Capítulo 188

Agosto 1, 5pm

Barrio Shinsekai

Osaka Japón

Marín escucho desde la pequeña habitación que le asignaron para cambiarse, como la gente comenzó a llegar. De las aproximadamente doce mujeres que comenzaron el día anterior, solo ella y otros 15 peleadores varones pudieron pasar a la segunda ronda. Esta vez venia preparada adecuadamente y vestida para la ocasión.

No podía dejar de pensar en las posibilidades de que aquel encapuchado de verdad fuera Touma. Si era así, debía convencerlo de hablar y si lograba su cometido, prometía ayudar a Shaina en sus quehaceres en el templo aunque bajara muy noche en forma de agradecimiento a su diosa.

Se miró al espejo y no pudo estar más satisfecha con el resultado. Había recogido su cabello en un chongo estilo Geisha y usaba un Kimono Negro con flores rosas, rojas y amarillas que apenas y le llegaba debajo de la línea del trasero y aunque no era escotado, si le caía por los hombros y terminaba en una gran manga acampanada. Su maquillaje terminaba el look con los labios muy rojos y el delineador negro muy grueso.

Sonrió y se tomó varias selfie que le envió a sus amigas con el título: "Divirtiéndome en Japón"

Tan ocupada estaba posando, que no se do cuenta cuando abrieron la puerta.

- Espero que no pienses salir con eso – dijo una voz.

Marín reconoció la voz pero no volteó. Se dedicó a guardar su celular antes.

- Por qué no lo haría?

- 99% de los asistentes esta noche son varones y podrían faltarte al respeto. – contestó Touma

Marín volteó y no pudo evitar una sonrisa.

- En serio? Vaya. Sabía que me veía bien pero no tanto. – se burló un poco – Además tus… colaboradores me dijeron como debía vestir así que aguántate.

- Como? – pregunto el chico

- Tu organizaste esto no? Tú los obligaste a traerme! – dijo Marín apuntándolo con el dedo.

El la miró sorprendido por detrás de su máscara.

- Pero tú estás loca? Porque te traería a ti aquí? – reclamó Touma – Esos idiotas se equivocaron de persona y ya están pagando las consecuencias. Vine a pedirte que te retires.

Marín lo miró fijamente antes de echarse a reír.

- Marín de Águila nunca se retira de una pelea. – declaró

- No, pero si te dejas vencer. Eso es lo que quiero. – dijo Touma en tono neutro – Necesito que todos esos hombres sean vencidos uno a uno hasta que quede un líder. Ellos no pueden contra ti y lo sabes.

Marín cerró los puños. Si. Lo hacía cuando no valía la pena la pelea, cuando no quería lastimar a esa persona, o simplemente no quería pelear. Pero el que él lo supiera y le pidiera que unos peleadores mediocres le ganaran, eso sí que no.

- La respuesta es no.

- Es importante para mí que lo hagas – insistió Touma

- No entiendo por qué? – retó Marín – Además el premio es jugoso y yo lo necesito.

Touma se cruzó de brazos.

- No sabía que el Santuario de Athena estuviera quebrado. – dijo

- Dudo mucho que lo sepas todo o no estaríamos teniendo esta conversación – contestó Marín – Además no entiendo tu insistencia. Ni siquiera estas peleando.

- No te importa lo que yo haga o no.

- Y a ti tampoco lo que yo haga así que…

Touma se llevó una mano a su dije como cuando no tenía idea de que hacer.

- Todos los que están afuera peleando, son lo mejor de lo peor de los matones de las diferentes ramas de los Yakuza. – explico Touma – Ladrones, extorsionadores, secuestradores y asesinos. Todo el país se beneficiaría al deshacernos de ellos…

- Que tiene que ver con la pelea?

- Estoy buscando al líder para liquidarlo yo mismo – confesó – El… y yo tenemos cuentas pendientes.

Marín se le quedo viendo unos segundos.

- No sabía que los ángeles tenían permiso de tomar venganzas personales – se lo devolvió Marín

- Ultima vez que te lo pido. O te retiras o te dejas ganar a la primera – ordenó Touma entre dientes.

- No

Touma se dio la media vuelta y se quedó en la puerta como queriendo decir algo mas pero absteniéndose de hacerlo, por lo que prefirió salir azotando la puerta.

- Parece que todos los hombres con los que me topo en esta vida son medio… machitos. – dijo en voz alta – Pero aun así, no lo hare. Tú también les llevas mucha ventaja a esos hombres y no es justo. Yo los noqueo, descargo mis frustraciones de vez en cuando, salvo la vida de la familia de la chica a la que amenazaron tus hombres, y les salvo la vida a todos esos criminales. No digo que no se lo merezcan, pero definitivamente no así. No quiero que esto se vea reflejado en tu libro de la vida cuando te llegue la hora… hermano.

Agosto 1, 7pm

Barrio Shinsekai

Osaka Japón

- Agira! Agira! Agira!

La enloquecida multitud aclamaba a la chica vestida de geisha que había llegado, pese a no ser favorita, a la final del combate. Cada vez que había luchado, el arcángel de Artemisa había protestado en su lugar. Marín no estaba usando su cosmos, y aun así era mucho más fuerte y ágil que los demás contrincantes, por lo que le fue relativamente fácil acabar con ellos, mas no lo hacía de modo fácil: Dejaba que la atacaran, que le lanzaran golpes que ella bloqueaba con brazos y piernas y cuando el contrincantes se veía fatigado, un solo golpe en un punto exacto en la nariz o la cabeza, los hacían caer evidentemente exhaustos y adoloridos perdiendo el combate.

El otro finalista en cambio era lo más sádico que Marín había visto en mucho tiempo. Prefería ir rompiéndoles los dedos uno a uno, bloquearles los sentidos con el flujo de sangre de la nariz que les rompía, o quebrarles el fémur de una patada para que quisieran y pudieran seguir luchando y esto parecía darle nuevos bríos. Alto como de dos metros y musculoso, Marín dudaba mucho que fuera japonés.

- Me recuerda a Docrates… Solo que sádico a lo bruto. – se dijo mientras lo veía acercarse al cuadrilátero.

De nuevo de reojo reparó en que Touma estaba de pie queriendo detener la pelea antes de que empezara, pero Marín lo miró desafiante. Era la final y toda la multitud pasaba sus boletas de apuestas alegremente.

- Baja y te voy a ensenar que durante todo este tiempo no estuve sentada en el pasto cortando flores – murmuró Marín entre dientes.

El gong sonó a manera de recordatorio que tenían que presentarse los dos contrincantes y el fortachón pisaba tan fuerte, que movía todo el piso.

- Me va a dar mucha alegría destrozar a esta hermosa Geisha Jajaja

Todos los participantes que lo apoyaban comenzaron a reír y alabar al grandulón. Marín tenía el apoyo del 50% más los contrincantes heridos del sádico frente a ella. Se le ocurrió una idea y llamó a uno de los asistentes de los encargados de las apuestas. Cuchicheo algo con él y el chico asintió y le preguntó.

- Segura? Es mucho dinero.

- Dile.

El chico subió y le dijo a su jefe y este subió ambos pulgares. Marín asintió y se puso en posición de combate. El Grandulón comenzó a atacarla, pero Marín era más ágil. Intento usar la misma técnica que con los otros competidores, pero este no era igual a los demás. Adivinó sus intenciones y se quedó parado esperando que ella atacara. Marín le dio varias patadas y conecto bien, pero no le hizo mayor dañó. En una distracción de la pelirroja, él pudo tomarla con una mano de su cintura y comenzó a apretar, pero Marín llevaba mucha ventaja. Era algo que hacia padecido varias veces con sus compañeros plateados. Touma iba a intervenir y Marín Sabia que si lo hacía era porque mataría a ese tipo. Valiéndose de su fuerza únicamente para no poner en desventaja a su oponente, le abrió la mano y se barrió para darle una patada en el tendón de Aquiles, haciendo trastabillar al grandulón, quien comenzó a quejarse de dolor.

- Maldita bruja me las pagaras! – cojeando encolerizado comenzó a perseguirla dando unos cuantos golpes con los puños en el piso del cuadrilátero prácticamente haciéndolo trizas.

- Ojala te lo cobren. El piso no tiene la culpa de que seas tan… débil – dijo Marín balanceándose graciosamente en uno de los postes que estaban de pie.

Reponiéndose un poco del dolor, el grandulón se lanzó contra ella con los puños al frente, pero Marín solo dio un salto cayendo sobre su cabeza empujándolo hacia abajo haciendo que cayera con la cara. Todos los presentes hicieron la exclamación de Ouch! cuando cayó y se escuchó el sonido hueco. Contrario a lo que todos esperaban, el no tardó en reponerse.

- Al menos estas dando pelea y eso te lo alabo – dijo Marín.

- Cállate! No sabes con quien te estas metiendo! – Gritó aturdido

- No. La verdad no. Y no quiero saberlo – Una patada voladora fue a darle a la mandíbula del grandulón.

