Innocent.
Càp. XIV Aquello que no se olvida
Habían transcurrido ya ocho semanas desde que la habían llevado a ese lugar, la mañana ahí iniciaba más temprano, con el primer rayo de luz ya todos se encontraban alineados para pasar lista. Todos debían estar presentes, aquellos que se encontraban enfermos, a menos que demostraran que no podían mover ni un músculo o que deliraban, también debían presentarse.
Kaoru esa mañana en especial había despertado indispuesta, se sentía tremendamente cansada y las nauseas no la habían dejado probar bocado. Ya llevaba casi dos semanas sintiéndose así. Se tambaleo ligeramente cuando mencionaron su nombre y precisó responder. Syuyu tuvo que sostenerla evitando que cayera. La chica miro con preocupación a Kaoru, una vez terminaron de nombrarlos, la acompaño hasta un rincón para sentarse.
- Amiga, no me digas que tu también estas enferma…
La señora Himura fijo sus profundos ojos en la otra. Había una epidemia azotando a los trabajadores, muchos ya habían muerto y muchos otros deliraban en sus pobres chozas; a falta de un verdadero medico la curandera del lugar se paseaba de enfermo en enfermo tratando de mejorar los síntomas. Para empeorar la situación las lluvias habían comenzado, dejando a muchos sin refugio tanto por las inundaciones como por las goteras en sus hogares. La castaña sonrió con un deje de tristeza.
- Puede ser eso o… - la palabra se quedo en su garganta – que estés…
- No… eso es imposible – los ojos de Kaoru se llenaron de lagrimas – no ahora…
- Pero si hacemos cuentas… desde hace cuanto tu no…
- Por favor no… - al no poder contener mas el llanto se lanzo a los brazos de su nueva amiga – yo no puedo estar…
- Debemos visitar a la anciana curandera…
El lugar estaba casi en penumbras, era de madera y por tanto la única casa que no goteaba, las paredes estaban repletas de frascos con líquidos de diferentes colores. Las dos chicas entraron asustadas, el lugar despedía un profundo olor a humedad y medicina; la vela sobre la mesa tembló cuando la cortina fue corrida dando paso a una regordeta mujer
- Syuyu… ¿qué te trae por aquí¿Acaso te sientes mal? – la mujer se acerco invitándolas a sentarse
- No, nada de eso Nanase-sama yo me siento bien, es mi amiga… Kaoru – la castaña señalo a la otra – se ha sentido mal y creemos que quizás este…
- Embarazada – corto la anciana. Con tan solo una mirada había podido leer en Kaoru – lo supuse ¿puedes salir Syuyu?
- Eto… si claro
Una vez solas, la anciana se sentó frente a Kaoru examinándola detenidamente. La chica comenzó a sentirse incomoda y removerse en su asiento, al notarlo la mujer mayor hablo.
- Entonces eres tu… la esposa del señor – Kaoru se sobresalto – por ti Yumi-sama se digno a venir
- Supongo…
- ¿Desde hace cuanto no tienes tu…? – la señora Himura miro sus dedos levantando uno por cada mes – ¿tantos¿Y no te preocupaste?
- Deseaba estarlo… deseaba darle un hijo a Kenshin – su voz fue haciéndose mas baja conforme avanzaba – no hubiese sido raro, llevábamos ya algún tiempo casados
- Pero… - la anciana mujer apretó el ceño acompañándola en su dolor
- Pero después sucedió esto, con todo, tanto que pensar y que hacer, no tuve tiempo para percatarme – bajo el rostro mirando sus maltratadas manos - ahora creo que no es el mejor momento para estarlo, pero tampoco puedo pensar en deshacerme de él, es lo único que me queda de mi marido y él no me lo perdonaría
- Es mejor que le mandes una carta avisándole, él debe saberlo
- Tratare pero no se si la reciba… ¿es normal sentirme tan mal? – sonrió tristemente mirando a la anciana – me siento fatal…
- Muy normal, estas embarazada… en un lugar en el que todo lo que haces es trabajar, mal comes a diario y te racionan hasta el agua… no me sorprendería que te sintieras peor, tratare de hablar con Kyosato-sama para que te permita permanecer en su casa por lo menos hasta que nazca el bebè
- Gracias – Kaoru sintió nuevamente aquel malestar, bajando el rostro respiro hondo. Repentinamente sintió una mano en su espalda sobresaltándola
- Tranquila, respira, mete el aire por la boca y que salga por tu nariz
La anciana pasó el otro brazo rodeando de manera cariñosa a la chica, las cosas se pondrían muy mal, y ella lo sabia, Kyosato jamás permitiría que la joven entrara a su casa y mucho menos sabiendo su estado. Días más tarde cuando hablara con él su contestación seria un leve gruñido y un gesto de desaprobación, pero de algo si estaba segura, su amo no se quedaría cruzado de manos.
