Capítulo 158
26 de Junio 5 pm
Recinto de Saints Femeninos
Santuario de Athena
Después de varias horas de escuchar el reglamento completo incluyendo las nuevas reglas para las Saints femeninos con Shaina y Shion, de ser presentada a la nueva maestra y de esperar a que Saori llegara del aeropuerto para saludar a su amiga, Geist las hizo bajar por los pasajes traseros de modo que no pasaran por ninguna casa dorada. De verdad que no quería problemas con el patriarca.
Saori misma bajo junto a Geist y Kyoko para presentarla ante las chicas y las niñas. Geist iba en silencio mientras Saori se ponía al corriente de la vida de Kyoko. Parecían tener algún tipo de conexión especial, algo parecida a la amistad que hizo que Geist se sintiera relegada e incómoda y se encerrara en sus propios pensamientos.
Cuando llegaron al recinto y para gusto de Geist todas estaban en el patio así que un solo silbido le ayudo a que le pusieran atención, y al ver a Saori, las sorprendidas niñas hicieron una sola fila de presentación y se pusieron en una rodilla. Era muy extraño que ella visitara el recinto, por lo que algunas de ellas no podían ocultar su emoción.
- Atención todas, la señorita Kido nos presentara a la nueva maestra – dijo Geist dejando la palabra a Saori.
Esta dio unos pasos adelante junto con Kyoko.
- Hola niñas
- Hola Señorita Saori. – contestaron las trece al unísono
- Les quiero presentar a una gran persona, ex caballero femenino del caballo menor y alguien a quien aprecio mucho. Ella es Kyoko. Viene de Japón y ha accedido a estar un tiempo con nosotras para ensenarles algunos de los valores y educación que me gustaría para ustedes. Ella estará a cargo de su cuidado así como de protocolos y algunas otras materias en las que ella es experta. Por favor trátenla como una de ustedes y denle la bienvenida. De acuerdo?
- Si Señorita Saori.
- Geist, por favor consíguele una máscara. Shion me llamaría la atención si no sigo las mismas reglas para todas. Kyoko querida, estoy segura que ellas te ayudaran a adaptarte muy bien. Ahora me voy porque es un largo camino hacia casa.
Saori abrazo por última vez a Kyoko, quien veía todo con curiosidad. Ella nunca había estado ahí en el santuario. Las cinco maestras la miraron curiosa y Junet fue la primera en ir a quitarle su maleta de la mano y darle la bienvenida.
- Bienvenida al recinto femenino Kyoko. Yo soy Junet. – dijo abrazándola
- Hola Junet. Gracias.
- Bueno, ya conoces a Geist quien es la Jefa del Recinto, Marín de Águila, Yulij de Sextante y…
- Mayura! – dijo Kyoko sonriendo.
- Si… se conocen? – pregunto Junet
- Un poco… - dijo Kyoko abrazando a Mayura – Te ves muy diferente sin tus vendajes por todo el cuerpo o tu silla de ruedas.
Yulij, Marín, Junet y Geist se tensaron. Ese era un tema delicado para Mayura.
- Bueno Kyoko… son épocas de paz. No hay necesidad de guardar tanta energía – respondió Mayura
- Pues… paz o no, si fuera tú yo lo haría – dijo Kyoko.
- Y es por eso que no eres yo – respondió Mayura suavemente.
Marín sintió cierta fricción por lo que también intervino.
- Bienvenida Kyoko. Como está tú hermana?
- Muy bien gracias. Te manda saludos y espera puedas invitarla aquí pronto. – dijo Kyoko – Yo espero que no lo hagas.
Marín se cruzó de brazos.
- Y por qué no?
- Está comenzando la universidad. No quiero que se distraiga de nuevo con esto. – dijo Kyoko muy seria.
- Bueno… tal vez tengas razón. Un día de estas la llamo para explicarle. – dijo Marín – Geist, nos das permiso para hacerle una pequeña recepción?
- Desde luego.
Marín se volvió a las niñas.
- Quien quiere hacer una pequeña fiesta para recibir a la maestra Kyoko?
Todas las niñas subieron sus manos.
- Entonces rompan filas y ya saben que hacer. En el salón de usos múltiples en diez minutos.
Con gran algarabía, las niñas corrieron a sus cabañas para cambiarse con la supervisión de Marín y Yulij y Junet acompañaron a Kyoko a su cabaña mostrándole todo.
Geist y Mayura se quedaron ahí paradas viendo el alboroto.
- Por qué presiento que se me acabó la paz en el recinto? – dijo Geist.
- Ay Geist! No sabes cuanta verdad hay en tus palabras – respondió Mayura dejando a Geist con la interrogación en la cara.
26 de Junio 6 pm
Cámara del Patriarca
Santuario de Athena
Saori salió a la terraza a buscar a Shion. Acababa de colgar el teléfono. Había llamado a Asgard y pedido hablar con Hilda. Thor le había comunicado que Hilda estaba delicada de salud y no podía tomar su llamada y Siegfried había ido a hacer unas diligencias. Después pidió hablar con Fler y Thor había guardado silencio pidiéndole por favor llamara después para hablar con Siegfried pues él no podía dar ninguna información. Todo esto la había preocupado, pues recordaba muy bien la conversación con su amiga semanas antes y decidió preguntarle a Shion al respecto.
- Shion! – dijo encontrándolo relajándose con un libro mientras Kiki hacia algunos ejercicios del otro lado de la sala
- Dígame Saori, que puedo hacer por usted – dijo cerrando su libro.
