Capitulo 149

Junio 19, 9am

Tercera casa de Géminis

Santuario de Athena, Grecia

Kanon bajo algo preocupado a su casa con Sammy en brazos. La niña había preferido dormirse a tener que hablar con él, por lo que decidió respetar eso y la puso en su cama. Si bien él había subido contento a hablar con Shion y este le había dado permiso para utilizar su semana de regalo, su ánimo había cambiado cuando le dieron a Sammy para que tomara clases con él y la niña había tomado su morral y pedido a Kanon que la cargara sin decir palabra.

- Por favor, si averiguas que es lo que le sucede para poder ayudarla, te lo agradecería – le dijo Shion antes de que ambos bajaran.

Pero Kanon ya sabía que es lo que la tenía así, solo que no sabía que reaccionaria de esa manera. De todos modos sacó su bolsa de lona y comenzó a meter lo esencial que no tendría en la isla.

- Que está haciendo Maestro? – preguntó Sammy abriendo un ojo. La curiosidad le había ganado.

- Hago mis maletas porque salgo de viaje Sammy – dijo Kanon – No digo que ahorita, sino dentro de pocos días pero no me gusta apresurarme.

- Ahhh

Kanon sonrió un poco al ver que la niña le estaba hablando casi con normalidad, pero se había acurrucado en la cama abrazando una almohada.

- No es lo mismo sin cobrita – susurro para sí misma aunque Kanon la escuchó.

Kanon siguió en lo suyo cuando su celular comenzó a sonar.

K Parakalos

S Kanon, soy Shura

K Shura! Como estas?

S Del carajo. Supiste lo de Zita?

K Zita? No… que paso? Algo malo?

S Desapareció. No la encontramos por ningún lado.

K Cuando fue eso? Que están haciendo para encontrarla?

S Hace tres días. Aioros y yo ya fuimos a todos lados… Alejandro esa hablando con todas sus fuentes… nadie parece saber nada… Estoy desesperado!

K Por Athena! Anda sola?

S No! Su abuelo Omar estaba con ella!

K Si Alejandro está ahí es porque cree que Poseidón la tiene, verdad?

S Sí. Pero no puede rastrearla. Larga Historia. Ayúdame!

K Está bien. Dime como.

S Ese es el punto. No lo sé! Tú lo conoces mejor que nadie!

K Pero si hubiera sido Julián… no crees que ya hubiera pedido que Alejandro se presentara en alguna parte del mundo?

S Sí, pero entonces dónde están? Voy a rebanarle el cuello personalmente si algo les hizo a mis amores!

Se escuchó una lucha seguida de silencio.

A Kanon? Soy Aioros

K Dime angelito

A Acabo de Poner a dormir a Shura porque llevaba tres días sin hacerlo y lo necesitaba…

K Jajaja lo noqueaste?

A Era la única forma. Escucha. Tu sabes mejor que nadie donde puede estar Poseidón y puedes sutilmente checar si ella está con él. Acabamos de regresar de Lisboa y no hay rastro de ellos.

K Está bien… descansa tú también y les llamare tan pronto pueda, ok?

A Gracias. A nombre de toda la familia de Zita y Shura.

K Espera mi llamada.

Kanon colgó el teléfono y se puso a respirar hondo y profundo. Parecía que por más que lo intentara, siempre lo relacionarían con Poseidón. Era inevitable.

Sammy se levantó y se bajó de la cama poniéndose frente a él. Había escuchado la conversación.

- Donde esta bebe cuernitos?

- No sabemos Sammy. – dijo Kanon bajándose a su nivel – Tienes alguna idea?

Sammy se puso a pensar y negó con la cabeza.

- Bueno… concéntrate en bebe cuernitos a ver si logras pensar algo, si?

Sammy asintió y se fue a un rincón a pensar fuertemente. Parecía una pequeña Winnie the Poo pegándose suavemente con el puno para pensar.

Kanon mientras tanto decidió hacer otras llamadas.

I Hola?

K Ío habla Kanon

I Kanon! Justo hoy iba a llamarte

K Sigues en casa de Julián?

I Si Aleix y yo seguimos aquí. Por qué?

K Esta Julián con ustedes?

I No. Se regresó a la Isla y dijo que mañana andaría por aquí.

K Cuando te dijo eso?

I Después de la boda.

K Y Sorrento?

I No ha venido. Se supone que sigue en Japón.

K Carajo!

I Llámale al Hotel o a su celular. Nosotros solo estamos esperando instrucciones, pero no le digas para que no se acuerde y nos deje de vacaciones un poquito más.

K Está bien.

I Puedo llamarte luego para lo del celular?

K Si hombre… luego me llamas

I Sale!

Kanon se sentó en la cama y se le quedo viendo al teléfono. Debía haber una forma… Ni modo. A morderse uno y aguantarse. Marcó el celular de Julián.

P Siiiiiiiiiii?

K Hola Julián habla Kanon

P Yo sé quién habla, lo que no se es para qué. No dijiste que no querías nada conmigo?

K Y para que te lo tomas tan a pecho si ya sabes cómo soy? Además… es tu culpa por pasarme por las narices a tu nuevo Dragón del Mar.

P Ok. Ok… sí. Fue grosero de mi parte. Lo admito. Me pase un poquito de la raya.

