Capítulo 185
Julio 28, 1 pm
Departamento de Thetis y Fler
Paris, Francia.
Thes y Fler entraron con muchas bolsas a la boutique para después subir al departamento. Habían salido el fin de semana a conocer la región de Lyon para comprar las piedras que necesitarían para adornar varios vestidos entre ellos el que Hilda había pedido para su reunión.
- Te aseguro que se verá hermosa – dijo Thes recostándose en el sofá – el color que escogimos le va a resaltar sus ojos.
- Yo sé que sí. Ya envié también el de la Señora Hera así que no tendremos ningún problema con ellos – contesto Fler dejando las bolsas sobre una mesa
- Excepto para cobrarle jiji
- Déjame eso a mí. – dijo Fler – Tu eres medio…
- Brusca? Grosera? Antipática?
- Iba a decir medio tonta para cobrar pero si eso te parece mejor… - bromeó mientras esquivaba un pequeño cojín. – Hey! Tú también? Por qué todos me maltratan así?
Thes recordó el último incidente con Camus y decidió mejor levantarse a hacer la comida.
- Que se te antoja?
- Solo dame un coctel de frutas salado mientras reviso los correos y las facturas para poder hacer la contabilidad del mes – dijo Fler mientras se metía a su habitación para cambiarse.
Thes se puso a picar la fruta y escuchó un grito y maldiciones en la habitación de su amiga.
- Todo bien allá adentro? – preguntó acercándose a la puerta cerrada
- No!
Thes se atrevió a abrir la puerta y vio a Fler recostada intentando ponerse unos pantalones.
- Ya no me queda ninguno – dijo con voz triste, pues algunos de esos pantalones ni siquiera los había podido estrenar.
- Súper! Ya comienzas a engordar! – dijo Thes emocionada – Ponte un vestido.
- Grrrrr y mi coctel?
- Ya voy, ya voy…
Fler sacó del closet un vestido corte imperio con cintura bajo el busto color lila y unos zapatos bajos y se los puso. Serviría para trabajar y le daría los otros a Thes para que los arreglara. Saco una carpeta llena de papeles y su computadora personal y se recostó en su cama. Sus pies estaban algo acalambrados y no quería que le hiciera daño estar sentada en una silla.
Abrió su correo e iba a comenzar a clasificarlos cuando se dio cuenta de que había una dirección que no identificó a la primera. Lo abrió y casi tira la laptop de la sorpresa.
- Oye… y entonces como quedo lo de tu amiga con su nena? – dijo Thes en ese momento entrando con dos platos de fruta sentándose frente a ella y entregándole uno
Fler recibió el plato pero su cabeza seguía en ese correo.
- Cual? Que?
- La que me ve con malos ojos? – contesto Thes despreocupadamente – Cabello azul, Asgard, niña…
- Ahhhh Lyfia! – dijo Fler reaccionando finalmente – Que con ella?
- Que no te estaba hablando mientras veníamos de regreso? – volvió a preguntar Thes – Después yo me ocupé en el teléfono y ya no supe que te dijo. Anda cuenta el chisme.
Fler se metió varios cuadros de fruta a la boca para pensar en lo que quería y podía decir. Thes la miraba con impaciencia.
- Pues… que no quiere dar su brazo a torcer y mientras se reunió con el abogado de Aioria, ella fue a consultarle a otro abogado y le metió más ideas a la cabeza como de demandarlo por daños y prejuicios en contra de no sé qué y abandono de no sé qué tanto, abuso de confianza … no sé. Tonterías. – dijo Fler pensando en que no le gustaría estar en esa situación.
- Pero entonces? Aceptó el trato o no? – pregunto curiosa Thes mas de la reacción a la situación similar de su amiga que por otra cosa.
Fler negó con la cabeza.
- No. Aún no. Terminará mal si sigue así. Mist no tiene la culpa – dijo Fler comiendo de su plato.
Thes insistió en el tema.
- Y tu… harás lo mismo que ella?
- Claro que no! Yo si aceptare que ella se vaya una temporada con él. – dijo – Después de todo, sigue siendo su padre. Tiene derecho.
Involuntariamente su mirada se fue hacia la computadora y Thes lo interpretó como que quería regresar al trabajo.
- Está bien… te dejo trabajar porque si no mi contadora me regaña y no me deja salir a mis fiestas – dijo Thes recogiendo los platos vacíos – Estaré terminando el vestido de tu hermana y comenzare los otros que necesito. Y si… te arreglare de nuevo los pantalones pero creo que solo te aguantaran como una o dos puestas y después de compras ok?
- De acuerdo. Gracias Thes!
Thetis salió de la habitación y Fler cogió ansiosa la computadora para volver a leer el correo. Sería posible que él la hubiera reconocido? No parecía por su correo. El mencionaba la revista. Su cabello no había salido de una manera que considerara familiar. Entonces… porque le escribía? Por qué ahora?
- Bueno bebe… hora de la verdad. – dijo Fler tomándose el vientre – Que hacemos? Le escribimos a tu padre o lo ignoramos? No te voy a negar que tengo mucha curiosidad por conocer que es lo que sabe pero… aún me duele la forma como me trató.
Se hizo unos minutos de silencio.
- Hagamos algo. Terminemos nuestro trabajo y después pensamos porque si no, no haremos ni una cosa ni la otra y ya tenemos el tiempo encima para los impuestos. No queremos perjudicar a Thes, verdad?
Entretenida con la contabilidad, pasarían algunas horas antes de que Fler se decidiera a hacer algo con ese correo.
Julio 28, 9 am
Hotel Columbus Isle
San Salvador, Bahamas.
Kanon llegó a Columbus por el antiguo pasaje de Dragón del Mar que Aleix utilizaba. Aleix ya lo esperaba del otro lado.
- Gracias por dejarme utilizarlo – le dijo Kanon – Me ahorraste mucho tiempo amigo mío.
- Ni siquiera creo que este permitido hacerlo – dijo Aleix abrazándolo a modo de saludo – Pero supongo que Julián no se enojara porque eres tú.
Kanon sonrió respondiendo el abrazo.
- No. Él no lo hará.
Se encaminaron hacia dentro del hotel por la playa y la mirada ansiosa de Kanon buscando a Tania lo delató fácilmente. Aleix decidió molestarlo con eso.
- No está aquí.
- Quien? – volteo Kanon
- A la rubia platinada de ojos grises a la que te encanta hacerle la vida de cuadritos – dijo Aleix - Entra a trabajar en la tarde.
La sonrisa de satisfacción de Kanon fue claramente visible al saberlo pero aun así lo negó.