- Que pasó con la expedición que ibas a mandar a Asgard para… lo que tú ya sabes?
Shion hizo una mueca por debajo de la mascara. Hubiera preferido que se le olvidara el asunto hasta que pudieran resolver al menos un problema a la vez, pero los dioses no habían escuchado su petición.
- Cual es la prisa?
- Intenté llamar a Hilda y dicen que está enferma. Sabes que eso no es nada bueno.
Shion se quedó callado. No, no lo era.
- Sería posible enviar a Afro con Aioria y Camus? Solo para confirmar que todo está bien y… lo último que hablamos y….
- No.
Saori se sorprendió ante su negativa.
- No? Te estás negando a enviarlos?
- En absoluto. Pero Afrodita sale en tres días hacia su misión. No hay tiempo, posibilidad y francamente ganas de que vaya a Asgard. – dijo Shion con voz firme.
- Oh! Es cierto! Pero Aioria y Camus…
- No. Camus se queda. Ya fueron muchas salidas y no premiare más sus estupideces con viajes.
Saori lo miro extrañada.
- Ahora que hizo?
- Aparte de llamar para avisar que no vendría hasta que pudiera?
- Que hizo que?
- Solo digamos que es una situación especial y no le daré un castigo, pero no ira a Asgard. – respondió Shion – Enviare a Shaina y a Mu.
- A Shaina?
- Ella no tiene ningún problema con Asgard hasta donde sé y en caso de problemas, tiene la suficiente autoridad para solucionarlos diplomáticamente – contestó – y a Mu porque necesito a alguien que sepa controlar a esos dos. Aioria y Shaina no han aprendido a convivir sin querer sacarse los ojos y necesito a alguien neutral.
Saori lo pensó bien. El único de hecho que importaba en todo eso era Aioria. Los demás, no importaban quien fuera.
- Está bien. Cuando crees que puedes enviarlos?
- Saldrán el día primero junto con DM, Afro y Dohko – dijo Shion – Hoy mismo les daré la noticia.
- Perfecto. Aioria ya tiene sus órdenes. Son las mismas que la última vez más la verificación de que no hay ningún problema acechando a nuestros amigos asgardianos – dijo Saori – Confío en ustedes.
- Así se hará.
- Gracias.
Saori salió de la cámara y Shion mandó llamar a Mu telepáticamente para que trajera a Aioria a su presencia mientras el buscaría a Shaina. Tiempo de enviarlos a Asgard a descubrir algunas verdades.
26 de Junio 6.45 pm
Recamara del Sanbocho
Santuario de Athena
Shaina a su habitación a cambiarse para la cena y aprovecho para darle la noticia a Minos. No sabía cómo iba a reaccionar ante ella así que lo hizo hasta después de meterse a bañar por si acaso:
M Hola hola amore
S Caro mío! No te interrumpo?
M Tú nunca interrumpes.
S Ay que tierno.
M Paso algo malo?
S Pues…
M Que?
S No podre verte este fin se semana. Salgo para Asgard el día primero y debo preparar el viaje. No te enojas verdad?
M Ay que alivio!
S Uhh?
M Es que aún no me pongo al día con el trabajo y Hades esta de un humor de los mil diablos y no me dio permiso para ir. Te iba a decir al rato, pero verte en Noruega es más fácil. No me puede negar ir a ver a Minina.
S O sea que a la gata si y a mí no?
M Derecho de antigüedad preciosa
S Mira que suegro tan… animalista me salió.
M Algo así. Además Perséfone aún no termina de… redecorar jijijj
S Ouch… te regañó mucho? No es que no me gustara como quedo pero…
M Admítelo. No podías quitarme las manos de encima.
S Yo? Tu eres el que quiso estrenar todas las superficies planas del departamento en una sola noche
M Yo no escuché que te quejaras
S Y sigo sin quejarme. Es más, lo repetimos cuando quieras, pero pues a quien se le ocurre poner cristal y cosas que se rompen fácilmente
M Jajaja Eso mismo dijo Perséfone al ver como quedó el departamento. Dijo que ahora nos pondrá los colores que elegiste y mucho granito, acero y madera para evitar tener que hacerlo de nuevo. Y la otra habitación ya está lista.
S En serio? Gracias! Creí que era broma cuando lo sugeriste.
M No. He visto que eso es muy importante para ti y lo que es importante para ti, lo es para mi.
S Me vas a hacer llorar
M Jajaja las cobras no lloran.
S Cierto. Se lo ensenare antes de irme. Así no se sentirá mal.
M Sigue con la misma actitud?
S Pues… un poco menos pero aún no regresa a ser la misma.
M Esperemos que pronto lo haga. En cuanto regreses la evalúas de nuevo.
S Si… no quieren que este fuera más de 15 días.
M Uyyyy 15 días en Asgard… jijijj
S Jijijj? Que quieres decir con jijijj?
M Pues… de Oslo a Asgard no hay mucho trecho. Puedo visitarte por las noches.
S Eres incorregible, pero sí. Te diré donde estaré para que vayas porque si no, voy a matar una gata criolla en el camino.
M No es el pleito con Minina por lo que te dije antes, verdad?
S No Caro mío, hablo de una gata como de metro ochenta que vive en la casa dorada de Leo. Es que no voy sola a Asgard. Me acompanaran Aioria y Mu.
M Y esos dos inútiles por qué?
S Mmm…. Como te explico… Saori quiere que vaya Aioria y Mu… pues va de réferi Jajaja
M Ahhh menos mal que los Lemurianos son de chocolate.