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La noche había llegado, lejos de todo y todos, en su habitación, se maldijo a si misma mirando por sobre su hombro el reflejo en el cristal. Sobre su cama yacía un hombre recostado profundamente dormido… y desnudo. Lentamente regreso hasta el lecho sentándose en el borde de la cama, trato de no hacer ruido pero el simple roce había despertado a su acompañante.
- Megumi regresa aquí – susurro la masculina voz desde las sabanas – ¿qué haces levantada a esta hora? aun falta mucho para que amanezca
- No se si lo que hicimos esta bien…
- ¿Bien? – el hombre se levanto de golpe quedando de espaldas a ella – maldición Megumi creí que te había hecho entender que tu no serás una aventura mas
- No puedes asegurarme eso – el hombre se coloco los pantalones. Eran parte de un gastado uniforme militar – ¿còmo se que no me quieres tan solo por el dinero?
- Vamos tengo cara de mal viviente pero no lo soy…
- Sagara-kun…
- Ya te dije que no me llames así, tenemos la misma edad, y el hecho de que seas viuda no te da derecho a creerte mayor
- No me lo da, pero por lo menos si a ser mas madura que tu
- Al diablo señora Takani ¿que demonios importa eso! – él continuo vistiéndose – lo que te molesta es saber que en verdad te amo, incluso diría que estas asustada
- ¿Asustada? Claro que estoy asustada, asustada de lo que dirán de mi, de la memoria de mi esposo
- muy bien Megumi si lo que quieres es probarme, sabrás de mi, cuando regrese – un extraño brillo paso por sus ojos – serás mía… sin excusas
Hacia menos de un mes que Sanosuke Sagara la acompañaba en las noches. No podía explicar como había caído en las redes de aquel conquistador, ni como lo había llevado a su casa y… su cama. Todo había comenzado como una apuesta, un reto. Para ella tan solo significaba una burla a ese casanova, pensaba demostrarle que no todas las mujeres caerían a sus pies grave error kitsune
Ella había tendido la trampa una de tantas noche en que la acompañaba…
"Con la luna en lo alto, había bebido lo suficiente como para no poder pararse derecho, menos para reconocer la humillación de la que seria presa. Se recostó en el sillón de la habitación esperando a que su acompañante tomara asiento junto a él.
- Hola querido, puedo ofrecerte algo de beber – hablo la pelinegra de manera sensual. Sanosuke sonrió, aquella bella dama jamás había estado tan complaciente como aquella noche
- ¿Más sake? – murmuro mirando la pequeña taza con el cristalino liquido – ¿no crees que estoy lo suficientemente ebrio como para hacer lo que tu quieras?
- Es tan solo para que mi historia te sea amena… debes haberla escuchado en el pueblo, de mi y mi marido
- Tu marido… esta muerto olvídalo mejor pensemos en nosotros
- Después, antes debo contarte como murió mi marido…, el era mucho mayor que yo, tuve que casarme con el para evitar la ruina de mi familia¿Por qué? Simple no tengo hermanos, alguien debía conservar las tradiciones de la familia ¿quien mejor que un medico de la escuela occidental? – ella se arrodillo recargando su cabeza sobre las piernas de hombre - fue en una noche como esta, en esta misma habitación, con este mismo baso y la misma botella
- ¿En verdad? - pregunto él moviéndose ligeramente, lo que Megumi interpreto como temor
- El vaso callo al piso frente a mi, después la botella y (poner el nombre de su marido) les siguió, fue una muerte por envenenamiento – los castaños ojos se fijaron en el ventanal, su percepción de la realidad había mejorado, sin embargo no se movió - ¿acaso no me crees, puedes preguntar en el pueblo… ellos te lo dirán?