- No la buscaba a ella. Solo quería saber si había algo nuevo que ver. – dijo
- Si como no. Se te olvida que hablas conmigo y la veo diario y casi casi hablo contigo diario. – dijo Aleix – Solo no le vayas a romper el corazón como haces con todas.
- Lo hago? – respondió en tono inocente Kanon
- Ya te lo advertí. Y Julián estará de acuerdo conmigo porque es de sus empleadas consentidas.
Esto hizo que Kanon cambiara su expresión.
- En serio? – pregunto entre dientes
- Desde luego. – respondió Aleix -Casi casi como si esperara a que esté lista para algo.
- Mmm…
- Lo cual como su amigo me tranquiliza, así cuando te canses de ella, tendrá un respaldo y…
No pudo terminar de decirlo antes de que Kanon lo tomara de la playera y lo estrellara contra la pared decorada en bambú para sorpresa y satisfacción ahora de Aleix. La expresión en la cara de Kanon hubiera sido para echarse a correr, pero al Aleix no recordar de lo que él era capaz, lo tomo con buen humor.
- Que? No te gustó saber que ella tiene más opciones? – siguió picando Aleix – No seas exagerado. Ni que fuera tu mujer.
- Pues como si lo fuera, oíste?
- Desde luego. Y todo el hotel también jeje - dijo Aleix señalando con el pulgar
Kanon volteo y vio a varios de los empleados deteniéndose a mirar lo que ellos estaban haciendo, por lo que decidió soltarlo.
- Me hubieras dicho – dijo entre dientes acomodándole la playera de donde se había arrugado.
- No tengo mucha diversión por aquí y así puedo justificar los últimos moretones – dijo Aleix
- Es cierto. Como sigues? – dijo Kanon retomando camino fuera de los chismosos
- Jajaja primero me golpeas y luego te preocupas. Estas bastante mal de la cabeza sabes? Por eso me caes bien. – dijo Aleix mientras esquivaba un camastro de la alberca – Me duelen las costillas un poco pero por lo demás sano increíblemente rápido.
- Lo cual me alegra mucho porque…
No bien acababa de decirlo y tomándolos totalmente desprevenidos al estar esquivando los camastros, dos personas corriendo a toda velocidad se estamparon contra ellos tirándolos al agua y una tercera que los venia correteando a su vez se estampó contra ellos tirándolos también.
- Carajo! – Gritó Kanon enojado
- Perdón, perdón! – dijeron Vehu y Jely al mismo tiempo
- Les voy a…
- Esta helada… - dijo Aleix dirigiéndose con calma a la escalera – Vienes?
- En cuanto termine de ahorcar a dos angelitos – dijo Kanon tomándolos a ambos del cuello juntando sus cabezas
- Déjalos! Fue mi culpa! – gritó una voz femenina en bikini desde la orilla.
Tanto Kanon como Aleix voltearon a ver la figura de la chica rubia en bikini azul cielo que se agachaba para defender a sus amigos.
- Liz? – preguntó Kanon extrañado mientras salía de la alberca para quedar a sus pies.
Ella intentó recordar el nombre y de donde lo conocía pero no pudo.
- Oh lo siento! No recuerdo…
- Kanon… Boda de Milo… Ibas con ese zoquete de allá? – dijo escurriéndose el cabello señalando a Aleix.
- Si! Kanon! – lo abrazo a modo de saludo quedando empapada haciendo que su bikini comenzara a transparentarse y Vehu y Jely salieran y la taparan rápidamente con una toalla antes de que ella se diera cuenta de lo que estaba pasando.
Aleix se acercó para darle un coscorrón a cada uno de los angelitos.
- Julián les ha dicho mil veces que no se corre en la alberca!
- Lo sentimos mucho – dijeron sobándose la cabeza con cara de vergüenza.
Liz se le quedó viendo al recién llegado y cuando se cruzaron las miradas ella reaccionó emocionada.
- Shaka! Shaka! Por fin te encontré! – lo abrazo de nuevo tomando a Aleix con mucha fuerza quien al hacerse hacia atrás de nuevo fueron a dar al agua.
Vehu y Jely corrieron a traer otra toalla mientras Aleix azotaba el agua con una mano.
- Una vez fue error pero dos…
Liz no dejo de abrazarlo
- Shaka Te extrañé mucho y me tenías muy preocupada. Como fue posible que no respondieras a mis llamadas y luego con lo que decían que habías hecho y…
- Shhhht No soy Shaka. Tampoco Aleix pero por el momento sirve. – dijo Aleix tomándola de la cintura para subirla y que Kanon la alzara lo suficiente para sacarla del agua, dándole un momento para ver lo que se transparentaba.
Liz salió y rápidamente Vehu y Jely la taparon y la sentaron en un camastro. Kanon ayudó también a Aleix a salir y le extendió otra de las toallas que los angelitos habían traído.
- Que hace por acá señorita Ángelus? Como esta mi amigo Balu? Se ha portado bien?
- Balu? Cual Balu? – preguntó Liz tratando de recordar.
Aleix comenzó a secarse el cuerpo.
- Hindú… con un bebé… Usted le dio trabajo y fue hasta su departamento a devolverle su billetera recuerda?
Liz se quedó pálida como el papel. Aquel chico que la había callado con cabello negro y ojos azules… Se tapó la boca con ambas manos para no gritar.
- Menos mal que si lo recuerda – dijo Aleix sonriendo.
- Yo… no he estado últimamente en Nueva York pero… porque no me dijiste que eras tú?
- Le dije mi nombre – reclamó Aleix
- Si pero…
Vehu y Jely solo movían la cabeza de un lado a otro como si miraran un partido de tenis, pero no podían seguir la conversación. Las mujeres con brazalete de lujuria comenzaban a reunirse detrás de Kanon y los que habían visto a Liz también.
- Tenemos que irnos Liz – dijo Vehu
- Te meterás en problemas – siguió Jely
- Y Uriel nos va a reganar
- Y Miguel
- Y Rafael
- Y ni te digo de Gabriel
- Pero no estoy haciendo nada! – reclamó Liz sin entender
Kanon vio a su alrededor y comprendió el problema.
- Liz… porque no nos das chance de cambiarnos, y nos vemos en una hora en la entrada principal y los invito a almorzar – dijo guiñándole un ojo haciendo que Shaka le diera una palmada en la nuca que lo hizo voltear enojado.
- Si me parece bien. Tengo hambre. Shaka también viene verdad? – preguntó viendo a Aleix con ojos suplicantes.
- Que no soy…
Kanon lo abrazó.
- Claro que sí pero… un favor. Puedo probar si mi celular todavía sirve tomándonos una selfie? – dijo Kanon con tono inocente.
- Ojala y si porque si no tendré que pagártelo.
