Innocent

Cáp. X Mujer, Reina o Esclava

Warning! Este capítulo contiene Lemmon (en el segundo Flash back)

…………………….Flash Back………………………

"El ambiente era denso debido al calor que hacia por la temporada, el ligero humo del cigarrillo se condensaba en la parte mas alta de la habitación. Era un amplio lugar, con el techo alto, la pared se separaba por una fina línea entre el verde de abajo y el blanco. Había dos personas en ella, una mujer y un hombre. Ambos separados, no solo por la distancia sino también por su estatus social.

- ¿A qué viniste? – se enrosco la mujer en el sillón sin soltar el cigarro – ya no deseas estar conmigo… es una estupidez que sigas visitándome

- Yumi… no digas idioteces – Kenshin permanecía recostado sobre la cama mirando el techo – o ¿acaso he dejado de mandarte el dinero?

- ¿Qué demonios crees que soy!

- Una prostituta… eso es lo que eres, ahora cállate y siéntate donde estabas – con un ademán el pelirrojo llamo a un sirviente – trae algo de beber para la señora y para mi

- Mal nacido… - susurro ella acomodándose de nuevo

- En poco tendré que regresar a Shinai, estos días han sido una tortura para mi, esperando el momento de regresar y escuchar… escucharla decírmelo

- Si¿Y eso debería importarm… - sus palabras fueron cortadas por el húmedo contacto de una mano sobre su garganta

- No Yumi, eso no debe importarte, pero ya que me tomado la molestia de venir, porque no eres cortes y te callas la boca – la mujer asintió respirando sofocadamente.

La puerta se abrió, una mujer de baja estatura entro, acomodo la mesa para después inclinarse y salir. La figura de su ama se encontraba aun sobre el sillón, sin embargo el hombre se encontraba ahora sentado en el piso, aun sin camisa y con esa sonrisa plantada en su rostro. Nunca había visto al gran señor Himura con una expresión parecida, ni aun después de una larga visita.

- ¿Entonces qué viniste a contarme?

- Kaoru mi esposa… esta embarazada – sonrió nuevamente con entera satisfacción – aun no me ha dicho nada directo, pero todo Shinai lo sabe

- Mmm que novedad, un nuevo Himura en la ciudad – ella estiro la mano alcanzando el vaso y depositándolo en las manos del hombre – me alegro por ti, solo espero que no lo arruines… otra vez

- Cállate… Yumi "

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La carreta atravesó el centro de la plaza. Era temprano, miro por la ventanilla, la gente pasaba alrededor de su carroza. Estaba en medio del pueblo. El carruaje se detuvo dejando que una pequeña niña subiera.

- Y bien ¿encontraste la dirección? – la niña asintió – entonces ¿dónde es…?

- Es casi en el barrio Hiako, no es lejos de aquí

- Bien… Tsubame ahora que eres mi doncella personal – hablo la mujer tomando las manos de la niña – tu debes guardar este secreto entiendes, no importa lo que mi marido diga ni haga, no debe saberlo

La mujer en compañía de la niña bajó del carruaje, no era que temiera que el conductor se enterara, le daba igual. Tanto Tsubame, como el conductor y tres pajes habían sido encomendados exclusivamente al servicio de ella, además de que la primera no debía separársele absolutamente en ningún momento. Por lo tanto, sus asuntos quedarían guardados completamente.

- Este es

- Así que aquí es, no parece… - antes de que pudiera terminar la frase la puerta ya se encontraba abierta y un joven esperaba frente a ella

- ¡Que gusto verla por aquí señora Himura!

El lugar era pequeño pero acogedor, parecía más una casa que un lugar de trabajo. En la parte trasera había un pequeño jardín rodeado por una muralla de color rojo, algunas tejas alrededor de esta y un árbol acompañado de piedras.

Kaoru permanecía sentada en el borde de madera. Ese día había decidido vestir como una mujer europea, con un amplio vestido, sobrilla y guantes. Sonrió para si misma mirando al joven llegar hasta ella con dos viejas tazas para el té.

- Disculpe si resultan un poco impropias para usted, pero son las únicas – el chico se apoyo al lado de ella – me alegra que haya tomado en cuenta mi proposición

- A mi también me alegra – susurro una sonrojada Kaoru

- No creí que en verdad fuera a visitarme… usted es famosa en este pueblo ¿sabe?