S Por lo dulces y apetecibles?
M Hey!
S Jajaja lo siento. Es que se me antojo un chocolate.
M No! Porque son inofensivos.
S Bueno… se lo recordare a Shion cuando lo vea antes de que te vea jijijj
M Y recuérdame a que vas?
S Yo a una investigación para Shion. Aioria tiene su propia misión. Iba a venir Afro, pero con todo lo que paso… nos comió el tiempo y ya le toca salir.
M Jajajaja ese floripondio no podrá con su misión. Mas fácil que a Rada le haga caso Pandorita a que la florecita encuentre con quien.
S Pandorita? Ahora la emo se convirtió en Pandorita?
M Bueno es un decir
S Ah no… decir nada. Ahora me explicas.
M Que te parece si al rato que te llame seguimos platicando y te lo explico porque si no, me voy a atrasar y no podré ir verte.
S Está bien. Te lo paso porque ya se me hace tarde para la cena. Pero más te vale que haya una muy buena explicación para eso.
M Celos?
S De ella? No.
M Menos mal. Te llamo al rato está bien?
S Si.
M Te amo Shaina.
S Yo también Minos. Besos.
Shaina colgó el celular y corrió a peinarse al espejo. Verdaderamente se le estaba haciendo tarde y lo que menos quería, era ver a Shion enfadado nuevamente. Si le había dado miedo verlo enojado con la máscara puesta, ahora que en la cena no se la ponía… prefería no tentar al destino.
26 de Junio 8.45 pm
Calles de Madrid
Madrid, España.
Liz y otras dos chicas del equipo de gimnasia femenil, se escabulleron del Novotel Madrid Center donde se hospedaban para ir a buscar helados. Estaba prohibido para ellas tomar cualquier cosa que su entrenador no aprobara sobre todo la noche antes de una competencia, pero en su nuevo estado de rebeldía, Liz había decidido saltarse esa orden y salir a buscar alguna tienda de conveniencia cercana al hotel y sus dos compañeras de cuarto la habían seguido.
El Hotel donde se hospedaba el equipo no estaba lejos del parque Eva Duarte, pero ya eran las ocho de la noche y en el parque había un campamento de estudiantes manifestándose en contra de nuevas regulaciones por parte del gobierno, haciendo que las chicas que las acompañaban se pusieran en extremo nerviosas.
- Liz… mejor regresemos al hotel – dijo la más pequeña – Puede haber ladrones y vagabundos
- No seas miedosa Laurie – respondió – Desde aquí puedo ver la tienda de conveniencia.
- Pero si Bela nos descubre, nos sacara del equipo y un helado no lo vale Liz!
- Que aburrida eres! Mira… nos traemos un litro de helado y unas cucharas. Regresamos a la habitación y decidimos si lo comemos o no. Estamos más cerca de la tienda que del hotel. Anda!
- Esta bien Liz, pero por que no mejor corremos y así regresamos más rápido?
- De acuerdo – dijo Dominica, la tercera chica – La última en llegar es una rusa!
Las tres salieron corriendo hacia allá entre risas y cotorreos. Atravesaron todo el parque sin problemas y compraron un litro de helado de triple chocolate y algunos caramelos también prohibidos por el entrenador.
- Comienzo a sentirme culpable Liz. Mañana es la competencia y él se dará cuenta – Dijo Laurie, quien apresuraba el paso.
- Jajaja de que te vas a sentir culpable si aún no te lo comes?
- De salirme sin permiso!
Liz iba a contestar pero tres jóvenes con apariencia de bohemios, sucios y desgarbados les cortaron el paso.
- Buenas noches señoritas. – dijeron
- Buenas noches y adiós – contestó Liz cortante tomando a ambas chicas de la mano intentando pasar por entre ellos pero no se movieron – Podrían dejarme pasar?
- Cual es la prisa gringuita? Solo queremos platicar un rato.
- Si bueno… no tenemos tiempo. Lo siento – dijo Liz bajando de la banqueta para intentar esquivarlos pero fue inútil.
Dominica y Laurie comenzaron a retroceder llevándose a Liz pues no la querían soltar. Estaban en un país extraño, en el que no entendían el lenguaje y acosadas por tres extraños de apariencia amenazadora. Era obvio que estuvieran aterradas. Liz comprendía el idioma, y rara vez le tenía miedo a algo, por lo que no se amedrento.
- Miren, no podemos quedarnos. Es tarde y las tres tenemos que levantarnos muy temprano. Por favor, no insistan. – dijo Liz con voz firme.
- Lo sabemos. Tienen una copa gimnastica que ganar mañana. El trio fabuloso de los estados unidos no?
Liz se tensó. Eso ya no era gracioso. No llevaban sus uniformes así que no tendrían por qué saber que ese era el mote con el cual el equipo las conocía.
- Nos conocen?
- Oh si. Son famosas gracias a la televisión – dijo uno de ellos con una sonrisa que no le gustó nada.
- Así que… son admiradores?
- Algo así. – contestó otro.
Liz se mordió un labio. No. Esos no eran admiradores. Tenía que pensar algo y rápido.
Las chicas comenzaron a ponerse histéricas y a gritar mientras retrocedían asustadas. Liz volteó hacia arriba y vio un asta banderas horizontal en la pared a posiblemente unos dos metro de altura. Sus compañeras apenas llegaban al uno cincuenta. De pronto le llego iluminación divina.
- Courtney, García… - Susurró Liz.