Kanon sacó su celular de su pantalón mojado, abrazo a Liz y tomo la selfie poniendo mirada seductora. Tomo varias en varias posiciones y Liz le siguió su "inocente juego"
- Sirve? – le pregunto tratando de ver
Kanon se hizo tonto. Claro que servía. Traía un protector Gorila contra golpes y contra agua y las fotos solo las quería para joder a Aioros.
- Creo que sí. – dijo Kanon guardándolo – No te preocupes.
- Bueno. Nos vemos en una hora – dijo Liz regresando por dónde venían con los dos angelitos como perros guardianes.
Kanon y Aleix esperaron hasta que los tres desaparecieron de su vista, para volver a hablar.
- A ella si la reconoces?
- La conocí en Nueva York – dijo Aleix
- Como Shaka?
- No. Como Aleix. – insistió Aleix.
- Y entonces por qué te dice Shaka? – Aleix iba a contestar pero Kanon no le dio tiempo – De ella no puedes decir que miente. No es miembro del Santuario, ni de ningún otro grupo del panteón griego. Así que si ella lo dice, deberías escucharla no?
Aleix se quedó pensando. Eso era cierto. Ella era secular y ahora con el cabello claro lo reconoció rápidamente como Shaka. Cada vez se le complicaba más dar una excusa al respecto.
- Vamos. Acompáñame a mi casa a cambiarme.
- Mejor primero vamos a mi habitación para cambiarme yo. Tu estas más gordo que yo – fastidio Aleix.
- Ok. Pero me cuentas lo de Dohko en el camino – contestó Kanon – Y no estoy gordo!
- Jajaja si claro, solo estas fuertecito "Cartman" – dijo Aleix echándose a correr.
Kanon entendió la indirecta y comenzó a corretearlo. No tanto porque le hubiera dicho gordo, sino porque quería saber todo el chisme respecto a cómo Dohko había acabado en una cárcel china. Ya después vería como lo haría pagar por su irreverencia.
Julio 28, 11 am
Lonchería de la Tía Lucy
San Salvador, Bahamas.
Kanon, Aleix y Liz entraron a la lonchería, ya bien secos y cambiados para la ocasión totalmente casuales y Liz tomada del brazo de Aleix. Kanon se quedó afuera platicando con algunos de los pescadores que no habían podido o querido salir a pescar.
- Ni creas que te me vas a escapar esta vez Shaka – decía Liz – No hasta que me expliques donde has estado.
- No te preocupes. No me iré a ningún lado. – dijo tuteándola por primera vez desde que se vieron – Yo también quiero que me platiques todo lo que sabes de mí.
Liz lo miró extrañada y Tania salió a recibirlos en su uniforme de mesera con su falda negra con mandil y su blusa de botones blanca. Vio entrar a Aleix y Liz y corrió a su encuentro.
- Aleix! Nunca creí verte por aquí! – dijo abrazándolo para sorpresa de Liz
- No es la primera vez que vengo – Dijo Aleix recordando lo cansado que estaba aquella vez como para realmente disfrutar la experiencia – Mira te presento a Elizabeth Ángelus. Elizabeth… ella es Tania. Trabaja en el Bar de la Playa en el Hotel.
- Mucho Gusto – dijo Tania extendiendo la mano para saludarla – Les traigo dos almuerzos?
- Si por favor y una jarra de te sin azúcar – dijo Aleix.
- Salen dos almuerzos y una jarra de te! – exclamó Tania guiñando un ojo y entrando a la cocina.
Liz la vio desaparecer y luego le preguntó a Aleix.
- Linda chica. Rubia natural. Muy escasas por cierto.
- Jajaja solo una mujer puede saber eso – contesto Aleix
- A mí me gustaba tu cabello largo y rubio Shaka. Siempre te lo envidiaba en Perú recuerdas? - dijo Liz tocándole su cabello rubio mediano que ya había comenzado a crecer.
- No. La verdad no – confeso Aleix – Pero estoy dispuesto a escucharte y creerlo.
Liz abrió grandes los ojos.
- De verdad?
Aleix asintió. Kanon tenía razón. Ella no tenía razón para mentirle a menos que fuera una treta de Kanon y demás, pero algo en su corazón le decía que no era así.
Tania llamó su atención desde detrás de la barra con dos vasos con hielo y una jarra de té. Aleix se acercó y ella le pregunto en voz baja.
- Aleix… esa es la rubia que es tu esposa? Porque es muy bonita y se ve buena onda!
Aleix comenzó a manotear al aire.
- Shhhht más bajo que te puede oír! No, no es mi esposa.
- Ahhhh. Perdón. Entonces la chica por la que estas loquito? Porque sí que es bonita.
- Mira! Ahí viene Kanon! – dijo Aleix señalando la puerta donde efectivamente estaba entrando el geminiano para cambiarle el tema a Tania.
La cara de sorpresa de Tania le dio la oportunidad a Aleix de escabullirse de nuevo a la mesa, donde podría platicar con Liz mientras esperaba la comida. Tania no sabía ni dónde meterse. No traía maquillaje, su cabello era un desastre y su sencilla ropa de camarera la hizo sentir demasiado poco comparándose con el porte con el que Kanon siempre aparecía.
Kanon se iba a dirigir hacia la mesa pero vio a Tania parada detrás de la barra y se desvió de inmediato hacia allá. Ella se había quedado sin poder moverse porque si lo hacía, se echaría a sus brazos.
- Ka… Kanon! – exclamó sin aun poder creer lo que veía
- Hola – Contestó acercándose lo más que pudo – A qué hora sales por el pan?
- Pan? Aquí adentro tenemos lo necesario – dijo Tania volteando sin comprender la forma de coqueteo de Kanon lo que lo hizo sonreír aún más.
- En serio? Y tu tía y hermano están ahí también? – preguntó
- No. Mi tía llegara en una hora. Fue con mi hermano a visitar al médico para que le corrobore que todo está bien y…
Kanon se saltó la barra y Aleix lo vio.
- Kanon…?
- Que? No le he hecho nada. – se defendió – Solo vamos a platicar.
La cara de incredulidad de Aleix fue legendaria.
- Podrían servirnos nuestros sagrados alimentos antes de que comiencen a "platicar"?
Kanon volteo a ver a Tania y esta asintió metiendo al horno de convección dos platos mientras se preguntaba por qué no le había avisado que vendría tan pronto y como podía hacerle para escabullirse para estar con él. Mientras ella sacaba del horno y ponía todo en una bandeja, Kanon se dedicaba a observar cada una de sus curvas en ese momento. La falda no era muy corta, pero delineaba su bien formado trasero y su blusa se había desabrochado un botón, por lo que prácticamente al subir sus brazos podía verse el adorno de moños rosas de su sostén.
