Capitulo 159
27 de Junio 11am
Centro Comercial Corazón de Atenas
Atenas, Grecia
Ares bajo la mirada hacia la niña y abrió los ojos asustado. Como olvidar a la niña de pelo rosa y ojos verdes a la que peinaba con coletitas casi tres años atrás.
- Sa-sammy?
Sammy asintió feliz hasta que Ares volteo a su alrededor y no vio a nadie que lo viera por lo que se inclinó para tomarla en brazos y Sammy no dudó ni un momento para echarle los brazos al cuello.
- Me encontraste! Me encontraste! – dijo emocionada.
Ares la abrazó como hacia tanto tiempo tenía ganas de hacerlo e incluso hasta se le salió darle un beso en la mejilla.
- Y tú de dónde saliste? Con quien vienes? No creo que andes sola, verdad?
- No. Vine con mis maestras y compañeras de compras pero… alguien me espanto y corrí y así te encontré!
Dos de los bersekers que lo cuidaban desde lejos se vieron extrañados entre si y Ares se dio cuenta viéndolos de reojo. No podía mostrar ese tipo de debilidad frente a su tropa y menos cuando Afrodita ya había demostrado poder sobornarlos para sacarles información de lo que hacía y de lo que no hacía.
- Quien te espantó?
Sammy señaló hacia donde Icarus se escondía entre las sombras de los proveedores, pero a Ares no se le escapo su esencia y lo reconoció como el único ángel humano de Artemisa. Apretó los labios al no poder hacerle nada para no levantar sospechas pero para su fortuna, Icarus también lo reconoció y supo que no podría enfrentarse a él, así que desapareció casi al instante.
- Ya que vienes de compras, que tal si te llevo comprar un helado?
Sammy lo pensó un momento. Eso estaría bien o estaría mal?
- Pero… y si me buscan? Shaina dice que no debo salirme sin permiso y Shion dijo que siempre debemos estar con una compañerita. – dijo Sammy pensando.
- Y donde está tu compañerita? Y donde esta Shaina y Shion? – pregunto Ares alzando el pescuezo para ver si finalmente veía la cabellera verde de alguno de esos dos.
- Ellos están en el santuario! Y mi compañera… no se. La perdí supongo. – contesto Sammy intentando verla desde ahí arriba, pero la tienda era enorme.
- Y si mando a uno de mis… uhhh… empleados a decirle a tus maestras que estarás conmigo… eso estará bien?
Sammy lo deliberó por un momento y asintió.
Ares tronó los dedos y se acercaron. Les dio una orden que Sammy no pudo escuchar y se fueron caminando al fondo de la tienda. Ares sacó a Sammy por la puerta y caminaron hasta la nevería más cercana donde Sammy pidió un helado doble de bombón y chispas de chocolate. Se sentaron en una mesa cerca de la ventana y Sammy no dejaba de sonreírle lo que lo hizo sentirse endemoniadamente incómodo.
- Sammy… necesito decirte algo – dijo finalmente.
- Ya lo sé. – contestó Sammy viendo su helado y moviendo sus pies ansiosa – Tú no eres mi verdadero papa.
Ares se puso rígido.
- Que? Quien te dijo eso? – preguntó
- No me reganas? – respondió temerosa
- No. Pero quiero entender.
Sammy dejo de comer su helado y torció la boca. No le gustaba hablar de eso.
- Es que… el Señor Apolo fue de visita al santuario y escuche cuando le dijo a Athena…
- Que dijo Sammy?
- Es que… él dijo que el… - Sammy no pudo terminar la frase y comenzó a sollozar sin que Ares pudiera hacer nada para detenerlo – Que él era mi papa y… que él no me quiere a su lado… y…
Ares tuvo que abrirle los brazos para que Sammy se bajara de su silla y se trepara en sus piernas mientras lo abrazaba.
- Lo siento Sammy… yo no quería que te enteraras de esa forma – dijo Ares
- Pero… pero…
- Eras muy pequeña para que te lo dijera – dijo acariciándole el cabello
- Yo recuerdo que tú me querías – dijo Sammy tallándose los ojitos – Me cuidabas, jugabas conmigo, me traías regalos y siempre sonreías. Había un cuento que siempre me leías para dormir con un caballo…
- Si bueno… La historia de Caballo de Troya no era precisamente un cuento para dormir Sammy – dijo apenado – pero no me sabia muchas historias.
- Pero me las contabas. Y eso que yo no soy tu… - Sammy volvió a querer comenzar a llorar.
Ares tenía ganas de darle a Apolo una patada en las bolas, pero no tenía que decírselo a Sammy.
- No Sammy, te equivocas. Yo siempre voy a ser tu papi. Y tienes razón. Te he estado buscando por mucho tiempo – mintió para tranquilizarla
- Y entonces me puedo ir a vivir contigo? – pregunto Sammy
- Acaso no eres feliz en el Santuario? – pregunto extrañado.
- Si pero… a veces creo que solo les estorbo. Una vez casi lastime a Samira sin querer y…
- Sa… Samira?
