Capítulo 147

Junio 16, 10 pm

Departamento de Thes

Paris, Francia

Fler termino de llorar en el hombro de Thes. De nuevo tres horas perdidas en llanto por culpa de Hagen. No. Mentira. Lloro por saber que toda su vida había sido arruinada por la persona que ella menos esperaba.

- Ni siquiera sé que castigo seria el adecuado Thes… - dijo mientras limpiaba su rostro

- Córtale las bolas y que se las coman los lobos! – dijo su amiga furiosa

- Eso no me devolverá el amor de Camus, ni el tiempo que perdí…

- O tu cabello…

- Si…

- Pero no creo que quieran que lo castigues inmediatamente Fler – dijo Thes – Déjalo unos días en los calabozos en lo que se te enfría la cabeza y piensas bien.

- Yo… no se ni por qué pedí hacerlo – dijo Fler – No puedo hacerle daño. Tiene dos bebés!

Thes se golpeó la cabeza con su palma.

- Sabes qué? Enfoquémonos en lo principal: La salud de tu hermana. – dijo Thes

- Creo que debo ir a visitarla.

- No. Yo creo que no. – dijo Thes

- Por qué?

- El medico dijo que tenías que cuidarte los primeros meses o mi ahijada puede sufrir y allá en el frio y la nieve puedes caerte o enfermarte y…

Fler bajo la cabeza. De nuevo solo estaba pensando en ella únicamente.

- Llámala primero, y sobre eso ya vemos que podemos hacer – dijo extendiéndole el teléfono inalámbrico.

Fler asintió y comenzó a marcar mientras le temblaba la mano. Tardaron un poco en contestarle.

S Si?

F Siegfried…

S Fler! Creí que ya no llamarías!

F Discúlpame. La verdad es que, la noticia que me diste…

S Lo entiendo. No te preocupes.

F Puedo hablar con Hilda?

S Claro que sí. Te pondré en altavoz, pues no puede sujetar el teléfono.

F Gracias.

S Ya te está escuchando.

F Hilda hermana… soy yo Fler!

H …

F Perdóname. Debí decirte todo desde el principio, pero tuve miedo de que no me comprendieras.

H …

F Sé que estas enferma y me encantaría estar ahí contigo, pero yo tampoco he estado bien de salud. Nada grave no te preocupes, pero… me recomendaron estar en un clima más cálido por unos meses, te prometo que te iré a visitar tan pronto pueda!

H …

F Lyfia me dijo que estas esperando un bebe… Crees que vaya a ser niño? O niña? Dame una sobrinita. Con tus ojos y la fuerza de Siegfried, tendríamos una heredera para ser sacerdotisa, no crees? Imagínate! Podríamos sacar las muñecas que tenemos en el Ático y podríamos ponerle esos hermosos vestidos que nos hacían usar, los recuerdas? Y si no, aquí tengo una gran amiga que estoy segura le hará un hermoso ajuar. Pero si me das un sobrinito tan apuesto como su padre, tampoco me enojo.

H …

F Sabes? Estoy finalmente aplicando mis conocimientos de contabilidad y administración en una boutique muy prometedora. Es de mi amiga Thes. Aun no es muy famosa pero lo será pronto. Me ha pedido ser su socia en un proyecto nuevo y yo he aceptado. Me voy a convertir en modelo y socia! Y estoy muy feliz Hilda… de verdad!

H …

F Hilda por favor… contéstame… dime algo… lo que sea! Quieres que me reporte contigo cada semana, lo hago… Quieres venir a visitarme? También serás siempre bienvenida… solo perdóname por… por pensar que tu… que tu…

H … … F… Fl… Fler?

F Hermana!

o Amor!

H Per… do… name…

F Hilda! Dime que estarás bien… Ya tomaste muchas vacaciones… Tienes a Siegfried angustiado… Todo tu pueblo te necesita.

H Ca… mus… Ha… gen…

F Hermana… ya no te angusties por eso… Yo le he pedido a Siegfried el derecho del ofendido… En su momento dictare su sentencia, pero en este momento solo me importas tu… dime que harás tu mejor esfuerzo por recuperarte… prométemelo!

H Ven…

F No puedo…

o No mi amor… no llores… Fler!

F Hilda por favor! Recupérate y tú y yo tomaremos unas vacaciones donde tú quieras… Iremos a… a Ámsterdam! Siempre quisiste estar en verano en los campos de tulipanes recuerdas?

H Si…

F Quieres ir conmigo? Podemos pasear por ahí y los fiordos antes de que tengas que regresar a tus obligaciones.

H Si…

F Ahora… duerme y mañana haces el intento por comer bien y por recuperarte. Siegfried me mantendrá informada y cuando los médicos te den de alta, viajamos, de acuerdo?

