Capítulo 191

Agosto 7, 8 a.m.

Precinto 1,

Atenas, Grecia

Saga entró al precinto tan fresco como una lechuga. Sabía que Laura llegaría más tarde, pero él quería intentar que todo estuviera ya relacionado para cuando ella llegara, para que pudiera trabajar en paz.

Después de hablar con ella largo y tendido días atrás y hacerla entender que no podía guardarse ese tipo de cosas y hacerla prometerle que cualquier situación parecida, tanto con sus compañeros como con su ex o cualquier otro se lo diría en el momento, había decidido tomar cartas en el asunto. La noche anterior con ayuda de Camus y Kanon, había montado un buen numerito con sus ilusiones y había quedado satisfecho con su venganza.

A Lalito se lo había explicado de una manera muy sensata mientras estaba en emergencias con el trasero roto y todo traumatizado, pero no esperaba que tres jóvenes guardianes de la ley, fueran tan fáciles de convencer así que fue preparado para todo.

Gracias al Capitán Kira, sabía que los tres tenientes Barbur, llegaban temprano para usar el gimnasio del precinto, y aprovechando que pudo escaparse de su turno matutino antes de una cirugía, decidió ir a verlos, aun con su uniforme médico y su bata puestas.

Se dirigió hacia la persona que estaba en el mostrador.

- Disculpe... los tenientes Barbur?

- En el gimnasio

- Podría indicarme como llegar ahí?

- Siga derecho, pasa las salas de interrogación y voltea a la izquierda.

- Ahhh ese camino si me lo se jeje. Muchas Gracias.

Se fue silbando con las manos metidas en la bata recordando en el camino la última vez que había estado en el área de interrogaciones. Siguió las instrucciones y encontró el lugar fácilmente. Dentro había cerca de 10 hombres, algunos saltando la cuerda, otros en las pesas y los demás en las caminadoras. En una de las esquinas, vio a tres jóvenes parecidos entre ellos y con cierto aire familiar a Nat sentados en las bancas, platicando y escribiendo algo en una libreta. Estaba seguro que era a quienes buscaba, por lo que se acercó a ellos.

- Buenos días – dijo de buen humor.

Los tres voltearon a verlo barriéndolo con la mirada de arriba para abajo y el que contestó fue el mayor: Alejandro

- Muy buenos días.

- Están muy ocupados? Que hacen?

Alejandro sonrió mientras bajo la mirada hacia el preciado tesoro que tenía uno de sus hermanos en las manos.

- Anotamos las deliciosas cosas que le hicimos a una de nuestras compañeras anoche, porque te interesa? – preguntó Daniel

- (Jaja si supieras que esas cosas deliciosas se las hice yo) Soy hombre. Me gusta regocijarme de mis conquistas también. Y… esa compañera estaba muy buena?

- Buenísima – contestó Jorge

- todo un manjar para pecar – Alejandro

- (Un manjar que me como yo solo imbéciles) Pues preséntenla no? – contestó

- En cuanto llegue claro. Pero tenemos fotos de ella por si te interesa? – menciono Daniel

- En serio? Muéstrenmelas. No sean Egoístas – dijo Saga

Daniel sacó de la parte de delante de la libreta tres fotos; una donde estaban Nat y Laura en la playa tomando el sol, otra donde están Nat y Laura con vestido de noche a medio muslo sonriendo para la cámara, y otra donde Laura está dormida en su escritorio después de una dura noche de trabajo.

- No pues de que esta buena esta buena. Yo si le daba – Contestó Saga sonriendo

- Pues depende a cuál de las dos de la foto te refieres, porque una de ellas es nuestra hermanita – contestó Jorge

- Aunque Nat seguro ya lo hubiera metido en su cama o donde sea – mencionó Daniel

- Si... creo que ya se metió con mi hermano. Pero no me gusta compartir babas. Yo hablo de ella. - dijo señalando a Laura

- Jaja Jaja Vaya suerte la de tu hermano - dijo Daniel

- En lo personal ya le dije que no se meta con cualquier zorra pero no hace caso – dijo Saga encogiéndose de hombros - Le puede contagiar algo.

Los tres voltearon a ver a Saga de una manera que una persona normal se hubiera orinado en los pantalones de miedo, pero Saga ni se inmuto.

- A ver amigo más respeto que Nat no es ninguna zorra. Que le guste disfrutar es otra cosa - corrigió Jorge

- En serio? Vaya... creí que esa era precisamente la definición de zorra. Mil disculpas. – dijo Saga.

- Vamos Jorge! Mejor sigámosle diciendo lo dulce que es Laura.

Saga comenzó a reír.

- oh vamos!. Lau tiene de dulce lo que yo de escuálido. – Dijo Saga

- Eso es porque no se ha metido en la cama con ella – aseguró Alejandro

- Nosotros ya lo hicimos y vaya que lo disfrutamos – intervino Daniel

- Porque le dices Lau? la conoces o qué? – inquirió Jorge

- ahhh es cierto! No me he presentado. Mil disculpas. - extendió la mano a Alejandro con una sonrisa - Dr. Saga Gemini. Esposo de Laura.

Alejandro extendió la mano y se la estrechó a Saga y se empezó a reír con Jorge y Daniel.

- Así que si existe – dijo finalmente Alejandro – Mucho Gusto

- A que te refieres? – Pregunto Saga de forma inocente.

- Primero déjenos felicitarlo porque tiene una muy buena mujer en su cama - insistió Alejandro queriendo sacarlo de sus casillas.

- Lo comprobamos anoche – siguió Daniel

- Claro que es buena!. Como que yo le enseñe todo lo que sabe! (nana nana) – contestó Saga

- Laurita nos estuvo rechazando por años, pero ayer finalmente comprobamos que le enseñaste muy bien – dijo Alejandro

- Nos la turnamos y después la cogimos entre los tres toda la noche – dijo Daniel

- No notaste que llego muy cansada? – preguntó Jorge

- Hoy si viene a trabajar? O tal vez no se pudo ni dormir – señaló Daniel

Saga en lugar de ofenderse por todo esto, estaba verdaderamente divertido.

- Claro que si vendrá a trabajar. Tengo entendido que le toca entrar a las 9. Ayer estaba muy contenta. – contestó Saga sonriendo

- claro que estaba contenta! No ve que le hicimos ver las estrellas? - aclaró Alejandro

Jorge y Daniel veían asombrados que Saga no caía en el juego de Alejandro.

- De verdad no te da cosa ser un cornudo? - preguntó Jorge

Saga hizo ademan de ponerse a pensar.

- Pues... si soy medio celoso... pero… nahhh... en realidad me enojaría si supiera que es cierto pero como solo están blofeando para quedar como machos con sus otros compañeros aquí presentes...

Los otros aludidos voltearon a ver a Saga, quien solo parpadeo inocentemente.

- Que estos huevones no hayan podido hacer con ella nunca lo que nosotros anoche si no es nuestra culpa – Alejandro

Algunos de ellos, escuchando la conversación comenzaron a lanzarle algunos chiflidos de incredulidad y palabras obscenas a los hermanos.

- Al menos van a poder fantasear con lo que pusimos aquí – Les dijo Daniel

- Es una verdadera Lástima que no se les ocurrió tomar video – dijo Saga.

- No tuvimos tiempo – respondió Jorge – Cuando nos llamó salimos corriendo hacia allá y como estaba tan colaboradora – le pasó la libreta a Saga para que leyera lo que cara uno por su lado le "hizo " a Laura y después con lujo de detalles Lo que le hicieron entre los tres. – Ni nos acordamos.

- Puedo sacarle copias? – Preguntó Saga. La verdad estaba todo tan detallado y su imaginación ya estaba funcionando al tope y se le estaba antojando - Igual y hago todo esto con ella para ver que tal. Donde dijeron que paso?

- En el hotel Olympico cuarto 1004 – contestó Jorge - Amigo tu no satisfaces bien a Laurita o qué?

- sino porque nos buscó – continuó Daniel

- No has pensado en hacerle todo eso a Laurita?, que mal – dijo Alejandro mirando fijamente a Saga

- (ay cositas! Pero si esto y mucho más y más rico y con más imaginación es lo que hacemos diariamente) ahhh es que soy nuevo - contestó Saga mientras le toma fotos al cuaderno con su celular - y a qué hora dicen que fue todo esto?

- A eso de las 7 de la noche llegamos y nos fuimos que… como a las 12? – preguntó Daniel a Jorge quien asintió con la cabeza.

- Ahhh ya veo

El Capitán Kira entró al gimnasio poniéndose en jarras.

- A ver señoritas – grita dirigiéndose Quién demonios no ha terminado sus informes? Primero el trabajo y después la diversión. Vamos! – Volteó al sentir la presencia de Saga junto a los Barbur - Ahhh Dr. G! No esperaba verlo tan pronto – dijo estrechándole la mano.

- Pues ya ve... estoy siguiendo los consejos que me dio anoche durante la cena. – dijo Saga – Estoy conociendo a los compañeros de Lau. Como esta su señora?. Ya pudo dormir bien?

- Perfectamente Doctor. – contestó el Capitán - Sé que los últimos meses del embarazo son tediosos pero no sabía que también el asunto seria cansado para mí. Jajaja – voltea hacia los Barbur - Ahhh los niños rebeldes. Espero que hayan sacado mucha energía con el ejercicio porque ya no quiero verlos molestando a las reclutas. Es la última advertencia.

- No señor estamos esperando a alguien en específico para quemar energía – dijo Alejandro

- Bueno... solo lleguen a tiempo al turno. Hay mucho trabajo – se volteó de nuevo hacia Saga - Dígale a la teniente Gómez que ambos le agradecemos mucho la cena de anoche. Esa comida que hizo y la jarra de jugo de no sé qué, creo que ayudo mucho a mi esposa a dormir y de no ser porque ya eran las once de la noche y tenía que madrugar posiblemente nos hubiéramos quedado un poco más.

Saga sonrió. Perfecto. El mismo Capitán les estaba dando una pista.

- Le daré su recado con mucho gusto Capitán. Me dio gusto verlo de nuevo.

El Capitán salió del mismo modo como entró seguido de al menos dos de los que estaban en los aparatos.

- Jajaja oíste eso? – le dice Daniel a Jorge dándole un codazo al capitán anda metiendo cosas raras, Laurita estuvo con nosotros anoche – dijo Daniel

Saga lanzó un sonido de exasperación.

- Insisten con eso chicos? Para broma ya fue mucho no?

- Broma? nosotros anoche nos cogimos a tu mujercita, por todos los lados que se nos dio la gana y ella lo disfruto como nunca – mencionó Alejandro en un tono que le hizo creer a Saga que también ya se estaba desesperando de su actitud calma

- Usted le compro el vestido que tenía anoche y mostraba esas deliciosas piernas? – preguntó Daniel

- Anoche se puso un jumper de pantalón rojo. – dijo Saga - Afortunadamente yo si tomo videos y fotos.

Sacó su celular y comenzó a ensenarles las fotos de la cena con su jefe.

- Eso puede ser de cualquier otro día – dijo Daniel

Saga guardó su celular.

- Bueno, bueno. Hagamos algo mejor. Que tantos conectes tienen en esta ciudad? – preguntó

- Para que o porque? – contestó Daniel

- De buena fuente se... que el hotel tiene cámaras de seguridad en los pasillos. Por qué no las piden y me muestran a qué hora entró Lau? – el desafío fue directo a los ojos de Alejandro quien desde luego le sostuvo la mirada desafiante.

- Jorge ve – dijo finalmente Alejandro

A Saga le brillaron los ojos de satisfacción.

- Y podemos verlo juntos en uno de Esos salones de interrogatorios nuevos? Me traen buenos recuerdos y Tengo un poco de tiempo.