Las chicas voltearon y se pusieron rígidas. Justo en el vuelo de ida hacia Madrid estaban hablando de un programa de televisión que habían remasterizado y que a todas les gustaba mucho: Mr. T. Courtney y García eran dos de las protagonistas femeninas, gimnastas como ellas, que acababan con los malos. Desgraciadamente también habían comentado que no nunca podrían hacerlo porque no sabían defensa personal. Liz lo recordaba muy bien.
- Alfa-dos con mi ayuda de rebote. Corren hasta el hotel y no se detienen hasta llegar a la habitación y sin rajar con Bela en 3… 2… 1 Ahora!
Liz puso sus manos en posición, y tanto Dominica como Laurie fueron rebotadas por las manos entrelazadas de Liz para usarlas de botador, saltar al asta, usarlo para impulsarse y caer con un mortal varios metros lejos de los chicos, corriendo en dirección del hotel para obedecer a Liz.
Dos de los chicos intentaron ir por ellas, pero el líder les chifló. Ellas no eran el principal objetivo y Liz lo comprendió al instante mientras los tres chicos comenzaron a acortar distancia con ella.
Shura y Aioros salieron a caminar como hacían todas las noches. Era una manera de despejarle la mente a Shura y evitar que se deprimiera más de lo que ya estaba por la desaparición de Zita. Afortunadamente, Alejandro le daba un calmante a Shura sin que este lo supiera con alguna bebida al caer la noche, así no se ponía histérico y con pesadillas durante toda la noche. Era precisamente el motivo de sus "caminatas". Esperar a que le hicieran efecto.
- Aioros… crees que algún día la vuelva a ver?
- Vamos hombre! Te prometo que pronto estarán juntos de nuevo. – le dijo mientras le tomaba un hombro – Recuerda que me prometiste que yo seré el padrino de tu primer hijo y me ibas a dejar ponerle el nombre que yo quiera.
- Solo su segundo nombre – respondió Shura intentando sonreír sin conseguirlo
- Mmm… le pondré si es niño Abelardo y si es niña Peggy jijijj – bromeo Aioros
- Si sabes que los muppets pasaron de moda hace como 30 años verdad?
- Jajaja mentira! – dijo Aioros – Abelardo salía en Plaza Sésamo, no en los muppets.
- Lo que sea. Por qué carajo Kanon no llama!
- Amigo… Ya nos dio una pista. Estoy seguro que pronto tendremos otra. Si quieres mañana le llamamos.
- Alejandro dijo que…
- Y desde cuando carajos… olvídalo. Es una pregunta estúpida. – dijo dando la vuelta en un parque – Si obedeciste a Saga para matarme, es más que obvio que obedecerás a tu suegro en todo.
Shura se enojó ante esto y lo empujo.
- Insinúas que soy un maldito títere que puede manejar cualquier persona a su antojo?
- No si no te lo estoy insinuando. Te lo estoy diciendo de frente! Donde diablos quedo el Shura que aprecio? Donde el más orgulloso? Yo no vine de Grecia para verte tocar fondo sino para ayudarte a salir de esta pero ya me canse de verte comportarte como imbécil!
Shura le lanzó un puñetazo que Aioros fácilmente evadió mientras este sonreía. Si. Necesitaba recuperar a su amigo para poder ayudarlo y si eso significaba dejarse golpear que así fuera. Shura le lanzó varios golpes y el siguió evadiendo y bloqueando. Todo en plena calle. Afortunadamente había tantos estudiantes hippies a su alrededor que nadie les prestó atención.
De pronto los gritos desesperados de dos chicas en la esquina contraria los hizo voltear y ponerse en alerta. A pesar de que era de noche, las calles estaban bien iluminadas y corrieron hacia allá. Pudieron observar como dos de las chicas volaban por sobre tres personas y se echaban a correr, pero los tres tenían escondidos bates de béisbol en la espalda e iban por una tercera persona.
Dos de los hombres sacaron sus bates y comenzaron a amenazar a Liz con ellos, quien solo miraba tratando de adivinar su juego. Se lanzaron contra ella y en tan solo cinco movimientos los desarmó dejándolos doliéndose en el suelo.
- Vaya! La niña consentida sabe defenderse no? – dijo el tercero blandiendo su bate.
- Pruebame! – reto Liz
Pero este tercer hombre no era tan estúpido como los otros dos. Logro evadir varios golpes de Liz y conectarle dos golpes en el brazo derecho haciendo que Liz retrocediera. El aprovecho para lanzarse a golpearla de la manera más sádica de su repertorio, pero alguien la alzo de suelo con firmeza justo a tiempo y su atacante voló por los aires estrellándose en la gruesa pared para caer con la cara totalmente noqueado gracias a Shura.
Liz alzó la vista para ver la cara de su salvador que la tenía abrazada y su sorpresa fue mayúscula al encontrarse con la cara de Aioros quien tenía una mirada furiosa y una boca que denotaba que estallaría en cualquier momento.
- Te encuentras bien? – le preguntó Aioros
- Yo… yo… - pestañeó rápidamente – Aioros?
- Al menos recuerdas mi nombre – respondió sonriendo
- Que haces en Madrid?
- Estoy acompañando a Shura – dijo señalando a su amigo, quien había ido a "interrogar" a los dos atacantes que estaban despertando.
Este Alzó a los dos del cuello y se los llevó a Aioros y Liz.
- Creo que necesitas oír esto - dijo mientras los soltaba poniendo su bota en su gaznate – Habla! Por qué la atacaste!