H Si…

F Gracias

H Fler…

F Si?

H Te… quie… ro

F Oh Hilda… yo también te quiero mucho hermana

Fler no pudo evitar llorar y Siegfried rápidamente quitó el altavoz.

S Gracias Fler… estoy seguro que ella podrá recuperarse después de esto.

F Y si no?

S Tengamos fe, de acuerdo?

F Me avisaras de cualquier cambio

S De inmediato

F Llamare mañana si no te molesta

S Nunca me ha molestado que lo hagas.

F Los dejo dormir

Fler colgó el teléfono y se lo dio a Thes, quien por primera vez también estaba llorando conmovida con la conversación de su amiga y su hermana. Fler se disculpó con ella y entro a su cuarto. Necesitaba descansar de ese día tan emocionalmente desgastante.

Junio 16, 4pm

Hospital Universitario

Rio de Janeiro, Brasil

Un escándalo de voces femeninos se escuchó por todo el pasillo y Mu y Alde, quienes regresaban de la cafetería, corrían para ver que sucedía. 24 chicas en minúscula ropa de porristas estaban visitando a Niv, haciendo escándalo y echándole porras. Los de seguridad habían sido llamados y las chicas se habían puesto a bailar con ellos con tal de que no las quitaran de ahí.

Varios jóvenes medico bajaban de todos los pisos para "pasar por casualidad" y verle las piernas y el trasero a las chicas y Mu no fue la excepción.

Alde tuvo que darle una palmada en la nuca y jalarlo de su cola de caballo para sacarlo del pasillo y entrar en la habitación de Niv, donde realmente no cabía pues ya estaba lleno.

- Aquí viene el novio! – Gritó una de ellas haciendo que todas corrieran a abrazarlo y felicitarlo.

Niv tuvo que poner el orden.

- Basta! Déjenlo en paz locas! Si me lo tocan les sacaré los ojos! – dijo sin moverse de donde estaba entre broma y advertencia.

Todas lo soltaron al mismo tiempo alzando las manos. Nadie quería meterse con Niv aun en el estado en el que se encontraba.

- Gracias por hacerme compañía chicas, pero ya les di mis instrucciones y las van a seguir verdad?

- Si Jefa! – Exclamaron todas – Vendremos mañana!

- Vayan con cuidado - dijo Niv

Mu iba a salir tras ellas pero Alde no le había soltado su coleta por lo que se cruzó de brazos.

- Andas en celo o que amigo? Contrólate! – dijo Alde muy serio haciendo que Mu se sentara como niño reganado

- No me dejas divertirme.

Alde sonrió y fue a darle un beso a Niv.

- Hola Peque. Cómo te sientes?

- Con tanto parloteo hicieron que me doliera la cabeza – dijo Niv bromeando – Comieron bien?

- Sí. Y Tu?

- Mis chicas me trajeron muchas cosas ricas: Una ensalada con pechuga de pollo y pina, pan de ajo, pastel de moras y una limonada – dijo Niv

- Y supongo que les dijiste, verdad? – preguntó Alde

- Más bien vieron mi anillo y me preguntaron y respondí – dijo Niv sonriendo – A menos que quieras mantenerlo en secreto.

- No! Si por mi fuera estarías en primera plana en el periódico! – dijo Alde – Pero… tu papa aún no sabe y…

- Que es lo que no se? – dijo Carlo entrando siendo empujado por Miss Cary – Porque tienes los ojos vendados hija? Te sientes mal?

- No papa. Le pedí a la enfermera que me los pusiera así. – dijo Niv- De todos modos no puedo ver nada, no tiene caso que los tenga abiertos. Además así puedo justificar a mis amigos el no verlos sin que sientan lastima por mí.

Alde le apretó la mano.

- Vi salir a todas las porristas de aquí – dijo Carlo – Que bueno que te vinieron a visitar.

- Sí. Ya di instrucciones específicas de lo que se debe hacer – explicó Niv – Eva quedara a cargo hasta nuevo aviso.

- De acuerdo.

- Dónde estabas? No puedo ver el reloj pero estoy segura que pasa del mediodía – dijo Niv – Ya comiste?

Carlo hizo un ademan silencioso.

- No me hagas caras! – dijo Niv – Tu recuperación depende de que te alimentes bien!

Los cuatro la miraron sonriendo. Ni herida se le quitaba lo mandona.

- Miss Cary… si va a… "atender" a mi padre en otro tipo de necesidades… al menos use un labial que sea de un color menos escandaloso. – dijo Niv cruzándose de brazos y volteando muy digna hacia un lado.

Todos los presentes hicieron un pesado silencio y tanto Mu, como Alde voltearon a ver dónde efectivamente tanto los labios como las mejillas de Carlo traía aun huellas del labial rojo pasión que traía Miss Cary. Como diablos había podido ver eso si tenía los ojos vendados?

