Innocent

Cáp. VI Manos inocentes…

Notas…

Espera… nada de notas… ni fic… ni nada – Kazy destruye el teclado – yo me voy de vacaciones, no mas escuela ni trabajo

no por favor espera… hablemos las cosas como gente decente, negociemos

ni que fuera terrorista, yo me voy a ACAPULCO ‚¡viva el esprite breac!

¿eeeh? Queras decir spring break no? – Yuky mira incrédula a Kazy

lo que sea, a fin de cuentas disfrutare con ellos en la playa

asi no y vas a hablar mucho con ellos en ingles… ya ves que sabes mucho

¿ingles? Demonios – Kazy retira sus lentes del sol – ¿ellos hablan ingles?

Sip igual que en el fic de Broken pieces el cual por cierto no puedes leer y yo si jajajaja

Esta bien me rindo hagamos un trato – Kazy cae resignada en la silla – yo escribo si tu traduces ese fic

Yooooo?

Si tu… o bien puedo viajar a otro lado y no actualizar en años .

Nooooo lo haré, lo haré, lo haré ¿alguien de casualidad sabe si alguien lo esta traduciendo?

¡AYUDA!

Ok ahora al fic… Momento!

ADVERTENCIA lo que sigue a continuación es un lemmon (o un intento de…) así que si no quieres leerlo mejor sáltatelo ¿vale?

Sus ojos estaban empañados sin llegar a ser lagrimas "¿Quién es este hombre?" se interrogó refugiando su confusión en el masculino pecho, nada parecía ser lo mismo, Battusai había dejado de ser un asesino, para convertirse en un amoroso amante y ella… ella tal vez, solo tal vez, estaba enamorada de él. Kenshin tomo su rostro haciendo coincidir sus ojos, tan profundos y azules como el cielo de noche, lentamente sus labios rozaron los suyos estremeciéndola. La fina superficie sabía dulce al contacto, sus manos comenzaron a vagar entonces por la piel aterciopelada del cuello de la joven, curvaba perfectamente el contorno de su rostro mientras que con pequeños mordiscos recorría saboreando su cuello, sus labios viajaron nuevamente hacia su cara y volvieron a probar dulcemente los de la chica. Kenshin sintió el calor recorrer su interior desde sus labios hasta la parte baja de su vientre, estaba consiente de que no era el mejor momento, pero las sensaciones lo estaban llenando. Aquello se estaba trasformado en un apasionado aprisionamiento; Kaoru sintió las manos del pelirrojo recorrer su espalda, aquellas caricias encerraban ternura y a la vez deseo, deseo que comenzó a compartir, deseaba que él nunca se apartara de ella; tenerlo mas cerca aun de lo que ya estaba. Se asombro a si misma¿acaso seguía con Battusai? "no, este es Kenshin… mi esposo" grito para sus adentros.

Kaoru-dono… - susurró paseando sus manos por la espalda de la chica. Lentamente empujó el femenino dorso hacia la cama de modo que sentía el subir y bajar del pecho de la joven en el suyo. Permanecía con la espalda suspendida gracias al soporte de sus fuertes brazos que lo mantenían cara a cara con Kaoru. Una mano se separó de la lisa superficie para recorrer una vez más el cuerpo de la joven, toco sus labios tratando de memorizarlos con las manos, bajo luego lentamente por el cuello entremetiéndose debajo de la tela sobre uno de sus senos. La piel era más suave y nívea que la del resto del cuerpo, sus varoniles manos redondeaban aquellas comisuras sintiendo como se tensaban al delicado contacto. Jamás hubiera imaginado ser tan feliz, Kaoru no era la primera mujer en su vida y sin embargo sentía como si en verdad lo fuera. Masajeo sus pezones hasta conseguir que endurecieran, sonrió al escuchar el leve gemido que su acción había arrancado, condujo nuevamente sus manos explorando, intentando deshacerse completamente de aquella suave tela que le impedía el contacto, la prenda cedió fácilmente haciendo vagar su mente hacia el recuerdo del intento con el vestido de bodas.

