscaras de nuevo y se dirigieron al recinto. Las había acompañado Kanon como escolta, quien estuvo más que feliz de verlas modelarles diferentes vestidos de coctel, algunos más cortos y entallados que otros. Se despidió para subir a su casa y las seis se encaminaron iban platicando con sus bolsas llenas de vestidos, zapatos y accesorios.

- Crees que Samira haya podido con todas las niñas? – Pregunto Yulij a Junet

- En realidad se me hizo un poco encajoso de nuestra parte dejarle todo el paquete – contesto Junet a su amiga – aunque estoy segura de que mis niñas se comportaron a la altura.

- A mí solo me preocupa que Sammy esté incluida dentro de esas niñas. No es fácil de manejar como todas aquí sabemos – mencionó Mayura

Shaina se detuvo en seco.

- Que dijiste? – pregunto angustiada.

- Sammy. Llegó al recinto cuando nos estábamos yendo – dijo Mayura – Creí que tú la habías mandado llamar.

Shaina echó a correr hacia el recinto seguida de las demás. Se suponía que Sammy estaría arriba con Shion para darle la bienvenida a Saori y conociendo la animosidad que sentía por Samira…

Paso la puerta donde no había nadie. Después de todo ya era tarde. Ninguna de las seis había visto el reloj hasta que había sido demasiado tarde para volver a tiempo y encontrarlas despiertas.

El salón común estaba completamente limpio y vacío. Pasó a cada una de las barracas y las niñas estaban dormidas. No había señales de Sammy y temió lo peor. Las otras cinco chicas la ayudaron a buscar hasta que se le ocurrió revisar dentro de su propia cabaña. Ciertamente no estaba preparada para ver a Sammy, dormida profundamente, abrazada de Samira quien obviamente no estaba dormida, sino estaba esperando que llegaran.

Le hizo una señal a Shaina para que guardara silencio, lentamente se separó de Sammy y salió de la cama. Checó que Sammy siguiera dormida y salió de la cabaña de Shaina. Esta última seguía en silencio tratando de asimilar el hecho de que Samira parecía comenzar a llevarse bien con Sammy.

Todas las chicas sonrieron aliviadas cuando las vieron salir de la cabaña de Shaina hacia el patio. Se dirigieron todas a la Sala Común. Una vez dentro todas esperaron que Shaina hiciera la pregunta que esperaban oír:

- Como lo hiciste? – preguntó – Como pudiste ganártela?

- Te refieres a Sammy? – dijo Samira sonriendo complacida – Es una niña que ha pasado por mucho. Solo necesita atención, algo que la canse, un reto… y el hecho de que él bebe comenzara a patear.

Las seis voltearon a verse emocionadas. Ninguna de ellas tenía experiencia en embarazos y todo eso les causaba mucha curiosidad.

- En serio? Que se siente? – pregunto Marín

- Pues si te soy sincera Marín, me espante porque me dio una punzada y me dolió mucho. No se había movido hasta ahora y sin ningún adulto alrededor, creí que era algo malo. Estaba muy inquieta y estaba a punto de salir a buscar a alguien – contesto Samira – Pero luego Sammy comenzó a tener algún tipo de… como podría decirle? Conversación? Con él bebe y poco a poco se tranquilizó y Sammy también. Y desde ahí ya no me quiso soltar.

Las seis se volvieron a mirar intrigadas, pero sabían que si decían algo más, podrían preocupar a Samira. Así que Junet decidió cambiar el tema.

- Mira Samira! Te compramos algo para que uses en el compromiso! – dijo extendiéndole una gran bolsa rosa.

- Pero no se hubieran molestado! – dijo emocionada – Yo hubiera podido usar cualquier cosa. Al fin que no soy tan importante.

Shaina movió la cabeza.

- No Samira. Tu estarás ahí como mi invitada y estarás a la altura – dijo – Imagínate que hasta convencimos a Geist de levantarle el castigo a Junet por un día!

- Si pero… tenía que comprarse un vestido rojo? – reclamó Geist

- Pues ni que fuera una boda! – replico Junet – Entonces si seria de mal gusto. Además, tu tampoco sales de tu color morado.

- No es morado. Es negro tornasol

- Es lo mismo – replicó Geist – Ahí la importante de todos modos es Shaina así que hubiéramos podido ir en cueros Jajaja

- No porque los olímpicos iban a estar ahí y que oso que te vean tan plana – siguió molestándola Junet ganándose una palmada en la nuca por parte de Shaina.

- Compórtate o te juro que te llevo en pants y no te dejare que ni siquiera te pases el cepillo! – amenazó haciendo que de inmediato cerrara su boca como con un zipper – Mejor muéstrenle lo que compraron.

Todas las chicas comenzaron a sacar sus compras, excepto Shaina.

- Y tu vestido? – le pregunto Samira – Creí que a eso iban.

Shaina le lanzo una sonrisa traviesa.

- Mi vestido lo tiene Minos y aparentemente es una sorpresa, así que esperemos a que le haya atinado a mi talla y que yo no engorde de aquí en tres días – dijo guinandole un ojo.

Samira entendió el mensaje y dejo de insistir. Así las chicas comenzaron a probarse los vestidos para mostrárselos a Samira, quien les dijo más o menos el tipo de maquillaje que quedaría bien con cada uno de ellos.

12 de Junio, 9 am

Oficina de Minos

Ptolomea, Inframundo

Minos y Milo ya habían terminado de desayunar. Milo había aprendido que a Minos no le gustaba hablar mientras leía el periódico por la mañana y el aprovechaba para desayunar todo lo que podía y guardarse unos cuantos dulces para comérselos mientras estaba en su arduo trabajo.

La Puerta principal se abrió de golpe y Minos reconoció que esa era la forma de abrir la puerta de Aiacos. Tronó los dedos urgiendo a Milo a ir a esconderse para obedecer las órdenes de Hades y Milo se levantó con cara de fastidio para correr a su "celda" como le decía a la pequeña oficina que se le había asignado.

Minos corrió para intentar detener a Aiacos antes de que entrara a su oficina pero fue demasiado tarde. Aiacos depositó dos enormes cajas sobre su escritorio justo cuando Minos entraba en su oficina.

- Que no te dijeron que no entraras en mi casa por el momento? – reclamó Minos

- Pues sí pero Hades ya subió a la superficie, así que no vi problema – dijo Aiacos – Además me muero porque abras las cajas y me dices que te parecen?

Minos fisgoneo las cajas satinadas con un bordado de T.

- Dime que no lo hiciste – dijo Minos

- Hacer qué?

- Que Thetis hiciera los trajes

- No me dijiste que no querías que ella los hiciera – reclamo Aiacos – Limosnero y con garrote

Minos sonrió al ver a su amigo con cara de ofendido.

- Tú te ofreciste… yo no te dije nada…

- Bueno… ábrelas carajo! Acaban de llegar y yo los quiero viborear! – dijo Aiacos todo emocionado.

Minos se tomó su tiempo porque sabía que así estaba torturando involuntariamente a Aiacos.

Terminó de abrir la caja rosa y abrió el papel que envolvía el vestido de Shaina. Ambos quedaron fascinados con el trabajo.

- Wow! Esa escuincla sí que es buena! – dijo Minos recibiendo un golpe en la nuca – Que?

- Esa escuincla tiene nombre – dijo Aiacos defendiéndola

- Y? Tu no la estas tomando en serio de todos modos!

- Bueno eso sí. Pero me haces sentir viejo cuando le dices así. – contestó Aiacos mientras admiraba el bordado dorado en el frente del vestido.

Cuando le dio las fotos a Thes, ella le había dicho que quedaría el mismo diseño pero mucho mejor y él no le había creído, pero ahora tenía que darle crédito. Thes había mejorado el diseño poniéndole detalles que resaltaban más, pero lo hacían más bello.