K Oye… ya déjalo. Yo andaba algo ofuscado por lo de la boda de esos dos idiotas.

P Jajaja fue una buena puntada. Hades estaba más frio que de costumbre.

K Si, bueno… oye… dónde estás? En el hotel?

P Uhhh… si, si ando por aquí… donde querías que estuviera?

K Puedo pasar a visitarte. Necesito consultarte algo…

P En este momento no puedo… tengo que salir.

K No me tardo nada. Solo cinco minutos.

P Mi avión ya me está esperando…

K Es temporada de Monzones. Vas a dejar que arruinen tu hotel?

P No, no exactamente. Tengo que ir a… mmm… firmar algo que le urge a Sorrento.

K O sea que vas a Japón?

P Aja

K Y de regreso… no puedes pasar a Grecia?

P Para qué?

K Así me recoges y nos vamos juntos a San Salvador.

P Híjole! Me encantaría pero… momento. Que no dijiste que estabas en San Salvador?

K Ya… Olvídalo… Me las arreglo solo…

P Pero…

K Nahhh… Adiós Julián. Luego te veo.

Kanon se dio el gusto de colgarle el teléfono. Lo había cachado en dos mentiras. La primera, que estaba en el Hotel. El sonido de fondo no era para nada el sonido que bien conocía y segunda que iba a Japón. Julián era lo suficiente snob para enviar a Sorrento a donde él estaba en lugar de al contrario. Aun así tenía que confirmarlo y el único que podía hacerlo era su hermano.

S Parakalos...

K Saga…

S Kanon! Qué bueno que me hablas tengo mucho que contarte y…

K Si… si… estas cogiendo como conejo. Bien por ti.

S Oye…

K Mira… te hablo por otra cosa. Después nos ponemos al corriente.

S Que sucede?

K Necesito que vayas al hotel y averigües si Julián está ahí o ha estado ahí desde el 14 en la noche o el 15.

S Por qué?

K Se tiene la sospecha de que… mmm… mejor tu solo has lo que te digo si?

S Está bien, pero…

K Te llamo en una hora. Gracias. Ciao.

Sammy se le acercó y pidió que la cargara.

- No le va a pasar nada a bebe cuernitos, verdad? – pregunto en un tono suave

- No Sammy, bebe cuernitos es muy fuerte. – dijo Kanon pensando en que hacer

- Y si bajo y le pregunto a mi maestra Yulij? – pregunto Sammy – Ella puede ver lo que va a pasar en las estrellas.

- Cualquier ayuda sirve Sammy – dijo Kanon sonriendo

- Bueno… ahorita regreso pero no le digas a nadie que me fui.

- No. No le digo a nadie.

Sammy salió corriendo a pedir consejo de su maestra y Kanon se quedó acostado en su cama viendo hacia el techo, pensando… que algo estaba pasando por alto… pero que era? El conocía todos los escondites de Julián… pero no creía que pudieran ir a todos. Debía concentrarse para poder llamar a Shura.

Junio 19, 5pm

Castillo Tuvalu

Vaitapu, Tuvalu

Kanon cortó la comunicación con él y encolerizado, Poseidón arremetió con todas las sillas que encontró vacías en el comedor tirándolas al suelo bajo la mirada incrédula de Zita.

- Estúpido Kanon! Ya te las hueles, no? Pues ya veremos qué tan útil les resultas maldito metiche!

Zita volteó a ver a su abuelo y este no dijo nada y le hizo una seña para que hiciera lo mismo. Zita había podido convencer a su captor de dejar que su abuelo estuviera cerca de ella en todo momento en caso que se sintiera mal y Poseidón había accedido.

Tres de los criados llegaron rápidamente para recoger el tiradero y salieron tan rápido como vinieron. Zita rompió el silencio

- Disculpe… - dijo

- Qué? – contesto Poseidón en un tono enojado que hizo a Zita brincar de su silla.

- Solo quería agradecerle una vez más que dejara salir a mi abuelo de ese horrible lugar.

- Lo que menos quiero son enfermos en mi casa. – contestó prepotentemente Poseidón

Omar le tomó la mano a su nieta, a sabiendas que sería inútil porque si había una terca en esa habitación era ella.

- Por qué nos tiene aquí? Es obvio que esto no es un rapto usual… - preguntó Zita – Ya le dije que no tenemos dinero.

- Acaso me veo como alguien a quien le falte dinero? – pregunto Poseidón – No niña. De hecho no tengo nada personal contra ti. Es a tu padre a quien quiero?

- Papá? Pero… él no le hace mal a nadie… o sí?

- Tal vez ahora no, pero si hace muchos años. – dijo Poseidón sentándose pues estaban a punto de servir la cena – Acaso no te ha dicho la verdad de su existencia?

Zita volteó a ver a Omar, pero este solo bajo la mirada y apretó los dientes.

- Omar… de que está hablando?

- Hija… es que tu papa... – contestó Omar sin saber cómo decirlo

Poseidón no pudo dejar de reírse.

- Oh por todo el Olimpo!… Así que la chica no lo sabe? – dijo entre risas

- No sé qué? Dígame!

- Tu padre, Tritón es mi hijo. Yo… soy Poseidón, amo y señor de los mares.