Kaoru se arqueo permitiendo que la prenda resbalara por sus brazos, los labios de su amante comenzaron el jugueteo por entre sus curvas recorriendo desde sus senos hasta su vientre. Sus húmedos besos masajeaban acompasados la tersa piel de sus pezones. Una sonora exclamación broto de entre sus labios mientras sentía una de las manos recorrer su muslo acercándose hasta su entrepierna. Sentía el calor del hombre emanar de su cuerpo mientras circulaba con besos. Su tibia mano tocó ligeramente su entrepierna arrebatando suspiros de la boca de Kaoru, que se ahogaban entre los labios del pelirrojo. Sus dedos tocaron circularmente su clítoris, mientras el cuerpo de la chica se arqueaba emitiendo gemidos placenteros, dos dedos fueron resbalando por la húmeda superficie oprimiendo levemente la piel a su paso. Kaoru separó ligeramente las piernas permitiendo que los dedos de su esposo vagaran dentro de ella, sintió sus caderas tensarse y relajarse ante el movimiento. Su mano se movía en círculos mientras la tensión y los gemidos de la joven iban en aumento, sintió sus dedos más húmedos y ligeros, las piernas de su mujer estaban completamente tensas. Comenzó a aumentar el rito de su mano al grado que el cuerpo de la chica lo pedía, repentinamente Kaoru emitió un gemido al llegar al clímax, su respiración comenzó a calmarse y a ser regulada por los besos del hombre, su vientre subía y bajaba impregnado de una ligera capa de sudor, sus latidos se hicieron nuevamente acompasados.

Kenshin sentía su corazón latir rápidamente, la presión entre sus piernas había crecido tanto que comenzaba a resultar doloroso mantener el pantalón en su lugar, subió su mano libre hasta encontrar la de su amante y haciéndose de ella la guió suavemente por su cuerpo hasta dar con su miembro. Quería que ella supiera todo lo que despertaba con aquel contacto, temía hacerlo, podría asustarla, sin embargo la reacción fue algo inesperada, los dedos de ella se pasearon por encima de la ropa haciéndolo suspirar de placer, repentinamente se vio liberado. Sus pantalones estaban abiertos y se deslizaban al compás de las manos de ella.

Aparto su mano llevándola hasta su cintura. Kaoru sentía la lengua de Kenshin recorrer su cuerpo, alternándose entre este y sus labios, sin embargo esta vez su húmedo recorrido termino entre las piernas de ella, su lengua hizo esta vez lo que sus dedos. Una oleada de placer invadió el cuerpo femenino, sus manos sujetaron los rojizos cabellos presionando ligeramente. La sangre corría tensando cada parte de sus cuerpos. Lentamente el joven se impulsó hasta posarse sobre la chica, la miró a los ojos encontrando en ellos aprobación; Una de sus manos se escabulló hasta sus piernas y con una ligera presión consiguió separarlas totalmente. Sus labios besaron apasionadamente su cuello mientras que con una mano arqueaba la cintura de Kaoru. La mano libre guió lentamente su erecto miembro rozándolo suavemente por su entrepierna. Sus respiraciones eran aceleradas, haciendo que sus pechos subieran y bajaran al compás de su excitación. Se introdujo lentamente en ella, callando a besos los ligeros gemidos de dolor, por unos segundos no se movió, permitiendo a la inexperta chica acostumbrarse a él. Las manos de Kaoru se abrazaron a su espalda mientras que con suaves movimientos el pelirrojo salía y entraba en ella. Poco a poco las caderas de la joven se acostumbraron al ritmo ahora aumentado y se unieron pronto al moviendo de Kenshin otorgándole más placer. Juntos, sus cuerpos subían y bajaban haciéndose uno al compás de sus respiraciones, jadeos de placer se escuchaban casi sordos en toda la habitación, el sudor se perlaba en sus frentes mientras los cuerpos se aceleraban en el movimiento, las manos del hombre danzaban desde su cara hasta su vientre y su boca mordisqueaba con placer los lóbulos de su oreja. Las uñas de la joven se enterraron en su espalda al llegar al mayor placer; pronto, el movimiento comenzó a desacelerarse hasta que el pelirrojo se encontró fuera de ella. El hombre beso sus labios y su frente, retirando los mechones sueltos en su cara, rodeó el cuerpo desnudo y cansado de la joven acercándolo al de él para brindarle calor.