La mirada de Kanon era tan penetrante que Tania volteo a verlo.
- Tranquila. Ve a dejarles la comida que yo también tengo hambre – dijo Kanon recargándose en la encimera de la cocina.
Sin comprender muy bien a lo que se refería, Tania fue a servirles a los dos rubios y volvió abrazando su charola al interior de la cocina.
- Por qué no me dijiste que vendrías? Te hubiera esperado como quedamos – reclamó Tania antes de llegar hacia él.
Kanon se movió suavemente hacia ella.
- Me gusta tomarte por sorpresa como ahora – dijo rozando su mejilla con el dorso de su mano – Además te ves muy sexy con esa ropa.
Tania se ruborizó y se hizo para atrás, pero atrás de ella estaba la alacena por lo que no pudo ir muy lejos. Kanon solo tuvo que enganchar su dedo en su sostén para acercarla a él. Tania se estremeció cuando Kanon la tocó.
- Para que huyes si al final, siempre consigo lo que quiero? - susurró.
- Oh, no hagas eso. Estoy en la cocina de mi tía. Que tal que ella vuelve antes? – suplicó mientras el comenzaba a besar su cuello -No debes. Oh, Kanon, no!.
- Sí - dijo en voz baja al tiempo que le acariciaba el valle de sus senos con los dedos.
Tania tragó saliva y logro apartarlo por un momento.
- Nos pueden ver!.
Kanon continuó besándole el cuello, despertando sus sentidos de un modo glorioso. Ella colocó las manos sobre las de él, que se ceñían a su cintura, pero la voluntad para alejarlo la estaba abandonando.
Los labios de Kanon le rozaron el lóbulo de la oreja, provocando en ella una apremiante necesidad de que la besara. Tania volvió la cabeza y le ofreció la boca, que él capturó de inmediato, y gimió de placer al sentir aquel rostro acariciando el suyo. Alzó la mano y le acarició la mejilla, saboreando la cálida piel masculina bajo los dedos temblorosos.
A pesar de su anterior resolución, se deleitó con la sensación de sentirse rodeada por los brazos de Kanon. No podía evitar beber de sus besos. Pero él puso fin a aquello y le sostuvo la mirada ardiente mientras se ponía de rodillas ante ella muy despacio.
Tania contempló en silencio, con los ojos nublados, cómo Kanon se llevaba sus manos a los labios y comenzaba a besarlas con ternura, con suma delicadeza; primero las palmas, luego cada dedo y seguidamente las muñecas. Después la besó en el estómago por encima de su falda. Acto seguido, asió sus caderas con suavidad y prosiguió depositando ardientes besos, descendiendo por su abdomen, penetrando la finas capa de algodón de su falda con su cálido aliento masculino.
El corazón de Tania golpeaba fuertemente dentro de su pecho mientras se preguntaba con creciente excitación qué se proponía aquel adonis.
Apoyó las manos sobre los anchos hombros de Kanon cuando él le acarició las piernas por encima de la falda hasta llegar a los tobillos, estremeciéndose de impaciencia mientras aquellos dedos masculinos danzaban sobre los finos huesos. El deseo inflamaba la mirada de Tania, que no intentó detenerlo cuando sus manos ascendieron por debajo de la tela. Tania tragó saliva de nuevo, incapaz de pronunciar una sola palabra de protesta aunque lo hubiese deseado, pues lo único que podía hacer era mirarle a los ojos con impotencia mientras el pulso se le desbocaba.
Kanon cerró los ojos, saboreando visiblemente el contacto.
- Qué…qué estás haciendo? - dijo Tania con voz entrecortada cuando por fin él comenzó a levantarle la falda.
- Tengo hambre, ya te dije. - susurró y, a continuación, bajó la cabeza para besarle el muslo.
La hizo retroceder un poco para que se apoyara las caderas contra la sólida barra de azulejo que tenía a su espalda.
De la mente de Tania se esfumó todo lo demás, tan solo importaba aquella habitación, aquel momento, aquel hombre. El placer prohibido se convirtió en dicha cuando Kanon le besó los muslos prodigándole la misma atención escrupulosa que antes le había dedicado al cuello y las manos. Le observó con avidez, plenamente excitada y dispuesta cuando él le separó las piernas y llevó la boca hasta su sexo.
Tania sintió que se derretía cuando la lengua de Kanon rozó y se movió en círculo sobre aquel lugar haciéndola jadear. La mano de él, ascendió por su pierna para deslizar un cálido y suave dedo dentro de ella. Kanon profundizó el beso, bebió de la evidencia del deseo inocente de Tania al tiempo que de su garganta brotaba un gemido de placer.
Sabía que Kanon estaba tan excitado como ella, entregado por completo, y se sentía tan abrumada por aquella intensa y estimulante pasión que se sentía incapaz de hacer otra cosa que no fuera recibir lo que él le daba.
En aquel momento podía hacer de ella lo que deseara. Kanon era un hombre de mundo y, sin duda alguna, sabía que podría haberla tomado sin que ella se lo impidiese. Pero en lugar de eso, utilizó la boca y las manos para seducirla hasta que, de pronto, la deliciosa tensión que atenazaba su sexo se desató violentamente. El placer la estremeció por entero. Tania arqueó la espada, moviendo las caderas al encuentro de su boca al tiempo que un suave y entrecortado sollozo escapaba de sus labios. Kanon lamió su cuerpo con sed insaciable, gimiendo contra su carne incluso mientras los incontrolables espasmos de placer la estremecían.
Kanon levantó la cabeza cuando las fuerzas abandonaron el cuerpo de ella. Tania tenía los ojos cerrados, temblando aún con desconcertante gozo, apoyada débilmente en la parte superior de la barra de azulejo que tenía detrás. Sintió que Kanon le daba un beso húmedo en la rodilla.
En un estado de languidez, con el corazón martilleando todavía, reunió por fin la energía necesaria para mirarle a los ojos, embriagada por algún elixir secreto que solo él podía darle.
Kanon se pasó despacio los dedos por los labios para secárselos y luego se puso en pie bajándole la falda educadamente. Sus ojos eran dos pozos rebosantes de satisfacción mientras la obsequiaba con una leve sonrisa mundana que prometía discreción. Se inclinó para darle un perezoso beso en la frente.
- Eres un festín para los sentidos, Tania. Te veré en mi casa después de tu turno —Posó con suavidad la yema de los dedos sobre los labios de Tania antes de que ella pudiera contradecirle. La miró fijamente a los ojos y acarició con ternura un mechón errante de su cabello entre los dedos. – Ahora que ya satisfice una clase de hambre… Me sirves un almuerzo por favor?