Jorge salió del lugar para hacer una llamada quedándose los otros dos con Saga

- Claro porque no? – dijo Daniel

Empezaron a caminar para el salón de interrogatorios. Saga se quedaba un poco atrás mandándole amorosos y cachondos mensajes de texto a Laura escuchando todo el cuchicheo de los hermanos. Cuando llegaron a la sala, Saga tomó asiento y hasta se da el lujo de subir los pies a la mesa de forma relajada.

- bueno y ya que tú eres su "esposo" - la forma en la que lo dijo hizo reír a Jorge y Daniel - que tanto fue lo que le enseñaste a Laurita? – dijo Alejandro con espíritu fregativo.

- Todito.

- Detalles… detalles… mira que ahora le vamos a dejar ver todo lo que le hicimos – dijo Alejandro con tono de autosuficiencia haciendo que Saga pusiera su cara más inocente.

- Pero... a poco las habitaciones tienen cámaras? No es eso ilegal?

- puede que si puede que no - se burló Daniel

- Wow. Eso no me lo esperaba - dijo Saga mientras sigue mensajeando

Daniel volteó a ver a Alejandro. De donde había sacado Laura a este tipo tan… tranquilo. Decidió picarlo un poco más.

- Si te conto que el otro día se vio con un peli azul? – le preguntó Daniel

- Oye pero ese día no estaba cooperativa. porque sería el cambio? – Alejandro

- Peli azul? mmm... yo soy peli azul – dijo Saga

- No. Este tenía el cabello más claro con corte de cabello como de microbusero de barriada y mirada helada. – explicó Alejandro – Nos arruinó la diversión ese día.

- Como era que se llamaba? Camacho?, Cá… Carlos? yo que se era algo con c – dijo Daniel recibiendo sendo golpe en la nuca de parte de Alejandro

- Acuérdate bien idiota!

- No se referirán a… Camus?

- Ese mero – exclamó Daniel

- Ahhh! Ese es mi socio oficial. – dijo Saga - Tiene mal genio así que les recomiendo que no se metan con él. No es tan comprensivo como yo. Tiende a congelar las bolas de quien lo molesta y por eso a él no le digo nada. Eso debe doler mucho.

Alejandro y Daniel se miran entre si poniéndose pálidos. No necesitaban otra prueba de que era el mismo. Jorge entró en ese momento con un video en la mano. Acerca la televisión y pone el video.

- Espero que no tarde mucho. Tengo una cirugía importante en media hora.

Los cuatro pusieron mucha atención al televisor.

Saga apenas y podía contener su risa. En el video claramente se veía como llegaban los tres a la habitación y les abría un hombre vestido de mujer con un vestido rojo de lentejuelas. Las tomas de la habitación mostraba como Alejandro prácticamente había encajonado al del vestido contra la pared y había comenzado a besarlo y a manosearlo sin tregua mientras que este otro no se resistía e incluso había comenzado a desvestirlo.

Todo parecía una película porno, donde dos primero esperaban su turno jugando con ellos mismos y el otro hacía de las suyas con el pasivo. Después intercambiaban lugares y los tres disfrutaban al mismo tiempo del chico en cuestión.

Los tres hermanos miraban asqueados el video completamente.

- Jajaja por un momento me espantaron y creí que hablaban en serio. Tomare la broma como una bienvenida al nuevo marido de su compañera – dijo.

- no, eso es imposible , no, no ¡! – exclamó Jorge buscando el bote de basura más cercano para vomitar.

- Laura ese debería ser Laura y no ese tipo! – exclamó Daniel haciendo arcadas

- esto es un montaje! un maldito montaje! – Gritó Alejandro encabronado.

- Jajaja pues yo les aseguro que ese no es Laura. Es Lalito. Su Ex. Jaja Jaja, tan hombrecitos que se veían Jaja Jaja – se burló Saga.

- tu maldito hijo de puta! tu montaste todo! – dijo Alejandro tomándolo de las solapas de la bata con ganas de golpearlo, pero Saga no cedió a la provocación.

- Yo? Que no oíste a tu capitán? Yo estuve con ellos anoche. Ustedes consiguieron el video, Yo les conseguí otro de una persona que estuvo ahí Jaja. Aunque… Debo confesar que le tuve que pagar mucho dinero para que se quedara a ver toda esa depravación. Que van a decir sus compañeros cuando lo vean? Uy y eso si "Lalito" no levanta cargos. Así como lo dejaron ustedes tres y después de que le enseñe el video... ufff, Hasta el hospital fue a dar.- dijo finalmente.

- Esa mierda es mentira – susurro Jorge

- A ver tu… pásame tu celular – le dijo Saga a Jorge manoteando las manos de Alejandro para que lo soltara – Te pasare el video en tercera persona y a todo color.

Jorge se lo dio y le llegó el mismo video a color y con sonido, tomado desde una primera toma. Esto descompuso aún más al hermano quien le paso a Daniel el celular para regresar a vomitar.

- Tal vez ustedes creen que los zoquetes de allá afuera les crean que después de tanto tiempo mi niña les iba a hacer caso de la noche a la mañana. Yo me pregunto qué pasaría si yo les mando estos videos. – dijo Saga con una sonrisa de satisfacción - Yo diría que nunca más se les van a acercar las chicas. Ya saben... con esto de las redes sociales... hasta a portaba van a llegar. Como se llamaría el video? Gangbang de policías homosexuales con travestidos? Jaja Jajaja

Alejandro se queda mirando fijamente a Saga. Sus hermanos sabían que solo estaba haciendo uso de todo su autocontrol para no agarrarlo a golpes.

- Que importa! la reputación de Laura esta por el piso porque como dices, todos los hombres del precinto creen que nos revolcamos con ella. Como crees que la traten cuando llegue?

Saga tuvo que respirar profundo para evitar caer en el juego.

- Que conste que se los advertí. – Saga envió el video a uno de los numero que los contactos de su hermano le habían conseguido y no tardó uno de los uniformados en aparecer en la puerta visiblemente consternado.

- disculpe teniente Barbur... nos acaba de llegar un video algo escandaloso que...

Alejandro perdió los estribos y comenzó a gritar.

- Eso es mentira! es un montaje que hizo la teniente Gómez porque no quería que su esposo se enterara que estuvo con nosotros ¡!

- Pero... con los tres? – volvió a preguntar el uniformado

- Si! ella lo invento todo! – recalcó Alejandro rojo de ira

- En una sola noche pudo editar el video? Aparte ella está afuera con el capitán. Escuche que estuvo ahí en su casa cenando y ...

- Esa mierda es mentira! – repitió Alejandro saliendo de la sala de interrogación a buscar a Laura y sus hermanos y Saga tras de él.

Laura había llegado temprano para hablar con el Capitán respecto a ciertas autorizaciones que necesitaba para algunos de los casos que le habían asignado. Estaban en el pasillo entre la oficina del capitán y los cubículos cuando Alejandro la agarró de ambos brazos y la empezó a zarandear.

- Tu montaste todo esto! Confiésalo – Gritó

A pesar de que Laura estaba más sorprendida que asustada, El capitán intervino:

- Barbur! Suéltela ya mismo! Qué carajo le sucede?

Saga se quedó atrás de ellos pero a la vista de Laura esperando a ver su reacción. También ya habían hablado de eso. Ella tenía que regresar a poder defenderse sola.

- Usted no se meta que esto es asunto personal no policiaco – le gritó Alejandro al Capitán pero sin soltar .

Laura intentó zafarse por todos los medios.

- Alejandro me sueltas por favor? No quiero tener que hacerte daño.

El capitán llamó a varios uniformados a que vinieran a controlar a Alejandro, pero Alejandro empezó a apretarla cada vez más duro totalmente fuera de sí mientras Daniel y Jorge le rogaban que la soltara. Laura miró la súplica en la mirada de Saga y después se volteó hacia al capitán:

- Que conste señor que yo no empecé - dijo Laura levantando la rodilla dándole a Alejandro un rodillazo en las pelotas muy fuerte haciendo que inmediatamente la suelte y se vaya al piso a retorcerse de dolor.

Saga sonríe con satisfacción y entraron cinco uniformados se llevaron a Alejandro a una celda. El capitán estaba perplejo:

- Pero que fue lo que paso? Alguien puede explicarme?

- Que Laura monto todo un espectáculo para quedar bien con su maridito y desacreditarnos a nosotros – Dijo Daniel sin atreverse a tocarla pero poniéndosele en frente.

Laura los miró como si estuvieran locos.

- Yo ni siquiera sé de qué están hablando. – contestó.

Saga abrazó a Laura poniéndola de espaldas a Daniel y Jorge.

- Creo capitán que es un problema de alguna de sus misiones donde obtuvieron alucinógenos. –dijo Saga - ellos dicen que anoche mi mujer me fue infiel con ellos a las nueve de la noche, pero todos sabemos que ella es incapaz de serme infiel. - Aprovechó para tomarla del trasero de forma en la que el capitán no puede verlo pero ellos dos si, haciendo que fruncieran el ceño ante esto poniéndose rojos de ira.

El Capitán se dirigió hacia ellos.

- pero ustedes dos se han vuelto locos? mi esposa y yo estuvimos en su casa desde las 6 y hasta las once de la noche precisamente anoche¡

- Capitán, nos permite hablar de este "malentendido" con Laura y su esposo a solas? – pregunto Daniel

- Le juramos que no habrá más escándalos – aseguró Jorge

- Yo creo que es decisión de ellos – dijo el Capitán – Pero más les vale que todo esto sea solo una broma de mal gusto o tendré que tomar medidas extremas con ustedes tres.

- Pues yo si quiero saber de qué hablan, porque creo que están fumando de la mala. – dijo Laura - yo amo a Saga y nunca le seria infiel y menos con ustedes.

- Lo que mi dulzura hermosa diga – dijo Saga dándole un beso en los labios

Jorge y Daniel se adelantaron a la sala de interrogación donde habían estado anteriormente con Saga y Alejando, mientras que Laura caminaba abrazada de Saga.

- Lástima que Nat no esté aquí. A ella le encantan este tipo de chismes.

Saga sonrió con malicia.

- No te preocupes mi vida, tengo todo en video y se lo podemos compartir.

- Video? De que video hablas? – pregunto Laura – Es por eso que están tan histéricos?

Saga batió sus pestanas como niño travieso fingiendo ser inocente.

- Es que... Creo que tus compañeros estaban muy tomados y confundieron a Lalito contigo. no es... fascinante lo que un poco de alcohol puede hacer en el libido de una persona? – dijo guiñándole un ojo

- jajajajajajaja pues en qué estado estarían para hacer ese tipo de confusiones

- no se cariño pero... incluso de su puño y letra describieron todo lo que le hicieron a Lalito en su cuarto de hotel en una de esas libretas trofeo en la que llevas la cuenta de tus conquistas con detalles y todo.

- qué horror! y que me comparen con Eduardo no me parece nada lindo – dijo haciendo muecas

Saga le susurró.

- Eso le pasa a todos los que se atrevan a meterse con mi mujer. Solo que a la próxima, mi ilusión no ira dirigido a uno solo y se darán todos contra todos. Nadie molesta a mi Lau y se queda impune.

Laura iba a hacerle mil preguntas al respecto pero Jorge se asomó y les gritó desde la puerta:

- Se apuran o qué? No tenemos su maldito tiempo!

Saga le lanzó una adorable sonrisa que derritió a Laura y la hizo suspirar.

- que geniecito se carga, verdad? Cualquiera diría que no ha tenido sexo en años.

Los dos entraron a la sala de interrogaciones poniendo a Laura en sus piernas y Jorge y Daniel se sentaron en las dos sillas al otro lado de la mesa.

- Podrían dejar de hacer eso? – exclamó Daniel

- Hacer qué?