- Ahhh Shaina será la novia más bonita del mundo con este vestido – dijo Minos

- No parece vestido de novia, la verdad – dijo Aiacos – No es completamente blanco, ni tiene cola, ni velo…

- Ese es el chiste. Crees que quiera peinarse con chonguitos? – preguntó Minos

- Jajaja solo si tú te cortas el pelo! – provocó Aiacos

- No! Estás Loco o que te pasa? – reclamo Minos – Me vería igual de feo que tú!

- Jajaja tan feo que soy modelo, idiota! – contestó Aiacos sonriendo.

- Ya ya… solo los jotos te consideran atractivo – dijo Minos guardando el vestido de manera delicada.

Cerro la tapa y destapó la caja azul.

- Jajaja que ridículo! – se burló Aiacos – Hasta te puso la capa!

- A mí me parece bastante…. – A Minos le gano la risa - Jajaja…. No no es cierto…. Jajaja Si que me voy a ver ridículo Jajaja

- Sí. Pero tú siempre te ves así. – dijo Sacándole la lengua y saliendo de su espacio para no recibir un golpe. – No estas nervioso?

- Yo? Por qué tendría que estarlo? – contestó Minos guardando el traje

- Pues… que tal que Hades se enoja contigo y te elimina – dijo Aiacos – A quien vendré a molestar?

- Si me mata… tengo pase directo a los Elíseos con el contrato que firmé – dijo Minos sentándose en su silla ejecutiva

- Aja… pero entonces la dejaras viuda y disponible…

- Ah no! Que se venga conmigo también.

- Ella no tiene pase directo a los Elíseos

- Pero puedes juzgarla tú y mandarla.

- Eso sí.

Se quedaron en silencio unos segundos. Ambos sabían que lo que estaba por hacer Minos era en extremo peligroso y no era para jugar con eso.

- Y vale la pena el riesgo? – pregunto Aiacos suavemente

Minos sacó de su cajón el calendario de escritorio que Shaina le había hecho y miro las fotografías.

- Lo haría mil veces por ella. – contestó Minos.

Aiacos sacudió la cabeza.

- Que carajos te hizo que te trae tan loco? Es bonita, pero las has tenido más bonitas.

- No sé. Tienes razón pero… Es por el reto supongo. Me reta a ser mejor pero no me impide ser el HDP que soy. Me reta a conquistarla todos los días y no dar por sentado que ya es mía. Me reta a cambiar las reglas y usar mi cerebro y no solo mi…

- Ya entendí, ya entendí. – dijo Aiacos – El angelito alado te flecho y ni cuenta te diste.

- Algo así.

- Algún día yo también quiero lo mismo.

- No por favor – dijo Minos en actitud suplicante – Con Aiacos amando a Aiacos con locura tenemos Jajaja

- Jajaja que idiota. Y… se irán de luna de miel?

- Tssss… ni siquiera sé si saldremos vivos de esa y ya quieres luna de miel – contesto Minos – Pero de que me la robo para desquitarme… me la robo. Por las alas de mi Sapuri que sí!

Aiacos puso cara de extrañeza.

- Pues que carajos te hizo?

Por toda respuesta, Minos le pasó el calendario. No había fotos comprometedoras como las demás piezas y aun así Aiacos comenzó a Sudar al verlas.

- Mamacita! No pues te salió cabroncita verdad?

- Ni que lo digas. Me manda esto y luego me hace jurar que no voy a desfogarme de ningún modo. Bah! – dijo Minos cruzándose de brazos

- Que que? Pero no lo hiciste o sí?

No obtuvo respuesta, por lo que Aiacos dedujo solo la respuesta, pero una sola Mirada de Minos hizo que detuviera la risa en su garganta.

- Ouch. No pues con razón te la vas a robar después de la fiesta.

- Robar robar… no. Estaré en mi derecho como su esposo, verdad? – dijo Minos en tono travieso.

- Doblemente amigo… doblemente. Vamos a ver si ya llegó Rada? – pregunto Aiacos

- Si! Nos tiene que platicar como le está yendo cuidando a la señorita Pandora – dijo guardando su calendario en el cajón y dejando las cajas sobre su escritorio.

Ambos jueces salieron de Ptolomea platicando como los grandes amigos que eran, sin recordar que en esa oficina había una tercera persona que había escuchado toda la conversación sin siquiera respirar: Milo.

12 de Junio, 5 pm

Calabozo #1

Santuario de Athena, Grecia

Camus permanecía recostado con las manos detrás de la nuca sobre el catre del calabozo donde lo habían puesto desde el día anterior. Pensaba en todo lo que le había sucedido desde principios de año. Los momentos felices, los no tanto, todo lo que había pasado con Fler, sus estúpidos celos… Sería que Milo tenía razón y tenía que buscarla y pedirle perdón aunque fuera de rodillas? Pero por dónde empezaba? Si iba a Asgard y Fler le había comentado algo a Hilda no sería bienvenido y entonces hasta podía generar problemas de nuevo con el santuario y eso no se lo perdonaría.

En eso estaba cuando alguien se aproximó y pateo su catre por entre la reja.

- Que quieres Hyoga? No tienes nada mejor que hacer? – dijo sin moverse al sentir el cosmo enojado de su ex alumno

- Tienes suerte de estar ahí adentro, porque si no…. – dijo Hyoga en tono amenazador

- Porque si no que? - contestó Camus incorporándose pero dándole la espalda.

- Sabes bien de lo que soy capaz de hacer.

Camus comenzó a reír.

- Ah sí! Manejar la lata de pintura como un delincuente para graffitear mi casa fue muy maduro de tu parte. Sobre todo las faltas de ortografía en la palabra INVESIL. – Dijo Camus burlándose mientras volvía a recostarse – Creo que debes regresar a la primaria.

- Cállate! No importa como escribo! Quería que supieras que lo sé todo!

- Cierto. No importa. – dijo Camus – Lo importante es que tuviste el valor de manosear mi ropa interior cual adolescente arrecho. Creo que juntarte tanto con Shun te ha hecho tan afeminado como Misti!

Hyoga, quien ya estaba enojado cuando entro a la zona de mazmorras, comenzaba a molestarse por no poder hacer que Camus estallara. Lanzó su polvo de diamantes contra su maestro, pero este lo detuvo con una sola mano.

- Quiero pelear contigo – dijo Hyoga finalmente – Quiero romperte la cara cuando menos por lo que le hiciste a Fler.

Camus se levantó y fue directo a donde estaba Hyoga con la misma cara inexpresiva de siempre cruzando los brazos en el proceso.

- Y según tú, que se supone que le hice?

Hyoga lo miró con furia.

- Tu… tú la arruinaste!... Sabías que yo iba a regresar por ella en cuanto cumpliera la mayoría de edad!

- Aja… y eso sucedió el pasado Enero 23. Yo estaba ahí y no te vi por ningún lado. – dijo Camus – Si lo que dices es verdad, tu hubieras hecho lo posible por ir, pero ni siquiera lo intentaste.

- Tuve otras cosas que hacer y…

- Ah bueno. Menos mal que te importa tanto – dijo Camus volviendo a su catre pero esta vez con la cabeza del otro lado para poder ver a Hyoga.

Hyoga se sentó contra los barrotes dándole la espalda a la celda.

- Tu sabias que yo la amaba. – dijo Hyoga con la cabeza entre las manos – Yo mismo te lo dije cuándo regresé de Asgard.

- Sí. Lo hiciste. Y yo no hice ningún movimiento que fuera en contra de eso – confesó Camus – Solo sucedió hace más de dos años cuando fui con Milo a Asgard. Yo no lo tenía planeado, de hecho… nuestras primeras conversaciones fueron acerca de ti.

- De verdad?

- Sí. Ella me dijo que aunque tu mostraste un ligero interés en ella, jamás le escribiste, ni fuiste a verla… nada.

- Yo…

- Ella es 4 años mayor que tu Hyoga. De verdad creíste que así la conquistarías? – pregunto Camus – Acaso no te diste cuenta que en ese entonces ella… tenía una malsana atracción por Hagen?