Kanon se marchó de la cocina sin hacer ruido después de darle un último beso apasionado en los labios, dejándola saciada y jadeante pero extremadamente feliz. Por nada del mundo se perdería de los placeres que le esperarían esa noche.
Julio 28, 2 pm
Templo Principal
Santuario de Athena
Shion estaba haciéndole exámenes de conocimientos a Kiki, Sammy y Aioros. Los tres estaban enfrascados con sus respectivas hojas cuando sonó el teléfono celular de Shion.
- Aioros, voy a contestar. Podrías vigilar que no se distraigan y terminen su examen en lo que vengo? Obviamente no hablar, no copiar y no pelearse.
- Con gusto Maestro – dijo el caballero de sagitario poniéndose al frente mientras trataba de encontrar la respuesta al acertijo que Shion le había puesto.
Shion salió de la sala para contestar en el pasillo.
S Hola?
D Borreguito de mis pesares!
S Dohko? Hola! Yo creí que estabas tan entretenido queriendo lograr tu misión, que te habías olvidado de nosotros.
D Ay amigo si tú supieras…
S Pues cuéntame. Por cierto… dónde estás?
D En… el consulado griego en Hong Kong
S Por qué?
D Si te digo… no te enojas?
S Eso solo me dice que me voy a enojar.
D Promételo.
S No te prometo nada.
D Bueno antes dime tu como estas. Vas a decir que estoy loco pero… pude sentir a pesar de no tener mi cosmos algo paso contigo.
S No sé de qué hablas
D En serio? Todo está bien?
S Desde luego. Que podría estar pasando? Ahora dime tu porque estas en la embajada?
D … Está bien. Te voy a decir.
Quince minutos más tarde…
D … y Salí hace unas pocas horas y me trajeron para acá. El consulado dudó un poco en darme asilo porque no tenían la certeza de que pudiera refugiarme allá, pero finalmente ya estoy aquí.
S …
D Shion? Borreguito Chulo… no te ha dado un ataque verdad?
S No.
D No me vas a decir nada.
S Que quieres que te diga? Que estuviste en peligro y cuando pudiste hacer una llamada llamaste a alguien más que no fui yo?
D Es que no se me tu número.
S Tenemos el mismo número desde hace 6 meses y no has podido aprendértelo?.
D Pues sí pero yo solo marco el 1 y te marca solito
S Lo cual quiere decir que en caso de emergencia le marcaras a todos menos a mí.
D Ay no! Me vas a salir con tus chipilerias y borregadas?
S Yo? No. Estoy con sobrecarga de té de valeriana. Estas bien y punto.
D Pero estas enojado.
S Desde luego, pero no voy a decirte ya nada. A ninguno de ustedes. Si hacen las cosas bien, perfecto. Si las hacen mal solo intervendré cuando pidan ayuda.
D Ok. Ya te dije que no se fuma sino se frota con alcohol.
S Hay algo que necesites de nosotros para ayudarte con tu problema?
D Que me des 200 mil dólares para pagar mi deuda?
S Ok. Te comprare 200 mil dólares de las acciones de las joyerías Seira Mou y lo depositare en tu cuenta.
D No! Eso me dejara con menos de la mitad!
S Esperabas entonces que te lo regalara?
D Bueno no… un préstamo nada más.
S No tengo tanto efectivo para un préstamo de esa índole.
D Y de las finanzas del Santuario?
S Lo consultare con Shaina en su próximo receso. No tengas pendiente por eso.
D No quisiera que… hubiera problemas entre Atlantis y el Santuario por mi culpa.
S No cambiaría nada. No te preocupes.
D Shion… prefiero que me grites a que te portes indiferente.
S Estas lo suficientemente viejón como para que tenga que reganarte como niño chiquito. Además no veo de que deba hacerlo. Tuviste mala suerte y aun así conociste o más bien, volviste a ver a una de tus admiradoras. Ahora más te vale que regreses con tu nombre limpio o de verdad me voy a enojar.
D Regrésame mi cosmos.
S Te lo mandare con Mu mañana porque hoy fue a dejar a Marín al aeropuerto.
D Gracias Amigo. Te lo agradezco. Puedo llamarte mañana?
S Mi teléfono está disponible para todos y ahora si me disculpas Dohko, estaba en medio de uno de los exámenes de los niños.
D Si claro. Mañana te llamo. Acá ya es muy noche. Saludos a todos.
S Ok.
Shion colgó y solo por años y años de autocontrol su teléfono no fue hecho añicos. Entro a la habitación donde estaban los tres contestando el examen y para sorpresa de los tres, siguió de largo cruzando el salón hacia las termas azotando las puertas.
Los tres se miraron extrañados y de pronto escucharon muebles estrellarse contra la pared. Aioros frunció el ceño y obligo a los niños a quedarse donde estaban y contó los minutos. Cinco minutos exactos después, Shion salió como si nada hubiera pasado a seguir educándolos. Aioros solo esperaba que no volviera a ponerse mal justo ahora que Kanon no estaba en el santuario.
Julio 28, 4 pm
Hotel Columbus Isle
San Salvador, Bahamas.
Kanon regresó al Hotel a Buscar a Aleix. Lo había dejado platicando con Liz todo ese tiempo mientras él iba a checar su "negocio". Haciendo cuentas entre lo que le tenía que pagar a Aleix por lo de Dohko, más las facturas que tenía pensado pagarle a Julián de lo que había consumido Saga y Laura y quien generosamente se las dejo en módicos pagos con interés desde luego, más lo del barco que quería comprar para que lo administrara el hermano de Tania, se estaba quedando en números rojos. Solo iba a poder hacer una cosa con todo el dolor de su corazón.
Afortunadamente para él, su casa aún estaba en negociaciones en una batalla de ofertas sin que él tuviera que intervenir. Le había puesto mucho esfuerzo en esa casa como para que se vendiera tan barata.
Aleix lo esperaba dormitando bajo una sombrilla:
- Siesta vespertina? – dijo Kanon mientras pateaba el camastro para despertarlo
- No estaba dormido. Solo descansaba mis ojos – replicó Aleix incorporándose mientras se estiraba.
- Si, ya me la sé. Y Liz? – preguntó volteando para todos lados
- Los gemelos guardianes se la llevaron a no sé dónde que porque soy peligroso para su salud mental o algo así. Como si ella fuera un dulce angelito.
Kanon se sentó en el camastro junto a él.
- Eso me recuerda… quieres ver como molesto al angelito mayor? – preguntó sacando su celular
- Lo conozco?
- Si. Aioros hermano mayor de Aioria, ex novio de Marín…
- Ok.