- La esposa de Milo. Milo es uno de los caballeros de Athena y Samira… - Sammy suspiró hondo – Shaina dice que le debo respeto pero… Ella no era para él. Yo lo vi! En mis sueños!
Ares pasó saliva. Esperaba que no hubiera soñado con el o estaba frito. Sammy se le quedo viendo con los ojos entrecerrados y comenzó a tocar sus mejillas.
- Tú te pareces mucho a él.
- Ejem ejem… - comenzó a carraspear Ares
- Pero… ahora él bebe habla conmigo y yo hablo con el y entonces ya la aguanto más. – dijo Sammy
- Y entonces… te maltratan? Te golpean?
- No! – exclamó Sammy – Todos me tratan muy bien! Y estoy aprendiendo mucho y Shion me esta ensenando a curar con mi cosmos y Dohko me ensena muchos cuentos bonitos y Kiki es como un hermano fregón y me molesta en la mesa y me pasa lo que no se quiere comer…
- Pues… todo eso me parece muy bien Sammy.
- Pero yo quiero estar con alguien que si me quiere! – insistió
Ares la sentó en la mesa para que pudiera verla fijamente.
- Sammy, lo que me estas describiendo, es una típica familia. Algo que en este momento y por mi trabajo, no puedo darte.
Sammy abrió grandes los ojos y Ares continuo.
- Una familia no siempre son risas y diversión. Es cuidarse entre todos, convivir, platicar, aprender… estar unidos y por lo que me cuentas… ellos se portan como tu familia!
- Santi dijo que Shaina parece mi mama… pero espero que no porque ella no era buena. – dijo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.
- Eso no es cierto Sammy. Tu mama te quería mucho – declaro Ares
- Entonces por qué me abandono en el santuario? – preguntó sin dejar la pose – Y por qué me dijo que tú eras mi papi? Me engañó y no la quiero!
- No Sammy no hables así. – dijo sintiéndose chinche. Él era el que la había abandonado haciéndose pasar por Becca - Las mamis a veces cometen errores y los hijos no debemos juzgarlos. Seguro lo has leído en alguna de tus clases.
- Si pero…
- No hay pero. Mi mama también comete muchos errores. Yo también y no por eso me quieres menos verdad?
Sammy lo miró curiosa.
- Que errores cometes tú?
- Muchos que solo entenderás cuando seas grande. – dijo Ares.
- Pero ya soy grande!
- Si. Ya eres grande pero para entenderlo necesitas tener la edad de… mmm…
- Shaina?
- Ándale. De Shaina
- Ahhh…
Sammy pareció deliberar en lo que le estaba diciendo Ares.
- Tu querías a mi mama?
- Si y ella a ti. – contesto Ares
- Si te digo donde está el santuario… iras a verme? Tal vez por eso no me encontraste antes. Solo los poseedores de cosmos pueden hacerlo y con el permiso de Athena. – dijo Sammy – Yo le puedo pedir permiso.
Ares sonrió y le pasaron mil y un planes por la cabeza en ese momento. Entrar al santuario, destruirlo desde dentro, finalmente derrotarla… Los ojitos verdes de Sammy que brillaban esperanzados frente a él, rompieron esos malos pensamientos.
- No Sammy, de hecho no vivo en Grecia por el momento. Solo vine a un asunto de negocios… - vio la cara de desilusión de Sammy – Pero… que te parece si te compro un celular y me mandas mensajes cada que necesites verme o hablar conmigo y yo tratare de contestártelos, aunque no siempre podre hacerlo.
- Por el trabajo?
- Si.
- Estas muy ocupado?
- Mucho.
- Ahhh…
- Pero… nadie debe saber que hablas conmigo o me separaran de ti. – advirtió Ares
Sammy volvió a echarle los brazos al cuello.
- No! Ya no! Que no me separen!
- Bueno acábate el helado y vamos de compras. Hay un local donde venden unas fundas de ositos muy bonitas para los celulares – dijo viendo la hora. En cualquier momento Keres y Anteros comenzarían a buscarlo y eso no era bueno para el y mucho menos que lo encontraran con Sammy.
Sammy casi se lo terminó de un bocado y Ares la tomó de la mano para llevarla. Se detuvieron en cada tienda donde Sammy decía que algo le gustaba.
- Gracias Papi! A Santi le van a gustar los cochecitos! –dijo Sammy terminando de guardarlos en su mochila.
- Quien es Santi a todo esto? – preguntó Ares
- Mi novio.
- Que que? Estas muy chica para tener novio! – espetó Ares simulando ser un gruñón.
- Pero Shion y Shaina me dieron permiso!
- Pero yo soy tu papi y a mí me tiene que pedir permiso! – dijo Ares
- Jijijii pero tu no estabas. Cuando lo vea, te llamo y te lo paso. – dijo Sammy divertida
- Puedo hacer otra pregunta Sammy?
- Eres mi papi. Tienes que hacerlas – dijo Sammy acomodándose su mochila en los hombros pues sabía que ya era hora de regresar con sus compañeras.
