Capítulo 170
Julio 12, am
Biblioteca del Patriarca
Santuario de Athena Grecia
Shaina y Aioria estaban sentados en la biblioteca cada uno leyendo un libro con las niñas a sus pies. Ya llevaban dos días con el brazalete y ninguno de los dos lo había vuelto a activar afortunadamente. Shaina de vez en cuando le ganaba la tentación de voltear a ver a Mist y hacerle algún cariño, pero en cuanto Aioria la veía volvía a su lectura.
Aioria se excusó para ir al servicio y salió de la habitación, pero en lugar de dirigirse hacia allá, salió a la terraza. Aioros lo miró y lo siguió.
- Que pasa hermano?
- Necesitaba un poco de aire fresco – contestó Aioria mientras se recargaba en la baranda para ponerse frente a su hermano – Es que no la entiendo.
- A quién?
- A Shaina.
- Que le quieres entender? – pregunto Aioros curioso
- No sé. Primero me grita. Luego me ignora. Ahora te aseguro que está jugando con Mist. No la entiendo – dijo Aioria cruzándose de brazos.
Aioros le dio una sonrisa tranquila.
- Créeme que ni ella misma se entiende. A ella le gustan las niñas. Durante dos años estuvo al frente de todo el grupo de niñas pequeñas aspirantes a Saints, Shion dice que además se toma un día al mes para pasarla con las niñas del orfanato local y ahora tiene a Sammy. Tiene un buen instinto materno aunque quiera ocultarlo y ha salido un poco más a la luz desde que está loca por Minos. No veo que es lo sorprendente.
Aioria se detuvo un momento a pensar.
- Creo que… me cuesta mucho verla como una mujer normal en lugar de la cobra que todos conocemos. – dijo Aioria – Tampoco entendí su reacción cuando llegamos. Ella y yo habíamos estado bien todos esos días.
- Bueno, es obvio que no le cayó bien que no le dijeras que traerías a Mist
- Si pero yo no sabía que Mist era… tu sabes.
- Tu hija?
Aioria asintió.
- Por cierto que llegaron los resultados del ADN – Aioria lo miro con ansiedad – Ni me preguntes. No he abierto el sobre.
- Por qué no?
- Porque esta sellado a nombre de Shion. Yo no estoy autorizado a abrirlos. – dijo Aioros
- Pero Shaina si verdad?
- Bueno si pero…
- Le preguntare si puede abrirlo – dijo Aioria regresando a la biblioteca.
Encontró a Shaina de rodillas jugando con Mist mientras Sammy se abrazaba de ella para no perder su atención. Shaina se había quitado la máscara y realmente parecía muy tranquila jugando con ellas enseñándole a Sammy el poco noruego que sabia y Mist corrigiéndole su pronunciación en las pocas palabras que podía.
Aioria suspiro y cerró la puerta tras de él. No. No podía interrumpirlas. Pero él quería saber. Cuanto tiempo podrían tardar en lograrlo? Y como podía hacer para volver a llevarse bien con Shaina sin ese silencio incomodo que había prevalecido entre ellos esos dos días?
Aioros movió la cabeza. Esos dos necesitaban sacar todo lo que llevaban dentro pero en un ambiente controlado, por lo que sonrió al planear su travesura.
Julio 12, 4pm
Playa del Santuario
Santuario de Athena, Grecia
Geist, Kyoko y Junet cuidaban a las 13 niñas, quienes como cada verano, mientras sus deberes estuvieran al día, las llevaban una hora a la playa a divertirse cada quince días. Era un incentivo que había implementado Shaina desde hacía mucho tiempo y Geist había decidido continuarlo.
- No me parece adecuado para las niñas que se distraigan de este modo – dijo Kyoko mientras vigilaba a uno de los grupos.
- Solo son niñas y a nosotras nos gusta que ellas se sientan queridas – contestó Geist – algo que a nosotras nos faltó cuando teníamos su edad.
- A mí no me parece que tu hubieras salido tan mal a pesar de eso Geist – dijo Kyoko alzando su cuello para contar a las niñas por décima vez en cinco minutos – Además aquí están expuestas a toda clase de peligros. Animales, olas altas, fisgones…
- Lo dudo – replicó Geist – Esta parte de la playa nos pertenece a nosotras. Si hay algún fisgón, morirá en nuestras manos.
Junet se quitó su short y su playera dejando ver un enterizo azul marino para sorpresa de Geist y comenzó a trenzar su gran cabellera rubia hacia un lado de su cara.
- Y ahora a ti que te dio? – pregunto Geist extrañada.
- A mi nada – dijo Junet – Porque?
- A que abuelita le robaste eso? – Pregunto doblándole la ropa que Junet acababa de quitarse
- Uhhhh lo acabo de comprar – dijo Junet un poco seria
- Si pero por qué? Que paso con tus hilos dentales? Ya tenía preparado mi discurso mensual acerca de no ponerse eso en el santuario! – Geist
- Jaja es que no quiero broncearme de más. – se justificó la rubia entrando al agua para jugar con las niñas – Tómalo como que te hice caso a uno de esos discursos tuyos.