Hyoga volteo a ver a su maestro.

- Sí, pero… creí que ella lo quería como un hermano…

Camus volteó los ojos con indulto.

- No le prestaste suficiente atención Hyoga. No te culpo. Ella es… tan hermosa…

- Lo se…

- Yo… lamento haberte decepcionado Hyoga. Lo nuestro solo paso debido a la convivencia, la atracción mutua y un desafortunado incidente con Hagen. – dijo Camus cerrando los ojos para calmarse un poco – Juro que no lo hice adrede. De hecho… desaparecí de su vida durante 2 años esperando que tu hicieras algún movimiento, respetando el hecho de que tú me habías confiado que regresarías, pero… eso no sucedió.

- Tardé demasiado, cierto? – preguntó Hyoga resignado

- A decir verdad… sí.

Ambos se quedaron en silencio, cada uno con absorto en su propio dolor.

- Pero no me quede sin castigo por lo que te hice Hyoga. Los dioses y humanos conspiraron para que ni Fler ni yo pudiéramos ser felices juntos y heme aquí, solo y arrepentido por haberla dejado ir tan fácilmente. – dijo Camus recogiendo las rodillas y escogiendo su cabeza entre ellas.

Hyoga volteo a ver fijamente a su maestro. La temperatura del lugar estaba descendiendo. El cosmo triste de Camus le transmitió a Hyoga todo lo que estaba sintiendo sin querer.

- Maestro! De verdad está sufriendo! – exclamo Hyoga en voz baja

Camus no se movió. Solo cerró los ojos y se mantuvo en silencio.

Hyoga se levantó del suelo donde estaba y miró a su maestro impotente. Estaba dividido. Era cierto que había querido ir a ver a Fler muchas veces, pero cosas sin importancia lo habían hecho quedarse con Saori o Shun o Shiryu. Si la había perdido fue por su desidia y ante el mejor, que era su maestro. Camus parecía haber peleado con Fler y de algún modo ellos ya tampoco estaban juntos. Sería que podría el hablar con ella para ver cómo estaban las cosas? Tal vez echarle una mano a su maestro al que le debía mucho aunque tuviera que entregarle a Fler?

Salió de los calabozos sin decir nada. Tenía que pensar muy bien si lo quería hacer o no.

12 de Junio, 8am

Oficina de Mesis

Belo Horizonte, Brasil

Momo y Mesis estaban atareados en los teléfonos. El apaciguando las aguas en los centros de apuestas y ella amenazando a nuevas víctimas. Ambos estaban enfrascados en sus respectivas conversaciones cuando la puerta se abrió azotándose en la pared.

Las dos figuras siniestras de Thanatos e Hypnos, vestidos con sus trajes negros con camisa gris, entraron mirando con desdén a sus hermanos. Ambos tuvieron que colgar sus llamadas.

- Buenos días… - dijo Hypnos con voz muy seria

- Hy-Hypnos! No te esperábamos tan temprano! – dijo Mesis dejándole rápidamente la silla ejecutiva a su hermano

- Si… los cambios de horarios siempre nos desconciertan – dijo el dios del sueño – Ya llevamos casi dos días de fiesta y decidimos terminarla aquí, bailando con las cariocas.

- Dijiste que no íbamos a bailar sino a… - comenzó a decir Thanatos

- Cállate Than! – dijo Hypnos fastidiado por la interrupción – Estos dos imbéciles ni siquiera saben por qué estamos festejando, o si?

Momo y Mesis se voltearon a ver. Efectivamente no tenían ni la menor idea.

- Ja! Ves Than? Para eso sirven los hermanos – dijo Hypnos burlón – Mañana es nuestro cumpleaños.

Momo corrió a abrazarlos y felicitarlos de una manera tan solicita que le sacó una risa a Than.

- Sin embargo, tengo que venir a esta mugrienta oficina, pues me ha llegado el rumor que a cierta persona se le salió de las manos – dijo en tono neutro volteando a ver a Mesis

Thanatos, quien ya se había recostado en el sillón de piel comentó:

- Dales el sueño eterno y vamos a seguir festejando.

Hypnos volteo a ver a su hermano y después a Mesis de nuevo.

- Momo… porque no le muestras a Than las chicas que tenemos a nuestra disposición en el catalogo a ver si le gusta alguna?

Thanatos volteo a ver a su gemelo. Era obvio que no lo quería ahí, así que se levantó con molestia para seguir a momo a otra habitación.

Hypnos entonces invitó a Mesis a sentarse frente a él y tomó una posición más cómoda en el gran asiento de piel subiendo incluso los pies al escritorio.

Mesis estaba temblando. Si había alguien a quien temerle era a su madre y a sus hermanos gemelos. Los demás eran pan comido para ella.

- Y bien? Me vas a dar tu versión o me quedo con la que me dio el inútil de tu hermano? – dijo Hypnos

- Te recuerdo que también es tu hermano.

- Prefiero hacer como que no. – dijo altivamente – Entonces?

- No sé qué fue lo que te dijo – contesto Mesis mirándolo a los ojos.

- Mmm… que por andar de caliente, entregaste información confidencial a alguien que simplemente jodio el negocio por completo. – dijo tranquilamente Hypnos

Mesis suspiro y bajo la mirada. No quería recordar esa humillación.

- Así que es cierto.

- Lo siento.

Hypnos bajo los pies se puso a jugar con la pluma fuente de Mesis y le soltó una bofetada por sobre el escritorio, volviendo a sentarse.

Mesis ya la esperaba pero aun así, se llevó la mejilla para intentar calmar el ardor de su carne.

- Me puedes decir como carajos es que un simple mortal engaña a una diosa como tú? Estas en celo o que te pasa?

- No fue un simple mortal! – grito Mesis para defenderse – Fue un maldito Santo de Athena!

Hypnos, quien no se esperaba esa respuesta, abrió grandes sus ojos y se levantó lentamente.

- Que cosa dijiste?

Instintivamente Mesis también se levantó y comenzó a dar pequeños pasos hacia atrás.

- Yo…

- Un Santo de Athena?

- Si

- Quién?

- Si te lo digo… le harás daño y no quiero.

- Ah no. El daño se lo vas a hacer tu. Para eso eres la Diosa de la venganza.

- No quiero!

- No te estoy preguntando, te lo estoy ordenando! – Grito Hypnos enfadado - A menos que seas tú quien pague las consecuencias.

Mesis se mordió un labio. Si era Alde o ella, no había más remedio.

- Está bien… yo me encargo. Solo no te enojes.

- Cuanto me hiciste perder en dólares Mesis?

- Yo… no sé exactamente…

- Cuanto!

La chica no tuvo más que agarrar un post it y escribir una cantidad que a cualquier persona normal se le hubiera hecho una fortuna, y se la entregó a su hermano. Este lo vio y arrugo el papel.

- Es mucho.

- Lo sé! Pero puedo ayudar a recuperarlo rápidamente! – dijo Mesis corriendo hacia el gabinete junto a la entrada para abrir un cajón y extraer un grueso expediente que le entregó a Hypnos temblando.

El dios del sueño casi se lo arrebato de las manos y se puso a analizar hoja por hoja. Terminó por sentarse para concentrarse mejor mientras Mesis se retorcía los dedos.

- Explícamelo. Ya me dio sueno leer tanta información

- Pues básicamente es mudar nuestra base de operaciones a Buenos Aires. – dijo Mesis – Los fanáticos en Argentina están todavía más locos que los brasileños.

- No creo. – dijo Hypnos cruzándose de brazos esperando una explicación más amplia

- Si mira. – dijo Mesis sacándole unas estadísticas – Esta es la cantidad de personas brasileñas que le van a x, y y z equipo. De esos fanáticos, este es el porcentaje de personas que apuestan y esta columna, la cantidad promedio que pierden dándonos una ganancia neta de esta cantidad.