- Nos… contrataron… - dijo el maleante a duras penas
- Quien fue? – pregunto Aioros
- Ivan… Ivanovchen…ko – respondió
Aioros, quien no había soltado a Liz, bajo su mirada hacia ella.
- Sabes quién es ese tal Iván?
Liz asintió mientras hacía una mueca. Era el entrenador del equipo ruso.
- Porque la atacaron? – preguntó Aioros
- No quiere… que ella compita… mañana – contestó antes de desvanecerse
Aioros la abrazó con más fuerza mientras intercambiaba impresiones con Shura entre dejarlos ahí o llamar a la policía. Liz cerró los ojos y aspiró su aroma. Carajo! Se sentía tan bien estar así…
- Tu que dices Liz? Llamamos a la policía o nos encargamos nosotros.
- No quiero problemas. – dijo Liz – Necesito regresar al hotel a ver si mis compañeras están bien. Deben estar preocupadas por mí.
- Si crees que es lo mejor, te acompañaremos hasta allá. – dijo Aioros aun sin soltarla y viendo que Shura lo miraba con cara de extrañeza – En donde estas hospedada?
- En un hotel a la vuelta de la esquina.
- Shura, vamos. Iremos a dejarla. – ordeno
- Gracias- exclamo Liz sin querer soltarlo pero tuvo que hacerlo para poder caminar a su lado.
Pasaron junto a los tres hombres rumbo al hotel pero acababan de pasar a los últimos dos cuando se escuchó un pequeño crujido que alerto a Aioros.
- Espera! – Gritó el jefe de los maleantes al mismo tiempo que se escuchaba un clic y un disparo.
El resto fue confuso para Liz quien vio todo en cámara lenta: como Aioros se puso delante de ella para protegerla con su cuerpo sintiendo que el retrocedía un paso al recibir el impacto de la bala lo que la hizo a ella trastabillar y caer al suelo, Shura corriendo para lanzar su excalibur contra los tres maleantes matándolos al instante y Aioros cayendo sobre ella herido pero aun así intentando no caer sobre ella para no lastimarla. Ninguno pudo gritar ni tampoco hacer nada.
Aioros sintió como cayó al sentir el impacto y abrió los ojos para ver que ella estuviera bien. Eso era lo único que importaba en este momento. Podía ver que ella y Shura gritaban pero no podía escucharlos. Las luces azules y rojas comenzaron a acercarse y Liz estaba llorando sobre el, desesperada, agitándolo. No entendía nada excepto que Los ojos de Liz estaban llenos de lágrimas por su culpa aparentemente. Levanto su brazo para acariciarle la mejilla, pero comenzó a faltarle el aire y sus ojos comenzaban a cerrarse sin que pudiera evitarlo. Después… ya no hubo nada.
27 de Junio 1.45 pm
Suprema corte de Justicia
Beijing, China
La sala de justicia estaba abarrotada de gente debido a que ese día se dictaría sentencia al acusado. Miembros de la embajada francesa en china estaban muy al pendiente de ella, pues si fallaban en contra de su cliente, lo que le esperaba era la pena de muerte. Eso había pedido la fiscalía de acuerdo a las leyes vigentes en la provincia donde se cometió el delito.
Akane Li, fiscal de distrito, estaba de pie en su traje gris Oxford obligatorio esperando el resultado.
Los tres jueces deliberaron ahí mismo. La justicia era expedita debido al número de casos que tenían al día. Afuera, los medios de comunicación esperaban también a que alguien saliera a decirles la primicia.
Uno de los jueces se levantó con un papel en la mano y se dirigió hacia el público presente:
- Nosotros, humildes servidores de la Republica, hemos determinado que no existen pruebas suficientes para condenar a muerte al acusado, por lo que se le sentencia a solo tres meses de cárcel en la prisión del estado. Los abogados podrán apelar la sentencia en las siguientes 24 horas. Se cierra la sesión.
La mitad del público presente abuchearon decepcionados y la otra mitad aliviados. Dos policías militares escoltaron al prisionero quien junto con sus abogados y miembros de la embajada salieron de la sala. Satisfecha con el resultado del juicio, comenzó a recoger sus papeles y meterlos en su portafolio. Caminó hacia la salida, cuando otros dos policías militares le cerraron el paso.
- Acompáñenos Por Favor.
- Ahora que hice? – preguntó sabiendo que se quedaría esperando la respuesta que nunca llegaría.
La escoltaron hasta una oficina en el último piso del edificio y Akane solo suspiró profundamente. Esa era la oficina del procurador general y tenía muy pocos principios para su gusto.
Le abrieron la puerta y la invitaron a pasar. Akane pudo ver al menos tres personas en la salita de las cuales solo reconoció a dos. Nada bueno iba a salir de esa reunión. Las tres personas guardaron silencio mientras ella entraba a regañadientes.
- Señorita Li. Pase por favor – dijo el Procurador Han pero sin invitarla a sentarse.
Las tres figuras la miraron queriendo intimidarla.
- Creí que había quedado claro la última vez que hablamos, que queríamos formar un precedente en el gobierno ante algunos otros.
- Sí señor. – contesto viéndolo a los ojos
- Necesitamos decirles a los occidentales, que no nos andamos con juegos. – dijo azotando su mano en la mesita – Vienen aquí a nuestro país a creerse la gran cosa porque traen dólares o euros y creen que pueden pasarse las leyes por el arco del triunfo…
Akane no contestó a eso. Era bien sabido por todos que el Procurador Han era nacionalista de hueso colorado y si por el fuera, ningún occidental entraría a China.
