Capitulo 189
Agosto 3, 2 PM
Hotel Raizan South
Osaka, Japón.
Marín miró por última vez por fuera de la ventana de su habitación esperando que Touma viniera a verla antes de que ella tuviera que regresar a Tokio. La reacción a su revelación cuando prácticamente se presentó como su hermana no era la que ella había esperado. Se había levantado en silencio sin ninguna expresión en el rostro, como si ella no supiera de lo que hablaba y oficialmente le hacía cedido la pelea.
Todos ahí comenzaron a vitorear a Aguira y Touma se había dado la vuelta dándole la espalda a Marín listo para irse, cuando ella corrió a su mochila, sacó una tarjeta con la dirección del Hotel y se la entregó en la mano.
- Por favor, hablemos. Te espero ahí. Cuarto 27.
Él no había dicho nada y había desaparecido entre la multitud.
Ahora ya no estaba segura de saber si él tenía el más mínimo interés en ella y su tren salía en 4 horas. Tal vez no debió dejarlo ir, tal vez debió explicarle ahí mismo, tal vez…
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando se escuchó que tocaban a la puerta. Marín fue a abrir y sus ojos se abrieron muy grandes al ver a su hermano con su misma expresión indiferente detrás de su máscara, frente a ella.
- Puedo pasar? – preguntó
Marín le abrió la puerta y el miró despectivamente la pequeña habitación que tenía asignada.
- Lo siento. – se disculpó ella- Es la más básica pero no necesitaba más.
- Aquí ni siquiera hay donde sentarse – respondió Touma
- Podemos… ir al lobby si quieres aunque es muy ruidoso con todos los estudiantes entrando y saliendo…
Touma volvió a ver la habitación y tuvo una mejor idea.
- Hay un restaurante a dos calles de aquí. Sera mucho mejor es cualquier cosa de este edificio.
Las mejillas de Marín se tiñeron de rojo al ver que su hermano era medio snob. Ninguno de los dos había crecido entre lujos… o al menos ella no.
Marín tomó su mochila en silencio y entregó la llave en recepción haciendo su check out antes de seguirlo. Independientemente del curso de esa conversación, ella tenía que seguir su viaje.
Llegaron al restaurante que Touma le dijo y se sentaron en la mesa de la esquina. Mantuvieron el silencio un momento más hasta que él fue el primero en romperlo.
- Estoy aquí por simple curiosidad de saber que te hizo buscar un dije como el mío para hacerte pasar por mi hermana muerta.
Marín se tensó al oír esto.
- Muerta? Estoy un poco pálida pero no es para tanto.
- Mi hermana murió hace muchos años – dijo en tono serio – Si bien esa campana me distrajo por la semejanza con la de ella, recordé que ella estaba muerta.
- Quien te dijo eso?
- Importa?
- Mucho
- Pues no lo recuerdo. Aún era muy pequeño.
Marín arrancó su dije del cuello y lo puso en la mano de Touma sin soltar ni uno ni otro.
- Mientras peleábamos, tú me dijiste que recordabas perfectamente lo que había pasado a tus padres por lo tanto, tu memoria no falla. – le dijo
- Mi memoria es errática. A veces puedo recordar a veces no – aclaró Touma algo sonrojado porque ella sostenía su mano – Además es algo que no te importa.
- Si tú me dices que es lo poco que recuerdas, yo te digo como obtuve este dije – condicionó Marín.
Touma pareció pensarlo unos momento antes de contestar con voz neutra:
- Recuerdo llegar con mi hermana con una canasta de fruta que habíamos recogido nosotros de los huertos de lo que ahora es el parque. Veníamos del mercado con pan y pescado y llegamos a casa justo cuando salían dos tipos que habían estado robando todas las casas de la colonia. Era un grupo grande…posiblemente una docena de ellos pero solo dos salieron de nuestra casa con un saco pequeño en la espalda y sus cuchillos ensangrentados. Al vernos en la calle comenzaron a golpearnos. Mi hermana intentó protegerme todo lo que pudo, y cuando ella ya no pudo más y la iban a seguir golpeando yo intervine. Las sirenas de la policía que había sido alertada por algunos vecinos los ahuyentaron, pero era demasiado tarde para mis padres. Días después nos separaron y no volví a verla. No recuerdo mucho más.
A Marín se le hizo un nudo en la garganta. Para no recordar, tenía muchos detalles que a ella se le habían olvidado. Marín sintió que tenía ganas de llorar pero no debía hacerlo.
- Por qué dices que… tu hermana está muerta?
Reino un poco de silencio en la mesa mientras Touma contestaba.
- Lo supe la única vez que pude escapar y fui a preguntar por ella. – dijo tranquilamente – De eso ya hace mucho tiempo.
- Pero… tú la recuerdas? Recuerdas su cabello, sus ojos… su nombre?
- Ya no.
Esto tomó por sorpresa a Marín.
- Como dices?
Una pequeña sonrisa atisbó en el rostro de Touma.
- Para poder tener el mismo poder que los dioses, se deben eliminar todos los sentimientos humanos. – dijo en tono neutro – Gracias a mi señora, casi lo he logrado.
- Pero te estas volviendo loco de remate? – reclamó – Casi matas a una veintena de hombres por venganza! Acaso no ese es un sentimiento humano?
- No necesariamente. – contestó el chico – Los dioses tienen venganzas también.
Marín no podía creer lo que estaba escuchando.
- Como terminaste al lado de la diosa Artemisa?
- Para que quieres saberlo?