Kanon eligió las mejores y más sugestivas fotos que se había sacado con Liz y se las mandó a Aioros con el siguiente mensaje:
" Hey Cabrita. Mira que manjares me encontré por acá. Me lo como o no? Se aceptan Sugerencias"
- Mensaje enviado. Ahora cuenta los minutos.- dijo Kanon
Aleix miró su celular.
- Oye pero… En Atenas son las doce de la noche.
- Y él tiene guardia así que está despierto – dijo Kanon mirando el reloj.
No pasaron ni 30 segundos antes de que el teléfono sonara y Kanon pusiera el altavoz.
K Parakalos?
A Que demonios te sucede Kanon?
K Aioros? Hola! Que milagro?
A No te hagas el tonto. Dónde estás?
K Tomándome mis días libres y tú?
A Donde… estas…
K En mi casa, en el caribe. Por qué?
A Si es así entonces porque esta Liz ahí contigo?
K Tu por qué crees?
A Kanon, te paso que seas un HDP, irreverente, lambiscón, mujeriego, que te pases las reglas por el arco del triunfo…
K Yo?
A Pero no te voy a perdonar nunca si le llegas a tocar un solo pelo a Liz me oíste?
K Pero si tú ya ni le hablas!. Ni pichas, ni cachas ni dejas jugar Caray!
A Eso no te incumbe!
K Por cierto como supiste que estaba aquí?
A Me enviaste unas malditas fotografías casi pornográficas!
K Jajaja no inventes. Todos teníamos ropa. Y las fotos iban para Shura. Ups.
A Si tenían ropa… Pero transparente por el agua!
K Uy a poco se me veía el kanoncito? Qué pena amigo Jajaja
A Ella es una chica decente Kanon. La advertencia es en serio.
K A ver. Momentito. La chica esta libre y cumple con mis requisitos y los de Athena, no? Porque no intentar tener mi sucesor con ella?
A Kanon, ultima vez que te lo advierto. Y borra esas fotos indecentes de ella.
K No.
A No?
K No me has dado un buen motivo. Dices que a ti te prohibieron verla y tú eres de los que no rompen las reglas. A mí no me lo han prohibido. Por qué no habría de intentarlo?
A …
K Eh?
A …
K Eh? Eh?
A Porque yo la quiero! La quiero para mi comprendes? Al carajo las reglas si con eso la salvo de tus garras.
Aioros colgó dejando a Kanon sorprendido de su reacción y a un Aleix enfadado por alguna extraña razón.
- Uy creo que si se enojó. – dijo Kanon sonriendo
- Es mentira lo que dijiste verdad? Sobre Liz? - preguntó preocupado Aleix – No me gusta que hablen así de ella.
- Desde luego que solo estaba yo jugando amigo. Tranquilo. Esta hermosa la niña pero… es demasiado complicada para mí – contestó encogiéndose de hombros – Además, el angelito tiene interés en ella y no le bajaría la chica a él. Solo le estaba dando una pequeña ayuda. Y no te preocupes. El angelito tampoco nunca le haría daño.
- Menos mal – suspiró Aleix más tranquilo aunque seguía sin saber exactamente por que – Como te fue con tus negocios.
- Bueno… No se ha cobrado todo lo que se debe de este mes, sino hasta el día primero así que solo conseguí una parte, excluyendo la tuya. Lo que me recuerda… Me lo prestas? Te lo doy el próximo mes.
Aleix lo miró extrañado mientras extendía la mano y Aleix le daba un cheque personal por cincuenta mil dólares. Tanto?
- Esto es lo que me corresponde? – pregunto
- De los dos últimos meses, sí. – dijo Kanon - pero no me completo. Me los prestas?
- Claro. – dijo Aleix entregándole de vuelta el cheque - Con el 30 % de interés mensual
- No me jodas. Te doy el 5
- 25
- 10
- 20
- 15
- Hecho! – dijo Aleix extendiendo su mano feliz de ganarle esta vez. – Y por qué no te alcanza? Muchos gastos?
Kanon iba a responder cuando volvió a sonar su teléfono. Esta vez era su hermano.
K Saga?
S Como que andas ahora en la corrupción de menores? Tu andas de mal en peor y yo que creí que te habías reformado?
K Que? Cuando o quién?
S Aioros acaba de marcarme bastante molesto
K Ahhh ya salió el peine
S Explica tu comportamiento ahora.
K No tengo por qué y ni me jodas ahora que tú eres el primero que corrompiste a muchas chicas de todas las edades, nacionalidades, y color.
S Era diferente
K Diferente un cuerno! Y ya le dije que no voy a tocar a Liz. Por qué se pone tan exagerado?
S Tu sabes que Aioros siempre se toma muy en serio su papel.
K Pues yo solo me estaba divirtiendo. Por qué no te diviertes con tu mujer y me dejas a mi divertirme con quien yo quiera?
S Porque mi mujer acaba de recordarme que quería pedirte que le llevaras a Sammy para que le diera algo que le compró.
K Lo siento no estoy en Atenas
S Dónde estás?
K En Columbus.
S No vayas a enfermarte de nuevo. Si sales por la noche te abrigas bien y ponte repelente contra insectos. No te asolees demasiado y…
K Si mama…
S No te burles
K Bueno ya. Que Shaina le lleve a Sammy y listo.
S Uhhh… no creo que sea buena idea juntarlas
K Por qué no? Ahhhh ya. No quieres que te recuerden que eres el ojete mayor no?
S Ash bueno… siquiera hazme el paro y tu dile a Shaina
K Coyon.
S Si? Anda, anda…. Hazme ese favor.
K Está bien. Te mandare la confirmación o la mandada al carajo por texto. Ya duérmete, conejea o haz algo de provecho.
S Si mama…
K Ahora quien se burla?
S Jajaja bueno. Gracias y pórtate bien.
Aleix miro a Kanon en actitud de burla.
- Ni te atrevas a decir nada – dijo Kanon en tono de advertencia mientras enviaba un texto a Shaina que sabía que sería contestado mañana por la mañana. – Y bien? En que nos quedamos?
- En que no tenías dinero – contestó Aleix.
- Ah sí. Es que lo de la fianza del Maestro no estaba contemplado. – aclaró Kanon.
Aleix sonrío.
- Pues estate tranquilo ya que ese dinero no te lo voy a cobrar a ti sino a Bian. – dijo orgulloso
- Como dices? Explícate!
Aleix puso sus manos sobre su nuca.
- Nadie sabe que el dinero de la fianza de Bian es el dinero de tigre del norte.
- De Oriente
- Misma cosa – contesto Aleix – Y Bian necesita una lección así que mato dos pájaros de un tiro.
Kanon se puso muy serio.
- Entonces… lo de cobrarme los 200 mil…?