La multitud estaba enardecida pidiendo más y más golpes, pero después de tres o cuatro golpes seguidos por parte de Marín, cayó con toda su humanidad completamente noqueado. El juez entró para ver si seguía vivo y al ver que así fue levantó la mano con el puno cerrado declarándola vencedora.

El único que no la vitoreaba era Touma, quien quitándose su capa bajo de un salto hasta el maltrecho cuadrilátero quedando frente a ella.

El presentador se puso donde pudo y con el micrófono en mano comenzó a decir:

- Y ahora… por el premio de $12 millones de Yen… De un lado… la favorita de todos. Agira! Peleara contra el mismísimo organizador del evento… El Ángel!

- No te rompiste la cabeza al escoger tu nombre? – preguntó Marín algo preocupada.

Era obvio que no tenía el nivel para pelear con el siendo un Ángel de Artemisa a quienes se les conocía por estar más allá de un nivel dorado.

- Te dije que te dejaras ganar. Ahora no tengo más remedio que darte una lección. – contestó Touma muy serio.

- Ya veremos.

Ambos se pusieron en posición defensiva mientras el gong sonaba y todos se quedaban en silencio. Ninguno de los dos comenzó primero. Al mismo tiempo ambos saltaron y hubo un intercambio de golpes y patadas sin que ninguno conectara en su oponente.

- No continúes con esto. No era tu batalla en primer lugar – dijo Touma lanzando un puñetazo que pasó rozando la mejilla de Marín.

- A mí me trajeron y si con eso ayudo a la chica con la que confundieron no me importa. Esos son los preceptos que a mí me ensenaron en el Santuario: ayudar al débil y necesitado – dijo lanzando un set de patadas sin que pudiera conectar.

Touma lanzo una carcajada con tono amargado.

- Débil? Necesitada? Agira es la asesina a sueldo más letal de todo Japón. Cara de inocente y sádica como ella sola! – dijo Touma

- En todo caso la justicia debe hacerse cargo. No tú! – dijo Marín sin dejar de atacar

- Yo soy la justicia en este caso! – gritó Touma dándole una patada en la clavícula a Marín que la hizo girar en el aire antes de que fuera a estrellarse a un rincón del maltrecho ring.

Se incorporó rápidamente tambaleándose un poco mientras la multitud gritaba eufórica.

- Acaso te envió tu diosa a hacer justicia por las personas que fueron eliminadas por la tal Agira? – dijo Marín corriendo hacia él.

La pregunta lo tomo por sorpresa. Artemisa no sabía ni donde estaba y antes de que pudiera reaccionar, Marín estaba dándole patadas al puro estilo Hyakuretsukyaku en el torso de Touma logrando desestabilizarlo y que cayera unos metros atrás levantándose casi de inmediato.

- A mi querida diosa no la metas – volvió a atacar esta vez dándole en el estómago y sacándole el aire.

Marín cayo de rodillas y se tomó unos segundos para recuperar el aliento.

- Cof cof Bonita la diosa feminista que te enseno a golpear y matar a las mujeres. – repuso Marín arrancando de su cuello el dije gemelo.

Touma volvió a desconcentrarse. La verdad es que Artemisa lo castigaría si veía que estaba peleando con una mujer, pero tampoco podía dejar pasar la inesperada intervención del caballero plateado del águila en su venganza personal.

- No lo entiendes – gritó – Todos ellos tienen que sufrir y morir!

- Pero por qué? Cof cof – se incorporó Marín – Que te hicieron.

- Todos ellos, mataron a mis padres!

Marín se quedó estática con los ojos muy abiertos.

- Así es. Habré tenid años, pero eso no quiere decir que no comprendiera o recordara lo que había pasado. – Lanzó un Puñetazo que Marín evadió en silencio – Por su culpa me separe de mi hermana – volvió a lanzar un golpe que Marín volvió a evadir haciéndose hacia atrás – Por su culpa no tuve un hogar y voy a hacer que paguen por ello.

Saltó varios metros hacia arriba y Marín tropezó cayendo sobre su trasero. El golpe venia directamente a su cabeza cuando alzó su mano con el dije e hizo que la campanilla en su interior sonara. El sonido fue como un taladro en la cabeza de Touma, y fallo el golpe dándolo hacia el cuadrilátero justo en medio de las piernas de Marín y haciendo volar todo en mil pedazos. Marín siguió haciéndolo sonar provocando que Touma se tomara la cabeza con desesperación.

- No soporto ese maldito ruido! – gritó – Es como el que usaba mi hermana para obligarme a obedecerla cuando era niño!

Marín finalmente le dejo ver el dije colgando de su mano mientras seguía sonándolo.

- Hello! – dijo Marín con una gran sonrisa – Adivina quién llegó?

Agosto 1, 12 pm

Lonchería de la tía Lucy

San Salvador, Bahamas

Kanon llegó puntual a su cita. Acordaron hacerla ahí para que el encuentro pareciera más casual que planeado, pues Tania, conociendo a su orgulloso hermano, sabría que no lo aceptaría de otro modo.

Aunque intentó pasar lo más desapercibido posible, sus amigos lo atraparon al llegar y le invitaron una cerveza entre chismes de marineros antes de que Kanon pudiera siquiera fisgonear el lugar en busca de alguien parecido a Tania. El tenía más o menos una idea de cómo era por aquella vez que los había visto merodear y jugar por su casa, pero ciertamente no esperaba ver la figura que atravesó la puerta al cual reconoció de inmediato: 1.80, musculoso, cabello corto y plateado, ojos grises, piel blanca por estar esos meses en la cárcel lejos del sol, bien vestido con camisa y jeans y con cara de pocos amigos. Traía cargando un saco de patatas en el hombro dirigiéndose directo a la cocina, donde pudo escuchar que hablaba con las que obviamente eran Tania y la Tía Lucy.

Se quedó observando la interacción de ellos tres desde la cocina. Él le recordaba a alguien… pero… a quién? Fue casi una hora después, que sus amigos se habían ido y ya que no le habían servido por alguna razón el almuerzo se paró detrás de la barra, viendo como Tania ayudaba, en su uniforme de mesera a preparar la comida como su tía la dirigía detrás de ella. Kanon la miraba con una sonrisa recordando lo que había pasado precisamente en ese mismo lugar días antes cuando sintió la presencia de alguien detrás de él.

- En este lugar no nos gustan los fisgones. – dijo Vlad en tono seco dejando caer el siguiente saco a escasos centímetros de los pies de Kanon, quien no se movió ni un centímetro.

- Moi? No. Se equivoca. Estoy esperando que alguien deje de chismear y me traiga el almuerzo. – dijo Kanon sonriendo – Llevo una hora y solo me han traído una cerveza.

- Pues si tenía tanta prisa, hay otro restaurante en el hotel. – contestó el hermano de Tania alzando la entrada de la barra para poder pasar con el saco.

- Da la casualidad que no me gusta la comida de ahí – volvió a contestar Kanon

- Que está pasando aquí? – pregunto la Tía Lucy saliendo mientras secaba las manos

- Intentaba llamar su atención para pedir algo de comer pero… - señaló de forma inocente a Vlad – Aquí el Gerente General me ha mandado de paseo.

La tía Lucy miró pasar a Vlad a la cocina diciendo varios improperios en voz baja y movió la cabeza negando.

- No es el Gerente. Es mi sobrino que acaba de llegar de Haití y anda de malas – dijo sonriendo – Hermano mayor de Tania por 3 minutos y medio.

- Ahhhh. Si se parecen en el mal genio. – contestó Kanon – Alcancé comida?

- Desde luego! De hecho no le había servido por una muy buena razón. – dijo la Tía yendo por una bandeja a la cocina.

Kanon terminó sentándose en la barra en espera de lo que le iba a traer la tía. Tania salió para limpiar la barra y guiñarle un ojo mientras le servía otra cerveza helada. La Tía Lucy le trajo una charola llena de empanadas fritas recién hechas y una crema que olían tan bien que a Kanon casi se le olvida el propósito principal por el que vino.

- Señor Kanon, ya que he comprobado de primera mano que es usted todo un gourmet en cuanto a comida del mar se refiere – dijo poniéndole un tazón frente a el – Quiero que sea el primero en probar esta receta que tenía guardada hace mucho tiempo.

Kanon le sonrió mientras soplaba a la cuchara.

- Es crema de ostión y empanadas de Camarón y Conchal. – dijo ofreciéndole una.

Kanon probo con cuidado ambos platos y después de unos segundos de degustarlos se levantó en silencio, atravesó la barra y cayo de rodillas abrazando al mismo tiempo las de la tía Lucy.

- Cásese conmigo.

La Tía Lucy le daba suaves trapazos en la cabeza gratamente conmovida con su reacción, pero Kanon solo reacciono cuando sintió una jarra de agua helada caer sobre su cabeza. Se levantó de inmediato.

- No solo un fisgón sino un pervertido – dijo Vlad aun con la jarra en la mano yendo de regreso a la cocina.