- Por qué no me pediste ningún juguete?
Sammy iba a contestar impulsivamente pero se mordió un labio e hizo una mueca.
- Es que…yo… quiero ser grande como Kakyuu! Las niñas grandes no juegan con juguetes. – declaró
- Y las niñas de cinco años no tienen novio – dijo Ares cruzándose de brazos – Esto es por lo que oíste no? Dime la verdad.
- Yo… es que si soy más grande…
Ares se puso en cuclillas frente a ella.
- Sammy. No puedes obligar a la gente a que te quiera, pero puedes orillar a los que te quieren a que te dejen de querer. Y no queremos eso verdad?
Sammy negó con la cabeza.
- Yo quiero a mi Sammy portándose como alguien de su edad porque así podre consentirla con juguetes y dulces, para recordar cuando nos separamos. Si de repente me encuentro a una Sammy grande… me sentiré mal y muy viejo.
- Pero…
- Y entonces a quien llevare a Euro Disney cuando me escape?
- Euro Disney? A conocer a las princesas? – dijo Sammy emocionada y con ojos brillantes.
- Si
- Me llevaras?
- Solo si te portas bien e ignoras lo que sucedió con Apolo.
- Y podré llevar a Santi y su mama?
- Ya veremos.
Sammy volvió a abrazarlo.
- Ahora recuerda. Nada de decirle…
- … a nadie que nos vimos o hablamos o nos van a separar de nuevo. – terminó de decir Sammy
- Exacto
- Y debo esconder muy bien el celular para que no lo encuentren. – repitió Sammy como mantra
- Muy bien. Esa es mi niña. – dijo Ares viendo que la tienda de donde había sacado a Sammy estaba cerrada – Ven. – dijo metiéndola por medio de su cosmo por la puerta trasera hasta quedar afuera del baño de mujeres. Ve a buscar a tus compañeritas y te prometo seguir en contacto, si?
- Si papi.
Ares la vio alejarse de los baños hasta que dos mujeres corrieron a abrazarla junto a muchas otras niñas y respiró tranquilo. Yulij corrió a gerencia a decirles que ya no era necesaria la Alerta Ambir y las puertas se abrieron.
- Lo que tengo que hacer para que no venga conmigo – dijo Ares sonriendo.
Keres y Anteros ya lo estaban esperando en la puerta con varias bolsas de compras
- Padre, donde te metiste? Las dos horas pasaron hace varios minutos.
- Por qué tanto escándalo? - Pregunto en tono fastidiado – aquí el jefe soy yo y hago lo que me viene en gana!
- Si señor pero estábamos preocupados por usted – dijo Keres
- Parece que se había perdido una niña pequeña y Hasta creí que eras tú – bromeo Anteros aguantando el golpe en la cabeza de Ares
- Vámonos! Estamos retrasados para nuestra siguiente cita – Dijo Ares lanzando un silbido para que los demás bersekers alrededor de la tienda corrieran a reubicarse detrás de él.
27 de Junio 6 am
Hospital Universitario Santa Cristina
Madrid, España.
Uriel movió el hombro de Liz, quien se encontraba dormida recargada en Shura, para poder despertarla. Ninguno de los dos había querido irse del lugar y tampoco habían escuchado cuando Aioros salió de emergencias para llegar a terapia intensiva. Liz por el bajón de adrenalina y el cansancio del viaje, y Shura por el coctel que le daban cada noche para dormir.
- Lizzy?…. Lizzy!... reacciona! – susurro Uriel.
Liz comenzó a abrir lentamente los ojos hasta ver a su tío frente a ella.
- Tío! – dijo abrazándolo con alegría – Lo siento mucho!
Shura se despertó con esto desperezándose. Reaccionó de inmediato al ver el lugar donde durmió.
- Carajo! – dijo corriendo hacia la recepción. Necesitaba ver que había pasado con Aioros.
Aprovechando esto Uriel se sentó junto a Liz.
- Tengo muchas preguntas – dijo en tono serio
Liz bajo la mirada en actitud humilde.
- Bela te llamó verdad?
- Desde luego. Estaba furioso. Tuve que tranquilizarle y jurarle que estarías en las preliminares de esta tarde con todas tus compañeras. – dijo Uriel – Y aquí viene la primer pregunta. Por qué tu entrenador me habla a mí, en lugar de hablarle a tu padre?
Liz comenzó a jugar con sus dedos.
- Puede ser que le haya dicho que papa no estaría disponible y puse tu numero en caso de emergencia – contesto avergonzada – Lo siento! En serio no creí que pasaría nada!
- Ya veo – dijo Uriel muy serio – Segunda pregunta: En que dimensión creíste que no te pasaría nada si sabes que estos tres años son vitales para todos nosotros y que los problemas te van a seguir una y otra vez hasta que…
- Hasta que cumpla 21 o sea madre – terminó Liz – Lo sé.