Ninguno hizo ninguna pregunta y Miss Cary se apresuró a limpiarlo con una toalla húmeda avergonzada de haber dejado evidencia.

Mu iba a comentarle algo vía cosmos a Alde, pero Niv tomó ambas manos de Alde y sonriendo le dijo:

- Alde… no hay algo que quieras decirle a mi papa?

- Uhhh? – exclamó Alde viendo a Mu quien le hizo el ademan de que Niv se refería al anillo.

Se puso de mil colores y comenzó a tartamudear nervioso. Niv solo rio.

- Papa… - dijo Niv – Lo que Alde intenta decirte en lenguaje extraterrestre jijiji es que me ha pedido que me vaya con él a Europa… y yo accedí.

Alde hizo un ademan como que esperaba gritos y golpes, pero Carlo se levantó de su silla y brincando de a cojito se sentó en la cama cerca de ellos dos.

- Me están hablando en serio? Miren que mi corazoncito no aguanta corajes si es una broma. – dijo mirándolos muy seriamente

- Jijiji No papa es en serio. – dijo Niv ruborizándose por debajo de la venda mientras apretaba la mano de Alde suavemente.

Alde se irguió como militar ante su superior:

- Señor! Yo le pedí a Niv que me acompañara para que pudiera cuidarla y restablecerse en un lugar tranquilo y con los cuidados de toda mi familia, Señor!

Carlo casi se echa a reír pero no dejo que ninguno de sus hijos lo vieran.

- Me estas pidiendo permiso o me estas avisando?

Alde volteo a ver a Mu. Cuál era la respuesta correcta a eso. Carlo no pudo fingir más y los abrazó a los dos como pudo riendo como loco.

- Siiiiiiiiiii! Ya tengo un hijo nuevo y me dará muchos Nietos! – gritó feliz

- Papa! – grito Niv avergonzada

- Qué? Apoco me vas a decir que solo te va a llevar y lo vas a tener de enfermero! Bah! Denle vuelo a la hilacha y denme muchos nietos antes de que cuelgue los tacos… si! – gritó Carlo saltando con la única pierna buena mientras Alde y Niv se ponían rojos como tomate.

Miss Cary y Mu, en segundo plano, se burlaban la incomodidad de la pareja en silencio.

Junio 17, 6am

Campamento Romaní

Madrid, España

Shura y Pedro regresaron al campamento completamente derrotados pero con esperanza. Habían pasado toda la noche en el aeropuerto de Madrid donde a través de atención al cliente, pudieron conectarse con el aeropuerto de Lisboa y vieron que efectivamente llegaron al aeropuerto, pero dentro de la sala de espera, alguien los abordó, los hizo caminar unos metros y desaparecieron de las cámaras.

Mientras esto había sucedido, habían llamado a hospitales, recintos policiacos y emergencias de Lisboa y afortunadamente no había nadie con las características de ninguno de los dos, pero eso solo hacia más complicada su búsqueda.

Ambos se metieron a sus respectivos remolques, pero en lugar de descansar como habían quedado, Shura sacó su celular. Después de la primera impresión de la noticia y de pedirle a todos los dioses del olimpo claridad para pensar, Shura los había organizado a todos para buscar a Zita y Omar. Ahora se daba cuenta que era algo para lo que tenía que tragarse su orgullo y pedir ayuda.

S Si?

§ Shion?

S Shura! Que pasa!

§ Yo… lo siento…

S No te preocupes. Solo dime que pasa.

§ Es Zita…

S Le sucedió algo.

§ Pido a Athena que no sea así.

S Entonces?

§ No podemos encontrarla. Tampoco su abuelo. Algo sucedió con ellos. Necesito Ayuda.

S Donde estás?

§ En Madrid.

S Llámale a Alejandro de inmediato.

§ Qué? Pero…

S Si alguien puede encontrarla es el. Llámale. Nosotros llegaremos en unos minutos.

§ Gracias.

Shura colgó pensando en saber si debía o no llamarle a su suegro. No quería preocuparlo pero la verdad es que Shion tenía razón. Él era el único que podía rastrearla por de su lazo de sangre.

Buscó la tarjeta donde había anotado su número. La encontró en el cajón de su ropa interior de su remolque y lo marcó.

A Bueno?

§ …

A Bueno!

§ Alejandro?

A Quien habla?

§ Shura

A Shura? Oh no! Le pasó algo a Zita?

§ Espero que no…

A Donde esta?

§ No lo sé!

A Qué?

§ Llegue de Atenas anoche y… ella no estaba. Tampoco Omar. Shion dijo que te llamara. Se reunirá conmigo aquí en el campamento.

A Voy para allá.

§ Gracias.