- Vlad! Niño por Dios! – gritó la tía Lucy apresurándose a ayudar a secar la cara de Kanon quien parecía divertido por todo esto. – Perdónelo Señor Kanon. Yo me encargare de que no le haga ninguna grosería de nuevo.

- Ahhh no se preocupe. La verdad es que hacía mucho calor así que se lo agradezco – dijo sonriendo – Pero ya que me han castigado por gozar unos segundos de su compañía, pues ahora le pido que se quede aquí conmigo mientras como, no sea que les dé a sus sobrinos por ahogarme en el muelle

Kanon le hizo ojitos coquetos a la Tía Lucy y como buena fémina, no se pudo resistir.

- Está bien. Iré por una sopa para mí. – contestó la tía regresando segundos después para sentarse en la barra de frente a él.

Los dos le dieron algunos bocados a su comida.

- Y cuénteme como le va en su negocio. – preguntó Kanon – Todos hablan de lo rico que comen ahora.

- No me quejo. – dijo la tía – tengo prácticamente el monopolio de los pescadores y algunos aún recuerdan a mi esposo.

- Me imagino y… porque dice que su sobrino anda de malas? – preguntó mientras prácticamente devoraba las empanadas para beneplácito de la Tía.

Ella volteó hacia donde Vlad salía siendo reganado por Tania por haber olvidado algo importante.

- Seguramente porque ya no es el más guapo de la isla – le guiñó un ojo a Kanon haciendo que este se acercara más a ella.

- Me está coqueteando?

- Jajaja solo le regresaba el favor. Pero a poco no son hermosos los dos? – dijo la tía en actitud melancólica – Mi hermana era una mujer muy hermosa. De hecho, a la edad de 18, antes de conocer a mi cuñado, compitió y ganó la posición de Miss Ucrania.

Kanon se quedó en silencio y haciendo cuentas. No quería que al final de cuentas resultara que los dos hermanos pudieran ser sus hijos pues tenía bastante experiencia con misses desde temprana edad pero respiró más tranquilo cuando recordó la edad de Tania. Se enorgullecía de haber sido un niño precoz, pero no tanto.

La tía Lucy suspiró al ver a su sobrino entrar con el paquete que se le había olvidado.

- A decir verdad Sr. Kanon… estoy preocupada por el futuro de los chicos. – dijo

- En serio? Por qué?

- Porque hasta el momento solo he sido una carga para ellos y por mi culpa no han podido hacer su vida. – suspiró desalentada – Tania ya tiene 22 y no tiene planes para casarse y mi Vlad, acaba de regresar de Puerto Príncipe. Él dice que le fue bien pero… sé que me está ocultando algo.

- Bueno… Tania tiene un trabajo estable y según los chismes ya regresó a la escuela. – dijo Kanon – No me preocuparía por ella.

- En eso tiene razón. Mi niña es muy lista, pero Vlad es tan cerrado que no sé qué es lo que quiere o lo que hace. – dijo – No se crea. Eso me preocupa todas las noches.

Kanon la miró fijamente. Le habría dicho Tania a su tía lo que quería hacer?

- En fin. Ya me desahogue un poquito. – dijo sonriendo mientras terminaba su crema e intentaba agarrar una empanada dándose con una charola vacía.

Kanon sonrió y tomo su nuca.

- Lo siento. No pude resistirlas.

- Vaya! Tal vez sean un éxito entonces – dijo la Tía Lucy recogiendo los platos sucios en esa misma charola.

- Cree que si le ofrezco un trabajo a su sobrino, lo acepte? – preguntó Kanon tranquilamente.

La Tía Lucy le sonrió.

- No tiene que sentir lastima de nosotros. Ya llegara algo primero Dios.

- Y qué tal que él me mandó? – dijo Kanon – Entonces rechazaría la ayuda que le brindo y él se enojaría.

Ella iba a reclamar pero no encontraba falla en su lógica.

- Haciendo qué? Vlad no tiene mucha experiencia que no sea en andar con su moto acuática todo el día y lo poco que pudo haber aprendido en la escuela.

- Pero tiene experiencia con barcos si no me han informado mal, habla varios idiomas y la tiene a usted que ya tiene experiencia en flotas pequeñas – dijo Kanon

- Bueno… sí. Eso es cierto. - aseguró la Tía Lucy

- Y yo ando buscando un administrador. – dijo Kanon tomando de su cerveza – Compre otro barco y ya sabe que yo no estoy en la isla todo el tiempo y tampoco puedo estarlos arriando.

- Entiendo. – dijo la Tía Lucy. La verdad era que efectivamente si no tenían un supervisor, los pescadores harían todo lo posible por no salir al mar, pues percibían un sueldo y no era a destajo como cuando ellos eran sus propios dueños – Es buena idea. Si se atora lo puedo ayudar y dejaría de estar aburrido y mal humorado. Vlad!

El chico en cuestión avanzó con paso lento pero firme hacia su tía.

- Mande.

- El Sr. Kanon me pregunta si te interesaría un trabajo con él. Estoy segura que te gustará, aprenderás mucho y podrías trabajar para comprarte tus cosas que tanto quieres. – dijo la tía alegremente.

Vlad volteó a ver a Kanon con los ojos entrecerrados y apáticos.

- Gracias, pero no gracias.

Si Kanon se sorprendió, Tania que estaba detrás de Vlad, comenzó a echar humo por las orejas metafóricamente.

- Vlad… cocina… ahora...! – murmuró

Con su mejor cara de fastidio, Vlad siguió a Tania hacia la cocina donde su hermana lo azotó contra el refrigerador.

- Pero tú estás loco? A cuantas personas ves aquí que le ofrezcan un trabajo fuera del hotel? Uh?

- No me interesa trabajar para alguien que le mira el trasero a mi hermana. – dijo Vlad tranquilamente

Tania tenia cara de querer ahorcarlo y así se lo hizo saber parándose de puntillas para encararlo lo más que pudiera.

- Escúchame bien cabeza de chorlito. Dios me dio un buen trasero y la mitad de la isla me lo ha visto cuando andábamos en las motos así que no te hagas tonto! – dijo entre dientes con furia en la mirada. Vlad intentó hacerse hacia atrás pero ya no podía hacerlo – Te recuerdo que ahora tienes una anotación permanente en tu expediente que no todos van a pasar por alto y en esta casa hay gastos. Aun debo lo del Sr. Minos y parte de la operación de la Tía y juro que si no tomas esta proposición en serio y te pones las pilas, tendré que decirle todo a la Tía aunque la haga llorar a ver si así te compadeces un poquito y ya te portas como el hombre que se supone que deberías ser a los 22!

Los ojos de Tania, encendidos como estaban por el enojo, también tenía lagrimas contenidas. Si tenía que llegar a eso lo haría, pero la primera en echarse a llorar finalmente seria ella, pues seguía manteniendo la casa ella sola y los problemas parecían acumularse con la negativa de Vlad.

Afortunadamente para ella, esas palabras calaron hondo en su hermano.

- Está bien. Tu ganas. Pero en cuanto terminemos de pagar las deudas que contrajiste por mi culpa, renuncio oíste?

Tania lo abrazó agradecida y lo urgió para decirle a Kanon.

Kanon esperaba pacientemente mientras escuchaba a los dos chicos cuchichear. La Tía Lucy le había servido su tercera cerveza y jugaba con su botella cuando escucho que salían. Vio la expresión en la cara de Vlad y se levantó de repente.

- Sesshomaru! - dijo Kanon – Ya me acorde! Te pareces a Sesshomaru!

Vlad volteo a ver a Tania con ojos de ruego pero su hermana negó con la cabeza y lo empujó hacia Kanon. Aun renuente Vlad extendió la mano.

- Acepto.

- Genial! Siéntate y platiquemos de que es lo que te ofrezco y cuáles serán tus obligaciones – dijo Kanon alegremente.

La tía Lucy la abrazó aliviada y llorando de alegría porque Vlad estaría en buenas manos pero Tania los miró con un poco de tristeza pues eso significaba que Kanon se iría de nuevo en pocas horas.

Agosto 2, 10 am

Templo Mayor

Santuario de Athena, Grecia.

Mu esperaba que saliera Shion de su meditación, mientras lo esperaba recargado en una de las columnas del templo principal. Tamborileaba sus dedos mientras tenia cruzados los brazos y los ojos cerrados. Suspiro frustrado mientras recordaba la última pasada de su mala suerte.

Flashback

Los dos caminaban por las calles empedradas de Rodorio al sur del pueblo por un callejón que Ella no podía reconocer. A Mu le encantaba ese barrio por el diseño tan antiguo de las casas, algunas de ellas construidas hace más de 5 siglos. Ambos cargaban varias bolsas de papel con compras que ella había tenido que hacer para el recinto.

El lugar a donde quería llevarla era una casa de piedra que no se veía bien por estar rodeada por una barda muy alta y un portón de madera que se veía bastante pesado. El abrió la puerta con facilidad mientras Geist admiraba el lugar.

- Vaya! Es un lugar muy bonito! – exclamo al ver la fachada pintada de café claro con persianas de color obscuro y ventanas con marcos blancos.