Geist se quedó pensando mientras la veía entrar al agua. A Junet le sucedía algo y era su deber averiguar que era. Sería que le preguntaba a Marín en una de esas.
Kyoko solo vio con un poco de envidia a Junet. Hacia demasiado calor y el agua se veía riquísima.
- Que sucede. No te vas a meter? – le preguntó a Kyoko
- Pues, no traje un cambio de ropa y mi cabello se va a arruinar – contestó
Geist tomó su bolso y le pasó su traje. Un tankini de dos piezas de color violeta.
- Pero no lo vas a usar tú? – pregunto Kyoko
- No. No estoy de humor. – dijo – Prefiero quedarme en la arena y dormir un poco. Estoy algo cansada.
- Está bien. – dijo Kyoko trenzándose su cabello – Abusando… me prestas tu gorra? No quiero que se moje mi pelo y lo voy a meter en ella. Además así no me quemo la nariz.
- Sírvete – dijo Geist dándosela mientras abría la sombrilla que siempre llevaba Junet y se ponía debajo.
Kyoko entró a los arbustos a cambiarse. Se puso la gorra de béisbol hacia atrás para que no le estorbara y ya casi terminaba de acomodarse los tirantes cuando sintió que alguien la tiraba de la cintura y le daba vuelta.
Apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando alguien comenzó a besarla. Se resistió un poco al principio pero sus besos estaban mejor que otros que le habían dado antes.
- Florecita, creo que necesitas comer bien. Estas muy delgada – Le susurro el hombre entre besos.
Kyoko abrió los ojos y reconoció esos ojos lilas y a pesar que también tenía recogido el cabello en una gorra, sus cejas eran inconfundibles.
Mu también enfocó mejor la mirada justo en el momento en el que Geist gritaba bastante cerca:
- Kyoko, necesitas ayuda? Ya tardaste demasiado.
Mu contuvo la respiración y mientras Kyoko volteaba hacia Geist para contestarle, la soltó sin más y se echó a correr tierra adentro entre sorprendido y asustado. Acababa de equivocarse de chica e intuía que eso le iba a crear grandes problemas en el futuro.
Julio 13, 12pm
Boutique de Thes
Paris, Francia
Thes llevaba horas frente a su cuaderno de dibujo sin poder lograr hacer un solo trazo. Veía el teléfono esperando la llamada de Julián para ponerla pinta por dos cosas: La ida a la fiesta de Aiacos y la portada de la revista donde "salía del closet" con Fler. Lo primero porque casi estaba segura de que aquel santo bonito de Athena le iría con el chisme a Kanon, Kanon a Julián y comenzaría a hacerse un chisme y lo segundo porque Fler había querido hacerlo público y ella en su afán de ayudarla le había dicho que sí y llamado a ciertos contactos.
Afortunadamente en el primer caso y conociendo a Julián, si acaso le habían llegado con el chisme, la habría ignorado ya para entonces pues ya era casi una semana de eso. Lo segundo apenas había salido ese día, por lo que estaba mucho más nerviosa.
Fler apareció con sus jeans desabrochados y un top pues se había cambiado para salir a caminar un rato.
- Thes…
- Si?
- Tu que todo lo puedes, no me cierra el pantalón – se quejó Fler
Thes le sonrió y vio que efectivamente el cierre subía, pero el botón no lograba ser abrochado.
- Creo que te cayó mal el pozole.
- Jajaja no ya en serio! – dijo Fler riendo – Ni que comiera tanto.
- Creo que mi ahijada va a ser enorme – dijo Thes sacando una liga para el pelo y amarrándola del ojal al botón – Listo. Esto servirá por ahora. Baja tus jeans cuando puedas para arreglarlos.
- Gracias. Eres un amor. – dijo reparando en la revista con ellas en la portada.
Las dos estaban vestidas muy chic, con grandes lentes obscuros y vestidos tipo chanel de diferente color. La foto fue tomada en los jardines de los Champs-Élysées de un modo muy romántico pero sin mostrar realmente nada vulgar o una demostración explicita de afecto.
- Te queda bien el azul turquesa. Deberías usarlo más seguido. – le dijo a Thes
- Tú también saliste bien con el rosa baby. – dijo esta – Solo espero que el regano que me vayan a dar sea un poquito menor al que espero.
- Y por qué seria eso?
- Porque dudo que a mi hermano le cause gracia que publique mis seudo intimidades jiji
Fler le sonrió y la abrazó.
- No será menor al que me dará mi hermana y mi cuñado. Me lo tiene guardado porque no pudo decirme nada cuando se dio cuenta de mi estado – dijo Fler sin darle mayor importancia
- Lo sabe? Pero como! Eso no me habías dicho! – dijo Thes
- Cuando curó mi mano estuvo suficientemente cerca y dijo que sintió el cosmos del bebe pero antes de que pudiera reganarme o decir algo entro Hilda – aclaro Fler – Solo le suplique que no le dijera nada y que yo la pondría al tanto después. Me dio su palabra pero creo que estaba de enojado lo que le sigue.
Thes sonrió.
- Me pregunto cómo reaccionaría Julián si yo le hiciera eso – dijo Thes en actitud pensativa
- Posiblemente no tan bien como Siegfried así que no tientes a tu suerte. – dijo Fler – Otro que para este momento ya debe saber es Camus.