- Porque yo también soy curiosa – urgió Marín
- Supongo que no te hace daño. – dijo en tono indiferente – Hace cerca de ocho años me sacó de ser esclavo para estar a su servicio como uno de sus Ángeles.
- Esclavo?
- Que esperabas del único humano en el Olimpo? Tenía que ganarme mi comida si quería sobrevivir. – dijo encogiéndose de hombros – Un día alguien a quien no pude verle la cara vino a donde estaba ofreciéndome ser libre y la posibilidad de ser muy poderoso. Como decirle que no.
Marín azoto las manos en la mesa.
- Lo que dices no tiene el menor sentido! Como carambas podría estar un humano en el Olimpo en primer lugar? Eso no es posible!
- Y yo como voy a saber? Solo era un niño. – respondió algo titubeante.
Marín se quedó en la misma posición por unos segundos, momentos que Touma aprovechó para comparar sus dijes. Era la misma forma, el mismo material… y solo variaba el color de la piedra.
- De donde dices que lo sacaste? – preguntó Touma
- De que me servirá decirte si no vas a creerme – respondió Marín – Debo haber hecho enfadar a muchos dioses como para que mi vida se haya vuelto un caos de la noche a la mañana.
- Por qué lo dices?
Marín se dejó caer en la silla.
- Primero, justo cuando creí que mi felicidad con mi novio seria para toda la vida, me entero que tiene una hija ilegítima y la engendró ya estando conmigo y después, justo cuando me dieron una nueva felicidad al saber que mi hermano estaba bien y era alguien muy importante, no se me da la oportunidad de ser reconocida por él. Supongo que es mi castigo por haber sucumbido ante la lujuria con la persona a la que todavía amo a pesar de todo.
No pudo evitar taparse la cara con ambas manos para ocultar sus lágrimas teniendo un extraño efecto en el corazón de Touma. Era ese mismo sentimiento que le había inspirado muy a su pesar, en aquella boda a la que había asistido con su señora.
- Oye, no llores. Las Santas de Athena no lloran y menos por un maltratador de mujeres que obviamente no te merece. – dijo levantándose de su asiento y empáticamente poniéndole un brazo en el hombro sin saber qué otra cosa hacer – Si quieres, fingimos que soy tu hermano real un rato.
Marín se levantó, asintió y se echó a llorar abrazándolo. Sus lágrimas mojaban la camiseta de Touma quien estaba completamente confundido.
- Si quieres y eso te hace sentir mejor, puedo pedir permiso a mi señora para ir a romperle la cara a ese tipo. – dijo en tono consolador pero que hizo reír a Marín entre sus lágrimas.
- No… gracias pero… no es para tanto. – dijo secándose las lágrimas con una servilleta sin separarse del pecho de Touma– Querías saber de dónde saque el dije? Me lo regalo mi madre el día que mi hermano nació. Ella los hizo con sus manos fundiendo, soldando y puliendo pedazos de metal que encontraba sobre el Rio Yasa-gawa. Las piedras las encontró ahí mismo, unidas por roca y minerales que arrastraba el rio. Durante todo su embarazo las pulía día a día hasta que quedaron de la forma que ella quería para el dije. Siempre mencionó que los dijes nos mantendrían unidos así como habían estado las piedras miles de años durante su formación.
Ahora fue Touma quien se quedó callado. La historia se le hacía extrañamente familiar, pero no sabía con certeza si porque la había leído en algún lado o porque así habían sucedido las cosas, después de todo, había pasado más de doce años de eso.
- A mí no me dijeron que habías muerto, sino que habías escapado. – Continuó Marín - De no haberlo hecho, te hubieran llevado junto conmigo a Grecia. Te buscamos durante días pero no te encontramos y tuvimos que irnos.
Touma se tensó aun con ella entre sus brazos. No podía ser ella. Lo estaba inventando todo!
- Yo regresaba a Japón eventualmente y seguía buscándote. Nadie sabía nada de ti, nadie te había visto, me dije que tú también me estabas buscando, pero el tiempo paso y no llegaste hacia mí, por lo que me resigne a quedarme en Grecia entrenando a Seiya hasta que nos encontráramos de nuevo. Nunca deje de buscarte.
Touma la separó de el para verla a los ojos.
- De donde sacaste toda esa historia? – preguntó
- Porque soy tu hermana cabeza de chorlito! – replicó Marín – Te lo pruebo con un examen de ADN si quieres. Quien en su sano juicio querría hacerse pasar por tu hermana nada más por tu cara bonita con ese genio que te cargas y esa "encantadora sonrisa" con la que se te ve todo el tiempo? Y por si no lo entiendes es sarcasmo!.
Touma volteó hacia el techo. Si se hacia la prueba, tenía que dudar del mismísimo Zeus quien en repetidas ocasiones le había corroborado que su hermana estaba muerta. Si no se la hacía, no tendría paz mental y su trabajo con Artemisa se vería afectado. Estaba en una disyuntiva.
- Decídete pronto. Me voy hacia Tokio en unas horas y me gustaría que me acompañaras. Allá están los mejores laboratorios y hasta te dejo escogerlo para que veas que no hay trampa – sugirió Marín esperanzada.
- Está bien. Te acompañaré a Japón. Parece que mis vacaciones se extendieron un poco más y así tendremos tiempo de que me cuentes más acerca del maltratador de mujeres. A mi señora le encantaría ese chisme.
Marín asintió sonriendo. Cualquier pretexto era bueno para demostrarle que ella era su hermana. Y cuando salieran los resultados, le pediría que se quedara con ella algunos días para ponerse al corriente de lo que habían perdido todos esos años. Solo esperaba que él lo tomara mejor de lo que hasta ahora lo había hecho.