Una hilera de arbustos bien recortados adornaban el jardín que aparentemente era el trasero y había muchas rosas de muchos colores.

Entraron a la edificación y para sorpresa de Geist, había varias parejas jóvenes que los ignoraron por completo. Era completamente a lo que hubiera visto antes, pues en lugar de las tradicionales mesas, había sets de dos sofás en L con una mesita al frente, dando un ambiente de privacidad a cada grupo de comensales y a la vez comodidad.

Mu puso las bolsas sobre la mesa y pidió un café frappe para ambos y algunos muffins. Cada uno se sentó en un sofá distinto.

- No debiste venir conmigo Mu. Me van a reganar – dijo Geist retirándose la máscara con la que había estado todo el día.

- Acaso no es la regla que ninguna Amazona puede salir sola? – pregunto el lemuriano

- Sí, pero por eso iba a traerme a Yulij – replico Geist – Eso de que un caballero dorado salga de sus obligaciones para ir de compras no me parece correcto.

- Pues tu Sanbocho no opina lo mismo – dijo Mu sonriendo – Casi casi me suplicó que viniera

- Debe ser porque tiene la cabeza metida en el trasero de su marido

- Yo diría que el delantero – bromeó Mu recibiendo un cojinazo por parte de la chica. – Hey!

- No te metas con ella.

- Acaso no dije algo real?

- Pues sí pero no lo digas. Es de mal gusto. – dijo Geist acomodándose en el lugar – Por cierto… que es este lugar? Nunca lo había visto

- Te gusta? – dijo Mu volteando a la casa- Es relativamente nuevo. Dice la leyenda que aquí vivía hace mucho tiempo una niña florista que se enfrentó y sobrevivió a un demonio con ayuda de sus flores o algo así. Le pregunte al maestro Shion si sabía algo, pero se hizo el occiso.

- Tal vez no lo sabe – contesto Geist – Pero supongo que en honor a ella es que cuidan tan bien del jardín.

- Supongo que sí. No es que me importe demasiado la historia sino el ambiente tan íntimo – dijo Mu en voz suave.

Geist no pudo evitar replicar.

- Deberías traer a Kyoko. Le agradaría el lugar.

Mu primero la miró sin comprender.

- No veo por qué? Cada quien trae a quien quiere no? No es como si ella fuera mi novia.

- Porque no quieres. Ella estaría encantada.

- A diferencia de otras personas. – contestó Mu algo molesto

Geist prefirió ignorar este último comentario al ser interrumpidos por la mesera que ya traía los cafés y los muffin de varios sabores. Tomó uno, lo saboreó y luego tomo otro. Eso mantendría la boca cerrada con buen pretexto para evitar seguir hablando de lo mismo.

- Están ricos. No tan ricos como los de nosotras pero… pasan – dijo

- No sé, yo soy adicto a tus galletas de nuez. Creo que ya subí un kilo por culpa de ellas. – comentó Mu sonriendo.

- Si subiste un kilo es porque te creció el cabello porque de lo demás… - Geist no pudo terminar su frase porque sintió como se ruborizo y se metió un muffin para no seguir hablando

Mu lanzó una sonrisa de satisfacción y tomo un sorbo de su café.

- Gracias por notarlo. Se hace lo que se puede.

Geist tardó solo un instante en reponerse.

- Vamos Mu. Creí que ya habíamos dejado claro que ya te habías graduado y ya podrías salir con cualquier chica. – dijo Geist

- Lo que tú dices y lo que yo quiera es algo muy distinto – contestó Mu en tono serio.

- Y ya te dije que mi posición es muy distinta. Te agradecería mucho que dejaras de insistir y me dejaras concentrar en mi trabajo. Sin Marín tengo bastante más trabajo que hacer y menos tiempo para ayudarte con tu "entrenamiento". Como te dije, Kyoko estará bien dispuesta a ayudarte. Además te ves bien a su lado. Hacen bonita pareja.

Mu comenzó a contar hasta cien. Sería mucho más fácil si ella se enojara, si hiciera pataleta, drama, algo! Pero ese tipo de indiferencia lo sacaba de balance. Y eso que ella no sabía que había besado a Kyoko por error.

- Además, no está bien que ya en dos ocasiones me has acompañado a eventos. Tus compañeros comenzaran a molestarte con eso. – dijo Geist tomando de su café.

- Por qué carambas tendrían que decir nada?

- No sé, ya sabes… con eso de que todos comienzan a casarse…

- No estoy ciego. Eso ya lo vi, pero no estoy interesado en eso aun. – declaró Mu – Solo te pedí que siguiéramos con nuestras citas.

Geist sonrió. Qué más quisiera pero ella tenía que hacer lo correcto.

- Mu, te lo dije antes y te lo repito ahora. Tu eres un caballero dorado. Yo no tengo jerarquía. Me la quitaron por mal comportamiento y nunca va a regresar a mí. Estoy ahí únicamente por Shaina y no voy a arruinar tus posibilidades con alguna buena chica solo porque te acostumbraste a nuestras citas.

Mu azoto su taza en la mesa.

- Me estás haciendo enojar.

- Me parece bien. – dijo Geist – Además tus hermanos te necesitan mucho.

- Se supone que nos ayudamos todos.

- En serio? Yo no veo que vayan y molesten a Aldebarán, o a Camus, o a Aioria… Más bien como que te están usando.

- Lo dices por…

- Las cuatro o cinco veces que me he tenido que esconder porque ellos necesitan que los lleves aquí o allá? Nahh

Mu suspiró. Siempre era lo mismo últimamente y eso no podía refutárselo pero él tenía una razón especial para ahora cobrarles y en su momento ella lo sabría.

- Muy en serio… Ya está obscureciendo y si vamos a seguir discutiendo déjame llamarle a… - comenzó a buscar su celular – Mi celular? No lo encuentro

Mu saco el suyo y comenzó a marcar el número de Geist mientras ella buscaba por todo el sofá.

- Debió caérseme en la última tienda cuando saque el dinero para pagar… Si lo pierdo no me la acabo con todas…

- Voy por él, solo no te muevas de aquí está bien? Recuéstate, relájate… y Acabaremos esta conversación en un santiamén.

- Me parece bien.

Mu salió corriendo por la puerta hacia la última tienda donde acompañó a Geist. Afortunadamente el tendero lo había recogido así que no hubo problema en encontrarlo. Acababa de Salir de la tienda e iba a echar a correr a donde había dejado a Geist, cuando Aioros chocó con él por la espalda.

- Te encontré!

- Aioros! Que haces aquí?

- Recuerdas que te dije que necesitaba que me llevaras al Caribe por Liz? – pregunto el caballero de Sagitario.

- Pues si… pero…

- Es ahora Mu!

- Que? Pero dijiste que…

- Exacto te dije que a las siete. Por eso te estoy buscando. Vámonos! – urgió Aioros.

- No puedo, es que…

- No tardaras mucho. Te pago 3 veces tu tarifa.

- En Serio Aioros déjame que…

- 5 veces…

Mu volteó a ver el camino. Geist estaba esperándolo ahí, pero también se lo había prometido a Aioros y se le había olvidado.

- Ok. Sera rápido porque no puedo tardarme – dijo Mu poniéndose el celular de Geist en el cinturón.

- Gracias Hermano. Es muy importante para mí.

- Lo sé. – Dijo Mu tomando a Aioros desapareciendo en el Aire.

Regresó casi una hora más tarde debido a una conversión en los husos horarios que Aioros no contemplo y se tele transportó directo al café, pero ya estaba cerrado. Comenzó a maldecirse por su mala decisión. De nuevo le había fallado a Geist.

Fin del flashback

- De nuevo en el mismo plan, Mu? – dijo Shion sentándose en su escritorio – Como que te vas consiguiendo una novia no? Eres el único que parece amargado.

- No es eso maestro – mintió.

- Ok. Entonces cóbrales más el servicio de "Muber" – sugirió – Haz que valga la pena. Solo no te dejes.

Mu lo miró con los ojos bien abiertos y Shion esbozó una ligera sonrisa.

- Si. Si sabía que les cobraras a tus compañeros y me enojo. Haces bien en no darles gratis ese tipo de servicio. Se aprovecharían de otra forma – dijo - Y Ni te sorprendas, que no puedes ocultar tus emociones muy bien últimamente. Andas de malas, serio, has dejado a los Taurus solos… y estás hablando con quien te conoce mejor que todos ellos.

- Si bueno… supongo que también son nervios, Maestro – dijo Mu desviando el tema.

- Por tu misión?

- Algo así.

- Me sorprende Mu – dijo Shion estirándose – Tu con más ventaja que cualquiera de tus compañeros

- No entiendo.

Shion se levantó de su asiento para buscar un libro detrás de él.

- Eres el único que ya tenías un aprendiz avanzado para posible sucesor de la armadura. Solo tienes que decir no lo quiero hacer y listo.

Mu se quedó pensando. Shion tenía razón.