‚¡ATENCIÓN, ATENCIÓN! Aquí termina el lemmon

Por la mañana la lluvia seguía cayendo copiosa enfriando el ambiente, los caminos lucían devastados sumergidos en agua. Kenshin recorrió el lugar con la mirada, le molestaba encontrase entre tanta gente, sin embargo era su deber estar ahí… además, su mirada se topo con la de su esposa. Estaba callada, con la vista perdida, podía sentir su frágil cuerpo recargado en el suyo, estaba realmente preocupado. Se sentía en parte responsable, el debía velar su sueño y en cambio había…

El hombre termino sus rezos seguido de los otros, el agua caía pesada sobre sus cuerpos humedeciendo sus trajes, el zumbido de las gotas rompía con el silencio. Los suaves murmullos de los monjes se habían apagado, ahora solo quedaría llevar las ofrendas correspondientes. Kenshin hubiera preferido una ceremonia cristiana, con un sacerdote y los rezos de la Biblia, pero había tenido que guardarse sus protestas. El rito acabo y los presentes comenzaron a alejarse, Kenshin tiro suavemente del brazo de la chica, era hora de marcharse

Vamos, debemos irnos, tu padre nos espera… – murmuro halando nuevamente

Me voy a quedar… - sentencio ella sin voltear

¡No puedes quedarte, esta lloviendo te vas a enfermar!.. - hablo de forma desesperada – anda, estas empapada

¡No¿Qué no escuchaste? Me voy a quedar

El pelirrojo permaneció junto a ella, callado y sin mirarla. Kaoru estaba cansada, realmente lo estaba, pero esa seria tal vez la única ocasión para despedirse de su madre. Los recuerdos bailaban en su cabeza uniéndose para formar lo que había sido su vida, casi podía ver a su madre hablarle como cuando era niña, el recuerdo cambio para convertirse en el de su muerte, podía distinguir el cuerpo en el futón, su apagada respiración y su mano apartándose de su rostro – Kaoru, hija… perdóname – repentinamente el suelo comenzó a alejarse haciendo su visión mas estrecha, sintió su cuerpo caer lentamente mientras las imágenes bailaban cual manchones, sin embargo no hubo golpe

Los ojos ámbar estaban fijos en las gotas que caían, no pensaba irse tan fácil, aunque ella se opusiera. Se encontraba absorto en sus pensamientos cuando sintió que la mano que sostenía se deslizaba lentamente, su esposa caía inconsciente a su lado. Aprovechando su velocidad la sostuvo firmemente, para después levantarla en brazos, todo aquello había sido demasiado, muchas emociones en tan poco tiempo. Se quito su saco cubriéndola con él, si bien estaba mojado por lo menos evitaría que las gotas le cayeran directamente en el rostro. El carruaje los esperaba cerca, atizando su paso llego justo frente a él, subió intercambiando algunas palabras con el paje que le acompañaba, el chico tomo su caballo y se alejo a gran velocidad en dirección opuesta.

El carruaje voló a través del camino, deteniéndose frente a la casa, Kenshin se descubrió completamente en blanco, no había ningún pensamiento, tan solo el deseo de llegar prontamente, abrió la puerta. La casa se encontraba sola, entro dejando a su paso un fino camino de agua, bajo su vista mirando su carga, ella aun dormía. Escucho los apresurados pasos acercarse hasta él.

Señor… - murmuró, ella había sido informada de que su regreso seria al siguiente día

¡Que traigan agua fría y algunos paños!.. cuando el doctor llegue que lo envíen inmediatamente a mi habitación – Tae permaneció inmóvil, sus ojos se clavaron en la joven que yacía inconsciente

Si, inmediatamente señor

La mujer subió la escalera siguiendo a su amo, aquel frente a ella, parecía volar, no podía notar siquiera rastro de cansancio o esfuerzo, aunque llevaba un cuerpo sobre sus brazos había subido las escaleras más rápido que ella. Se adelanto para abrir la puerta y darle paso, él deposito suavemente su carga sobre la cama sin poder apartar la vista. Tae se acerco hasta el lecho, inclinadose para obtener una mejor postura, giro levemente tan solo para encontrarse con la ambarina mirada de su amo.