- Laura, no sabía que te gustara dar esos espectáculos – dijo Jorge muy serio

- Uy... y eso que no nos han visto en acción – respondió Saga sonriendo – Nos ponemos mucho más cachondos con publico

- en serio respeten el precinto! – reclamó Daniel azotando las manos en la mesa

- Pero si todavía no estamos haciendo nada, y un burro hablando de orejas… - respondió Laura acurrucándose más en los brazos de Saga.

- Laura porque no le dices a tu maridito lo que hiciste anoche – sugirió Jorge

- Si amor... cuéntame. Con lujo de detalles si puedes – pidió Saga.

Laura se encogió de hombros.

- Anoche, después de salir de aquí, fui a la casa a darme un baño, preparar la cena para el capitán, cenar los 4 juntos el capitán, su señora, tu y yo, hablar con la esposa del capitán sobre su embarazo, despedir al capitán y meternos a la ducha – dijo

- no se te olvido nada? – pregunto Saga preocupado

Laura lo miró extrañada

- no. yo estuve toda la noche contigo

- no se te olvido decirles las veces que nos amamos entre la lavada de trastes, la regadera y dos o tres veces en la cama?

- Ay por todos los santos! – exclamó Daniel enfadado.

- De Athena? – preguntó Saga

- qué?

- Lo siento. chiste local – se burló Saga

- ah pues si a esa vamos tu comiste postre más de tres veces y yo no tenía ni idea que se podía comer así – dijo Laura ruborizándose un poco.

- jeje bueno... como le dije a estos muchachos... apenas te estoy ensenando.

Los dos hermanos se levantaron y patearon sus sillas tirándolas .

- ya basta! Laura. Tu estuviste anoche en el hotel Olympico en la habitación 1004, tuvimos sexo toda la maldita noche contigo hasta que nos cansamos – gritó Daniel

- Con los tres. Alejandro, Daniel y yo – aclaró Jorge

Laura batió sus pestañas. Sabía que estaban usando sus técnicas de interrogación con ella, pero para su desgracia ella de verdad no sabía que había pasado ahí.

- Pues yo no sé con quién tuvieron sexo pero conmigo no fue. Yo estuve toda la noche con Saga. Y tú para que le andas diciendo a estos lo que me enseñas y lo que no?

- pues es que me estaban felicitando porque dicen que te ensene muy bien – dijo Saga apenado.

Jorge azotó las manos en la mesa también quedando su cara muy cerca de la de Laura.

- Porque no lo reconoces?

Saga respiró profundo. Se le estaba acabando la paciencia.

- Bueno, ya estuvo bien. Lau... apaga las cámaras y sal de la habitación por favor.

Laura obediente se levantó de sus piernas y se dirigió hacia la puerta pero Jorge y Daniel quisieron cortarle el paso.

- No ella no sale de aquí hasta que reconozca que es igual de casqui suelta que Nat, y que se acostó con nosotros anoche! – dijo Daniel mientras apagaba las cámaras

Laura dio otro paso hacia la puerta y Daniel intentó detenerla pero antes de que la toque siquiera voló por el aire hasta el otro lado de la habitación sin que se vea que Saga moviera un solo musculo. Laura salió de la habitación pero se quedó detrás del cristal.

- Como demonios hizo eso? - preguntó Daniel doliéndose

Saga volvió a poner los pies sobre la mesa en actitud relajada con los brazos detrás de la nuca.

- Porque hizo salir a Laura? – preguntó Jorge curioso

- Porque no me gusta que se involucre con basura como ustedes, si por mi fuera ustedes estarían en el infierno con solo un deseo mío – mostró una sonrisa de su lado malo queriendo salir - Pero por respeto a Nat no lo hago .

- Sabe que por atacar a un policía son varios años de cárcel verdad? – dijo Daniel

- Yo? pero si tú te caíste solito, yo ni te toque – dijo Saga.

- Yo estoy de testigo, Laura también – replico Jorge

- y cuáles son sus pruebas?

- lo mandaste a volar! – repitió Jorge

- pruébalo

- si tuviéramos como lo haríamos, llamaste zorra a Nat, pero Laura es igual no? – dijo Jorge queriendo herirlo en su orgullo.

- Pruébalo. es tu palabra contra la suya, porque conmigo llego nuevecita – aclaró Saga relamiéndose los bigotes de solo recordarlo.- Pero... regresemos al tema principal. Aparte de levantarle cargos a su hermano por maltratar a mi señora... quieren que les pruebe que los tres son jotos de closet?

El tono de Saga se hacía cada vez menos cortés.

- Toda fue un montaje! un puto montaje, y todo lo que dijo Laura que hicieron y usted es pura mierda – dijo Daniel

- Levantar cargos Jaja Jaja no me haga reír - aclaró Jorge

Saga los miró sonriendo.

- Tú! – señaló a Jorge - Prende la cámara. Para que vean que no un montaje... que se grave esta conversación. – dijo Saga.

El chico se paró a prender la cámara.

- Nosotros no somos tan peligrosos como Alejandro. Ahora a el nadie lo va detener ese espectáculo que mostró solo lo emputo. ella trabaja con nosotros todos los días. Recuérdelo - amenazó Daniel

Saga se levantó con tanta calma y en silencio, que ambos retrocedieron un paso.

- En un idioma que entiendas babosito. – dijo Saga dirigiéndose a Daniel - Tus hermanos, tu hermana y hasta tu madre, me la pelan. Ahora, yo saldré de esta habitación por 5 minutos. No me iré del Precinto. Tomen tiempo. y después... checaremos el video que hayan grabado juntos. Estamos? Pónganle una película nueva, fírmenla hagan lo que quieran para verificar que yo no alterare ese video. Si se graba algo que no sea a ustedes sentados ahí... quietecitos... dejaran en paz a Laura. Si no se graba nada... dejare que hagan con ella lo que quieran. que la grabadora sea testigo y quede asentado estamos?

- Jaja Jaja pues hubiera empezado por ahí, la vamos a pasar muy rico con ella – dijo Jorge riendo – Aceptamos.

- Bueno. ya me voy. Que conste que quedará asentado.

Saga salió y tomó a Laura de la mano detrás del cristal.

- Te sugiero no mirar. Capaz que te conviertes en fujoshi. – sonrió

- Pues toca reconocer que ahí protagonistas lindos pero hasta ahí llego. Me dirás lo que les vas a hacer? – preguntó Laura

- Les voy a demostrar de una vez por todas que el video es real. Recrearé en su mente aquella noche en la que han sentido más placer en toda su vida, pero no te preocupes amor… llegare a tiempo antes de que cometan un pecado mortal – dijo guiñándole el ojo.

Laura se abrazó de Saga y escondió su cara en su cuello.

- jeje bueno... eso está mejor. – dijo Saga sacando su celular y grabando lo que pasaba ahí dentro a través del cristal.

Tal como lo había predicho Saga, las cosas se calentaron muy rápido dentro de la sala y justo cuando iba a pasar algo más, Saga entró. Los dos chicos tenían los pantalones abajo y Daniel había puesto boca abajo a Jorge sobre la mesa.

- Ejem, Ejem disculpen la interrupción... - Jorge y Daniel reaccionaron y al ver como estaban Intentaron arreglar sus ropas sin saber lo que había pasado - Wow! bóxer de Bob esponja... que ridículo! y el tuyo tiene un hoyo. No te alcanza para uno nuevo?

Jorge y Daniel empiezan a llamar a gritos a su hermano mayor. Saga fue y quito el video de la grabadora y guardándolo en su bata.

- Que va hacer con el video? Es nuestro! – dijo Daniel

- Tenerlo como evidencia en caso de que sigan jodiendo a mi Lau. – dijo Saga - Se los advertí. Este video tiene fecha y hora y hay testigos de que están aquí. Se ve que es la sala de interrogatorios y no podrán decir que esta falseado ni montado. Y por si se preguntan lo que hay en este video... - les mostró el video que tomó con el celular donde se veía como Daniel comenzaba a besar a Jorge y a desvestirlo y manosearlo y Jorge hasta se puso boca abajo parando el trasero sobre la mesa - A menos que tengan alguna especialidad en urología y hubieran querido revisarse la próstata mutuamente... creo que está bien claro... Jajaja

- Maldito! – exclamó Daniel – Dejaremos en paz a Laura.

- Una cosa más antes de irme... lo del video del hotel... es 100% cierto. Se cogieron al ex de Laura por error debido a haber sido víctimas de cierto truco hipnótico de mi parte – explicó Saga - Jajaja Tal vez a la otra deberían hacer una orgia entre los cuatro. Seguro esa relación de hermanos... será más unida jajajajajajaja

Los dos hermanos cerraban los puños furiosos mientras Saga salía de la sala.

- A nosotros nos mantendrá en paz pero Alejandro no será tan fácil – aseguró Daniel

- Por algo es nuestro hermano mayor – señaló Jorge

- Pues intenten convencerlo... o lo van a ir a recoger al hospital... y para cuando lo hagan... se llamara Alejandra. Única advertencia. – dijo Saga muy serio.

- él no le tiene miedo. – mencionó Jorge - si fue capaz de zangolotear a su mujer delante suyo y del capitán, que no hará ahora que lo saquemos de donde lo tienen.

Saga se volteó hacia ellos con una mirada cero amigable.

- Retenme. Les suplico por lo que más quieran que me reten. Esto que sucedió ayer o aquí mismo no fue nada. Y por cierto... el video circulara... no se preocupen.

Alejandro llegó con dos oficiales al lado y todavía rojo de la ira.

- Ustedes estúpidos no pudieron con este? – dijo Alejandro

Saga suspiró con expresión de desaliento. Era inevitable ese enfrentamiento. Revisó su reloj.

- En serio tengo una cirugía. no quiero tener que explicar una y otra vez...

- Pues lárguese de aquí que nadie lo está deteniendo! – replico Alejandro

- Me parece muy bien. Buen día. – dijo pasando junto a Alejandro para tomar la mano de Laura.

- Buen día doctor, y despídase muy bien de su esposa. Somos policías. Todo puede pasar – dijo Alejandro en tono burlón.

Desgraciadamente Saga lo tomó como una amenaza y su cabello comenzó a tornarse gris delante de Laura quien al verlo solo alcanzó a exclamar: Alejandro estúpido! Antes de coger a Saga de la Cara para besarlo y retroceder aun besándolo para meterse los dos en la siguiente Sala.

Saga sabía que y por qué lo estaba haciendo Laura, mas no le importó. No quiso quedarse con las manos cruzada y con un solo movimiento de su mano, como si se quitara el polvo de uno de sus hombros, hizo que Alejando cayera de rodillas con ambas piernas rotas en dos partes.

Los gritos de dolor de Alejandro y los de Jorge y Daniel al llegan a auxiliar a Alejandro se confundían con las instrucciones de otros oficiales de llamar a emergencias a pesar de que no sabían ni que paso.

Laura entró a la habitación con Saga y sin dejar de besarlo cerró la puerta tras de ella y se recargó ahí mismo mientras el alboroto se escuchaba afuera y ella continuaba aumentando la intensidad del beso. Saga comenzó a prenderse y cargo a Laura de su trasero para besarla mejor. Laura enroscó las piernas alrededor de la cintura de él y metió su mano por debajo de la bata y camisa para acariciar su pecho. El respondió haciéndole lo mismo por debajo de su blusa hasta que recordó que en serio tenía una cirugía y tenía el tiempo medido.

- Dame chance de llamar a alguien que me cubra y terminamos lo que empezaste – dijo Saga con voz llena de deseo.

- Pues llama porque de aquí no sales hasta que tu cabello vuelva por completo a la normalidad – dijo Laura.

- Como dices? – Saga se tocó el cabello y sin soltarla, se fue a ver al espejo reflejante - demontres! intente estar tranquilo. te lo juro.