- No parece. – reprendió Uriel – Admito que sonaba divertido cuando tu padre me contó que pasabas por una fase rebelde, pero cuando tu entrenador me llamó y me dijo que estabas en el hospital… Da gracias que Miguel no estaba cuando llamaron o les hubiera enviado el apocalipsis. Sabes lo histérico que se pone.
- Lo siento tío! En Serio!
Por primera vez Uriel reparo en su brazo vendado.
- Que te paso aquí? – dijo tomándolo con cuidado
- Pues… no pude evadir dos o tres batazos y…
- Que?
- Que de que?
- Batazos de parte de quién? – grito Uriel
Liz apretó los ojos. Acababa de abrir la caja de pandora de los gritos de su tío. Afortunadamente para ella, Shura llegó corriendo y se la llevo casi volando hacia la habitación donde habían trasladado a Aioros. Uriel corrió atrás de ellos porque no había terminado de interrogarla.
Llegaron a la habitación y Liz tuvo que hacer un gran esfuerzo para no quebrarse al ver a Aioros entre tubos, maquinas, electrodos, y vendas. Se aferró a Shura quien tampoco podía soportar eso. Le traían demasiados recuerdos.
Uriel lo miro con curiosidad.
- Este quien es Lizzy? – dijo mientras se inclinaba para ver a Aioros
- Es mi amigo y quien me salvo la vida. – dijo Liz en voz baja sin dejar de aferrarse a Shura.
Uriel volvió a mirar a Aioros e intentaba descifrar rápidamente.
- Uhhh… Liz… cuanto mides tu?
- No se… 1.58?
- Y cuanto mide el? 1.86?
- Más o menos – contesto Shura despacio.
Uriel leyó el reporte médico al pie de la cama.
- Herida de bala… pulmón izquierdo perforado… impidiéndole respirar… Drenaje de líquido… Operación… bla bla bla – dijo cerrando el reporte – A esto nos referimos cuando intentamos que te obedezcas Lizzy!
- Pero tío…
- Este hombre quien quiera que sea esta postrado en dolor y sufrimiento enteramente por tu causa – dijo Uriel muy serio - por tu altura y trayectoria de la bala descrita en el reporte, a ti, como te estamos protegiendo lo más que podemos, te hubiera fallado. Pero a él le perjudicó bastante. Dime que quieres que hagamos ahora Lizzy? Llamarle a sus familiares y decir que una etapa pasajera de rebeldía tuya le puede costar la vida a este chico?
- No sea tan cruel – reclamo Shura
- Tú no te metas. Esto es cosa de familia – dijo Uriel muy serio – Lizzy?
Liz estaba horrorizada ante esta noticia.
- No! Athena nunca me lo perdonaría – susurro Liz
Uriel reaccionó ante esto.
- Que dijiste?
Liz escondió su cara en el pecho de Shura y negó con la cabeza. Shura la abrazo protectoramente.
- Se refiere a que hay que darle parte a Athena y a Shion del… accidente de Aioros. – contesto Shura – Por si no lo sabe, Aioros es el Santo Dorado de Sagitario.
Uriel se enfadó aún más. Pasó su mano por toda su cara tratando de pensar.
- Lizzy. Vámonos! Tienes que reportarte con tu equipo. Tu padre no quiere que te juntes con ninguno de ellos y ahora entiendo por qué. – dijo Uriel pensando en las repercusiones con Zeus de que Liz se viera involucrada en la muerte de un Santo de Athena.
- No… no quiero…! necesito estar aquí! – dijo casi llorando
- Si no vienes conmigo ahora, llamare a tu padre y le diré todo lo que paso – amenazó Uriel saliendo de la habitación.
Shura separo un poco a Liz y se puso de cuclillas.
- Liz… Créeme que se lo que estas sintiendo: Desesperación, culpa, remordimientos…
Liz asintió.
- Aioros va a salir adelante, como siempre. Él no va a morir de esto. Te lo prometo. – dijo Shura
- Pero…
- El estará más que feliz de que tú regreses a la competencia que me dijiste anoche y le dediques tu victoria. – continuo
- No puedo…
- Si. Si puedes y lo vas a hacer – dijo Shura firmemente – Aioros no me perdonaría nunca haberte retenido aquí si puedes brillar allá.
- Yo quiero estar aquí cuando despierte… aunque sea para pedirle perdón – dijo Liz
- A qué hora es la competencia hoy?
- A las 2 pm. Pero dura como dos horas, a veces más… -dijo Liz mirándolo a los ojos – No podre concentrarme. No ganaré. Prefiero estar aquí! Además si regreso, ya no me dejaran salir a verlo.
Shura vio verdadera preocupación y desesperación en los ojos de Liz.
- Mira… tu tío se ve como una persona muy ocupada. No puede cuidarte todo el tiempo. Estaré ahí más o menos a las cinco, te traigo a escondidas, lo ves y te regreso. Ni tu entrenador ni tus compañeras lo sabrán. Pero… tienes que hacer tu mayor esfuerzo y ganar por y para el. Entendido?