El semblante de Thes cambio.
- Se lo dijiste? Cuando?
- Le mande una copia de la última ecografía junto con la buena noticia – dijo Fler – No creo que lo vaya a tomar muy bien pero ya no me importa. Cumplí con decírselo y también que no necesito que se haga cargo.
Thes la miró. Sabía que eso no era cierto y ni Fler se la creía.
- Espero que eso no te traiga un mayor problema luego. – dijo Thes – Debiste esperar a..
- A qué?
- A pensar con la cabeza fría – dijo Thes – Te apuesto a que vendrá a buscarte.
- Lo sé. Su orgullo no lo dejara hacer otra cosa, y aquí lo estaré esperando para decirle lo mismo que le dije: Ya tengo una pareja que acepto hacerse cargo jaja
- En serio? Quien?
- Tu Jajajaja
- Loca! Me va a congelar el trasero! – dijo Thes riendo
- Pues ya veremos. Mientras tanto, le dije a Hilda que le harías dos vestidos para ella. Se los diseñas porfa? Yo te los pago. Mas o menos tenemos la misma figura pero tiene un poquito más de pancita. Y como le hable de nuestro proyecto, acepto modelarlo en la próxima celebración del Jubileo en Oslo en dos meses.
Thes sonrió y aplaudió emocionada.
- Si! Crees que le guste el azul?
- Jaja es su favorito y por tanto todo su guardarropa es de ese color – rio Fler – Intenta hacerlo fenomenal, económico y chic.
- Que difíciles requisitos jejeje pero lo voy a lograr solo déjame pensar un poco.
El celular de Fler sonó:
- Alo?
- Cómo pudiste hacerme esto?!
- Ly… Lyfia?
- Por qué me traicionaste? Acaso te he hecho algo a ti? Creí que eras mi mejor amiga!
- Tranquilízate. De que me estás hablando
- Se llevó a Mist! Aioria se llevó a Mist!
- Por las barbas de Odín! Pero… como pudo enterarse?
- Tú se lo dijiste!
- Yo? Pero si no he cruzado palabra con nadie del santuario desde que Salí de ahí! Estas loca?
- Yo… yo… Si! Me estoy volviendo loca! No quiero que me la quite!
- No te la puede quitar. A lo mucho podrán compartir su custodia hasta los 18, pero nadie le quita a su madre honrada y trabajadora, con medios para sostenerla, los medios necesarios.
- Ella era solo mía! El no tenía que haberlo sabido nunca!
- Y como sabes que él los sabe? Ya hablaron?
- No aún no. Mi primo me envió unas fotos de ellos en el santuario. Que otra cosa podría ser.
- El chico de las rosas? Bueno pues entonces se le fue la boca a él.
- No. El no sabía que yo… yo nunca le dije el nombre del padre de Mist. Me hubiera dado la regañíza de mi vida.
- Ay Lyfia! En que lio te has metido ahora.
- Lo sé. Qué hago?
- Habla con el
- Y si no me la quiere dar?
- Lo llevas ante los tribunales o hablas con Athena. Ella comprenderá.
- Estas segura.
- Un 51%. Eso haría si fuera mi caso. No te preocupes tanto. Ya le dijiste a Hilda y Siegfried?
- Si. No me ha mandado llamar pero al rato iré a ver cómo va eso. Deséame suerte Fler.
- Te mando toda la que me queda amiga (y porque depende de cómo te vaya a ti sabré como podrá irme a mi). Si escucho algo, te prometo llamarte inmediatamente.
- Si logro traérmela, podrías… darme refugio en caso necesario?
- Sabes que puedes contar conmigo. De todos modos llámame con cualquier cambio y para decirme en que quedaron por favor. Freya estará de tu lado. No te preocupes.
- Gracias Fler y disculpa que te haya molestado pero…
- No te preocupes. Te entiendo perfectamente. Odín te cuide Lyfia
- A ti también Fler
Fler colgó y se dejó caer en la silla.
- Todo bien?
- No. Nada bien. Bueno … no sé. Por una parte sí, porque Mist requiere de una figura paterna, por otra parte no, porque Lyfia está sufriendo….
- No te entiendo
Fler seguía hablando para sí misma
- Sé que no se la pueden quitar, pero él está en todo su derecho de verla y tenerla, aunque Lyfia perderá puntos por robarle dos años de su vida….
Thes solo se quedó oyendo para no perder detalle aunque no entendía de lo que se trataba.
- Pero de todo lo malo, hay que sacar lo bueno. Sabré como actúan legalmente contra ella y sabré como protegerme de Camus. Sé que vendrá por mí en cuanto pueda, pero no se lo voy a dar. Y Si quiere hacerlo por las malas, tendrá pelea – susurró.
Thes la miró extrañada pero agarro su cuaderno y comenzó a diseñar. Si Hilda iba a ser su primera clienta tendría que hacer algo muy muy bien porque si Fler era muy especial en cuestión de gustos, su hermana debía ser mucho peor.