- Pues no es de que no quiera pero…

- Miedo? - pregunto Shion

- Claro que no! – respondió Mu – De todo puede acusarme menos de eso.

- Cierto… mmm…

- Qué tal que… no sirvo para tener una familia o no se escoger a la persona correcta para mí o ella no es… - Mu no terminó de decir la frase, pero la pensó, suficiente para que Shion pudiera leerla.

Shion volvió a sentarse y ponerle atención.

- Mu… por más que tú, yo, o Kiki lo intentemos, a menos que dentro de los billones de personas encontráramos a otra lemuriana y que fuera de sangre pura, no podríamos tener la certeza de mantener la raza viva. – dijo Shion con calma – Ni siquiera deberías preocuparte por ello. Dedícate a encontrar a una mujer que tenga el mayor número de puntos, y tendrás más posibilidades de ser feliz.

Mu lo miró con curiosidad.

- Puntos? Cuáles puntos?

- Creo que deberías tener esta conversación con alguien que si predique con el ejemplo Mu. – dijo Shion tranquilamente.

Mu se sentó en posición de loto frente a él.

- Como quién?

- No se… Aioros? – contesto Shion

- Jajaja en su vida se ha enamorado. Hasta Kiki ha tenido más interacción con las mujeres – contesto Mu

- Entonces… Milo? Ya está casado y Samira es una buena esposa.

Mu se quedó callado por un momento.

- Aunque me encantaría encontrar una mujer tan… buena ama de casa como Samira… no ando buscando una criada.

- Entonces a Kanon…

- Jajaja En serio? Me manda con el mas mujeriego de los 12? – se rio Mu – A él le dio esa lista de puntos, Maestro?

Shion salió de detrás de su escritorio para estar frente a Mu.

- No. El y su hermano digamos que no "necesitan" de sabiduría en ese aspecto. Acaso no me contaste que Saga está muy a gusto con su mujer?

- Bueno si, pero Saga es Saga y Kanon es Kanon maestro. Ya debería saberlo.

Shion se quitó su máscara y suspiro. Era increíble tener la teoría en la memoria, pero no poder decirle a su discípulo ni un solo caso práctico.

- Está bien Mu. Tu ganas. – le pasó una libreta y un bolígrafo que Mu se apresuró a tomar – Hay diez puntos que, dicen las personas que las han aplicado, te ayudara a diferenciar la chica adecuada para una relación a largo plazo de una con la que solo serás feliz para pasar el rato.

- Lo escucho Maestro.

- El primer punto es que puedan entretenerse honestamente. – dijo Shion -
Si vas a pasar toda la vida con una persona, lo menos que puedes esperar es que esa mujer sea capaz de mantener conversaciones serias y relajadas, que comprenda tu humor y con la que puedas pasar un fin de semana a solas, sin la incomodidad del silencio abrumante o terminar mirando las paredes del techo. Necesitas una compañera, una amiga, mucho más que una simple amante apasionada.

Mu estaba tomando nota muy rápido. No quería que se le perdiera ningún detalle.

- El punto número dos, busca una mujer que sea una sorpresa constante, impredecible, que con pequeños detalles de su personalidad te sorprenda día a día. No se trata de que sea una mujer extrema, sino que se interese por conocer cosas nuevas y arriesgarse en algunos aspectos de la vida.

Mu asentía mientras escribía. Sería fácil que tuviera esos dos puntos.

- Ahhhh especialmente para ti mi querido borreguito adolescente…

- Hey!

- Jajaja el punto número tres: Sexo con sentimiento. No solo busques
a una mujer que sea una diosa en la cama sino que además esa mujer te pueda dar el complemento de la emoción, de los sentimientos y de la ternura en la intimidad. Ten en cuenta que los Arianos somos seres muy sexuales y a veces nos tiramos a cualquier cosa que se mueva, pero para compartir tu vida, debes encontrar una mujer que no solo te satisfaga en la cama, sino también en espíritu y en mente.

Mu subió la mirada a su maestro para hacer muchas preguntas al respecto pero el solo le hizo una señal para que regresara a escribir.

- El siguiente punto es Independencia, Mu. Que no deje su círculo de amigas para volverse tu sombra, porque terminaras aburriéndote y fastidiándote.
Tienes que sentirte parte importante de su mundo pero no ser el centro de él. Que mantenga sus amigas, sus pasatiempos y su propia identidad, pues como ya lo dijiste, buscaras una compañera de vida, no una esclava.

Mu asintió, pero se dio cuenta que se estaba complicando el asunto.

- Punto siguiente: Organización. Todos los hombres, y me incluyo Mu, somos un reverendo desastre. Claro que sabemos dónde dejamos cada cosa, y cuando llega alguien y lo ordena como debe ser… cof cof Shaina cof cof… ya no encontramos nada. Necesitamos a alguien que nos ayude con esos pequeños detalles y que nos facilite la vida.

Mu se apresuró a escribirlos y Shion continuo:

- El siguiente punto… mmm… creo que debí tener esta conversación con todos los dorados al respecto – dijo Shion pensando un poco – en fin… Cordura. No quieres a una más loca que tú para compartir tu vida sino alguien que la equilibre para que te ayude a tomar buenas decisiones porque aceptémoslo… Necesitamos que nos aterricen de vez en cuando.

Mu le sonrió con complicidad. En quien estaría pensando su maestro al decir que debió hablar con todos? Alde? Shura?

- Creo que el siguiente punto es muy obvio: Mimos. Que le guste consentirte. Debe ser lindo que llegues a tu casa y te reciban con una sonrisa, un beso y un abrazo. Y tú también debes ser igual. Ellas merecen ser mimadas por muchas razones. Y por favor… esto ya no es parte del punto sino mío para no morir de diabetes… no le pongas un mote cariñoso y se lo digas frente a nosotros. Aparte de cursi… no a todas les gusta. Comprendes?

- Entendido.

Shion suspiró. Comprendía a Mu más de lo que él quisiera. El llevaba demasiado tiempo solo en el aspecto sentimental, y necesitaba a alguien con quien probar estos puntos. Desesperadamente.

- Maestro? Maestro!

- Lo siento – contestó Shion saliendo de su línea de pensamiento – En que me quede?

- Mimos.

- Ok. El siguiente punto es… Calor de hogar: Una mujer que cuando llegues de las presiones del trabajo, lleno de estrés, problemas, y en nuestro trabajo incluso heridas físicas… con su sola presencia te sientas a salvo. Que te puedas relajar a gusto, y te motive tanto a regresar alegre al trabajo como que te provoque ansias por volver a casa.

Mu se quedó pensando un poco antes de seguir escuchándolo.

- Esto te parecerá extraño pero… el siguiente punto es Regaños para crecer.

- Que que? Pero no acaba de decir…

- Tranquilo Mu. Déjame terminar. No te estoy diciendo que necesitas una madre sustituta,
pero sí una mujer que sea capaz de estar en desacuerdo contigo, que te regañe si has hecho algo malo y que te aliente a salir adelante en la vida. En pocas palabras que te regane porque se preocupa por ti y porque seas mejor persona.

Mu se apresuró a escribirlo y su mente voló a su hermana postiza. Shaina siempre andaba reganando a todos porque no comían bien, o porque estaban de flojos, o hacían algo mal, pero era porque en realidad se preocupaba por ellos y no solo por joderles la vida, sobre todo con el maestro.

- Y por último Mu… que tengan Valores comunes entre ustedes. Puede ser que la idea de buscar valores comunes te suene algo así como de familias conservadoras o en nuestro caso de nuestra raza, pero la verdad es que es imprescindible terminar con una mujer que tenga valores claros, que crea en la familia y que además compatibilice esos valores con la tuya. En tu caso y en el mío no es fácil, pero existen.

Mu repaso su lista contando en total 10 puntos.

- Cielos… no es tan sencillo Maestro.

- Oh Vamos Mu! Esa lista solo es por si quieres compartir tu vida con alguien para siempre, pero tu misión es solamente engendrar al heredero – dijo poniéndose su máscara – Ve y reflexiona sobre esa lista y veras como es más fácil de lo que supones.

- Si maestro. – Mu se levantó del suelo pero pensó – Si fuera tan fácil porque no se casó él?

- Mu…

- Si?

- Puedo leer tus pensamientos recuerdas?

- Uhhh permiso para salir corriendo de aquí? – dijo – Creo que Kanon me llama.

- Permiso concedido.

Mu se echó a correr a la puerta pero al llegar volteó a preguntarle:

- Maestro… que paso con el viaje a China para entregarle no-se-que-cosa a Dohko?

- No te preocupes. – contesto Shion con una sonrisa bajo su máscara – Si llama a preguntar, diré que se me olvido.

Mu aceptó esa respuesta y salió dejando a Shion pensando. Ya había pasado mucho tiempo como para que estuviera solo. Ahora que próximamente tendría el tiempo libre, tal vez también se dedicaría a buscar una mujer para él.

Shion se sentó en su escritorio mientras veía la pila de papeles acumulados porque su Sanbocho se divertía con las señoras en el centro comercial. Era en serio? Desde cuando le molestaba eso?