Kenshin estaba estático, nada en su cuerpo parecía responder, se vislumbraba encerrado en una caja de cristal la cual le era imposible romper, tan solo podía mirar y esperar. Su corazón comenzó a latir de forma desesperada, no podía entender lo que sentía en ese momento, o tal vez solo se negaba a admitir que… estaba asustado, aterrorizado, tal como aquella noche, en aquella habitación, la que ahora prohibía incluso mencionar. Sin embargo debía ser fuerte y para eso debía hacer uso de aquello que había jurado enterrar… "Battusai"

¡Mujer! – su voz salio extraña, casi forzada. Tae se detuvo al instante sin querer mirar - ‚¡trae ropa… rápido!

Si señor – se apresuro hasta el closet jalando torpemente algunas prendas

¿Por qué demonios tardas tanto?… mujer inútil… deja eso, lo haré yo mismo! – la mirada en ámbar del pelirrojo parecía acentuarse con aquel tono y aunque este no era el mejor momento para admitirlo Battusai disfrutaba realmente subir la voz para intimidar - ¡quiero a ese maldito medico ya… y trae el agua que te pedí!

Si… si señor – salio de la habitación lo mas rápido que pudo, bajo las escaleras encontrándose con las varias doncellas, sus ojos estaban empañados ligeramente, deseaba llorar, sin embargo conteniéndose se apresuro a repartir ordenes entre las jóvenes.

Afuera la tormenta parecía no querer amainar, mientras en la habitación quedaban tan solo Battusai y Kaoru. Él se sentó en el borde de la cama, sostenía algunas prendas, su mirada bailaba entre el ámbar y el violeta, respiro nuevamente tratando de contener su temor. Se disponía a comenzar su tarea cuando se topo con un profundo azul, haciendo a su corazón saltar inmediatamente, la chica tenia sus ojos posados en él, sin embargo no parecía mirarlo.

"En su imaginación Kaoru abrió los ojos lentamente, era de noche y la luna se encontraba en lo alto, la refrescante brisa golpeo su rostro, algunas voces se escuchaban en la lejanía, levantándose se encamino hasta ellas. El shoji se abrió lentamente y las varias personas que hablaban dentro de aquella habitación giraron hasta encontrarse con el intruso.

Pero si es Kao-chan – sonrió uno de los hombres – ¿no deberías estar dormida? Los buenos niños duermen temprano

Jajajaja entonces tu deberías estar haciéndolo

Vamos Kaoru, te llevare de nuevo a tu habitación – la única mujer del grupo se levanto dejando la habitación con la niña – en seguida vuelvo…"

La joven se levanto torpemente dando zigzagueantes pasos hacia la puerta, paso junto al pelirrojo sin siquiera inmutarse por su presencia, él estaba sorprendido nunca antes alguien lo había ignorado de aquella manera, se levanto rápidamente alcanzando a la chica ante el umbral. El cuerpo de ella entre sus brazos era tan frágil, sentía que en cualquier momento le rompería cual vara, no oponía resistencia alguna, pero tampoco caía. Noto entonces que de los labios de la chica se desprendían difusas palabras, acercando su oído intento entender todo aquello, sin embargo cuando su mente había hilado las ideas los fuertes golpes en la puerta le distrajeron.

Himura-sama el doctor esta aquí – el pelirrojo tomo a la chica en brazos depositándola nuevamente en la cama

¡Que pase!

La puerta se abrió y un hombre de avanzada edad entro tras la mujer, los fieros ojos en ámbar se posesionaron de su presencia, el medico se adelanto hacia la cama con calmado semblante, sin embargo algo se interpuso en su camino. Kenshin se encontraba nuevamente furioso, sabia que aquel hombre era el doctor del pueblo y sabia también sus capacidades para curar, pero no por eso dejaba de ser el doctor de los pobres… haciéndolo un indigno candidato para atender a su mujer. Respiro tratando de contenerse para hablar.

¡Tae… ¿Quién demonios es este anciano!

Él… él es el doctor, señor – Battusai se adelanto ligeramente impidiéndole aun mas el paso al hombre

¡Maldición mujer, eso ya lo se! – Tae retrocedió ligeramente – ¿por qué lo has traído a él y no a Takani?.. ¿acaso no fue eso lo que te ordene!

¿Qué… sucede? – un murmullo casi inaudible se coló por detrás. El ambarino giro sorprendido, Kaoru se encontraba apoyada ligeramente sobre sus codos levantándose con esfuerzo – Kenshin…

No te levantes…

El anciano se acerco con paso lento, desafiando al dueño de la casa, se inclino junto a la cama quedando a la altura de la chica haciendo sus ojos coincidir, Kenshin permaneció de pie junto a él.