Julio 13, 11am
Campos Elíseos
Inframundo
Hypnos entró a la cámara de su hermano solo para ver cómo se levantaba apenas después de aparentemente echarse a sus únicas tres ninfas rubias al mismo tiempo. No les había dado descanso desde que habían llegado de la superficie la última vez y todos los días era ir a levantarlo.
- Se puede pasar? – dijo Hypnos tapándose sus ojos dorados pero abriendo los dedos para ver a las chicas desnudas.
- Se me hizo tarde?
- Ya se te hizo costumbre – dijo Hypnos pasándole una bata – Hoy es martes 13 así que ya sabes que todos se van a poner muy locos en el inframundo.
- Maldita manía de que sea una fiesta tipo Halloween aquí abajo cada viernes 13 o martes 13 – dijo Thanatos poniéndose la bata y entrando a sus termas. – Como si los espectros no estuvieran lo suficientemente consentidos, ahora esto.
- Oh vamos! Es divertido! – dijo Hypnos – Si tu amargosidad no es contagiosa, yo quisiera asistir.
- Me da igual. – dijo Thanatos.
Las ninfas afuera comenzaron a gritar de felicidad e Hypnos reconoció el sonido: Hades estaba en los Elíseos. Thanatos no le dio importancia y se metió a las termas. Estaba todo adolorido. Su libido estaba a niveles normales pero sí que le había costado trabajo seguir el ritmo. Se tallaba al ritmo de:
- Qué bonito soy, que bonito soy, como me quiero… ah ah, ah ah, sin mí me muero… ah ah, ah ah…
Hades abrió la puerta del baño de un jalón y tomó a Thanatos del cabello.
- Se puede saber, quien te dio el derecho de humillarme a mí?
Hypnos no sabía qué hacer, por lo que se quedó estático viendo a su hermano ser maltratado por Hades.
- No sé a qué se refiere, Señor – decía tomando la mano de Hades para intentar zafarse
- Ah no sabes? Por qué entonces tengo en mis manos una orden de restricción para ti de parte del Santuario de Athena?
- Que? – Gritó Hypnos del otro lado del baño
- No… lo sé! – dijo Thanatos.
- Creo que no entendieron cuando dije que NO QUERIA QUE SE REPITIERA EL ASUNTO DE MINOS! QUE CARAJA PALABRA QUIEREN QUE UTILICE?!
- No… yo…
Hades volteo a ver a Hypnos.
- Tu! Ven acá!
Hypnos se acercó corriendo.
- Que está pasando aquí? Por qué me piden la orden de restricción a tu hermano? Habla!
Thanatos lo miro. No quería que dijera nada.
- Solo… solo era un juego – mintió
- Contra quién?
- Ju… Junet de camaleón.
Hades soltó el cabello de Thanatos. Conocía el nombre de cuando ocupaba el cuerpo de Shun. Joder a Thanatos… Joder a Shun…. Difícil decisión.
- Ni siquiera pude dárselo porque el estúpido Dragón del Mar se interpuso – aclaró Thanatos.
Hades se puso a pensar. Esto se estaba complicando. Que tenía que ver Aleix en todo esto?
- Es por este jueguito que te estas volviendo un guardián mediocre?
Thanatos se enfureció. Hypnos le hizo una señal para que no hablara pero Thanatos lo ignoró.
- Por qué dice eso? No fallado aun.
Hades encendió su cosmo enfurecido. El templo entero tembló ante su furia y poder.
- Quieres recapitular tu respuesta? – preguntó Hades entre dientes.
- No, no. Lo siento señor. No volverá a suceder. – dijo un asustado Thanatos
- Desgraciadamente para ti Thanatos, prometí un cese al fuego, así que hare lo que me dicen. Quedas restringido a los Elíseos hasta que se me dé la gana levantarte el castigo.
- Pero…
- Cállate! Ni siquiera te imaginas que es lo que pasara contigo si desobedeces verdad?
- No, no señor. Hare lo que diga. – dijo
- Perfecto. Ahora Hypnos… en lo que termina de bañarse tu hermano, hare una inspección sorpresa.
Hades e Hypnos salieron del baño hacia los jardines principales dejando a Thanatos furioso. De no ser porque si mataba a Aleix, sabrían que había sido él y recibiría la furia de Poseidón y por ende de Hades; Si mataba a Junet, recibiría la furia de Hades y Athena. Pero… que pasaría si desacreditaba a Aleix ante los ojos de Junet? No sería tan satisfactorio pero si calmaría un poco sus ansias locas de matar a alguno de esos dos. Tendría que anotarlo en su agenda porque por cómo estaba Hades de enojado, seguramente no lo dejaría salir de los elíseos en mucho tiempo.
Julio 13, 10 pm
Casino Lisboa
Macao, Hong Kong
Dohko camino las pocas calles que separaban la parada de autobús del casino. La noche anterior había aprendido que si quería entrar ahí o a cualquier otro, necesitaba cambiar sus sencillos pantalones de algodón por algo un poco más formal, por lo que de emergencia y a un precio que le pareció exorbitante, había comprado un sencillo traje blanco con una camisa verde esmeralda y unos zapatos de vestir.
- Me quedo sin comer un mes, pero de que gano hoy y recupero mi inversión eso sin dudarlo – dijo entrando al Casino.