Liz volteó a ver a Aioros y luego a Shura quien esperaba una respuesta. Tuvo que zarandearla un poco para que reaccionara.
- Pero si algo pasa antes… me dirás verdad?
- Claro que sí. Inmediatamente. – prometió Shura
Liz le escribió su número con el lápiz que estaba en el reporte médico.
- Elizabeth Ángelus! – se escuchó el grito en el pasillo
Liz tembló solo de escuchar su nombre completo. Su tío estaba enojado y no quería que le hiciera otra escenita frente a Aioros. Solo atinó a darse la vuelta, darle un beso en la mejilla a Aioros y salió corriendo esperando poder desocuparse pronto para venir a verlo.
Shura miró la escena y se dejó caer en la silla junto a él.
- Amigo… más te vale que salgas de esta rápido y bien. No te me puedes morir ahora de algo tan tonto. Le salvaste la vida a la chica que te gusta. Que más quieres? Con esto la vas a tener comiendo de tu mano como su salvador aunque por lo que vi no la tienes fácil con la familia. Te prometo que seré fuerte por los dos por el momento y te hare caso. Comenzare mis investigaciones personales acerca del paradero de Zita en cuanto vea que ya no corres peligro. Te traeré a Liz después de tu operación como prometí y ahora ya solo me falta idear algo para decirle a tu hermano. Estoy casi seguro que intentara desquitarse conmigo e intentara patearme el trasero.
27 de Junio 6 am
Cabaña de Kanon
San Salvador, Bahamas
Kanon despertó de nuevo y ya estaba clareando. Volteó hacia la ventana esperando encontrar indicios de que ella había estado ahí, pero estaba tal cual la había cerrado Saga la noche anterior, lo que le hizo preguntarse si ella de verdad había estado ahí la mañana anterior o solo era producto de las neuronas muertas ocasionadas por la fiebre.
Se levantó con mucho cuidado para no hacer ruido. Llevaba a su parecer demasiado tiempo en la cama, pero le había servido para relajarse. Abrió la regadera con el agua fría y dejo que el agua se llevara el resto de su stress.
- No debes bañarte con agua fría mientras estas enfermo! – le dijo Saga entrando sin permiso ocasionando que del susto Kanon se diera un buen sentón en la regadera al no poder agarrarse de las cortinas que cedieron muy fácilmente bajo su peso.
Saga comenzó a reír pero a Kanon no le hizo gracia.
- Estas idiota o que te pasa? – le gritó Kanon enojado – Admítelo! No vas a quedar contento hasta acabar conmigo verdad?
- Jajaja que exagerado – contestó Saga ayudándolo a levantarse – Me hiciste lo mismo hace seis meses en el hospital cuando me dijiste lo de tu misión y no me viste chillando.
- Ah si… bueno pues con esta quedamos a mano… - dijo Kanon viendo las cortinas de baño rasgadas de lado de los aros– Pues que le hiciste a mis cortinas que no aguantaron mi peso?
- Yo? Estás loco. – respondió Saga pasándole una toalla - Ayer las coloque otra vez porque estaban en el suelo.
Kanon las miró extrañado pero pues solo eran unas cortinas. Luego compraba otras.
- Por qué te levantaste tan temprano? – pregunto Saga saliendo del baño hacia la recamara seguido de Kanon – Necesitas descansar!
- Ya descanse suficiente… pero oye Saga…
- Si? – Dijo Saga volteando para recibir inesperadamente un puño de parte de Kanon haciéndolo volar hacia el otro lado de la habitación.
Kanon sonrió y respiró más tranquilo.
- Ya me siento mucho mejor.
Saga se limpió la boca donde le brotaba un poco de sangre.
- Enfermo enfermo pero pegas fuerte – dijo levantándose – Y puedo preguntar por qué fue?
- Si necesitas preguntar… tal vez necesites otro – dijo Kanon metiéndose de nuevo a la cama pues el golpe en la regadera le había provocado un poco de dolor de cabeza y obviamente en su trasero.
- Bueno… me refería a cual fue la gota que derramó tu vaso hermanito
- Rompiste a mi bebe! – gritó Kanon contra la almohada.
Saga suspiró aliviado. Creía que era algo más grave.
- Si bueno eso fue… un accidente y ya lo están arreglando. – dijo Saga sentándose en la cama – Para hoy debería ya estar listo, creo.
- No, no lo está. – dijo Kanon – Tardara unos días más. Todos en los astilleros están ocupados con los barcos pesqueros.
- Pero yo le pedí al capitán que lo arreglaran en calidad de urgente! – exclamo Saga
Kanon no dijo nada y solo cerró los ojos.
- Yo les pedí que pararan para que arreglaran los otros barcos. – declaró.
- Por que hiciste eso?
Kanon respondió encogiendo los hombros y Saga suspiró. Su hermano se estaba cerrando de nuevo con el.
- Vamos… no te desanimes. – dijo dándole una palmada en la espalda – Todo se va a arreglar.
Kanon se volteó para ver a su hermano.