- Aja

- Ahora checa las mismas estadísticas mismas columnas y resultados de los hinchas argentinos..

Hypnos no que Mesis viera que verdaderamente estaba impresionado. La cantidad era mucho mayor.

- Ok. Ya entendí. Pero ciertamente alguien ya debió agarrar la plaza, no?

Mesis sonrió. Hypnos estaba a punto de aceptar su plan y de perdonarle la vida como era su intención.

- Sí. Y ya está solucionado. Simples humanos creyéndose más listos que nosotros. Desaparecieron en los andes cuando venían de una despedida de soltero. – dijo con una sonrisa algo sádica

- Los eliminaste? – pregunto sorprendido

- No. Solo tuvieron un aterrizaje forzoso por problemas técnicos en la avioneta. Firmaron un testamento dejándonos el negocio a nosotros. – dijo- Si acaso llegan a ser rescatados antes de que mueran de hambre, tardaran tanto en recuperarse que ya no podrán con el negocio.

Hypnos se quedó callado. Su hermana podía ser tan perversa como Than cuando se lo proponía.

- Cuanto tiempo tardarías en recuperar mi dinero perdido?

- Tres meses máximo – dijo Mesis cada vez más aliviada

- Eso quiere decir que trabajaras sin sueldo, beneficios o ganancias en seis verdad?

- Qué? Eso no es justo! – reclamo Mesis.

El la tomó de la solapa de la blusa.

- Lo que no es justo, es que tenga una hermana estúpida y caliente y tenga que mover todo mi negocio por su culpa. Y hablando de hermanas… donde diablos esta Keres?

- Con… Ares?

- Si estuviera con él, no te estaría preguntando por ella.

- No tengo idea…. Momo dijo que vino a buscarme pero yo no estaba… no he sabido nada de ella. – dijo Mesis tratando de soltarse

Hypnos la soltó y se alisó su saco y mangas.

- Si la ves, dile que lo último que me hizo lo va a pagar con su vida. Madre también quiere verla porque le han llegado noticias bastante perturbadoras.

- Le pasare tu recado si la veo. – dijo Mesis acomodándose la ropa

Hypnos se dirigió hacia la puerta.

- Te doy 3 días para que comiences las operaciones en Buenos Aires y para que ese Santo de Athena pague por lo que me hizo, o vendré por ti y no precisamente para llevarte de paseo. Estamos claros?

- Sí.

- Bien. Avísame donde quedara esta nueva oficina. Pasare cada semana a verificar que no hagas idioteces otra vez como si fueras una maldita novata. – dijo cerrando la puerta tras él.

Mesis se dejó caer en el suelo aliviada. Hypnos había tomado la noticia mejor de lo que esperaba, pero ahora tenía que hacer algo que ella ya había decidido que no haría.

- Lo siento Alde… pero mi pellejo está en juego. – dijo antes de mandar varias instrucciones por su celular.

12 de junio, 8.55 am

Cabaña de Kanon

San Salvador, Bahamas

La temporada de monzones se había adelantado este año y aunque aún no había llovido en esa isla gracias a la protección de Poseidón, los truenos y relámpagos en el mar podían verse cada noche desde la terraza. Después de la tarde/noche de veneración que había pasado Saga con Laura so pretexto de hacerla olvidar, ambos habían caído dormidos ininterrumpidamente incluyendo a Laura, que por primera vez desde que llegaron a la cabaña parecía no haber tenido pesadillas.

Desgraciadamente, la semana del compromiso de un juez del inframundo con la sanbōchō del santuario de Athena, prometía ser un gran evento y Poseidón había decidido viajar con algunos días de anticipación a Grecia, provocando que la lluvia comenzara a acercarse peligrosamente a la isla.

Saga se despertó con uno de los truenos y vio el reloj de su celular: Casi las 9 am.

- Diantres! Me quedé dormido! …. pero si se me ha olvidado todo! Curarla… Medicinas… En qué diablos estaba pensando? Ah sí... jejeje… ya me acordé.

Se levantó con mucho cuidado para intentar no despertarla pero Laura automáticamente abrió los ojos viendo la espalda desnuda de Saga y recordando el placer que él le había dado la noche anterior, lo que provoco que, avergonzada, se tapara la cara con la sabana y no dijera nada. Aun con la cara tapada, trató de volver a dormirse pero los truenos y relámpagos se hacían cada vez más fuerte, haciendo que brincara con cada uno de ellos.

- Respira Laura… no te asustes, no te asustes – susurra para sí misma

- Amor... estas despierta? – preguntó Saga suavemente al escuchar los murmullos

Laura se destapó solo los ojos

- A dónde vas?

Saga se regresó y le dio un beso en los labios.

- No sé si Kanon tuvo la previsión de arreglar o no el techo, y parece que va a llover. Solo voy rápido a revisarlo - dijo

- Voy contigo

- Ven pues...

Laura levantó las sabanas y dándose cuenta de que esta desnuda, se puso roja y se volvió a tapar con ellas. Saga se levantó y entró al baño para lavarse, afeitarse, etc., Laura se levantó de la cama con la sabana envuelta, saca lo primero que encuentra de los cajones incluyendo su ropa interior y tan pronto como escucha que Saga se fue a la cocina, entró a bañarse. Al salir, se dio cuenta que no contaba con un pequeño inconveniente.

- Amor, me haces un favor?

Saga se acercó y vio que Laura tenía el brazo en el pecho para que no se le caiga el sostén, y le dio la espalda

- me ayudas? No puedo abrocharlo. Me duele mucho mi brazo.

Saga se lo quitó.

- Nah! No te pongas nada. Así estas bien, nadie más que yo te va a ver de todos modos.

Laura se ruborizo.

- Si pero… pero…no pretendes que ande al aire libre o sí?

- Te advertí que era exhibicionista, así que Sip. Quiero que andes comando solo con la playera para que el sol no vaya a lastimarte.

- Si pero el exhibicionista eres tú no yo…!

Saga se fue a la cocina silbando con el sostén en la mano, dejándola hablando sola.

- vamos a ver si cuando me lo pueda abrochar yo sola me hace lo mismo – murmuró Laura mientras se ponía una playera de él y fue hacia la cocina - se puede saber qué piensas hacer tu con él? porque la verdad no creo que te quede…

- Jajaja te lo voy a esconder, así no podrás ponértelo nunca mas – bromeó Saga.

- Por cada uno que me escondas, puedo comprarme tres mas

- Seguro!... te invito a ir caminando al hotel y hacerlo cuando quieras. Podemos jugar a que tu gastas tu dinero y yo te los sigo desapareciendo! Al fin que solo tienes que tomar el camino hacia el norte como medio kilómetro.

Laura comenzó a sonreír traviesa.

- Creo que lo voy a intentar… así podría comprarme un muy bonito conjunto de ropa interior rojo…. con liguero y medias de red incluidas…Crees que se me vería bien? – dijo con coquetería

A Saga le comenzó a temblar la mano con la que sostenía el vaso de jugo que estaba tomando.

- mmm... Nop

- no se me vería bonito o no me lo compro? – pregunto intrigada

- no te lo compres! – suplico Saga - me vas a torturar, porque aún no puedo hacerte lo que yo quiero

- Jajaja gracias por el dato. El día que me vaya a comprar ese tipo de conjuntos me vas acompañar verdad?

- Pues... y si primero estrenas los que ya están en el cajón? – dijo Saga ruborizándose un poco

Laura sonrió.

- cual cajón?

- si te digo... prometes no torturarme poniéndotelos hasta que yo te lo pida?

- todo depende de cómo te portes

Laura le quito el vaso de jugo para tomárselo ella, lo tomó de la mano y lo llevó hasta la habitación. Comenzó a jugar con su playera de una forma que a Saga se le erizaron todos los vellos del cuerpo.

- Anda… no seas malo… solo quiero verlos… me dices donde están?