Ahora fue Zita la que comenzó a reír a carcajadas.

- Ya entendí. Esta es una broma de cámara escondida verdad? Vamos! donde están las cámaras porque me atrapó!

Poseidón estaba muy serio y Omar también. Zita dejo de reír al ver la expresión de su abuelo.

- Abuelo? Por qué no te ríes?

- Zita… - dijo alzando la mirada – Tu madre en su lecho de muerte… nos confesó eso mismo que te acaban de decir pero tampoco le creímos.

Zita agitó su cabeza incrédula.

- Omar… Mi papa se llama Alejandro… Alejandro Mendoza… no Tritón. – recalcó – Este junior mocoso nos está tomando el pelo y tu debiste entender mal a mi mama.

- Bonita forma de tratar a tu abuelo paterno chiquilla… - dijo Poseidón acomodándose la servilleta en su regazo – Solo te diré… que tu "alergia", no es tal.

- Que sabe usted de eso? Acaso también es graduado de medicina con especialidad en alergología?

Poseidón roló los ojos.

- No niña, tus piernas… quieren convertirse en una cola de sirena. Por eso te fallan las piernas cuando estas cerca del mar. Si acaso llegaras a tocar el agua de mar, lo comprobarías. Es más… te reto a ello.

- Esta loco? Ni siquiera puedo llegar hasta ahí! Usted debería estar en un siquiátrico.

Poseidón azotó las manos en la mesa haciendo brincar la loza.

- Basta! Me importa muy poco si lo crees o no. Y también si tienes que quedarte encerrada aquí varios años. Quiero ver a tu padre suplicando su rendición, y te aseguro que será muy pronto.

- Rendición?

- Se ha escondido en España por mucho tiempo y ahora que vendrá a mi voluntariamente, será un placer infinito terminar con su vida de una vez por todas.

La mirada del joven frente a ella la hizo temblar y prefirió guardar silencio durante toda la cena. Parecía que estaba hablando en serio y no quería hacerlo enojar más de lo que ya estaba.

Junio 19, 12pm

Templo Lunar

Olimpo

Callisto hacia su ronda diaria por el templo contando el número de satélites y viéndolas entrenar. En su rostro podía verse la severidad y la apatía, propia de alguien de su posición dentro del ejercito de Artemisa sobre todo desde que la diosa a la que servía con tanto fervor, le había vuelto a preguntar por Becca, asunto que ella creía subsanado hacía más de seis años.

Reganaba a una de las chicas que tenía una mancha en su uniforme cuando un balín le golpeo el cuello. No le dio importancia y siguió reganando a la pobre chica. Otro balín le dio en el trasero y volteó furiosa.

- Quien se atreve a interrumpirme? – gritó dándose la vuelta, pero no vio a nadie.

Volteó la vista hacia uno de los palcos y descubrió a Theseus e Ícaro con una cerbatana en la mano. Odysseus, como el más serio de los tres, solo veía la escena y movía la cabeza.

- Aprovéchense que aquí está mi señora o si no… - gritó Callisto levantando el puño.

- Por qué tanto escándalo? – Preguntó Artemisa suavemente

Callisto y todas sus satélites se hincaron sobre una rodilla.

- Saben bien que no me gusta el ruido y los gritos en mi templo – dijo Artemisa mirando a Callisto de forma indiferente – Rompen la armonía.

- Lo lamento mi señora. – dijo Calisto – No volverá a ocurrir.

- Así lo espero – respondió Artemisa – Donde esta Lascomoune?

- Entrenando del otro lado de los jardines, mi señora – contesto Calisto servicialmente

- Ya contaste si todas están aquí?

- Si mi señora

- Y les informaste a todas que tienen terminantemente prohibida cualquier interacción con cualquiera de mis hermanos por inocente que esta sea? – insistió Artemisa

- Si mi señora, so pena de castigo corporal.

- Bien.

Artemisa siguió de largo para entrar a su templo. Tanto Theseus como Ícaro comenzaron a hacerle caras a Calisto antes de que esta murmurara mil y un maldiciones y volteara a seguir reganando a la chica como antes de la interrupción de los Ángeles de Artemisa.

Artemisa llegó hasta su sala del trono y ya sus tres fieles ángeles se encontraban hincados sobre una rodilla a manera de respeto.

La diosa de la Luna extendió la mano hacia ellos. Ícaro y Theseus no tuvieron más remedio que entregar las cerbatanas. Artemisa las recibió con una sonrisa.

- Mis queridos ángeles. Ya saben que pueden molestarla únicamente mientras yo no estoy – dijo

- Lo lamentamos, mi señora – dijo Theseus – Estábamos aburridos.

- Lo sé. – dijo Artemisa – Ha venido mi hermano Apolo?

- No señora

- Ha enviado algún mensaje?

- No señora, no hemos sabido nada.

Artemisa frunció el ceño. Ya habían pasado cinco días desde su última conversación con él y o de verdad estaba buscando lo que ella le había pedido o se estaba escondiendo de ella.

- Odysseus…

- Si señora?

- Busca a Apolo por todo el olimpo y dile que quiero verlo hoy mismo. – ordeno Artemisa

- De inmediato – dijo desapareciendo de su vista

- Theseus…

- Si señora?