Shura colgó y comenzó a rezar para que todos los dioses protegieran a Zita y su hijo mientras los encontraban.

Junio 17, 8am

Novena casa dorada

Santuario de Athena, Grecia

Aioros desayunaba con su hermano en silencio. Parecía estar asimilando las cosas mucho mejor de lo que él esperaba. Su apetito había vuelto y su mente parecía estar bastante enfocado en algún tipo de plan pues se ponía a hacer cuentas una y otra vez en una libreta y a escribir ideas.

- Que planeas hermano? – preguntó Aioros después de un buen rato contemplándolo

- Nada

- Oh vamos! Dime!

- Estoy preparando mi plan B para mi misión con Athena – dijo sin despegar sus manos de la libreta.

- Oye pero… aún faltan tres meses para que salgamos! – exclamo Aioros – Ni siquiera vas a intentar… reconciliarte con Marín?.

- No – dijo Aioria – Después de lo que me dijo y por lo que vi… que se vaya al cuerno!

- Aioria! – gritó Aioros encabronado azotando las manos en la mesa aunque Aioria ni se inmutó. Su hermano no podía ser más estúpido.

Iba a comenzar una fuerte discusión con el cuándo su teléfono comenzó a sonar. Contestó con un tono de voz bastante agresivo.

A Parakalos

L Oh! Disculpa… Creo que te agarre en mal momento

A Liz

L Si

A Perdóname por contestar así… pero es que hay algunos que se empeñan en amargarme el día desde temprano

o Si no te gusta deja de obligarme a venir a desayunar aquí – dijo Aioria

o Te obligo porque eres un necio! - contestó Aioros – Y cállate y sigue haciendo tus tonterías.

o Bla bla bla

A Perdón. Decías?

L Uhhh… seguro que…

A Saldré al balcón para que no me interrumpan.

L …

A Ya!

L Que rápido. Bueno. Como estas?

A Muy bien y tú?

L Más o menos. Pase mi examen! Mi servicio social lo hare en verano y listo!

A Qué bien! Felicidades señorita Arqueóloga

L Gracias Gracias… como les fue en su fiesta? Mi tío dijo que hubo de todo

A Ay! Ni me lo recuerdes. Creo que hasta llore jijiji

L En serio?

A Es que soy muy sentimental y esos dos se veían tan compenetrados…

L Que romántico!

A Siiii

L Sacaron fotos?

A Si. Luego te los mando.

L Siiii yo quiero ver sus vestidos. Estuve a punto de conseguir ir! Pero se arruinaron mis planes.

A Pues… ya no se si fue lo mejor. La situación estaba súper tensa.

L Y supongo que cuando descubrieron la traición de Shaka fue peor no?

A De que estas hablando?

L Uhhh… de Shaka como General Marino de Poseidón y…

A QUEEEEEEEE?

L Yo sé que algo tuvo que haber pasado. Shaka adora a Athena y nunca la traicionaría pero…

A Liz! Repíteme eso! Shaka trabaja ahora con Poseidón?

L Oh cielos! Creí que sabrías… para eso hablaba…

A Quien te lo dijo!

L Mi tío Uriel… Estuvo en la fiesta detrás de Zeus todo el tiempo pero su deber es percatarse de todo….

o Aioros… te necesito en mi oficina en calidad de urgente – dijo Shion a través de su cosmos.

o Enseguida estoy ahí.

A Están seguros Liz? Esa acusación es muy seria!

L Mi papa dice que es un traidor y yo digo que no lo es y quisiera hablar a su favor con Athena y…

A Quien más sabe de esto Liz?

L Pues… creo que Shion y Athena… pero no estoy segura. Ya metí la pata verdad?

A No Liz. Si eso es cierto… es muy grave. Debo colgar. Shion me está llamando.

L Me podrías llamar en cuanto sepas algo de eso?

A Te lo prometo.

L Gracias. Cuídate mucho.

A Tú también. Bye

L Bye

Aioros colgó y subió corriendo las escaleras. No tardó en llegar frente a Shion. Se hincó en una rodilla en señal de respeto.

- Buenos días Aioros. – dijo Shion – Lamento molestarte tan temprano pero… hay una situación y necesito ir a dejarte a España.

- Qué? España? Por qué? – exclamó Aioros

- Es Shura – dijo Shion tranquilamente levantándose de su asiento para quitarse su túnica y su máscara porque obviamente no podía ir con esa ropa – Nos necesita, pero yo solo puedo llevarte pues tengo que regresar. Hay ciertas situaciones en este momento que…

- Es por lo de que Shaka trabajando para Poseidón? – pregunto Aioros tan serio, que hizo voltear a Shion

- Que sabes tú de eso?

- Solo rumores, pero al parecer me lo está confirmando.

Shion no dijo nada y termino de acomodarse su ropa de civil.