- Yo no…

- Oh no se preocupe, su fama es para bien, es la mujer que ha apaciguado al demonio que azotaba estas tierras

En su rostro apareció pintada la sorpresa. Había escuchado algunos rumores sobre eso. Kenshin Himura, mejor conocido como "Battusai Himura" había sido un despiadado soldado, una espada asesina que protegía al gobierno; él tirano de aquella región. Ella en cambio era una chiquilla del pueblo, hija de uno de sus tantos trabajadores. Ella que no significaba nada, se había convertido en la vaina de esa fiera espada, en la pacificadora de tal furia. Kaoru apretó entre sus manos la gastada taza.

- No merezco tal honor, no he logrado nada… nada he cambiado nada

- Sin embargo yo veo mucho de lo que hablan y es usted tal como la describen – Soujiro corrió su mano hasta tocar suavemente los dedos de la chica – ¿alguna vez le han dicho que es usted tan bella como lo es su alma?

Él deslizo sus dedos atrapando la taza y separándola lentamente de aquellas finas manos la deposito en el piso. Kaoru estaba completamente sonrojada, atrapada en aquella mirada, tranquila, apacible y diferente, diferente a la de Kenshin. El fotógrafo lo sabía, sabía desde aquella tarde cuando la miro por primera vez sobre quien era y que significaba haberla incitado a visitarlo, pero no le importaba, pues sabia también lo que significaba aquel sonrojo. Sonriendo tendió la mano a la joven mujer.

- ¿Entramos? - ella asintió

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El campo de arroz se extendía hasta donde sus ojos llegaban a ver, estaba colmado de gente trabajando, y eso le agradaba. O por lo menos generalmente le agradaba, porque aquella mañana parecía que nada podía alegarlo. Suspiro nuevamente.

"En verdad pensé que estaba embarazada, creí haber hecho algo bueno en mi vida… incluso ella me odia mas que de costumbre ¿acaso no deseaba tener un hijo mío? No entiendo, no la entiendo¿Por qué se enfado tanto cuando lo creímos? No seria extraño siendo ella mi esposa que esperara un hijo y menos después de esa noche"

……………………………Flash Back……………………………

"Salio de aquella pocilga con su mujer en brazos, aún ebria su belleza no desaparecía, aunque si su lucidez, pues durante todo el camino había tratado de seducirlo. Ya pasaba de la media noche cuando arribaron a Shinai, la oscuridad de la casa los envolvió y solo sus pasos se escuchaban por todo el lugar.

- Señor…- la ama de llaves pensó lo peor pues hacia tan solo unas semanas había contemplado la misma escena, cuando su señora estaba realmente enferma

- Regresa a tu cuarto Tae –habló casi en un susurro. El ama de llaves lo siguió con la mirada hasta que se perdió en la oscuridad del profundo pasillo que llevaba a su habitación. Los brazos de Kaoru se mantenían perfectamente asidos a su cuello, su leve respiración pegaba en su pecho como ondas de calor, entro en su habitación y la recostó sobre la cama. La observó por unos minutos mientras retiraba dos rebeldes mechones de su pálida cara. Decidido, se levantó de la cama y dio media vuelta para dirigirse a la puerta, pero una mano lo detuvo.

- Por qué no vienes y te acuestas aquí conmigo…- dijo seductoramente la mujer dando pequeñas palmaditas a la cama – ¿o es que me tienes miedo?

- Estas muy ebria Kaoru…que descanses…- pronunció el pelirrojo continuando su marcha

- Así que Hitokiri Battusai se atemoriza de una mujer eh? – Kenshin paro en seco, no podía creer que Kaoru estuviera pronunciando esas palabras, sin embargo debía admitir que la actitud de su esposa lo excitaba.

Kaoru se levantó de la cama dirigiéndose donde Kenshin permanecía inmóvil, una de sus manos serpenteó ligeramente por su pecho, pronto acortó la distancia empezando a besar apasionadamente su cuello. El pelirrojo tomo el rostro de la chica entre sus manos para cortarle el recorrido, ella lo miro confundida mientras él en un rápido movimiento la tomo en sus brazos y se dirigió a la cama.