- Prométeme que no me vas a torturar – dijo Saga tragando saliva.

- voy a hacer mi mayor esfuerzo – dijo Laura en tono inocente.

- No. Con esos hermosos y suaves labios tuyos di: Te prometo no usar ninguna de esas prendas para torturarte.

Laura le puso la carita más inocente que pudo.

- Te prometo no usar ninguna de esas prendas para torturarte – dijo suavemente

- Bueno... En el Closet. Tercer cajón a la derecha de arriba hacia abajo

Laura fue hasta el cajón donde le indicaron y sacó un hermoso y vaporoso babydoll tipo batita de color negro.

- Me dan ganas de ponérmelo y andar así por toda la casa – dijo provocativa

- Me lo prometiste!

- Prometí no torturarte, mas no prometí no provocarte. Jajaja Pero mejor lo guardo para otra ocasión.

Saga puso cara de alivio inmediatamente. En eso, un rayo cayó en lo que a Laura le pareció muy cerca de ahí y brincó por el susto. Saga la abrazó

- Odio estar encerrada cuando está lloviendo – confesó- amo la lluvia, pero odio los truenos y rayos – dijo devolviéndole el abrazo.

- No te preocupes. pasará pronto – dijo Saga.

- Me traen muy malos recuerdos. Quisiera mojarme pero siempre y cuando no haya truenos.

- A mí no me gusta salir cuando llueve. Es peligroso y en los charcos hay virus, bacterias y otros bichos que no soporto además de que la lluvia causa enfermedades respiratorias si no se atiende

Laura lo miró como si fuera un bicho raro.

- No inventes!, pero si tu trabajas todos los días con virus y bacterias, ósea que si te digo que quiero salir a mojarme que dirías?

- Te diría que no, pero no eres una niña, así que harás lo que se te venga en gana y yo pasare las noches en vela hasta que te compongas, con tal de decirte TE LO DIJE – dijo Saga sonriendo - Porque no preparamos un poco de chocolate caliente con malvaviscos y nos sentamos a ver la lluvia desde el porche?

- Jajaja está bien, yo nunca le digo no al chocolate

- bueno pues... vamos los dos...

Ambos regresaron a la cocina.

- oye amor una cosa si te digo, si no puedo evitar que Nat me cuente lo que hizo con DM, te juro que tú y Camus me las pagan bien caras

- Jajaja por qué? Sería muy educativo para ti – bromeo Saga

- Porque no quiero. Nat siempre me está contando con lujo de detalles.

- Jajaja no seas tontita. Tu puedes evitar que ella te siga molestando. Ya te di las armas. Como se le dice en tu jerga a alguien que a través de métodos poco ortodoxos se infiltra con una contraseña que no es de ella en una base de datos ultra secreta para compartir esa información con civiles?

Saga comenzó a hacer una malteada y ella un chocolate caliente.

- En mi jerga a esos se le llama compartir información que puede o no puede ser comprometida o también compartir información ilegalmente. Es bastante penado por la ley.

- Ahhh pues ahí tienes como chantajearla para que diga y haga o no lo que tú quieras, Jejeje, Obvio hablo de Nat, Era la única forma que encontramos para descifrar tu condenada tarjeta acusatoria. Ya lo demás lo hizo Kanon.

- Cual tarjeta acusatoria? – preguntó extrañada.

- Donde mencionabas a Henry como responsable de que algo te sucediera

- ok, pero si entendieron que tenía que buscar la información en la interpol?

Saga la miró con cara de si aja

- Me ves cara de detective? Nat quería llamarle a tu jefe y dejarle todo a las autoridades. Nosotros no teníamos ni idea de que se trataba

- Ay Dios mío no puede ser! – Laura empezó a reírse sin querer – Entonces insinúas que Nat saco la información ilegalmente de la interpol

- Es bueno saber que te ríes. Así a la próxima que te secuestren e intenten matarte le dejo todo a las autoridades competentes - dijo mientras de coraje comenzó a tomarse la malteada de Laura

- noooooooooooooooooo dame mi malteada

- Háblale y pregúntale a ella, Ya que no te gustan mis métodos – dijo algo molesto

- Dame mi malteada!

- Nop, Me quedo muy rica, Mmm... Que rica!

- Si lo hubieras dejado a la autoridades competentes como tú dices yo no estaría aquí. Dámela!

- No te doy nada. Me la voy a terminar toda

- Dámela!

- No

Laura fue hasta donde estaba el e intentó quitarle el vaso. Saga, para seguir el juego, levantó el brazo por arriba de su cabeza. Cerca de un metro arriba de Laura

- Crees que eso me va a detener? – preguntó Laura poniendo sus brazos en el cuello de saga e impulsándose hacia arriba enroscando sus piernas en su cintura, mientras estiraba el brazo y finalmente alcanzaba la malteada.

Saga no hizo nada por detenerla porque estaba temblando de coraje.

- Estas loca? Para qué carajo me molesto entonces en hacer que te sientas mejor?!

Laura cogió el vaso de malteada y se lo tomó muy feliz y con la mirada a Saga desafiante.

Este no lo soportó y salió hacia la recamara azotando la puerta al cerrarla y echando el cerrojo. Se tiro boca abajo sobre la cama. No piensa salir. Está enojado.

Laura no entendió que había pasado, pero intentó no darle demasiada importancia, se terminó el vaso de malteada, terminó de hacer el chocolate, se sirvió un vaso y fue a sentarse al porche,

Queriendo desafiar a Saga, había decidido salir a mojarse, pero los rayos y truenos cada vez eran más fuertes y asustada, decidió ir a buscar a Saga. Toco la puerta, pero él no le respondió. Intentó abrir la puerta pero estaba cerrado.

- Ábreme!

- No! – gritó Saga – Vete. Haz lo que quieras!

- Es por lo de la malteada? estoy herida, pero no soy una muñeca de cristal que a la primera se rompe

- Y como tal te voy a tratar entonces. Largo!

- Sabes qué? Cuando se te de la jodida ganas de hablar me avisas, voy a estar afuera mojándome y mientras pelea tu solo.

- Sal a la lluvia... y cuando regreses no me vas a encontrar.

Laura estaba detrás de la puerta con los puños cerrados.

- Saga… yo te amo. Pero no voy a hacer tu santa voluntad y menos cuando te enojas por una estupidez. Ábreme por favor. No quiero estar sola cuando caen rayos y truenos!

Saga no le respondió y con su pie bueno Laura pateo la puerta hasta que se cansó antes de dar media vuelta, salir por la puerta y mojarse sentándose en la arena disfrutando de la lluvia.

Saga salió de la habitación y al ver a Laura debajo de la lluvia, tomo camino al hotel. Laura lo vio de reojo, se levantó y cojeando corrió para alcanzarlo, pero Saga corrió dejando a Laura con la mano extendida muchos metros atrás.

Cuando Saga llego al hotel, la recepcionista le extendió una toalla seca que el agradeció con una sonrisa. Comenzó a secarse en medio del lobby y decidió esperar en el bar del lobby a que pasara un poco la lluvia.

Laura se había quedado bajo la lluvia incrédula ante el comportamiento de Saga. Decidida a hablar con él, se encaminó hacia donde Saga le había dicho que estaba el hotel. Como no podía correr, tardó casi media hora en llegar al hotel, obviamente con la ropa empapada y pegada al cuerpo.

Saga, ya casi completamente seco, estaba muy cómodo en el lobby tomando un café caliente mientras dos camareras del bar reían ante algo que había dicho.

Laura entró al lobby y de nuevo le extendieron una toalla seca. La tomó, localizó a Saga con la mirada, se dirigió hasta donde estaba y dijo:

- Con su permiso zorras.

Saga se levantó de un brinco y Laura aprovechó para tomarlo de la cara y darle uno de esos besos que los dejaron a ambos sin aliento, delante de todo el mundo. Una vez que se separaron, Saga se dio cuenta que parte del espectáculo era que la playera blanca, empapada, se le pegaba al cuerpo y no traía sostén tal como él se lo había pedido.