- Busca a Apolo en la tierra y dile que requiero de su presencia aquí en mi templo – Ordenó la diosa.

- Así será – dijo desapareciendo.

Solo quedó Ícaro, quien le sonrió a su diosa pues ya se estaba acercando con esa mirada encendida.

- Mi querido Icarus…

- Si?

- Tengo una misión especial para ti.

- Usted dirá.

- Necesito que vayas al Santuario de Athena y averigües todo lo que puedas sobre la última visita de Apolo a ese lugar – dijo Artemisa – Cuando fue, con quien hablo, sobre quien hablo…

- Si señora.

- Enviaré un mensaje a mi hermana y estoy segura que no te cerrara las puertas – dijo acariciando la cara de su ángel favorito – Solo estarás 48 horas terrestres. No creo poder estar lejos de ti más de ese tiempo. – dijo suavemente mientras lo invitaba a levantarse e ir a la habitación.

Icarus le sonrió. Quien era el para ir en contra de los deseos de la diosa a la que amaba y servía?

Junio 19, 12pm

Tercera casa de Géminis

Atenas, Grecia

Kanon escuchó a una niña llorando en su puerta y corrió a abrirla. Sammy se había enredado con los listones de su vestido al que se le había desatado el moño y caído hacia el frente. Kanon corrió a recogerla y ver que estuviera bien.

Sammy dejó de llorar por un momento se llevó las manos a la boca y trató de contener los sollozos.

- Sammy… donde te duele. – Preguntó Kanon preocupado. Si Sammy llegaba herida a manos de Shion se le iba a armar.

Sammy negó con la cabeza.

- Sammy… sabes que yo solo quiero ayudarte. Donde te duele?

Sin poder controlar sus lagrimitas, Sammy señaló su boca. Parecía que había chocado y se había pegado.

- Me dejas ver?

Sammy negó de nuevo y se volvió a llevar las manos a la boca.

- Entonces… mantendrás tus manos ahí para siempre?

Sammy asintió y Kanon sonrió. La cargo y la puso en el sofá. La revisó someramente y vio que no tenía nada tranquilizándose.

- Y… si te hago cosquillas?

Sammy abrió grandes los ojos y negó con la cabeza pero era demasiado tarde. Kanon le arrancó varias carcajadas logrando que en una de esas Kanon viera el problema: con el golpe uno de los dientes de leche de Sammy se había aflojado y había soltado algunas gotitas de sangre. Seguramente no estaba tan flojo y por eso el dolor.

Kanon le sonrió a Sammy y esta se puso muy seria.

- No debe hacerme cosquillas. Va contra las reglas.

Kanon enarcó una ceja.

- Desde cuándo?

- Desde antier

- Y quien puso esa estúpida regla? – preguntó Kanon extrañado.

Sammy lo miró muy seria mientras con una mano se tapaba la boca.

- Yo la puse.

Kanon se sentó en el suelo de frente a Sammy.

- Que otras reglas has puesto? Digo… para saber cómo debo tratarte.

- No más juguetes, ni juegos de niños, ni descuidar mis deberes, ni discusiones con Kiki…

- Vaya…

- No más prendas infantiles, comeré todo lo que den, aprenderé todo lo que me ensenen…

- Pero…

- No más chocolates, y…. ya no me acuerdo que más.

Kanon la miro fijamente. Ahora comprendía por que le habían dicho que

- Por qué?

- Soy una niña complicada e infantil – dijo Sammy sin ningún emoción – Esto hace que la gente no me quiera. Debo madurar y ser como Kakyuu.

- Sammy… esto es por lo que escuchaste la otra vez?

Sammy no contestó. Se dedicó a mover sus piernas para sentarse bien y de forma correcta.

- Comprendes que esa conversación no era para tus oídos y que la gente mayor a veces hiere a los que ama sin que se den cuenta?

Sammy se dedicó a contemplarlo con sus manos sobre las rodillas como toda una señorita. Kanon se dio cuenta que como escorpioncita, la necedad de la niña estaba a la altura de la de Milo. Así que tenía que hacer lo que siempre hacia con Milo: distraerlo para que bajara su guardia.

- Y bien, que te dijo tu maestra Yulij respecto a bebe cuernitos?

Sammy hizo un ademan de pararse para hablar más libremente pero su terquedad la detuvo y regresó a su posición original.

- Dijo que Zita está rodeada de agua y no puede escapar pero ella y su abuelo están bien.

- Eso es bueno… te dijo en donde podría estar?

Sammy hizo una mueca intentando recordar. Kanon se levantó despacio fue hasta el galletero donde había escondido los chocolates que Sammy le había pedido guardar. Destapó uno y comenzó a disfrutarlo delante de ella. Sammy tenía sus ojos puestos en el chocolate y comenzó a tamborilear uno de sus pies.

- Mencionó algo de una princesa en un castillo que cambia de lugar.- dijo Saboreándose el chocolate de Kanon.

Kanon hizo como que dejó el chocolate cerca de ella pero sin ofrecérselo y ella tuvo que cambiar de posición varias veces para no caer en la tentación, aunque al final sucumbió y se lo comió a escondidas. Kanon estaba reflexionando lo que le acababa de decir hasta que exclamó:

- Castillo? Rodeada de agua y que cambia de lugar? Sammy! Ya sé dónde están!