Agosto 3, 12 pm
Templo principal
Santuario de Athena, Grecia.
Shaina dejó lo que estaba haciendo al ver la hora. Casi corrió hasta el comedor, donde sabía que ya todos la estaban esperando para el almuerzo. Abrió la puerta y efectivamente Shion, Aioros, Mu, Sammy Y Kiki ya la estaban esperando.
- Lo siento. Sé que llegué tarde pero….
Shion la miró, se levantó y se retiró de la mesa en silencio. Al salir, dio la instrucción a uno de los guardias de enviarle sus alimentos a su oficina.
Mu volteó a ver a Kiki quien solo le hizo una señal para que no dijera nada y Shaina se hundió en su asiento.
- Comamos entonces – dijo Aioros haciendo una señal para que todos comenzaran a hacerlo pero Shaina solo miraba hacia su plato.
Era obvio que Shion seguía enojado con ella.
Flashback
Shaina estaba en el centro comercial "El corazón de Atenas" por segunda vez en menos de 15 días, esta vez sin Sammy y por petición de las señoras de los dorados. Era la primera vez que salían solas sin ser acompañada de alguno de sus maridos y la primera vez también que convivían las cuatro solas. Aioros y Aioria las acompañaban por órdenes de Shion, pero Shaina les había dado la orden de irse a los videojuegos mientras ellas compraban lencería y aun no las alcanzaban.
Y es que ya llevaban tres horas comprando ropa, zapatos, lencería, ropa y artículos para bebe y algunos artículos para sus esposos también.
Decidieron hacer una parada para descansar en el área de comida, por consideración a Samira, que a sus siete meses de embarazo (oficialmente seis y medio), ya le costaba caminar mucho rato.
- Lo siento chicas. – se disculpó – cinco minutos nada más.
- Que sean diez – dijo Shaina – Estoy muerta.
- Jajaja ni aguantan nada – replico Niv de buen humor.
- Pues yo todavía aguanto un rato más. – dijo Zita.
- No debí traerme los zapatos deportivos – replicó Shaina – Cansan mucho!
- Estas de broma no? – pregunto Niv – Las zapatillas deportivas son lo máximo!
- En esta ocasión estoy con Shaina – dijo Zita – Los tacones son lo mejor.
- Jajaja esperare a que tengas una gran barriga para recordarte tus palabras – intervino Samira.
- Dos y dos… declaramos un empate? – dijo Shaina subiendo sus bolsas a una silla como las demás.
- Hecho.
Las cuatro se sentaron alrededor de una mesas del área de comida.
- Pues yo tengo hambre y algo huele muy bien – dijo Niv relamiéndose los labios – Que es?
Samira volteó hacia todos lados. Estaban en medio de una mezcla de olores deliciosos de varias tiendas de comida étnica. Niv se levantó sin ayuda y tarareaba una canción. Las tres la miraban intrigadas. Se puso al centro y comenzó a escuchar y olfatear: Comida turca, china, mexicana, italiana, y…
- Esa. – Dijo señalando un puesto de sencilla comida griega que hizo sonreír a Samira y a Shaina
- Quiero suponer que el torito no te ha sacado a cenar – dijo Shaina tomándola de la mano – Ven. Te diré tus opciones.
- Yo también quiero! – dijo Zita – me encanta!
Las tres regresaron con comida hasta para Samira y se pusieron a comer alegremente.
- Oye Shaina, ya sé que seguramente te lo han preguntado muchas veces pero, porque si Samira dijo que estuvo en tu boda, aun sigues viviendo con nosotros? – preguntó Niv
Shaina comenzó a jugar con la comida de su plato.
- Si bueno… es solo temporal. – respondió Shaina en voz baja.
- Pero tampoco te visita. Al menos yo no lo he visto. Tu si Samira? – dijo Zita mientras Samira negaba con la cabeza.
Shaina se atiborro de comida para no tener que contestar, pero las tres la miraban fijamente esperando su respuesta.
- Minos… no puede dejar su puesto por mucho tiempo Niv y… no es bienvenido en el santuario – dijo
- Trabaja muy lejos de aquí? – volvió a preguntar Niv
- En Alemania.
Niv y Zita comenzaron a hablar emocionadas de los castillos que habían ahí y que desearían conocer algún día. Samira comía en silencio. Ella ya sabía todas esas respuestas.
- Y no has pensado en irte tú a Alemania con él? – pregunto Zita – Debe ser muy duro estar lejos de tu esposo de recién casados. Y mira que te lo digo yo.
Se hizo un pesado silencio que las tres detectaron.
- Si. Lo he pensado pero… Shion necesita mucha ayuda y no lo quiero dejar solo en este momento así que… esperaremos un poco. – contestó finalmente.
- Pero por que no entra a verte? Yo quiero conocerlo – dijo Niv – Samira dice que es muy guapo.
- Más que Milo Samira? – preguntó Shaina provocativamente.
- No. Nadie es más guapo que mi marido. – dijo haciendo que las otras tres rieran. Era obvio que las cuatro pensaban lo mismo de sus respectivos hombres.
- En respuesta a tu pregunta Niv… Digamos que él trabaja para la competencia y no es bienvenido por ninguno de sus esposos.
Ahora fueron ellas las que guardaron silencio. Sus maridos eran inofensivos.
- Y no tienes miedo a que te lo quiten las lagartonas que trabajan con él? – pregunto Zita – Yo no soy muy celosa, pero si sé que se puede dar el caso y los hombres son débiles.