- No importa lo que ellos digan, no les creeré
- ¿Por qué! – Megumi se levanto de golpe encarándolo, furia despedida desde sus ojos - ¿acaso crees que soy tonta? Has estado tratando de seducirme todo este tiempo… ¿no temes que te pase lo mismo?
- No… porque tu no lo hiciste – también se puso de pie tomándola por los hombros para obtener toda su atención – quizás no lo amabas pero no eres una mala mujer, no lo hubieses matado, no me hubieses matado a mi… ni a nadie
- ¿Cómo puedes hablar así, como si me conocieras?- ella cedió ante el abrazo ofrecido por aquel desconocido – no lo mate, el se suicido, no me amaba, ni a su dinero, ni siquiera su trabajo, estaba enamorado de una campesina, pero no podía arruinar su reputación casándose con ella… después se arrepintió pero ya no había remedio ella se había casado con otro campesino de su pueblo
- ¿Lo ayudaste?
- Jamás, pero me hizo prometerle que yo personalmente, dictaría cual fue el motivo de su muerte – ella sonrió – envenenamiento por comida… eso fue lo que dije"
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Cerca de la casa de Megumi, la mañana siguiente Kenshin miro molesto los papeles que yacían sobre su escritorio, deslizo sus manos por encima de las letras grabas sobre estos. Eran sobres, una gran pila de gastados sobres, habían sido hechos con un tipo de papel muy viejo y barato, incluso la tinta era de la peor calidad. Sabía perfectamente de donde provenían todas aquellas cartas, habían sido entregadas a él de forma clandestina y no tenia ni la menor idea de quien era el mensajero. El nombre de Kaoru, medio borroso y gastado se veía en la portada de la mayoría de ellas, otras eran de Nanase, Osamu, Syuyu… incluso, las menos maltratadas, de Kyosato. Sin embargo no había leído ninguna.
Aun, después de todo, Kaoru, te he amado… aún te amo, si abriera alguna de tus cartas estoy seguro que correría hasta ti para traerte de vuelta, te pediría perdón, incluso por tu engaño, te rogaría que volvieras a mi aun sabiendo que tu corazón pertenece a otro. Pero no, mi orgullo, Battusai, yo mismo no puedo permitirme eso
- Ken-nisan… - la voz corto toda meditación – juguemos
- Si, prometiste hacerlo
El pelirrojo giro encontrándose con un par de encantadoras niñas, tras la partida de Kaoru el se había hecho cardo tanto de Ayame y Susume como del mismo Yahiko aunque este ultimo representaba una verdadera carga. Continuamente lo interrogaba sobre el paradero de su hermana.
- ¿Vamos… quieren aprender a montar? – una verdadera sonrisa se pinto en el rostro de Battusai
- ¡Si, si! – las dos niñas se alejaron corriendo por delante de él, con una ultima mirada al escritorio y las cartas se alejo
"Kaoru, no debes preocuparte…yo también me siento solo y perdido sin ti"
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Sus azules ojos toparon con el inmenso cielo, la oscuridad de la noche reflejada en ellos se iluminaba tan solo por los rayos de la luna. Era una fría noche y las lluvias apenas comenzaban, según le habían contado en aquellas tierras hasta el clima era asesino, si hacia calor los trabajadores morían de sed, si había lluvias, de enfermedades; en el invierno… quizá ese terminaría siendo su destino. Kaoru permanecía sentada fuera de la pobre choza, no podía dormir, la plática con Nanase-sama tan solo había reavivado sus recuerdos, pensamientos que no le pertenecían, sin embargo no podía sacarse de la cabeza las palabras de Yumi aquella tarde.