Muy confiado, se sentó en una de las mesas de póker donde aposto lo poquito que traía y gracias a los trucos que Shion y Milo le habían ensenado, pudo recuperar la apuesta, su inversión en el traje y un 10% más.
- Fiuuuu me salve por poquito – se dijo al ir a cambiar sus fichas – Si Shion me ve apostando lo que me prestó, me quita a Minmay y no quiero. Duerme muy a gusto en sus brazos. Hasta eso que la suavidad del material es increíble. Le voy a tener que comprar una al borreguito cuando regrese.
Se metió su dinero al bolsillo, aunque dejó aun un poco de su dinero para apuestas en fichas y se puso a explorar el casino. Se sentó en una mesa de Blackjack y comenzó a jugar. Llevaba unas cinco manos jugadas cuando vio algo brillar por el rabillo del ojo y su instinto lo hizo voltear.
A unos 30 metros de distancia vio a una chica que usaba un vestido de seda tradicional Mao Azul Marino bordado en dorado con motivos de pájaros y su cabello negro ébano peinado en un solo chongo con dos palillos dorados atravesados en él. Eso fue llamo su atención en primer lugar.
Mirándola más detenidamente, vio que se recargaba en uno de los barandales de las escaleras con una mirada totalmente indiferente hacia las mesas de juego. Mas parecía estar ahí por obligación que por diversión.
- Tal vez sea una de las edecanes de lugar – se dijo – Y si la voy a ver más de cerca?
Ella comenzó a caminar hacia él y cuando paso detrás, Dohko comenzó a hacer su silla hacia atrás para no perder detalle del pájaro bordado en su trasero con tan mala suerte, que cayó hacia atrás de la silla golpeándose contra la silla del jugador de la mesa de atrás. Algunos jugadores lo ayudaron a levantarse pues parecía un poco atarantado y llamaron a una de las edecanes quien lo acompañó a la enfermería, después de todo, no podían darse el lujo de que les pusiera una demanda.
Dohko fue escoltado hacia ahí, pero como la enfermera no estaba, ambos salieron al pasillo donde de hecho había más de tres puertas.
- Por favor espere aquí. Iré a ver por qué no está nadie en la enfermería. – le dijo la edecán dejándolo solo.
Dohko asintió pero con un dolor bastante molesto. Mañana iba a tener un chichón del tamaño de un huevo de avestruz. Comenzó a marearse un poco, por lo que decidió esperar en la enfermería sentado.
Abrió la puerta y vio obscuro. Dentro de su golpe, no pensó que tuviera que caminar tanto por ese angosto pasillo para llegar a la enfermería. Que estupidez.
Escuchó a lo lejos que alguien voceaba:
- Quién ofrece algo? Señoras y Señoritas, vamos, no sean tími das, no se repriman. Ganen al hombre de sus sueños para toda la noche.
Pero las mujeres reunidas en el salón eran tan tímidas y delicadas como yeguas en celo. Se rieron, gritaron y vitorearon hasta que el martillo cayó y después aplaudieron y silbaron.
Dohko llegó hasta los cortinales y una chica con audífonos y micrófono le quitó el saco y abrió un poco la camisa. El caballero de Libra no entendía lo que estaba pasando, pero lo tomó como que estaba teniendo otra noche de suerte.
- Vamos, guapo. Sal ahí fuera y déjalas boquiabiertas - dijo la misma chica y lo empujó amablemente hacia el escenario.
Dohko la miro por un momento y siguió su camino. Le pusieron música de triunfadores y creyendo que tal vez se había dormido ya en la enfermería y no se había dado cuenta, comenzó a bailar al ritmo de la música. A la multitud le encantó y rugió de admiración.
Dohko rio. Aquello no era la vida real y era divertido. Lástima que Shion no estuviera ahí para hacer competencia de quien estaba más guapo y ganarle de una vez por todas.
Mientras el su bastador estaba haciendo la presentación con otro nombre y unos datos que obviamente no eran los de él, Dohko se pavo neó un poco más y sonrió cuando alguien lanzó un silbido agudo.
- He oído quinientos dólares? -preguntó el subasta dor.
- Por qué no mil -exclamó un mujer cerca del escenario.
Se oyeron vítores, Dohko sonrió y la miró. No estaba mal. Parecía Europea y ya de unos cuarenta y cinco o cincuenta años. Luego miró hacia el fondo y creyó que se le iba a salir el cora zón del pecho. Junto a la puerta principal del salón estaba la chica del vestido azul.
Lo miraba directamente con sus ojos gratamente sorprendidos de verlo ahí, como si no esperara que alguien como el apareciera en el escenario. Desde donde estaba podía ver Su rostro con un óvalo perfecto, con unos ojos in creíblemente redondos y grandes, con las pestañas oscuras y unas cejas finas y arqueadas. Tenía la nariz recta y su boca... El labio superior era grueso y el inferior ligeramente curvado pintados discretamente de rosa pero con glitter que brillaba con la iluminación del salón.
Dohko sintió que se quedaba agarrotado. El sonido de los vítores y la voz del subastador se convirtieron en un murmullo confuso.