- No me había puesto a pensar en eso pero… no creo que donde trabaja haya muchas mujeres. Debe ser como aquí en el santuario que no somos muchas – contestó Shaina mas para ella misma que para las demás.
Niv levanto la mano como si estuviera en la escuela.
- Eso es un gran tema que yo desconozco – dijo – Porque no hay mujeres en las casas doradas más que nosotras?.
- No solo en esas sino en todo el lugar – intervino Zita – Solo conozco a las que viven abajo que son cuantas… 15?
- 13 niñas y 5 adultas – corrigió Shaina
- Son muy pocas. Y nosotras cuatro somos… 22 mujeres? – calculó Samira
- 25 si cuentas a Saori y a Sammy – volvió a corregir Shaina.
- Aun así son muy pocas – dijo Zita – Acaso son machistas?
Shaina casi comienza a ahogarse con su comida. Tomo un poco de agua antes de contestar.
- No me hagas ni siquiera hablar de eso Zita, - dijo Shaina – Pero mejor te daré la explicación oficial, porque hasta hace unos cinco años solo éramos dos: Marín y Yo.
Los ojos de las tres chicas se abrieron muy grandes.
- Y las demás?
- Fueron llegando. Deben comprender que los entrenamientos físicos y mentales, no todas los aguantan – dijo Shaina recordando sus bellos días de gloria recargando su barbilla sobre sus manos en actitud sonadora – Habían golpes, fracturas, narices rotas, sangre por doquier, algunas hasta perdían la vida o la posibilidad a su maternidad ahí. Que buenos tiempos.
Samira tenía un poco más de tiempo ahí, pero no había podido o le daba pena hacer las preguntas que las otras chicas le estaban haciendo.
- Pero no contestaste la pregunta Shaina – dijo Niv- Porque todos los que viven en la colina son hombres y solteros. Sé que es el rango más alto pero… en serio no hay mujer que pueda llegar a ese rango? Donde quedo la equidad de género y todo eso?
Shaina se le quedo viendo a Niv y comenzó a reír y con ganas.
- Lo siento, lo siento. Creo que… Jajaja… simplemente no pude contenerme, perdón
Espero a tranquilizarse un poco antes de contestarles.
- En toda la historia del Santuario que data de cientos de años, no ha habido ni una sola mujer en el rango dorado. Quiero suponer que efectivamente no podemos medirnos con los varones, o de plano, los distraeríamos con nuestra belleza.
Ahora fue el turno de las tres de reír.
- Creo que es esto último. A mí me encanta tu uniforme – dijo Zita – Súper maja y sexy que te ves todos los días. Aunque no sé cómo no te cansas con tantas escaleras y esos tacones.
- Costumbre.
- Y aparte la jefa de todos los del rango de mi Alde. Eso debe ser genial no? – dijo Niv
- Pues… sí y no. Difícil que todos esos cabezas hueca me hagan caso. – declaró – Pero ya estoy aprendiendo a manejarlos
- Jaja Jaja sí. Supimos lo que les hiciste a los últimos dos que se rebelaron – dijo Zita
- Luego tendrás que bajar a platicarme y ponerme al tanto de todo Shaina. Samira lo ha intentado pero no es igual a tu peculiar forma de contar las cosas – pidió Niv.
- Ya sé que no soy de modales tan finos como ella, pero lo intento. – bromeó Shaina – Y con gusto bajaría si el torito quitara la corbata del pomo de la puerta, pero por lo que me dice Mu, solo la quita cuando está de guardia que es cuando has de poder descansar.
Niv se puso roja como tomate pero no negó la acusación, cosa que hizo que Zita y Samira comenzaran a reír.
- Por eso no has subido a verme picarona! – dijo Samira
- Con razón le preguntaba a Shura por ti y solo me cambiaba el tema! – dijo Zita
- Basta! – suplico Niv tapándose la cara con su bolsa
- Bueno, bueno… eso quiere decir que todas las horas de Hentai que veía el torito rindieron sus frutos – aseguró Shaina guiñándole un ojo a las chicas – Bien por él.
Las risas continuaron hasta que todas terminaron el almuerzo. Comenzaron a caminar hacia las tiendas de nuevo.
- Les mandare un mensaje a los hermanitos rigual porque ya se tardaron en alcanzarnos – dijo Shaina.
- Déjalos. Eso quiere decir que se están divirtiendo. Por cierto Zita, ya le llamaste a tu abuelo? – pregunto Samira
- A cuál de los dos?
- No sabía que tenías a los dos – dijo Niv – Yo no tengo ninguno,
- Yo tampoco – contesto Samira
- Ni yo.
- Bueno, a Omar le llamo cada vez que puedo – dijo Zita – Y a mí otro abuelo…
- Tu otro abuelo ni siquiera te despediste de el – contestó una voz detrás de ellas que las hizo voltear a todas.
Zita reconoció a Poseidón de inmediato y dejando su bolsa de las compras en el suelo corrió a abrazarlo.
- Abue!
- Mi querida nieta…
- Que que? – Exclamó Shaina sorprendida.
- Hola Shaina! De nuevo en fachas? Poco nos duró el gusto. Solo me hiciste perder el tiempo entonces. – dijo en actitud pedante al verla en jeans y playera antes de volverse hacia Zita.- No creí que anduvieras en Grecia. Por qué no llamaste? Tan mal te traté?
- No Abue pero… Es que Shura…
- Si ya lo sé… vi todo por las cámaras. Andas de Shopping?
- Pues… estoy con mis amigas. – dijo Zita – Veo que conoces a Shaina, y ella es Samira y esta peque es Niv.