Laura se separó de saga tan pronto como quiso y se dirigió hasta la recepción mientras utilizaba la toalla para secarse.

- Buenos días señorita, me podría indicar por favor donde puedo comprar ropa?

La recepcionista volteó a ver a Saga como pidiéndole permiso Y este asintió.

- Bajando las escaleras a mano derecha está la boutique señorita – respondió la recepcionista

- ahí puedo comprar de todo? hay asesores que puedan ayudarme?

- Si señorita

- Oh muchas gracias… es que tengo que comprarme mucha ropa interior roja – dijo volteando retadoramente a ver a Saga - y necesito asesoramiento, sabe?

Saga, comenzó a ahogarse con el café pero no se movió de su posición.

Laura bajo las escaleras hacia la boutique de donde no salió durante un buen rato. Se dispuso a comprar juegos de liguero, los corsés, los body, los teddy, trajes de baño, tangas, boyshort, cacheteros, vestidos, faldas, conjuntos, blusas y zapatos pagando dando el número de su tarjeta de crédito. Pidió permiso para utilizar el probador para cambiarse y quedarse con un Conjunto de popelina color crema con falda tableada que llegaba solo algunos centímetros por debajo su bien formado trasero, un top de licra negro sin nada debajo y el saquito a la cintura que hacia juego terminando su outfit con unas botas altas de piel negra que le llegaban arriba de la rodilla. Más de una persona con brazalete de lujuria que estaba comprando lanzaron miles de maldiciones cuando al verla se les reseteo el brazalete.

Saga estaba inclinado sobre la mesa coqueteando con la mesera en su papel de Kanon cuando Laura llegó con muchas bolsas en la mano.

- amor me ayudas? - le dijo con su cara más inocente poniendo las bolsas sobre la mesa.

La mesera le guiñó el ojo a saga y se fue antes que esa loca le sacara los ojos.

- Se puede saber que carajos traes puesto? – Preguntó Saga al ver lo sexy de su conjunto

- Te gusta? La compre especialmente pensando en ti – dijo Laura traviesa dando una coqueta vuelta - No podía quedarme con la ropa mojada verdad?

- Pero…no puedes andar con eso por aquí!

- Y porque no?

- Porque no!

- Ah sí? Pues Mírame.

Contoneando las caderas, Laura regresó a recepción:

- disculpe señorita me puede indicar un restaurante donde pueda comer algo dentro del hotel por favor

- No vas a entrar con eso! – dijo Saga siguiéndola - Vamos y te compro algo menos... revelador!

Laura decidió ignorarlo.

- Señorita?

La recepcionista estaba dividida entre hacer enojar a Kanon o responder la pregunta.

- Uhhh si en...

- No le digas! - ordenó Saga – y tú no va a entrar ahí así!

Laura azotó las manos en la barra de la recepción.

- señorita me va decir, si o no?

- pasando la boutique pero...

- muchas gracias señorita

Laura se dio media vuelta, barrio retadoramente a Saga y comenzó a bajar las escaleras muy tranquilamente hacia la boutique. Saga por un momento se quedó sin saber qué hacer. Después se volteó hacia la recepcionista y le preguntó:

- Donde esta Julián?

- el señor Julián no esta

- y Sorrento?

- Tampoco. Ambos salieron de viaje.

- necesita que lo localice señor? – dijo la recepcionista coqueteándole.

- No gracias. Solo quería saludarlos. Tienes alguna sombrilla que me prestes?

- Claro, permítame – la recepcionista volvió y le entrego la sombrilla - tome señor Kanon, aquí esta

- Gracias. Luego regreso a devolvértela.

Laura llegó a la puerta de restaurante y dudó un poco. La gente se le quedaba viendo algo raro. Abrió la puerta para entrar pero su tacón se atoro en el adoquín chocando fuertemente con la persona que venía saliendo.

Por un momento el chico con el que había chocado no dijo nada pero al verle la cara se apoderó de él.

- Por qué carajos no te fijas por dónde vas?

- Yo lo siento – dijo Laura - Mi tacón se atoro y… Ay no! – exclamó al ver a la persona con la que había chocado - (mierda no puede ser… es Shaka!)

- Esa no es excusa – dijo Aleix quitándola agresivamente con el brazo para pasar.

Su compañero, un chico latino con cabello rosa mexicano también la barrio de arriba a abajo y se fueron platicando.

Laura se quedó en el umbral de la puerta tratando de coordinar sus ideas. Lo últimos que sabía de Shaka era que estaba desaparecido. Pero… porque estaba ahí? Estaba segura que era el aun cuando ahora tenía el cabello corto y castaño. Sus ojos lo habían delatado.

Ese momento de duda le dio tiempo a Saga de llegar, darle todas las bolsas y cargarla como costal de papas sobre los hombros, haciendo que los demás brazaletes de lujuria comenzaran a activarse, pues la falda tan corta dejaba al descubierto el 90% de su trasero y su ropa interior roja.

Laura no tuvo más remedio que sonreír y tomar nota de que después de todo, Saga no era tan exhibicionista con ella.

No hablaron hasta que llegaron a la cabaña y la bajo sobre el tapete de la sala.

- ya sé porque no pueden dar con la Barbie, porque ya no es Barbie sino se volvió ken Jajaja

- De que hablas? Cual Barbie? – pregunto Saga

- Shaka, pero algo le pasa estoy segura

Saga intentaba seguirle la línea de sus pensamientos.

- Shaka aquí? No. Debes haberlo confundido. Este sería el último lugar donde estaría. No se lleva bien con ninguno de la corte de Poseidón

- No, estoy segura que era la Barbie bueno Ken. Se cortó el cabello y lo tiene pintado, pero era él y algo le pasaba, era como si no supiera quien era yo. – insistió Laura

- Mmm... Tal vez no te recuerda... o no era el

Laura le dio un beso en la mejilla y fue hacia la recamara con las compras.

Saga se deja caer en el sofá cansado de todas esas emociones y preocupado por lo que le acaba de decir Laura. Ella era experta en reconocimiento facial y comportamiento. Y si, si era? Que estaría haciendo ahí?

Laura metió las compras en su lugar tomándose su tiempo. Cuando salió se subió muy despacio sobre Saga quedando casi acostada sobre él.

- Ya te paso el berrinche? – preguntó Laura

- Berrinche? No. No es berrinche – dijo Saga viéndola a los ojos - Intento comprender, Cual es tu afán para tratar de destruirte y seguir enferma. Supongo que llevas sola demasiado tiempo siendo temeraria, valiéndote madre las cosas. Creí que ayer las cosas habían quedado claras. Yo sé que no eres de cristal. Sé que eres fuerte pero sigues queriendo herirte y seguir enferma, Primero te metiste al mar cuando no estabas en condiciones, Luego saltas y trepas como chango cuando te puedes reventar los puntos internos, Sales a la lluvia a pesar de que apenas dos días antes tuviste fiebre… Yo quiero ponerte bien para estar contigo pero es obvio que tu no quieres. Quieres seguir haciendo tu voluntad sin pensar que ahora somos dos. Todo lo que a ti te pase nos afecta a los dos. Pero si tu no lo entiendes así entonces yo ya no hare nada para hacerte cambiar de opinión, Rómpete, Lastímate, Enférmate.

Laura intento levantarse, pero Saga la sujetó de la cintura.

- Suéltame!

- No.