Laura se bajó de sus brazos y lo abrazó por la espalda.

- Lo sé. Esos tres le sacan el tapón hasta a la misma madre teresa, y si estuviéramos solos sabes que no tengo problema con esto – dijo Laura mostrando un mechón de su cabello..

- No puedo llegar al hospital así – recalcó Saga.

- Hace un momento estaba mucho peor – aseguró Laura.

Saga se volteó y la miró a los ojos.

- No puedo resistirte. Un beso más y me voy. Estás en tu trabajo y no quiero darte problemas.

- Llama al hospital y te doy el beso.

- Dame el beso y te aseguro que llegaré a tiempo a la cirugía. – Sin darle tiempo a responder, Saga tomó suavemente el rostro de Laura y se apresuró a pegar su cuerpo con el de ella.

Laura lo besó con todas sus fuerza. La boca de Saga no podía ser más incitante. El beso fue tan apasionado y estaba tan lleno de deseo de ambos, que Saga no pudo evitar que sus brazos se deslizaran lentamente alrededor de la cintura de Laura por debajo de la blusa. Cuando sintió la calidez de su piel, Saga la volvió a cargar finalmente dándose cuenta de traía falda corta, por lo que deslizo una de sus manos por debajo para acariciar todo el contorno de sus piernas, pasando por su liguero hasta llegar hasta su trasero. Laura se mostró incontenible y totalmente falta de inhibiciones mientras lo besaba a pesar de estar dentro de su área de trabajo. Su boca se inclinó sobre la de Saga y su lengua penetró y acarició hasta que se hubo quedado sin aliento.

- Cuando te beso no quiero parar - le murmuró Laura – Y Ya que te dedicas a cumplirles fantasías a esos tres, tal vez algún día, me ayudaras a cumplir la mía que… - se sonrojo - apareció en mi mente el día del interrogatorio aquí mismo.

Saga solo la miró pero luego lanzó un gemido cuando Laura le cogió la mano y se la puso osadamente encima de uno de sus senos por encima de la blusa.

- Si, dulzura - musitó Saga cerrando los ojos para controlar su calentura cuando sintió el pezón endurecido que él frotó instintivamente. - No es el lugar más romántico del mundo pero… No sabes qué es lo que me estás haciendo, ¿verdad? - preguntó Saga con voz grave – Ahora solo estaré pensando en regresar y ayudarte con eso.

Laura iba a seguir dándole cuerda, pero unos toquidos a la puerta detrás de ella, la persuadieron de no hacerlo.

- Gómez!... esta aquí? – Era la voz del Capitán.

- (siempre tan oportuno Capitán grrr) – Saga la bajo y la ayudó a acomodar su ropa - Si Capitán ya voy!

Saga le susurró:

- jeje... terminaremos en casa. No te me escaparas ahí.

Laura asiente y ambos salen, viendo como los paramédicos ya llegaron y cargaban a Alejandro en una camilla. Saga se dio cuenta que el logotipo de sus uniformes era el de AHEPA.

- Mira que conveniente! Mi transporte llego - le susurró al oído a Laura - Hey chicos! me dan un aventón al hospital?

- Claro que si doc.! – dijeron mientras guardaban el equipo.

Saga le dio un último beso a Laura delante de Jorge y Daniel y siguió a los paramédicos subiéndose en la parte de adelante como correspondía a su rango.

Laura se volteo para decirles a Jorge y Daniel:

- Y ustedes no van a ir con él? Qué clase de hermanos son?

Ambos vieron como Saga subía a la ambulancia y se miraron. Ninguno quería estar en el mismo lugar que Saga por si las dudas.

- Que vaya solo Jorge. – respondió el Capitán - Daniel tiene turno contigo Gómez. No se cómo demonios se le ocurrió a Barbur caerse justo ahora con todo el trabajo que tenemos.

- Me gusta más cuando me dice Laura Capitán, pero... Daniel no se ve bien. Esta igual de blanco que Jorge.

El Capitán volteó a verlos.

- Qué? Bueno que demonios! es epidemia de enfermos o qué? Parece que hoy se quedara en la oficina sola y ustedes dos - señala a unos uniformados - lleven en la patrulla a estos dos también al hospital. No vaya a ser que de verdad estén enfermos y nos contagien a todos. – dijo cerrando los ojos y tomándose el puente de la nariz exasperado.

- Díganle a Saga que los atienda. El seguro lo hace con mucho gusto y es el mejor médico del hospital.

Ninguno de los dos dijeron nada y solo seguían como zombis a sus compañeros en uniforme. No sabían que había pasado exactamente, pero era seguro que no se meterían con ella de nuevo. Era completamente perjudicial para su salud, su reputación, y su trasero.

Agosto 7, 12pm

Templo Principal

Santuario de Athena, Grecia

Shion miraba preocupado hacia el horizonte desde la terraza del templo mirando por sobre las doce casas. Algo estaba oprimiendo su corazón como si supiera que algo estaba pasando en algún lugar del universo que cambiaría el rumbo de todo.

Vio como algunos dorados se dirigían al coliseo a entrenar, mientras que otros platicaban desde sus casas bromeando y jugando entre ellos.

Ya casi llegando al templo principal, vio a Aldebarán con Niv tomada de la mano dirigiéndose hacia donde se encontraba. Shion suspiró. Sabía que Niv necesitaba una explicación de lo que había pasado en el centro comercial y él estaba dispuesto a dárselo, con una pequeña ayuda.

Aldebarán y Niv pasaron todos los filtros necesarios hasta llegar hasta él.

- Buenos días Maestro - dijo Alde poniéndose en una rodilla - Suplico una audiencia con usted si no está muy ocupado.

- Buenos días chicos. Vengan. Vamos a mi terraza que ahí nadie nos molestara. – fue la respuesta del patriarca

Alde y Niv lo siguieron en silencio. Niv apretándole la mano nerviosa. Entraron a los aposentos de Shion y los dirigió directo a la terraza trasera desde donde podía escucharse la cascada de las termas.

Niv fue la primera en hablar.

- Maestro Shion – dijo – Alde me dijo que… usted me trajo del centro comercial…

- Cierto

- Yo sé que Mayura me dijo que… yo tenía que esperar a que usted creyera que yo estuviera lista para saberlo pero…

Alde le besó la mano para tranquilizarla. Niv volteó su cabeza hacia él, quien estaba hincado a su lado para quedar a su nivel. Niv tomó valor con esta acción y se volvió hacia Shion.

- Necesito saberlo. – volvió a decir – Soy un fenómeno?

Alde volteó a verla horrorizado con la palabra que acababa de utilizar. Shion se acercó a ella quitándose la máscara para que su voz no sonara tan distorsionada.

- No eres más fenómeno que Alde, que yo… o que cualquiera de los que estamos aquí – dijo muy serio pero en voz suave – Mayura te ha ensenado muchas cosas y ya te lo ha explicado.

- Si pero… lo del centro comercial…

- Eso fue una situación especial y desafortunada que no pasó a mayores – contestó Shion – Sin embargo creo que si necesitas saber por qué o como lo hiciste y creo que en el fondo lo intuyes, pero no has querido verlo, ni creerlo.

- Yo nunca había hecho algo así en Brasil. – replico Niv – Es algo que tiene este lugar?

- En parte. – contestó Shion – Mas si bien influye, es algo que traes de nacimiento Niv.

- Como es eso posible? Mi papa me lo hubiera dicho!

- No si el mismo no lo sabe pequeña – la tomó de la mano y la sentó – Te mostraré algo pero quiero que mantengas tu mente abierta a lo que veras. Cierra tus ojos y relájate.

Niv lo hizo y Alde aprovechó para tomarle la mano. Ella se la apretó y él no la soltó. Shion entonces puso su mano sobre la cabeza de Niv y los tres pudieron ver lo que estaba en su cabeza.

Niv se vio a si misma caminando en una habitación blanca. Había una persona sentada al fondo y ella se dirigió hacia ella. Al acercarse aún más, esta persona se dio la vuelta levantándose de su asiento. Niv pareció por un momento desconcertada. La mujer frente a ella no pasaba de los 20 años y era preciosa, menuda, con cabello largo negro y ojos del mismo color. Usaba un diáfano vestido blanco con sandalias sencillas y un tocado de flores blancas.

La mujer extendió su mano para intentar tocarla pero Niv dio un paso atrás y ella bajo la cabeza y se volteo para abrazarse a sí misma. Shion tuvo que intervenir desde fuera.

- Niv. Fíjate bien en ella. No es la primera vez que la vez. – dijo haciendo que Niv volteara para todos lados para buscar la voz de Shion y luego se fijara en la frágil figura frente a ella – Mírala de frente sin miedo y recuérdala.

Niv obedeció a Shion y se acercó a la mujer, quien alzó la mirada hacia ella.

- Lo siento – dijo la desconocida con tristeza en la mirada – Yo solo quería protegerte.

Niv la miró detenidamente y poco a poco abrió los ojos asombrada. Shion tenía razón. Ella había visto toda su vida esa cara en las fotografías que estaban por toda la casa de su padre.

- Mamá?

La chica solo asintió con la cabeza y Niv corrió a abrazarla llorando. Ella nunca había conocido a su madre, pues había fallecido a causa de su nacimiento. Alde se vio tentado a soltarle la mano y dejarlas disfrutar de tan conmovedora escena, pero Shion se lo impidió. El también necesitaba saber.

- Niv… por favor perdóname. – le dijo su madre.

- No! Yo te matee! Perdóname a mí.! – gritó Niv abrazándola con desesperación.

- No fue tu culpa hija… Yo sabía el riesgo y lo tomé. – continuo mientras la abrazaba llorando – Nosotras no tenemos permitido alejarnos de nuestro hogar y mucho menos para seguir a un humano. – Le limpiaba las lágrimas a Niv – Yo rompí las reglas y me arriesgué. No pude evitarlo.

- No entiendo…

Shion volvió a intervenir.

- Adriana… tu hija necesita saberlo.

Adriana asintió y la tomó de las manos.

- Ven… te mostraré – dijo su madre jalándola hacia una puerta que abrió.

Niv, Shion y Alde pudieron entonces ver su historia como si fuera una película:

Adriana visitaba seguido esa parte del bosque para jugar con las Hamadriades a quienes llamaba hermanas a pesar de ella misma no ser una de ellas. Todas ellas parecidas en forma y tamaño, bailaban, cantaban y jugaban por todo el lugar. Al verlas, a Niv le recordó aquellos cuentos de hadas donde estas se escondían y le hacían jugarretas a todo el que pasaba. Solo había alegría y risas en ese lugar y todas parecían ser muy felices.

De pronto un día que Adriana visitaba de nuevo esa parte del bosque, unas máquinas vinieron y comenzaron a derribar árbol tras árbol sin piedad. Decenas de humanos masacraban cada uno de los árboles, torturando, apuñalando y quemando uno a uno. Así pues cada una de las Hamadriades pertenecientes a esos árboles fallecían frente a sus ojos. Adriana intentó defenderlas de todos los modos posibles, haciendo que la misma naturaleza los detuviera, animales, ramas… incluso pidiéndole ayuda a Poseidón con tormentas torrenciales, pero de nada sirvió y ella se vio impotente ante la tecnología que usaban esos humanos. Mientras ellos tomaban un descanso resguardándose de la lluvia, Adriana, cansada y sola, se dejó caer en el fango abrazando uno de los olmos caídos pidiéndole perdón a su hermana por no haber podido hacer nada para evitar su muerte.

Su llanto desconsolado atrajo la atención de uno de los ingenieros a cargo de la tala de árboles, quien creyó que era alguna chica que se había perdido.

- Disculpa… puedo ayudarte? – pregunto Carlo hincándose frente a ella – Estas perdida? Ven conmigo y te llevare con tu familia.