Se imaginó bajando del escenario para dirigirse hacia ella y ver si era real, para llevársela fuera de allí a un lugar donde pudieran estar a solas pero se obligó a apartar la mirada de ella y a centrarse en los rostros entusias mados de la multitud mientras que llegaba a ese estado de sueno donde pudiera controlar lo que sonaba y hacerlo. Mientras Hizo eso, sintió que su camisa comenzaba a estorbarle. Tenía mucho calor y se la quitó. Un silencio se escuchó antes de que todas comenzaran a gritar más fuerte que antes.
-Cinco mil. He oído seis mil? -gritó el subastador.
-Seis mil -afirmó una mujer en el fondo que no era la chica que el quería.
Dohko centró en ella su atención y le lanzó una sonri sa seductora. Se puso de espaldas y les enseno a todas su tatuaje de Tigre en una posición de fisicoculturismo. La multitud aulló.
Varias otras mujeres comenzaron a pujar por él y el a divertirse posando como si estuviera en una competencia de fuerza. Finalmente la chica del vestido azul se dio la media vuelta y salió del salón.
- Que? No va a pujar por mí? Pues qué clase de sueño es este – se quejó para sí mismo
- Diez mil a la una, diez mil a las dos...Vendido! -aseguró el subastador triunfante-. A la Señora Vanderbilt de la mesa del frente.
Dohko miró a la señora que había ganado y que había pujado primero y le sonrió mientras se volvía a poner la camisa.
La Señora Vanderbilt aplaudió emocionada y subió a darle un cheque al subastador mientras salía con su premio del escenario.
Dohko no sabía bien que estaba pasando pero se dejó querer. Total estaba lejos de casa y no le daba mal ejemplo a nadie.
Julio 13, 2 pm
Oficina del Patriarca
Santuario de Athena Grecia
Shaina se subió el vestido de su uniforme hasta las rodillas para poder a ayudar el control de los brazaletes que Shion había dejado a Aioros en el sobre para dar un castigo extra si veía que lo merecían. Aioros no se había atrevido a hacerle eso a su hermano así que lo había dejado en el escritorio de la oficina de Shion, pero ahora, después de cerca de 20 descargas eléctricas sin ninguna provocación para cada uno de los castigados, los tres se pusieron a buscarlo por todos lados ya que en el escritorio ya no estaba.
- Cómo pudiste perderlo Aioros? – gritó Aioria desde debajo del escritorio – Ya solo me faltaba como una hora para poder salir de aquí!
- Cállate y búscalo – dijo Shaina buscando debajo de los sillones – El tiempo se resetea con cada descarga y yo quiero ir a ver a Minos.
- Minos, Minos, Minos. Ya me tienes harto con esa cantaleta. – murmuró Aioria
Shaina alcanzó a oírlo y solo agarró el libro que estaba leyendo mientras se acostaba sobre el sofá y se ponía a leer.
- Que crees que estás haciendo? – le pregunto Aioria sorprendido mientras otra descarga le daba hasta lo más profundo de su ser.
Shaina también había recibido una, pero solo le hizo temblar el libro.
- Hago mi tarea. Hay algún problema con eso?
- Creí que querías encontrar el control tanto como yo. – aseguro Aioria
- Tu brazalete era de tres días. El mío de 7 . Dos o tres días de diferencia no me afectan – dijo con ganas de joderlo – Además, bastante castigo tengo con soportarte aquí arriba.
- Que insinúas? – dijo enojado mientras se escuchaba el bzzzz
Aioros supo que era momento de salir de ahí, así que haciendo como que seguía buscando salió de la oficina
- No estoy insinuando nada. – dijo Shaina muy tranquila – Yo estoy castigada aquí arriba desde hace casi seis meses. No me molesta nadita.
- Excepto que no podrás ver a tu marido. – quiso provocar Aioria
- Lo acabo de ver hace no menos de una semana. Y puedo aguantar un poco más. – dijo Shaina
- Después de que tu provocaste esto…
Shaina cerro de un golpe el libro que estaba leyendo.
- Yo lo provoque?
- Claro que sí. Quien llego como energúmena gritando desde Asgard? – pregunto Aioria
- Quien fue el HDP que engaña a su novia mientras viaja?
- Quien fue la loca que me golpeo frente al Patriarca?
- Quien fue el estúpido que me vistió como marica para raptar a una niña e hizo que me exhibiera así por toda la aldea! – grito Shaina sintiendo el Buzz inmediatamente y sentándose
Aioria la miró y ya que no podía verle la cara porque tenía su máscara puesta, se fijó en otros detalles como la tensión en sus hombros, su respiración y los puños apretados.
- Me estas queriendo decir que todo este embrollo es porque te disfrace de Shun? – dijo riendo
Shaina volteó la cara muy digna. Como si fuera poca cosa.
- No seas ridícula. Solo era un disfraz.! – aseguró.
- Me molestó mucho que Ikki no se diera cuenta de la diferencia. – murmuró entre dientes – Pero me molestó mucho mucho más que Shion también me confundiera con él. Ya bastante tenía con saber que estaba raptando a una niña, que podía o no ser tu hija porque no estaba segura de ello y de repente recordé a Marín y como se va a poner y simplemente me volví loca. Si. Lo acepto. Principalmente fue por el shock de saber que cualquiera me pueden confundir fácilmente con Shun de Andrómeda. eso lo que más me fastidió.
