Capítulo 144

Junio 15, 8 a.m.

Departamento de Thes

Paris, Francia

Thes sacó de su bolso las llaves de la puerta de abajo de su departamento y entró. Conforme subía las escaleras, pudo escuchar música de su estéreo a todo volumen en una canción bien conocida y cantada por Fler :

Al principio tuve miedo,
estaba petrificada,
seguía pensando que no podía vivir sin ti a mi lado,
pero luego pasé tantas noches
solo pensando en el daño que me hiciste,
me hice fuerte,
he aprendido a vivir
y ahora regresas
del espacio exterior,
solo caminaba para encontrarte aquí
sin esa mirada en tu rostro,
debí haber cambiado esa cerradura de mierda,
debí haberte quitado la llave,
si hubiera sabido que
vendrías a molestarme.

Y ahora vete,
sal por la puerta,
solo da la vuelta,
ya no eres bienvenido nunca más,
ya no eres mi número uno,
¿Quien trató de romperme con deseo?
¿Creíste que me derrumbaría?
¿Creíste que caería y moriría?
¡Oh, yo no!
Sobreviviré
¡Sí!
Mientras que yo sepa amar,
podré vivir sin ti,
¡Tengo toda mi vida para vivir!
¡Tengo todo mi amor para dar!
Sobreviviré
Sobreviviré
¡Si, si!

Thes subió corriendo y abrió la puerta principal a tiempo para cantar junto con Fler que estaba trapeando el piso y usando el palo como micrófono.

Toma toda la fuerza que tuviste
y no te desmorones,
estoy tratando de reparar las piezas
de mi corazón roto.
Y yo ¡Oh! pase tantas noches
sintiendo lastima por mí mismo,
solía llorar,
pero ahora tengo mi cabeza en alto
y me verás con
alguien nuevo,
ya no soy ese estúpido
enamorado de ti,
tu pensabas que esto acababa de pasar,
y esperabas que estuviera libre,
pero ahora estoy guardando todo mi amor
para alguien que me ame.

Y ahora vete,
sal por la puerta,
solo da la vuelta,
ya no eres bienvenido nunca más,
ya no eres mi número uno,
¿Quien trató de romperme con deseo?
¿Creíste que me derrumbaría?
¿Creíste que caería y moriría?
¡Oh, yo no!
Sobreviviré
¡Sí!
Mientras que yo sepa amar,
podré vivir sin ti,
¡Tengo toda mi vida para vivir!
¡Tengo todo mi amor para dar!
Sobreviviré
Sobreviviré
¡Si, si!

- Jajaja loquis! No te esperaba hasta mañana! – dijo Fler abrazándola

- Pues ya ves – dijo Thes – A veces las cosas no salen como las planeo.

Fler volteó hacia atrás y por primera vez se dio cuenta que Thes traía el vestido azul que dijo que se pondría en la fiesta.

- Y tus maletas? – preguntó Fler extrañada.

Thes aventó su bolsa sobre la barra de la cocina.

- En casa de Julián supongo – dijo Thes – Iré a bañarme.

Fler intuyó que algo no estaba bien, pero dejó que Thes se metiera a la regadera antes de guardar el trapeador, lavarse las manos y hacerle un café, un plato de fruta y los croissants favoritos de Thes.

Para cuando Thes salió con la toalla en la cabeza y su bata de baño y pantuflas, Fler ya tenía listo su desayuno y la esperaba con una taza de chocolate pues el médico le había limitado los irritantes.

- Gracias Fler. Me hacía falta mi cafecito. – dijo sentándose a la mesa. Tomó dos sorbos antes de que comenzara a parpadear mucho.

Thes sabía que como escorpioncita, ella odiaba mostrar su tristeza, pero esta vez no lo estaba logrando.

Fler no dijo nada. Solo se sentó frente a ella y desayuno con ella en silencio. Después de un rato al ver que no decía nada, decidió hacer un poco de platica.

- Vinieron tres de tus clientas habituales mientras no estabas. Dijeron que tienen una fiesta muy importante en dos meses y necesitan que les diseñes algo muy especial – dijo Fler

- Está bien

- Y también hablaron los proveedores de las telas que encargaste. – insistió – A más tardar el viernes y…

- Okay

Fler la miro confusa. Si con esto no reaccionaba tendría que cachetearla.

- Ah sí… y también perdí a mi bebe mientras no estabas…

- Ahhh muy bien…

Fler se cruzó de brazos enojada. Thes volteó a verla y se levantó de sopetón.

- Que… que dijiste?

- Quería ver si me estabas tirando de a loca… pero ya vi que así es…. - dijo Fler ofendida

- Pero… pero mi ahijada está bien? – dijo Thes corriendo a abrazar a Fler por la cintura hincándose en el proceso – Dime que es mentira! – dijo mientras varias lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas

- Thes! Que pasa? – dijo Fler con ternura – Tu ahijada o ahijado está muy bien y está creciendo sanamente. No te preocupes! Solo era una broma!