- No! Todos ustedes son unos brutos insensibles – dijo levantando sus hermosos ojos llorosos hacia el – Por que las matan? Ellas han estado aquí desde hace cientos y miles de años! Que cuentas voy a rendir ahora?

Carlo la miró extrañado. Acaso era una de esas chiquillas hippies que estaban en contra de la tala de árboles? Ya se había enfrentado a muchas en el pasado, pero esta chica llegaba a otro extremo. Literalmente estaba llorando y pidiéndole perdón a cada árbol que habían tirado, que gracias a la tormenta de varios días, no habían podido ser tantos como el necesitaba. Todo el proyecto habitacional de lujo estaba en riesgo si no terminaban de talar esas varias hectáreas de bosque. Y sin embargo el llanto desconsolado de la chica, lo había conmovido.

- Cómo te llamas? – le preguntó

- No tengo un nombre – contestó la chica

- Tengo que llamarte de algún modo – insistió Carlo

- Soy una Dríade. No tengo un nombre humano o que pueda ser pronunciado por ti. – le dijo enjugando las lágrimas.

- No tengo la menor idea de lo que hablas… - capítulo Carlo – pero Dríade me recuerda a Adriana. Te parece si te llamo así?

Adriana asintió sin comprender en primera, como un simple humano había podido verla. Después se dio cuenta que dentro de su tristeza, había olvidado mimetizarse con su cosmos como siempre lo hacía.

- Comprendes que estas interrumpiendo mi trabajo y el de todos ellos? – dijo señalando hacia donde todos platicaban con el almuerzo en la mano

- Y tu comprendes que estas matando a mis hermanas? – gritó Adriana - No hay árbol que no tenga su criatura elemental de la naturaleza en su interior y ustedes las están matando!

- Pero yo no veo a nadie!

- Tu no entiendes! Eres solo un asesino más! – gritó Desesperada haciendo que grandes lagrimas escurrieran por sus mejillas confundiéndose con el agua de lluvia y derritiendo el corazón de Carlo.

Carlo estaba en un dilema. No quería verla llorar, pero su trabajo estaba en juego. Ni modo. Un poder más grande que él, le sugirió desistir.

- Adriana… que debo hacer para que dejes de llorar? Me partes el alma – le dijo

- Vete y llévate a tus hombres contigo! – dijo – Dejen a mis hermanas en paz o tendré que matarlos a todos y no quiero hacerlo!

Carlo suspiró. Tal vez la chica de por si estaba loca y de todos modos las maquinas no podía avanzar debido a que se atascaban en el lodo por la lluvia. Y si era sincero, a el tampoco le hacía gracia talar los árboles, pero el terreno había costado mucho dinero a los inversionistas y no iban a estar contentos.

- Adriana… Me voy a ir, y me llevare a todos conmigo – vio que logró captar su atención – Pero desgraciadamente aunque yo me los lleve hoy, en cuanto el clima sea más benigno, regresaran, conmigo o sin mí. No se puede evitar el progreso de la ciudad.

- Si se puede! Tu… tu puedes hacerlo!. Ellos te escuchan! – insistió Adriana.

- No comprendes. El terreno costo mucho dinero y a ningún humano le gusta perder dinero y menos en grandes cantidades.

Adriana limpió sus lágrimas con el dorso de su mano.

- No sé qué es el dinero. – dijo Adriana

- Moneda corriente? Billetes? Oro? Tienen cierto valor que se cambia por bienes y servicios – explico Carlo – Puedo retrasar la obra unos días pero… ya te dije que vendrán otros y no serán tan sensibles. Por favor diles a tus "hermanas" que deben irse o morirán.

Carlo la ayudó a levantarse y se despidió de ella.

Adriana lo siguió con la mirada y vio que efectivamente había cumplido con su palabra. Las máquinas y el mismo Carlo se retiraban del lugar. Se quedó observando a aquel humano que había cumplido su palabra con la esperanza de volver a verlo. No era un hombre joven, posiblemente andaría ya en a finales de sus 30's, pero hasta ahora, era el primer humano adulto que la veía y la había ayudado sin pedir nada a cambio.

Pasaron varios días y ni las maquinas ni Carlo volvieron al lugar. Adriana regresó a su casa en el roble principal del Parque das Magabeiras, el parque más grande de la ciudad y colindante con el bosque donde estaban sus hermanas, con el pensamiento de buscar a Carlo en la menor oportunidad para agradecérselo.

Unas semanas después, Adriana caminaba cabizbaja por el parque pensando en lo que Carlo le había dicho. Debía haber una manera de evitar que talaran ese bosque. De pronto tropezó con la persona que había estado en sus pensamientos todo este tiempo. Lo vio diferente. Traía un traje azul marino con corbata el cabello peinado de una forma más formal y con un periódico en la mano.

- Adriana? Hola!

- Hola! – dijo algo ruborizada - No es algo incómodo eso que traes puesto con este clima húmedo?

Carlo sonrió apenado tomándose la cabeza nervioso.

- Estoy esperando que den las 2 para asistir a una entrevista de trabajo y por eso estoy vestido así.

Adriana lo miró extrañado.

- Pero… tú ya tenías un trabajo.!

- Uhhh… si pero… falsee información para que dejaran en paz a tus adorados árboles y… ahora necesito otro – contestó sonriendo – Tengo mucha experiencia así que no será difícil.

Adriana quedó sorprendida. Él había perdido su trabajo por cumplir su promesa con ella? Por qué a un humano le importaba tanto como para arriesgarse así?

Carlo la invitó a sentarse en una de las bancas.

- Y tú? Vives cerca de aquí?

- Si. Allá – dijo señalando al roble, pero Carlo seguía sin comprender

- Vives en el parque? Debes tener una vida difícil entonces.

- No. Tengo todo lo que necesito – dijo Adriana – Y tú?

- Yo? Pues… más o menos igual, aunque tengo un departamento en el centro donde vivo solo. No soy rico pero tengo mis ahorros que me permiten vivir sin privaciones – contestó Carlo intentando analizar su vida

La alarma de su reloj sonó y se Carlo se levantó.

- Tengo que llegar a tiempo a mi cita, aunque me gustaría quedarme a platicar. – dijo – Si no estás muy ocupada… querrías verme mañana aquí? Una hora antes del atardecer en caso de que me den el trabajo.

Adriana asintió alegremente y lo que se convirtió en una simple cita para platicar, se convirtió en 7, y luego en 15 y las citas cada vez eran más y más largas. Caminaban por el parque, o hacían un picnic.

Un día Carlo llego sin su alegría habitual y Adriana lo notó de inmediato.

- Que sucede?

- Lo siento Adriana. Ya no se puede retrasar mas la tala de los árboles. – le dijo – En 48 horas todas las máquinas de esa compañía irán al mismo tiempo para acabar con todo.

- No! Dijiste… dijiste que con oro podríamos salvarlas! – dijo desesperada

- Si pero… No tengo esa cantidad. En toda mi vida trabajando no tendría esa cantidad. – aseguró Carlo.

- Yo te lo doy! – dijo Adriana – Te doy todo el que necesites! Solo no los dejes!

Adriana lo tomó de la mano y lo jaló hacia el roble casi corriendo. Carlo la siguió y después de hacer una oración a Zeus, Adriana metió la mano en un agujero del árbol y comenzó a sacar monedas de oro que parecían bastante antiguas. Y se las comenzó a pasar a Carlo por montones. Carlo no estaba seguro de saber si estaba soñando o era cierto lo que estaba pasando, pero por inercia le pasó su mochila y ella comenzó a llenarla hasta que ya era para ella imposible de cargar.

- Crees que eso sea suficiente? – preguntó angustiada – Hay mas pero….

- De donde sacaste esto? Lo robaste?

- No! Claro que no! Dime si es suficiente! Quieres más? Hay más!

La desesperación en la voz de Adriana hizo que Carlo hiciera algo que quería hacer desde la primera vez que la vio. Levantó su barbilla hacia él y le dio un beso muy suave. Adriana había visto a muchas parejas besarse bajo la sombra del roble, pero nunca había experimentado esa sensación. Quería llorar y brincar de alegría al mismo tiempo y Carlo al ver que ella no lo rechazaba la estrechó más contra su pecho y profundizo el beso.

Adriana supo en ese momento que ya no podría separarse de Carlo aunque quisiera y Carlo también lo supo. No importaba nada que no fuera en ese momento hacer feliz a Adriana.

- Vente conmigo. – pidió Carlo – Te prometo dedicar mi vida a hacerte sonreír, después de arreglar el problema del bosque.

Adriana aceptó y desde ese momento ya no se separaron nunca. Carlo vendió las monedas y con lo que le dieron fue suficiente para que ambos fueran a hacer la compra del terreno antes de que las maquinas llegaran a acabar con todo. Carlo no quiso quedarse con la propiedad y la donó al parque. De ese modo nunca tendrían que preocuparse por sus demás hermanas.

Carlo utilizó parte de sus ahorros para sacarle sus papeles a Adriana y se casó con ella tan pronto los tuvo en sus manos, y el mismo día que ella descubrió que esperaba la llegada de Niv.

- Carlo… mis hermanas están muy agradecidas por lo que hiciste por ellas y… yo también…

- Pero no pudieron venir a la boda – dijo Carlo sonriendo

- Ellas no pueden alejarse del bosque… pero… recuerdas que me comentaste que… tu más grande sueño era tener un equipo de Futbol profesional? – preguntó Adriana mientras lo abrazaba.

- Si lo recuerdo, pero mis ahorros ya casi se terminan y ahora en serio debo ponerme a trabajar mi amor – dijo dándole un beso en la frente – Este presupuesto debo entregarlo para mañana esperando que me den la obra.

Adriana ignoró ese último comentario.

- Ellas han mandado algo para ti, en este sobre. – dijo entregándole un sobre muy pesado – Parece que se reunieron todas y le pidieron un favor muy especial a Zeus… para ti.

Carlo sonrió de manera algo burlona. La manera en la que Adriana se expresaba de los dioses griegos siempre lo hacía pensar que de niña le habían contado suficientes cuentos mitológicos.

- Y que me habrá mandado tu tan famoso Zeus? – dijo abriendo el sobre y quedándose callado.

Dentro del sobre, estaban los papeles que indicaban que el nuevo dueño del equipo Cruzeiro FC era El, y un cheque por la misma cantidad que él había pagado por la parte del bosque que donó. No comprendía nada de lo que estaba pasando pero días después, junto con Adriana se había presentado en el campo de entrenamiento donde le dijeron que los documentos eran legítimos y al banco donde el Gerente casi se hinca a besarle los pies cuando le dijo que quería abrir una cuenta con esa cantidad.

Carlo entonces pudo comprarle a Adriana la casa que ella quería rodeada de flores y arboles donde vivieron felices siete meses más. No había pareja más feliz en todo Brasil a pesar de la visible diferencia de edad. Carlo se desvivía por Adriana y ella aprendió a ser lo más humana posible.

Pero no contaban con que el alejamiento de Adriana del roble del parque, y el haberse entregado a un humano y quedar embarazada, rompió con su ciclo de vida, y cada día se debilitaba más y más. Adriana lo sentía, y cada día, a escondidas de Carlo, encendía su cosmos de color verde esmeralda y se lo pasaba a su bebe. Ella sabía que era muy probable que no pudiera sobrevivir para ver a su hija crecer, pero no le faltaría la protección de ella y de sus hermanas en cualquier parte del mundo si eso llegara a suceder.

Y así fue. Adriana uso toda la energía que le quedaba para el parto. Carlo estaba presente en la sala y cuando le presentó a su hija, Adriana sonrió al ver que Niv era iluminada con un aura verde como el de ella, le dio un beso, murmuró el nombre de Nívea y su luz se extinguió para siempre dejando a un Carlo completamente desconsolado con su hija recién nacida en brazos.