- Mucho gusto – dijo Niv muy seria
- Gusto en volver a verlo señor Solo.- dijo Samira
- Si, si… igualmente.
- Que haces tan lejos de… Columbus? – pregunto Shaina desconfiada
- En este momento, esperando a que mi hermana termine de comprarse unas chucherías en esa joyería. Quieres que te la presente? – sugirió Poseidón
- Tengo una tía abuela? – pregunto emocionada
- Si pero… Uhhh no le gusta pensar que está muy vieja así que, mejor solo dile tía o Hera – respondió el dios de los mares ofreciéndole un brazo que Zita tomo sin vacilar.
Shaina volteó hacia todos lados. Hera estaba ahí? Pero si no recordaba mal, Poseidón no soportaba a su hermana. Eso no estaba nada bien. Mandó el mensaje de texto a Aioros esperando que llegara lo antes posible.
- Shaina… voy con mi abuelo a esa joyería grande, no tardamos, verdad Abue? – dijo Zita
- No. Solo serán unos minutos. – dijo Poseidón feliz de volver a desafiar a miembros del santuario – Además, ustedes pueden vernos desde aquí.
Samira vio que Shaina no sabía cómo salir de eso y se ofreció a acompañarlos.
- Les molesta si voy con ustedes? Me encantaría volver a ver a la señora Hera para agradecerle sus consejos de la última vez. – dijo con voz suave
Zita asintió sin ver la expresión de Poseidón que claramente indicaba que no le gustaba la idea pero ni como decirlo sin parecer más grosero delante de su nieta con quien era obvio que deseaba congraciarse.
- Ninguna molestia – dijo ofreciéndole el otro brazo – Estoy segura que a ella le gustara mucho volver a verla (a la esposa de su nieto y próximo bisnieto jeje).
Los tres caminaron hacia la joyería y desaparecieron dentro de ella para consternación de la peliverde.
- Shaina? Quien o que es con quien se fue Zita? – pregunto Niv en actitud seria.
- Pues… ella dice que su abuelo pero…
- Tiene una energía muy poderosa. – insistió Niv
- No tienes ni la menor idea – contestó Shaina entre dientes tomándola del brazo – Ven, sentémonos en la banca frente a la joyería para esperarlos. No quiero perderlos de vista.
Niv asintió, y Shaina cargo los bolsos de compras de todas.
- Niv, no me lo tomes a mal, pero no entiendo cómo es que puedes sentir y ver y todos lo demás que haces siendo una secular – preguntó Shaina al tiempo que se sentaba con ella
- Mayura dijo que Shion me lo diría a su debido tiempo – le contestó Niv con una sonrisa – Ella me ha ensenado mucho.
- Lo sé. Es una excelente maestra. Ella también me enseñó muchas cosas a mí. – dijo Shaina – Y si ella dice que te lo tiene que explicar Shion, pues por algo será.
Niv le sonrió a Shaina.
- Lo sé. Me dijo que eras bastante agresiva y dañabas a tus compañeras. – menciono Niv
- Que exagerada.
Niv pareció percibir algún aroma en particular pues se levantó y comenzó a caminar hacia el siguiente pasillo donde dio vuelta. Shaina corrió tras ella con todo y bolsas hasta un invernadero.
- Que hay en este lugar? – pregunto Niv sabiendo que Shaina estaba junto a ella
- Es un invernadero – dijo Shaina mirándola extrañada – Arboles, plantas y flores para sembrar en casa.
- De qué color son las flores?
Shaina se puso a describir más o menos los colores de las flores que se veían mientras volteaba a ver si alguno de los dorados aparecía.
Dos hermanas caminaban por el pasillo del centro comercial con muchas bolsas de compras.
- Te vas a acabar el dinero que te dio mama solo en ropa, Mesis – dijo Filotes mientras disfrutaba de los niños que querían una foto de ella disfrazada de Rainbow Brite.
- Y tu un día vas a terminar con nuestra paciencia. – respondió Mesis – Porque te dedicas a gastar tu dinero en cosplay?
- Cada quien su vida. – dijo Filotes encogiéndose de brazos – Y por cierto… y mama?
- Dijo que nos alcanzaba en su joyería favorita así que muévete…
Filotes se despidió de los niños, y echo a correr para alcanzarla chocando con ella por la espalda. Estaba lista para recibir el golpe de su hermana pero esta tenía la mirada fija ante una chica de cabello corto que olía las flores y reía con otra chica de cabello verde a unos 50 metros.
- Que bonitas flores! Yo quiero unas! – exclamó Filotes dando un paso al frente siendo detenida por Mesis.
- No. Espera… - dijo Mesis con el semblante muy serio – Creo que se acabó el aburrimiento para nosotras.
- Yo no estaba aburrida – reclamó Filotes siguiéndola.
Niv le pidió a Shaina que por favor sacara de su bolso el dinero para pagar la flor que le llevaba a Alde y que la dependienta le había dado un una bolsa pero que de todos modos ella cargaba en brazos para que no se le fuera a caer. Shaina pago y Niv bajo la mirada por un segundo antes de voltear hacia donde Mesis venia caminando con una sonrisa burlona.
- Vaya, vaya… Pero a quien tenemos aquí? – dijo Mesis – Nada más y nada menos que una ex porrista ciega.
Niv no disimuló su molestia.
- Shaina cariño, estoy escuchando a una cucaracha de alcantarilla hablar a mi izquierda… Creo que mejor nos vamos.
Shaina volteó hacia donde ella le decía. La chica claramente se estaba burlando de Niv.