Pero Thes seguía llorando y esta vez bastante más obvio.

- Amiga… que pasa? Te puedo ayudar? – dijo Fler

- Estaba mejor aquí contigo – dijo – Daria lo que fuera por regresar el tiempo y no ir a esa estúpida fiesta.

- Tan mal estuvo?

Thes no contestó pero se dio cuenta que se le habían ido las cabras. Se levantó, se secó sus lágrimas y se quitó la toalla del cabello. Fler fue por un peine y un cepillo y comenzó a ayudar a su amiga con él.

Thes comenzó a relajarse.

- Fler… extrañas tu cabello largo?

- No puedo decirte que no, pero mi cabello ya está volviendo a su color natural, y pronto crecerá…

- Thes… recuerdas que te dije que cuando termine la escuela, Julián me ayudaría con mi boutique?

- Sí.

- He cambiado de opinión. No quiero nada de Julián…

Fler no dejó de cepillarla.

- Yo… ya no pertenezco a ese mundo Fler…

- No digas eso… Te hizo algo el Señor Kanon?

- A ese no me lo nombres. Recuérdame ir a cambiar mi número de celular esta semana. No quiero que ninguno de ellos me encuentre.

- Válgame! Tan mal?

- Lo único bueno es que algunas de las diosas pasaran unos de estos días por aquí. – dijo Thes

- Bueno pero… ellas no podrán decirle a Julián donde estas si pregunta?

Thes se puso a pensarlo un momento.

- Mierda!

- Jajaja… mira dejemos que se te pase el berrinche. – dijo Fler – Y ya después decides.

- Está bien.

- Oye… y… me trajiste… la foto que te pedí?

Thes la miró y asintió.

- Te la daré con una condición.

- Cuál?

- Que hables con tu hermana. No con tu cunado, no con tu amiga que me odia, con Hilda.

Ahora fue el turno de Fler de fruncir el ceño.

- No veo por qué tendría que hacerlo.

- Porque yo sé lo que es sentirse sola e ignorada Fler, y no quiero eso para ti. – dijo Thes muy seria – Y no creas que no quiero tenerte aquí por siempre, pero la vida es impredecible y si algo me sucede, quiero que ustedes tengan a quien acudir que pueda cuidarlos incondicionalmente y eso, solo la familia consanguínea lo puede lograr.

Fler dejo de cepillarle el cabello y Thes se levantó.

- Iré a cambiarme. Tengo que terminar varios vestidos. – dijo entrando a su recamara.

No se dio cuenta que dejo a Fler pensando muy seriamente en lo que le había dicho.

Junio 15, 10 a.m.

Palacio Valhala

Asgard, Noruega

Siegfried esperaba impaciente afuera de la puerta de su habitación. La salud de Hilda había decaído aún más al punto de que ya no podía hablar, comer o siquiera levantarse. Varios médicos traídos directamente de Oslo la estaban revisando en ese momento pero aparentemente, su problema no era físico. Esta era ya la tercera opinión que Siegfried había pedido de distintos médicos y no podían estar todos equivocados: Cuadro severo de depresión y ansiedad por culpa del embarazo y el estrés. Afortunadamente algunos de ellos habían tenido la atención de ponerle suero intravenoso para mantener nutriendo al bebe, quien resultaría el más afectado por esto.

Los médicos salieron y expusieron su caso a Siegfried. Hilda estaba dejándose morir sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo. El hielo ya había comenzado a derretirse y a subir de nivel los océanos, aunque en este momento Siegfried tenía otras cosas más importantes en la cabeza.

Siegfried escuchó a los médicos y envió a Thor para que los acompañara a la puerta que daba al jardín donde tomarían el helicóptero que los llevarían de regreso a la capital. Siegfried entró a la habitación y corrió a todas las doncellas que atendían a su esposa. Subió a la cama y le dio un beso en la frente:

- Hilda… amor mío… no puedes hacerme esto – dijo acariciándola – Tu nunca antepusiste tus sentimientos al bienestar de tu pueblo. Fler está bien… fue mi culpa… yo debí decirte lo que estaba pasando pero te juro que creí y confíe en el imbécil de Camus. Nunca creí que solamente fuera un maldito cobarde…

No obtuvo respuesta pues Hilda estaba tan débil, que no podía ni abrir los ojos.