La chica lo despojó de sus ropas con movimientos desesperados mientras él torpemente apenas si pudo retirarle el kimono. Con prisa se colocó encima de ella, mientras que sus húmedos labios saboreaban su pálido pecho. Su boca bajaba ya hacia la entrepierna cuando se vio detenido por las manos de la excitada chica, la cual al instante le dio la vuelta quedando ahora ella en la posición que él antes ocupaba. El pelirrojo sentía fuego en su interior, fuego que fue notado por la chica; pronto la mano de Kaoru comenzó a masajear por todo su cuerpo hasta encontrarse con su erecto miembro. Cerrando la mano comenzó a deslizarla de arriba hacia abajo causándole estremecimientos de placer a su cautivo marido. Mordisqueaba suavemente el oído del pelirrojo mientras su mano aumentaba el ritmo en la parte baja del hombre. Escucho al hitokiri jadeando de placer y entonces paró en seco. Kenshin la miró confundido, extrañando el placer que hacia unos momentos acometía en su cuerpo, Kaoru apoyo entonces su peso en sus rodillas para hincarse casi a centímetros de su miembro. Un brillo extraño paso por sus ojos mientras se inclinaba para besar al pelirrojo cuya excitación no terminaba. Alzó un poco las caderas y tomo entre una de sus manos el miembro erecto de su esposo dirigiéndolo hacia su vagina hasta que la penetro. Con Kenshin en su interior comenzó a moverse hacia delante regresando por el impulso y de vez en cuando haciendo círculos con su cadera ante los gestos de placer del Battusai.

Kenshin se sentía sumamente excitado por la nueva posición de su mujer, pequeños espasmos venían a su vientre con el movimiento de vaivén de la chica que lo tenía totalmente a su merced. El ritmo comenzó a aumentar así como su nivel de excitación, pronto las piernas del hombre se tensaron y la espalda de la chica se arqueo en señal de máximo placer. El movimiento pronto perdió velocidad cambiando uno a suave, casi nulo; la chica besó los carnosos labios de su amante para después caer exhausta a su lado. Kenshin solo pudo acurrucarla entre sus brazos para después caer en un profundo sueño"

………………………….Fin del Flash Back……………………..

Esa misma tarde, bajo el mismo cielo, apartados de todo el bullicio, en una casa, una fuera de lo común, la misma escena de hacia mucho tiempo se repetía. El ama de esa casa se encontraba encerrada en la habitación en compañía de su amante. Y por el aspecto con el que aquel hombre había aparecido pasarían varias horas antes de que la puerta les dejara ver de nuevo.

Sus uñas rozaron la masculina mejilla, llegando hasta su cabello lo acariciaron de manera cariñosa. Sus melancólicos ojos se pasearon por la figura tendida sobre la cama. Kenshin permanecía recostado con la cabeza sobre sus piernas, sus ojos cerrados y su respiración acompasada. Le había ido a visitar desde temprana hora, después de ducharse y desayunar le pedio que estuviera con él, pero desde entonces no había intercambiado palabra. El se removió ligeramente.

- ¿Sucede algo querido? – su voz sonó mas como un respiro – viniste a verme… ¿que sucede con tu esposa… o con tu hijo?

- Yumi, no… no tendré un hijo…

- ¿Pero que estas diciendo? – la mujer lo ayudo a levantarse hasta que sus rostros quedaron de frente, sus manos se posaron sobre sus mejillas - ¿no tendrás un hijo? Pero tú habías dicho…

- No importa lo que yo había dicho… – susurro el pelirrojo tratando de apartar la vista

- ¿Cómo que no importa, que sucedió¿Dónde esta tu esposa… Has hablado con ella!

- No… y no pienso hacerlo – por fin logro soltarse de aquellas manos y dándose vuelta continuo hablando – Megumi me contó todo, Kaoru no estaba embarazada, todo fue parte de las suposiciones de mi prima… tan solo estaba enferma, quizás algo que comió o tan solo mi presencia…

- No Kenshin, no digas eso, ella no tiene porque pensar así, tu eres maravilloso, cualquier mujer desearía ser tu esposa… incluso yo

- Incluso tu… Yumi… quédate conmigo esta noche… deja que me quede aquí

Asintió sin perderlo de vista, después se levanto de la cama dejándolo solo. Lentamente entro a la otra habitación, sobre una mesa el brillo metálico de un artefacto llamaba la atención. Yumi se acerco hasta este y posando sus dedos sobre el tecleo lentamente varias series.

En otro sitio el largo papel se deslizo apartándose del telégrafo el hombre que ahí permanecía lo tomo interpretando aquellos tonos y pasándolos de nueva cuenta a otro hombre

"El Battusai esta en casa y la niña donde el fotógrafo"

Continuará…

Sin notas por el momento pues la editora esta sumamente lastimada. Sentimos mucho no poder responder personalmente a sus reviews pero les damos las gracias por escribirnos.

Ja ne