Junio 19, 4pm

Calabozos del Santuario

Atenas, Grecia

Camus se encontraba viendo hacia afuera por la pequeña ventana que daba al exterior. Intentaba ver si había algo interesante, mas todo parecía estar igual. Al fondo, sobre un pedazo de piso congelado, se encontraban dos bustos hechos de hielo, que Camus había tallado durante toda su estancia ahí y que le habían evitado morir de aburrimiento.

Unas pisadas llamaron su atención, pues no eran las burdas botas de los guardias.

- Milo! – exclamó feliz de verlo trayendo del brazo a su esposa – Samira!

- Buenas tardes Camus – dijo Samira con un sonrisa – Como se encuentra hoy?

- Muy bien Samira y usted? Milo no seas desconsiderado y búscale una silla a tu mujer! – le gritó

Milo, dejando la canasta que traía cargando haciendo un gesto de muérete, tomó una de las sillas de una celda abierta y se la acercó a Samira, quien le agradeció con una sonrisa.

Milo abrazo a Camus por sobre los barrotes y le susurró:

- Lo mandón no se te quita

- Ni a ti lo idiota

Samira se inclinó sobre la canasta y sacó de ahí una botella de vino y dos copas y se las dio a Milo quien a su vez se las dio a Camus, quien abrazo la botella con gusto como si fuera un osito de peluche.

La pareja se rio ante el gesto y Camus abrió la botella con el destapa corchos que le acercaron y se puso a degustarlo.

- Espero que no le moleste Camus pero… intente hacer bocadillos estilo francés y no me salieron así que solo pude traerle una charola de quesos y carnes frías con un baguette – dijo Samira apenada – La cocina de su país es muy complicada.

- Sí que lo es Samira, pero con que me hayas traído…. – olio el ambiente y comenzó a palmotear – Si me trajiste! Mis quesos favoritos!

Milo le pasó una charola cerrada con varios tipo de quesos fuertes, salamis, mortadelas y jamones y una baguette a las hierbas finas.

- Gracias por pensar en mi Samira – dijo Camus – Ya solo me faltan dos días pero ya me estoy volviendo loco. No sé cómo carajos pudiste estar 14 días aquí Milo.

- Shhhhhhhhhht

- Habibe… porque estuviste aquí tanto tiempo?

- Uhhh… tuve una discusión con Mu Pedhi Mou, nada serio.

- Nada serio y estuviste 15 días? – volvió a preguntar

- Aquí lo importante es que Camus va a salir en dos días… podremos parrandear de nuevo y…

Camus lo interrumpió con el dedo índice a la altura de su casa mientras se terminaba el bocado.

- No. Saldré de viaje. – dijo Camus tomando un poco de vino

- Bravo! Por fin saldrás a buscar a Fler! – dijo abrazando a Samira mientras esta palmoteaba

- Claro que no!

- No? – preguntó Milo – Y qué demonios estas esperando? Que te la ganen en serio?

- Le prometí a Laura acompañarla a Paris y...

Milo le hizo un gesto con la mano para que se acercara a la reja y cuando lo hubo hecho, le dio una palmada en la frente.

- Eso por qué fue?

- Porque eres un idiota! – contestó Milo

- Ahora que hice?

- Te das cuenta que le estas dando más importancia a tu relación enfermiza con la policleta esa, que con Fler?

- Claro que no! – reclamó Camus

- No? Por qué diablos estas en esta celda? Porque se te olvido tu primer castigo. Y por qué se te olvido? Por ir a buscarla…

- Pues es mi amiga, hubiera hecho lo mismo por ti…

- Pero al disque amor de tu vida, no la buscaste nunca! No te importó un rábano como fue que hizo para regresar a su casa o siquiera si llegó sana o salva... o me equivoco?

- Shaina la fue a dejar al aeropuerto y… - quiso justificarse

- Y me alegro mucho que Shaina no tuviera el corazón frio que tienes tú y se tomara la molestia de preocuparse por ella – reclamó Milo – Tu no te mereces a Fler y ojala y de verdad se encuentre a alguien que si la valore! O por lo menos que tu amiga te de las nalgas para que valga la pena las estupideces que haces.

- Milo! – Exclamó Samira. Nunca había escuchado a su esposo decir tales palabras.

- Lo siento querida, pero este me saca de quicio.

Camus inhaló profundamente para no perder los estribos.

- No has aprendido tu lección como me dijiste por teléfono – siguió Milo – Sigues siendo el maldito cobarde egoísta y traidor de siempre y vas a terminar por quedarte solo!

- No me hables así!

- Te hablo como me da la gana! – gritó Milo – Samira… Vámonos antes de que lo agarre a madrazos – dijo Milo ayudándola a levantarse – Yo creí que era necio y cerrado, pero tú me ganas y por mucho. Que te aproveche tu necedad.

Los Al Alkrab salieron de los calabozos, dejando a Camus sintiéndose como todo un imbécil una vez mas.

Samira regresó a los dos minutos para sorpresa de Camus.

- Samira! Que haces aquí?

- "Olvide algo" así que no puedo tardarme – dijo – Te sabes el número de la casa de Fler?