El Secretario de Relaciones Exteriores, Chi Ho, sonrió a Akane mientras le veía las piernas. Akane las tapo con su portafolio.
- Por qué no nos dice usted de qué lado esta Señorita Li? – preguntó el Procurador
- De lado del Gobierno Chino señor – contesto
- Y si es así, porque le pasó información a los abogados del acusado para que basaran su defensa?
- Yo? No sé de qué habla Procurador! – dijo Akane con expresión de incredulidad.
- No se haga tonta Li. No he podido recabar las pruebas necesarias para acusarla formalmente aun…
- Porque no existen!
- Pero si lo compruebo, usted y su padre irán directo al paredón! – gritó – Recuerde que la traición se paga con la vida en este país y su padre puede ser… aparecido en territorio chino donde tiene una orden de aprehensión.
- Lo recuerdo todos los días señor. – dijo en tono agrio.
- Además necesitamos órganos sanos de occidentales – murmuró la tercera figura en la sala recibiendo una patada en la espinilla del Secretario de Relaciones exteriores.
Akane no volteó, pero escucho eso. Era exactamente la razón por la que ella hacia todo lo posible por que los acusados extranjeros no murieran en territorio chino a manos de la justicia, no importando que tuviera que revelar información valiosa o arriesgarse a terminar como su padre, quien había descubierto la red de tráfico de órganos del gobierno negándose a trabajar para ellos.
- Yo creo que la lealtad de la señorita Akane no está con el gobierno Chino – dijo el Secretario Ho – Después de todo, no es más que una Guo wai. Su sangre japonesa no la hace una persona de fiar.
- Jajaja Vamos Secretario Ho – dijo el Procurador divertido – Ella no tiene opción. La vida de su padre pende de un hilo y solo la sostiene la obediencia que nos debe por los próximos que? 10 – 15 años? De cuanto fue el pacto que firmó señorita Li.
Akane encajó sus afiladas uñas en la piel de su portafolio.
- 20 años
- Y cuánto tiempo le queda?
- 10 años.
Las tres figuras sonrieron sádicamente.
- Pues entonces le sugiero que cuando se le da una orden la siga al pie de la letra – volvió a decir el procurador – Que le pareció Hong Kong señorita Li.
- Bastante diferente…?
- … Y disoluta no?
- Pues… sí.
- Espero que le haya gustado porque pasara ahí los próximos meses.
Akane sacudió la cabeza.
- Como dice? No! Yo tengo mi hogar aquí!
- Lamento si le pareció que le estaba preguntando Señorita Li, no es opcional. Su misión será muy clara. Pasar los casos de extranjeros a otros de sus colegas aquí en Shanghái para que se les pueda juzgar y condenar como se debe.
- Pero… Hong Kong no tiene pena de muerte! No seria ético!
- Exacto – dijo el procurador tomando de su copa frente a el – Y es por eso, dado que usted tiene ciertos problemas para manejarlo que obviamente no quedan dentro de un fiscal de distrito, que usted fue elegida para ese trabajo. Su traspaso ya fue aprobado y para el día 3 del siguiente mes, deberá usted presentarse ante la corte de Hong Kong para comenzar a recibir los casos.
- Pero…
- Desde luego, muchos de esos malandros no ameritaran esa pena, pero usted deberá encargarse de buscar o fabricar una falta lo suficientemente grande como para que si lo sea.
- Me pide que falsifique pruebas? – exclamó horrorizada.
- Si por alguna razón me entero que se pone en contacto con cualquier embajada, abogado defensor, medio de comunicación etc. sin nuestra autorización, no quiero decirle que su sacrificio será nulo y su padre será capturado y extraditado a nuestra nación pero esta vez con su madre y cualquier pariente o amigo cercano y desde luego no creo que la pasen muy bien. Entendido?
Akane tembló ante esto último. Ya había hecho 10 años un esfuerzo. Iba a la mitad del camino para poder liberarlo de ese problema. Tenía que hacerlo aunque todo su cuerpo y mente se rebelara contra ello.
- Si señor.
- Puede retirarse señorita Li. Buen viaje.
Akane volvió a ser escoltada por los militares hasta el estacionamiento donde estaba su auto compacto propiedad del estado. Se dejó caer en su asiento casi con alivio pues sus piernas se negaban a sostenerla más. Como iba a poder hacer eso que iba en contra de todos sus principios? Qué pensaría su padre cuando se lo dijera?
26 de Junio 11 pm
Bar de la Playa
Columbus Isle, Bahamas
Tania vio por centésima vez su teléfono esperando un mensaje o algo que le hiciera saber que Dragón había perdonado el hecho de dejarlo plantado la noche anterior. A decir verdad, hasta la mañana siguiente que su tía le había recordado que tenía que ir a enviar el dinero de la inscripción a la universidad antes de la fecha límite que era en unos días, ella no se había acordado de él. Le había enviado por lo menos 20 mensajes y no tenía una respuesta y estaba preocupada. Y si se enojaba con ella? Y si dejaba de hablarle? Él se había portado muy bien con ella al evitar obligarla a entregarle su inocencia meses antes cuando debió hacerlo y podía pensar que ella no quería cumplir con el contrato lo que podría traerle problemas legales que no necesitaba.