…vas a morir, igual que ella…
Kaoru suspiro, sus quedas lagrimas caían sobre sus manos, la historia que Yumi le había relatado mostraba a un Kenshin sin piedad y cruel tal como lo describían las leyendas de Tokio.
"… Vas a morir, igual que ella…
Battusai sonrió sorbiendo su taza de té, hacia ya casi tres meses que salía con aquella Geisha que le había robado el corazón, su nombre era Tomoe, Tomoe simplemente, sin apellido, como ella misma lo había dicho "las mujeres como yo no necesitan uno"
- ¿En verdad la desposaras? - rió el hombre frente a él - quien lo diría, el Battusai enamorado, es una bella mujer aunque su reputación no hable así de ella
- Vamos, todo eso quedara en el pasado cuando la despose – murmuro Katsura sin perder de vista el nuevo dorado refulgir en los ojos de su compañero
- A mi no me importaría tener una esposa así…
- …Me retiro – El pelirrojo se levanto de manera impaciente, toda aquella conversación le ponía de mal humor – ella será mi esposa y espero el respeto que se merece
- Claro, por eso yo decía que Tomoe Himura suena bien
Le había pedido matrimonio a aquella mujer de la que todos hablaban. Aunque no había resultado fácil, parecía ser que ella era propiedad de una Mama-san, y debido a ello había tenido que pagar el precio de la chica y una compensación, claro esta, por los años que no podría servir a su dueña. Sin embargo para él, todo ese oro había resultado poco y aprovechando su buen humor le había comprado además una casa enorme en Kyoto y hasta consiguió una guardia para que la acompañaran a donde ella quisiera.
Se encamino hasta la sala contigua, varias mujeres permanecían sentadas en los tatamis; parecía ser una ceremonia de té presidida precisamente por su futura esposa. Unos castaños ojos lo siguieron mientras avanzaba por la habitación, aquellos que pertenecían a una de las mujeres mas hermosas que el hubiese conocido, Yumi.
- Lamento interrumpir señoritas…
Para el invierno ella hacia ya honor al ostentoso apellido Himura. Las cosas aunque difíciles giraban con buen rumbo, el pelirrojo Battusai había cambiado un poco su vida para permanecer más tiempo con su esposa, y así lo entendían los soldados a su cargo. La pareja vivía ahora en Kyoto, en las afueras, custodiados por una brigada especial de soldados. Era un periodo pacifico, los aliados rebeldes habían cesado el fuego hacia tan solo unas semanas lo cual Kenshin había aprovechado para celebrar su matrimonio, aunque tarde pues ya llevaba meses casado.
Tomoe permanecía sentada en un banquillo frente a un elegante escritorio, su mano se mecía suavemente trazando delgadas líneas que daban fin a una frase, estaba acompañada tan solo por su doncella, Tae. La mujer miro por la puerta, su amo se acercaba lentamente hasta la habitación, tenía un aire de molestia por lo cual prefirió dedicarse a sus quehaceres sin mirarle.
- Déjanos – bufo mirándola
- Si señor …
- ¡No se que diablos sucede, parece que los rebeldes saben nuestra ubicación, cuando viajamos, cuando nadie sabe excepto los capitanes de las brigadas, no entiendo!
- Calma cariño, se que encontraras al culpable – hablo ella sin perder la calma – quizá solo sea una coincidencia
- ¡No, maldita sea Tomoe! no es una coincidencia, alguien de mi brigada les esta pasando información ¿pero cómo demonios?.. cuando lo averigüe matare a ese mal nacido… por lo menos nadie sabe que viajaremos hasta las afueras dennnn y no lo mencionare a nadie hasta que ya estemos de camino
- ¿Te acompañare? En casa me siento muy sola
- Puedes hablar con Misao, le pediré que venga
- No será necesario, te esperare…
La noche había caído, y la mitad de la brigada con ella, Battusai había conducido a sus soldados hasta una trampa suicida, tan solo quedaban una docena de ellos mientras los rebeldes parecían crecer. Un as pelirrojo surco entre ellos deshaciéndose de varios con un solo movimiento de brazo.
