Harry Potter y el cazador de almas
Capitulo I: La llegadaHabían pasado unos 10 minutos desde que salió de la estación rumbo a Privet Drive, a pasar otro aburrido verano con los Dursley. Harry estaba sentado en la parte trasera del auto, sumido en sus pensamientos, recordando, evaluando, analizando, reprendiéndose, ¿por qué tuvo que ser tan imbecil de caer en la trampa de Voldemort, si tan solo hubiese hecho caso a lo que le dijo Hermione, ella le advirtió de que no fuera, pero no, él y su maldito complejo de héroe tuvo que ir al departamento de misterios, acompañado por sus amigos, los puso en peligro, algunos todavía estaban en San Mungo para curarse, rompió la profecía, casi logra que los mortífagos supieran el contenido de la profecía, puso en peligro a la orden, y para colmo perdió a su padrino: Sirius Black. Bellatriz Lastrange, esa maldita bruja, ella fue la que mato a Sirius, ella era la responsable de su sufrimiento y el de Neville, que perdió a sus padres, la haría pagar, la mataría.
Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se fijo en como el auto que iba conduciendo tío Vernon, entraba por un camino extraño que no iba a la casa, cuando se dio cuenta le dijo a tío Vernon.
–Tío, ¿a donde vamos?.- El no contesto, ni siquiera soltó el típico gruñido que hacia cuando Harry le hablaba, simplemente no dijo una sola palabra. Harry frunció el seño, algo raro ocurre, inconscientemente llevo su mano a la varita que la llevaba en el bolsillo, pero justo cuando la iba a tocar el auto se detuvo, miro hacia todos lados tratando de buscar una pista que le dijera donde estaba, pero no conocía nada de allí, solo era un descampado, casi sin árboles y los que habían estaban secos, sin pasto, pura tierra seca, con piedras y charcas de barro. Definitivamente esto era extraño, estaba todavía mirando a su alrededor cuando sintió un gran estruendo y aparecieron unos nueve mortífagos alrededor del auto, Harry se puso pálido, era una trampa, habían usado a tío Vernon para llevarlo a una trampa, tomo con fuerza su varita y salió del auto.
-Vaya, vaya el pequeño Potter, supongo- dijo el mortífago con una voz grave y ligeramente burlona, parecía ser el jefe del grupo, era un hombre alto y robusto, ocupaba una larga capa negra y lo que le llamo la atención a Harry es que no ocupaba una mascara blanca como los demás sino que era dorada.
–Estoy seguro que mi amo me recompensara por esto-. Harry no sabia que hacer, estaba rodeado por nueve mortífagos, cuatro atrás y cuatro adelante todos con las varitas extendidas hacia él, y este hombre al frente, que podía hacer tenia que salir de ahí como fuera y también tenia que llevarse a tío Vernon que parecía se había desmayado en el volante del auto, tenia que pensar en algo
–Que pasa acaso tu amo no es capaz de venir el personalmente a buscarme- dijo Harry para ganar tiempo, no sabia que decir, pero a pesar de todo lo dijo con una voz segura que le sorprendió hasta a él mismo y al parecer a los mortífagos también, porque sintió un pequeño vuelco en el ambiente, como si la atmósfera se hiciera menos densa
–Mocoso insolente, quien te crees que eres para desafiar al señor tenebroso- dijo el mortífago con una voz ruda.
–Ya veo, Tom no puede ...-iba a decir Harry cuando un rayo rojo salió de la varita de un mortífago que tenia en la espalda, que le impacto haciendo gritar de dolor, sintió como si mil agujas se le clavaran en la espalda impidiéndole respirar, el golpe duro como unos dos minutos antes de que el mortífago cesara la maldición
–¡¡Como te atreves a llamar de esa forma a nuestro señor!- le grito una mortífaga que tenia en la espalda, cuando Harry desvió la mirada hacia la mortífga sintió que una gran furia lo embargaba
–Bellatriz- dijo con una voz siseante que hizo temblar a todos los mortífagos, se paro con algo de dificultad y extendió su varita y antes de que nadie pudiera hacer algo Harry se lanzo hacia ella y grito –Cruccio- Harry estaba fuera de si, Bellatriz se revolcaba en el suelo de dolor y los mortífagos trataban de atacar a Harry con hechizos aturdidores que recibía de lleno, pero parecía no sentirlos, los mortífagos estaban sorprendidos, había resistido a ocho Desmaius y uno de ellos, de uno de los generales de Voldemort y no parecía inmutarse, mientras que Harry seguía con su maldición, tenia los ojos rojos, un color que los mortífagos solo habían visto en su amo, y no parecía que fuera a dejar la maldición, Harry seguía con la maldición cada vez con mas fuerza hasta que de repente la maldición no soporto mas y exploto lanzando a todos los mortífagos por los aires y dejando a una Bellatriz inconsciente en el suelo con las ropas rotas y derramando sangre abundantemente, cuando los mortífagos se levantaron y disiparon el polvo causado por la explosión descubrieron algo que los sorprendió aun mas: ni Harry, ni el auto de tío Vernon estaban, habían desaparecido.