- Te prometo ir yo mismo a buscar a Fler si con eso te vas a recuperar… Ya no te eches la culpa. Ella necesitaba salir de aquí y conocer el mundo de todos modos. Ya es mayor de edad y toma sus propias decisiones. Tú tienes que velar por mí y por él bebe… recuerdas lo emocionada que estaban todos con la noticia? Hicieron una gran fiesta! Todos aquí te aman y rezan todos los días muy fuerte para no decepcionarte, pero sabes que no es lo mismo. Odín solo te escucha a ti y a Lyfia pero últimamente solo tiene ojos para Mist y… es complicado. Por favor inténtalo un poco más si? Dijiste en el altar que me amarías por siempre. Acaso por siempre te referías a solo tres miserables meses? Regresa a mí por favor.

Esta vez el cosmo de Hilda comenzó a encenderse y se mantuvo así encendido. Ella estaba dispuesta a pelear un poco más, como su esposo se lo había pedido.

Siegfried la abrazó feliz por la respuesta.

- Gracias mi amor… Te escuche. Iré a cumplir con mi deber, pero vendré a darte un beso cada dos horas. Te amo.

Siegfried salió y las doncellas entraron. Con nuevos bríos, se dirigió al salón del trono, escuchó el helicóptero despegar y fue entonces que llamó a los seis dioses guerreros.

- Compañeros… Necesito ayuda.

- Es para la señora Hilda? – Preguntó Mime – Me darás permiso para deleitarla con mi música?

- Puedes hacerlo Mime, solo… no la agotes – contestó Siegfried.

- Que dijeron los médicos? Esta mejor?

Siegfried negó con la cabeza.

- No Alberich, esta mucho peor. Se culpa por dejar ir a Fler de su lado y dejar que sufriera…

Los siete guerreros voltearon a verse. No sabían la historia a decir verdad.

Siegfried recibió un recado de uno de los sirvientes y ordenó que entrara la persona que estaba esperando. Un pobre aldeano en un uniforme caqui entró al salón.

- Señor Siegfried – dijo haciendo una reverencia – Me informaron que me estaba buscando. Lamento haberme presentado hasta hoy, pero había tenido que salir de la ciudad por una emergencia con mi hija.

Los siete dioses guerreros no entendían lo que estaba pasando.

- No te preocupes Bjorn… te agradezco que vinieras tan pronto regresaste. – dijo Siegfried – Tu eres el único que puede esclarecer el acertijo.

El hombre, ya entrado en años, Asintió con la cabeza. Siegfried bajo del trono para quedar a su nivel.

- Bjorn, tu eres el único encargado de enviar y traer la correspondencia al Palacio, cierto?

- Si señor

- Cuantos telegramas han sido enviados desde Palacio al exterior los últimos cinco meses.

El hombre hizo intento de recordar.

- 14 hasta el momento en que pusieron finalmente el teléfono señor. Desde entonces, solo han sido 3 o 4. Los demás eran cartas y paquetes habituales.

- De esos digamos 18 telegramas que salieron de palacio… - continuó Siegfried – recuerdas quien te los entregó en mano para enviarlos?

- Sí señor. Los únicos que siempre enviaban los telegramas eran la señorita Fler, la señora Hilda y Usted mismo…

Siegfried camino inquieto e iba a seguir preguntando pero el señor Bjorn continuo.

- …Excepto uno.

Siegfried volteó ansioso y corrió hasta donde estaba el hombre.

- Quién? Quien te dio ese telegrama.

Hagen tragó saliva y dio varios pasos hacia atrás. Siegfried tenía una mirada asesina.

- El… El Señor… Hagen, milord. – dijo señalándolo con el dedo. – dijo que debía ser enviado de parte de la Señora Hilda pero que a ella no le había dado tiempo de venir a decirme. Hice… hice algo malo?

El poderoso cosmo de Siegfried se encendió y Hagen intentó correr para escapar de su ira, pero Thor obstruyó la puerta. Los otros cinco guerreros lo rodearon.

- Por favor escolten a Hagen de Merak al calabozo y no permitan que nadie hable con el hasta que yo lo interrogue más tarde.

- Pero Siegfried… Bajo que cargos? – preguntó Bud de Alcor.

- Usurpación de identidad… traición… conspiración y lo que resulte – contestó Siegfried cerrando los puños conteniéndose para no matar a golpes a su antiguo compañero de juegos – Él es el responsable de todo y por el que nuestra Hilda está al borde de la muerte.

Los siete dioses guerreros no necesitaban más explicaciones y así se lo llevaron. Lo peor estaba por venir para Hagen.

Junio 15, 12.30 a.m.

Primera casa dorada

Santuario de Athena, Grecia

Alde bajo muy contento a visitar a su amigo Mu. A pesar de que habían llegado de madrugada debido a la tertulia tan divertida con sus compañeros. La verdad es que ya extrañaba los chismes del santuario pues no era lo mismo recibirlos directamente de sus amigos que del celular de Mu.

Le sorprendió que no le diera la bienvenida como siempre. Encendió su cosmo… Nada.