Camus sacó de su billetera el número que Shaina le había dado días antes para cuando estuviera listo y se lo entregó a Samira, quien sacó su celular de su bolsa y comenzó a marcar.

- No Samira! Sabrán que yo te mando por el código de área! – gritó Camus

Samira le sonrió.

- Este es mi celular con el código de Abu Dhabi. – dijo – Con él, estoy en contacto con mis amigas.

Una voz masculina al otro lado de la línea hizo que Samira pusiera el altavoz y le pidiera absoluto silencio a Camus.

S Hola?

Š Salam Alaikum. Sería tan amable de comunicarme con Fler?

S De parte de quién?

Š Samira Al Alkrab

S Lo siento señorita….

Š Señora…

S Disculpe Madame… Fler no se encuentra en este momento. Quiere dejar recado?

Š Sabe a qué hora puedo localizarla? Es urgente.

S No. De donde conoce usted a Fler?

Š Nos conocimos en un viaje. Ella me dijo que si la necesitara me hablara y me dio este teléfono.

S Fue hace mucho ese viaje?

Š No… de hecho fue en Mayo. Con quien estoy hablando?

S Mi nombre es Siegfried. Soy el cuñado de Fler!

Š Ahhh el famoso cunado! Mucho gusto. Entonces… sabe cómo puedo localizarla?

S A decir verdad no. Ella ya no vive aquí… precisamente desde Mayo.

Š Oh!... una lástima. Puedo dejarle mi numero para que en caso de se comunique con ustedes le pasen mi recado?

S Seguro.

Š Mi número es 971 8447 0228 Samira Al Alkrab

S Cuando se comunique le pasare su número.

Š Gracias. Puedo hacerle una última pregunta?

S Supongo que sí.

Š Ella… Se terminó casándose con el novio que tenía?

Š No sé a cuál se refiere. Pero le diré que si se casó o no con aquel novio, solo ella sabe porque ella ya no volvió aquí después del viaje donde usted dice que la conoció.

S Oh! Entiendo. Esperare a que me llame para saberlo. Shukran.

Š Para servirle.

Samira colgó y miró a Camus viendo cómo se deslizaba lentamente hacia el suelo. Fler no había regresado a Asgard… y entonces? Donde estaba?

La voz de Milo pidiéndole a Samira que se apresurara, la hizo salir arrepentida, pues en lugar de hacerle un bien a Camus, parecía haberlo hundido más. Murmuró un lo siento y salió de ahí. Se atrevería a decírselo a Milo?

Junio 19, 4pm

Sala de descanso del Recinto

Santuario de Athena

Junet ya le había dado de comer a las 13 niñas y estas ya se habían ido a sus lecciones vespertinas con Mayura y Yulij por lo que estaba terminando de lavar los trastes cuando Marín llegó corriendo.

- Cámbiate que nos vamos! – dijo jalándola

- Irnos? A dónde? – preguntó extrañada.

- Al Corazón de Atenas – dijo jalándola hacia afuera – Tienes cinco minutos!

- Pero… No tenemos permiso de salir!

- Si, si tenemos! Anda! Apúrate!

Junet no tuvo más opción que correr a su cabaña para ponerse un pants y una playera, pues su castigo aun no terminaba y Geist tenía toda su ropa.

Marín salió de su cabaña y al verla, la metió a su cabaña exasperada.

- No te voy a llevar pareciendo una marimacha! – dijo arrojándole un vestido de tirantes rosa y unas sandalias griegas de piso color blancas – Eso servirá! Apúrate antes de que Geist cambie de opinión.

Junet se cambió ahí delante de ella. No entendía nada. Ambas salieron del Recinto y corrieron hacia la puerta, donde Marín entregó dos permisos y corrió hacia Rodorio para tomar un taxi, siempre jalando de la mano a Junet.

Una vez dentro y habiendo dado instrucciones al chofer, Marín se relajó.

- Que pasa? Por qué tanto misterio? – pregunto Junet

- Porque Geist con lo voluble que es podía retirarme los permisos – dijo Marín – Y yo tenía ganas de salir hoy! Aproveché que estaba asustada porque Shion pidió verla.

- Uhhh y a que vamos al Corazón de Atenas?

- Iré a hacerme un cambio de look.

Junet la miró asombrada.

- Tú? Un cambio de look? Por qué? No es tu cumpleaños!

- No, no lo es, pero quiero aprovechar el vale que me dio Shaina ese día y que expira mañana.

- Ahhh… y… puedo retocarme mis luces y mi corte? – dijo Junet emocionada

- No crees que te regane Geist?

Junet se encogió de hombros.

- Ya que me puede quitar? La ropa interior de abuelita que me dejo?

- Jajaja está bien. Además no creo que note lo tuyo si te lo recoges unos días – meditó Marín – Pero yo si quiero algo drástico. Quiero sentir que comienzo de cero. Que me recomiendas?

Las chicas siguieron platicando hasta llegar a su destino.

Junio 19, 10 am

Oficina de Loki en GHL

Nueva York, USA

Loki estaba intercambiando impresiones con Momo por teléfono acerca de nuevas bromas de mal gusto que le podía hacer a sus hermanas, sentado en su silla ejecutiva de piel negra y su escritorio de mármol blanco.