- No cedan aun podemos salir de esto – bramo enfurecido
- Por esta vez Battusai creo que debes darle la razón a tus hombres
De entre el humo una figura se abrió paso, tan solo el brillo de su espada era reconocible, la bruma aun cubriendo su identidad espero la respuesta de Battusai… tal cual lo esperaba.
- ¿Quien demonios… eres tú! – interrogo tratando de reconocer la figura que se le acercaba hablando
- Oh querido hermano creo cualquier presentación esta de mas
- ¡No se de que hablas!
- Battusai, Battusai el sanguinario marido de mi hermana¿no son curiosas las coincidencias de la vida? Mi hermana vive en tu suntuosa casa y yo repentinamente tengo suerte para cazar
- ¡Maldito! – empuño fuertemente su espada lanzándose al ataque – ¡no te creo!
- ¿Creerme? No te he dicho nada, lo único es que mi hermana sigue teniendo un puño de oro, letras de ángel y un corazón que solo pertenece a su pequeño hermano
El fuego se extendía a sus espaldas, Kenshin al frente de los pocos sobrevivientes se alejaban del campo de batalla, sus ojos parecían fundirse con las llamas tras el, ninguno de sus acompañantes se dignaba a dirigirle la palabra. Enishi, el líder de los rebeldes los había dejado escapar a propósito, demostrando su superioridad y piedad. Ahora marchaban de vuelta a ejecutar al traidor.
La noche caía en Kyoto y el silencio parecía trágasela, Tomoe se encontraba al pie de la escalera, casi podía escuchar los cascos de los caballos acercarse, chocar contra el piso. Sabía su destino, una carta había llegado a ella hacia tan solo pocas horas, su hermano, su pequeño hermano había tendido una trampa a su marido y ahora… ahora solo le quedaba esperar. Había mandado a los empleados a descansar, esperando que la ira de su marido no fuese descargada sobre ellos.
La puerta se abrió, el refulgir de los dorados ojos, su espada en mano, la carreta esperándola afuera y el final, la puerta cerrándose de nuevo… había sido lo único que recordaría, el resto era historia.
Tokio. Shinai, ese había sido su destino, la tierra mas alejada, le había asignado una labor en las tierras, como una esclava. Trabajaba desde el amanecer hasta que el sol se despedía. Tenía prohibido acercarse a la gran casa o siquiera pensar en vivir en ella. Sin embargo su tortura no había sido muy prolongada, cerca del otoño repentinamente había caído enferma, extraño en aquellas tierras fértiles. Los ahí encargados se apresuraron a avisar a su señor y amo de toda esa situación, sin embargo ninguna de sus cartas era respondida. La guerra se extendía por el Japón y constantemente se encontraba de viaje, en batalla o por lo menos esa había sido la excusa, el tiempo había corrido.
Una de tantas noches cuando el invierno, en una habitación de la gran casa, en plena soledad, el primer hijo del gran Battusai había llegado al mundo, sin embargo, aun con la ayuda de la curandera, su inevitable muerte había empañado el suceso.
Lejos de ahí un par de soldados cabalgaban de manera furiosa, la noticia se había extendido hasta dar con el joven padre. La carta explicaba la muerte de la criatura y el grave estado de la señora Himura…Para su arribo, el sol aparecía ya.
En la fresca mañana cubierta por la nieve y con el silencio calando su conciencia, abrió la puerta, temblando aun su mano al tocar el picaporte.
- Tomoe…
Demasiado tarde, ahora¿Kaoru… dime si acabaras igual que ella?"
Las gotas se habían secado ya sobre su rostro, ahora solo los rastros del dolor quedaban, así había concluido su ultimo encuentro con Yumi, la amante de su marido, la historia de la mujer que pudiera llamar su rival, con un final parecido.
- ¿Acaso moriremos? – su mano se deslizo por enzima de su yukata reconociendo por primera vez lo inevitable – ¿será nuestro destino el mismo…?
Una gota ajena la saco de sus pensamientos, la lluvia se acercaba. Sintió entonces el frío, había pasado ya varios minutos sentada en la intemperie; sacudiendo sus manos y ropa se levanto regresando a la pobre choza cerrando tras de si la puerta.