- Demasiado fácil para ti no? Ya tienes vieja, coges lo que quieras, destruyes mis cosas y piensas que el mundo se volvió rosita.
- Hey! Tú no sabes lo que pasamos estos días. Y lo de destruir tus cosas no fue a propósito.! – reclamó Saga
- Ya la paleta nos dio un resumen. Créeme. Ya lo sabemos y lo sentimos todos por Laura. – aclaro Kanon – Y ya tuviste tu micro luna de miel y te interrumpí la otra luna de miel.
- Amaneciste bastante odiosito – dijo Saga muy serio
- Más bien recordé que mi cabeza tiene mil cosas que resolver. – dijo Kanon – Lo que me recuerda… Ya le planteaste a tu mujer lo del sucesor.
Saga hizo una mueca.
- En absoluto. Conociéndola, es capaz de mandarme al carajo de solo decírselo. Y además ella… no quiere hijos por el momento.
- Me parece bien. Comenzare a pensar en quien entrenar. Yo tampoco quiero hijos. – dijo tapándose la cabeza con la almohada.
Saga se la destapó.
- Hay algo más en esta historia verdad?
- Como que?
- Dijiste que yo te había jodido algo con alguien de aquí. – dijo Saga tranquilamente.
- Estaría borracho cuando lo dije – respondió Kanon bajando la mirada – Tengo cosas más importantes en que pensar.
- Dame un ejemplo.
- Sammy
- Sammy? Que con ella?
- La deje solita en un punto en el que me necesitaba. – dijo Kanon volviéndose a tapar con la almohada
- Tú no eres el responsable de la niña Kanon. – mencionó Saga
Kanon se quedó en silencio viendo hacia la ventana.
- Recibí dos ofertas por la casa – dijo suavemente.
- Tan pronto?
- Mi agente dice que no hay muchas casas en el mercado que sean tan buena oportunidad como esta… - susurro Kanon más para sí mismo que para Saga – Tengo que dar una respuesta pronto
Saga se puso blanco. Su hermano aparentemente si tenía muchas cosas en la cabeza.
- Y para colmo, regresa el lado obscuro de mi hermano para ve tú a saber que cosa, sabiendo que ese humor de perros me afecta más de lo que yo quisiera. – dijo Kanon escuchando el sonido del celular apagándose diciendo que ya le había terminado la batería – Pones a cargar mi celular por favor?
- Si… yo lo hago.
- Gracias.
Saga se levantó, lo puso y se quedó de espaldas mientras Kanon cerraba los ojos.
- Kanon… hasta hoy… no te he dado las gracias por todo lo que hiciste por Laura y por mí.
- Mmm…
- Si no hubiera sido por ti…
- Ya supéralo! – dijo Kanon volviendo a taparse con la almohada para no escuchar las cursilerías de su hermano
- No. Estoy hablando en serio! No sé de donde sacas los recursos, los contactos… No sé de donde sacas esas ideas… pero desde el fondo de mi corazón Gracias. – dijo quitándole la almohada de la cara a su hermano
- No me las des. Mejor dame un sobrino a quien ponerle la armadura y listo!. Tienes dos oportunidades y dos años para convencerla. – dijo sin abrir los ojos
- Te prometo pagarte todo lo que gastaste este mes que me la pase aquí con Laura en cuanto encuentre trabajo.
Kanon se volteó para el otro lado.
- Ni vendiendo tu departamento te va a alcanzar para pagarlo así que por que no mejor te vas a hacer el desayuno mientras pienso en algunos problemas que tengo que resolver. – dijo Kanon en tono seco.
- Puedo ayudarte? – pregunto Saga yendo hacia la puerta.
- Puedes quitarle lo lesbiana a Thes? Puedes quitarle lo imbécil a Apolo? Puedes decirle a Artemisa que no soy su mandadero?... – Kanon bostezó.
Saga volteo al escuchar esto último y regresó rápidamente a donde estaba su hermano.
- Que dijiste?
- Mmm?
Saga lo sacudió por los hombros
- Dijiste algo de ser mandadero de Artemisa!
- Si… te mando a decir algo pero…
- No me hagas cachetearte! – replico Saga desesperado
- Ella dijo algo de una última oportunidad y que se la llevaría si veía que no era feliz o algo así.
- Que se llevaría a quien!? – Volvió a preguntar
- No se – bostezó – A ver… Solo dijo: dile a tu hermano que esta es la última oportunidad que le doy y un corazón roto la regresara a mí. Palabras textuales. Ni siquiera le quise preguntar a que se refería por la situación tan incómoda en la que me encontraba. Déjame dormir un rato más. Es más… vente a dormir un rato conmigo como cuando éramos niños. – dijo haciéndose a un lado
Saga se recostó en la cama junto a su hermano pero no pudo conciliar el sueño. Esto último le había afectado demasiado. Para que quería Artemisa a Laura y a que se refería con ultima oportunidad? Si de algo estaba seguro es que intentaría que ella jamás tuviera un corazón roto para no tener que averiguarlo.