- Y así, es como quedaran súper encantadas, comprendes? – dijo mientras veía sus uñas.

- Wow! Eres mi ídolo! Nunca se me hubiera ocurrido – decía Momo – Lo voy a hacer, al fin que esto esta híper aburrido desde la mudanza.

- Tu hermana debió ser muy estúpida si cayó con uno de los chapeados de Athena. – contestó Loki

- Lo mejor de todo es que se la chamaqueo bien bonito Jajaja – dijo el dios de las bromas – Ella dijo que ya tomó venganza, pero capaz que solo fue a besarle los pies.

- Te pasas! Lástima que no haya pensado con la cabeza – respondió Loki – De todas tus hermanas es la más buenota.

- Hey!

- Qué? Apoco no me la prestarías un rato?

- No pues si por mi fuera, te la regalo! – dijo Momo – Pero a Hipnos no creo que le haga mucha gracia y a mi mama tampoco.

- Jajaja de Juan Pestanas me ocuparía yo, solo que por el momento no tengo tiempo.

- Mucho trabajo?

- Algo.

La puerta se abrió y una muchacha de unos 18 años, cabello azul planchado hasta debajo de la cintura en traje sastre de minifalda blanco semitransparente con una blusa dorada y tacones altos entró en su oficina sin previo aviso, azotándole la puerta en las narices a la secretaria que había intentado detenerla.

- Tu que carajos haces aquí? – dijo Loki

- Estoy buscando a mi hermano – contesto Eris

Loki le miró las piernas y la barrió de arriba abajo.

- Luego te llamo – dijo antes de colgarle el teléfono a Momo. – A cuál de todos buscas?

Eris lo miró con coquetería y se sentó en la orilla del escritorio cruzando las piernas de forma sexy. Loki no pudo dejar de admirar el cuerpo que había tomado esta vez.

- Con cual te llevas? – preguntó la chica

Loki sonrió. Ciertamente no era bienvenido en muchos de los hogares del circulo olímpico.

- Con Hermes… con Dionisio… y con Ares.

Eris se acostó boca abajo en el escritorio, dejando ver las curvas bien pronunciadas de su trasero a propósito.

- Interesante tus amistades – dijo con voz dulce- Pero busco a Ares.

Loki se recargo en su asiento y jugó con la pluma entre sus dedos.

- Y a que estúpida cabecita se le ocurrió que estaría aquí? Ten por seguro que Gabriel no lo traga y por tanto no es bienvenido en este edificio. No que no haya venido aun así y que esto le importe un reverendo comino… como a ti por ejemplo.

- Jajaja que tontito eres – dijo Eris – Ya lo fui a buscar a los lugares esenciales como a la casa de su amante quien quedo bastante encabronada con mi visita desde luego, y a su casa en Irak, a su casa en el Olimpo….

- Ya lo buscaste bajo las faldas de su mami? – se burló Loki.

Eris se tensó. No lo había buscado ahí porque ella no era bienvenida.

- Intentaste llamarle? – volvió a preguntar Loki

- Sí, pero me mandó al buzón.

- Jajaja es que no tienes su número correcto Jajaja

- Qué?

- Te hare el favor de comunicarte con el… si me dices para que lo quieres.

Eris se incorporó.

- No es de tu incumbencia - dijo parándose y caminando hacia la ventana

Loki hizo lo mismo al mismo tiempo que olía el ambiente.

- Hueles a coco y a…. aceite de foca… Estuviste en Asgard!

Eris abrió grandes los ojos mientras olio sutilmente su piel y Loki se echó a reír.

- Jajaja te cachee!

- Cállate!

- Qué diablos hacías allá? – pregunto Loki curioso

- Estaba de vacaciones – respondió Eris – Y a decir verdad la estaba pasando muy bien. Con un frio de la fregada, pero bien.

- Ya… y nadie te reconoció?

- Nadie me dijo nada. – dijo Eris sonriendo de nuevo – Fue divertido crear un poco de caos con la gente… principalmente con su sacerdotisa…

- Con Hilda? Te atreviste?

Eris se encogió de hombros.

- Sí. Desgraciadamente se embarazó y se me complicó el asunto. – dijo – Y para colmo de males, alguien quemó uno de mis burdeles y tuve que regresar al caribe a poner orden.

- Hubo muertos?

- Solo 2 – dijo Eris sin darle importancia – y 1 desaparecido. Pero me costó mucho dinero y quiero que Ares me ayude a joder al que lo hizo.

- O sea que si sabes quién fue?

- Tengo más o menos una idea… y si es así, creo que Ares querrá participar en mi… revancha.

- Por qué?

- Todo el lugar estaba lleno del apestoso rastro del cosmo de un dorado de Athena. – dijo rechinando los dientes – Ares sabe más al respecto.

- Tssssssss pues esto va a estar bueno, - dijo Loki tomando su teléfono celular – Pero te advierto que dudo mucho que Ares pueda siquiera considerar tu "necesidad" de venganza.

Eris hizo una cara de sorpresa.

- Por qué?

- Porque Athena y Hades han firmado ante Zeus un cese al fuego total, lo que quiere decir que si tu hermano se mete con Athena, Hades puede hacerle el paro y tú sabes que tu Ares respeta mucho a su tío.

- Carajo! No lo sabía!