- Entonces… es cierto que es un traidor? – volvió a preguntar Aioros

- No hay nada confirmado

- Y que están esperando para hacerlo? – grito Aioros – Que nos vuelva a atacar Poseidón?

Shion azoto la mano en su escritorio para mostrar su enfado.

- Por mucho que Shaka y yo tengamos nuestros roces, tengo que darle el beneficio de la duda.

- Pero…

- A ti se te tachó de traidor por 13 años, descubriéndose más tarde que no habías sido más que víctima de las circunstancias Aioros – dijo Shion muy serio – Eso te gusto?

- Claro que no…

- No llamaré traidor a Shaka hasta que se me muestren pruebas contundentes al respecto – dijo Shion - Y nadie debe saberlo o habrá problemas dentro de la orden.

- Pero…

- Pero nada! – dijo Shion entregándole un sobre amarillo – Aquí están tus documentos y algo de dinero. Vámonos!

- Necesito avisarle a Aioria y….

No pudo decir más pues Shion los tele transportó directamente al campamento, donde Shura ya los estaba esperando.

Junio 17, 4pm

Oficina de Hera

Nápoles, Italia

La Reina de los dioses estaba recostada en su sofá favorito viendo Xena la Princesa Guerrera en Crossover con Hércules mientras comía una botana.

- Que ridículos! – decía mientras aventaba nueces a la pantalla plana – Yo no me veo tan vieja… Ni uso esas ridiculeces de vestidos… Y los ojos! Quien carajos dirigió esto para ir a hacerle una visita?

- Ahora con quien peleas Madre? – dijo una voz en el umbral de su puerta.

- Ares! – exclamó mientras extendía los brazos hacia el pero sin levantarse – Mi precioso bebe! Por qué vienes hasta ahora? Te esperaba hace dos días.

Ares abrazo y beso a su madre y se sentó en el sillón a un lado de ella.

- Hasta di que vine! – respondió Junior

- Por qué no habrías de querer si siempre eres bienvenido en esta casa? – dijo ofreciéndole botana

- Porque solo me invitaste para reganarme – dijo Ares volteando hacia donde habían mencionado su nombre en el programa – Ese no soy yo. Yo soy mucho más guapo y sexy!

Hera sonrió.

- Claro que si mi amor. Mil veces.

Ares sonrió complacido con la respuesta de su madre.

- A quien dejaste encargado el trabajo?

- A Anteros – dijo Ares comiendo botana del plato de su madre – Los demás son unos completos inútiles

- Es que los consientes mucho. Necesitan una mano más firme – dijo Hera.

- Te hare caso Mami.

Ambos se quedaron en silencio. Hera no quería molestar a su hijo con las preguntas que quería hacerle y Ares no quería iniciar tan controversial conversación.

Finalmente Hera se decidió.

- Hijo… sabes por qué te pedí que vinieras.

- Si

- Me vas a contar?

- Creí que ya te había dicho en la fiesta – dijo Ares a la defensiva

- Si pero… Por qué decidiste llevarlo al Santuario? Si me lo hubieras traído a mí, yo lo hubiera criado y lo sabes – dijo Hera con voz dulce

Ares se quedó callado un momento.

- Yo... no tuve mucho tiempo para pensarlo. – respondió Ares en un susurro de voz

- A que te refieres?

- A que… Milo vio cuando… mmm… pasó lo de Fanny y…

- Pudiste haberle borrado el recuerdo.

- Te estoy diciendo que no tuve mucho tiempo para pensar – Dijo Ares agarrándose la cabeza con ambas manos – Yo estaba muy… ofuscado.

Hera se quedó callada por un momento. Parecía genuino su dolor a pesar de que ya había pasado mucho tiempo pero con su hijo nunca se sabía.

- Nunca me dijiste realmente que pasó con ella. A duras penas me avisaste que te habías casado y me la presentaste. – dijo Hera

- Yo… no quería que estuviera involucrada en todo este desmadre que traemos entre la familia – dijo Ares entre dientes – Para sus padres… yo era un empresario exitoso más en Atenas.

- Lo sé. Incluso de ahí surgió una sociedad con Hermes, verdad?

- Algo así.

- Recuerdo que tu papa estaba muy contento porque durante esos cinco años, te portaste muy bien, no hubo quejas tuyas de ninguno de tus hermanos e incluso hubo más de tres tratados de paz firmados en ese tiempo. – menciono Hera – Por que tirar todo eso por la borda? De verdad la querías?

Ares apretó la mandíbula y los puños.

- Cuantas esposas me has conocido madre?