Niv comenzó a llorar al ver a su padre como loco al perder a su madre e incluso Alde no pudo dejar de sentirse abrumado con la historia.

Adriana regresó la conciencia de Niv a la sala blanca.

- Hija, ahora sabes de dónde vienes. Cometí el pecado de enamorarme de tu padre y tenerte, pero nunca me arrepentí de hacerlo. – le dijo mientras la acariciaba – Siempre he estado contigo, y lo estaré siempre. Te has convertido en una hermosa mujer y es solo ahora, cuando te has visto en las vicisitudes de una ceguera física, y un confrontamiento con alguien peligroso que tu cosmos natural ha salido en tu auxilio. Abrázalo y no le tengas miedo. Eres mi hija y tienes el derecho a portarlo. Jamás digas de nuevo que eres un fenómeno, porque entonces yo también lo soy.

Niv la abrazó arrepentida.

- Lo siento. Te prometo no volver a rechazarlo. – prometió

- En este santuario hay mucha gente buena Niv. Tu marido me gusta mucho. Es gentil y fuerte… no hubiera querido a alguien diferente para ti. Y te ama mucho. – dijo Adriana sonriendo.- Ahora es tiempo de que regreses con él.

Tanto Niv como Alde se ruborizaron.

- Volveré a verte? – preguntó Niv.

- Posiblemente, pero no en un futuro cercano. Estoy tomando mucha de tu energía para poder manifestarme y en este momento es perjudicial para ti. – dijo Adriana – Recuerda seguir tu entrenamiento y siempre sonreír.

Adriana se fue alejando más y más y Niv sintió como regresó a la terraza de la Sala del Patriarca. Sin embargo después de despertar, estaba completamente exhausta y apenas podía mantener los ojos abiertos.

Alde miró a Shion quien lo tranquilizó de inmediato.

- Solo necesita dormir Alde… No te preocupes. Estará bien después de una siesta. Posiblemente un poco sensible y llorona, pero será normal.

Alde la cargo en brazos con delicadeza y Niv se quedó completamente dormida contra su pecho.

- Maestro… entonces Niv es hija de una Dríade y un humano

- Si

- Maestro… se enoja si le pregunto otra cosa?

Shion suspiró.

- No tienes ni la menor idea de que es una Dríade verdad Aldebarán?

- Jijjiji no.

- Las dríades son ninfas que cuidan de los árboles y los bosques. Se supone que deben castigar a los humanos que perjudican a estos mismos, pero como escuchaste, esta vez fue demasiado para ella. – contestó Shion – Lo que en cierta forma te benefició, pues de no haber sido así, no tendrías a esta preciosa criatura en tus brazos.

Alde la miró dormir y le dio tanta ternura que la apretó un poco.

- Maestro… última pregunta.

- Dime

- Que no las ninfas son hijas de…

- Creo que eso podemos dejarlo para otra ocasión Alde – interrumpió Shion evadiendo la respuesta – Debes llevarla a descansar y yo debo trabajar. Ahora lo importante es que ella ya sabe la verdad de su origen y será más fácil comprender lo que hacemos aquí. Ahora si me disculpas…

Alde asintió e hizo una reverencia llevándose a Niv en brazos. No importaba en realidad la respuesta de Shion. Niv era Niv y estaba con él y eso era lo único importante para él. Lo demás, pasaba a segundo plano.

Agosto 8, 8 am.

Templo Principal

Santuario de Athena

Todos estaban sentados a la mesa del desayuno. Mu, Aioros, Shion, Shaina, Kiki y Sammy. Mu y Aioros cambiaban impresiones acerca de los horarios en los que les había tocado la guardia esa semana. Shion escuchaba a Kiki explicar emocionado como había reparado con éxito algunas de las armaduras dañadas que aún había en el santuario mientras que Shaina estaba en completo silencio y Sammy, visiblemente molesta, hacia un excesivo ruido con los cubiertos y el plato.

- Sammy, por favor evita hacer ese ruido – pidió Shion haciendo que Sammy se detuviera por un instante, pero después volteó a ver a Shaina y regresó a lo mismo. – Sammy! Te pedí por favor que pararas.

Sammy dejo entonces los cubiertos, comenzó a comer con los dedos y empezó a patear la pata de la mesa, haciendo que ahora todos voltearan a verla. Shaina intento detenerla poniéndole una mano en las rodillas pero ella insistió viéndola desafiante.

Shion también dejó los cubiertos casi azotándolos.

- Ahora que pasa? – Sammy no dijo nada pero se bloqueó para que Shion no pudiera leerla lo que lo hizo enojarse más – Samantha!

Sammy brincó al escuchar su nombre.

- Shaina prometió que saldríamos en su día libre con Minos y por portarse mal no podré ir a ningún lado y no es justo! Me he portado bien… he hecho mis deberes y no la he desobedecido! Porque entonces yo tengo que quedarme aquí solo porque ella está castigada? - dijo Sammy en voz suave pero firme para no hacer enojar más a Shion.

Mu y Aioros esperaban un grito de parte de Shion pero este permaneció callado respirando profundamente mientras tamborileaba los dedos. Shaina permaneció en silencio. No podía refutarle nada.

- Pero Sammy, Minos no estará dispuesto a llevarte a ti sola – dijo Mu sonriendo – Porque no esperan a la próxima semana.?

- Si Sammy. – secundó Aioros – No es como que Minos tenga experiencia con niños para que vayas solo con el – Shion volteó a ver a Aioros – Seria una completa tortura para el juez más sádico del inframundo - bromeó

Sammy comenzó a jugar con Aioros a hacerle muecas y demás que el respondía también. Shion pensó un momento en lo que acababa de decir Aioros.

- Creo que esta vez Sammy tiene razón. Si Minos accede a llevársela un rato no me opondré. – lo dijo con una sonrisa que Mu que lo conocía bien sabía que su decisión se basaba más en querer joder a Minos que complacer a Sammy.

Todos en la mesa voltearon a verlo asombrados y Sammy corrió a abrazarlo.

- Si va a querer! Minos es mi amigo! Gracias!

- Termina tu desayuno. – ordenó Shion – Aun puedo cambiar de opinión.

Sammy regresó a su lugar a terminarse el desayuno mientras Shaina suspiraba y le enviaba un mensaje a Minos. Ya podía escuchar toda la cantaleta de su marido por dejarse castigar de esa manera.

Shion sin embargo, pensaba que ese día era la primera audiencia de Dohko. Estaría bien dejándolo que arreglara solo sus problemas? La verdad es que tenía ganas de ir y aunque sea cerciorarse que estaba bien, y no corría peligro. Tal vez si se escapaba…

Un mensaje de texto a su celular le crispó los nervios.

" Debido a causas de fuerza mayor (ni me preguntes cual) Se ha pospuesto mi audiencia para el diez. Sera que puedas venir a darme apoyo moral? Es a las 9 am. Avísame. Dohko"

Maldición! El mismo día de la audiencia de Shaka? Ahora si estaba seguro de 1.- No poder asistir y 2.- Que todos los dioses conspiraban en su contra. Aun así, haría lo posible por no dejarlo solo. Conociéndolo, se ahorcaría el mismo y si tenían esperanzas de salir del embrollo, solamente lo enredaría más.

Agosto 8, 4 pm.

Flisvos Park

Atenas, Grecia.

Minos veía agotado como Sammy correteaba a los gatos de la Marina Flisvos a quienes atraía con sardinas y luego se echaban a correr en cuanto se la lograban quitar de la mano. Estaba exhausto. La última vez que había salido con Sammy no recordaba haberse sentido tan cansado, pero para ser sinceros, aquella vez él estaba trabajando y no le puso mucha atención.

Cuando Shaina le había llamado esa la mañana para decirle que no podría verlo pero Sammy quería ir con él, al principio se había enfadado mucho. Parecía que su esposa hacia hasta lo imposible por quedarse castigada en ese maldito santuario mientras que el tenía que quedarse una semana más con las ganas y ahora hasta pasear con Sammy como padre divorciado a quien le dan permiso de sacar a su hija una vez a la semana. Por eso mismo, escogió un lugar donde Sammy se divirtiera: Flisvos Park, el parque infantil más grande de Atenas y se habían sacado juntos cientos de fotos, enviándole a Shaina las mejores con dedicatorias tipo: Que lastima que no pudiste venir; Nos estamos divirtiendo como enanos; De lo que te pierdes por no estar aquí etc.

Shaina había sido muy clara: Cero dulces si comenzaba a estar de malcriada, Nunca perderla de vista, y si podía darle una o dos lecciones de cultura general sería mucho mejor. Con lo que Minos no contó, es que al final, Sammy le diera esas dos lecciones: Primero ella había pedido que la llevara en tren suburbano hasta allá en lugar de usar el auto, pues ella nunca se había subido en uno. Minos aceptó, pero una vez dentro recordó que él no era bueno para leer el alfabeto griego, Sammy tuvo que, en su poco conocimiento, ensenarle cual parada era la correcta para llegar al parque, lo que incomodó sobre manera a Minos.

- Shaina te va a reganar si se entera que no sabes – le dijo Sammy en tono regañón – Te recomiendo que hagas muchas planas en tu cuaderno como yo para que te las aprendas.

- Si, si, aja… mira! Carros chocones!

- Donde?

Minos, aliviado de poder cambiar el tema, la subió en uno junto con él y dejó que ella condujera.

Más tarde, después de que estuvieran un rato en el teatro al aire libre viendo un show de marionetas que Minos disfruto mucho, Sammy había corrido hacia donde unos niños se correteaban con unas bicicletas rentadas.

- Minos… tu sabes andar así?

- No – tuvo que reconocer el juez

- Rentamos unas? Podemos buscarte unas con rueditas a los lados para ti– dijo Sammy sin ninguna malicia en sus palabras

Sammy corrió hacia el quiosco donde rentaban las bicicletas, pero afortunadamente para Minos, no tenían bicicletas de su tamaño con rueditas a los lados, así que tuvo que aprender solo dándose uno o dos sentones maldiciendo su mala suerte, mientras Sammy pedaleaba como loquita con la suya de color rosa y con la ayuda de las rueditas.

Después de eso habían pasado a los juegos infantiles, donde Sammy subió tan alto en la telaraña, que Minos tuvo que subir por ella y se quedó atorado boca abajo hasta que Sammy jaló el cinturón que lo sostenía y Minos quedó como mosca en telaraña haciendo que Sammy riera tan fuerte que cayó sobre su torso.

Todas las madres que estaban con sus hijos, estaban fascinadas con la relación padre-hija que veían entre Minos y Sammy. Desgraciadamente para Minos, cada vez que una de ellas se le acercaba para preguntarle algo Sammy llegaba corriendo, saltando o fingiendo un llanto inconsolable que hacía que ellas se alejaran. Tan pronto veía que las señoras se alejaban, Sammy regresaba a jugar.

- Vamos a brincar! A mí nunca me dejan brincar – había dicho mientras lo jalaba para correr a donde rentaban algunas camas elásticas y los dos saltaron hasta que se cansaron.

Incluso, debido al calor y a todo el ejercicio que estaban haciendo, Fueron a sentarse debajo de un árbol y los dos tomaron una siesta. Solo hasta que fue la hora del almuerzo y el estómago de Sammy comenzó a hacer ruidos fue que ella lo despertó para que la llevara al Quiosco a comer algo.

- Que vas a querer? – preguntó Minos viendo que todo era comida rápida.

- Quiero un hok dok – dijo la niña señalando la imagen

- Se dice Hot Dog o perro caliente – corrigió Minos pidiendo dos

- Guacala! Están hechos de perritos?

- Claro que no!

- Ahhhh… que tenga mucho tomate picado – aclaró la niña.