- Por qué no buscas un bosque y te pierdes? – dijo Shaina interponiéndose entre las dos abrazando a Niv para guiarla hacia el lado contrario.
- Tú no te metas! – grito Mesis mientras le quitaba la peluca a Niv por atrás – Lo sabía! Echaste a perder tu cabello y ahora soy más bonita que tú. Toma Filotes, para tu próximo cosplay.
- Siiii para mi colección. No tenía la peluca de Dora la Exploradora.
Las mejillas de Niv se tiñeron de rojo de vergüenza no tanto por quitarse la peluca sino porque Shaina iba a descubrir parte de su lado obscuro si esto continuaba.
- Regrésame eso – dijo Shaina queriendo quitarle la peluca a la fuerza, pero el espectro que la cuidaba la atrapó justo a escasos centímetros de que sus uñas alcanzara a rozar siquiera a cualquiera de las diosas.
- No! No debe tocarla! – le dijo el espectro
- Suéltame so bruto! Se supone que debes cuidarme!
- Y eso es precisamente lo que hago.
Las Risas burlonas de las diosas no se hicieron esperar.
- Ya en serio, esta quién es? – pregunto Mesis señalando a Shaina
- Por mi madre Mesis! Que no lees los chismes que te mandamos? – dijo Filotes aprovechando que el espectro tenia bien agarrada a Shaina para verla de cerca – Es la recién adquirida señora de Minos de Grifo. No es cierto?
Mesis volteó a verla barriéndola de arriba abajo despectivamente.
- Pues que mal gusto tuvo. – replicó – Se nota a leguas que no es de su misma clase social.
El espectro le tapó la boca a Shaina antes de que esta pudiera decir nada, por lo que Mesis perdió el interés en ella y continuo molestando a Niv.
- Y tú? No deberías estar en el hospital lamentándote de tu permanente ceguera? – dijo Mesis mientras que Niv apretaba los labios y la maceta con la flor en sus brazos – Al menos ahora estoy segura de que no eres competencia para mí. Alde está aquí contigo, no sabes las ganas que tengo de volver a verlo.
El tono en que lo dijo hizo retroceder a Niv. No eran ganas de ninguna manera de ver a Alde para conquistarlo, sino para hacerle daño.
- No está aquí conmigo y tampoco tengo por qué hablar contigo – dijo Niv – te agradecería mucho si siguieras tu camino y olvidaras que existimos.
Filotes se acercó a Niv con curiosidad.
- Jajaja Mesis. En verdad esta niña no te tiene miedo. Creo que aún no sabe quién eres.
Ahora fue el turno de Niv de sonreír.
- Por qué habría de temerle? Solamente es una caprichosa hija de mami que no acepta un No por respuesta del hombre más bello del mundo.
- Que dijiste idiota? – replicó Mesis – A mí nadie me dice que No!
Niv no dejaba de sonreír.
- Sabes? Cuando Alde me dijo quien eras casi me hace tener respeto y lastima por ti. – dijo envalentonada – Némesis, una de las deidades primordiales que no está sometida a los dictamines de los dioses olímpicos por ser anterior a ellos…. diosa de la justicia retributiva, la venganza y la fortuna que castiga a las personas que no obedecen a sus superiores, y a los hijos que desobedecen a sus padres. Si. Se quién eres tu pero no te tengo miedo. Me gusta más tu nombre romano: Envidia.
- Cállate maldita Ciega! – dijo Mesis completamente fuera de sus cabales.
- Jajaja y se supone que tu deber vigilar la correcta distribución de la felicidad? Debe ser un juego, ya que no pudiste ver feliz a Alde conmigo. – dijo Niv haciéndose dos pasos para atrás cuando sintió que Mesis caminaba hacia ella.
Uno de los árboles se cayó de lado haciendo que Mesis tropezara hacia adelante y se enojara aún más. Niv estaba atenta a todos los ruidos y eso incluía el sonido de las hojas de los árboles que se movían o las ramas que crujían a pesar de no haber viento por ahí.
- Oh Vamos! Solo soy una pobre niña ciega y ni yo me tropiezo.
Mesis se levantó y vio a su hermana que se reía burlándose de ella.
- Sabes qué? Tienes razón. Pero aun no eres lo suficientemente feliz Ciega, como para que valga la pena rebajarme contigo. Pero ahora que compruebo que están en Grecia, y como tú lo dijiste, puedo no regirme por las leyes de ningún olímpico si se me da la gana, iré a visitar a tu querido Alde las veces que quiera. Uy… o mejor aún… porque no visito de nuevo a tu papi?
Niv cerró los puños. Acaso la tipeja frente a ella había tenido la culpa de que su papa estuviera así?
- Que? No lo sabias? Jajaja – se burló Mesis – Hubiera sido mejor que se golpeara la cabeza o entrara en coma o…
Un enorme aura verde esmeralda comenzó a rodear a Niv haciendo temblar los escaparates de las tiendas de todo el pasillo. Mesis no se hizo para atrás y también encendió su cosmos.
Poseidón y Hera salieron corriendo al sentir esas dos energías y corrieron hacia donde lo percibían. Zita y Samira también salieron de la tienda por temor a que fuera un terremoto, encontrándose con Aioros y Aioria quienes se quedaron con ellas para protegerlas de cualquier peligro.
- Tal vez me espere a que nazca su primer hijo para hacerles una visita. – dijo Mesis – Saldría como todo un fenómeno que no merecería vivir de todos modos.
Como si eso hubiera sido la gota que derramó el vaso, la energía de todos los árboles que estaban en ese vivero se unieron al de Niv para que su cosmos chocara de manera estrepitosa contra el de Mesis haciendo volar por los aires a Niv, Mesis, Filotes, Shaina y su espectro afortunadamente sin romper nada.