27 de Junio 9 am
Cabaña de Kanon
San Salvador, Bahamas
Saga finalmente después de una pequeña siesta junto a su hermano se levantó de la cama gracias a los gruñidos de su estómago. Reviso sus mensajes y vio que tenía varios de Laura y Camus e igual los contestó. Kanon se movió y se dio cuenta que estaba despierto.
- También tienes hambre? – le pregunto Saga
- Sabes que sí. – contestó Kanon – Ni siquiera me he fijado que dejaste en el refrigerador.
- Mmm… no mucho de lo que te guste, aunque hay helado y chocolates y jarabes y leche…
Kanon movió la cabeza.
- Acaso pusiste un maldito kínder en mi casa mientras yo no estuve?
Saga tuvo el buen tino de ruborizarse un poco.
- No pero… no sabíamos cuando vendrías y la comida podía echarse a perder así que la regalamos. Hay algunas cosas con las que puedo hacerte un buen desayuno si quieres – dijo Saga
- Oh si, si quiero. Y tiene que ser muy abundante porque es para mí recuperación. – dijo Kanon relamiéndose los bigotes. A Saga siempre le había gustado cocinar.
- Sí, sí. Glotón! – dijo Saga levantándose – Infiero que nada de carne?
- No, pero quiero Hot cakes, y waffles con tocino, y salchicha italiana, y papas hash Brown, y emparedado de queso, y un batido de chocolate ….
- Alto! No soy tu chef particular – dijo Saga
Kanon se puso en posición de gatito de Shrek.
- Anda! Eres mi mejor hermano!
- Soy tu único hermano!
- Jajaja no es cierto. Papi Shion dice que somos 13, bueno 14 con Shaina y los que se acumulen. – dijo Kanon sacándole la lengua
Saga le aventó la almohada y sin pensarlo mucho terminaron en una guerra de almohadas hasta que se deshicieron y todas las plumas quedaron regadas por todos lados.
- Te toca barrer este desastre mientras hago el desayuno – dijo Saga saliéndose de la habitación.
- MMta… y ahora donde se quedó la aspiradora de mano. – se preguntó mientras buscaba en el closet.
Pronto se pudo oler el tocino frito por toda la casa y a Kanon se le hizo agua la boca. Tan entretenido estaba que no escuchó que tocaban la puerta.
Saga se limpió las manos y fue hasta la puerta para abrir.
- Buenos días – dijo Aleix vestido de civil con bermudas militares beige y una playera blanca con una gran sonrisa.
- Hola. – dijo Saga extrañado – Vienes solo?
- Obviamente – dijo Shaka extendiendo los brazos a los lados para mostrárselo– Puedo pasar? Quiero ver a Kanon.
- Pasa, pero no sé si Kanon tenga ganas de verte. – dijo Saga muy serio.
- Por qué no habría de hacerlo? – dijo Aleix sonriendo – Necesita seguir dándome mi entrenamiento.
Saga lo dejó pasar pero le mostro la sala en lugar de la recamara.
- De que entrenamiento hablas exactamente? – Pregunto Saga
- El de Dragón del Mar desde luego. – dijo Aleix sin dejar de sonreír – Se me ha elegido para el puesto.
Sacudiendo la cabeza Saga se sentó frente a él.
- Creo que no te estoy comprendiendo. – dijo cauteloso – Podrías explicármelo con manzanitas?
La sonrisa de Aleix se hizo aún más grande. No era la conversación que esperaba pero igual servía.
Dentro de la habitación, Tania volvía a entrar por la ventana. Esta vez Kanon no estaba en su cama y ella se espantó. Y si se había puesto tan mal que habían que tenido que llevarlo a un hospital?
Kanon salió del closet y vio a Tania y Tania lo vio a el… en calzoncillos. Dio varios pasos hacia atrás intentando ver el techo para evitar pensar en lo que acababa de ver.
Sin decir palabra, Kanon tomó su bata y se la puso.
- Yo… Lo… siento. Creí que seguías… en cama, enfermo y… yo mejor me voy… - dijo Tania queriendo salir por la ventana.
- Espera. No te vayas. – dijo Kanon muy serio tomándola de una mano para evitar que saltara por la ventana
Hipnotizada por los ojos y la voz de Kanon asintió.
- Si me ve o me escucha tu hermano de aquí, me sacara a patadas – susurró Tania
- En serio? Y eso por que? – dijo en el mismo tono de voz mientras cerraba la puerta con su cosmos
- Bueno… mmm… Es que… - Tania no se atrevía a verlo a los ojos. Kanon se dio cuenta y se alejó lo más posible – Puede ser que le haya hecho... una broma pesada y…
- Broma? – dijo Kanon – Que tipo de… broma
Tania se sentó en la cama lo mas lejos que pudo de él y lo más cerca de la ventana que pudo y le relató el asunto del centro comercial.
Kanon tuvo que abrazar un cojín para poder reír a gusto contra el sin alertar a su hermano. Después de la primera impresión, Tania también comenzó a relajarse.
- Ay niña! Le diste en su vanidad. Pobre de mí hermano.