Minos lo pidió así y le preguntó:

- Eres adicta al jitomate o qué?

- No. Pero Shion dice que hay que comer siempre frutas y verduras y el jitomate es… uno de esos. – contestó Sammy recibiendo su almuerzo de manos de Minos.

- Y si Shion te dice que te avientes a un precipicio lo haces inmediatamente no?

Sammy negó con la cabeza.

- No. Primero le pregunto si me dará un paracaídas o si el estará abajo para cacharme – dijo muy segura antes de comenzar a comerse su almuerzo en grandes bocados que hacía que se le inflaran los cachetes como globos.

Minos casi se atraganta con su respuesta pero no dijo nada. Nunca le podía ganar a esa niña. Menos mal que Aiacos estaba en Paris porque si no, seguro vendría a fisgonear y burlarse de él.

- Minos! Vamos a mojarnos! – dijo Sammy jalándolo hacia donde había una fuente bailarina donde varios papas intentaban sacar a sus hijos para que no se mojaran pero sin éxito.

Sammy le ganó a Minos y para cuando él se dio cuenta, ella ya estaba empapada.

- Shaina me va a matar cuando se entere – pensó al ver como la niña se integraba con otros más o menos de su edad para corretear los chorros de agua.

Para que se pudiera secar, fueron a los columpios, a pedalear en los botes de pato del pequeño lago y ahora, cuando Minos ya estaba a punto de rendirse y decirle a Shaina que irían al depa, levantó la mirada y ya no la vio.

- Maldición! – dijo Buscándola rápidamente – Sammy? Sammy! Basta de juegos! Ya me quiero ir!

Sintió un poderoso cosmos rondar al mismo tiempo que Sammy lanzaba un grito.

- Sammy! – gritó mientras corría hacia donde vio a la pequeña figura correr hacia el con desesperación.

Minos vio en el cielo una figura humana con alas que caía en picada para pescar a una asustada Sammy.

- Minos! Sálvame! – gritó cuando llegó junto a el – Me quiere llevar con él y no quiero!

- Quien? Quien es quien te quiere llevar? – dijo Minos cargándola y abrazándola contra su pecho.

No tuvo que esperar mucho para tener su respuesta.

- Theseus! – exclamó Minos sorprendido.

- Vaya! Minos de Griffo! – Dijo el ángel de artemisa – Entrégamela. Mi señora la quiere.

Minos lo miró como si estuviera loco.

- Creo que sabes que eso no es posible. – dijo Minos – Esta bajo mi cuidado.

- Eso a mí no me importa – contestó el Ángel de Artemisa – Dámela y te dejare irte sin problema.

- En serio? No me digas? – dijo Minos sin soltar a Sammy

Theseus volvió a sacar sus alas y Minos al ver que estaba en clara desventaja, tuvo que llamar a su Surplice.

- No seas tonto. No deseo hacerte daño e iniciar una guerra. Ella no pertenece ni a Hades ni a Athena, por lo que puedes írmela entregando. No le pasara nada malo. – insistió Theseus poniéndose en posición de ataque.

- Puedes intentarlo pero no te será fácil y lo sabes – Minos quería soltar a Sammy para poder atacarlo pero por experiencia sabía que esos ángeles siempre andaban en triada. Si la soltaba y escondido estaba Odysseus o Icarus, se la podrían llevar antes de que el pudiera hacer nada.

Theseus desplegó sus alas para atacar a Minos y que soltara a Sammy, pero la Surplice se cerró en torno a ellos protegiéndolos con las alas, y haciendo que Minos se moviera varios metros hacia atrás.

- Vamos Minos. No puedes creer que tienes oportunidad contra mí. Si quieres morir pues estoy de acuerdo en hacerlo, pero no quisiera que la niña llegara herida ante mi señora. Te doy otra oportunidad para entregármela.

Minos se quedó callado. En qué diablos se había metido? Por qué tanto afán por tener a Sammy? La niña temblaba en sus brazos pero había dejado de llorar, como si supiera que si hacía mucho escandalo o se movía mucho fastidiaría a Minos tanto que la entregaría.

- Sammy, hazme un favor – dijo Minos – Toma mi celular y graba lo que está pasando

- Pero no quiero ver! Vámonos por favor! – le susurro

- Aún no. Él puede seguirnos. Necesito defenderme pero necesito pruebas de que el empezó primero. Puedes Hacerlo? – pidió Minos

- Si.

Él le dio el celular y lo dejo grabando.

- Agárrate bien porque no podre sostenerte con el brazo todo el tiempo.

- Si.

Minos entonces abrió las alas de la Surplice justo cuando Theseus saltaba para darle un golpe que le dio en uno de los costados haciéndolo caer varios metros más adelante. Sammy no dejaba de grabar con el celular. Minos se incorporó y Lanzo su cosmic marionattion con una mano para abrazar a Sammy con el otro. No logró agarrarlo de lleno, pero si de un brazo, lo que hizo que Theseus volteara enojado.

- Pero que carajos crees que haces?

Sin soltarlo, Minos manipulo el brazo de Theseus para que se golpeara el mismo. Sonriendo le decía.

- No te pegues! No te pegues!

Humillado, Theseus lanzó su ataque con una mano hacia el espacio entre Sammy y los hilos de Minos, dándole en el mismo lugar que antes haciendo que Minos se doliera y comenzara a enojarse.

Ambos golpeaban y contraatacaban, conectando el golpe cada vez, pero debido a la resistencia de ambos eso podía terminar nunca. Sammy veía con horror que ambos estaban sangrando y no podía hacer nada.

- Si no lo sueltas no podremos irnos – suplicaba Sammy a Minos.

- Si lo suelto será peor – contestó este

- Cierra tus alas y yo lo distraigo. Le dije a Shaina que te cuidaría. – dijo Sammy firmemente.

Minos no tuvo mucha opción más que cerrar sus alas no tanto por hacerle caso a Sammy sino para darse un break. Pensándolo bien, era mejor Salir de ahí antes de que su jefe rastreara el uso de la Surplice y lo castigara también. Lo soltó y Sammy comenzó a encender su cosmos, pero esta vez de color blanco.

- Cierra los ojos y abre las alas cuando sientas su próximo golpe por favor – dijo la niña.

Minos asintió y lo hizo. En cuanto sintió el golpe a milímetros de las alas, las abrió y el cosmos de Sammy explotó cegando temporalmente a Theseus por su brillo haciendo que retrocediera debido a la brillantez.

- Vámonos! Vámonos! – Urgió Sammy y Minos no lo pensó dos veces.

Abrió un portal y ambos desaparecieron de ahí para consternación y enojo del Ángel.

El portal Minos lo abrió en su departamento y se dejó caer exhausto mientras Sammy se levantaba de sus brazos y corría hacia la cocina asustada por un vaso del agua para dárselo a Minos.

Minos se quitó la Surplice y se tomó el costado. Maldito Theseus. Seguro le había roto una costilla o algo así. Minina corrió a darle algunos besos y el dejó querer. Escuchó que Sammy no hacia ruido en la cocina y decidió levantarse a ver que sucedía. La encontró hecha un ovillo debajo del garrafón del agua sollozando.

Extrañado se dejó caer junto al garrafón del otro lado de donde estaba Sammy.

- No es para tanto Sammy. Seguro has visto más sangre en los entrenamientos dentro del Santuario

- No lloro por eso – confesó – Ahora tu tampoco me vas a querer!

Minos volteó a verla y le extendió la mano para que fuera con él. Sammy fue a acurrucarse con él.

- Sammy, no le vayas a decir a nadie porque si no mi reputación se va al suelo, pero si te quiero. – dijo doliéndose – Si no, hubiera sido más fácil entregarte no crees? Así No estaría doliéndome todo.

Sammy se tallo sus ojitos mientras lo escuchaba.

- Creo que… necesito recostarme un rato con Miniña. – dijo Minos - Porque no vas a jugar a tu cuarto un rato. Le diré a alguien que venga por ti más tarde.

Sammy lo ayudó a levantarse del suelo e hizo lo que le indicaba. Minos aprovechó para buscar algún analgésico en la cocina y tomárselo con whiskey. Envió el video a Hades y un mensaje a Shaina.

" Mas te vale que traigas tu jugoso trasero aquí al departamento para recoger a Sammy. Tienes muchas cosas que explicarme y ninguna de las dos se ira hasta que lo hagas"

Se recostó en su cama con minina y esperó. Ya sea que Hades llegara a darle un sermón, o que llegara Shaina con una explicación. Y que Theseus se cuidara de no encontrárselo solo, porque entonces sí, sentiría todo lo que él era capaz de hacer.

Agosto 9, 11 a.m.

Casa de Ares

Bagdad, Irak

Keres miraba por la ventana de su habitación viendo desde ahí como Ares y su hermana Eris platicaban en el jardín. No auguraba nada bueno. Todos sabían que en cuanto Eris se aparecía en algún lugar, la discordia comenzaba a hacer estragos ahí.

Y a pesar de eso, Keres solo podía pensar en lo que sus hermanos le harían a Shaka o Aleix cuando lo encontraran. Tenía que encontrarlo a como diera lugar y pedirle perdón. Decirle que había cometido un gran error al secuestrarlo y obligarlo a estar con ella… y ni hablar de la boda que Isis le había ayudado a realizar para poder quitarse su anillo. Le daría la salida más fácil para el que seria que esperaran a que naciera él bebe y en cuanto le diera el apellido se divorciarían. No haría falta que hicieran vida en pareja, solo "lo correcto" ante los ojos de su familia y después sería libre y su familia lo dejaría en paz. No estaba muy segura de que Nix estuviera feliz con esta decisión pero si tenía que elegir entre la felicidad de Shaka o de su madre, Shaka le ganaba de calle. Aun guardaba mucho rencor a su madre y sería capaz de matarla con sus propias manos si pudiera, aunque con ello sabía que se condenaría ella también.

Se alejó de la ventana y se sentó en la cama y suspiro. Desde que habían regresado de la reunión con Nix, Ares estaba más atento que nunca. Habían pasado a comprar ropa nueva para Keres y pasado por tiendas de bebes para ir viendo que estilo de habitación pondrían en la casa para él bebe porque, a palabras de Ares, el seria el padrino.

Ares… es lo único que la detenía de no salir corriendo a buscar a Aleix como loca. Si lo dejaba solo, no habría quien lograra controlarlo a base del té de hierbas que ella le daba para mantenerlo en un estado tranquilo, o quien le preparara su ducha caliente para relajarlo después de un mal día, o quien le pasara los chismes de las anécdotas de los humanos que salían en internet que a veces hacían que Ares se enterneciera o quedara horrorizado como un niño pequeño. Tampoco tendría con quien desahogarse de como ya quería deshacerse de Afrodita o como anhelaba tanto ser feliz con una familia y entonces Keres se daba cuenta que también era una persona frágil e inestable, por lo que sin ella cerca, Ares volvería sin remedio a ser el dios sádico, cruel e inhumano que los mitos relataban una y otra vez.

También se había dado cuenta que cada vez que él viajaba solo a visitar a alguno de sus tíos o su padre, regresaba demasiado excitado, agresivo y le costaba trabajo regresarlo a un estado idóneo para seguir trabajando con él. Era cuando regresaba a su estado tranquilo que él le confesaba los horrores que hacia mientras estaba fuera. A veces arrepentido, otras veces le causaba tanta gracia al Dios de la Guerra, que no sabía si creerle o no. Como aquella vez que había confesado haber utilizado un nuevo invento de Fobos y Deimos para molestar a algunas chicas en un baño de mujeres en un hotel de Grecia, o que había intentado abusar de una Santa de Athena. Esa vez, Keres se había atrevido a leerle la cartilla a Ares y lo había obligado, a punta de chantajes y dramas, a que prometiera pedirle perdón a todas esas chicas. Ares le dijo que sí, pero no le dijo cuándo, con lo cual Keres se dio por bien servida. Ella sabía que el cumpliría la promesa. No muy pronto, pero lo haría.