Podía sentir que estaba dentro así que se tomó la libertad de abrir la puerta. Tuvo que salir y volver a entrar para ver si efectivamente era la casa de Mu: Toda la sala estaba echa un caos con cosas tiradas por todos lados.

- Ok. Pues a qué hora fue el terremoto o qué? – pensó Alde

La puerta de la habitación estaba abierta así que decidió averiguar si su amigo estaba ahí. Como lo esperaba, Mu estaba completamente dormido boca abajo en una posición totalmente relajada con un brazo y una pierna y solo sus bóxer puestos.

- Me voy dos meses y este se vuelve un flojo – dijo yendo a despertar a su amigo tocándole el hombro – Mu?... Mu?... MU!

Mu brinco del susto y termino por caerse de la cama.

- Alde… que haces aquí tan temprano? – dijo restregándose los ojos y bostezando – Tan rápido se te olvidaron los protocolos? No visites antes de las ocho!

Alde lo miró divertido.

- Tomaste alcohol anoche?

- Solo la del brindis y una que otra cerveza

- Estas con resaca?

- Claro que no?

- Entonces… ya no sabes leer el reloj? Es medio día Mu!

Mu se desperezo y corrió a ver el reloj.

- Lo siento Alde… me quedé dormido. Creo que quede rendido después de lo de anoche y…

- No lo dudo – dijo Alde con una sonrisa traviesa

- Es que Samira….

- Si, ya me la se… - dijo Alde haciéndole gestos

- Alde!

- Bueno ya…. Vine de compras. Que tienes en tu stock? – dijo Alde saliendo de su recamara – Quiero algo hermoso pero sencillo para mi Niv.

Mu, quien ya se había puesto su camiseta y pantalón no pudo evitar sonreír.

- TU Niv? No me digas que ustedes ya…

- No! Que creen que eso es en todo lo que pienso o qué? – dijo Alde cruzando los brazos

- Pues… si? Jajaja se supone que esa era tu misión, no? – dijo Mu rápidamente viendo el tiradero y usando sus poderes telepáticos para ponerlo todo en su lugar.

- Si pero… Niv no es parte de mi misión, ella es… mi chica – dijo Alde ruborizándose un poco

Mu volteó a verlo.

- Y cuál es la diferencia? Acaso no cumple los requisitos?

- Si lo hace pero…

- Qué?

- No pienso que yo deba utilizarla solo para tener al sucesor de Tauro. –dijo Alde – Eso se me hace egoísta y mezquino.

Mu sacó varios estuches de terciopelo de una caja fuerte detrás de su librero.

- A mí se me hace que te pegó demasiado fuerte Alde. Ya te habías tardado.

- Solo un poquito – dijo Alde rascándose la cabeza.

Mu abrió los estuches y Alde pudo ver toda una colección de anillos, collares, dijes, pulseras y brazaletes.

- Wow! Has estado ocupado Mu! – dijo admirando el trabajo

- Pronto será temporada de bodas y graduaciones así que debo tener una buena colección. – dijo Mu – Que andas buscando?

- Me gustan los anillos… pero no quiero que piense lo que no es – dijo Alde tomándolos uno a uno

- No verdad? – se burló Mu

- Además ella es una princesa… - dijo Alde, pero viendo la expresión de Mu quiso explicarle – Me refiero a que lo tiene todo. Es hija única, su papa tiene dinero….

- Ya entendí…

- Y hace mucho deporte… y es súper sexy…

- Eso ya me lo habías dicho… - dijo Mu

- Y tenemos tanto en común…

Mu se dio una palmada en la frente.

- A ver… comencemos de nuevo. Que festejan o por qué quieres regalarle algo?

- Necesito un motivo? – preguntó Alde inocentemente

- Es su cumpleaños?

- No

- Su aniversario?

- No eso fue el… Ay por Athena! No festeje nuestro primer mes juntos! - dijo Alde corriendo como loco por toda la sala – Niv me va a matar!

Mu comenzó a reír

- Si no te mató al día siguiente quiere decir que no le importan mucho esas cosas Alde. No te preocupes – comentó Mu

- Entonces deberán ser dos cosas Mu. – dijo Alde – que se regala el primer mes?

- Jajaja te equivocaste de amigo Alde. – dijo Mu – Cuantas novias me conoces?

- Cierto… Arghhhh todo me gusta! – gritó Alde tratando de jalarse su cabello cortito.

Mu se fijó en todo lo que tenía.

- Que tal un dije?

- No! Ella es muy activa y se le va a perder – contesto Alde

- Unos Aretes?

- Misma cosa

- Mmm… entonces quieres algo que use todo el tiempo o únicamente en ocasiones especiales?

- Buena pregunta. – dijo Alde – Quiero algo que cada vez que lo vea, se acuerde de mí.

Mu comenzó a reír.

- Que tal un torito de peluche?

- Mu… no seas sangrón.