Niv, completamente sin sentido, fue atrapada en el aire por Shion, quien se transportó justo a tiempo. Hera corrió a auxiliar a Filotes y Poseidón a Mesis.
- Que carajos está pasando aquí? – Dijo Poseidón mirando hacia los dorados que venían con las señoras, Shaina arriba del espectro y Niv en brazos del Patriarca del Santuario de Athena.
- Mil disculpas señor– dijo Shion en tono serio – No se volverá a repetir.
- Ciertamente no veo a ningún miembro de elite queriendo pelear Hermano – dijo Hera – Seguramente fue una rencilla que se les salió de control nada más.
- No creo que en este momento el Santuario de Athena pueda solventar más "rencillas" mi querida Hermana – contestó Poseidón en tono autosuficiente – Pero como también se cómo se las gasta Mesis, y dado que tu madre está por llegar, mejor vámonos.
- Te recuerdo que también es tu madre. Y ustedes dos… que no tienen una reunión en la joyería? – dijo Hera a las diosas – Vayan directo hacia allá y no las acusare
Temerosas del castigo de su madre por un escándalo, las dos diosas aun sobándose el golpe, se dirigieron hacia la joyería donde minutos antes habían estado Poseidón y Hera.
Shaina se incorporó de donde estaba y comenzó a recoger las bolsas de compras de todas que habían quedado regadas y se acercó a Shion en silencio, quien con solo la mirada le dijo que estaba furioso. Aun en silencio y cargando a Niv, Shion transportó a todos al santuario, donde encargó a Aioria y Aioros que vieran que tanto Zita como Samira llegaran a salvo a su casa mientras él personalmente llevaría a Niv a la tercera casa..
- Ahora si Hera, sabes que no tengo tiempo para tus chismes de lavadero. – dijo Poseidón al verse solo con su Hermana.
- En serio? Ni siquiera concerniente a tu querido "Aleix"? – dijo la diosa con una sonrisa.
- Habla! Que es lo que sabes. – Urgió Poseidón.
Hera le contó lo que sabía en el caso de Keres y Poseidón sonrió. Como podría turnar eso a su favor?
Fin del Flashback
Sammy terminó de comer y vio que Shaina no había tocado su plato y levantó la mano.
- Si Sammy? – dijo Aioros
- Shaina está rompiendo las reglas del almuerzo! Se va a enfermar si no come! – dijo la niña.
- Tienes razón Sammy y el castigo es no levantarse hasta acabarse el plato – dijo Aioros – Recojan sus platos
Aioros pidió a Mu llevarse a los niños y cuando estuvo solo con Shaina dijo:
- Lo siento.
- De nuevo le fallé. – aseguró Shaina.
- Le fallamos los dos. – dijo Aioros – Yo no debí dejarlas solas pues fue una orden directa de Shion.
- Si pero a ti todavía te habla. – respondió Shaina – A mí ni siquiera quiere verme.
Aioros suspiró. La verdad es que no había sido para menos. Se habían llevado todos un buen susto.
- Y si te ayudo con tu castigo? Así será más rápido y después te ayudo con lo que sea que estabas haciendo.
- Me puso a lavar las termas con cepillo de dientes.
- Bueno pues… entre dos acabamos más rápido. Come. Recuerda que también eres el ejemplo de Sammy y es el colmo que ella tenga que rogarte a que comas cuando regularmente es al revés.
Shaina asintió y comenzó a comer sin ganas. Iba a tener que hacer algo más para hacer que Shion la perdonara pero… que? Una cosa era segura, no lo volvería a hacer. Le dolía hasta el alma la indiferencia de su patriarca.
Agosto 4, 12:00
Boutique de Thes
Paris, Francia
Afro termino su sesión matutina como maniquí de la hermana de Munga, y decidió salir a hacer algo que lo distrajera. Había tenido que escabullirse de su estudio, pues las otras modelos no dejaban de acosarlo, hombres y mujeres.
- Está bien que tengo una belleza sin igual, pero esto es absurdo – dijo mientras escalaba la escalera de emergencia – a la otra me traigo al Cancro para hacerlo pasar por mi novio y que me dejen en paz. Por cierto que no le he hablado. Espero que el departamento siga en pie cuando regrese.
Caminando sin rumbo, se dio cuenta de que la última vez que había caminado por ahí, había llegado al lugar donde trabajaba Fler.
- Igual si está disponible, podemos tomar un café por aquí y hablar de la loca de Lyfia – se dijo mientras se dirigía hacia allá.
No tardó mucho en llegar y como no estaba a la vista, se puso a viborear los diseños en los maniquíes antes de decidirse a entrar.
Abrió la puerta y se escuchó la campanilla anunciándolo pero no vio a nadie. Creyendo que estaba solo, iba a dejarle una nota a Fler para dejarle saber que había estado ahí cuando escuchó unos pujidos de hombre junto con unos azotones en la pared que lo hicieron abrir grandes los ojos y parar más la oreja.
- La tienes más grande de lo que pensé. – dijo una voz que Afro identificó como de Thes
- No me estas ayudando – dijo una voz masculina extrañamente familiar
- Jaja deja yo te guio – dijo Thes
- Está muy apretado! No creo que vaya a entrar.
- Ya verás como sí. Yo la sostengo y tu empujas con fuerza. Lo lograremos.
Afro no sabía si salir corriendo o quedarse curioso a ver que estaba pasando.
- Empuja! Empuja! Ya casi lo logras!
- Si! Yupi!