- A decir verdad te conozco infinidad de amantes, pero ninguna esposa

- Y tú por qué crees que sea? – dijo sonriendo – Yo amaba a Fanny. Era mi adoración! No necesitaba fingir lo que no era. Ella sabía quién era yo y quien eras tú. Estaba muy orgullosa de ser mi esposa y no sé cuántas veces la encontré contándole a Milo las aventuras que encontraba en los libros de mitología acerca de su padre. Claro que también inventaba otras porque así como que cuentos para dormir bebes pues no hay muchos sobre mí.

- Y entonces? – se atrevió a preguntar Hera de frente – Porque ella solo tenía 24 o 25 años. No me creo el cuento de un infarto.

Ares bajo los ojos avergonzado

- Yo tuve que salir de viaje al medio oriente… tarde unas pocas semanas pero le llamaba diario… y alguien me hizo llegar unas fotografías de ella con otro hombre.

- Alguien?

- Si

- Quien es "Alguien"?

- Importa?

- Pues… no realmente, supongo. – dijo Hera extrañada. De repente abrió los ojos al comprender lo que había pasado – No! No lo hiciste!

Ares no respondió.

- Cómo pudiste haber creído en esas estúpidas fotografías si me estás diciendo que ella sabía quién eras tú? Acaso crees que alguien sabiendo el poder que tienes te va a engañar aun así?

- Ja! Y Afrodita qué? Ella se mete con quien quiere engañándome siempre – Se defendió Ares – Ella no me tiene miedo!

- Pero ella es una diosa, No una frágil humana! – gritó Hera encabronada. – Eres Imbécil o qué?

Ares se levantó y salió por la puerta. Hera se levantó también alcanzándolo en el pasillo.

- A donde crees que vas?

- Si me vas a gritar o insultar, no tiene caso que siga yo aquí. – dijo Ares muy digno

- Regresa y siéntate!

- Oblígame! – reto Ares caminando sobre el pasillo

Hera tuvo que correr para alcanzarlo y tomarlo de la mano.

- Por favor hijo! Solo pretendo ayudarte!

- No es cierto! Solo quieres joderme como los demás – dijo Ares con los ojos furiosos

- Soy tu madre. La que más te quiere en todo este plano astral. Perdóname y ven y siéntate. Aprovechemos que no está tu padre.

A Ares esto se le hizo bastante extraño pero se dejó llevar. Su madre casi nunca dejaba salir solo a su marido.

- En donde esta?

- En Columbus. Poseidón le pidió que fuera a relevarlo unos días. – dijo tranquilamente

- Pero… lo dejaste ir solo? – preguntó Ares extrañado.

Hera se encogió de hombros.

- No hay ninguna virgen a la vista – dijo Hera – Vehu y Jely tienen instrucciones estrictas de mandarme mensaje si es así y reportarme toooooooodo lo que haga tu padre y créeme. Me tienen más miedo a mí que a él.

- No lo dudo. – respondió Ares – Pero y las empleadas que sí lo son?

- Hay pocas y están protegidas y bendecidas por mí. – dijo Hera satisfecha – Esta en su contrato.

- Menos mal que esas a mí no me gustan – dijo Ares sonriendo mientras volvía a sentarse en el sillón.

Hera volvió a sentarse en el sillón.

- Dime que fue un accidente lo de Fanny.

- Dale con el mismo tema – respondió fastidiado

- Dame un poco de paz mental, hijo – dijo Hera

- Si lo fue – afirmó Ares

Hera lo miro profundamente. Quería creerle.

- A ella le gustaba jugar rudo. Era parte de su encanto. – susurro Ares – Pero yo estaba resentido por las fotografías y… le pegue un poco más duro y …

- Ay no…

- Ella no lo esperaba y…. provocó que ella se fuera hacia atrás… - dijo Ares con la voz llena de dolor – Se desnuco al chocar con una repisa.

Ares corrió a refugiarse en las piernas de su madre. Aún era doloroso hablar de eso. Hera le acaricio la cabeza. Entonces si había sido un accidente.

- Pero… y el niño?

- Debió oírnos discutir, pero después de que ella me explicó las fotografías, comenzamos a tener nuestra reconciliación y fue cuando sucedió todo. El abrió la puerta justo cuando…

- Ya entendí – dijo Hera muy seria – Quiero suponer que mandaste a Fanny a los Elíseos.

Ares solo asintió con la cabeza.

- Lo cual quiere decir, que Hades sabe de todo esto…

Ares volvió a asentir.

- Quien más sabe sobre mi nieto?

- Solo mi tío Hades, mi tío Poseidón y tú.

- Y por qué carambas lo saben ellos?

- Hades lo vio en el inframundo cuando Athena fue a pelear allá y Poseidón porque Hades se lo dijo.

- Y entonces por qué no lo sabe tu padre?

- Porque con eso me han estado chantajeando todos estos años mami!

El cosmo de Hera se encendió. Nadie se metía con Junior. Para eso tenía una madre que lo defendiera.