-Ya son las 4 de la tarde Remus, y todavía no aparecen- decía una bella auror con un color de pelo entre violeta y verde que parecía brillar.
–No te preocupes Tonks, ya llegaran, seguramente se descompuso esa cosa, eeehhh, auto, si eso- decía Lupin no muy seguro.
Estaban escondidos en unos árboles en la plaza, cerca de la casa del niño que vivió, estaban ahí desde el mediodía y todavía nada, Harry no aparecía, deberían haber llegado hace horas.
–Ya me arte, iré a ver que ocurre- dijo Tonks encolerizada, se estaba levantando cuando sintió la mano de Lupin, que la sostenía del brazo
–Esperemos un poco mas- dijo Lupin suavemente.
–¿Esperar, llevamos esperando aquí desde el mediodía y todavía no aparece, seguramente les paso algo, quizás los atacaron unos mortífagos, o se desbarrancaron, o quizás chocaron, o ...- iba a seguir Tonks, si no fuera por que Lupin la callo, Lupin ya sabia que no había nadie mejor que ella para inventar cosas de ese tipo.
-Ya, mira, si no aparecen en 10 minutos saldremos a buscarlos, ¿de acuerdo?- dijo Lupin, en un intento desesperado de calmarla
–Pero Remus..-trato de convencerlo Tonks
–10 minutos- volvió a decir Lupin
–Ya, de acuerdo, pero ni un segundo mas- termino Tonks. Siguieron esperando, en el árbol, observando detenidamente la carretera para ver si algún auto se acercaba, ya iban a pasar los 10 minutos cuando un gran auto se estaciono en Privet Drive #4, se acercaron sigilosamente para poder escuchar. Una mujer se bajo del auto seguido de un hombre y fueron directamente hacia la casa, la mujer toco la puerta y casi de inmediato una mujer con un gran cuello y muy delgada le abrió la puerta
-¿Qué desea?- pregunto Petunia Dursley
–Buenos días, soy Rita Skeeter y vengo del diario "El Profeta" a hacer una entrevista a Harry Potter ¿Se encontrara en casa?- Pregunto la periodista dulcemente.
Petunia se puso pálida y casi por acto reflejo dijo –Aquí no vive ningún Harry Potter, váyase- iba a cerrar la puerta cuando la periodista la detuvo y dijo
–Oh, no se preocupe el pequeño seguramente no quiere hablarme por algo que paso hace unos años, pero seguramente si le pregunta, le aseguro que aceptara- trato de convencerla la periodista
–El no esta, váyase- volvió a gritarle Petunia
–Entonces no le importara que lo esperemos, ¿Verdad?- dijo la periodista con la voz un poco mas alterada. Petunia no sabia que hacer, si le decía que no seguramente esa gente se iba a quedar todo el día en la puerta esperando al muchacho, pero tampoco podía aceptar, no quería meter a esa gente en su casa, no quería que su casa se llenara de anormales, su respuesta llego de inmediato cuando vio a una vecina que salía de la casa de afrenté a ver que ocurría
–Claro, pasen espérenlo en la sala- respondió Petunia apresuradamente. Rita y el reportero entraron a la casa y se quedaron en la sala esperando.
-Y ahora, que haremos Remus, esto no me gusta, y si descubren que Harry no esta, y si proclama por el mundo mágico, y si ...- Lupin la volvió a callar poniéndole la mano en la boca.
–Ya Tonks, lo mejor será buscar a Harry- dijo Lupin con su voz suave, pero se denotaba preocupación.
–Bien, al fin- dijo Tonks, eso era mejor que quedarse esperando allí.