- Hice lo que me pediste Kanon. Los chantajee con sabotear los barcos que salen de China si el General Marino quedaba en prisión, porque todos sabemos que es el mayor exportador y la economía se les vendría abajo. – dijo Aleix – Pero nadie estaba conmigo, por lo que ese dinero incluso me lo pude haber quedado yo, así que no sería justo que te cobrara por algo que de todos modos alguien más va a pagar.
Kanon lo abrazó del hombro.
- Gracias amigo, sigues siendo tan generoso como siempre – dijo feliz – Entonces te regreso tu cheque de 50 mil porque entonces no estaré corto.
Aleix lo miró pero después carraspeó.
- Ejem ejem. Aquí faltan 7500 dólares.
- Que? Por qué?
- Te preste el dinero al 15% de interés – dijo Aleix muy tranquilo
Kanon lo miró como si estuviera loco
- Pero si ni siquiera cobre el cheque!
- 7500 por ahorrarte 200 mil no creo que sea mucho pedir. – contesto Aleix con una sonrisa burlona
Kanon entrecerró los ojos. Ese chico aprendía demasiado rápido el oficio. Sacó su chequera y le hizo otro por 7500 dólares, que Aleix con mucho gusto guardó en su cartera junto con el otro.
- Un placer hacer negocios contigo Kanon.
- Grrrrr… Al menos cuéntame. Lo que te dijo Liz… que piensas?
- Que esta noche tengo muchas cosas en que pensar. – confeso Aleix.- Cenaremos juntos y platicaremos aún más. Vienes?
Kanon sonrió.
- Lo siento amigo. Pero tengo planes más deliciosos aun.
- Puedo preguntar?
- Puedes pero no te gustara la respuesta así que mejor… Acompáñame a la boutique por algunas cosillas que necesito para eso – dijo – Y a ver si de los 7500 billetes que me acabas de bajar, por lo menos te disparas unos chicles.
- Jajaja ni los suenes.
- Codo
Los dos entraron en la boutique e hicieron diversas compras. Kanon pensando en una noche romántica a la luz de las velas con Tania antes de terminar en la cama y Aleix pensando en que cada vez veía más lejana la posibilidad de estar cerca de Junet, porque si todo lo que le decían era verdad, ni siquiera seria digno de dirigirle la palabra otra vez.
Julio 29, 10 am
Aeropuerto internacional.
Bagdad, Irak.
Anteros, Keres y Ares se acomodaron en el avión privado de Hera. Hera no iba a dejar pasar tan fácil la oportunidad de emparejar a su hijo consentido y por esa razón le había enviado su avión para que este no tuviera pretexto. El humor del dios de la guerra era tal que los pobres bersekers, y empleados del hangar hacían el mínimo ruido, pues si acaso lo molestaban, podían perder la vida.
Anteros miraba intrigado a Keres y a Ares. Desde hacía varios días Ares estaba especialmente amable con Keres y esta, a su vez, estaba muy nerviosa. Anteros sabía que cada que su madre venia, ella pasaba días antes y después en un estado de nerviosismo extremo y esperaba, que igual que siempre, se le pasara para que todo volviera a la normalidad.
Ares fue a sentarse solo al frente de su laptop mientras mentaba madres en todos los dialectos que se supiera. Anteros y Keres se sentaron atrás uno frente al otro.
- Supe que hay un gran juicio entre Poseidón y Athena – dijo Keres a Anteros – y Ares parece estar de lado de Poseidón.
- No me extraña. Más bien, me extrañaría mucho si alguna vez se pusiera de parte de Athena con toda la historia que se cargan ellos dos – contestó Anteros – Lo único bueno es que no lo pusieron dentro del jurado.
Keres volteo a ver a Ares, quien se reía de un video de gatitos en YouTube y se acercó a Anteros.
- Es que no se me la historia – susurró.
- En serio? Espérame un momento.
Keres pudo ver como Anteros se las arregló para ponerle audífonos a Ares y regresó más tranquilo.
- Ahora sí. – dijo sentándose frente a Keres - Al fin que tenemos mucho tiempo te voy a contar.
Flashback
La era dorada del mito había durado casi 4,000 años, terminando con la guerra de Troya y la consecuente asignación de Athena como la protectora de la tierra y precisamente justo después de la guerra de Troya se había dado uno de los episodios más oscuros de la historia del santuario.
Esa fue la última vez que Athena dejo que sus caballeros o santos vivieran separados. El santuario fue creado después de esa época en que hubo guerreros en ambos bandos: Aquiles (caballero de Capricornio), Menelao (Sagitario), Agamenón (Leo), Néstor (Géminis), Ajax el viejo (Libra), Ajax el joven (Aries), Patroclo (acuario) y Ulises (Tauro) estaban del lado griego, mientras del lado troyano estaban Memnóm héroe etíope, uno de los primeros extranjeros en servir a Athena (escorpio), Príamo, rey de Troya (cáncer), París (piscis) y Héctor (virgo) más Pentesilea, una amazona hija de Ares que también servía en la segunda legión de Athena (que posteriormente serian llamados plateados) protegida por el águila de Zeus y Casandra, princesa, clarividente y amante de Apolo (santa de la segunda legión protegida por la estela del dragón la serpiente antigua Pitón) que era hija menor del hermano de Príamo. Fue por el hecho de ver que los santos se enfrentaron entre ellos que Athena decidió que sería mejor juntarlos a entrenar y convivir en un solo lugar.
Después de 10 años de terminada la guerra de Troya y de que Ulises hubiese vuelto a Ítaca, fue que Ulises le recomendó lo de construir un recinto para sus guerreros, ya que solo disponía de géminis, sagitario y tauro de entre su elite, todos los demás murieron en Troya y debían buscar sus sustitutos. Sustitutos que 5 años después lucharon en su primera guerra santa tiñendo el suelo bajo sus pies con sangre para satisfacer los caprichos primitivos de los dioses.
Esa batalla había dejado mermado el ejército de Athena y si no hubiese sido por la alianza con Poseidón, Athena no habría logrado controlar a Ares. Los berseker de Ares tenían la ventaja de no sentir remordimientos, y lo único que respetaban era la hora de la cena, las fiestas y la hora de recoger los cadáveres. Desde luego, al ser casi pura fuerza bruta, eran menos poderosos que los santos dorados de Athena, pero superaban enormemente la fuerza de la segunda y tercera legión de la diosa. Los siete señores del mar (como se llamaba a los que posteriormente se conocería como generales marinos) y sus ejércitos habían retenido a Ares hasta que Athena llego y le tomo prisionero junto a por lo menos 30 de sus berseker, cosa que molesto a Poseidón pues fue él quien capturo a Ares, perdiendo a 3 de sus señores del mar y no le pareció justo que ahora Athena viniese como la reina del lugar y se llevara su botín.