La puerta de comunicación se abrió y entraron corriendo Kiki con una máscara roja y Sammy con una máscara de madera claramente hecha por ella gritándole a Kiki:

- Yo soy Groot! Bebe Groot! Groaaaaaar! – dijo haciendo alarde de atacarlo con una vara que tenía en la mano.

- Ah sí? Pues yo soy el Power Ranger Rojo y te voy a ganar – contestó el chico blandiendo una espada también hecha de madera

- Yo soy Groot! Groot groooooooot!

- Y ya te dije que yo te gano! Tu solo eres una rama parlante y yo soy un guerrero espacial!

- Yo soy Groot! Yo soy Groot! Yo soy Groot! Yo soy Groot! Yo soy Groot! Yo soy Groot! Yo soy Groot! Yo soy Groot! Yo soy Groot! Yo soy Groot! – decía Sammy para molestar a Kiki quien casi histérico y tapándose los oídos, salió corriendo por la otra puerta seguido de la niña, quien comenzó a perseguirlo riéndose.

Shion solo los miró y por la misma puerta por la que habían entrado entró Aioros con un manuscrito en la mano.

- Lo siento Maestro, se me escaparon… para donde se fueron? – dijo buscándolos con la mirada

- Ni la menor idea. – respondió Shion – Que traes ahí?

Aioros volteó hacia el manuscrito.

- Esto? El último volumen de sus memorias como Patriarca, Maestro. Se las estaba leyendo a los niños cuando la guerra en el espacio aparentemente se desató.

- No veo como pueda relacionarse una cosa con la otra. – contestó Shion sabiendo exactamente lo que contenía ese volumen.

- Tuve que obviamente omitir algunas… páginas que me encantarían discutir con usted si me lo permite – dijo Aioros quedándose de pie frente al.- por lo demás, no fue tan difícil cambiarlo a versión infantil.

- De acuerdo. Te escucho.

Aioros se sentó en la silla frente a él.

- Bueno… yo… creo que nunca discutí con usted este tema antes.

- …

- En realidad la última anotación que hizo fue y cito: "Se lo que trama, y mañana cuando haga pública mi decisión, todos podrán comprobar mi teoría. Oh dioses! Por lo menos denme fuerzas para darle batalla, aunque sé que un simple mortal como yo no podrá contra él."

Shion cerró los ojos por detrás de la máscara. Recordaba perfectamente el momento en el que hizo la que fuera su última anotación como patriarca en ese libro.

- Cuál es tu duda Aioros?

- Esta anotación es de… aquella noche en la que decidió que yo sería su sucesor, verdad?

- Correcto.

- Pero… - Aioros abrió las ultimas hojas de la bitácora – Por lo que dice, usted ya sabía que el intentaría…

- Si.

Aioros se quedó en silencio y dejo la bitácora encima del escritorio pero se levantó enfadado.

- No lo entiendo!

- Que cosa?

- Por qué? Por qué no nos dijo a los demás lo que estaba pasando? – reclamó Aioros – Acaso sabe lo que sentí cuando creí que usted, la persona que me acogió y crio como un padre, parecía haberse vuelto loco queriendo matar a un bebe? No solo un bebe… a bebe Athena! Lo más preciado para nosotros según sus propias palabras. De no haber sido porque cuando salvé a Athena se le cayó su máscara…

- Solo así supiste que no era yo, verdad?

Aioros asintió con la cabeza. El corazón aun le dolía. Había sentido un gran alivio de saber que no era Shion, pero desesperación porque supo que era su casi Hermano Saga y preocupación al no saber qué había sucedido con su mentor.

Shion camino hacia él y le tomo el hombro, haciendo que Aioros soltara unas lágrimas. Había dudado de su patriarca, su mentor… su padre. Shion también lo resintió, pero se repuso casi de inmediato.

- Lo importante es que todos te estamos agradecidos por tu sacrificio Aioros. Athena estuvo a salvo y pudo despertar en Saori a tiempo para… los sucesos que ya todos conocemos.

- Pero hay algo más verdad Maestro? – insistió Aioros – Usted era el patriarca! No podía ser derrotado por Saga nada mas así! Usted le enseno todo!

Shion observo a Aioros fijamente:

- Quise emular a mi maestro, Aioros. Peque de Soberbia al creer que podría contra un dios.

Aioros se levantó de su silla sobresaltado.

- De que está hablando? Me dijeron que… que Saga lo había asesinado en Star hill!

- Lo hizo.

- Estoy confundido.

Shion suspiró. No era algo de lo que hubiera hablado con nadie en mucho tiempo debido a lo delicado del tema, pero si Aioros sería el próximo patriarca, debía estar al tanto de los hechos.

- Maestro… me está diciendo que… Saga es la reencarnación de algún dios? Pero y entonces Kanon…

Shion negó la cabeza.

- Yo nunca dije eso. – dijo Shion - Mas ten en cuenta que las reencarnaciones no son los únicos medios por los que los dioses pueden controlar un cuerpo humano y este dios es astuto como nadie. Tenía una estrategia tan perfecta, que tal vez el único error que cometió fue el de no asesinarte con sus propias manos prestadas. Sabes bien que Shura no terminó el trabajo que él le encomendó porque no quiso arriesgar el cuerpo de la bebé y eso fue algo con lo que él, no contó. Pero sí que lo hizo con mis sospechas, pues sabía que yo iría a Star Hill y estaría solo, y que a pesar de que con los años llega la sabiduría, la soberbia es uno de los vicios más difíciles de quitar. Parece que no siempre es el dios bárbaro y sin autocontrol que todos sabemos.

Aioros estaba pasmado.

- Quien? Quien fue aquel que pudo corromper el corazón de Saga y contaminó este recinto sagrado. – preguntó Aioros Horrorizado

Shion volvió a ponerse su máscara.

- No lo adivinas Aioros? Te falta mucho por aprender todavía, pero no dejare esta lección a medias. Te diré el nombre de este dios para que no olvides que eres un simple mortal a merced de sus caprichos y que por muy poderoso que seas, puedes caer ante ellos.

- Quien es maestro? Dígamelo.

Shion comenzó a caminar hacia la salida.

- Ares.

El Patriarca salió por la puerta dejando a Aioros de rodilla totalmente en Shock por esta nueva revelación. Cuantos otros secretos de esta índole tendría aunque revelarle Shion como su sucesor?

Agosto 2, 4pm

Hotel Olimpo

Atenas, Grecia.

Ares le abrió la puerta de la limo a Keres frente al Hotel. Él no tenía la menor intención de quedarse un minuto más en ese lugar. Odiaba la manera en la que todos se comportaban con ella como si fueran todos una familia funcional cuando nada estaba más lejos de la verdad.

Keres se acomodó en un rincón con un semblante serio y Ares pidió que los llevaran al aeropuerto.

- Hiciste un buen papel. Hasta yo me creí lo del teatrito con tu madre. – dijo Ares mandando un mensaje por su celular.

- Hice lo que tenía que hacer para que no te afectara. – dijo Keres mirando por la ventana – Es una promesa que hice hace mucho tiempo.

- Te das cuenta que ahora tu madre ira por el padre de tu hijo verdad? – preguntó Ares – No debiste hacerlo. Yo como sea me aguanto…

- Exacto. Te aguantas y después todos sufrimos tu mal humor así que no gracias. – respondió Keres – Y respecto a Aleix… Saldrá bien librado. Siempre lo hace y si no tú me ayudaras a que así sea. Me lo prometiste.

- Cuando me cuentes exactamente quién es el, lo considerare. Porque su nombre real no es Aleix si acaso es el que mi padre piensa. – contestó Ares viendo como el color de la piel del rostro de la diosa de la muerte violenta palidecía

Keres miró el rostro de Ares y pudo ver que hablaba en serio. Ya habían pasado demasiado tiempo juntos como para que pudieran esconderse cosas.

Flashback

Año 1350, santuario ateniense, templo de Athena.

Hades se preparaba para el asalto final.

Athena había perdido muchos santos durante la reciente batalla contra Ares y eso le había abierto el camino a la victoria. Si, su sobrino había causado más bajas de las que se pudieran esperar y solo con la legión de fuego. Las otras legiones no habían entrado siquiera en batalla y eso era algo que preocupaba a Hades sobremanera, pues últimamente su sobrino estaba comportándose de una manera más fría y calculadora, de tal modo que había reducido a cenizas una fortaleza de avanzada que Athena tenía en la legendaria ciudad de Micenas, fortaleza que a Hades le resulto inexpugnable, pero que ahora su sobrino "favorito" había demostrado que podía con la diosa de la guerra de una forma admirable.

Pero Hades confiaba en que su sobrino cumpliera su promesa: si Hades le enviaba a la reencarnación de Athena de ese siglo, Ares desistiría de su conflicto con el inframundo. Aun no podía creer que le hubiera declarado la guerra avisándoles que lo atacaría después de derrotar a Athena.