- Jajaja perdón perdón – dijo Mu – Mira… tengo este brazalete. Es muy sencillo de cuero negro con un símbolo de infinito en el que puedo grabar los nombres de los dos. El símbolo es de plata igual que el broche

- Ahhh está bonito! Y no me compromete mucho verdad?

- Así es. – dijo Mu – Y también tengo los aretes que hacen juego para cuando salgan a alguna ocasión especial.

- Si lo quiero!

- Al brazalete le pongo los nombres o se lo dejo así?

- Alde y Niv Forever….

- Menos mal que no eres cursi – murmuró Mu – Dame unos minutos y de una vez te la hago.

- Me darás crédito? No sé en cuanto me vaya a salir el viaje de regreso.

- Jajaja ya sabes que si – dijo Mu sacando su cautín y poniéndose a trabajar

- Gracias amigo. – dijo Alde- Sabes que vendrá a visitarme el mes que entra?

- Eso es fantástico! Ya todos queremos conocer a la súper chica que te aguanta Alde Jajaja

- Muy chistecito. Desayunaste payaso?

- Más bien tengo hambre porque me saltee el desayuno.

Alde iba a reganarlo por esto, pero su teléfono comenzó a sonar. No reconoció el numero aunque por la Lada, supo que era de Rio de Janeiro.

Mu se dedicó a grabar la joya mientras Alde contestaba:

- Taurus al habla

- Señor Taurus, soy la Doctora Alves del Hospital Universitario de Rio de Janeiro

- En que puedo servirla Doctora?

- Señor Taurus, estoy aquí junto al Doctor Ferreira…

- Le paso algo a Carlo? Donde esta Niv?

- No. El Doctor Ferreira está relativamente bien dadas las circunstancias pero… me pidió que le llamara debido a su… cercanía con su hija Nívea Ferreira.

- …

- Señor Taurus, cree poder venir al Hospital?

- …

- Señor Taurus? Hola?

Mu levantó el teléfono que se le había caído a Alde de las manos y decidió contestar al ver el estado de Alde.

- Disculpe. Podría repetir eso ultimo? Alde parece estar en shock.

- Créame que lo entiendo. Le decía al Señor Taurus que necesito que venga al Hospital Universitario de Rio de Janeiro a la brevedad posible.

- Es algo grave?

- Sí. El Doctor Ferreira necesita al Señor Taurus para… apoyo moral cuando la señorita Nívea despierte en unas tres o cuatro horas. Se encuentra cerca de aquí?

- Páseme la dirección y yo mismo lo llevare.

- Se la enviare por mensaje. Muchas gracias.

- Puede adelantarme de lo que se trata?

- Prefiero decirlo personalmente si no le molesta.

- De acuerdo… Espero su mensaje.

Mu colgó el teléfono y ayudo a Alde a levantarse pues a media conversación había caído de rodillas.

- Amigo… ven… vamos con Shion en lo que llega el mensaje con la dirección.

Alde no contestó. Estaba completamente devastado.

Junio 15, 14.00 p.m.

Cámara del Patriarca

Santuario de Athena, Grecia

Shion descansaba en su trono con los ojos cubiertos con una mano. Kiki entrenaba en silencio frente a el para evitar molestarlo. Había estado presente cuando Mu le había llevado a un Alde completamente en shock y le había explicado la situación. Shion había comprendido y los había enviado a ambos inmediatamente a Brasil pidiéndole a Mu que lo mantuviera al tanto y no dejara a Alde solo. Hubiera querido ir él personalmente, pero Athena había entrado en ese momento a decirle que su hermano Apolo envió un mensaje diciendo que los visitaría.

Eso era algo que sorprendió sobremanera al Patriarca. Apolo era muy voluble. Podía estar aquí como amigo o como enemigo. Con Camus en el calabozo, Shaka con Poseidón y ahora Mu y Aldebarán en Brasil le dejaba únicamente ocho dorados en caso de emergencia.

Sammy llegó corriendo solo con su fondo.

- Shion! Shion! – dijo corriendo hacia el haciendo que él se levantara justo a tiempo para que la niña se le aventara para que la cargara y escondiera su cara en su cuello.

- Que pasa Sammy? Por qué no estas vestida como se te pidió?

- No quiero ponerme ese vestido! Está muy feo! – dijo la niña

- Y donde esta Mayura? Por qué no está contigo?

La niña se incorporó y le dio una sonrisa traviesa.

- Está en mi cuarto buscándome.

Shion suspiró. Eso iba a ser más difícil de lo que pensaba.

- Sammy… por que no simplemente te pones lo que tú quieras? El tiempo apremia y no estoy de humor para lidiar ahora contigo por un vestido – dijo Shion lo más tranquilo posible

Sammy lo miró fijamente

- Estas muy preocupado?