- Primero que todo con lo de la maldita lluvia llevo diciéndote todo el día, que odio los truenos y rayos, que cuando llueve así no puedo estar adentro porque me trae recuerdos feos, a menos que este acompañada y que haces tú troglodita? me dejas sola! intente hablar contigo y no te dejas! lo de saltar como chango acaso yo tengo idea de mis puntos internos? y si a ti te afecta lo que yo hago pues a ver si te das cuenta lo que tú haces también me afecta a mí! en la lluvia me dejaste sola! en el cuarto no me dejaste ni entrar! entonces dime que quieres que haga? yo no soy adivina y si tu no me dices las cosas no las puedo saber…

Saga suspiro desesperado

- Si yo te digo que no hagas esto o aquello y lo haces de todas formas y luego quieres contentarme con arrumacos eso no me sirve! Entiendo... de verdad entiendo que no tuviste esas barreras en tu adolescencia

- tú nunca me dijiste que tenía puntos delicados – refutó Laura - tú tienes que dejar de pensar todo el tiempo que lo que hago es porque quiero seguir enferma

- Prefieres que te grite tus insensateces en el momento?

- No, no quiero que me las grites quiero que me las digas

- No sé con qué clase de personas lidias tú, pero nunca se debe de discutir enojado.- dijo Saga

Laura comenzó a retorcerse para liberarse de su agarre.

- Suéltame de una maldita vez! – dijo haciendo que Saga la soltara y ella se levantara - Te he dicho un millón de veces que quiero estar contigo, pero sencillamente no entiendes

- No. Tu no entiendes! Quieres estar conmigo y portarte como si estuvieras sola y eso no se puede! – Gritó Saga.

Enojada por todo lo que estaba pasando, Laura salió a la terraza a ver la tormenta. Era mejor que estar peleando con el zoquete que no quería entender. Volteo a verlo y vio que estaba muy tranquilo en la misma posición en que lo dejó pero jugando solitario en su celular. Esto la puso aun peor.

Se paró frente a él y sin decir agua va le arrebato el celular de las manos.

- Que crees que estás haciendo?

- A ti te gusta hacer lo que tú quieres pues sigue así que yo haré lo mismo – contestó Saga quitándole el celular de las manos.

Laura no podía aguantar más y para no estallar y gritarle, decidió ir a la recamara y azotar la puerta.

Estaba tirada sobre la cama golpeando el colchón con su almohada cuando su peor pesadilla volvió a hacerse realidad. Por la ventana que había dejado abierta, una urraca curiosa entro a ver si encontraba algo de comer. En cuanto Laura se percató de su presencia comenzó a gritar histérica. El ave caminaba hacia ella y si se movía la urraca aleteaba.

Saga llego corriendo abriendo la puerta de una patada pensando lo peor y encontró a Laura arriba de la cajonera con los ojos cerrados, llorando e hiperventilándose.

- Qué pasa? Que tienes! háblame! - dijo tomándola de los hombros

- Quítala! No dejes que se me acerque! te lo suplico! te lo imploro! no dejes que se me acerque – Laura se aventó a sus brazos - no dejes que se me acerque, por favor, sácame de aquí!

Enternecido, Saga la cargo y se la llevó de ahí, cerrando la puerta de la recamara para que no se saliera el ave.

Se sentó con ella en brazos, en la sala.

- Ya no lo voy a soportar más aves… Ya no! – dijo Laura escondiendo su cabeza en el cuello de Saga quien comenzó a darle besos en la cabeza, el cuello, y la cara.

Laura inmediatamente comenzó a tranquilizarse y suavemente dijo:

- Lo siento, es que a veces no se ni que pasa conmigo misma, yo sé que solo quieres cuidarme y que este bien pero…

- No, tu perdóname. – interrumpió Saga - Es que... quiero hacer muchas cosas contigo pero si no estás completamente bien no puedo y me frustro.

- Amor, yo sé que tú quieres verme bien, y que hay muchas cosas que vamos a tener que esperar, pero tienes que decirme cuando algo te molesta

- Esta difícil porque estallo fácilmente.

- Te prometo que voy hacer mi mejor esfuerzo para pensar mejor mis acciones, pero tú también por favor date cuenta que las cosas no las hago para lastimarme o lastimarte

- Como dijiste tu hace rato? lo intentare? – dijo Saga sonriendo.

- Entonces dame un beso para sellar nuestro segundo acuerdo de paz – dijo Laura invitante.

- Jajaja al paso que vamos, vamos a tener acuerdos de paz los 365 días de año - dijo Saga cumpliendo el deseo de Laura.

12 de Junio, 6pm

Casa de los Ángelus

New York, USA.

Liz y Sam entraron por la puerta principal de la casa.

- Ya llegamos! – dijeron al unísono tratando de entrar al mismo tiempo por la puerta y riéndose por quedarse atoradas por unos segundos.

Venían cargadas de bolsas y cajas que decían que obviamente habían ido de compras.

- Llegaron mis dos amores? – dijo Gabriel mientras salía de la cocina limpiándose las manos con un trapo y recibiendo un beso de cada una de ellas – Ya era tiempo. Me estaba acabando el pollo.

- Pues deja de comerte los ingredientes mientras cocinas – dijo Sam – Nos tardamos porque Liz no podía decidir que vestido comprarse para la fiesta a la que Hermes la va a llevar.

- Si papa! Había vestidos súper hermosos y logree que Sam se comprara también uno por si las dudas! – dijo Liz emocionada – Quieres verlos.

- Seguro! Pero por que no mejor lo dejamos para después de la cena? – pregunto Gabriel – Si no se va a secar y no volveré a cocinar para ustedes.

- Siiiiii! – contesto Liz contenta – Voy a lavarme las manos.

Sam dejo sus paquetes y bolsas junto a las de Liz y Gabriel y le ayudó a poner la mesa. Liz bajo y comenzaron la cena. Gabriel veía demasiado feliz a su hija. Solo esperaba que la noticia no le cayera de peso.

Flashback

Gabriel estaba en su oficina en una conferencia vía webcam con una empresa que quería conseguir como cliente. Se habían estado haciendo del rogar hasta que finalmente Gabriel en persona les hizo su presentación y ahora estaban casi listos para firmar. La puerta se abrió y Hermes entro para sentarse detrás de las cámaras. Gabriel terminó y cerro la conferencia.

- Y ahora a ti que te pasa? – Preguntó Gabriel – Ya no sabes cómo tocas la puerta?

- Soy un dios. – dijo su socio – No necesito puertas

- De todos modos yo estaba ocupado. Necesita algo?

- Solo preguntarte que carajo estabas pensando cuando le diste el permiso de ir a Liz! – preguntó – Estas loco?

Gabriel volteo a verlo sorprendido

- Creí que eso era lo que ambos querían!

- Nooooooo! Yo le dije que te preguntara a ti porque yo sabía que tu dirías que no! – dijo Hermes – Ya tenía lista a una morocha súper cogible para ese día

- Y por qué diantres no le dijiste eso a Lizzy. – reclamó Gabriel

- Porque no quiero ser el tío malo!

- Y yo no quiero ser el padre malo!

- Carajo! Tendré que cancelarle a esta vieja. Y la verdad es que si le traía ganas – dijo Hermes haciendo una mueca

Gabriel se encogió de hombros.

- Faltan cuatro días. Cualquier cosa puede pasar – dijo

Hermes recibió un correo electrónico en su celular y comenzó a leerlo.

- Diantres! Odio cuando tienes boca de profeta?

- Por qué? Que paso? Se arrepintieron los novios?

- No

- Hades?

- No

- Athena?

- No…. mucho peor…

- Ya di que está pasando! – exclamo Gabriel

Hermes le mostró su celular.

- Acabo de recibir una invitación a una fiesta loca en Atenas el día 13.

- Y?

- El cumpleaños de los gemelos fantásticos – dijo Hermes

- Sigo sin saber que tiene de malo – dijo Gabriel saliendo de la sala de conferencias para entrar a su oficina, siendo seguido de Hermes.

- Solo tienes que ver algunos de tus conocidos en la lista de invitados: Loki, Ares, Dionisio y…

- Lucifer?

- Así es.

Gabriel se dejó caer en su asiento.

- Pero… el compromiso… no es dentro del santuario de Athena?