Así pues Ares inicio el ataque y destruyó la fortaleza de Micenas para después enviar los cadáveres a su media hermana para que les diera sepultura. Igualmente y para honrar como era su costumbre aquellos rituales humanos en relación al trato de sus muertos, le dio 7 días de tregua enviando un mensajero a su tío Hades informándole del asunto, para que hiciera lo mismo.

Hades, a quien en realidad no le importaban los cuerpos sino las almas de los caídos, aprovechó este momento de Luto de Athena para atacar de sorpresa a su sobrina. Ares, al no poder detenerlo, le pidió que no tocara a Athena, pues era su prerrogativa decidir si la mataba o no..

Hades le había jurado que respetaría su petición, pero tan calculador como era y sabiendo las verdaderas intenciones de su sobrino de liberar a la doncella que era el avatar de su media hermana y encerrar a Athena en una vasija para humillarla, decidió hacer su propia voluntad. A su modo de ver, Ares se estaba ablandando antes la especie humana y eso no era digno de alguien de la familia.

A pesar de todo eso, lo que realmente preocupaba a Hades y no lo dejaba pensar muy bien era la incertidumbre de saber en dónde se encontraban las otras 3 legiones de su sobrino, que gracias al cosmos de Keres podían esconder su presencia y estar ahí a la par de las tropas de Hades o Athena y atacarles a ambos.

Tras dos días de intensa batalla en el santuario , Hades logro encerrar a Athena, el Kyoko y algunos saints y soldados rasos en el templo principal, obligándola a rendirse a cambio de perdonar a los fieles guerreros sobrevivientes. Athena aceptó con la condición de que le permitiera irse a los saints antes de que ella se dejara capturar y Hades acepto la rendición de Athena pidiéndole secretamente a Niobe y a Raimi perseguirlos tan pronto se capturara a Athena. Al final, los saints y soldados escaparon gracias a la otra dimensión del gemelo sobreviviente quien usaba la armadura de plata del loto, quedando solamente el santo de tauro, leo y el de loto junto al patriarca y a la diosa en el templo.

Enfurecido por esta mala pasada, Hades decapito uno a uno a los santos frente a él en una escena parecida a la que se repetiría días después. Se dio el lujo de tomar al avatar de Athena y arrojarlo contra su misma estatua despectivamente, pero al no estar totalmente despierta la divinidad dentro de ella gracias a los sellos de Hades, este empezó a aplicarle un castigo físico, creyendo que esto le daría a la vez un castigo psicológico a su sobrina sobre futuras guerras.

Sin piedad alguna, tomo a la joven y con su espada le corto ambas manos. Ella lloraba del dolor de su castigo, pero no le dio la satisfacción de pedir por su vida. Enfrentaría su destino con valentía.

Hades odiaba la convicción y entrega con que la chica estaba resistiendo, por lo que continuó golpeándola, cortándola y la niña lloraba más y más. A pesar de tanto castigo, su rostro seguía siendo hermoso e incluso Minos, el más sádico de los jueces del inframundo prefirió voltear hacia otro lado. Por qué no simplemente la mataba y daba por terminado el asunto? ¿Acaso ese dios era tan cruel que incluso una niña debía sufrir su cólera? Se sentía impotente porque ni siquiera el, trataría a un pederasta con tanta saña.

La niña al juez y al ver el terror que esa visión le estaba ocasionando en su corazón, trató de consolarlo sonriéndole para dejarle en claro que ella sabía que esa no era su culpa, sino que simplemente era el cumplimiento de los caprichos de los dioses.

Esa sonrisa no pasó desapercibida para Hades y la interpretó como que la diosa lo estaba retando. Nunca se dio cuenta que Athena había abandonado a esa desdichada junto con los demás santos.

Para cuando Hades comenzó a arrancarle partes de su cuerpo a la joven para darle un escarmiento por su atrevimiento, ya su cuerpo no sentía nada, ni dolor, ni agotamiento, ni siquiera el terror a la muerte. Ella había traspasado el umbral del dolor y perdida entre visiones de su tortura e imágenes de un joven apuesto, pelinegro con una armadura con puntas filosas en los protectores de sus hombros y una mirada feroz y fue perdiendo el conocimiento hasta dejar abandonado su cuerpo en esta tierra mientras su alma era encerrada en una especie de jarra pero antes de entrar a esa jarra, pudo ver como su cuerpo sin vida era decapitado por el terrible dios de la muerte.

Una joven diosa observaba dolida la escena. Ella odiaba que niños murieran en las guerras y por eso se había decidido a recoger las almas muertas de forma violenta, tanto de guerreros como de personas inocentes para agregarlas al ciclo de la reencarnación y vio con odio cuando Hades encerró el alma de esa niña en el ánfora que más parecía una jarra por su diminuto tamaño. Espero que todos se hubiesen ido por un portal al inframundo y decidió empezar su labor: recoger las almas de los santos muertos.

Dos días después, santuario de Athena nuevamente.

Ares se movía de forma violenta, estaba que se deshacía de odio. No solo no había podido derrotar él mismo a Athena sino que había tenido que recoger los cadáveres calcinados de los saints de su hermanastra y todo por culpa de la victoria mal lograda de Hades.

Era cierto que su tío había derrotado a Athena como también era cierto que a diferencia de la distancia normal de entre 255 y 243 años que había entre los enfrentamientos de su tío y Athena esta vez habían pasado solo 100 años, y que el hecho de recibir en bandeja de plata la cabeza de Athena como ofrenda de paz debería tenerlo contento y feliz pero no lo hacía.

El personalmente esperaba que su tío le enviara a la joven avatar de su hermana para exorcizarla y encerrar el alma de Athena en una ánfora, pero dada la estupidez de su tío, una niña de once años había sido horriblemente torturada y decapitada mientras el alma de Athena volvía tranquilamente al olimpo a recuperarse de la derrota sufrida.

No le parecía justo. él era un dios violento y sanguinario, pero no le gustaba la injusticia. Gracias a los mitos jamás hablaban bien de él y la mayoría en Grecia lo odiaban. Por supuesto, los mitos los contaban partidarios de Athena, pero sus bersekers sabían bien que a él no le complacía la muerte de personas inocentes durante las guerras y por eso detestaba a los humanos que mentían diciendo que era él quien inspiraba las masacres de gente ajena a los conflictos, lo llamaban el dios de las masacres.

Suspirando de frustración, dio la orden a sus bersekers y sus tropas se prepararon para invadir el inframundo. Esa era la única manera de vengar a esa niña a la que Ares conoció de bebé y con la que tuvo escasos pero importantes encuentros antes de que la gente del santuario le revelara a la niña que ella era la reencarnación de Athena. Ares quería vengarla y detener la peste que asolaba a las poblaciones inocentes de Europa, que su tío estaba diezmando con esa enfermedad. Ares, el dios acusado de querer destruir a la humanidad, irónicamente era el que la salvaría sin llevarse ni un gramo de gloria.

- Keres! Están todos listos para la batalla? - gritó

- Si maestro

- Ya te dije que no me digas así. Solo di un simple Sí señor.

- Sí señor. las 3 legiones están en la isla de creta, la entrada oculta al inframundo, he ocultado su cosmos con el mío y su tío no se lo espera.

Keres amaba el cambio que Ares experimentaba desde que fue liberado del tártaro y mucho más después de saber que la última avatar de Athena misma le había dado su confianza y amistad a pesar de saber quién era.

- No te regocijes tanto chiquilla. Él se lo espera, pero no aun. – dijo con voz neutra – terminaste de recoger las almas de los santos que mi tío abandonó aun cuando sabe que está prohibido?

- Si. Ya las recogí y las envié al ciclo de la reencarnación. Mi maestro Anubis me enseño bien – dijo Keres haciendo alarde de autosuficiencia frente a Ares y algunos mandos medios del ejército de este dios.

Ares la miró y comenzó a reír.

- Jaja Jajaja Es una lástima que la tía abuela niegue rotundamente sus amoríos con él. Me encantaría poder decir a los cuatro vientos que pudiera ser tu padre. Es el único dios que conozco que puede usar su cosmos sin que lo sepamos o detectemos y es el único al que yo mismo he visto que le ha metido mano a tu madre cuando ni mi padre pudo aunque sé que le encanta coquetearle.

Keres solo le sonrió sonrojada pues sabía que Ares amaba porque aun parecía una niña de diez años.

- Sabe que ya no me asusta con esas cosas tan humanas que le da por decir.

- Tienes razón, no te asustas, pero te molestas y te sonrojas – acentuó Ares aun riendo al señalar las mejillas sonrosadas que la diosa joven tenía a causa de haberse imaginado ese encuentro.

Tapándose ambas mejillas Keres respingó en el tono más bajo posible.

- Maestro, ¡no siga por favor!, me avergüenza que se comporte como diosa vieja y chismosa

- Shhhht recuerda que de seguro nos están escuchando y te van a castigar - dijo Ares tratando de asustarla, y casi lo había conseguido.

Keres alzó su barbilla.