- Si

- Y yo te estoy dando más problemas?

- Así es.

Sammy pareció deliberar un momento y quiso bajarse.

- Shaina dice que tú ya haces mucho por nosotros y no debemos darte problemas. – dijo muy seria – Me pongo el vestido que me dijeron si me dices para qué.

- Me estas chantajeando a mí? – preguntó sorprendido

- No pero Shaina dice que debo usar mi sentido común. Es un vestido de fiesta y no veo ninguna fiesta por aquí. – dijo Sammy

Shion suspiró. Condenada chiquilla y Shaina que lo ponía en esos aprietos aun cuando no estaba ahí.

- El hermano de Athena, el Dios Apolo, vendrá de visita y serás presentada a él. – dijo Shion cuidando sus palabras

Sammy abrió grandes los ojos.

- Como futura doncella de Athena?

Shion deliberó un momento en su cabeza.

- Si, por qué no?

- Entonces debo peinarme, y buscar mis zapatos y mis mallas – dijo corriendo hacia su habitación.

Shion sonrió.

- Supongo que una mujer es vanidosa desde su nacimiento – se dijo.

Una hora después, Shion se encontraba en su oficina con Sammy y Mayura a un lado jugando damas chinas muy modositas en una mesa. Shion las miraba satisfecho cuando tocaron a la puerta.

- Adelante.

La puerta se abrió y Athena entro junto a su hermano. Shion tuvo que pensar en otra cosa para no sonreír por debajo de la máscara al ver al más orgulloso de los olímpicos en jeans y playera blanca.

Mayura se levantó y obligó a Sammy a hacer lo mismo.

- Apolo – dijo Athena – Ya conoces a mi patriarca Shion, esta es Mayura una de nuestras maestras… y esta chiquita aquí… es Sammy.

Apolo avanzó unos pasos. Estaba visiblemente nervioso y el silencio que se hizo en la sala se hizo pesado.

Sammy volteo ligeramente para ver a Mayura, quien le hizo una señal afirmativa.

- Bienvenido al Santuario de Athena, señor Apolo – dijo Sammy haciendo una de las reverencias que le habían ensenado – Soy Sammy, futura doncella de la diosa Athena.

Apolo pasó saliva al ver en Sammy la cara de la difunta Becca. Se arrodillo para saludarla.

- Hola. Yo soy Apolo. - dijo extendiendo la mano

Sammy volteó a ver a Mayura. No sabía el protocolo para eso, pero Mayura asintió y ella extendió su manita.

- Me dicen que… eres muy buena con el piano. – dijo

- La señorita Saori me deja usarlo de vez en cuando – respondió Sammy – Pero no le encuentro mucha dificultad así que me aburro y me voy a jugar con Kiki.

- Bueno… y si hacemos un concurso a ver si puedes seguirme el paso? – preguntó Apolo

- En piano? Y que me da si gano? – dijo interesada

- Uhhh… - Apolo volteó a ver a Athena

- El ganador se llevara una dotación de chocolates. – contestó la diosa

A Sammy le brillaron los ojitos y volteó a ver a Shion

- Y podre comérmelos todos?

- Solo si le ganas – dijo Shion

- Shaina estará aquí para oírme?

- No. Ya sabes que ella no estará disponible en una semana. – aclaró Shion

- Puede grabarme con su celular para mostrarle como voy a ganar? – insistió Sammy – A ella le gusta cuando toco música para ella.

- Si Sammy. Si puedo hacer eso.

Apolo se sintió un poco relegado.

- Ejem ejem

- Señor Apolo, acepto su reto – dijo la niña - Pero… puedo ir a cambiarme? Este vestido es muy… tieso!

Todos los adultos sonrieron.

- Seguro. – dijo Apolo

Athena le pidió en silencio a Mayura que le colocara algo de dos piezas y Mayura entendió.

Regresaron pocos minutos más tarde con Sammy vistiendo una camiseta de manga larga de color rosa y unos leggins negros.

Apolo ya estaba en el piano cuando Sammy entró.

Comenzó a tocar una fácil y Sammy pudo seguirlo fácilmente. Lo intentó dos veces más y ambas fueron pan comido para Sammy.

Después una más difícil y Sammy solo levanto la ceja, pero pudo tocarla sin problema. De nuevo dos más y aunque Sammy tenía que esforzarse pudo realizarlas con relativa facilidad.

Apolo sonreía. Ciertamente era su hija, pero necesitaba ver su símbolo.

Comenzó a tocar Opus Clavicembalística y Sammy no perdía detalle de los dedos de Apolo. Sus ojos se abrían enormes, se bajó del banquillo aventándose de nuevo a los brazos de Shion, quien efectivamente estaba grabándola. Sammy sabía que había perdido porque no había forma de que tocara esa pieza musical y escondió su cabeza en su cuello mientras que Athena se acercaba para consolarla y al mismo tiempo bajarle el resorte de los leggins lo suficiente para que Apolo viera su marca.