Los jadeos no se hicieron esperar y la conversación seguía y seguía.
- Se siente bien? – Preguntó Thes
- Si… pero está muy apretada!
- Que esperabas? Esta nuevecita – dijo Thes.
Afro no sabía ni dónde meterse y en sus ganas de salir de ahí, chocó por un maniquí que hizo un efecto dominó en los otros. Fler bajo corriendo del departamento al escuchar el escándalo y vio a Afro recogiendo el último de los maniquíes.
- Señor Afro? – preguntó sonriendo – Bienvenido! Que lo trae por aquí?
- Yo… eh… disculpa por lo del….
- No se preocupe. Luego lo arreglo. – dijo Fler – No esperaba verlo tan pronto!
- Bueno… tenía un tiempo libre y… no conozco a muchas personas en Paris. Tienes tiempo para un café. Puedes?
Fler miró el reloj. Medio día. Podía hacerlo.
- Si. Voy por mi bolso. – dijo mientras le avisaba a Thes en el taller y subía corriendo al departamento.
Dado que la puerta del taller no cerro, sino que se abrió un poco, Afro pudo atisbar por ahí y su asombro fue mayúsculo al ver a Aiacos en ropa interior, aunque no se veía a Thes por ningún lado.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por Fler bajando las escaleras.
- Hay un café muy bueno aquí a la vuelta. – sugirió Fler
- Tu eres la experta. – dijo Afro abriendo la puerta del lugar echando una última mirada al taller de donde ahora salían unas risas.
Caminaron casi en silencio la media calle que los separaba del café y Afro le abrió la silla a Fler para que se sentara.
- Gracias.
Afro se sentó frente a ella y se le quedó viendo por un momento. Ella pidió un té y el un cappuccino.
- Me alegra verlo por acá señor Afro – dijo Fler – No tengo su teléfono pero me urgía localizarlo para que hiciera entrar en razón a Lyfia.
- Vaya! Y yo que venía a pedirte lo mismo – respondió Afro sorprendiendo a Fler.
- De verdad?
- Supongo que te ha mantenido al tanto – infirió Afro
- Esta loca! Dice que le dijeron que lo puede demandar!
- Si me enteré.
- La única que va a sufrir con todo esto es Mist. Y más le molesta que ahora la niña está preguntando por su papa. – dijo Fler suspirando – Yo sé que no existe la posibilidad de que sus padres se casen pero… no pueden por lo menos compartir a la niña?
- Eso es lo que entiendo que quiere Aioria, Fler – dijo Afro recibiendo su café – No intenta quitársela de ningún modo.
- Pero ella no lo entiende Señor Afro! Y yo creo que los dos padres deben tratar de darle su amor a su hijo! – replicó Fler de un modo apasionado.
Afro se quedó callado mientras volvía a verla fijamente.
- Es eso lo que vas a hacer tu con el padre del tuyo?
A Fler se le fue el color de su rostro bajando la mirada avergonzada. Afro se dio cuenta que había tocado un tema escabroso y quiso corregirlo.
- Lo siento Fler. No quise meterme en lo que no me importa pero… Supongo que ustedes dos se unieron después de que… - señaló a su vientre – eso pasó.
- Si se refiere a Thes, sí. Ella me apoya mucho. – dijo posando sus manos en su vientre de forma protectora. – Y sí. Yo compartiré a mi bebe con su padre si él quiere. Es importante para el desarrollo mental de los niños.
Afro vio la pulsera que brillaba por debajo de la manga del vestido de Fler.
- Y supongo que por eso huiste de Asgard y te refugiaste aquí – dijo – Hagen no se hizo cargo?
Fler volteo rápidamente a verlo.
- NO! Hagen no es el padre de mi bebe!
- Entonces… algún otro de los dioses guerreros… - dijo Afro – Por eso no quieres que te encuentren – dijo señalando la pulsera.
Ahora el color regresó a la cara de Fler para cubrirla con rubor.
- No! No! Es para que mi hermana no sepa dónde estoy – contestó – El padre… Fue solo un desliz de una noche…
Afro vio la vehemencia de la chica y tuvo a bien sentirse avergonzado.
- Lo siento. Soy muy metiche.
- Algo…
Fler preparó su té con limón y azúcar y Afro decidió cambiar de tema.
- Oye y… bueno si… soy curioso pero… No es algo muy moderno eso de incluir en su relación gay a un hombre? Acaso están ustedes en una relación abierta?
Fler lo miró como si estuviera loco.
- De qué habla?
- Bueno…. Aiacos estaba en ropa interior en el taller y yo escuche… - Ahora fue Afro el que se ruborizo no tanto por lo que había escuchado sino por admitir que había fisgoneado.
Fler no pudo más que echarse a reír.
- Jaja Jajaja Ya quisiera Aiacos! – dijo Fler aun riendo - Seguramente se estaba probando las primeras muestras de lo que cosió Thes para él. Están juntos en un concurso escolar de diseñador y modelo que los obliga a estar juntos casi todo el tiempo que él puede venir a Paris, pero no hay nada entre ellos. Ella sabe que soy celosa – bromeó.
Afro le sonrió pero no podía dejar de pensar en lo que había escuchado y visto. Y más aún, acaso el concurso para el que lo contrataron seria el mismo en el que estaban esos dos? Él había visto el trabajo de Thes y sabía que era buena pero, contra todas las herramientas y experiencia que la hermana de Munga tenía, podrían tener la posibilidad? Tal vez podría darle su opinión a Thes para darle una oportunidad pero… como hacerlo si esa niña era más cabezota que una piedra.