–Pero tu te quedas aquí a esperar- dijo Remus con una sonrisa maliciosa, el efecto fue el esperado, Tonks se puso pálida y soltó un rotundo...
–No, como esperas que yo me quede aquí, sentada en un maldito árbol, mientras tu buscas a Harry- dijo Tonks, o mejor dicho grito Tonks a Lupin
–Vale, vale, yo me quedo aquí, si lo encuentras me llamas por el espejo- dijo Lupin, le encantaba hacer rabiar a Tonks, cuando lo hacia siempre el color del cabello de la auror cambiaba drásticamente, era su forma de saber la emoción de ella. –Pero no hagas ninguna tontería, de acuerdo Tonks- continuo Lupin sabiendo que iba a pasar algo
–Se nota que no me conoces Remus yo nunca...- pero no pudo continuar porque en el momento en que se paro, perdió el equilibrio cayéndose del árbol.
–Decías Nymphadora- se rió Lupin, y como respuesta recibió una piedra que se estrello contra su cabeza.
-Crees que se encuentre bien- Pregunto una mujer de cabello pelirrojo a la persona que tenia a su lado.
–No te preocupes él es muy fuerte, seguro se repondrá- contesto el hombre mientras miraban un joven de unos 16 años en la cama aturdido y con unos cortes menores en el rostro producto de las piedras que chocaron contra él.
–Aun no puedo creerlo, como es que un niño pudo hacer esa hazaña, nadie desde la época de Kain había podido tener tanto poder para desprender su alma- exclamo la mujer asombrada, toda la respuesta que obtuvo fue un vago –no lo se cariño, no lo se-
Habían pasado ya 2 días desde que ese niño extraño había llegado, eso en realidad no sorprendía a nadie de allí, siempre llegaban jóvenes, adultos, ancianos, bebes, de todas las razas y a toda hora, pero esto era diferente, normalmente llegaba su pura alma, por la irremediable muerte, pero este no, llego su alma y su cuerpo, ¿Cómo era esto posible, esa era la pregunta que todos se hacían, era increíble que alguien llegara a este mundo sin pasar por la muerte, nadie podía hacerlo, los únicos que podían entrar y salir eran los Ángeles, pero ni siquiera ellos cuando llegaban al mundo de los vivos tenían un cuerpo físico, solo eran una esencia, que viajaba con el viento, para poder trasladarse. Obviamente algo raro ocurría, ya que no era el único, hace poco tiempo atrás había otro caso fuera de lo común ocurrió, esa vez un hombre que había llegado, pero a diferencia de el chico extraño, este parecía haber muerto en el mundo de los muertos, nadie podía entender que era lo que ocurría, su cuerpo no desapareció porque estaba en el mundo de los muertos, lo que si sabían era que este mundo iba a cambiar, todas esas personas habían vivido lo suficiente para saber que en el mundo no existían las coincidencias, y esta no era la excepción
Ya habían pasado un tiempo cuando el chico por fin abrió los ojos, había luz por todos lados, apenas abrió los ojos tuvo que cerrarlos apresuradamente, porque el brillo no le permitía ver, cuando al fin pudo ver descubrió que se encontraba en un lugar que parecía una enfermería, todo era blanco, cortinas, sabanas, paredes, el techo, todo era de un impecable blanco. Seguía observando el lugar cuando se detuvo a pensar un segundo, el siempre ocupaba gafas para poder ver, porque ahora podía ver tan nítidamente, se llevo la mano a los ojos y descubrió que, efectivamente, no llevaba sus lentes, esto era extraño, sin embargo no era algo que le desagradara en lo mas mínimo, solo lo preocupaba un poco, todavía estaba pensando que había ocurrido cuando sintió unos pasos que se acercaban, eran silenciosos, casi no podía escucharlos, pero ahí se podía sentir, segundos después una mujer pelirroja con unos brillantes ojos verdes que parecía haber estado llorando hace poco rato y un hombre de alborotado pelo negro, con gafas que escondían unos ojos azules entraron a la habitación, la reacción no se hizo esperar la mujer casi salto encima del chico atónito por lo que vio y que solo pudo decir 2 palabras que resonaron en el lugar y que llenaron de muchos sentimientos el lugar entre ellos orgullo, alegría, tristeza, pero todos esos sentimientos en conjunto solo llevaban a una cosa: felicidad
- ¿Mamá?¿Papá?