Apolo alcanzó a verla y en sus ojos podía apreciarse el arrepentimiento que sentía. Athena le sonrió comprensiva. No siempre podía ver a su hermano con esa mirada.

- Sammy… eres una oponente fabulosa y… te traeré unos chocolates mañana, está bien? – dijo Apolo sin dejar de verla.

Sammy volteo con lágrimas en los ojos.

- Pero perdí!

- Yo hice trampa Sammy – dijo Apolo sonriendo – Nadie puede ganarme. Nunca te lo dije, así que siendo justos, ganaste por default.

Sammy necesitaba una reafirmación por parte de Shion.

- Según el código de honor, eso es cierto Sammy.

La niña sonrió mientras bostezaba. Era la hora de su siesta. Shion y Mayura abandonaron el salón con la niña en brazos mientras Apolo y Athena discutían sobre el futuro de Sammy.

Junio 15, 7 a.m.

Casa de los Ángelus

Nueva York

Uriel tocó la puerta de la casa de su hermano. Sabía que posiblemente era muy temprano, pero era sábado y su día libre y tenía muchos chismes que contarle acerca del compromiso que se perdió.

Sam salió en bata y pantuflas con unas ojeras bastante pronunciadas para abrir la puerta.

- Uriel! Pasa! No te esperaba tan temprano… - dijo – en un momento le digo a Gabriel que baje.

- Gracias Sam – dijo entrando – Vengo directo de una muy buena pachanga. Te molesta si entro a la cocina a ver que pico?

Sam se restregó los ojos visiblemente cansada.

- Sírvete. – dijo cerrando la puerta y subiendo las escaleras.

Uriel comenzó a sacar comida que podía poner en el microondas: Hot dogs, Corn dogs, nuggets…puso todos los empaques juntos en un plato y lo metió al microondas como había visto infinidad de veces hacer a su hermano.

Inmediatamente el microondas comenzó a hacer chispas y Gabriel llegó a tiempo para cancelar el tiempo antes de que explotara su cocina.

- Pero si serás bruto Uriel! Hay que quitarles el envoltorio de aluminio!

- Y como querías que yo supiera eso? – dijo el Arcángel encogiéndose de hombros

Gabriel quitó con cuidado los envoltorios y lo volvió a meter.

- Que complicado! Menos mal que allá arriba no tenemos estas "tecnologías"

- Jajaja Abrázame! Dormimos juntos o qué? – dijo Gabriel abrazando a su hermano – Que haces aquí en tu día libre?

- Pues que te cuento, que no podía esperar para decirte todos los chismes de los que me enteré al ser casi invisible para los demás dioses…

- Siguen en su postura de yo soy juan camaney y se joden?

- Así es.

- Que lastima! – dijo Gabriel poniendo la cafetera – Pero cuéntame anda! No me dejes en ascuas!

Uriel se sentó.

- Pues mira… resulta que el compromiso resulto bien. Todos firmaron sin leer y felices y contentos.

Gabriel se puso en jarras.

- Y esa es tu chisme?

- Noooo. Al parecer… Hera hizo de las suyas y el jefe no estaba muy contento

- Oh oh… ahora que hizo?

- Los caso!

- Que?

- Si! De forma pagana y sin avisar a nadie pero el resultado fue el mismo. La amazona y el espectro se casaron frente a todos y sin que ninguno pudiera hacer nada para detenerlos.

- Tssssssss y el jefe que dijo? – preguntó interesado Gabriel mientras se servía una taza de café.

- Pues al principio creí que le saldría humo por las orejas, pero después, nada. Apoyo a Hera y hasta hizo el discurso del brindis.

- Wow!

- Yo creo que contribuyó el hecho de que Hera trajera un mini vestido que no dejaba nada a la imaginación. Se veía chula de bonita.

- Me imagino…. – El microondas sonó y Gabriel sacó la comida para su hermano, se la puso enfrente y volvió a sentarse – Y que más?

Uriel se devoró la comida y Gabriel puso más. Sabia la debilidad de su hermano por la comida chatarra del mundo humano.

- Pues… ah sí! Escuche a Apolo decirle a Dionisio, quien por cierto estaba tan borracho como una cuba…

- Eso no es novedad – apuntó Gabriel

- … Que quiere que Zeus le haga una prueba de virginidad a Artemisa.

Gabriel escupió el café que estaba tomando y comenzó a toser. Uriel se paró para darle golpecitos en la espalda.

- Jajaja Hermano estas bien? – pregunto Uriel

- Fue una broma de muy mal gusto Uriel Cof Cof

- Cual broma? Es en serio! No soporta ver a Artemisa con su Ángel Humano Icarus. Lo carcomen los celos!