Se puso a limpiar su lugar de trabajo mientras pensaba en todas las posibilidades. Y luego se le apareció la imagen de Kanon, con su hermano gemelo. Carajo! Ciertamente su cerebro aun no lograba procesarlo por completo. Como diablos iba ella a saber que no era Kanon el que se había paseado con la novia por toda la isla si él había firmado siempre con su nombre por lo que le habían dicho sus compañeras? También había ido a la lonchería de su Tía y había pedido un banquete de comida colombiana y firmado la factura para pagarla días después y el nombre que le había dado a su tía era Kanon. En fin… todo estaba mal y ella era la que menos debía meterse en asuntos de esa familia, lo que menos debería de importarle era lo que pasaba con ellos… Pero maldición! Se había asustado más de lo que había estado en toda su vida cuando vio a Kanon caer desvanecido a sus pies y esa mañana sin importarle nada, excepto no ser vista por el hermano, se había escabullido por la ventana para saber si seguía vivo.
- Debo estar comenzando a enfermar yo también – se dijo – No me importa… no me importa…
- Un penny por tus pensamientos – dijo una voz conocida por ella detrás de la barra
- Oh señor Aleix! No lo había visto.
- Solo dime Aleix.
- Pues… no es correcto pero bueno. Aleix. Creí que no estaba en el hotel!
- Acabo de regresar y créeme que estoy exhausto – dijo Aleix sonriendo – Que me puedes preparar? Algún experimento nuevo?
- Ahhh usted siempre poniéndomela difícil para los tragos sin alcohol. – dijo Tania sonriendo también – Deme un minuto.
Le sirvió un slush de pina colada con granadina y una cereza.
- Sorry. Hoy mi cabeza no pudo inventar nada, así que se lo debo – dijo dándoselo
- Vaya! Eso es nuevo! – dijo Aleix tomando un trago de la bebida – Te sucede algo?
- Si y no. – contesto Tania haciendo una mueca.
- No te entiendo.
- No debo abrumarlo con mis problemas personales.
- Ahhh… y ese problema personal esta medianamente guapo, de cabello azul y se porta a veces como un idiota? – preguntó Aleix viendo hacia el lado contrario.
A Tania se le cayeron los utensilios que traía en la mano.
- Medianamente guapo? Yo creo que usted necesita lentes Aleix. Kanon no es medianamente guapo y…
- Jajaja te cache! Estas preocupada por el! Te gusta! – dijo Aleix en tono burlón
Los colores se le subieron al rostro.
- No es cierto! – dijo miraba hacia otro lado – Solo estoy preocupada por su salud y…
- A otro perro con ese hueso – dijo Aleix en tono juguetón – Por que no vas a ver si sigue vivo mañana en la mañana. Yo te acompaño.
Sin querer, los ojos de Tania brillaron.
- No es necesario… alguien más me puede decir si sigue vivo o tuvieron que llamar al taxi aéreo…
- Tania… deja de mentirte. Vi tus ojos anoche. No querías dejarlo solo. Vi tu preocupación, vi tu coraje… vi tu… olvídalo. – dijo Aleix – Quieres ir conmigo? Como sigue tu pie?
- Un poco morado aun pero nada que no pueda aguantar.
- Ponte compresas frías y calientes como anoche te ensene y mañana estarás como nueva. Tania…
- Si?
- Lo dejaras ir esta vez sin decirle lo que sientes por el? – pregunto Aleix muy serio mientras la miraba con ganas de ver a través de ella – Él se ira en tres o cuatro días y se llevara su Orgullo Marino, lo cual quiere decir que no tendrá necesidad de venir a la isla pronto.
Tania se abrazó a si misma. Por qué era tan obvio para el y no tanto para ella lo que sentía hacia Kanon?
- Nadie le impedirá su partida, así que no creo que haga ninguna diferencia. – dijo Tania sin verlo a los ojos.
- Solo era una sugerencia – dijo Aleix alzando los hombros – Yo también tengo un problema similar pero el mío es mas inverosímil.
Tania se inclinó hacia él.
- De verdad? Por qué no me lo cuenta? Tal vez con un punto de vista femenino le ayude también.
Aleix lo pensó un poco. A decir verdad no tenía mucha experiencia en el ramo y si podría necesitar de un punto de vista diferente.
- Está bien. A qué hora sales?
- A medianoche.
- Vengo por ti y te llevo a tu casa y mientras te voy contando?
- Perfecto. En la puerta cinco minutos pasadas. – dijo Tania
- Ahí estaré. – dijo Aleix mientras tomaba su bebida y se retiraba hacia el lobby
Tania lo vio retirarse con una sonrisa en los labios. Estaba segura que Aleix era un buen aliado así como una buena persona. Tratarlo de un modo más informal podría darle a ella otra perspectiva de su asunto con Kanon y al mismo tiempo ayudarlo con el problema que el tenia. Sería un ganar ganar para ambos.
27 de Junio 9 am
Recinto de Saints Femeninos
Santuario de Athena
Kyoko, Yulij, las cinco niñas más pequeñas y Sammy se llevaron la van oficial del Santuario para ir de compras. Era una manera de que Yulij cumpliera las nuevas reglas de salida, que se acostumbrara a la forma de ser de Kyoko y que esta conociera a las niñas y viceversa. Hasta ahora todo iba bien. El desparpajo de Yulij se compensaba con la seriedad y exceso de responsabilidad que Kyoko mostraba hasta ahora. Las seis niñas guardaron sus máscaras al estar arriba de la Van y las guardaron en sus respectivas mochilas. Las cinco intentaban incluir a Sammy en sus juegos pero esta estaba distraída evaluando a su nueva maestra. Le gustaba la elegancia que tenía, pero había algo que no terminaba de convencerla. Parecía ser algo fría.