Athena en un arrebato de arrogancia se llevó a los prisioneros a su recién estrenado santuario y ordenó la muerte de los seguidores de Ares y, con el pretexto de que era mejor para la humanidad que así fuera, se dispuso a decapitarlo a él también.
Pentesilea le suplicó que no lo asesinara, pues aunque tampoco había sido un padre amoroso, no era de ignorar que Ares la había llenado de honores cuando esta había entrado a la segunda legión de Athena y aparentemente la había estado buscando durante mucho tiempo.
Ares había ido a la guerra contra Athena porque esta había negado a aceptar un rescate por la hija del dios de la guerra, y ahora ahí viendo a su hija humillándose ante su hermana para salvarle la vida, el dios de la guerra sintió desbocarse su corazón.
- No puedo perdonar el ataque que tu padre realizo a Micenas, mucha gente murió ahí y eran mis súbditos – alego la diosa como respuesta.
- Por favor mi diosa – suplicó Pentesilea de rodillas - corte mi cuello si eso le satisface, pero perdone a mi padre. él es lo único que este mundo lleno de guerras me ha dado, pues mi madre murió cuando nací.
Athena no dio su brazo a torcer.
- Lo siento Pentesilea, debiste haber elegido bien tu bando en Troya, pero defender la ciudad que tanto amaba tu padre es una muestra de la falta de lealtad que tú y algunos de mis santos dejaron en claro.
Ares tuvo que intervenir.
- No seas hipócrita, en Micenas murió menos gente de la que murió en Troya, y como soy un dios de la guerra me complace la muerte de guerreros, pero aborrezco la de gente civil. – dijo - Tú en cambio, diosa justa según muchos, agradeciste todas las vírgenes que te sacrificaron los aqueos al saquear Ilión dándoles a ellos muchos años más de vida, ¿dime cual es la diferencia entre 400,000 personas en Ilión contra las 10,000 que murieron en Micenas? – la reto Ares que no temía a la muerte pero que si odiaba ver a su hija humillarse ante Athena que pretendía ser justa y sabia. Ella no entendía que la sabiduría se hubiese mostrado en el hecho de devolverle a su hija cuando Ares se lo pidió.
Athena no dio su brazo a torcer y su necedad la cegó por un momento.
- Quien lo hubiese imaginado, el padre ama a la hija y la hija quiere morir en lugar de su padre, Ulises, toma una de las espadas que tomamos del campamento de Ares y mata a Pentesilea, ella lo pidió y se lo cumpliremos, y para que vean que soy justa, ambos morirán, pero dejare que el padre vea morir a su hija primero – dijo Athena regodeándose en la idea de que Ares había venido con su cuerpo original a esta guerra y que gracias al lazo de Poseidón era que no se podía desatar.
- Te juro que volveré y algún día tu sangre llenara mis manos Athena –dijo Ares sin voltearse a Athena después de contemplar como el rey de Ítaca había decapitado a su hija y observaba serio al susodicho rey que parecía gozarse del dolor que había causado al dios al decapitar a su hija frente a él.
- No creo que puedas volver – dijo Athena a la vez que ella misma, con un hacha, decapitaba al dios de la guerra.
Dos décadas después del asesinato de Ares y su hija, comenzó la guerra de Athena contra Hades y fue ahí que Neoptólemo, hijo de Aquiles y santo de Pegaso, pudo herir el cuerpo original de Hades, guerra que se mantenía hasta la actualidad.
Casi un siglo después Hera y Artemisa habían dictado que todos los caballeros de la constelación piscis fueran bellos como París, pero sus sangre siempre estaría llena de veneno, para que jamás volvieran a iniciar una guerra innecesaria por su belleza y ambición de no sentirse solos, pero jamás dictaron sentencia contra los caballeros de leo y sagitario que habían asolado a Troya, causando muerte y vejación en sus habitantes.
Salvo una vez hace mil años, no había registros que confirmaran una derrota, y en esa ocasión Hades y Ares habían atacado al mismo tiempo, asolando las filas atenienses, pero Ares había pedido expresamente a su tío, que no dejara que nadie de Rodorio muriera, ya que el detestaba la muerte de personas que no pertenecieran a un ejército.
Fue Ares quien le envió a Athena la cabeza del santo de Pegaso a quien capturo y asesino en Micenas, dejando a Athena diezmada, pues la mitad de su ejército había acudido al auxilio de la fortaleza que ella había dejado en ese lugar.
Así fue como mientras Ares se quedaba en Micenas, que Hades ataco el santuario. Athena al ver la inminente derrota, decidió ordenar a un reducido grupo de saints que abandonaran el santuario, quedándose ella y el Kyoko a esperar su muerte. Como resultado, en ese siglo Hades envió a su sobrino, con quien también tenía un conflicto, un presente de paz, suplicándole como un adulto haría con un niño conflictivo, que dejara de luchar contra él, que le otorgaría la fortaleza árabe que tanto quería y sus contactos con Anubis y Hazazel si firmaba la paz. Ares acepto con una condición: que Hades no dejara que Athena olvidara esa derrota jamás. Acto seguido el ejército de Ares abandono la tierra, no así ese dios, quien decidió convivir con los humanos para entender porque su hermana decía amarlos tanto.
Fin del Flashback.
Keres miro hacia Ares con compasión.
- Parte de esa historia me es familiar, pero… no sabía lo de Pentesilea. – susurro Keres
- Y si te preguntan, tu no lo sabes. Esto me lo dijo el tío Hades y él no tiene por qué mentirme. – confesó Anteros – Desde luego que con el pasar del tiempo mi padre se ha ablandado un poco, pero su odio por Athena no ha disminuido mucho. Athena ahora rencarna y su misión ya no es la guerra tampoco sino mantener la paz, pero aun así...
- Entiendo. No diré nada. – prometió Keres – Te quedaras con nosotros en el hotel?
- No. Mi mama me ha mandado llamar y debo ir con ella – confesó Anteros – Pero salúdame a la tía abuela y no te vayas mucho para abajo después de verla, si? Te ves más linda cuando no estas deprimida.
Keres sonrió a Anteros asintiendo. Anteros se acomodó para dormir pues quedaban muchas horas de viaje por delante, pero Keres no pudo hacerlo. Su destino se sellaría en esa cena, y ya no sabía qué hacer. Tenía mucho en que pensar, pero al final sus pensamientos se fueron hacia su hermoso esposo y suspiró. Ojala el fuera una opción. No dudaría en intentar hacerlo feliz si eso se pudiera, pero era soñar demasiado alto.