- Y Artemisa ya lo sabe?

- No! pero espérate! – Uriel volteó a ver para todos lados – Parece… que ellos tuvieron un gran pleito en la fiesta por una tal Becca.

- Becca? – preguntó Gabriel – No conozco a ninguna Becca

- Yo tampoco pero… según escuché es la chica que desapareció de sus filas hace seis años, recuerdas? – dijo Uriel haciéndole señas de que tenía hambre, por lo que Gabriel regresó al microondas por la comida

- No. La verdad que no. – dijo Gabriel – No puedo estar en todo

- Lo se… y por cierto… que bueno que no fue Lisie porque se hubiera metido en un mega broncón – dijo Uriel comiéndose sus nuggets como niño chiquito

- Por qué?

- Adivina quien llegó con Ares, Loki, Hypnos y Thanatos?

Gabriel se levantó de inmediato

- No se atrevió!

- Sip. Afortunadamente para todos los presentes, 1.- los novios ya se habían retirado 2.- Zeus no estaba poniendo atención y 3.- Venían tan borrachos que solo llegaron, secuestraron a Dionisio y listo se fueron volando.

Gabriel azotó la mano en la mesa haciendo brincar todo lo que estaba en la mesa.

- Por eso no quiero que Lisie se junte con ellos!

- No creo que eso ni tú puedas evitarlo… - dijo Uriel - pero no te he dicho el más jugoso de los chismes aun.

- Espérate Uriel…. Tenemos una pájara peggy en el alambre – dijo Gabriel – Lisie! Que te he dicho de no estar escuchando conversaciones ajenas?

Liz salió de atrás de la columna que separaba la cocina de la sala.

- Perdón. Sam me dijo que mi tío estaba aquí y solo quería saludarlo y luego no quería interrumpirlos y… - Liz corrió a besar y abrazar a su tío

- Si, si… excusas, excusas. – dijo Gabriel – Como pudiste escuchar, tu tío Lucí anduvo por allá. Ves por qué no quiero que andes en ese medio?

- Si papa lo escuche. Pero yo solo quiero ir al Santuario no andar chacoteando por todos lados…

- Y como te fue ayer en el examen Lisie?

- Recuerdas que me dijiste que me comprarías un auto cuando me graduara? – dijo con cara de niña buena

- Que tú que?

- Si bueno… yo esperaba que no lo hiciera Jajaja

- Tío!

- Bueno entonces te lo tengo que comprar o no?

- Si – Grito Liz

- No! – Grito Gabriel.

Uriel abrazó a su sobrina sin prestarle atención a su hermano.

- Lo siento Gabriel, pero una promesa es una promesa

- Grrrrrrrrrrr

- Siiiiiiiiiiiiiii! Quiero un New Beetle rosita!

- Que aquí nadie me está haciendo caso?

- NO – contesto Uriel – Es tu única hija, mi única sobrina y se lo merece. Sacaste 10?

- Siiiiiiiiiiiiii

- Ves?

Gabriel recargoo su cara sobre una mano y con la otra tamborileaba sus dedos en la mesa.

- Y bueno… cual era el ultimo chisme que me ibas a contar? – pregunto Gabriel tratando de cambiar el tema.

Uriel vio a Liz y luego a Gabriel.

- Uh… seguro que lo quieres escuchar?

- Por que? Lisie ya escucho la mayor parte. Ya que mas da – dijo Gabriel pensando en que tipo de cámaras podía poner para averiguar cómo le hacía Lisie para bajar sin que la escucharan.

- Pues resulta… y esto también lo escuché de pura casualidad eh?

- Si como no – murmuró Gabriel

- Recuerdan que Athena tenía a uno de sus dorados desaparecidos?

- Shaka! – gritó Liz – Lo encontraron? Como esta? Está bien?

- Pues… Sí y No.

Liz comenzó a jalarle la camiseta a su tío.

- Explícate!

- Parece que apareció, sano y salvo…

- Menos mal – dijo Liz aliviada

- … Como el General Marino de Dragón del Mar, es decir, en las filas de Poseidón.

Liz soltó a su tío mientras que Gabriel sonreía. No quería decirle "te lo dije" a Lisie, pero de sus labios estaba a punto de salir la frase.

- Athena y dos de sus caballeros con su patriarca lo descubrieron – siguió diciendo Uriel – Sera todo un escándalo si se llegan a ir a juicio.

- Así que después de todo, ese majadero si es un traidor – dijo Gabriel sonriendo satisfecho.

Liz golpeó la mesa con ambas manos.

- Shaka no es ningún traidor! Debe haber algo más! – gritó antes de subir corriendo a su habitación.

Ni Gabriel ni Uriel hicieron el intento de detenerla.

- Ahora si hermano, cuéntame hasta los más mínimos detalles – dijo Gabriel.