- Los voy a castrar a los dos! – exclamó

- No! Déjalos! Porque entonces si se enterara papa y no creo que le haga mucha gracia.

- En eso tienes razón hijo – dijo Hera calmándose un poco

- Además no es tan malo. Siguen dándome mi mesada y me dejan hacer y deshacer lo que yo quiera – dijo sonriendo.

Hera acaricio un poco más a Ares antes de que le preguntara.

- Dijiste que Fanny sabia quien eras tú, pero… y Milo? Él sabe que tú eres su padre.

Ares sonrió.

- Lo sabe, y desde luego me odia y no lo culpo por ello.

- Sera porque lo abandonaste en ese horrendo lugar que es el Santuario?

- Supongo que sí. – dijo Encogiéndose de hombros

- Pero… no lo has dejado solo… verdad? – dijo Hera – Porque una cosa es que lo hayas ido a dejar allá y otra muy diferente que lo dejes morir de hambre…

Ares se recargó en el sillón con las manos en la nuca.

- Nunca ha querido de mi ayuda. Es muy orgulloso. – dijo Ares

- Ese no es pretexto.

- Su fideicomiso está intacto desde que nació Mami y el departamento que era de su madre esta rentado y las rentas se depositan en ese fideicomiso. Él lo puede reclamar cuando quiera, solo que no quiere.

- Él sabe que lo tiene?

- Le mandé un recado con mis bersekers cuando tenía como 9 años. – dijo Ares – Nunca me lo contestó así que supongo que sí.

- Y de su educación?

- Eso pregúntaselo a Athena – dijo Ares – Yo no sé qué tan buena sea dentro de ese lugar. Nunca me lo ha querido mostrar

- Y por qué será? – dijo Hera haciendo sonreír a Ares aún mas

- Ni aguantan nada. – dijo – Es más que obvio que mientras Milo siga en el santuario, no voy a armar escándalo. No quiero que salga lastimado, sobre todo ahora con Samira y su hijo en camino.

Ahora fue el turno de Hera de sonreír.

- Entonces si lo quieres.

- Claro que sí! Es mi hijo! – dijo mientras abrazaba un cojín – Nadie puede negar que les doy todo lo que puedo a todos mis hijos! Y Milo no es la excepción! Hasta esposa le conseguí y no se puede quejar! Es bonita, de buena familia y lo adora.

Hera sacudió la cabeza incrédula.

- Que que?

- Larga historia madre…

- Y… le dirás a tu padre alguna vez? – dijo Hera

- Seguro! Cuando alguno de mis otros hermanos meta la pata, entonces le diré del mío – dijo Ares – Mientras tanto, que se quede ahí, alejadito de todos.

- Pero y si tu papa lo descubre antes de que eso pase? Sabes que es muy estricto al respecto – volvió a preguntar Hera

Ares sin embargo no se inmutó.

- Si eso llega a pasar, lo reclamare a él y a su familia como mío y entonces… si Athena no quiere dármelo… comenzare de nuevo un conflicto con ella.

Junio 18, 7 am

Castillo Tuvalu

Vaitupu, Tuvalu

Zita despertó en una gran cama con dosel color rosa. El sol se colaba por la ventana y las sabanas de seda se movían con el ventilador de techo.

- Qué? Porque estoy aquí? – dijo mientras se levantaba.

Contuvo la respiración cuando vio que solo tenía puesto un camisón de algodón blanco.

- Ay por todos los cielos! – Gritó al mismo tiempo que buscaba ropa que ponerse para salir a ver dónde estaba pero todo estaba vacío – Dónde estoy? Esto no es España!

Lo último que recordaba era estar en el aeropuerto de Lisboa con su abuelo y… ¡Su abuelo!

Abrió la pesada puerta de madera y salió corriendo así descalza como estaba. Había varias doncellas que parecían nativas de alguna isla del pacifico vestidas con su uniforme de color azul rey y cofias blancas que le hacían una reverencia con la cabeza pero no intentaban detenerla.

- Omar? Omar! – gritaba a todo pulmón

Comenzó a pensar que tal vez estaba sonando. Se habría quedado dormida en el avión? El ambiente era en extremo húmedo y caluroso. Estaba sudando y estaba asustada.

- Buscas a alguien? – dijo una voz detrás de ella.

Zita volteo y abrió los ojos con sorpresa.

- Usted!

Sorrento sonrió y la miro con bastante descaro. Zita corrió a esconderse tras una silla de respaldo alto.

- Dónde estoy? Por qué nos secuestró? Que quiere? – le gritó

- Yo? Nada.

- Donde está mi abuelo? Exijo verlo! – volvió a gritar

Sorrento comenzó a reír.