- Shun no es tan malo. Ayudo a terminar con varios dioses – dijo Aioria tratando de consolarla.
- Pero es un varón! – dijo Firmemente Shaina – Y solo hay dos opciones: O el parece nena… o por más que yo lo intente parezco hombre.
- No exageres – dijo Aioria tratando de calmar un poco las cosas – Todos sabemos que Shun es un poco… afeminado. Aun se rumora acerca de lo que se cree que paso en la Casa de Libra. Pero… aclárame algo. Tú ya sabias que tenía una hija, verdad?
- Si
- Como lo supiste?
Shaina suspiró.
- Todo se sabe aquí arriba. – dijo relajándose – También se cómo, cuándo y dónde la hiciste.
Aioria se ruborizó todo
- Y que en parte no tuviste la culpa – dijo finalmente entre dientes.
Aioria volteó a verla sorprendido.
- De todos modos entiéndeme. A Marín y a mí nos costó mucho tiempo y esfuerzo lograr perdonarnos mutuamente y hacer crecer nuestro compañerismo y amistad hasta donde estamos. Te consta ya que muchas veces tú fuiste la causa de nuestras diferencias y más de una vez me jodiste ahí también.
- Te gustaba ensañarte con ella. No podía permitirlo.
Shaina asintió.
- Y ahora, si sabe que yo tolero que tú la engañes… volveré a perderla. Si tengo que elegir entre ustedes dos, siempre saldrás perdiendo pero… Shion no quiere que tome nada personal pero entonces como aprenderé a diferenciar a un compañero de una amigo. O tampoco debo hacerlo? No debo tener amigos?
Aioria se quedó en silencio un momento y en toda la oficina no se escuchaba ni siquiera el crujir de la madera.
- Por eso le haz solapado sus arranques a Marín? Por eso no nos delataste cuando… sabias que subía a mi casa? Por eso…?
- Si. La vez del castigo yo no quería decir nada pero Geist lo hizo motivada por quien sabe qué cosa. – dijo en voz baja – Ya tuvimos mucho sufrimiento durante nuestra infancia y adolescencia. Para que tener más ahora?
Aioria ya no sabía ni que decir.
- Y ahora que se entere que yo contribuí a traer a Mist, creerá que estoy de tu lado y se alejara aún más. Yo también necesito con quien desahogarme sabes? Y hay cosas con las que no puedo ni debo contarle a Geist pero si podía hacerlo con Marín y viceversa. No sé si me doy a entender.
- Algo
Shaina se levantó muy despacio hasta la ventana. Ahí se agarró de la cortina.
- No sirvo para este puesto, Me confunden con un hombre, Estoy casada pero no puedo salir a ver a mi esposo, una de mis pocas amigas dejará de hablarme, tengo que lidiar con ustedes 12 y sus misiones, conocer y dar la bienvenida a sus esposas y próximos hijos, No he podido entrenar desde que llegue de mi luna de miel, no he podido convivir con la nueva chica del recinto, no puedo gritar, no puedo golpear, no me puedo enojar… - suspiró - no puedo ser yo misma porque es un mal ejemplo y si llego a flipar me castigan. Intento ayudarlos a ustedes a pesar de que no debería porque todos ustedes son unos malditos trogloditas. Ya no solo soy una Sanbocho sino una organizadora de bodas, tengo que hacerla de niñera, de acompañante… Ya no sé cómo complacerlos a todos. De verdad que no!
Aioria se acercó un poco al ver que las enormes cortinas eran arrancadas de los ganchos sin querer por la fuerza que estaba haciendo en su mano para poder contenerse.
- Para colmo… Golpearon a mi esposo acusándolo injustamente los que se dicen mis amigos, atacan a mis amigas en mis narices sin que yo pueda hacer nada para defenderlas, Me golpean hasta casi matarme, intentan abusar de mí y… casi lo logran - Shaina se quebró y se fue deslizando hacia el suelo sin que Aioria pudiera detenerlo – Shion cree que puedo hacer esto pero yo no soy de piedra! – dijo ya dejando asomar sus lágrimas por debajo de su máscara – No puedo dejar de sentir solo porque él lo dice!
Aioria tampoco era de palo. Hasta ahora no se había puesto a pensar que efectivamente sobre los hombros de Shaina pesaban grandes cosas, grandes responsabilidades y que en lo posible intentaba no quejarse.
- Perdóname si? – dijo Aioria bajándose a su nivel – Tienes razón. En todo. Yo no debí meterme con Lyfia pero… fui débil y ahora estoy pagando las consecuencias. Mi hermano no lo dice, pero veo la decepción en sus ojos. Sé que si no fuera porque Mist está aquí, ya me hubiera mandado azotar o algo similar por irresponsable, pero se calla porque es mucho más juicioso que yo. El espera que Mist sea la próxima portadora de la armadura de Leo, pero no reúne los requisitos. – Vio que Shaina se estaba calmando y levantaba la cara hacia el – No sé cuándo nació, aunque haciendo cuentas pues si caería su nacimiento en Leo y…. Lyfia era doncella cuando, tu sabes, pero Athena pidió que tenía que ser producto del amor y no de la lujuria. Mist por tanto no podría ser la elegida.