Continuará…
Notas¿Hola como han estado! Si, nosotras demoradas con la actualización, lo sentimos en verdad, hemos estado muy ocupadas pero aquí esta ya el cap. Nunca nos habíamos imaginado que la historia duraría tanto, nosotras no solemos hacer historias muy largas y esta ya pasó nuestras expectativas, esperamos que les este gustando.
Ya empezamos a poner en claro algunos de los misterios de la vida de Kenshin, pero no se preocupen pues todavía falta muchísimo que destapar, esto solo fue una parte de lo que paso con Tomoe. Si tienen alguna duda sobre esto no duden en preguntar, y sobre lo demás, ya verán que también lo vamos a desenredar solo que mas adelante ¿ok?
Bueno también queremos agradecerles por estarnos leyendo, esta ocasión contestaremos solo los reviews de el capi pasado, perdón a todos los que escribieron y no les estamos contestando…Es que no tenemos mucho tiempo.
Bueno aquí vamos:
gabyhyatt: Hola tanto tiempo verdad? Primero que nada muchas gracias por estarnos siguiendo a lo largo del fic. Si la verdad Ken si es medio exagerado, ya vez que hizo lo mismo con Tomoe y ahora intenta hacer lo mismo con Kaoru, pero no te preocupes que al final de todo esto, va a terminar tan arrepentido que querrà quitarse la viada jajaja
Verito S. Hola! Si Yuky ya està mucho mejor aunque tiene una super cicatriz. En cuanto a lo que todo vaya a mejorar...pues creo que despues de lo que se acaba de enterar, todo va a empeorar tanto para ella como para su bebè, solo esperamos hacer que kenshin se de cuenta antes y no los deje morir como a Tomoe. Y por supuesto que vamos a leer tu fic eh!
Yukimi-sama: Hola muchas gracias por tu review. Bueno ya ves como es Kenshin, como ya viste pues definitivamente la tortura de Kaoru va para largo. En cuanto a Shishio por el momento digamos que si, pero mas adelante veras la historia de Kaoru porque tambièn tienen una y es bàsicamente el embrollo de toda la historia. Bueno Cuidate mucho ok?
Mitsuki Himura: Hola como has estado! No te precipites, ya veras que Kenshin va a reaccionar (aunque no sabemos aun cuando) y seguro que ahì va ha estar Shishio para darle una paliza certera.
Delaila: Muchas gracias por tu review! Sentimos mucho tener que hacerte esperar pero en verdad hemos estado muy ocupadas, bueno no sabemos si el siguiente capi va a tardar tanto como este o mas para ser seguido, pero no te preocupes vamos a intentar no tardarnos tanto ok?
Kaoru-luna: Hola gracias por escribirnos, sentimos mucho hacerte esperar y definitivamente vamosa torturar mas a Kaoru y ahora mas porque esta embarazada...No te preocupes, no somos tan malas y al fin y al cabo ken se darà cuenta de su error...
Ghia-Hikari¡¡Hola estamos muy bien...aunque algo ocupadas y tu como has estado! Y en cuanto a Shishio...pues tambièn a nosotras nos parecio muy divertida la idea aunque todo tiene un porque que mas adelante se revelarà. ¿Como adivinaste lo que iba a hacer kenshin? Bruja! quèmenla! jajaja no es cierto ...aunque si esa es una parte del "final" que tenemos planeado. Muchas gracias por escribirnos, Cuidate.
DaniHimura-S1r4: Hola! Sorry lo admitimos somos excesivamente lentas actualizando, que bueno que pienses que ha valido la espera pues estamos haciendo muchos esfuerzos para poder actualizar. Bueno en realidad ya mas adelante te daràs cuenta de quien fue quien planeo todo, porque no fue exactamente Yumi...pero ya veras que si va ir a super disculparse con Kaoru. Perdon por la tardanza esperamos que te guste el capi.
coolis17: Hola muchas gracias por estar lyendo nuestro fic, esperamos que te este gustando, prometemos que nos vamos a apurar para actulizar lo antes posible.
¡MUCHAS GRACIAS A TODOS POR SUS REVIEWS!
Matta ne