- Definitivamente el pinche genio es heredado – dijo – Pero tu abuelo gitano está bien.

- No le creo…

- Si entras a la cocina y bajas al sótano, lo encontraras sano y salvo. – dijo Sorrento - Y si necesitas algo solo pídeselo al personal. Y si me necesitas para divertirte un rato…

- Púdrase!

- Jajaja

Sorrento se dio la media vuelta y se fue riendo. Era obvio que no podía tocarla so pena de muerte, pero eso no quitaba que pudiera coquetearle.

Zita no perdió tiempo y fue hacia donde Sorrento le había dicho. Había cerca de 10 personas trabajando en la cocina entre personal de la cocina y otros empleados.

Nadie le hizo caso cuando entró, y ella pudo bajar al sótano.

- Omar? Omar! – volvió a gritar mientras bajaba las escaleras y caminaba por un pasillo bastante obscuro

- Zita? – se escuchó a lo lejos

- Abuelo! Donde estás? – dijo llegando a un pasillo transversal con varias puertas de madera con rejillas

- Aquí! – dijo Omar moviendo el pañuelo que siempre llevaba al cuello por sobre la rejilla.

Zita corrió hacia él.

- Abuelo! Estas bien? No te hicieron daño? – dijo besando su mano

- No hija, pero no sé dónde estamos. Que paso? – preguntó confundido

- No sé, pero tenemos que encontrar la forma de escapar – dijo Zita – Fue aquel hombre que le compró el auto a Shura y… Oh no! Shura!

- Zita… escucha bien. No importa si me dejas aquí. Tú y mi bisnieto tienen que salir de aquí sanos y salvos. – dijo Omar apretando su mano – Escapa de aquí y ve por Shura.

- No te dejare aquí solo! Ese hombre está loco! – dijo Zita llorando

Un aplauso dramático interrumpió la reunión.

- Bravo! Muy buena escena de telenovela! – dijo Poseidón saliendo de las sombras – Lastima que sea totalmente inútil.

Zita le soltó la mano a Omar para poder retroceder varios pasos.

- Quien… quien es usted? Por qué nos han secuestrado? – exclamó Zita con las manos juntas en su pecho para calmarse un poco.

Poseidón la acorraló en la esquina y le levantó la cara para verla bien.

- Si… los mismos ojos de tu padre… La misma mirada desafiante y cabello rojo – dijo.

Zita agitó la cabeza para poder zafarse, lo que hizo reír a Poseidón.

- Y mismo espíritu rebelde…

- De donde conoce a papa? – Después abrió grandes los ojos. Acaso ese hombre era del cual su padre se había escondido tantos años? No. Este joven debía tener apenas 24 o 25 años. – Que nos va a hacer?

Poseidón se cruzó de brazos.

- Oh vamos! Somos familia! Acaso no te gustó la habitación en la que te puse? – dijo Poseidón – Puedo ponerte aquí abajo si tanto te gusta.

- Déjennos ir por favor! Nosotros no tenemos dinero! – suplicó Zita

Poseidón la miró un momento y le sonrió.

- Está bien. Váyanse! – dijo Abriendo la celda donde estaba recluido Omar.

Zita abrazó a Omar, quien miraba desconfiado a Poseidón. Zita se echó a correr jalando a su abuelo, atravesaron el pasillo, subieron las escaleras, salieron de la cocina al comedor y de ahí a la enorme puerta principal. Nadie hizo el intento por detenerlos.

Zita bajo las escaleras y vio el camino y un auto a unos cien metros de donde estaban. Corrieron hacia allá pero a pocos metros de poder subirse en el auto, Zita cayo de rodillas gritando de dolor. Sus piernas! No podía sentirlas!

- Zita! Que pasa hija! – dijo Omar preocupado

- Mi… mi alergia! Debemos estar demasiado cerca del mar! – gritó

- Exactamente a 1099 metros a la redonda – dijo Poseidón burlándose – Que? Acaso creías que no lo sabía?

Zita siguió gritando de dolor y Omar la jaló unos cinco metros hacia la casa, donde Zita dejó de gritar pero comenzó a respirar agitadamente.

- Zita hija… tienes que relajarte… hazlo por el bebé.

Poseidón abrió grandes los ojos?

- Bebe? Estas embarazada?

- Eso no le importa! – gritó Zita tomándose su vientre

- Oh claro que sí! Esto solo es la cereza del pastel para traer a Tritón hacia mí! – dijo sobándose las manos con un tono maquiavélico – Esto será muy muy divertido.

Tronó los dedos y dos de las doncellas se llevaron a una adolorida Zita a su habitación. Dos hombres escoltaron a Omar a su celda de nuevo y Poseidón se quedó en el lobby pensando en su plan. No podía fallar. Tritón estaba cada vez más cerca de caer en su trampa.