Shaina se quedó callada mientras escuchaba, trataba de asimilar lo que decía y vio la cara de Aioria. No estaba mintiendo.
- Si lo sé. Soy un HDP que me "aproveche de ella" desde tu punto de vista femenino, y puede ser que sí, pero si ella me hubiera dicho que esa única vez tuvo consecuencias, te juro por lo más sagrado que, a pesar de todo el dolor de mi corazón, yo habría hecho lo posible por hacerme cargo de ellas aunque hubiera perdido a Marín en el proceso. Justo ahora yo sé que ya la perdí y ahora entiendo por qué se portó como se portó conmigo, porque se fue a esa misión, porque se metió con mi amigo, y por qué… ya no poder tener nada con ella nunca más.
Ahora fue el turno de Aioria de quebrarse. Shaina le tomó la mano y se la apretó con fuerza a modo de empatía.
- Tu tampoco sabes lo difícil que ha sido ser siempre el que tenía que obedecer a ciegas, el que tenía que ser un dechado de rectitud para tratar de compensar la "traición" de mi hermano y justo cuando puedo hacer algo grande, resulta que estoy mal, que el traidor no fue mi hermano y sentir que la armadura me quedaba grande porque no pude discernir el bien del mal hasta que no llegó Saori a presentarse como Athena. Aun así cometí el pecado de atacarla para probarla. Tu siempre has tenido la razón al decir que soy un idiota pero parte de ser un idiota es no reconocerlo y joderte, comprendes?.
Shaina asintió con la cabeza. Él se recargó en la ventana. No estaba acostumbrado a aceptar todo lo que estaba sacando.
- Además, hay otra cosa que no me perdono.
- El golpearme?
- Jaja no. Eso no. – bromeó Aioria mientras recibía un golpe de Shaina – Mentira. Si. Aunque sabes que no fue mi intención hacerlo.
- Lo sé.
- Yo siempre me considere el hombre más fuerte de entre los dorados pero demostraron lo débil que soy, al haber caído en el Satán imperial de Saga.
Shaina se tapó los oídos. Ya sabía cómo terminaba la historia y no quería pensar en eso ahora. Estaba demasiado vulnerable. Aioria le quitó suavemente ambas manos de los oídos para tomárselas entre las suyas.
- Shaina, cada vez que yo te veo, recuerdo la muerte de Cassius. – dijo llorando – Recuerdo tu expresión cuando te lleve el cuerpo, cuando lo enterramos. Cuando vi llorar a la cobra por un amigo caído por primera vez. Todo eso lo llevo en mi conciencia y simplemente mi mejor método de defensa es atacar. Comprendes?
Shaina también recordó ese momento y se puso a llorar de nuevo. Ella también había descuidado la tumba de Cassius desde que vivía arriba. Se había vuelto negligente también en eso.
Aioria la abrazo. Los dos ya estaban en el piso. Que más le daba ofrecerle un poco de consuelo.
- Para colmo mi querido hermano fue revivido por la gracia de Athena, y ahora yo quede relegado a segundo plano pues no deja de haber sido mi maestro. Aioros esto, Aioros aquello… Y yo quedo en medio de los otros 10 locos viendo cómo se van de juerga, desobedecen ordenes etc. sin hacer nada para poder evitarlo sin ser acusado de nuevo de traidor y soplón.
Shaina sacó su pañuelo de entre el valle de sus senos.
- Estas celoso de tu propio hermano? – pregunto limpiándose por debajo de su máscara.
- Podría decirse que sí. – confeso Aioria – Aioros es más grande, más poderoso, más tranquilo, piensa más fríamente, todos lo quieren, y su único pecado hasta ahora ha sido morirse y dejarme solo. No me malentiendas. Lo amo muchísimo pero nunca podré llegar a ser como él.
Shaina hizo el intento de sonreír mientras Aioria se levantaba y le ofrecía su mano para ayudarla a hacer lo mismo.
- Gracias Aioria. – dijo finalmente
- Por qué?
- Por reconocer que eres un idiota – dijo Shaina haciendo sonreír a Aioria – Eso me hace sentir mejor.
Aioros entró con cuidado esperando escuchar la pelea del siglo, pero solo los encontró cerca de la ventana.
- Disculpa Shaina. Interrumpo algo?
- No, no. Que se te ofrece? – dijo guardando su pañuelo y yendo hacia Aioros para darle un poco de tiempo a Aioria de componerse.
- Creo que tenemos un problema – dijo muy serio.
- Dímelo
- Te llama Siegfried de Grane desde Asgard.
- A mí?
- A la persona de más alto rango a cargo del santuario – dijo Aioros entregándole el teléfono.
Shaina miró a Aioria y recibió el teléfono mientras tomaba aire. Esto iba a ser uno de esos retos que afectarían más de una vida y ella tenía la responsabilidad de hacer lo mejor para todos. Solo esperaba esta vez, hacer lo correcto.