Kao-chan… - murmuro el anciano. Los ojos ámbar destellaban, parecían arder de ira, sin embargo se apaciguaron cuando la familiaridad del anciano fue correspondida por su esposa.

Gensai-sama… - una sonrisa se dibujo en sus labios mientras pronunciaba aquel nombre

Bien, veo que no estas tan mal… me reconoces, ahora voy a pedirle a tu doncella que te quite esta ropa mojada e inmediatamente voy a revisarte

Kaoru asintió como si fuera una niña pequeña, después Tae comenzó a despojarla de las ropas. Sus azules ojos se fijaron en la espalda de su marido, le costaba enfocar aquella figura, sin embargo sabia que era él, lo podía sentir, casi oler. Sintió las ásperas prendas húmedas deslizarse por sus hombros, su cuerpo temblaba en pausados espasmos produciéndole nauseas. Repentinamente se sintió arrancada del lecho, su cabeza pálpito por lo súbito de la acción mareándola aun mas, las voces comenzaron a alejarse nuevamente y aunque sabia que la llamaban se sentía tan cansada que le costaba prestar atención. Sus ojos comenzaron a cerrarse sin que ella pudiera evitarlo, volviendo al oscuro abismo.

El pelirrojo miraba distanciado, Tae asistía al medico pasando y retirando los utensilios según se necesitara. Gensai le había pedido que saliera, sin embargo tales palabras no habían llegado a sus oídos, hasta ahora. Lentamente se encamino dejando el cuarto, ya afuera un mar de emociones lo esperaban, se recargo pesadamente sobre la pared, recordando todo lo sucedido con anterioridad

"Fue antes de conocer a Kaoru, antes de ser lo que soy… ¿antes de Battusai, ya no lo recuerdo, sin embargo se que fue en una noche como esta, en esta misma casa. Yo era soldado, cuando apareció en mi vida y también cuando desapareció…"

La puerta se abrió con suavidad ante él, apareciendo el anciano, su semblante era tranquilo, sin embargo sus ojos denotaban cierta preocupación, la cual no paso desapercibida para el pelirrojo, habían pasado ya varios minutos. Lo observo limpiar sus gafas en silencio, cuando levanto la vista y le regalo una sonrisa, mas todo aquello carecía de importancia por el momento, estaba a punto de hablar cuando el anciano se le adelanto.

Conozco a Kao-chan… la señora Himura, desde hace varios años – hablo mientras lo invitaba a pasar con un ademán – atendí a su madre antes de morir, a sido un golpe muy fuerte para ella…

Entiendo… ¿Qué es lo que tiene? – pregunto tranquilamente haciendo uso de su ya tan conocido tacto – ¿necesita algún medicamento en especial? Si es así mandare traerlo inmediatamente

Tranquilo jovencito – hablo. Kenshin comenzaba a perder la paciencia, cuando el anciano tomo de la mesita un frasquito – es algo delicado, principios de pulmonía… y esto, es su medicina, debe tomarla cada 4 horas, es muy importante que lo haga, venga…

Gensai camino hasta la cama donde yacía Kaoru, paso suavemente su mano por la frente de esta produciéndole un escalofrió. Tae permanecía de pie junto a su ama, su semblante era de total preocupación, ella había ayudado al doctor, sabia lo que su señora padecía y eso la preocupaba, poso sus ojos en los del pelirrojo notando, para sus sorpresa, que lucían el mas dócil violeta.

Kenshin suspiro, el rostro de su amada estaba pálido, perlado de sudor. Sus labios se movían balbuceando ininteligibles palabras, podía escuchar su errática y dificultosa respiración. Temblaba agitándose con estremecimientos regulares. Giro divisando la ventana "aún llueve" los relámpagos se estrellaban con furia entre los campos iluminando la negrura. Ambos hombres salieron seguidos de cerca por la ama de llaves.