- Creo que le dolió más que el señor Zeus lo regano por… querer desquitarse. – dijo Tania con suavidad.
Kanon comenzó a controlar la risa. Ahora comprendía por que Zeus había sabido del intercambio con su hermano.
- El comenzó la guerra. – siguió diciendo Tania – Aquella vez con el señor Minos… me interrumpió en una junta muy muy importante para mí y mi familia sin importarle nada… ese era también el verdad?
- Si. Yo no había estado aquí desde la última vez que Julián me llamó para ser testigo de… no sé qué cosa y tú estabas presente.
Tania se abrazó a si misma. Eso era otro problema que tenía que resolver, pero no hoy.
- Y… el que… se paseaba con… aquella chica morena…
- Mi hermano. – dijo Kanon sonriendo – Estuvo aquí todo el mes… Ya la fue a dejar y regresó justo cuando me enferme. Que suerte no?
Tania no podía ocultar el alivio que le daba esta última información pero Kanon lo notó.
Fueron interrumpidos por la puerta de la habitación que intentaba abrirse.
- Kanon? Kanon! Te necesito afuera en este preciso momento! – Gritaba Saga encabronado.
Tania se espantó y no sabía que hacer.
- No se oye muy contento, así que mejor sales por la ventana y vienes al rato como a las 2 – Dijo Kanon – Seguiremos platicando y te prometo deshacerme de el al menos una hora.
- Pero…
- Escóndete! – dijo empujándola suavemente al baño justo antes de que Kanon abriera las trabas de su cosmo y Saga pasara furioso.
- Me puedes decir por qué Shaka dice que se llama Aleix y es el nuevo Dragón del Mar?
Sabiendo que Tania podía fácilmente relacionar todo eso con algunas conversaciones con "Dragón" decidió ir con su hermano, tiempo que Tania aprovechó para saltar por la ventana de nuevo.
Aleix vio de reojo la sombra de Tania pasar por detrás de las persianas hacia la carretera. Esa era la señal de el para irse.
- Bueno… ya vi que Kanon está mejor así que… - comenzó a decir Aleix yendo hacia la puerta pero Saga no tenía la intención de dejarlo ir aun.
- De aquí nadie sale hasta que no se me dé una explicación! – dijo Saga casi gritando
- Tranquilo Saga. No pasa nada. – dijo Kanon sentándose
- Que no pasa nada? No pasa nada? Pero que carajos te pasa a ti! A quién diablos estas sirviendo ahora eh? – dijo Saga empujándolo de los hombros – A que están jugando ustedes dos?
De pronto se acordó de lo que Shaka le había hecho a Laura y le lanzó un puñetazo en la cara a Aleix, quien no se movió ni parpadeó, pero tampoco recibió el impacto. A escasos milímetros Kanon interpuso su mano para detener el poderoso puño de su hermano.
- Aleix… te agradezco la visita pero… necesito hablar a solas con mi hermano. Podrías por favor regresar más tarde? – dijo Kanon sin soltar el puño de Saga.
- Mejor te mando un mensaje antes de venir – dijo Aleix con calma – Con permiso.
Aleix se dio media vuelta y salió por la puerta reuniéndose con Tania más adelante en el camino.
Saga y Kanon se quedaron solos.
- Y ahora que cuento vas a dar? – dijo Saga visiblemente enojado, pero Kanon estaba a su mismo nivel de enojo.
No contaba todo lo que hacía por el, Saga lo estaba acusando de traición.
- Ve al refri y trae dos cervezas bien frías – ordeno Kanon quitando la mano del puño de Saga
- No hemos desayunado – replico
- Me importa un reverendo cacahuate! – gritó Kanon – Vas a ir por ellas y te vas a sentar aquí conmigo y voy a hablar largo y tendido y tu solo te vas a dedicar a escuchar! Me oíste?
Saga lo miró un momento y termino por obedecerlo. Kanon enojado podía ser peligroso.
Kanon decidió entonces decirle todo a su hermano. Todo desde su llegada a la isla por primera vez, su entrada a la cárcel y su venganza con los contrabandistas hasta ese momento, pasando por lo que le había hecho a Tania hasta su "misión" de sacarle información a Julián del Paradero de Zita.
No dejo que Saga lo interrumpiera en ningún momento y después de más de dos horas, Saga ya ni siquiera hacia el intento. Cuando Kanon termino de hablar, Saga estaba temblando por todos los sentimientos encontrados. Como no se iba a enfermar su hermano después de todo eso? Como no estar enojado con el si Saga nunca le había preguntado nada? Como pudo Kanon, a pesar de traer todo eso encima, cargar con sus problemas y los de Laura sin quejarse?
Y Saga sin previo aviso termino por abrazar a su hermano y pedirle perdón por su egoísmo. Fue un abrazo que no se habían dado en muchos años y Kanon tuvo que terminar ese momento tan sentimental para servir el desayuno. Ambos tenían todavía demasiadas cosas que sacar, pero no podrían hacerlo con el estómago vacío.