Pasó algún tiempo pensando y se decidió finalmente a pedirle a Ares permiso para ir a buscar a Aleix. Podría dejarle su te en botellas para que lo calentara únicamente, aunque casi estaba segura de que aun así no lo tomaría. No era de su agrado y solo lo hacía por complacerla a ella. Se levantó de la cama y buscó la armadura que le había enviado Anubis a espaldas de los demás dioses. Ya una vez había tenido su armadura griega que había sido destruida en pago a algunos pecadillos cometidos, pero por el momento esta tendría que servir.

Escuchó algunas voces en el pasillo y decidió mantenerse al margen:

- Estas segura que fue él? – pregunto Ares

- Si. Ya lo confirme. – dijo Eris - Tu lo usaste por algún tiempo como tu avatar. Dime como joderlo.

- Oh Vamos! No necesitas preguntármelo a mí. Tu eres especialista en eso – Contestó el Dios de la Guerra – Como me queda esta camisa? No se ve medio mayatona?

- Es amarilla. Claro que se ve así. – contesto Eris mientras Ares se cambiaba la camisa a una blanca para no errarle – No está en el santuario ya, eso mis espías me lo han confirmado, cheque en los registros y no tiene esposa o hijos…

- Pero tiene a su hermano…

- Si pero… meterme con el hermano es meterme con el tío Poseidón y eso no me hace gracia – contestó Eris – La mayoría de mis negocios están en el caribe y con tronar los dedos puede perjudicarme.

- Pues… los accidentes pasan Eris. Pídele a Mesis que te ayude ya que es la especialista en eso.

Keres no escuchó la respuesta pues fue a la cocina por un vaso con agua y cuando regresó, Eris ya no estaba con Ares. Este estaba vestido bastante elegante y Keres estaba más que segura que tenía una cita con Afrodita. Era la única ocasión en que él se arreglaba de ese modo y comenzó a soñar en cómo se vería Shaka vestido así, y si alguna vez se vestiría así para ella.

Ares la miró y al ver que no usaba una armadura griega sino más bien parecía una armadura ceremonial egipcia, comenzó a molestarla.

- Y… dígame joven, no ha visto a una joven rubia muy linda que vive por aquí?

- Linda? – replico la joven diosa siguiéndole la corriente olvidándose de camuflar su cosmos como siempre lo hacía aun delante de Ares – Yo creo que se le pasaron de copas o de plano no se de quien habla.

- Uy pues debería conocerla. A pesar de ser tan linda, tiene que andar secuestrando chicos para casarse con ellos – dijo Ares divirtiéndose con ella

Por estar jugando, ni Ares ni Keres se dieron cuenta que había alguien que los observaba. Keres se subió a su escritorio cruzando sus piernas de forma sexy.

- Cuidado Señor. Cualquiera pensaría que a usted le gusta esa chica – bromeó Keres.

- Me gusta mucho – contestó Ares dándole un tierno beso a Keres en la mejilla izquierda – Sobre todo cuando se muestra tal como es y no la imagen falsa que su cosmos me muestra casi siempre.

La forma en que lo dijo tan serio casi confundió a Keres, pero el brillo en sus ojos le confirmó que solo era una broma.

- Casi? – preguntó Keres justo antes de que Ares le pusiera el espejo frente a ella mostrando a una chica de apariencia de adolescente de 15 años, con un cuerpo sin desarrollar por completo, ojos grandes y sin curvas. La cara real de la diosa.

- Aja. Parece una ratoncita a quien un gato se va a comer porque está bien buena – siguió bromeando Ares queriendo subir el peto de la armadura, haciendo ademan de querer ver lo que había debajo y perdiendo poco a poco el control de la situación.

Keres se levantó del escritorio y se fue haciendo hacia atrás visiblemente nerviosa.

- Pero, si usted se come a esa ratoncita señor gato, tendrá que hacerse cargo de las consecuencias – dijo

- Pues eso intenté y tú no quisiste – dijo Ares desabotonando su camisa para tomar de la mano a Keres haciéndola tocar su pecho desnudo.

Keres abrió los ojos desmesuradamente. Ares se estaba pasando en la broma y posiblemente hasta de verdad calentándose. Ares también lo sintió. No era que la viera atractiva, pues con ese cuerpo de 15 años no lo era para él, sino era algo en ella que no había estado ahí antes y lo obligaba a comportarse como el soberano conquistador que podía ser.

- Ares, por favor! – suplicó Keres de un modo demasiado suave, tanto, que Ares no supo si era una súplica para que la dejara ir o para que prosiguiera, pero de cualquier manera él ya no podía dar marcha atrás, la lujuria había hecho presa de él.

Se la acercó lo suficiente para sostenerla de la cintura con un brazo e inhalar su fragancia.

- Hueles tan bien! – dijo Ares mientras desabrochaba las cinchas del peto de la armadura que la diosa portaba y procedía a despojarla de esa pieza de la armadura, con las hombreras incluidas.

- Ares! – exclamó Keres mientras trataba de zafarse del dios, pero este la tenía agarrada con fuerza pero sin hacerle daño.

- Keres! – susurro Ares. No podía detenerse, trataba de hacerlo pero ese instinto salvaje lo evitaba – quiero hacerte mía ahora ! – fue lo único que el dios pudo agregar al haber despojado de la blusa a Keres quien le había arañado la cara y se preparaba para no dejarse vencer tan fácil.

Se escuchó de pronto un aplauso sarcástico.

- bonito! muy bonito!

Ambos voltearon a ver a Afrodita quien aplaudía finalmente la escena. Tras ella estaban Eris, Anteros, fobos y Deimos, todos ellos viendo con ojos reprobatorios la situación tan comprometedora mientras por órdenes de su madre grababan la escena.

- Qué haces tú aquí? –pregunto Ares sin soltar a Keres.

- Pues se suponía que tú y yo teníamos una cita, pero veo que seré plantada por ti esta noche – dijo Afrodita

Ella sabía bien lo que ocurría.

- Espérame un momento. Ahorita te atiendo – contestó Ares a quien su cabello comenzaba a cambiar al tono rojizo que usaba antes mientras le arrancó el sostén a la chica que tenía prisionera mostrando en su cara una locura ya casi olvidada.

Keres intentaba cubrirse y Anteros iba a correr a socorrerla pero su madre se le adelantó.

- Sería divertido ver como arruinas a esta inútil, pero aun así, no podías esperar a un día en que no tuviéramos una cita? – dijo la diosa del amor arrebatando a Keres de las manos de Ares, mientras la arrojaba contra la mesa del escritorio lastimando a la joven diosa que se quejó del golpe contra el indestructible mueble.

- Me duele la cabeza! – exclamó Ares mientras se tomaba la cabeza tratando de asimilar que ocurría.

Había perdido el control de nueva cuenta, pero esta vez la víctima era una que ni él mismo se podría perdonar.

Keres se levantó, adolorida y cubriéndose con los brazos así que la diosa del amor le alcanzo su blusa y se puso a espaldas de ella, observando unas espadas gemelas. Keres por su parte miraba a Ares, de manera dolida. En todos esos años juntos eso nunca había pasado. Ares nunca le había faltado el respeto y ahora ella era aún más vulnerable. Seria por eso?

Afrodita puso su cara de póker mientras lo reñía. Tenía que darle crédito a las cualidades de Hypnos y su fragancia "Lujuria". Ella había entrado en esa habitación mientras Keres y Ares bromeaban, y al inundar la habitación con esa fragancia, y al ser específicamente diseñada para calentar la sangre de Ares, simplemente lo había hecho perder el control.

- Salgan ustedes cuatro – dijo Afrodita – Aquí ya no hay nada que ver.

- Pero madre… - comenzó a refutar Anteros.

- Fuera he dicho!

Los cuatro salieron de la habitación y el silencio se hizo profundo. Keres no despegaba su mirada de Ares y de reojo miraba la puerta. Quería salir corriendo pero Ares estaba en su camino y mientras no estuviera totalmente lucido, sería peligroso para ella pasar a su lado.

- Vamos, no creo que le tengas miedo – dijo la diosa del amor con una voz dolida a la joven.

- No es miedo, es terror. – contestó Keres a punto de llorar - A él lo respeto más que a nadie y si me hace daño lo odiare y no quiero llegar a odiarlo, no a él.

Afrodita se aproximó a ella en forma peligrosa.

- Ósea, que en un lugar muy profundo de ti lo amas, verdad? No me mientas, soy la diosa del amor y se cuándo hay amor entre dos seres. – Dijo Afrodita en un tono seco.

Keres no contesto. Se notaba a leguas que la susodicha diosa no podía distinguir el amor del respeto. Afrodita se molestó con su silencio y lo interpretó como que hubiera dicho un sí.

- Lo sabía! Eres una zorra igual que tus hermanas, por eso Nix las asesino y pronto seguirás su mismo sendero! – gritó mientras sacaba un frasco de su bolso con la fragancia "Lujuria" y le hecho de ella en el cuello a Keres, haciendo que esta estornudara ante ese aroma.

Ares, quien comenzaba a recuperarse del otro lado de la habitación, solo sintió que nuevamente la locura hacia acto de presencia y aunque trato de controlarse no pudo, arrojándose casi al momento sobre Keres, quien le recibió con una patada en el pecho defendiéndose.

Keres no lo podía entender. Ares había vuelto a alterarse y esa loción que Afrodita le había echado podría tener algo que ver con eso? Aprovechando que Ares había retrocedido unos centímetros debido a la patada, Keres se volteó hacia la diosa de la lujuria y le arrebato el frasco viendo que en el envase decía: producto experimental, propiedad de Hipnos. Lamentablemente olvido que tras de sí estaba Ares quien la tomo del cuello y la arrojo contra la pared detrás de ella haciéndose añicos el frágil frasco y bañando completamente a Keres quien rápidamente se puso de pie con el terror en los ojos. Si Ares era agresivo con poca loción, ahora si era en extremo peligroso.

Afrodita se molestó de que Keres le arrebatara la loción pero al ver que la joven diosa era bañada por la misma, se alegró mucho. Eso era perfecto. Ares haría el trabajo sucio…. Bueno una ayudadita no le caería mal.

Antes de salir, se volteó hacia las espadas gemelas que había visto anteriormente, tomo una en su mano y se vio como Keres cómo podía evitaba que Ares la atrapara. Keres trataba de llegar de espaldas a la puerta, evitando que Ares le cubriera la única ruta de escape, sin darse cuenta que la gran oficina ya estaba vacía y que solo ellos tres estaban ahí.

Afrodita le llegó a Keres por la espalda, y con la espada que en la guerra contra los titanes usara Athena, atravesó el cuerpo de la diosa de la muerte violenta a la altura del vientre con el único y firme propósito de que el bebé que ella esperaba muriera para causarle más dolor.

- Lo siento querida – le susurró al oído por detrás - No me gusta la competencia. Pero seré buena contigo. Te liberaré del humano y de paso dejare que te diviertas hasta la muerte con Ares. No te preocupes. Estoy segura que disfrutaras de un buen sexo porque en ese departamento, Ares es el mejor.

Afrodita se fue alejando hacia la puerta mientras veía acercarse a Ares, quien lleno de lujuria y con el olor de la sangre y el miedo que emanaba de Keres, se miraba más excitado si es que eso era posible.

La diosa del amor cerró la puerta de la oficina y advirtió a sus hijos y a los bersekers que Ares y Keres tendrían una junta muy importante y no deseaban ser interrumpidos. Acto seguido y con una gran sonrisa de satisfacción, regresó a su templo en el olimpo.