Han sido demasiadas emociones, además… no tenia muy buena salud – la voz del anciano regreso al pelirrojo de su abstracción – ¿sabia usted que estaba enferma¿No? lo suponía, ya no es un simple resfriado

Entiendo…

No ha dormido mucho en estos días Himura-san, la medicina que le mostré es solo para la fiebre… me preocupa un poco – admitió frente a la puerta de salida – los demás medicamentos los enviare con su cochero, en dos días vendré de nuevo a visitarla, si hay cualquier complicación solo avíseme y regresaré

…Gracias – murmuro el ama de llaves sabiendo que su amo probablemente no lo haría.

¡Espere! - Llevo su mano hasta su bolsillo buscando, varias monedas doradas hicieron su aparición, las extendió hasta el medico sin mirarlo – esto es por su servicio…

Himura-san, me insulta, Kaoru es como mi nieta, no hace falta – hablo el viejo para asombro de Kenshin el cual bajo la mano lentamente. El carruaje se alejo a gran velocidad perdiéndose entre la espesa lluvia

Tae, manda mañana mismo algunos hombres para que arreglen y amplíen su clínica…

Si señor

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Kaoru se removió inquieta haciendo que el húmedo trapo resbalara desde su frente. Kenshin lo levanto mojándolo nuevamente, estaba mas tranquilo, aunque Battusai aun se revolvía dentro de él. La puerta se abrió entrando Tae, llevaba una bandeja con comida además de una jarra de té. Nadie con excepción de ella y, por supuesto, su amo podían entrar por el momento a la habitación. La noche había caído hacia varias horas, aun llovía y no había vestigios de que fuese a dejar de hacerlo, Kenshin miro fijamente su reloj.

Señor le he traído la cena – coloco la bandeja sobre la mesa cerca del ventanal

No tengo hambre… Tae – su mirada se desvió desde su mujer hasta la de la figura que acomodaba los trastos, una tenue sonrisa se dibujo en su rostro "ella es una de las pocas personas que sabe sobre mi… todo" su ronca voz sonó sin énfasis en la habitación – siéntate, debes estar cansada, llevas toda la noche conmigo, come y sírvete una taza de té

¡No señor, no hace falta…!

Vamos… come y después prepara las medicinas de la señora

Tae obedeció, en sus años como sirvienta en esa casa había aprendido que cuando su amo daba una orden debía seguirse tal cual. Sirvió el líquido en dos tazas ofreciendo una al pelirrojo. El silencio inundaba la habitación, tan solo las forzosas respiraciones de Kaoru lo interrumpían.

Sorbió pesadamente su té, era una fría noche y la pesadez había hecho presa de él. Se levanto acercándose hasta la mesita y coloco sobre ella un pesado saquito.

Tae… esto es una compensación por tus servicios, puedes ir a donde quieras

¿Se… señor? – hablo confundidamente la mujer – ¿acaso me esta despidiendo¿he hecho algo malo?

No, nada de eso… es una compensación… pedes hacer lo que quieras… eres libre

Yo… preferiría quedarme aquí

¿Aquí? – su sorpresa se pinto suavemente en sus ojos, no alcanzaba a comprender como alguien quisiera pasar mas tiempo con él

Entonces no puedo hacer nada… buscaremos algo mas con que compensarte

Ella lo miro sorprendida a su vez, su señora se encontraba enferma y el osaba hablarle de compensaciones en ese preciso momento, su enojo creció mientras miraba el saquito repleto de monedas de oro. Tae se disponía a contestar cuando suaves golpes en la puerta la interrumpieron. Su mirada se deslizo entre Kenshin y Kaoru para después salir. Tras algunos minutos sus pasos apresurados se detuvieron de nuevo en la puerta.

Himura-sama – hablo lentamente, el asombro estaba teñido en ella – su… su señora esta…aquí

Continuará…

Notas: OK ya esta la actualización, ya no se quejen. Dejamos pasar bastante tiempo ¿no¿Qué les ha parecido el lemmon? Saben, no pueden ser tan duros pues es nuestro primer lemmon "serio" y la verdad que si nos esforzamos, y aunque no tenemos compasión con los de otros autores tengan por seguro que mejoraremos.

La próxima actualización como se dio a entender en las notas de arriba, será cuando estén traducidos los primeros 5 capis de Broken Pieces (Yuky: Les agradecería cualquier información)

Por esta vez no podremos contestar personalmente sus reviews pero no se preocupen para la próxima será. Mientras tanto¡ MUCHAS GRACIAS A TODOS POR SUS REVIEWS !

Matta ne