- No. Es en un salón de fiestas.

- Carajo! No puedo enviar a mi hija allá! Es extremadamente peligroso con mi hermano ahí!

- Exacto.

Gabriel se tomó la cabeza con las manos.

- Necesito pensar un poco.

- Vas a tener que actuar como el padre malo y yo ponerme a llorar con ella porque te arrepentiste de dejarla ir. Jajaja

Gabriel volteo a verlo.

- No veo otra solución… Solo faltan 3 años para que sea libre pero mientras tanto…

- Lo sé. Que vas a hacer?

- Intentar algo… que no me haga ver como un ogro. Está en una etapa muy sensible y ya se me ha rebelado mucho precisamente desde que te la llevaste a aquella fiesta en Atenas.

- A mí no me eches la culpa. – reclamo Hermes – La niña ya no es una niña y lejos de ti es mucho más notorio.

- Ya cállate y déjame solo tengo algunas llamadas que hacer.

Hermes se dirigió hacia la puerta.

- Entonces… no cancelo mi cita con la nena que te dije verdad?

- No. Es más llévate a un repuesto si quieres – dijo Gabriel sonriéndole

- Si! Y que le dirás a Liz?

- Yo? Absolutamente nada – dijo Gabriel con una sonrisa enigmática

Fin del Flashback

Media hora más tarde la familia terminó de cenar y se quedó para platicar en la tornamesa. El teléfono sonó y Sam se iba a parar a contestar pero Liz estaba más cerca.

L Si?

v Con Elizabeth Ángelus por favor

L Ella habla

v Elizabeth, habla Miss Stanton de Control Escolar

L Dígame Miss Stanton en que puedo servirle.

v Lamento llamarle a esta hora y con tan poca anticipación pero surgió algo y tenía que llamarle lo antes posible

L Me está preocupando

v Miss Shady, la profesora que la iba a evaluar en su examen profesional a final del mes no podrá estar presente en la fecha que se le había asignado

L Qué? No! Por qué?

v Parece que consiguió finalmente quien financiara su expedición por el próximo año siempre y cuando comience el próximo lunes. Podemos pasarle su examen profesional con alguien más o definitivamente hasta que regrese Miss Shady.

Liz estaba a punto de llorar. Eso quería decir que todo su esfuerzo de esos días se habían ido a la basura.

v Elizabeth?

L Lo lamento… es que … me agarró de sorpresa

v Lo entiendo. Dígame que quiere hacer para poder programarlo.

L No lo sé…

v Bueno… hay otra opción pero…

L Cuál?

v Usted es una chica prodigio. Se está graduando prácticamente 4 años antes de lo planeado. Cree que pueda estar lista para su examen en dos días?

L Qué?

v Creo poder convencer a Miss Shady de que le haga el examen el viernes 14 a las 4 de la tarde que es cuando está libre el salón. Sé que es algo apresurado pero es otra opción.

Liz volteó a ver a su padre y a Sam, quien la miraban curiosos por las reacciones que estaba teniendo. Su papa siempre había estado orgulloso de ella. Le había dado todo lo que ella le había pedido incluyendo ese permiso para ir al compromiso al que ya no podría asistir. Porque la vida no era justa?

L Miss Stanton?

v Si?

L Estaré lista para el viernes

v Perfecto. Te mandare un correo electrónico con la confirmación. Que pases buena tarde.

Liz colgó el teléfono como si fuera un Zombi. Volteó a ver de nuevo a su padre y corrió escaleras arriba sin decir palabra hasta llegar a su habitación, donde se echó a llorar sobre su cama. Todos sus planes para ir a Grecia se habían arruinado.

13 de Junio, 10am

Departamento de Thes

Paris, Francia.

Thes se sentó sobre su pequeña maleta mientras Fler la cerraba. No quería llevarse una más grande para no tener que documentar su maleta, pues según lo que ella misma dijo, la última vez se la habían abierto y varios de sus accesorios habían desaparecido.

- Y por fin que vestido llevas en el porta trajes? – Preguntó Fler - El rojo largo?

- No. Me decidí por el azul cielo – contestó Thes escandalizando así a su amiga.

- Thes! Pero ese vestido es casi… indecente! – dijo Fler – El escote…

- Jajaja… lo sé. – dijo Thes – Es un poquito más bajo de lo normal, pero si me pongo suficiente tape no pasara nada. Con el rojo no voy a impresionar a Kanon.

- Pero tú lo quieres matar de un susto! – dijo Fler – Sobre todo si dices que te trata más como hermano que como pretendiente.

Thes apretó los labios y los puños. Tan solo hablar de él, la ponía de mal humor.

- No me importa. – replicó – Mientras Julián no me diga nada, me lo voy a poner.

Fler lanzó un suspiro. No iba a poder hacer cambiar de idea a su amiga.

- Me hubiera gustado asistir. – dijo – Shaina se portó bien conmigo.

- Arghhhhhhh a la maldita víbora ni me la nombres – dijo Thes – Ojala y Minos la traiga como su marioneta y se la lleve lejos de todos… Julián incluido – dijo aventando unos zapatos que no se iba a poner – Shaina esto… Shaina el otro… nananan…. Argggggggghhhhh Como odio a esa vieja!

Fler sonrió. Thes parecía niña chiquita haciendo berrinche y solo porque no reconocía que en batalla, Shaina le había ganado con todas las de la ley.

- Si no te cae bien, para que vas?

- Ya te dije. Aiacos me invitó y para que no nos cache Julián, iré como su +1.

- Ahhh y ya llevas lo que Kanon te pidió para no decirle a Julián de tu… lo que sea que tienes con Aiacos?

Thes comenzó a correr como loca en la habitación buscando en todos lados.

- Diantres! Se me había olvidado por completo. Y ese chismoso es bien capaz de acusarme. – dijo mientras revolvía sus cajones – Lo peor es que no me dice para quien es.

- Si me dices como es lo que buscas, puedo ayudarte a buscarlo

Sin dejar de revolver los cajones, Thes dijo:

- Es una cadenita de oro con un dije en forma de estrella de mar en color coral que…

- Esta? – dijo Fler mostrándole a Thes lo que estaba buscando

- Donde la encontraste? – preguntó Thes extrañada dejando todo su tiradero para agarrarla y ponérsela en el cuello junto con la otra que tenía.

- Jajaja en el último lugar donde buscarías – dijo Fler sonriendo – En su lugar. El joyero.

- *&^%&^%$ Jajaja

Fler se sentó en la cama.

- Uhhh… Thes… Ya que de seguro van a estar todos los amigos de Shaina…

- No! – reclamó Thes

- Pero…

- Nada! Que se pudra el desgraciado y si se está muriendo me dará mucho gusto!

- Thes!

- Es más… Nada más porque descubriría donde estas si lo hago, pero si no con mucho gusto y respaldada por Julián, le patearía tan fuerte las bolas que se volvería Camusina Jajaja

- Deja de decir cosas tan feas! – regaño Fler – No harás nada de eso verdad?

- Mmm… no. Pero no por falta de ganas.

Fler se quedó callada un momento.

- Supongo que pedirte que me traigas una foto de él es mucho pedir… - dijo finalmente.

Thes se volvió a verla como si se hubiera vuelto loca.

- Pero tú no escarmientas?

- No es eso. Pero… quiero hablarle a mi bebe de su padre y algún día me pedirá una foto si las cosas no salen bien… - dijo tristeando un poco.

Thes, para no verla deprimida aceptó.

- Está bien. Te la traeré. Pero si te encuentro viéndola y poniéndote triste te la rompo.

Fler aplaudió contenta.

- Te prometo que no lo hare. Gracias Thes.

- Si…. Y ahora… ayúdame a buscar mi pasaporte y mi boleto de avión porque no lo encuentro!

Fler comenzó a reírse y ayudar a buscar sus documentos a Thes. Su amiga era un amor pero despistada como ella sola.