- No les temo. Volveré a huir y me esconderé por quinientos años entre los humanos de nuevo. – dijo la diosa

- y de nuevo me pedirás acompañarte? Ahhh estoy muy ocupado – contestó Ares

- Qué? Pero usted ni vino! me dejo abandonada a mi suerte en esta tierra tan mal gobernada por Athena – dijo Keres olvidando que en esa época Ares había estado encerrado en el tártaro.

El semblante de Ares cambio a uno más adusto.

- Haré como que jamás dijiste eso – dijo Ares sorprendido al sentir cierto rencor en la voz de Keres.

Ya había notado lo importante que se había convertido para la vida de Keres y que ella evidentemente lo había tomado como su ejemplo a seguir y se se esforzaba por hacer las cosas exactamente como él se las pedía, dándole a entender que ella le servía no por temor, sino por convicción.

Otra cosa que a Ares le tenía sorprendido, era el hecho de que a Keres, en comparación con otras diosas, gustaba de los humanos y no se sentía tan a gusto entre sus pares. Pero eso sí, era muy capaz de castigar al objeto de sus afectos si este dañaba a un inocente.

No se arrepentía de sacarla de la casa de Nix a quien, gracias a sus hermanos, se le conocía como una arpía sádica y cruel a tan tierna edad cuando lo único que Ares veía era una diosa sedienta de amor aunque fuera de su madre, quien no dudó en entregársela a Ares a cambio del silencio de este que varias veces la había descubierto con un dios no griego y podía perder el respeto y lealtad de sus hijos y sobrinos.

Ares por su parte en batalla la consideraba como su igual, tanto así que en la cadena de mando, solo él podía ordenarle algo a Keres, o en su defecto, castigarla o premiarla. La tomaba como una hermana menor aunque a la misma Eris no le caía en gracia.

- Asegúrate de sepultar los cadáveres, no quiero que mi ejército se enferme y después de dos días nos reunimos en creta – dijo Ares de manera fría y arrogante

- Si señor – dijeron al unísono Keres y los mandos medios de Ares mientras partían a cumplir sus órdenes.

La sepultura era una honra para los cadáveres que Ares encontraba en su camino y que no habían muerto ni por sus órdenes ni por su mano o la de su gente; la cremación, el más alto honor, era para sus enemigos derrotados en batalla y sus soldados y así cumplían sus legiones sin chistar.

Ares vio como obedecían sus órdenes y no pudo evitar tomarse el lado izquierdo del pecho para intentar minar el dolor en su corazón. El solo había querido derrotar una sola vez a Athena para dar por zanjado en tema de su hija Pentesilea demostrándole a Athena que él podía ganar sin matar gente de manera innecesaria. Humillar a Athena encerrándola por 700 años era su plan pero la casualidad de que su tío despertara antes de tiempo lo preocupó. Y el sadismo de su tío con el avatar de Athena había sido la gota que derramó el vaso.

Keres observaba de lejos al pensativo dios de la guerra mientras recogía el cadáver de esa niña y su Kyoko. Con su cosmos empezó a tratar de unir nuevamente el cadáver de esa chiquilla, y mientras lo hacía, también pensaba en la tortura que usaría para obligar a su hermano Thanatos a devolver su alma pues este dios era el guardián de las ánforas de Hades donde estaban encerradas las almas de algunos humanos o dioses menores que lo habían desafiado.

Cuando hubo rearmado el cuerpo, lo recostó en una de sus pieles de oso y se dirigió a su comandante en jefe.

- Señor, he recuperado el cuerpo de la niña Qué hago con ella? Hades se llevó el alma en un ánfora, yo lo vi. - dijo

- Te escapaste sin mi permiso para venir a ver qué ocurría? – reclamó Ares – hiciste bien. Ahora que sé que esa pobre niña no podrá volver a vivir, tengo más motivos para atacar el inframundo y también para golpear a tus hermanos y así nos cobramos la de hace 800 años cuando me encerraron en el tártaro y te castigaron a ti. Aún no he olvidado que vi cómo te dejaban atada a una gigantesca roca mientras un cuervo venia cada mañana a sacarte los ojos, me dejaron ver los primeros 10 días de tu castigo antes de encerrarme en el tártaro. Sigo teniendo pesadillas.

El tono de Ares era de hastío, pero su ser entero se llenaba nuevamente de la rabia por la impotencia que había sentido en esa ocasión y a la vez su corazón se sintió incómodo. No estaba muy acostumbrado a mostrar sus sentimientos porque sabía que eso lo hacía ver débil ante los demás dioses y sería aún peor si los humanos se daban cuenta.

- Por favor maestro, no me recuerde esos 14 años, aun no me recupero del trauma. Por eso me les oculte por 502 años, para ser exactos, tan pronto Prometeo me desato, luego Zeus lo envió al tártaro por ayudarme a escapar y fue Hera y no mi madre quien pidió que me levantaran mi condena, que suficiente había sufrido al verme alejada de usted maestro.

Ares volteó a verla y comprendió que ella no había olvidado tampoco que durante 5111 días sufrió su castigo todo a causa de proteger una aldea donde vivía un joven del que se había enamorado. Esa chiquilla lo metía en cada lio! Precisamente ese castigo se lo había ocasionado su insensatez. Mira que llamarle bola de hipócritas a Athena, Hades, Hypnos y Thanatos. Habían amenazado con matar a ese chico y todo su pueblo, pero ella había aceptado un castigo corporal en su lugar que ellos aceptaron y Ares, al intentar defenderla también fue castigado.

Fue uno de esos días, mientras sufría el dolor de tener al cuervo entretenido con uno de sus ojos, que Keres vio por primera vez cuanto le importaba a Ares aunque nunca se lo dijera y el dolor en el rostro de quien consideraba su maestro al verlo llorar por ella Algo que solo hacía por él y por sus hijos. Esto quebró a Keres, quien no pudiendo soportarlo más pidió a gritos que se lo llevaran de ahí, que si ella debía pagar su error, lo haría sin quejarse siempre y cuando se llevaran a Ares de ahí. Fue Hera quien al darse cuenta de lo ocurrido, pues llegaba a alimentarla todas las noches y a darle palabras de aliento, quien solicito a Zeus que Ares ya no fuera llevado a ver la tortura de Keres.

Cuando terminó su castigo, y al no encontrar a su maestro, Keres se juró a si misma que jamás volvería a ser débil evitaría que otros se sacrificaran por ella. Tomando valor y recordando que había cierto dios egipcio que podía ayudarla, decidió arriesgarse buscando al dios Anubis, solicitándole la enseñanza adecuada para la guerra y para su función como una de las 3 Keres del campo de batallas. Anubis no pudo oponerse y también fue él quien aliado con Hera, apelo a las condenas puestas a Ares y Prometeo, logrando la reducción de estas, así Ares que había sido condenado a 2000 años de castigo en el tártaro, solo cumplió una condena de 500 y Prometeo solo hizo 231 años por haber ayudado a Keres a escapar. Keres fue obligada a cumplir su condena desterrada en la tierra, aunque ella ya se había autoimpuesto ese mismo castigo, mas por convicción que por deseo propio, era su protesta silenciosa contra la corrupción del olimpo.

Cuando ella se dio cuenta que Ares había sido liberado pero había sido arrojado a la tierra, lo busco por todos lados aunque tardo en encontrarle 37 años y cuando lo encontró, lo alimento y luego lo curo y juntos huyeron a Egipto hasta sus antiguos generales y sus mismos hijos los buscaron para jurarle lealtad al dios de la guerra aun si este luchara contra el mismo olimpo. Ares aun no perdonaba a sus hijos por haberlo abandonado, pero había sido Afrodita, la diosa de la lujuria quien les había prohibido ayudarle. Ares se maldecía constantemente, pues había sido el mismo quien les había dicho que debían ser más obedientes con su madre y vaya momento en el que vinieron a obedecer.

Fin del Flashback.

- Y bien? Me dirás o más bien, me confirmaras quien es en realidad el tal Aleix? – dijo Ares ayudándola a bajar.

- Me dirás con quién te mensajeas tanto por las noches y a quien le compras cosas tan tontas como una funda de osito, ropa en la sección infantil de una tienda exclusiva y pagar la cuenta del celular?

- Pero que caraj…!

- Eso te pasa por hacerme llevar tu contabilidad personal – dijo Keres tranquilamente – Yo te digo mi secreto y tú el tuyo. Tu no lo revelas, yo tampoco.

Ares se quedó callado. No estaba preparado para revelar el secreto de Sammy pero Keres sería una buena aliada, sobre todo porque sabía que Apolo no se quedaría quieto al respecto.

- Déjame pensar si me conviene y más adelante continuaremos esta conversación. – dijo Ares abriendo la puerta – Mientras tanto tenemos que salir de este lugar antes de que alguno de tus hermanos nos haga la gracia de seguirnos.

Keres asintió y lo siguió casi corriendo. Ares tenía razón. Esa era la prioridad en este momento. Ya tendrían mucho tiempo en el avión para platicar más y posiblemente confiarse sus problemas como antaño para solucionarlos juntos.