- Jajaja acaso no recibiste la invitación a la boda? – pregunto Loki sabiendo muy bien la respuesta de antemano

- Boda?

- Oh preciosa… gustas una botella de agua o de algo más fuerte? Creo que debo de ponerte al tanto de los últimos chismes del olimpo.

Eris se dejó caer en el sillón de piel de la oficina de Loki mientras este la mirada divertido. Iba a ser muy emocionante ver su reacción ante los últimos acontecimientos.

Junio 19, 6.30pm

Centro Comercial Corazón de Atenas

Atenas, Grecia

Ío y Alex se encontraban dentro de una tienda de celulares discutiendo el modelo a comprar. Ya llevaban como media hora discutiendo sin llegar a ningún lado.

- Que te parece este? – dijo Aleix mostrándole un modelo muy básico

- Con ese cacahuate no se puede mensajear. Estás loco? – reclamó Ío

- Bueno… y este? – dijo mostrándole uno de gama alta.

Ío vio el precio.

- Estás loco? Queremos comunicarnos, no que sirva como anillo de compromiso! – contestó Ío.

- Eres un marro! – dijo Aleix – Ya quedamos que yo lo iba a pagar, o no?

- Tan obsesionado te dejo la chica? – pregunto Ío – Pues que tan buena esta o qué?

- No lo entenderías – dijo Aleix – Ni yo lo entiendo.

- En cualquier caso, el celular es para Marín no para… como dijiste que se llama?

- No tengo ni la menor idea – contesto Aleix – Que tal ese iPhone blanco? No es tan caro como el otro que te dije, así ella no se sentirá ofendida, yo no desembolso tanto, tú no te sientes comprometido….

- Vamos pues.- dijo Ío.

Diez minutos después salieron de la tienda con la bolsa en mano y otras compras que habían aprovechado en comprar ya que estaban por ahí y se entretuvieron frente a una condoneria, donde estaban viendo las últimas novedades.

- Condones sabor mariguana? No te pases! Y Esas madres con musiquita deben ser un fiasco – dijo Ío señalando los condones dorados.

- Jajaja no es cierto. Yo ya los probé y… - Aleix se quedó callado. El sabía que funcionaban, los había escuchado. Tocaban la quinta sinfonía de Beethoven, pero no recordaba con quien los había usado.

- ya me extrañaba que no fueras un pervertido – dijo una voz detrás de ellos.

Ambos voltearon y vieron a una pelirroja y una rubia que recién salían del Salón de Belleza de junto.

- Marín? – preguntó Ío embobado. La melena siempre alborotada y rojiza de Marín había sido perfectamente planchado y alaciada después de aplicarle un tinte que bajo dos tonos de su cabello natural. Le habían hecho un corte recto sin fleco y le llegaba a los hombros pareciendo una persona totalmente diferente. – Te ves… súper mina!

Marín hizo una coqueta vuelta para que su cabello volara pero Junet no la veía. Miraba hacia Aleix con miedo. Aleix tampoco supo que decir y se quedó callado hasta que jaloneó sutilmente la playera de Ío.

- Ah sí! Recuerdan a Aleix verdad Marín? – pregunto

- Claro que si, como olvidarlo… - dijo Marín por primera vez viendo sus ojos de frente – Como estas Aleix?

- Muy bien gracias. – dijo volteando hacia Junet

- Junet… Te presento al nuevo Dragón del Mar. Se llama Aleix – dijo Marín

Junet extendió la mano a modo de saludo y Aleix se la beso suavemente. Junet la quitó rápidamente.

- Te… tenemos que irnos, Marín – dijo Junet tratando de salir de la tentación que tanto intentaba evitar

- Por qué tanta prisa? – Dijo Ío – Nos dirigíamos a tomar una malteada y…. – al ver que Marín comenzaba a reír, Ío cambio un poco - Proteínica claro, para mantener nuestros músculos fuertes…

- Si como no… - contestó Marín – Se me hace que la vas a pedir de vainilla con chispas de colores.

- Hey! Yo soy muy macho y te lo demuestro cuando quieras…

Los dos voltearon a ver a Junet y Aleix que los miraban extrañados.

- …amorcito – dijo Ío al recordar que se supone que eran novios.

- Junet… podríamos quedarnos solo media hora más? – pregunto Marín como si ella fuera la menor – Te juro que se me antojo una malteada de menta con chispas de chocolate, ándale si?

- Está bien, pero solo media hora y nos vamos – dijo bajando la mirada. Le daba vergüenza encontrarse con la mirada de Aleix.

Los cuatro entraron a una fuente de sodas y pidieron sus respectivas malteadas. Aleix guardaba su distancia con Junet al sentir que le tenía miedo. Tal vez la última vez se había precipitado y tenía que llevar las cosas con calma. No podía saber que lo que más miedo le daba a ella es que sus ojos a la luz del día, se parecían mucho a los del Maestro Shaka, alguien por quien sentía un profundo respeto y secreta admiración.

Ío había comenzado a contar chistes seguido de Aleix y los cuatro lo estaban pasando bien cuando una figura masculina alta y vestida de negro que Ío reconoció como Thanatos por las múltiples veces que lo había visto interrumpió la diversión.

- Junet, tenemos que hablar.