- Por qué tienen que traer sus mochilas las niñas? – preguntó Kyoko
- Cada una de las niñas tienen un presupuesto para su ropa y uniformes. Aprenden a hacer rendir el dinero, a comprar lo mejor por su dinero y la responsabilidad de que si se les pierden en el camino, no habrá otra hasta dentro de 6 meses. – dijo Yulij – Esa es la razón.
- Vaya! Y eso incluye a Sammy?
- Si. Principalmente ella.
- Creí que estaba prohibido tener consentidos.
- Lo es. Ella no es la excepción. Cuando está en el recinto es una más.
- Pero cuando está arriba…
- Cuando está arriba es otra historia y deberías discutirlo con Shaina y Shion. Ya decidiste como adornaras tu mascara?
Kyoko hizo una mueca.
- La verdad no. No me gusta usarla.
- Te acostumbraras.
- Lo dudo.
Yulij la miro algo molesta.
- Se puede saber para que viniste entonces al santuario sabiendo que aquí estaba esa regla?
- Quiero inculcarle a la siguiente generación lo que me ensenaron a mi. – dijo muy seria
- Bueno, eso incluye la modestia y el uso de la máscara. Te sugiero que lo pienses rápido porque Lady Ophiuco te preguntara muy pronto.
- Esa es otra cosa que no entiendo.
Yulij rolo los ojos.
- Ahora qué?
- Como es que Shaina de Ophiuco subió a ese puesto mientras Marín sigue solo de maestra? La lealtad de Marín siempre estuvo con Athena en todo momento y Shaina pues…
Yulij vio de reojo que tanto Sammy como las demás niñas estaban demasiado atentas a su conversación, así que decidió ponerle fin.
- A ver viboritas y agregadas, todas traen su lista de compras?
- Si! – gritaron las seis al unísono buscándola en sus pantalones
- Y sus tarjetas de débito?
Las seis volvieron a buscar en sus mochilas y las mostraron. Kyoko quedo bastante sorprendida.
- Tan pequeñas y ya tienen tarjetas de débito?
- Como te dije, deben aprender el valor del dinero, pero Shaina no es tonta y sabe que una niña con dinero en efectivo tiene demasiadas tentaciones así que se las dio. No es fantástico?
Kyoko no dijo nada pero su mirada de reprobación decía todo.
La van se detuvo frente al centro comercial y las ocho salieron ordenadamente. Parecía una excusión escolar común y corriente exceptuando por la sombra que parecía seguirlas.
Del otro lado del Centro Comercial en una gran tienda departamental, Ares, Keres y Anteros, bien resguardados como si fueran miembros de la realeza, se dirigieron a comprar algunas chucherías.
- No me interesa lo que tienen que comprar ustedes dos. Solo vengo a verme con alguien importante. Los veo aquí en dos horas. Largo!
Felices de no tener que estar con Ares de compras, Keres y Anteros corrieron en direcciones separadas aprovechándose del buen humor del dios de la guerra.
Ares se dirigió a los electrónicos, donde se quedó viendo las pantallas planas hasta que su contacto llego:
- Lamento la demora señor – dijo una figura de traje con un portafolio negro que venía con dos guardaespaldas, los cuales se quedaron rezagados cuidando el perímetro.
- No me gusta que me hagan esperar – dijo Ares – Tal vez deba ir a ver a tu contrincante a Albania.
- No por favor! Le traje el efectivo que me pidió. Por favor! Ayúdeme con el golpe de estado! Mi país necesita deshacerse de ese tirano!
Ares reviso el dinero y cerro el portafolio. Llamó a uno de sus guardias le dio el maletín para que se lo llevara al auto y se volvió hacia el sujeto misterioso.
- Está bien. De mi cuenta corre que no derrames más sangre del necesario. Espera mis instrucciones mañana del mismo modo. Tienes mi palabra de que el próximo dictador serás tú.
- No bueno… yo no quiero ser el dictador sino un líder pacifista que busca el bien común y…
- Si, si… como tú le quieras llamar. – dijo Ares fastidiado – Vete y espera mi llamada. Sabes que nunca quedo mal.
- Lo se señor. Confío en usted señor. Gracias señor. – dijo antes de salir casi corriendo de ahí.
- Idiota! Para lo que vas a durar en el puesto! – dijo Ares mientras caminaba por los pasillos. No le caería mal estéreo nuevo para traer en su humor.
Sammy estaba en el departamento de niñas buscando lo ultimo de su lista. Se suponía que, con las nuevas reglas, no debía separarse de su compañerita, pero esta se había quedado viendo las muñecas y había perdido de vista a Sammy.
Sammy estaba haciendo cuentas para ver si le alcanzaba para comprar un regalo para Santi cuando sintió la presencia de alguien conocido pero no veía nada ni alcanzaba a reconocer de quien era. Después de sentirlo dos veces más y recordando las historias de robo de niñas que escuchaba de sus compañeras mayores, comenzó a correr para escapar de ese "algo" que sabía que la perseguía.
Cerró sus ojos para correr más rápido en línea recta cuando chocó contra las piernas de alguien vestido de negro, rebotando y cayendo sobre su trasero. Iba a ponerse a llorar asustada cuando vio con sorpresa al dueño de ellas.
- Papi? – dijo mirándolo fijamente y levantándose para abrazarlo de las piernas – Papi! Me encontraste!
